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Advertencias: Jongseong y JungSu como pareja principal, cositas lindas y fluff, un poquito de drama
Jongseong tuvo que hacerse prácticamente de todo desde ese momento, empezando por consolar a Sunoo, que lucía demasiado confundido y lloroso por la extraña situación en la que se encontraba su mamá.
JungSu, para no asustarlo más de lo que ya estaba, se escapó al baño para seguir sollozando, Su mente se seguía sintiendo demasiado confundida por lo que acababa de pasar, incrédulo y aterrado por el miedo de que le quitaran a su bebé. La idea lo paralizaba por completo, como si estuviera a punto de enloquecer ante el pánico.
Mientras tanto, el alfa dejo que SuNoo llorara en sus brazos, consolándolo con arrullos suaves y tiernos. Poco a poco, el niño se empezó a calmar.
—Bien, bien—Jay le besó la frente al pequeño, limpiándole las mejillas del rastro de lágrimas—, ¿qué tal si ahora dormimos, Sunito?
—Papi—barboteó SuNoo, y el alfa soltó feromonas paternas, cálidas y envolventes para el bebé—, papi...
Debió sentirse más que relajado en ese ambiente, pensó Jongseong, pues no le costó demasiado hacerlo dormir. El mayor lo observó un rato antes de ir hacia la habitación de SuNoo, recostándolo en su camita.
—Tranquilo—le susurro, arropandolo para que no pasara frío—, papá se encargará de todo, cachorrito. Te protegeré a ti y a mamá,
Una vez consideró que el bebé ya no despertaría, se dirigió al baño, abriéndolo y encontrándose con el desastre que era JungSu. No le sorprendió encontrárselo en el suelo, abrazándose las piernas, así que Jongseong se inclinó y lo agarró por la cintura. El omega lo abrazó ahora del cuello, dejándose levantar.
—Mi amor—Jongseong habló, sentando al menor en la tapa del inodoro—, ven, vamos a limpiar esta linda carita
—Jay—tartamudeó JungSu, frotando sus ojos como para alejar las lágrimas—, yo... lo... lo si-siento...
—¿Qué sientes?—Jongseong abrió la llave del lavamanos— ¿Tener que cuidarte ahora? No digas tonterías, Eres mi omega, te amo, y es mi responsabilidad cuidarte, cariño.
Eso pareció hacerlo llorar más, pero Jongseong no le tomó mucha importancia, mojando sus manos para quitar el rastro de lágrimas de las mejillas de su novio. Tenía la carita y ojos hinchados debido al llanto, sin embargo, seguía siendo muy hermoso para Jongseong.
—Tengo miedo—admitió JungSu, dejando que el alfa le limpiara la nariz también, haciéndole sonar su nariz. Era como ser un niño pequeño siendo atendido, aunque eso no lo hacía desagradable—, no quiero... ¿qué tal si...?
—No te adelantes—le interrumpió Jay amoroso—. No voy a dejar que ese idiota nos quite a nuestro hijo, Susu. Si es necesario que contrate a los mejores putos abogados del mundo, lo haré.
JungSu parecía aturdido ante sus palabras, tratando de procesarlas, y Jongseong sólo lo abrazó con fuerza, como si pudiera unir las partes rotas del omega con ese gesto.
De su desesperado y sollozante omega. El alfa lo podía percibir a través de su lazo, de la marca que compartían, lo atormentado que se sentía, como si no pudiera ver un rayo de esperanza. A Jongseong no le importaba: él se encargaría de que su pareja no perdiera esa brillante sonrisa que siempre traía encima. No dejaría que le arrebatan a su cachorro, a ese bonito bebé que era suyo también. SuNoo era su hijo, era parte de su manada.
El omega pareció notar los pensamientos del alfa, porque le devolvió el abrazo por el cuello. A pesar de ser ligeramente más bajo a JungSu le encantaba rodearlo con sus brazos de esa forma.
—Es tuyo—le susurró JungSu—, es tu hijo. Es nuestro hijo. Nuestro bebé. Tuyo y mio, Eres su único padre, mi amor...
—Y como su padre, lo voy a cuidar con mi vida—le prometió Jongseong—. Te lo juro por mi alma, bebé. Ese imbécil no nos lo va a quitar bajo ningún motivo.
JungSu sólo asintió con la cabeza, incapaz de hablar y con el corazón encogido en miedo. Sin embargo, sabía bien que confiaba en Jongseong, con su alma, sin ninguna duda. Era capaz de confiar en él incluso con los ojos cerrados.
—Te amo—le aseguró.
