capitulo 27.
Advertencias: chaelisa como pareja principal, cositas lindas y fluff.
***
No les extrañó que, el día lunes en la mañana, hubieran recibido una llamada de JiMin diciendo que JiWon solicitó la intervención de un mediador para ver el tema de la custodia.
Era algo que se imaginaban desde el momento en que ese alfa se fue del departamento. De seguro aludió a que Lisa no puso de su parte y por eso las cosas acabaron mal, pero a ella realmente no le importaba lo que pudo haber dicho ese idiota de ella. Aunque eso no quitaba que le preocupara lo que podía decidirse en esa nueva mediación, pues ya era bastante evidente que tendría que ceder unos días para que RyuJin los pasara con JiWon.
Temía lo que pudiera ocurrir si se quedaban a solas. Tal vez el alfa no lo sabía, sin embargo, era bastante evidente que a RyuJin no le interesaba estar con JiWon ni tener nada con él. Se lo dejó claro ese mismo día.
—¿Recuerdas a JiWon, Ryu? —le preguntó Lisa una vez la llamada se acabó—. ¿El hombre que nos visitó hace unos días?
—Bu —barboteó la bebé, jugando con una pequeña pelotita de plástico que tenía—. ¡Popo!
—Bueno, sí, popo —dijo Lisa sin pensarlo, antes de corregirse—. ¡No, broma!
—¡Popooooooo! —gritó RyuJin, riéndose.
Lisa sólo suspiró, besándole la frente a su cachorrita antes de que volviera a jugar con la pelota, aunque eso terminó en un pequeño desastre al golpear un jarrón y se rompió en cientos de pedazos. En ese momento, además, llegó ChaeYoung.
—¿Qué ha pasado aquí? —preguntó la alfa, viendo los trozos en el suelo.
—¡Cak! —trató de explicar RyuJin apuntando a su pelota, y Lisa la miró con reprobación.
—Ven, vamos a recogerlo con cuidado —la omega tomó la pequeña escoba que RyuJin tenía y con la que lo ayudaba a hacer aseo. Era importante que desde pequeña su bebé aprendiera a ser limpia y ordenada—. ¿Cómo se dice, Ryu?
—Mmm... —su cachorrita movió la escoba, apenas juntando los trozos rotos—. ¡No más!
No era lo que esperaba, pero al menos pareció comprender que esas cosas no se hacían. Peor era que desapareciera y no se hiciera cargo de sus acciones.
Esa noche, ChaeYoung se dedicó a consolarla otra vez, sólo que de otra forma. Lisa necesitaba un poco de consuelo sexual, en el sentido de que deseaba que su pareja le demostrara lo mucho que la amaba. Era bonito sentirse deseada y querida.
—Te amo mucho, mucho... —le susurraba la omega con cada nueva embestida, abrazando a ChaeYoung y apenas permitiendo que se separara de ella.
—¿Sí? —jadeó ChaeYoung a su oído, besándole el cuello—. Yo te amo más...
Minutos más tarde, mientras yacían desnudas en la cama, con el aire pesado por el sexo y las feromonas, Lisa se acurrucó contra ella. Le gustaba mucho ese momento luego de hacer el amor, instante en el que se quedaban en silencio cómodo y sólo trataban de recuperarse. Era muy íntimo y consolador, sabiendo que la otra estaba a su lado luego de amarse con profundidad.
—¿Qué pasa si JiWon le hace daño? —susurró Lisa.
—Estaremos atentas —le prometió ChaeYoung, agarrándole la mano—. Ella estará vigilado las primeras veces y vamos a comprobar que RyuJin llegue sin ninguna marca. Veremos las señales a tiempo.
—No quiero que nuestro hija sufra, Rosie.
—Yo tampoco —ChaeYoung la abrazó con fuerza, besándole la frente—, y odio la idea de que RyuJin lo llame papá, pero...
—RyuJin lo llama como popo. —confesó Lisa, y eso hizo reír a la alfa.
—Además, también verán eso —siguió consolando a su novia—, el hecho de que a RyuJin no le agrada, y tal vez sea también recíproco. Ese idiota no tiene cara de ser padre.
—¿Y tú sí?
—Claro —ChaeYoung le besó la punta de la nariz—, por eso fue que me embrujaste, porque mi cara de padre es perfecta.
Lisa también se rió y le confortaba un poco aquello, el hecho de que contaba con ChaeYoung para toda esa situación. Ella no sabía si hubiera podido soportarlo sin alguien a su lado.
Por otro lado, los días se volvieron de por sí un poco complicados. Ya no sólo tenía que pensar en el asunto de RyuJin, sino también empezar a asistir a sus clases en la universidad. Todo se le juntó de manera inevitable, por lo que también andaba más sensible de lo normal, y ya ni siquiera podía estar con ChaeYoung tanto tiempo, pues tenía que hacerse cargo de sus asuntos universitarios. Además, estaba el hecho de que ellas no podían exponerse al público.
Los primeros días fueron una especie de tortura. A esas alturas, sus compañeros estaban al tanto de que era novia de la profesora (o peor, sólo su amante sexual), y se la pasaban susurrando cuando la veían. Lisa fingía que no los escuchaba, lo peor que podía hacer era enfrentarlos y provocar una discusión que podría escalar rápidamente a una pelea. Lo que menos necesitaba era un llamado de atención por parte de sus superiores o el jefe de carrera.
