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JungSu arrugó el ceño al olisquear el aroma de Yueli, que lo ignoraba olímpicamente. Incluso RenJun tenía una expresión de desconcierto en su cara, algo novedoso para los dos omegas
—¿Hueles a alfa?—preguntó JungSu.
—Alucinas—dijo YueYue, tomando en brazos a SuNoo.
—¡Yo también lo huelo!—bufo RenJun. Estás apestado a alfa, YueYue, ¡¿con quién te revolcaste?!
—¡Baaaaaaaaaaaaaaah!—chilló SuNoo, mordiendo su pobre y destrozado peluche de conejo.
—No me he revolcado con nadie—protesto Yueli—. El suelto aquí siempre has sido tú.
Renjun puso ahora una cara de ofendido, aunque se notaba enseguida que no se lo estaba tomando en serio. JungSu trató de contener la risa, a pesar de que la curiosidad lo estaba carcomiendo por dentro.
—Pero Yueli...
—¡No les diré nada!—Yueli comenzó a peinarle el cabello a SuNoo—. No hasta saber si es algo serio. No quiero ilusionarme ni ilusionarlos.
Los dos decidieron no insistir más en el tema, porque no querían que su amigo la pasara mal con tantas preguntas o, como decía él, emocionarse con un alfa que quizás le dejaria debido a su problema. A pesar de no estarlo demostrando mucho, parecía un poco feliz en ese instante, y no querian arruinar esa felicidad.
RenJun, especialmente, era el que más se preocupaba por los dos debido a su naturaleza alfa. Muy bien podía estar prometido con Gehyun, a quien amaba mucho, pero eso no quitaba que quisiera proteger a los omegas.
—¡Bueno, hablando de otro tema!—dijo JungSu, sirviéndoles un poco de jugo a cada uno—. ¿Pueden creer que un profesor me puso un examen para el sábado? ¡Un sábado! Todos nos quejamos, pero el desgraciado dijo que no estaba disponible otro día.
Como ya era costumbre, los tres se juntaron una vez al mes para ponerse al día de todos los temas. Esta vez fue un miércoles a principios de diciembre, con el invierno ya llegando al país y un frío enorme. A JungSu no le gustaba demasiado dicha estación, pero se dio cuenta una semana atrás, cuando Jongseong se quedó a dormir alli, de lo calentito que era el alfa. Podía abrazarlo toda la noche, sin recibir queja alguna, y le gustaba demasiado eso.
—¿No irás a trabajar entonces?—preguntó RenJun recogiéndole un auto de juguete a SuNoo, que lo recibió feliz.
—No creo—suspiró Jungsu—. Le pregunté a Sakura si podía cuidarlo, pero me ha dicho que tiene un compromiso familiar. Así que Yueli...
—Oh—el aludido sonrió con algo de culpabilidad—. Lo siento, Susu, tampoco puedo. Iré a una cita con....—se calló antes de continuar, enrojeciendo.
—¿En la mañana?—RenJun enarcó una ceja—. ¿O acaso pasarás la noche del viernes con ese alfa?
—¡Qué pesado eres!—se quejó Yueli.
—¡Toto!—afirmó SuNoo, chupando el auto.
—Mataré a tu bebé—suspiró RenJun.
—Mmm...—JungSu lució algo desanimado ante la negativa de Yueli girándose hacia Renjun—. Podría llevarlo al café, luego lo voy a retirar—sugirió, algo inseguro.
—Pero ¿por qué no se lo pides a Jongseong?—preguntó RenJun, frunciendo el ceño—. ¿Acaso SuNoo no cree que es su papá?
—¡Papá!—Sunoo agitó su cabeza hacia todos lados, como buscando a Jongseong con su mirada. Al no encontrarlo, devolvió sus ojos a JungSu—. ¿Papá?
—Está ocupado—le explicó JungSu sonriéndole—, poniéndole malas notas a otros cursos y siendo un profesor malvado, bebé. Más tarde pasará a vernos.