—Yo también te amo—contesto Jongseong—, a ti y a nuestro cachorrito.
Jongseong se encargaría de que ese imbécil no arruinara esa preciosa familia que tenía.
Lo primero que hizo Jongseong, al día siguiente, fue llamar a sus padres. Su padre era un accionista mayoritario de una empresa de viajes, por lo que conocía a muchos contactos influyentes que pudieran ayudarlo en conseguir un buen abogado.
Lo aprovecho, además, mientras iba a trabajar a la universidad. Dejó a JungSu con Yueli y Renjun, que fueron a verlo apenas su novio los llamó para conversar con ellos. Sabía que sus amigos le iban a cuidar, además que también tenía claro que el omega necesitaba de su propio espacio para hablarlo con otras personas.
—¿Un abogado?—preguntó su padre, confundido— ¿Y eso para qué, Jay?
El alfa vaciló un momento antes de decidir contarle la verdad. Estaba al corriente de que eso iba a significar que sus padres se involucraran más de lo debido, pero tal vez, Jongseong podía aprovecharse un poco de eso.
—¡¿Cómo?!—escuchó que el hombre gritó indignado al otro lado de la línea— ¡¿Qué ese imbécil quiere quitarnos a nuestro nieto?! ¿Quién se ha creído?!
Jongseong escuchó los insultos de su padre, dándole la razón cuando se detenia a respirar antes de seguir, sirviendo también para canalizar sus propias injurias contra el imbécil de KangJu.
—¡Te daré los mejores contactos que tengo!—le aseguró su padre— ¡Es más, dame todos los datos posibles de esa familia, voy a averiguar lo que pueda de esos idiotas!
En un inicio, Jongseong tenía muchas dudas acerca de incluir a sus padres en ese proceso, sin embargo, decidió que sería lo mejor para espantar a KangJu. Sabía, según JungSu, que la familia de ese alfa tenía dinero y contactos, por lo mismo, de seguro contrataria a un buen abogado también para lograr su objetivo. A él no le importaba el dinero, para nada, pero tampoco dejaría que ese cretino lo usara en contra de su novio.
—Gracias, papá—dijo Jongseong.
—Dile a JungSu que no se preocupe, ¡no vamos a permitir que les quiten a su hijo!—agregó Hyunsuk vehemente.
Mientras tanto, el omega se encontraba en su departamento, tratando de controlar el llanto, mientras oía los insultos de RenJun.
—¡Maldito sinvergüenza!—exclamaba indignado el alfa— Ya se las verá, ¡cuando lo vea, le voy a romper la cara! Aprenderá a no meterse más contigo ni con SuNoo.
Yueli, en tanto, observaba a los niños jugar en la habitación del bebé. Estaba al cuidado de MiYu ese día, a quien aprovechó para que estuviera con SuNoo y jugara con él. Su cachorrita era muy cuidadosa con el pequeño, sin ser brusca ni agresiva, tratando de explicarle todo con paciencia al bebé.
—KangJu dijo que pagaría la manutención correspondiente—dijo JungSu, con dolor en su voz y aspecto cansado. Yueli caminó hacia él, sentándose a su lado y agarrándole la mano—, ¿cuánto seran? ¿Unos millones de wons? Los podrá pagar sin problema.
—Tienes pruebas de que no quiso hacerse cargo desde un inicio—apoyo YueYue—. Nosotros testificaremos a tu favor, JungSu. Además, todos saben lo que ocurrió en el colegio.
Ese recuerdo provocó que el omega hiciera una mueca de dolor, como queriendo no recordar lo que pasó en esa época. RenJun y Yueli compartieron una mirada discreta, pues vieron, en primera fila, lo mal que la pasó JungSu en ese último año escolar.
Ellos le dijeron mil veces que KangJu sólo jugaba con él, sin embargo, ciego de amor, a JungSu no le importaba mantener esa relación a escondidas. Y, cuando todo finalmente se terminó, ellos estuvieron allí para tratar de reparar a un roto y desconsolado JungSu.
—Además—agregó RenJun—, Jongseong está contigo. Yo también hablaré con mis padres para buscar un abogado que nos ayude. No me llevo bien con ese mocoso—añadió con tono ligero, queriendo bromear—, pero si me lo quitan, ¡me enfadaré demasiado! ¿Con quién pelearé entonces?
JungSu sonrió con debilidad, escuchando las voces de MiYu y Sunoo provenientes de la habitación. Su cachorro, a pesar de todo, parecía no haberse dado cuenta de la situación, porque había estado jugando todo el día, especialmente desde que llegó la pequeña alfa a hacerle compañía.