¡Aunque era un poco insoportable! Incluso compañeros de cursos superiores, con los que jamás había hablado, se le quedaban mirando. De seguro comentaban que ella sólo se metió con la profesora para obtener buenas calificaciones o, lo que sería más despreciable, conseguirle un padre a su hija.
Al final, sólo llegaba a casa para estar con RyuJin y abrazarla. Para su fortuna, Mashiho aceptó seguir cuidándola a pesar de que ya no vivían en el mismo edificio, pero con la condición de que le pagaran un poco más para poder pagar el transporte. ChaeYoung dijo que no había problema alguno, porque RyuJin quería a Mashiho y se llevaban muy bien. Lisa, además, sospechaba que era también para no preocuparla por otra cosa.
Esos primeros días ChaeYoung llegaba un poco tarde también. Lisa la echaba mucho de menos y se moría por tener uno de sus abrazos, de esos que la hacían saber que todo estaría bien por muy difíciles que fueran las cosas.
—¿No has tenido problemas en tus clases? —le preguntó ChaeYoung una semana después, acurrucadas en el sofá y viendo una película. RyuJin ya se encontraba durmiendo luego de una dura jornada de juegos.
Lisa emitió un suspiro bajo.
—Todo... Normal —contestó, agarrando un puñado de palomitas de maíz para comer—. Es decir, tú sabes, ChaeYoung... Tengo tu marca y aroma y eso llama un poco la atención, pero...
—¿Te han molestado? —pudo notar como la voz de la alfa se teñía en molestia.
—No molestado —Lisa hizo un pequeño puchero—, pero hablan chismes y esas cosas. Es un poco incómodo, aunque no insoportable.
—No debería ser ni incómodo ni soportable, amor —ChaeYoung trató de calmarse—, si quieres...
—No, no —se apresuró en decir la omega—. No. Si intervienes y los profesores comentan algo, será peor. Tú sabes cómo somos los jóvenes. Nos encantan los chismes y esas cosas.
La Neozelandesa no pareció complacida con sus palabras, sin embargo, se las respetó. Ella no quería más problemas en lo que el asunto con RyuJin se resolvía.
Por fin llegó el día en que se llevaría a cabo esa famosa mediación, dos semanas después. Lisa fue citada con RyuJin al Juzgado Familiar, donde serían recibidas por el mediador para conversar sobre los pasos a seguir. JiMin, por supuesto, le acompañó y ChaeYoung tampoco quiso dejarla sola en ese momento, así que a las nueve de la mañana se presentaron allí, con una dormida bebé en brazos.
Como no podía faltar, JiWon y su madre estaban apareciendo. Lisa sospechaba que el padre del alfa no estaba un poco interesado en todo ese asunto, lo que empeoraba las cosas respecto a que era sólo un tonto capricho. La omega no tuvo la fortuna de conocer a ese hombre, y lo agradecía muy profundamente.
Ni JiWon ni su madre la saludaron, apenas haciéndole un gesto de reconocimiento incluso a JiMin. Al menos su abogado fue mucho más educado, aunque la tensión se podía sentir en el aire apenas entraron a la enorme habitación donde, en el centro, había una mesa. Una beta llamada Park JiHyo sería la mediadora, una mujer muy bonita, de cabello negro y ojos amables. Los recibió con una sonrisa suave indicándoles que tomaran asiento, y pronto estuvieron todos en sus respectivos lugares a la espera de que ella hablara.
—Muchas gracias a ambas partes por venir —dijo ella, abriendo una carpeta donde supuso que estaba toda la información—, y me alegro también de que hayan decidido llegar a esta instancia para evitar un juicio por tutela de la niña. Supongo que sus abogados les explicaron que es un proceso largo y tedioso que no sólo los somete a ustedes a una gran incertidumbre y cansancio, sino también a gran estrés para la cachorra. Ojalá que lleguemos a un acuerdo en el que prevalezca siempre el bien para la menor.
La mujer pareció esperar que ellos contestaran o dijeran algo respecto a eso, pero sólo se encontró con más tenso silencio. JiMin se aclaró la garganta y le dio la razón, sin embargo, más allá de eso, no hubo palabras. Ella no se veía sorprendida por la actitud de ambos lados.
—Según los antecedentes —continuó JiHyo—, la parte demandante es la paterna, exigiendo establecer una custodia compartida respecto a la menor Manoban RyuJin, ¿Es eso cierto?
—Así es, señora Park. —afirmó el abogado JanKnow.
—Bien, ¿Qué es lo que opina la parte materna respecto a esto? —consultó la mujer, mirando ahora a JiMin.
El alfa se acomodó en su lugar.
—Mi cliente es aprehensiva sobre una custodia compartida —contestó él con suavidad—, por el hecho de que el padre de la niña estuvo desaparecido hasta este momento.
—No estuve desaparecido —saltó JiWon, ofendido—, es sólo que...
Su abogado le dirigió una mirada para que se callara. Lisa deseó que no lo hiciera y dijera un montón de mierda contra ella, pero el alfa apretó sus labios, dejando de hablar.