—¡Jijiji!—SuNoo se rió, feliz.
Yueli comenzó a arrullarlo, haciéndole reír con más fuerzas, y JungSu lo aprovechó para pensarlo un poco. La verdad es que sí se le ocurrió preguntarle a Jongseong, aunque eso no seria aprovecharse un poco? ¿Y qué tal si Jongseong estaba ocupado? ¿O le decía que no, porque no quería quedarse a solas con SuNoo? Una cosa era aceptar al bebé si JungSu estaba alrededor. Otra completamente distinta era dejarlo a cargo de él.
A pesar de sus constantes demostraciones, JungSu temía un poco que Jongseong realmente no quisiera mucho a SuNoo y sólo lo aceptaba porque no le quedaba de otra. Sabía que era un pensamiento sin sentido, se notaba que Jongseong quería a su cachorrito, pero eso no quitaba que, a veces, la idea apareciera en su cabeza.
—¿No sería excederse?—preguntó JungSu.
—¡Qué dices!—respondió Yueli—. Es bueno que tenga un tiempo de padre-hijo con SuNoo. Es decir, si te estás proyectando con él...
—En un abrir y cerrar de ojos los verás casados—agregó RenJun con sabiduría.
—¿Puedo ser el padrino?—preguntó Yueli.
JungSu comenzó a quejarse, aunque una sonrisa leve pintó sus labios ante lo que estaba diciendo RenJun. Vale, si, era muy apresurado y, quizás, algo loco pensar en una boda como tal, pero sería lindo. De sólo imaginarse a él frente a un altar, sosteniendo las manos de Jongseong con todo un futuro por delante... JungSu se sentía derretir ante esa perspectiva.
Sin embargo, eso no se los iba a decir a sus amigos, porque de seguro iban a burlarse. Para su fortuna, cambiaron de tema cuando Sunoo comenzó a chillar.
Horas más tarde, cuando RenJun y Yueli se habían marchado, Jongseong apareció en su departamento con una expresión agotada y cansada. JungSu no tardó en abrazarlo, ambos acurrucándose en el sofá para empezar a darse mimos mientras Sunoo pintaba con sus crayones.
Jongseong se la pasaba dándole besitos en la boca, diciendo que eso era suficiente para darle energia. A JungSu le causaba mucha risa, pero no escatimaba en besar a Jongseong.
—Oye, a todo esto...—le dijo, sintiendo los labios en su cuello—, ¿el sábado estarás ocupado?
—¿Para ti? Siempre tengo tiempo—murmuró Jongseong.
JungSu se carcajeó, sin alejarse un poco.
—No, ¡no me refiero a eso!—Jongseong levantó la vista, con el cabello desordenado y los ojos brillantes—. Mira, es que tengo un examen que el profesor Bae nos ha puesto, ¿puedes creerlo?
—Dile que se vaya a la mierda.
—¡Jongseong!—JungSu volvió a reírse, feliz—. Estoy un poco complicado con Sunito, Sakura y Yueli no pueden, y me da un poco de nervios llevarlo con RenJun a la cafeteria, podrian pasar un montón de cosas! De sólo pensarlo...
—Susu—Jongseong lo interrumpió— ¿quieres que lo cuide yo?
El omega pestañeó repetidas veces, viendo el rostro tranquilo de Jongseong frente a él. El mayor no parecía acomplejado o nervioso con la pregunta, y eso sirvió para relajarlo un poco.
—¿Podrías?—le preguntó con timidez— El examen es de diez a doce, estaría aquí como a la una de la tarde y podríamos...
—Mmm—murmuró Jongseong, volviendo a darle besos—. ¿Y qué tal esto? Llévalo a mi departamento, almorzamos juntos y te quedas allí hasta el domingo.
JungSu suspiró con placer gracias a la boca de Jongseong haciendo maravillas en la piel de su cuello, pero trato de concentrarse en la idea que le dio el alfa. Hasta ese momento, JungSu no fue al departamento de Jongseong, y que se lo propusiera le puso un poco de los nervios, a pesar de que también le emocionó. En especial eso de pasar la noche con él.