Otra vez apareció la idea de lo que podía ocurrir en caso de que KangJu siguiera adelante, y un escalofrio recorrió su cuerpo. Casi de inmediato, su marca ardió.
Llegaré pronto, pareció decir el enlace con Jongseong.
Sus músculos se relajaron levemente. Su alfa siempre tenia ese poder calmante en él.
—¡Mamá!
Los tres saltaron en su lugar al escuchar el grito, volteándose hacia el pasillo, donde MiYu les miraba con una expresión tímida. Detrás, Jungkook se sostenía de la pared, tambaleándose
—¿Qué pasa, Mimi?—preguntó Yueli, entrando en ese maternal rol que tenía ahora. MiYu sonrió y corrió hacia él, abrazándolo por las piernas— ¿Tienes hambre, cariño?
—No—Sunoo cayó al suelo, pero volvió a levantarse con rapidez, y RenJun lo sorprendió, agarrándolo. El bebé gritó—. ¡No, feo!—exclamó MiYu, y fue donde RenJun.
—¿Cómo?—gritó Huang, atónito, antes de que su rostro se tornara indignado— ¡¿A quién le dices feo, enana?!—se puso de pie, llevando a Sunoo contra su pecho, que empezó a protestar.
—¡A ti, feo!—chilló MiYu, agarrándolo del pantalón— ¡No toques a mi Sunito!
Yueli comenzó a regañar a Miyu, mientras que JungSu parpadeo en confusión. RenJun, más indignado, también se dedicó a chillar. SuNoo reclamaba, pero todos lo ignoraban.
—¿Tú Sunito?—decía RenJun, burlón— ¡Pues déjame decirte, enana, que no es tuyo! Es más, ¡lo acabo de comprar para llevármelo ahora!
—¡Nooooooooooooooo!—gritó MiYu, y pateó a RenJun en la pierna.
—¡MiYu!—gritó Yueli— ¡RenJun, no le sigas el juego, por dios!
—¡Pero me pateó!—se quejó el alfa mayor—. ¡Te voy a pisar, mocosa!
—¡Rawr!—gritó MiYu antes de lanzarse a morder la pierna de RenJun— ¡Suelta a mi Sunito!
Yueli rodó los ojos, con RenJun chillando por el dolor y el pasmo de haber sido atacado de esa forma, JungSu no pudo evitarlo, y comenzó a reírse ante la situación tan tonta que estaba viendo en primera fila, como si se le hubiera quitado un peso de encima.
Finalmente, RenJun tuvo que dejar a Sunoo en el suelo, que enseguida fue agarrado por MiYu. La niña mayor lo tomó por la cintura, levantándolo, mientras el bebé chillaba por la felicidad.
—Mimi—comenzó a decir YueYue, tratando de ponerse serio—, ¡no puedes morder a tus tios!
—Mmm...—MiYu se veía desinteresada por el regaño—. ¡Que no vuelva a tocar a mi omega!
Las risas de JungSu se detuvieron, aunque se transformaron en un atragantamiento que se volvió en tos. Yueli cubrió su rostro, como si no pudiera creerlo, y ahora, RenJun comenzó a carcajearse, a pesar de estar frotando su pierna, en el lugar donde fue mordido.
—¡Yuyu!—chillo Sunoo, riéndose porque Miyu le levantaba— ¡Upa, Mimi!
—¿Qué es esto?
Los jóvenes se voltearon hacia la puerta, donde estaba Jongseong, con una expresión de sorpresa. De seguro esperaba encontrarse con JungSu llorando y siendo consolado, y no con esa irrisoria situación.
MiYu dejó en el suelo a Sunoo.
—¡Papá!—gritó el bebé.
—¡Tío Jay!—exclamó MiYu, corriendo para saludarlo.
—Yueli—habló RenJun—, deberías controlar a tu hija. Creo que me pegó la rabia.
—Eso ya lo tenías de antes—replicó Yueli.
Jongseong seguía viéndose más que confundido, tomando en brazos a MiYu, a pesar de que pronto SuNoo se le pegó a la rodilla. Tuvo que hacer malabares para agarrarios a ambos, que se veían muy felices en brazos del alfa.
JungSu se hizo a un lado en el sofá, dejando que Jongseong se sentara a su lado, y le dió un beso suave en la mejilla.
—¿Estás bien, cariño?—consultó el mayor.
—Sí—agarró a Sunoo acariciándole su carita suavecita y sacándole unas risitas—, los chicos me han hecho reír hoy. ¿Puedes creer que MiYu ha reclamado a Sunoo como suyo?