JiMin enarcó una ceja lentamente.
—Mi cliente y el señor Kim mantuvieron una relación cuando eran más jóvenes, en la que mi cliente terminó en cinta —continuó el abogada mientras la mediadora lo escuchaba—. Según lo que expone mi cliente, cuando se enteró de su embarazo, le habló al señor Kim pero éste rechazó hacerse cargo de la niña, poniendo incluso en duda su paternidad. Con esa respuesta, y bajo las amenazas de la madre del señor Kim —su voz se volvió grave—, mi cliente no volvió a molestarlos. La madre del señor Kim también insistía en que ese bebé no era de su hijo y que mi cliente sólo quería aprovecharse de ellos.
HyoYeon enrojeció ante esas palabras, igualmente pareciendo que se contenía para no ponerse a gritar. ¿Desde cuándo esa familia tenía tanto autocontrol?
—Mis clientes no actuaron bien en el pasado —admitió JanKnow—, pero eso no significa que el señor Kim no tenga derecho a ver a su hija.
—Disculpe, pero... —la mediadora dudó un instante—. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión? Básicamente, ustedes creían que la niña no era suya, ¿Por qué pedir la custodia ahora? ¿Se hizo un examen de paternidad?
Sin poder evitarlo, Lisa sintió un poco de humillación por lo que acababa de oír. ¿Un examen de paternidad para comprobar que ella no mentía? Que vergonzoso era eso para ella.
—Me... Arrepiento de haber actuado como un idiota —JiWon pareció tragarse su orgullo—, y le pedí perdón a Lisa. Mi madre también lo hizo.
—Exacto —se apresuró en decir su abogado—, mi cliente recapacitó y se dio cuenta de sus errores, por lo mismo, quiere tener la oportunidad de poder estar con su hija.
—¿Es cierto lo del perdón? —preguntó JiHyo.
—Sí lo es —admitió JiMin—. Mantuvimos una reunión en la que se conversó sobre el tema e, incluso, se intentó un acercamiento por parte del padre hacia la menor.
—¿Y en qué resultó eso?
—El señor Kim me comentó que la madre de la cachorra apenas le dejó estar con ella. —contestó JanKnow.
—¿Fue así? ¿Señora Manoban?
—No —Lisa habló con firmeza, sin bajar la cabeza—. JiWon llegó a eso del mediodía a mi hogar que comparto con mi actual pareja. No sólo llegó tarde, sino que también con una actitud prepotente y presentándose frente a RyuJin como su padre. Mi cachorra —remarcó—, hasta ese momento jamás interactuó con él ni lo vio, por lo que le generó gran confusión, haciéndolo llorar. RyuJin no conoce a otro padre que no sea mi pareja.
—Tuviste que haberle explicado... —comenzó a decir JiWon.
—Además —le interrumpió Lisa, molesta—, tuve que orientarla sobre las comidas de una niña de menos de dos años, porque ni siquiera fue con eso preparado. El almuerzo transcurrió con normalidad, es cierto, y después JiWon se puso a jugar con RyuJin, pero en un momento de descuido, en el que yo estaba lavando los platos, escuché el llanto de mi cachorra y al ir a verla la encontré en el suelo, con una herida en la frente y JiWon ni siquiera hacía el amago de consolarla. Yo la tuve que consolar, mientras el señor Kim me veía.
—¿Y qué fue lo que pasó? —la mediadora se volteó al alfa, que se veía enojado—. ¿Por qué la niña estaba con una herida?
—Se cayó sola —se defendió—, estábamos jugando con unos bloques que tiene y al ir hacia uno, tropezó con sus propios pies y se golpeó en la cabecita. Iba a consolarla, pero apareció Lisa y no me permitió hacerlo.
—Mmm...
La omega contempló con más ira al alfa, que le devolvió la mirada. Ambos parecían echar chispas en ese instante.
—Es un caso delicado —comenzó a decir JiHyo, viéndose honestamente preocupada—, es comprensible que la madre de la niña y la propia cachorra tengan un rechazo hacia el padre biológico si es que no ha manifestado presencia hasta ahora. Sin embargo, si usted está reconociendo su paternidad, ha pagado la pensión que se debe y ha establecido desde ahora una mensualidad, entonces tiene derechos para interactuar con su hija.
—¿Y si no quiero esa mensualidad? —soltó Lisa sin poder evitarlo. JiHyo se giró a verla.
—Lisa. —habló JiMin.
—No me interesa el dinero —continuó la omega, impulsiva. ChaeYoung le agarró el codo, como si así pudiera decirle que no siguiera hablando, pero Lisa no podía controlar su boca—, lo único que quiero es no compartir la custodia de mi hija con el señor Kim, porque no confío en él ni en los cuidados adecuados que le dará a RyuJin.
Nuevo silencio una vez acabó de hablar. Pudo notar como JiMin hundía sus hombros, mientras que frente a ella, JiWon se cruzaba de brazos con una expresión de burla. Cuando sus ojos chocaron con los de JiHyo, pudo ver la compasión allí, y su corazón se congeló.