A ver, JungSu no pensaba que ellos fueran a tener sexo o algo así. No estaba desesperado por eso, especialmente porque lo dejaría marcado en su aroma por semanas, y sus compañeros podrían notar algo. Si ellos iban a acostarse, sería cuando JungSu terminara el curso con Jongseong. Sin embargo, le gustaba acostarse al lado de Jongseong, abrazarlo y dejarse abrazar. Especialmente, recibir un montón de mimos por parte de él.
—Si no quieres, igual podemos...
—Está bien—aceptó JungSu dándole un nuevo beso en la boca—, me parece una gran idea, es el último examen que me queda y podemos relajarnos bien.
Jongseong le sonrió, olisqueando el suave aroma de JungSu. Por dios, quería tanto.
—¡Papá!
Los dos se sobresaltaron al escuchar el grito de SuNoo. El niño estaba luchando por ponerse de pie, queriendo también unos abrazos por parte de sus padres, y no tardaron en arrullarlo.
—Vas a pasar unas horitas con papá, ¡¿no es eso genial, Sunito?!—dijo JungSu, contento.
—¡Sí, papá, sí!—tartamudeó el bebé, riéndose.
Más tarde los adultos continuarían con sus cariños.
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El sábado fue un poco caótico para JungSu: se levantó temprano para arreglar el bolso, con sus cosas y las de Sunito, tratando de llevar todo lo necesario para esa noche fuera de su hogar.
Era la primera vez que iba a hacer algo asi. Es decir, cuando iba a ver a sus padres lo hacía por más días, y tenía muchas cosas en casa de ellos, así que no se preocupaba demasiado por eso. Ahora, sin embargo, se debatió mucho sobre lo que necesitaría y lo que no para la noche. No se molestó en despertar a Sunito, que dormía como una roca y que tampoco se movió cuando lo abrigo y tomó en brazos. Una vez listo, se apresuro en salir, subiéndose al auto de Jongseong, que pasó a buscarlo.
—SuNoo se despertará pasadas las diez—le dijo, mientras Jongseong conducía hacia el conjunto departamental en el que vivía—, guardé varias papillas en el bolso, puedes darle una para alimentarlo, y también dejé un biberón lleno de leche, por si se pone muy malcriado. Eso siempre sirve para calmarlo.
—Si, Susu...
—Recuerda cambiarle los pañales también—continuo cuando se estacionaron, con JungSu bajando al bebé mientras Jongseong cargaba el bolso—, le eché su conejito favorito de peluche, así que puedes dárselo, no importa si lo golpea o lo babea.
—Está bien, amor...
—Llámame en caso de cualquier emergencia—agregó JungSu una vez estuvieron dentro del departamento—. ¡Woah, qué lindo! Pero como te decía, sólo llámame! SuNoo siempre va primero y el examen después.
—¿Y yo?—cuestionó Jongseong.
—Tú estás entremedio—JungSu se rió, acostando a Sunoo sobre la cama de Jongseong—. Pásame su mantita, por favor, la dejaré impregnado en mi aroma—el alfa le pasó la manta celeste, con un conejo bordado en una esquina—. SuNoo debería portarse bien, siempre está muy feliz contigo—el chico miró la hora—. ¡Oh, debo irme, voy justo!—se inclinó a darle un beso en la boca a Jongseong, feliz—. Te quiero.
—Yo también te quiero.
JungSu se marchó con rapidez, así que Jongseong decidió ponerse a limpiar los platos de la noche anterior. Si bien él no era partidario de levantarse temprano los fines de semana, no iba a negarte ningún pequeño favor a su lindo omega, así que no le molesto demasiado cuidar del pequeño cachorro. Además, le servía un poco como experiencia para el futuro, considerando que esperaba que JungSu quisiera otro bebé con él.
