Capítulo VII
Izuku Midoriya y Bakugo Katsuki estaban arreglando todo para la llegada de su cachorro, faltaban aun tres meses, pero ellos querían tener todo listo.
El peliverde disfrutaba de ver a su omega pintando peces en las paredes pintadas de un azul verdoso de la habitación en esa casa a la que se habían mudado, aunque el alfa había propuesto nubes, moción que fue absolutamente ignorada por ser muy "cliché", compraron aquella casa porque el alfa había insistido en que habían otros omegas que seguro necesitaban la casa de la agencia, a lo que su pareja no refutó.
El abultado vientre el rubio se veía tan atractivo a la vista del alfa que no pudo evitar dejar de armar aquella cuna blanca para abrazarlo por la espalda, dando pequeños besos por su nuca mientras acariciaba su pancita, haciéndolo ronronear, sin poner queja alguna (como solía cuando trataba de hacerse el digno), el embarazo lo tenía más cariñoso y necesitado de mimos de lo normal.
Escucharon pasos venir desde la habitacion contigua, e Izuku se separo de su omega para agacharse y sostener en sus brazos a su pequeño Hitoshi de cuatro años, con mejillitas rechonchas y una sonrisa alegre y soñolienta.
Alzo al pequeño cachorro en sus brazos, dándole un beso en su naricita, debía estar despertando de la siesta que solía tomar cuando volvía del jardín de niños.
Hace unos días había sido el cumpleaños del cachorro, pero Izuku tenía trabajo, así decidieron hacerlo durante el fin de semana, a demás así tendrían tiempo para preparar una pequeña fiesta.
Cuando llego el día, Hitoshi era el más emocionado, despertó corriendo a abrazar a su mamá y su papá que ya se encontraban decorando antes de la llegada de sus amigos, como una niña de pelo rosa usualmente adornado por una diadema de cuernitos, que asistía a su misma clase, de quien se había hecho buen amigo, o el pequeño hijo de dos años de Uraraka e Iida.
Katsuki había entrado a la casa a buscar más aperitivos para repartir entre los invitados. Mientras acomodaba las chucherías en la bandeja, echándose una galleta a la boca, sintió un movimiento en su vientre, y dirigió su mano a la zona, acariciando con suavidad.
-¿Qué pasa pequeñito?- Dijo el rubio.
Sintió el pánico apoderarse de su cuerpo, todos sus sentidos poniéndose alerta, sus pupilas se dilatarón por el miedo, cuado el filo de una navaja se posicionó en el costado de su vientre, sin hacer presión, solo rozando, y un cono ido aroma entrando por sus fosas nasales.
-¿Tan rápido te preñaste de otro?- dijo aquella voz protagonista de sus pesadillas, y un sollozo escapo de su boca, sus ojos llenándose de lagrimas- no se podía esperar más de una puta como tú- soltó de forma despectiva, habiendo una leve presión con la navaja, sin llegar a perforar.
No pudo contenerlo más, su omega tomando posesión de su cuerpo, aterrado, sollozante y con las mejillas empapadas en sus saladas lagrimas, sabia que habían probabilidades de que el alfa peliazul saliera de prisión, pagando fianza o simplemente fingiendo un buen comportamiento, así como sabia que llorar era estúpido, e incluso podría hacer que Shimura entrara en colera y lo apuñalara, pero tenía tanto, tanto miedo.
Sus feromonas llenas de terror y su lazo tirando en busca de la protección de su pareja, enviando olas de pánico por su lazo, estaba seguro de que en unos segundos su alfa entraría a ver que sucedía, a envolverlo en sus brazos, hacer que se sintiera protegido con su presencia.
-Idiota- dijo Tenko, y el omega solo pudo soltar un pequeño frito cuando le hizo un corte en el brazo.
La aterradora presencia a su espalda desapareció, y el rubio se permitió desplomarse en el suelo y llorar a todo pulmón. Su alfa entro a la habitación poco después, acelerado, con Hitoshi en brazos, el niño se removió para que lo bajara, corriendo a su mami, e Izuku lo abrazo a su pecho, escuchándolo sollozar, liberando sus feromonas para tranquilizarlo.
Su hijo trato de acercarse a abrazar a su mami, pero el omega retrocedio asustado, sabia que eso estaba mal, sabia que eso lastimaba al cachorro, pero sus ojos, tan parecidos a los de él, que no podía evitar odiarlos, amaba a su cachorro, con todo su corazón, pero algo en su interior sentía repulsión de ver como era tan parecido a quien le había causado tanto daño, su omega sentia rechazo por su cachorro.
El pequeño cachorro corrió hacia su papá con sus ojitos llenos de lagrimas.
-¿Qué pasa pequeño? -preguntó el peliverde.
-Hay un hombre malo que dice que es papá -sollozo el pequeño -Pero tú eres papá -dijo abrazando al mayor.
-No te preocupes cachorrito, ya no llores -dijo, quitando las lagrimas de las mejillas de su hijo, cuando sintió de pronto una oleada de terror recorrerlo.
Tomo a Hitoshi en sus brazos y corrió a la puerta de la cocina, entrando y viendo a Katsuki llorar en el suelo.
Corrió a abrazarlo, notando el corte en su brazo, y se levanto a buscar un pequeño botiquín de emergencia.
Noto el momento en el que su omega rechazo a su cachorro, y sintió como algo se rompía en su interior de ver como Bakugo hería lo que más amaba, pero estaba seguro de que a su cachorro le había dolido más, y lo comprobó cuando el cachorro corrió a su habitación con sus ojos llenos de lagrimas.
La ilusión de la familia amorosa y estable se estaba desmoronando, todo porque alguien pincho su burbuja.
HOLA, ¿Cómo están?
Por fin logre actualizar.
Hice separadores porque considere que eran necesarios (y como son grandecitos hacen que la historia luzca más larga >:D), ¿que les parecieron?
Lamento la tardanza, al final estoy cambiando bastante la historia que tenía planeada, para poder hacer que avance más rápido y llegue el drama.
Espero que les guste el capitulo, y como siempre perdón por lo corto ^o^
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