—El padre biológico tiene derecho a una custodia si lo exige —explicó ella con suavidad—, no importa si usted no quiere el dinero, señora Manoban, pero es lo que corresponde. Por otro lado, es comprensible que usted tenga miedo y un rechazo inicial hacia esto, sin embargo —ella apuntó a JiWon—, el señor Kim puede estar realmente interesado en iniciar una relación con su hija, y eso es bueno para la niña.
Lisa apretó los labios, manteniendo una expresión lo más neutra posible a pesar de que sentía cómo algo en ella se rompía. Algo en ella se apretó y se destrozó en miles de pedazos ante la decisión que ya parecía tomada.
—Iniciaremos con una custodia vigilada de sólo un día semanal —dijo ella—, en la que se llevará a la niña a la casa o departamento del padre, pero en compañía de la madre y, por supuesto, mía. Se comprobará que la cachorra esté en un ambiente idóneo, con las cosas básicas que necesita, además de comprobar la interacción padre-hija. En base a esos resultados, en un mes más, se tomará la resolución de que las visitas ya no sean con la presencia de la madre, aunque todavía con mi asistencia.
—Eso es... —JiWon volvía a verse molesto con la resolución—. No necesito vigilancia, no soy un niño pequeño, ¿Cómo...?
—Tal vez usted no lo sea —la voz de JiHyo fue indulgente, aunque podía detectarse un tono borde también—, pero va a cuidar de una bebé. Como comentó la madre de la niña, usted no puede simplemente llegar y presentarse como un padre ante una menor que no lo conoce ni ha visto. Puede ser el padre, sin embargo, por ahora, es un completo desconocido para ella.
Las palabras de la mujer sonaron a una pequeña sentencia. JiWon tuvo el descaro de enrojecer, pero Lisa no pudo sentir un poco de placer por la decisión que se tomó. De sólo pensar en dejar a RyuJin con ese alfa, se sentía morir.
La mediadora fijó la visita para el sábado que venía, diciendo que Lisa debía ir con la niña a las diez de la mañana. Notó que eso tampoco le gustó demasiado a JiWon, sin embargo, simplemente no protestó esta vez.
Unos minutos más tarde, la reunión se dio por acabada. RyuJin venía recién despertando, lo que era una fortuna, ya que no tuvo que ver a la familia Kim. Lisa no sabía cómo iba a reaccionar al volver a verlos.
Aprovechando que los Kim fueron los primero en irse, se acercó a la mediadora.
—Disculpe, señora Park —le dijo, viendo de reojo a ChaeYoung conversando algo con JiMin—, sé que puede ver mal esto, pero... Pero ¿Qué pasaría si RyuJin no logra establecer una buena relación con su padre? Tengo miedo...
—Evaluaré el comportamiento de la niña durante los siguientes meses —contestó ella con amabilidad—, si se muestra un gran rechazo luego de un tiempo, es probable que la custodia que se establezca sea de un día a la semana, y así se irá revaluando cada cierto tiempo.
¿Cada cierto tiempo? Eso era demasiado para Lisa.
—Lo lamento —se disculpó ella, llamando su atención—, pero así son las leyes, señora Manoban. La única forma de que usted se quede con la custodia completa, es que el señor Kim renuncie a ella o demuestre ser incapaz de cuidarla.
Lisa sólo asintió con la cabeza, callada y sabiendo eso. La mujer no tardó en disculparse otra vez, pero ahora para marcharse, y la omega se acercó a ChaeYoung, que sostenía a la cachorra.
—¿Quieres comer fuera? —le preguntó la alfa, dándole la mano.
—Está bien —Lisa necesitaba despejarse un poco, se sentía demasiado agotada y sin mucha energía—. ¿JiMin dijo algo? —añadió, pues él se tuvo que ir con rapidez también.
—Dijo que no te preocupes —se pusieron a caminar hacia la salida—, que vas a tener que ceder un poco, pero él espera, y yo también, que JiWon no aguante demasiado. No se veía muy contento con la resolución.
—Es su madre la que presiona —suspiró Lisa—, ella es la que quiere esto, no él. Es una desgraciada...
—Sí —ChaeYoung se acercó a darle un beso suave en la mejilla—, pero ahora, pensemos en otra cosa. ¿Comida y mimos?
—Suena perfecto.
Eso era lo que necesitaba Lisa en ese instante, saber que su pequeña familia estaba todavía bien.
***
El sábado llegó con más rapidez de la que hubiera deseado la Tailandesa, por lo que no tuvo más que partir hacia el departamento en el que JiWon vivía. Estimaron que no fuera necesario que ChaeYoung la acompañara, otra vez, para evitar una pelea, pero al menos la fue a dejar y se despidió amorosamente de RyuJin.
—Nos veremos más tarde —le aseguró la alfa a la cachorrita, que se reía por los besitos que recibía en la cara—, y jugaremos hasta que caigas dormida, amor.
—¡Baaaaaaaa! —se carcajeaba RyuJin, abrazando a ChaeYoung—. ¡Muack, muack!
—Y a ti, te amo mucho también —continuó la mayor, volteándose hacia Lisa y dándole un beso en la boca—. ¿Quieres algo especial para la cena?
—Hamburguesas y Sprite. —jugueteó la omega.
—Trato hecho, cariño.
