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Advertencias: Jongseong y JungSu como pareja principal, cositas lindas y fluff.

JungSu llevó a Dahy a una cafeteria cercana, sin querer que sus compañeros, por casualidad, escucharan algo. Lo que menos deseaba era que pasaran a descubrir cualquier cosa, no cuando quedaba tan poco para que el año académico se terminara.

Llamó con rapidez a Sakura para preguntarle si podía quedarse un ratito más con SuNoo y al escuchar su afirmación, pidió un jugo para beber. Dahy, frente a él, no tenía cara amigable.

—Creo que Jongseong fue lo suficientemente claro contigo—dijo JungSu, incapaz de contener un poco más el silencio. Dahy no dejaba de observarlo—, Él y yo estamos juntos, ¿acaso no es evidente? Él ya no quiere nada contigo.

No le importaba si sonaba cruel o malo, porque Dahy estaba en busca de problemas y JungSu no se dejaría amedrentar por ella. ¿Qué era lo que pretendía yendo allá?

—Jongseong siempre ha sido indeciso en varios aspectos—replicó Dahy, y le miró despectivamente—. ¿Y no te parece raro a ti que un alfa maduro y adulto esté con un chiquillo como tú? De seguro sólo quiere una cosa de ti.

JungSu lo pensó varias veces al inicio, pero ahora, no dejaría que ese pensamiento le comiera la cabeza. Llevaba saliendo con Jongseong cerca de cuatro meses, además, tomó el rol de padre de Sunoo sin complicarse mucho, y demostró en varias ocasiones que no quería sólo acostarse con él.

Por dios, ellos hacían varias cosas que no incluís penetración, y jamás insistió para llegar más lejos. Es más, Jongseong siempre era él que le detenía para no hacer otras cosas. JungSu era un cachondo de primera. Vale, pero no debía pensar en eso ahora, ¡estaba en algo serio!

—¿Ese es tu argumento?—le preguntó JungSu impasible. Dahy hizo un mohín—. Jongseong y yo llevamos bastante tiempo juntos, ¿y sabes qué? Jamás te nombró—alzó su barbilla—. Él ya no te quiere y deberías dejar de insistir en estar con él, porque Jongseong es feliz conmigo.

—Lo que él y yo tuvimos fue mucho más serio de lo que tiene contigo—Dahy parecía enojada a ese punto, probablemente molesta por todo lo que JungSu le estaba diciendo.

—¿Un matrimonio arreglado?—bufó JungSu, desdeñoso— ¿Desde cuando eso puede ser más serio? Además, terminaron hace... ¿hace cuánto? ¿Siete años? Por favor, supéralo—sonrió con un poquito de burla—, él ya lo superó—JungSu estaba un poco sorprendido por la actitud que tenía, pues jamás actuó de esa forma.

Al inicio, penso que sería tímido y torpe, tratando de hablar con calma, pero parecía que su omega no estaba de acuerdo. Santo cielo, su omega estaba muy enfurecido con esa chica e iba a proteger lo que era suyo. Jongseong era suyo, no de ella. Casi podía grunir en señal de defensa.

—Pensé que, tal vez, serías alguien más maduro—masculló Dahy, sin parecer amedrentada por sus comentarios—, pero ahora, mirándote, sólo confirmo que Jongseong debe ver en ti una zorra barata.

Su mano temblo cuando sintió la tentación de lanzarle el jugo al escuchar esa ofensa, entrando en cólera por lo que ella le estaba diciendo. Era como recordar todos esos insultos en el colegio, cuando se enteraron de que estaba embarazado. Fue mucho más morboso para todos, porque JungSu siempre tuvo un bajo perfil y destacaba sólo en las calificaciones. Qué divertido tuvo que ser para ellos que el santo, inocente y amable JungSu hubiera quedado en cinta de un alfa desconocido. Sin embargo, se controló a tiempo para no hacer una locura.

No estaría bien reaccionar así, no en público, al menos.

—Y, aun así—le gruñó—, esta zorra barata es su novio, y no tú—le miró con disgusto—.  ¿Eso seria todo, entonces? Tengo cosas más importantes qué hacer.

—No—Dahy ahora se veía algo alterada—, quiero que termines con él—JungSu iba a soltar una risa—, y si no lo haces, entonces no me quedará más remedio que ir a la dirección de tu universidad y denunciar que sales con tu profesor.

JungSu abrió su boca con incredulidad ante lo que estaba escuchando, observando el rostro triunfante de Dahy frente a él. La mujer hablaba muy en serio, se podía notar en sus ojos, y el menor hizo un mohín.

De verdad, ¿qué habla visto Jongseong en ella? Cuando le contó de esa relación, parecía recordarla con cariño, pero ahora que la veía frente a él, no podía evitar preguntarse eso. Bueno, no era nadie para juzgar, ¿cierto? Después de todo, él se metió con el cretino de KanJu.

Se puso de pie.