—¿De verdad?
—¡Sí!—soltó MiYu con entusiasmo— ¡Hue-le muy bien! Sunito será omega, y mío—añadió con orgullo
—¿Insistes con eso?—provocó Renjun— Ya se lo compré a JungSu, me lo llevaré hoy.
Comenzó un nuevo berrinche. Yueli tuvo que agarrar a Miyu para que no fuera a morder a RenJun.
Sin embargo, JungSu se sentía mucho más relajado y tranquilo ante esa visión, sabiendo que contaba con sus amigos en todo.
Una semana después, conocieron al que seria su abogada para ese caso: Yoo Jimin, o Karina una alfa y prima lejana de Jongseong. Según el alfa, su padre la contacto ya que se especializaba en casos de familia, e iban a tener su primera reunión ese día.
La fueron a ver a su oficina, y JungSu se sorprendió al notar lo bonita que era ella. Se parecía un poco a Jongseong, pudo apreciar, con el rostro más afilado y, tal vez, un aspecto mucho más frío.
—Hola, Karina—saludó Jongseong, sacándolo de sus pensamientos.
La mujer sonrió con suavidad. Así, se veía mucho menos sería y algo cálida
—Hola, Jay. Vamos, pasen—añadió, antes de extender su mano hacia JungSu—. Me presento, soy Yoo Jimin pero dime Karina. El padre de Jay me habló un poco sobre su caso,
—Soy Wang JungSu—dijo el omega, tímido. SuNoo, en sus brazos, miró a la mujer con extrema curiosidad—, y él es nuestro cachorro, Wang Seonwoo, pero le puedes decir SuNoo.
Karina saludó al bebé, que le devolvió el gesto con una sonrisita, mostrando sus dientes delanteros. Eso fue suficiente para relajar a JungSu, pues SuNoo tenía un gran sentido para juzgar a las personas.
La alfa los invitó a sentarse. El omega pidió permiso para dejar al cachorrito en el suelo, y cuando obtuvo una respuesta positiva, no tardó en hacerlo. Sunoo comenzó a tambalearse alrededor del cuarto, aunque parecía ser consciente de que no debía tocar nada.
—Supongo que el bebé al que se refería tu padre es Sunoo—comentó Karina, viendo de reojo al niño.
—Sí—habló Jongseong—. Conocí a JungSu el año pasado, fue un estudiante mío, y comenzamos a salir—levantó sus manos con inocencia ante la mirada que le dirigió la alfa—. No vayas a juzgarme, la universidad no lo prohibe.
Karina soltó un pequeño bufido. El omega sintió sus mejillas un poco coloradas en señal de vergüenza.
—De todas formas—prosiguió Jongseong—, somos una pareja establecida ya. En unos días, JungSu se mudará a mi departamento y queríamos iniciar los trámites legales para darle mi apellido a SuNoo.
Karina anotó un par de cosas en su computadora, asintiendo en silencio.
—¿Cuántos años tiene Seonwoo?—preguntó.
—Un año y siete meses—habló JungSu, sacando un papel del bolso que llevaba—. Esta fue la notificación que nos llegó del tribunal...
La alfa agarró el papel, leyéndolo con rapidez y sin hacer un comentario, antes de volver su vista al omega.
—¿Qué tal si me cuentas su historia?—dijo con amabilidad.
JungSu apretó los labios un instante, algo contrariado, pues no le gustaba hablar demasiado sobre lo que pasó años atrás. Le hacia sentir muy, muy avergonzado, y como un idiota que cayó ante KangJu.
Sin embargo, sabía que Karina necesitaba saber todo eso. Después de todo, se iba a convertir en su abogada.
—Yo tenía diecisiete años y era mi último año de preparatoria—comenzó a decir JungSu, sin mirar a nadie en particular—. KangJu era un compañero de generación, pero de otra clase. Él era muy... muy conocido en el colegio, era como el tipico alfa de buena familia, con mucho dinero, que además era un buen partido. Muchos de mis compañeros omegas siempre le miraban—Jongseong le agarró la mano con cariño—. Él y yo coincidimos en un taller de Artes y, um, comenzamos a salir.
El alfa se le acercó con esa sonrisa fácil que ponía, con un gesto de amistad y relajación. En un inicio, JungSu no lo tomó mucho en cuenta, pues era un poco tímido cuando se encontraba sin sus amigos. Sin embargo, KangJu insistió e insistió, hasta que a él no le quedó más remedio que prestarle atención.