Volvieron a despedirse de ChaeYoung, que se marchó a los pocos minutos, y Lisa agarró con más fuerza el bolso con las cosas de RyuJin. La mediadora no tardó en aparecer, saludándola con amabilidad y haciéndole un gesto amistoso a su cachorrita, que se acurrucó en brazos de mamá. Entraron al edificio, subiendo al ascensor para ir hacia el departamento de JiWon.
El alfa ya les estaba esperando, luciendo recién vestido y bañado. Se veía con sueño, de seguro se quedaba dormido hasta tarde en esos días, pero eso no fue lo que desagradó a Lisa, sino el ver a su madre allí metida. ¿Qué demonios?
—Mi madre se quedará hasta mañana —dijo JiWon, tranquilo—, ella vino a visitarme independiente de esto.
Mentiroso, se dijo Lisa, pero sólo guardó silencio. La mujer apenas la saludó, viéndose altiva y orgullosa, como si se hubiera ganado la lotería.
—¡Hola, RyuJin! —dijo ella, luciendo entusiasmada y acercándose hacia Lisa. Su cachorrita se sobresaltó, mirando a la mujer con desconcierto—. ¿A que no sabes quién soy yo? ¡Soy la abuela!
—¿Bubu? —su bebé miró hacia cualquier otro lado, pareciendo buscar a sus abuelas—. ¿Buba?
Dios, ¿Es que esa familia se especializaba en ser indiscretos y apresurados? Incluso la mediadora se veía fuera de lugar, sorprendida por la presura de ellos.
—No, a ver, RyuJin —trató de explicar Lisa—, ella es...
—¡La abuela! —volvió a decir HyoYeon, impaciente—. ¡Dámela, quiero sostenerla!
Poco más se lanzó sobre ella para quitársela, pero Lisa retrocedió y RyuJin se aferró a ella. Se veía, francamente, asustada.
—¡Nooooooooo! —gritó RyuJin—. ¡Maaaaami! —y se puso a llorar, más confundida ahora.
—Ay, cariño... —comenzó a consolar Lisa.
—Vamos a calmarnos —intervino Park, poniéndose en medio para que HyoYeon le diera su espacio a RyuJin—, señora Kim, qué bueno que esté aquí, pero por favor, tenemos que ir con calma. La niño no la conoce y no tiene confianza en usted, no puede simplemente pedirla como si fuera un objeto.
HyoYeon se veía contradicha, con el ceño fruncido en disconformidad. Sin embargo, sólo hizo caso.
—Preparé el desayuno —habló ella, molesta—. Vamos, espero que RyuJin no haya comido.
Lisa rodó los ojos, todavía consolando a su cachorrita. Faltaron unos minutos para que el llanto se detuviera, aunque no parecía muy de acuerdo con dejar los brazos de mamá. La muchacha no tuvo más que dejarla en el suelo para poder sacar las cosas que llevó.
—Traje leche materna —comenzó a decir Lisa, viendo ahora bien el departamento: era lujoso, grande y muy cómodo, de seguro costaba una millonada. Tenía una cocina separada del living-comedor, con un gran balcón y otro pasillo que de seguro conducía al baño y las habitaciones para dormir—, hay que calentarla...
—Claro que lo sé —exclamó HyoYeon, casi quitándole el biberón de las manos—, yo crie a JiWon, ¿Crees que soy tonta?
Tuvo que aguantarse la respuesta. La mediadora se sentó en uno de los sofás, anotando un par de cosas en la libreta que llevó.
—¿Cuál sería el cuarto de la niña? —preguntó ella.
RyuJin se encontraba abrazando la pierna de Lisa, sin querer soltarla ni alejarse de ella.
—Todavía falta acondicionarlo bien —dijo JiWon—, pero es por aquí...
Lisa le dio la mano a su cachorrita, diciéndole que la siguiera. La menor se apresuró en caminar a su lado, siguiendo al alfa y con JiHyo siguiéndolos detrás.
Era la primera habitación a mano izquierda. Era un cuarto ni demasiado grande ni pequeño, con un armario pegado a la pared y luz natural. Un lado tenía papel decorativo de color azul con un patron girasoles. Había una cuna de altura contra otra pared, que estaba pintada de blanco, y un par de peluches en el suelo.
A Lisa no le gustó particularmente. Además, la cuna era demasiado alta. La que ellas usaban era baja y de libre acceso para que RyuJin subiera y bajara a gusto propio. Para ChaeYoung y ella era importante que su cachorrita aprendiera a ser autónoma en algunas cosas desde pequeña.
Sin embargo, supuso que a ella no tenía que agradarle, sino a su cachorrita.
—¿Y qué tal? —dijo con falso entusiasmo, volteándose para que RyuJin mirara bien la habitación—. ¡¿Te gusta, Ryu?!
—Mmm... —la niña miró con desinterés—. No.
Lisa tuvo que reprimir la sonrisa para no provocar a JiWon.
—Le faltan juguetes. —señaló la mediadora.
—Sí, se los voy a comprar una vez sepa lo que le gusta a RyuJin —se apresuró en decir el alfa, disgustado—. A ver, ¿Qué no te gusta, RyuJin? Para poder cambiarlo.