—Hazlo—le dijo, desafiante, y Dahy puso una expresión de sorpresa—, vamos, te desafio. Hazlo, no me importa—es decir, si le importaba, pero no se lo demostraría—, ¿crees que no puedo ir a otra universidad? ¿O que Jongseong tendrá dificultades para conseguir otro empleo?—rodó los ojos— Acúsame, vamos, te desafío a hacerlo, ¿o piensas que te tengo miedo—se puso de pie, agarrando su jugo—. No te tengo miedo, Dahy, así que deja este patético intento de separarme de Jongseong, porque no funcionara.

Se dio media vuelta y dio dos pasos, sin embargo, antes de seguir avanzando, se giró a decirte una última cosa.

—Ah, y no te preocupes, le contaré a Jongseong todo lo que me acabas de decir. Vamos a ver si le quedan ganas de volver contigo luego de esto.

Se marchó antes de que la mujer pudiera decirle otra cosa, tratando de contener todavía el enojo que sentía por la situación en la que estaba. Y más aún, por la preocupación ante la amenaza dada. ¿Y si Jongseong se enfadaba si lo echaban por culpa de esa relación?

Como si lo estuviera invocando, y mientras tomaba el bus para irse a casa, recibió una llamada. Era Jongseong.

—¿Seonggie?—preguntó, yendo a sentarse en los asientos traseros.

—Hola, bebé—suspiró Jongseong—, ¿estás libre ahora?

—Mmm... ¿para qué?

—Para verte, ya no lo soporto más, te extraño un montón, Susu—sus palabras le causaron una risa—. Llevo comida.

—¿Y dónde estás?

—Estacionado fuera de tu departamento.

—¡Jongseong!

—¿Todavía no llegas? ¿O estás con algun amante?

Resopló ante sus palabras, soltando unas risitas

—Estoy en cinco, espérame abajo.

Para su fortuna, el bus no tardó demasiado en llegar fuera del edificio, donde Jongseong ya le esperaba, apoyado en su auto estacionado y sosteniendo una bolsa con comida.

—¿Tan tarde saliste de tu examen?—preguntó el alfa al verlo llegar, y lo abrazo por la cintura.

JungSu le dio un beso en la boca, aliviado de sentir al alfa junto a él. También le echó de menos, no se veían hacia más de cinco días y ya le estaba pasando la cuenta.

—Tenemos que hablar—le dijo al alejarse, arreglándole las solapas de su abrigo.

—¿Uh?—Jongseong parpadeó— Eso no suena bien.

JungSu le sonrió, agarrándole la mano y llevándolo al interior del edificio. Mientras subían, le contó brevemente sobre su día y cómo le fue en el examen, preguntándole también cómo le fue a él los últimos dias.

Jongseong estaba con la preparación de todos los exámenes, y el viernes de esa semana debía hacerles a ellos el último examen del curso. JungSu estaba aprobando, no con las mejores notas, pero tampoco con la mínima calificación de aprobación.

SuNoo se encontraba sentado en su sillita cuando llegaron, con la compota de manzana a medio comer. El bebé los saludó con felicidad, emocionado de ver a su papá luego de tantos días separados.

—¡Papá!—grito, contento, y extendió sus bracitos para que lo tomara en brazos. JungSu, mientras, le paga Sakura el día.

—Gracias por cuidarlo, y lamento llegar tan tarde—le dijo, acompañando a la chica fuera.

—¡Tranquilo, oppa! Me gusta jugar con SuNoo—Sakura se despidió y pronto quedó la pareja a solas.

Jongseong sostenía a Sunoo en sus brazos, que le agarraba una mejillay chillaba.

JungSu fue a servir la comida, acomodando la sillita del bebé para que siguiera comiendo con ellos.

—¿Me echaste de menos, bebé?—le preguntó Jongseong a Sunoo.

—Por supuesto—contestó JungSu, en cambio y con unas risitas—, creo que me estoy haciendo adicto a ti.

—¿Ah, sí?—escuchó el gruñido del alfa, que acomodó a SuNoo en su sillita—. Pues tú me vuelves loco, precioso...—Jongseong lo agarró por la cintura—. Oh, eso sono como una  línea de una mala película—JungSu también se rio, dejándose abrazar con cariño.

—Se va a enfriar la comida—le dijo JungSu, recibiendo un beso en la mejilla.

—¿Sabes cómo podemos calentarla?—gruñó Jongseong.

—¡Eres un monstruo!—JungSu volvió a reírse, y lo soltó para ir a sentarse en la mesa.

Comieron un instante, retomando la conversación sobre lo que pasó los últimos días. Cuando estaban en mitad de toda la comida, JungSu decidió sacar el tema en conversación. No podía ocultarle algo así a su novio.

—Dahy apareció hoy en la facultad—le dijo.

Jongseong se atoró con un trozo de papa frita, teniendo que agarrar su vaso con agua y beberto un poco. SuNoo comenzó a reírse ante la visión del alfa atragantado, sus manitos hechas puños golpeando la mesa. JungSu tuvo que servirle un poco más de agua, viendo el rostro enrojecido de Jongseong.

—¿Muy sorpresivo?—preguntó JungSu.

—Claro que... sí...—jadeo Jongseong, bebiendo algo más de agua— ¿Y qué... qué quería ella?