Esa idea le hizo sonreír un poco.
Media hora después de que JungSu se marchara, escuchó el llanto viniendo de su cuarto. Jongseong vivía en un departamento amplio y grande que se compró una vez empezó a trabajar, en un bonito barrio residencial de buena categoría. Tenía tres habitaciones, con él durmiendo en la más grande, y dos baños, uno en suite. La cocina estaba separada del comedor, no era americana, y contaba con un amplio balcón en el que se podían colgar flores.
Fue hacia el cuarto, viendo a SuNoo llorando sobre la cama, despierto y aferrándose a la manta de JungSu.
—¿Qué pasó, Sunito?—le preguntó, sentándose a su lado.
—¡Mami!—lloriqueó SuNoo, mirándolo un instante— ¿Mami?
—Mamá está ocupado, cachorrito—Jongseong lo tomó en brazos—, pero llegará....
—¡No!—el bebé pataleó, sorprendiendo al alfa—. Mami, mami, ¡MAMI!
El llanto desconsolado volvió y Jongseong estaba algo atónito por el comportamiento de SuNoo. Jamás le escuchó ese tipo de llanto, tan triste y apenado, sin dejar de gritar por JungSu a todo pulmón. Trató de consolarlo un poco, meciéndolo y acariciandole el cabello, pero el llanto sólo aumentaba y aumentaba. Eso le estaba poniendo un poce nervioso.
—Anda, Sunito...—suspiró, llevándolo al comedor y envolviéndolo en su manta—, ¿quieres comer? Mami dejó tu biberón para ti, puedes...
—¡Mami, mami!—SuNoo lo ignoro, desesperado.
Jongseong dejó al bebé sobre la alfombra de la salita de estar, yendo a la cocina para calentarle el biberón y respirando profundamente cuando el llanto le siguió. Estuvo listo en unos minutos, preocupándose de que la leche estuviera tibia, y fue donde SuNoo para alimentarlo. No contaba con que el bebé no quisiera recibir el biberón, manoteándolo y rechazándolo con disgusto.
—¡No! ¡No!—chilló SuNoo— Mami, mami, ¡mami!
—Sunito...—Jongseong se puso más ansioso ante los gritos y el llanto. SuNoo tenía la carita roja, los ojos llenos de lágrimas y la nariz un poco moqueada—. ¿Qué pasa, cachorrito? Sé que extrañas a mami, pero va a llegar pronto, vamos, bebé...
Pero SuNoo no dejaba de llorar, sin control alguno, pataleando también e impidiendo que Jongseong pudiera sostenerlo bien. Sabiendo que eso podía terminar en algún accidente, decidió volver a dejarlo en el suelo, yendo a buscar algunos juguetes y esperando calmarlo. Cuando regresó con algunas cosas, el timbre de su departamento sonó. El llanto del niño, de ser posible, aumentó
Jongseong mordió su labio inferior al abrir la puerta, encontrándose con el irritado rostro de una vecina suya, la señora Kang.
—¡Por dios, ¿es suyo ese bebé?!—preguntó la mujer— ¡¡Lleva llorando más de quince minutos!!
¿Tan poco? Jongseong lo sentía como una eternidad.
—Lo siento—se disculpó Jongseong, su rostro enrojeciendo cuando vio que otro vecino se asomó desde su puerta—. Me lo encargaron y no puedo calmarlo...
—¿Seguro?—los ojos de la mujer se estrecharon en sospecha— ¿No le habrá hecho algo usted?
La sola idea lo estremeció, queriendo negarlo fervientemente. Sin embargo, con toda probabilidad, sus vecinos debían estar pensando eso porque el llanto era realmente desgarrador. SuNoo gritaba, lloraba y gemía por su mamá.
—Llamaré a su mamá—dijo Jongseong, y cerró la puerta antes de que la mujer añadiera algo más.