RyuJin titubeó, pero Lisa la alentó a recorrer el cuarto. Su bebé se tambaleó por el lugar, mirándolo con ojo crítico, lo que era un poco gracioso al ser tan pequeña. Sin embargo, mamá sabía que su hija era muy inteligente.
—¡Feo! —apuntó hacia el papel decorativo con claro enojo—. ¡Feo, feo!
—¿Te gustaría algo más claro? —aventuró Lisa.
—¡Sí! —RyuJin se rió—. ¡Con guaus y miaus y muuus y oincs! —exclamó en una burda manera de decir "animales".
—Bien, ¿Y qué más? —bufó JiWon.
RyuJin fue hacia la cuna. No había forma de que pudiera subirse a ella, se dio cuenta su cachorra, por ninguna parte. La que tenía en su casa, si bien tenía también barandas para no caer al suelo al dormir, a los pies de la cama poseía un espacio para que se bajara y subiera sin ayuda. La misma RyuJin ya estaba aprendiendo su horario para dormir y no era necesario insistirle que fuera a la cama, iba por sí sola y sin necesidad que la tomaran en brazos.
—¡Fea! —reclamó, mirándola con rechazo.
—¿Quieres una como la que hay en casa? —preguntó Lisa.
—¡Sí! —volvió a repetir, y agarró un peluche de mapache en el suelo—. ¡Lido!
—¿Qué? ¿No le gustó? —se irritó JiWon.
—Claro que no —Lisa tuvo que aguantar el insulto otra vez—. Te acaba de decir que le gustó. Los peluches le gustaron.
—Ah, que bien —JiWon se aclaró la garganta—. ¿Quieres más peluches, RyuJin? ¡Te puedo comprar muchos más si quieres!
—Aaaaaah... —RyuJin miró a JiWon por primera vez, un poco desconfiada—. Yaaa...
Por mucho que la situación no fuera favorable, Lisa en el fondo esperaba que JiWon no actuara como un idiota. No confiaba demasiado en que fuera a cambiar su comportamiento con ella, pero RyuJin no tenía por qué sufrir de las estupideces que hacía su padre, y si era un buen papá para ella, Lisa no tendría más que aceptarlo.
A los pocos minutos fueron a desayunar. JiHyo apenas intervenía y hablaba, parecía más que satisfecha mirando la dinámica familiar, y Lisa tuvo que dejar que la madre de JiWon quisiera alimentar a RyuJin, a pesar de que su cachorrita podía sola con el biberón.
—Es bastante independiente. —le comentó la mediadora, mirando a RyuJin ignorar los arrumacos que le hacía HyoYeon.
—Ah, sí —Lisa sonrió—, yo estoy estudiando educación de párvulos y mi novia es profesora también, pero se especializa en neurociencia y desarrollo infanto-juvenil —puso cara de vergüenza—. Disculpe, es que...
—No se preocupe —JiHyo también le sonrió—, ¿Así que saben cómo educarla?
—Su papá ha estudiado distintos métodos de enseñanza —explicó Lisa—, Montessori, Waldorf, Pikler... Estamos aplicando un par de cosas de cada uno. Por ejemplo, el tema de la habitación, dejamos que RyuJin escoja los colores que le gustan. Si no quiere comer más, y si vemos si comió lo suficiente, no la presionamos. No todo es ideal, por supuesto —Lisa recordó la vez que perdió los estribos y le gritó a su cachorrita—, pero estamos aprendiendo con ella en el camino.
—Eso es bueno —afirmó la mujer—, y saber que no se debe idealizar la crianza. Es muy difícil educar a un niño.
Lisa le dio la razón, sabiendo que todavía tenía un largo camino por delante en cuanto a su cachorrita, pero dispuesta a darlo todo por ella.
Una vez acabaron de desayunar, JiWon dijo que podían dejar a RyuJin mirando televisión. Lisa se sobresaltó enseguida.
—No, redúcele los tiempos de televisión y pantallas —le dijo, llamando su atención—. No puedes dejarla todo el día mirando la televisión para quitártela de encima.
—¿Qué? —como no faltaba, HyoYeon intervino—. ¡La televisión tiene muchos programas educativos!
—Que no sirven —replicó Lisa—. RyuJin está en crecimiento y necesita movimiento y que jueguen con ella. Pocas pantallas y más juegos, además, ¡Le puedes generar una adicción! Si le quitas las pantallas luego de acostumbrarla, reaccionará muy mal —Lisa fue a su bolso, abriéndolo—. ¡RyuJin, mira que traje!
Su cachorrita la miró y comenzó a chillar de emoción al ver algunos de sus juguetes favoritos, como el de clasificar colores.
—Juega con ella —le exigió a JiWon—, así la conocerás más, que es lo que tanto quieres.
El alfa apretó los labios, pero bajo la mirada de la mediadora, poco pudo reclamar. No tuvo más que ir a jugar con la cachorra, que para fortuna de Lisa, pareció aceptarlo en su juego. Aunque seguía sin llamarlo "papá", sin embargo, tampoco le decía "popo".
—No puedes corregir todo lo que haga mi hijo —comenzó a decir HyoYeon, enfadada—, no siempre estarás aquí, ¿Cómo crees...?
