capitulo O9.
Advertencias: chaelisa como pareja principal, cositas lindas y fluff.
***
—¿Vamos a pasar la Navidad juntas?
Lisa se volteó a ver a ChaeYoung, que le habló mientras jugaba con RyuJin a hacer una torre de bloques. La chica estaba terminando un informe para una de sus clases cuando la alfa habló.
—Pensaba en ir a ver a mis padres ese fin de semana. —respondió Lisa, frotando sus ojos por el cansancio.
—Mmm...
—Puedes ir conmigo —sugirió de pronto la omega, sin pensarlo mucho. ChaeYoung levantó la cabeza, una expresión curiosa en su rostro—. Estoy segura de que mis papás estarán felices con tu presencia.
ChaeYoung se puso de pie y RyuJin empujó la torre de bloques, que se desarmó una vez golpeó el suelo. La alfa sonrió al verla agarrar su pobre peluche de monito y como lo golpeaba contra el suelo.
—Ven, debes descansar. —le dijo ChaeYoung, agarrándole la mano y empujándola para ponerse de pie.
—Tengo mucho trabajo —se quejó Lisa, pero dejó que ChaeYoung la arrastrara hasta el sillón, sentándolo en sus piernas—. Ah... hueles tan bien, Rosie...
La más alta hundió su nariz en el cuello de la Tailandesa, olisqueando su aroma de vainilla, tan dulce y atrayente para ella. Sin pensarlo dos veces, le dio un beso encima de su glándula de feromonas, sonriendo al oler la forma en que su aroma pareció intensificarse.
—Tú hueles mejor —suspiró ChaeYoung, escuchando las risas de las cosquillas que la omega soltaba—, me dan ganas de comerte.
—Puedes comerme. —dijo Lisa, riéndose otra vez.
—Pequeña cosita atrevida. —gruñó la alfa.
El apodo envió una ola de satisfacción por el cuerpo de Lisa. ¿Cuánto llevaban saliendo? Más de un mes, octubre estaba terminando y no se podía sentir más feliz. ChaeYoung era muy atenta con ella y RyuJinnie, iba a verlas cuando podía y la mimaba un montón. Eso era lo mejor, sentirse tan amada.
JiWoo no fue así, en ese noviazgo breve y doloroso. Él alfa siempre dijo que no quería que los vieran en público, y cuando llegaban a estar juntos, sólo quería follar con ella. Nunca se dio el tiempo de darle un abrazo o un beso cariñoso, sin doble intención.
Quizás eso era lo que más le gustaba de ChaeYoung. No la presionaba en nada, siempre sus movimientos eran precavidos, como esperando la negativa. Ni siquiera había dado indicios de querer darle un beso, porque Lisa no sabía cuán preparada estaba para eso.
¿Y si besaba mal?
No quería decepcionar a ChaeYoung, por muy tonto que sonara.
—Estoy harta de hacer tu trabajo. —se quejó Lisa, sintiendo los dedos de ChaeYoung acariciando su cintura.
—Te pasa por dejarlo a última hora. —señaló ChaeYoung.
Lisa infló sus mejillas.
—Ti pisi pir dijirli i iltimi hiri. —barboteó, indignada.
ChaeYoung soltó unas carcajadas contra el cuello de Lisa, provocándole más cosquillas.
—Papa —gritó RyuJin, reventándoles su burbuja de risas—, ¡Papa!
—Parece que quiere tu atención otra vez. —se burló Lisa, poniéndose de pie para volver a su computadora.
ChaeYoung, sin poder evitarlo, le dio un apretón en el culo. La omega chilló por la sorpresa, volteándose y dándole un golpe en el brazo, a lo que ChaeYoung volvió a reírse.
Lisa regresó a su trabajo, aunque con una sonrisa en los labios.
***
Sus compañeros parecieron olvidar brevemente lo ocurrido con ChaeYoung semanas atrás, porque no volvieron a molestarla. Aunque si le estaban haciendo la ley del hielo o algo así.
Menos JeongGuk y MiYeon. Ésta última era una chica alfa, muy guapa y atractiva. Muchos omegas morían por un poco de su atención.
Sorprendentemente, unos días atrás comenzó a acercársele poco a poco. JeongGuk y MiYeon eran amigos muy cercanos, y fue él quien los acercó, especialmente cuando les asignaron un trabajo de a tres. Lisa se llevó muy bien con ella enseguida, además de que no parecía mirarla feo por tener una hija. Incluso, cuando los invitó a su departamento y conoció a RyuJin, jugó un ratito con ella. RyuJinnie no le hizo quite alguno, parecía muy feliz con esa atención recibida.
—Oye, ¿Qué pusiste de conclusiones? —le preguntó MiYeon una vez llegó a clase, sentándose a su lado. JeongGuk todavía no aparecía.
—Pura mierda —suspiró Lisa, sacando su informe—. Siento que repetía en todo momento lo que dije párrafos arriba. Odio estos trabajos.