Volvió a tomarlo en brazos, suavizando su voz y esperando calmarlo. Eran recién pasadas las once, JungSu no regresaría hasta por lo menos una hora y media más, como mínimo, y no podía dejar que Sunoo llorara todo ese tiempo. Sus vecinos, si seguían escuchando ese llanto por más minutos, podrían llamar a la policía y eso si seria un desastre.
—Sunito, por favor—le suplicó, un poco desesperado—. Vamos, bebé, ¿qué pasa? ¿Acaso no quieres estar conmigo?
El pequeño no dejaba de llorar, aferrándose a la manta, y unos segundos bastaron para adivinar el motivo de su llanto descontrolado. No es que SuNoo no quisiera estar con él. Es que, con toda probabilidad, no estaba reconociendo el olor del departamento como su hogar. La casa de JungSu olía a vainilla, a maternidad, un ambiente perfecto para el bebé. En cambio, el hogar de Jongseong no tenia una pizca de ese aroma. La manta era el único aroma que debía reconocer.
Lo envolvió en la manta, esperando calmarlo un poco, y sirvió de algo. Sin embargo, el llanto no se detuvo por completo, sólo disminuyó algo. Al menos, los primeros diez minutos, porque la paciencia del bebé se acabó al no ver llegar a JungSu, y los gritos comenzaron otra vez.
Jongseong no sabía qué hacer. No queria llamar a JungSu para decirle que fuera, porque estaba dando un examen, además de que le haría sentir como un fracasado por no poder calmar al cachorrito, Pero, por otro lado, si los vecinos...
Cinco minutos más pasaron y decidió que un escándalo con la policía seria peor para JungSu, así que marcó el número del chico.
El omega contestó luego de siete timbres, cuando Jongseong pensaba que ya no iba a responder.
—¿Jongseong?—le susurró JungSu— ¿Pasó algo?
—Susu, verás...
—¿SuNoo está llorando?—preguntó Susu, y Jongseong supo que debía estar escuchando los gritos de su cachorro a través del teléfono.
—No deja de llorar por ti—explicó Jongseong—, trate de todo, pero no se detiene, amor. Los vecinos han preguntado y no quiero que piensen que lo trato malo algo asi, podrían llamar a la policía o...
—Mierda—JungSu se quedó un momento callado—. Estaré allá pronto, tomaré un taxi.
Jongseong quiso decirle algo más, pero el omega cortó. No sonaba muy contento con lo último que dijo, y supo que debía estar todavía en su examen. Eso le hizo sentir peor de lo que ya estaba.
JungSu apareció casi media hora después. Jongseong le abrió la puerta y vio a sus vecinos asomarse otra vez.
—¿Mami?—tartamudeó SuNoo y Jongseong estaba sorprendido de que pudiera hablar todavia—¡Mami! ¡Mami!
El alfa pensó que Hoseok correría hacia Jungkook, pero sólo vio la irritación en la cara del chico, Cerro la puerta una vez entró,
—SuNoo, cálmate—habló JungSu, caminando hacia el bebé, que extendía sus brazos hacia el con desesperación—. ¿Cómo le puedes hacer esto a tu papá?
—Mami—hipo SuNoo.
—¡No, escúchame!—Jongseong se sobresaltó al oír el grito de JungSu. Incluso el bebé enmudeció— ¡Te la pasas pidiendo estar con Jongseong, pero te quedas con él y haces un escándalo! ¡Estaba en un examen importante, ni siquiera pude terminarlo bien debido a ti, porque no puedes portarte bien un dia, un solo día!
—JungSu—trató de intervenir Jongseong—, tranquilo, no...
—¡Pero es que no lo entiendo!—saltó JungSu, enojado. SuNoo rompió a llorar una vez más— ¡No lo entiendo! ¡Jamás hizo esto antes y ahora llora porque es malcriado! ¡SuNoo, eres tan malcriado!
—JungSu, basta...