—Le enseñaré —replicó Lisa, molesta—. Mi cachorrita no será criada como usted crio al suyo o me criaron a mí. Los tiempos cambian y hay que adaptarnos, señora Kim.
La mujer parecía dispuesta a seguir discutiendo, pero tal y como pasó, gracias a la presencia de JiHyo, no insistió. La mujer recogió los platos y se fue a lavarlos, indignada.
Mientras jugaban, Lisa también le dio a JiWon otras indicaciones importantes: ponerle protección al balcón, cuál era la talla de RyuJin y los tipos de pañales que usaban. Que no le gustaba comer y cuáles eran sus comidas favoritas. El alfa la escuchaba en silencio, fingiendo tomarla en cuenta, sin embargo, al menos le servía como excusa a Lisa para demostrar que ella quería que las cosas funcionaran.
Y, entonces, llegó el momento que JiWon más temió: cambiarle el pañal a RyuJin.
La bebé fue pronto donde Lisa, saltando con expresión de urgencia.
—¡Popo! —barboteó, medio llorosa e incómoda—. ¡Popo, mamá!
—Ya, ya —Lisa volvió al bolso, sacando los pañales y toallitas húmedas para limpiarlo—. JiWon, te toca.
—¿Qué? —saltó el alfa, poniendo cara de urgencia—. ¡¿Cómo?!
—Es tu hija —la omega tomó a RyuJin en brazos—, tienes que cambiarla.
—Pero... —barboteó, desesperado—. Yo nunca...
—Te daré las indicaciones —replicó Lisa—. Hay que cambiarla, ¡Apresúrate!
Lisa recostó a RyuJin en la mesa, bajo una toalla que llevó. JiWon se veía a punto de colapsar, y más cuando la omega le quitó el pantalón a RyuJin y el olor se filtró.
—Lisa... —comenzó a decir JiWon.
—¿Qué? —la menor se hizo a un lado—. Es lo que debes hacer, ¡Tienes que aprender a hacerlo!
El alfa miró para todos lados queriendo que alguien lo salvara, sin embargo, la mediadora sólo le observaba con expresión indescifrable. Su mamá no se encontraba, pues fue a comprar cosas para el almuerzo.
Sin encontrar una solución, no tuvo más que ir hacia RyuJin, que le observaba con el ceño ligeramente fruncido. Lisa le agarró la manito para distraerla, y así la bebé se relajó.
El proceso fue lento y con JiWon exagerando cada reacción. Algo que tardaba no más de cinco minutos para Lisa y ChaeYoung, ahora fue de veinte minutos, y el alfa cerrando sus ojos cada dos minutos para no observar el desastre de caca. Lisa no tenía que estar disfrutando de eso, pero lo hacía.
Una vez acabó y RyuJin estuvo de pie, la niña volvió a jugar como si nada. JiWon corrió a botar las cosas sucias y lavarse las manos, asqueado y muy, muy disgustado. Lisa se puso a conversar con JiHyo.
El almuerzo siguió con relativa normalidad. RyuJin comió hasta que se sació y tomó una pequeña siesta en el sofá, porque no quería estar sola en una habitación desconocida, pero sólo lo hizo después de ordenar los juguetes. JiWon preguntó irónicamente si podía mirar ahora televisión, y Lisa quería pegarle, aunque sólo le contestó que lo hiciera con el volumen bajo.
De ahí las cosas transcurrieron en un incómodo silencio, pero ninguno parecía interesado en romperlo. Lisa se dedicó a hablar sólo con JiHyo, preguntándole sobre algunas cosas para romper el silencio, mientras JiWon y su madre la ignoraban.
RyuJin despertó media hora después, desorientada. Lisa se encontraba en el baño, lavándose las manos, cuando escuchó su grito.
—¡MAMI!
Y el llanto siguió.
Se apresuró en secarse las manos, saliendo con rapidez y se encontró con RyuJin llorando a gritos, con JiHyo tratando de sostenerla en brazos, pero la bebé se retorcía con desesperación.
—¡No, no! —chillaba, y fue cuando vio a Lisa—. ¡Ma-mami! ¡Mami!
Lisa dio unos pasos para agarrarla, pero HyoYeon retrocedió bruscamente. Esa acción hizo que RyuJin gritara más.
—¡Deja que la consuele! —gritó la mujer—. ¡Es mi nieta!
La omega titubeó, mirando hacia la mediadora y esperando que interviniera, que dijera que se la entregara. Sin embargo, ella pareció darle la razón a HyoYeon, y Lisa sintió su estómago apretado por el llanto de su cachorrita.
—Vamos, vamos RyuJin —decía la madre de JiWon, que la observaba con un poco de irritación—, mamá ya está aquí, ¿No ves? Cálmate, niña, no te hace bien llorar tanto, ¡No es para tanto!
Eso pareció hacer llorar más a RyuJin, que comenzó a patalear para que la soltara. Lisa tenía miedo de que se le cayera por la forma en que su cachorrita se movía.
—¡No llores! —insistía HyoYeon, pareciendo darse cuenta de que no era tan sencillo—. ¿Te callarás si te doy un regalito? La abuela te compró un juguete para ti... —pero RyuJin no paraba—. JiWon, ¡Consuélala tú!