—Voy a reprobar esta materia otra vez. —se quejó MiYeon, que era un año mayor que ellos y no pasó la asignatura el año pasado.
—Pero mira el lado positivo —Lisa le acarició el hombro con una mirada comprensiva—. Como vamos, las dos lo vamos a reprobar.
MiYeon soltó una carcajada por la diversión y Lisa también se rió, sacudiendo su cabeza. La alfa era muy agradable.
—¿Qué es tan divertido, señorita Manoban?
Lisa se sobresaltó al escuchar la grave voz de ChaeYoung detrás de ellas, y se percató que todo el curso estaba en helado silencio. MiYeon cerró la boca.
—Uh... Na-nada... —barboteó Lisa, volteándose para ver a ChaeYoung bajando las escaleras, con el ceño ligeramente fruncido.
—No me gusta que interrumpan mis clases de esta forma, señorita Manoban. —dijo la alfa.
La omega ladeó la cabeza, un poco confundida por las palabras de la mayor. Vale, que ellas no demostraban la relación que tenían frente a otros, tenían un acuerdo previo que cumplir. Sin embargo, ChaeYoung tampoco le trató antes de esa manera.
—Pero... —Lisa miró la hora en su celular—. Pero todavía quedan unos minutos para que comience la clase, profesora Park.
ChaeYoung pareció quedarse congelada un momento, antes de que el rubor golpeara sus mejillas con furia. Lisa sintió ganas de acercarse y darle un beso en uno de sus cachetes, pero tuvo la sensatez de mantenerse en su asiento.
—¿Qué fue lo que hablamos en nuestra última clase? —gruñó ChaeYoung, dando por terminada esa conversación.
Lisa quiso hundirse en su asiento. MiYeon, a su lado, parecía querer desaparecer de allí.
ChaeYoung, mientras tanto, quería darse golpes contra la pared y además golpear a la estudiante Cho por haberse sentado al lado de Lisa. Nunca pensó en sí como una mujer celosa o posesiva, pero al entrar al salón y ver a su omega tan cerca de la alfa, ambas riéndose, sintió la molestia en su interior. Además del deseo de ir donde Lisa y gruñirle a esa otra estudiante.
Por eso mismo, no pensó bien sus palabras y actuó tan idiotamente. No pudo controlar bien sus celos y eso le provocó un gran desliz.
Mientras explicaba los contenidos de esa clase, vio a MiYeon inclinándose y susurrándole algo a Lisa. La omega le sonrió a esa alfa con un poco de timidez.
Oh no, ChaeYoung se sentía como una niña pequeña al que le estaban quitando su caramelo. Así debía sentirse RyuJin con Lisa, y ahora la entendía mucho mejor.
—Señorita Cho —dijo, quitándose los lentes que solía usar. Vio a esa alfa sobresaltarse, palideciendo—, hemos estado hablando sobre la estimulación temprana en los niños, ¿Puede recordar la importancia de esta?
—Es... Mmm... Re-reconocer el potencial de cada niño y niña —barboteó MiYeon—, y así potenciar el desarrollo de ellos.
—¿Qué tipo de desarrollo? —continuó ChaeYoung, girándose a la pizarra y anotar la idea de MiYeon. Si bien quería ponerla nerviosa, reconocería sus conocimientos.
—El... El cognitivo, lo... Lo emocional...
—¿Y qué más?
—Lo social. —intervino Lisa.
—Agradezco sus palabras, señorita Manoban, pero no le estoy preguntando a usted —replicó ChaeYoung, y Lisa calló—. ¿Algo más, señorita Cho?
—Lo motriz. —agregó MiYeon, pues revisó sus apuntes a tiempo.
—¿Y de qué forma se puede estimular tempranamente estas cosas?
—Me-mediante la repetición...
—¿Cuál es la importancia de los padres en esto?
MiYeon ya entró en pánico con tantas preguntas, su estómago dando vueltas porque eso parecía un interrogatorio al que le iban a poner una calificación. Lisa, a su lado, tenía el ceño fruncido ligeramente.
—Son ellos los... Los encargados de llevar a cabo esto.
—¿Y?
—Y... —humedeció sus labios. El silencio en la habitación era abismal—. No... No lo re-recuerdo, profesora...
ChaeYoung suspiró, escribiendo algo en la pizarra. En palabras mayúsculas, se leía un VÍNCULO EMOCIONAL, antes de voltearse para hablar sobre eso.
—Se refuerza el vínculo padre e hijo —señaló, acomodando sus lentes otra vez—, los padres conocerán, mediante la estimulación, las necesidades, las inquietudes, los gustos...
MiYeon suspiró con alivio al notar que el interrogatorio acabó. Lisa seguía con las cejas arrugadas, siguiendo los movimientos de ChaeYoung a través del cuarto, como si tratara de descifrar algo.
Y pareció notarlo media hora después, cuando se inclinó hacia MiYeon, y ChaeYoung levantó la voz de lo que estaba hablaba.