JungSu pensó bien en qué decirle. Recordar la conversación le ponía los pelos de punta, en especial acordarse de todos los insultos que la mujer, prácticamente, le dijo. Por un instante, quiso acusar eso con Jongseong sin embargo, decidió que mejor se los guardaría. No queria echar tanta cizaña a esa situación.

—Quería que tú y yo terminemos—le contó, preocupado. Jongseong volvió a atorarse—, dijo que, si no lo hacemos, nos va a denunciar en la universidad.

Y Jongseong no dejó de toser como por diez minutos, hasta Sunoo comenzó a preocuparse, abrazando su conejito.

—Mierda, lo siento, bebé—barboteó el alfa una vez logró recuperarse—. No pensé que ella... ella fuera a hacer algo así. ¿Qué está pensando? Sus padres deben estarla presionando más para volver a comprometernos. Si tú quieres...

—Le dije que no me importaba—intervino JungSu, ordenando los platos vacíos de comida antes de ponerse de pie y sentarse en las piernas de Jongseong, no me importa si me echan de la universidad por estar contigo. Estoy cansado de tener miedo, Jay.

—Bebé...

—Es decir, si a ti te importa...

—Claro que no—Jongseong lo abrazó y le dio un beso en la boca—, si me despiden, tampoco me importa, cariño. Quiero estar contigo—la mirada del alfa se oscureció—. Hablaré con Dahy y le diré que esto es una locura. Me encargaré de ella, y que no vuelva a molestarte.

—¿Sí? No quiero verla nunca más—Jungsu le devolvió el beso—. Y tampoco quiero verla cerca de ti. Es una vibora, Jongseong.

—¿Una vibora?—Jongseong soltó unas carcajadas, pareciendo olvidar su molestia— ¿Y tú eres el pequeño hamster a punto de ser devorado?

—Devorado por una linda águila gruñona—contestó JungSu, besándole la punta de la nariz.

—¡Mami Papaaaaaaaaaaaaaaa!—chilló SuNoo, golpeando la mesita por atención.

Los dos suspiraron por los gritos del bebé. Sin embargo, más tarde, Jongseong decidió quedarse en el departamento, sin muchas ganas de regresar a su hogar. Una vez SuNoo se quedó durmiendo, ellos fueron a la habitación y se acurrucaron uno al lado del otro.

—¿Sigues preocupado?—le preguntó JungSu, apoyando la cabeza en el pecho de Jongseong.

—Estoy sorprendido y algo decepcionado—corrigió el alfa—. Jamás pensé que Dahy fuera capaz de hacer algo así. ¿Te trató muy mal, bebé?

—Sí—JungSu lo abrazó con más fuerza—, ella dijo que tú no querías nada serio conmigo.

—¡¿Qué ella dijo que?!—gritó Jongseong enderezándose con una expresión incredula.

—Jongseong, no es para tanto...

—¡¿Cómo qué no?!—ahora se veía enfurecido e indignado— ¡La voy a matar!

—¡No seas así!—JungSu trato de recostarlo en la cama otra vez—. Sólo lo dijo por celos...

—¡Peor aún!—Jongseong dejó que su novio lo acostara, luciendo todavía muy molesto— ¿Cómo se le ocurre meterse con mi chico?

—¿Tú chico?—JungSu se rió

—Mi bebé—Jongseong se volteó a verlo, llenándole el rostro de besos esporádicos-, mi lindo y pequeño bebé, tan bonito y tierno, perfecto para comérmelo...

Las risas se volvieron más escandalosas antes de transformarse en un suave gemido cuando se besaron en la boca, suspirando por la forma en que Jongseong le agarró de la cintura.

Pronto, los besos se volvieron más y más calientes, ambos devorándose la boca a cada segundo. La temperatura en el cuarto no tardó en subir. La mano del alfa se deslizó bajo el pijama de JungSu, agarrando su polla endurecida y empezando a masturbarlo.

—Te adoro tanto—le gruñó Jongseong, separándose un poco. Un hilo de saliva conectaba ambos labios, y JungSu tenía el rostro enrojecido y los labios hinchados por los besos—, te quiero tanto, mi omega bonito....

—Alfa...alfa...—gimió JungSu moviendo sus caderas para que Jongseong le masturbara más rápido—, ah... Alfa...

Sólo bastaron un par de movimientos más en la polla del omega para que llegara al orgasmo, gimiendo contra la boca del alfa para no terminar gritando y despertar al bebé.

En la habitación sólo se escucharon los jadeos de JungSu, tratando de recuperarse, y de los gruñidos de Jongseong.

—Eres mi chico—reafirmó Jongseong—, y voy a cuidarte como corresponde, bebé.

—¿A mí y a Sunito?—susurró JungSu.

—A los dos—Jongseong le dio un beso dulce—. Hablaré con Dahy para que nos deje en paz, pero quiero que sepas que siempre te elegiré a ti primero, ¿vale?

—Yo también—afirmó JungSu—, te elegiré primero, Seonggie.

Jongseong le sonrió y JungSu suspiró por la calma y felicidad.

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