JiWon puso cara de espanto. Lisa se preocupó más al ver el rostro enrojecido de su cachorrita, tan húmedo y mojadito por las lágrimas.
—¡Mami! —no dejaba de gritar y revolverse—. ¡Mami, mami, mami!
—Por favor... —comenzó a suplicar Lisa.
JiWon agarró a la niña, obligado, queriendo consolarla. Le golpeaba suavemente la espalda, la mecía y decía palabras de consuelo, sin embargo, no resultaba. Fue peor cuando el alfa se llamó a sí mismo como papá.
—¡No, no papa! —sollozaba RyuJin—. ¡Mama, mama! ¡Papa, papa!
Lisa no lo aguantó más.
—¡¿Puedes dármela?! —exclamó—. ¡Quiere consuelo, pero no de ti!
JiWon le entregó a RyuJin. La bebé casi se le pegó como una lapa, llorando mucho más calmada, pero sin dejar de soltar lágrimas. Lisa la abrazó por completo y se sentó en el sofá, comenzando a columpiarse y acariciándole el cabello.
—Bien, bien, mi bebé, mi linda bebé... —le susurró, dejando que siguiera llorando—. Eso, vamos, suéltalo todo, ¿Está bien? Llora lo que quieras...
La bebé tenía los brazos caídos, pero pegados a ella, y poco a poco, con el pasar de los minutos, comenzó a sólo hipar. Lisa no la alejó, sólo siguió murmurándole con amor.
—¿Ves? Mamá está aquí, contigo, para siempre, siempre —continuó, amorosa—, no me fui lejos, ¿Eh? No me iré lejos de ti.
—Ma-ma-mami —tartamudeó RyuJin, sorbiendo por la nariz—, ma-ma...
—Mami, mami —repitió Lisa, sonriéndole y besándole la frente—, ¿Ves cómo estoy aquí? ¿Ya pasó el llanto? ¿Quieres jugar?
—No —murmuró su cachorrita, abrazándola con fuerza—, no.
Lisa le acarició otra vez el cabello, interpretando que quería estar en sus brazos. No la alejó ni soltó, porque si su bebé quería eso, era porque sólo quería ser consolada.
—Lo tienes muy mimada —comenzó a decir HyoYeon, molesta por la escena—, ¡No es posible que llore sólo porque fuiste al baño!
—No lloraba por eso —contestó con suavidad Lisa, porque no quería levantar la voz, no luego de todo el llanto de su bebé—, lloraba debido a que se despertó y no reconoció el lugar. Para ella, ustedes son desconocidos.
—¡Es sólo un tonto berrinche! —insistió la mujer, pero Lisa no contestó más, sólo siguió meciendo a RyuJin, que no parecía querer mirar a ninguna otra persona en ese lugar.
Lo poco que quedaba de tarde transcurrió lenta y dolorosamente. RyuJin ya no se despegó de ella, ni siquiera a jugar o colorear, y JiHyo tampoco insistió en generar otro acercamiento entre la cachorra y la familia paterna. JiWon ni siquiera hizo el amago de hacer otra cosa, y HyoYeon se la pasó murmurando en señal de disgusto.
Cuando llegaron las seis de la tarde, Lisa tomó sus cosas y se marchó con la mediadora. RyuJin estaba dormida contra su pecho, tan agotada por todo el llanto derramado.
—¿Piensa que tuve que dejarla para que la siguieran consolando? —preguntó Lisa una vez estuvieron en el ascensor.
—No —JiHyo respondió con tranquilidad—, no podemos experimentar con las emociones de la cachorra. Como usted dijo, señora Manoban, quería consuelo de usted, no de ellos —ella se veía muy cansada—. Por eso mismo, la idea es ir poco a poco, esperando que RyuJin se vaya acostumbrando a la presencia paterna.
Lisa entendía que era el trabajo de ella, pero la odió un poco al escuchar esas palabras. No le parecía justo que su bebé se viera sometida a tal estrés.
Para su fortuna, ChaeYoung la estaba esperando fuera de su auto. Al verla salir, fue hacia ella con una clara expresión de preocupación, revisando a RyuJin, y no tardó en tomarla en brazos con cariño.
—Pude... Sentir un poco sus emociones —le comentó la alfa, y a Lisa no le extrañó, porque era normal que su cachorra hubiera generado un lazo con su padre—, me preocupé demasiado, pero no quise venir. Temía golpear a alguien.
—Fue lo mejor —Lisa la besó en la boca con suavidad, oliendo las feromonas paternas que soltaba ChaeYoung. RyuJin, en sus sueños, se arrebujó contra la alfa—. Despertó de una siesta, no me vio y entró en pánico. Ni JiWon ni su madre pudieron consolarla y eso la desesperó más.
ChaeYoung asintió, comprensiva, y llevó a la cachorrita al auto, sentándola en su silla. No pareció protestar, tan cómoda en el aroma paterno del conocido lugar.
Incluso Lisa sintió como sus hombros se destensaban y agradecía que ChaeYoung tuviera ese poder relajante en ella. Con todo el estrés que tenía encima, era lo más perfecto para ella. Ojalá la tuviera siempre a su lado.
***
¡Gracias por leer!
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