La alfa estaba de tan mal humor que los despidió diez minutos antes, ordenándoles dejar sus informes sobre la mesa. Lisa se despidió de MiYeon, esperando que todos sus compañeros dejaran los informes primero, y acercándose de los últimos. ChaeYoung empezó a guardar algunos en su maletín.
—Señorita Manoban —dijo ChaeYoung, llamando su atención—, acompáñeme a dejarlos a mi oficina, por favor.
—Está bien. —asintió, juntando los últimos trabajos y cargándolos, siguiendo a ChaeYoung fuera de la sala.
La alfa iba unos pasos delante de ella, con los labios arrugados en señal de enojo. Lisa sonrió de lado, sin dejar de ir detrás de ella, y pensó que lo mejor no sería decir algo. Sin embargo, no pudo contenerlo demasiado.
Cuando se dio cuenta de que no había nadie cerca de ellas, abrió la boca.
—Celosa.
Pudo ver a ChaeYoung crispándose ante sus palabras y soltó una carcajada por la diversión. Especialmente cuando vio el rubor invadiendo el rostro de ChaeYoung, ya no por el enojo, sino por la vergüenza.
—No sé de qué hablas. —gruñó ChaeYoung.
Lisa volvió a reírse.
—Celosa. —dijo, un poco más fuerte, y el color aumentó en la pálida piel de ChaeYoung.
—Basta, Lili —bufó la alfa—, eso es...
—Celosa. —repitió por tercera vez, sin poder creerlo.
ChaeYoung buscó la llave de su oficina, abriéndola con una mueca de disgusto. ¿Tan transparente era acaso? ¿O es que Lisa ya le conocía muy bien?
Dejó su bolso sobre la mesa y Lisa hizo lo mismo con los trabajos que cargaba. Sin pensarlo dos veces, la omega fue donde ChaeYoung y la abrazó por el cuello, sin dejar de sonreír con un poco de diversión. La alfa quería hacer una rabieta por eso.
—No debes estar celosa —comenzó a decir Lisa, llamando su atención—, yo te quiero a ti.
—Mmm —murmuró ChaeYoung, abrazando a Lisa por la cintura—, esa alfa es atractiva.
—No tanto como tú —replicó la omega—, y MiYeon es una amiga —le miró con seriedad ahora—. ChaeYoung, de verdad, ¡Actuaste muy mal allí!
La alfa se sintió como una cachorrita siendo regañada, hasta podía ver como si unas orejas invisibles se aplastaran contra su cabello por la vergüenza. Lisa tenía algo de razón, centró su molestia contra MiYeon, cuando ellas no habían hecho nada malo.
—No lo controlé —se quejó, apenada—, es que cuando te veo, quiero tomarte en brazos y estar contigo.
Ahora el rubor golpeó a Lisa en sus mejillas por sus palabras. Sonrió, observando los bonitos ojos de ChaeYoung, y la omega decidió que ya era momento de dar otro paso.
—Te quiero. —le dijo.
ChaeYoung le iba a responder que ella igual la quería, sin embargo, de pronto no pudo hacerlo porque Lisa se inclinó y la besó. En la boca. Los labios de Lisa sobre los suyos en un beso dulce y lento, ambas bocas conectando bien.
No lo pensó dos veces y le devolvió el beso, gruñendo por el placer al sentir el cuerpo de la menor contra el suyo. Las feromonas de Lisa se extendieron alrededor de ellas con rapidez, y de pronto, la omega gimió en el beso, especialmente cuando el agarre de ChaeYoung se afianzó.
La alfa se dio cuenta de que no podía parar. No, ahora que probó los labios de la omega, tan dulces y adictivos, supo que no lo iba a poder soltarla jamás. ChaeYoung quería besarla más y más y más veces, hasta cansarse (lo que nunca iba a pasar, honestamente).
Se alejó en busca de aire, observando brevemente los labios hinchados de Lisa, su expresión colorada, los nervios brillando en sus ojos. Por Dios, ChaeYoung no lo resistió y volvió a besarla.
—Chae. —gimoteó la omega, segundos después.
—Otro más. —pidió ChaeYoung, y Lisa no pudo responder porque la mayor volvió a besarla.
Estuvieron así varios minutos largos, sólo compartiendo risas y besos y más risas, las feromonas extendiéndose entre ellas con suavidad.
—Ya, ya —reclamó Lisa, diez minutos después—, tengo que irme, Rosie...
—No. —protestó ChaeYoung.
—Sí, tú tienes otra clase ahora —Lisa trató de mantenerse firme, pero cedió al ver la mirada de cachorrilla de ChaeYoung—. ¿Vas a cenar a mi casa en la tarde?
ChaeYoung sonrió ampliamente.
—¿Y me darás más besos? —preguntó, dándole ahora un piquito.
Lisa se rió.
—Los que quieras, mi alfa. —respondió con coquetería, y ChaeYoung no lo resistió: le dio un apretón en el culo.
Valió la pena, se dijo segundos después y con su brazo doliendo por el golpe que recibió. Claro que valió la pena.
***
¡Gracias por leer!
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