En un inicio, el alfa sólo quería algo de él: que le ayudara en sus tareas. JungSu tenía una leve reputación de chico estudioso, y KangJu estaba un poco en problemas, reprobando algunas asignaturas por irresponsable.
—Fue una relación secreta—dijo JungSu haciendo un mohín—, es decir, solo... él y yo....
—Me imagino lo que ocurrió, JungSu—le interrumpió Karina, amable.
A KangJu le hizo mucha gracia enamorarlo. Enamorarlo. Parecía gustarle mucho llevarlo a la cama, o ni siquiera eso, sino sólo follárselo en la escuela, en algún rincón donde nadie los descubriera. JungSu no podía creer cómo fue tan idiota, dejándose usar de esa manera y pensar que eso era amor.
—Cuando quedaban unos meses para terminar la preparatoria—continuó el omega— quedé preñado. Así que le conté a KangJu, fui a su casa para decirle, pero él... él negó que fuera suyo—más vergüenza lo golpeó—. Él me insulto, dijo que no era de él y que no se haria cargo del bebé. Además, su madre también estaba allí e hizo lo mismo: renegó que ese bebé fuera de su hijo y me echó de la casa
De pronto, Sunoo volvió donde él, abrazándolo por una de sus piernas. JungSu le sonrió con amor.
—Traté de hablarlo mil veces más con él, pero KangJu simplemente me ignoraba y, además, se lo contó a sus amigos, que hicieron correr la historia por el colegio—agregó—. De pronto, todos sabían que yo estaba embarazado y no sabía quién era el padre, y ese tipo de rumores. Al salir de la preparatoria, no supe nada más de KangJu ni de su familia,
—Entonces...—habló Karina con pausa—, ¿él jamás se hizo cargo de Seonwoo?
—No—JungSu fue tajante con eso—. De ninguna forma. No lo reconoció ni con apellido, ni con una manutención. No quise llevarlo a juicio, además, porque no me importaba—añadió a último momento—, yo tenía claro que, si él pagaba una pensión por mi bebé, podría tener ciertos derechos para verlo, y no me interesaba eso. Y a él tampoco le importaba... al menos hasta ahora.
Karina asintió con la cabeza, todavía anotando en su computadora lo que parecían ser todos los detalles.
—Mira—dijo ella, comenzando a hablar en un tono lento—, seré honesta con ustedes dos, para que sepan a lo que nos atenemos—ante esa voz, JungSu no pudo evitarlo, y se tensó—. El tema de la custodia es muy, muy complicado de resolver, y más si el padre biologico exige estar con el cachorro.
—¿Cómo?—JungSu comenzó a alterarse— Pero él...
—Si bien él no ha pagado la manutención, si se le exige y lo cumple, entonces puede pedir también compartir la custodia—Karina hizo un mohín—. La Justicia, a pesar de todo, trata de ser imparcial, aunque a veces la cagué.
—¡Pero no es justo!—saltó JungSu, pálido y con labios temblorosos— ¡Él jamás...jamás se ha interesado en Seonwoo! Nunca preguntó por él, ¡ni siquiera sabe cuándo cumpleaños!
—La única forma en que se resuelva esto—dijo Karina—, es que él renuncie a la paternidad frente a un juez. Necesitaré el contacto de su abogado para poder iniciar las negociaciones con él. Eso implicaría verlo y tener una conversación entre los cuatro. Si logramos convencerlo...
Jongseong tomó en brazos a SuNoo, que se veia un poco confundido por el aspecto de JungSu. Sin embargo, el omega se veía incapaz de mirar a su hijo, tan asustado con lo que podía pasar en esa reunión.
Hablaron un poco más con Karina, donde ella pidió otros detalles, antes de despedirlos. Ella les prometió que les volvería a llamar cuando concertara esa reunión con el abogado, y Jongseong se hizo cargo de llevar a Sunoo, pues JungSu seguía alterado con lo ocurrido.
¿Cómo era posible que la justicia tuviera esa posición? KangJu jamás se hizo cargo de Sunoo, ¡en ningún sentido! Y ahora, pretender actuar como el mejor padre del año, cuando con suerte conocía su nombre...
Jongseong le agarró la mano.
—No te preocupes—le aseguró—. Karina sabe levar estos casos. Ella nos aconsejará lo mejor, bebé.
—Pero...pero...
—Te lo juro: no nos van a quitar a Sunoo—insistió, y JungSu quería creerle. Por dios que quería creerle.
A pesar de que su corazón sólo se apretara en dolorosa angustia, como anticipándose a lo que iba a ocurrir.
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