El pequeño cachorro se deshacía en lágrimas otra vez y JungSu tenia los ojos llorosos ahora. Se veía agotado, cansado, desorientado por completo, y Jongseong sabía que estaba colapsando repentinamente por todas las emociones que experimento en dos horas. Una mirada bastaba para saber eso, sumado al hecho del examen que, con toda probabilidad, se le hizo dificil al muchacho. JungSu estuvo toda la semana estudiando para que le fuera bien, porque era una de las materias que tenía peligrando.
—¡No puedes darme dos horas solo, porque te pones así!—sollozó JungSu—. ¡Y Jongseong te quiere tanto, y tú... y tú...—el chico se quebró—. Oh, dios, Sunito, lo siento tanto...
Jongseong abrazó a JungSu por la espalda al verlo tambalearse hacia el bebé, cayendo de rodillas ante el pequeño niño, que ahora lloraba en voz baja.
—Dios, dios—gimió JungSu, sin dejar de llorar—. Soy horrible, Sunito, por dios, mi bebé, mi lindo bebé...
El omega tomó al cachorro en brazos, apretándolo contra él. Jongseong empezó a extender feromonas de nido a su alrededor, para calmar el llanto del omega y el cachorro. Poco a poco, los sollozos fueron desapareciendo, hasta el punto en que no eran nada más que hipidos.
—Susu—le susurró Jongseong—, está bien, mi amor, ya pasó...
—No—JungSu se volteó en el abrazo, quedando frente a él—, no, soy terrible, Jongseong le grité... le grité a Sunito y él no necesitaba eso, por dios, ¿como lo pude hacer? No tuve que actuar así, cómo pude...
El bebé tenía el rostro colorado todavía y las mejillas encharcadas, pero ya no estaba soltando lágrimas. Ahora chupaba su dedo pulgar, acurrucado contra el pecho de JungSu y sin querer moverse de alli
—No estuvo bien—aceptó Jongseong—, pero amor, tuviste un colapso. Tus nervios no lo soportaron más y colapsaste, eres una madre joven, es evidente..
—Pero no tuve que gritarle—lloró JungSu, dejándose abrazar por Jongseong—, soy una mala madre, alfa, soy lo peor...
Ignorando el título que usó JungSu, Jongseong sólo lo envolvió con más fuerza contra el
—Vamos a la cama y hagamos un nido—le dijo el mayor—. SuNoo ya está calmadito, ¿no lo ves? Él ya te perdono, bebé.
Eso hizo que las lágrimas de JungSu aumentaran, pero logró moverlo hacía el cuarto de Jongseong, donde los tres se acostaron bajo las mantas. JungSu tenía a Sunoo acurrucado contra él, tomando leche de uno de los pechos del omega, mientras que Jongseong seguía extendiendo sus feromonas alrededor.
—¿Y si lo deje con algún trauma?—preguntó el chico, preocupado, pero más calmado— ¿Y si ahora me odia, Jongseong?
—Eso no pasará, cariño—le aseguró Jongseong—. SuNoo jamás podria odiarte, eres todo para él.
—No pensé que esto... no creía que....
Jongseong procedió a contarle la teoría que tenia a Jongseong, viendo como aferraba al cachorrito con más fuerza.
—No lo pensé—admitió el omega—, él siempre se portó tan bien contigo que no creí que... No pensaba que...
—Papá—barboteó SuNoo y Jongseong lo miró. El bebé se retorció, arrastrándose para llegar a los brazos del alfa—. Papá—suspiró, tranquilo y relajado, abrazando a Jongseong por el cuello.
—Fue sólo una mala experiencia—afirmó Jongseong, acariciándole el cabello a SuNoo. JungSu lo abrazó por el costado—, para que tengamos más cuidado la próxima vez
—Lo siento—murmuro JungSu, todavía apenado y luciendo a punto de romper a llorar una vez más.
Jongseong sólo lo besó en la frente, prometiéndose nunca dejar a JungSu solo de ahora en adelante. Ni a JungSu, ni a SuNoo.
Doble actu en el día.
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Dedicado a: ryiioki
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