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━━━09

Advertencias: Jongseong y JungSu como pareja principal, cositas lindas y fluff.

—¿Vamos a pasar la navidad juntos?

JungSu se volteó a ver a Jongseong, que le habló mientras jugaba con SuNoo a hacer una torre de bloques. El chico estaba terminando un informe para una de sus clases cuando el alfa habló.

—Pensaba en ir a ver a mis padres ese fin de semana―respondió JungSu, frotando sus ojos por el cansancio.

—Mmm...

—Puedes ir conmigo—sugirió de pronto el omega, sin pensarlo mucho. Jongseong levantó la cabeza, una expresión curiosa en su rostro—. Estoy seguro de que mis papás estarán felices con tu presencia.

Jongseong se puso de pie y SuNoo empujó la torre de bloques, que se desarmó una vez golpeó el suelo. El alfa sonrió al verlo agarrar su pobre peluche de conejo y como lo golpeaba contra el suelo.

—Ven, debes descansar—le dijo Jongseong, agarrándole la mano y empujándolo para ponerse de pie.

—Tengo mucho trabajo—se quejó JungSu, pero dejó que Jongseong lo arrastrara hasta el sillón, sentándolo en sus piernas—. Ah... hueles tan bien, Seonggie...

El más alto hundió su nariz en el cuello del omega, olisqueando su aroma de vainilla, tan dulce y atrayente para él. Sin pensarlo dos veces, le dio un beso encima de su glándula de feromonas, sonriendo al oler la forma en que su aroma pareció intensificarse.

—Tú hueles mejor—suspiró Jongseong escuchando las risas de las cosquillas que el omega soltaba—, me dan ganas de comerte.

—Puedes comerme—dijo JungSu, riéndose otra vez.

—Pequeña cosita atrevida—gruñó el alfa.

El apodo envió una ola de satisfacción por el cuerpo de JungSu. ¿Cuánto llevaban saliendo? Más de un mes, octubre estaba terminando y no se podía sentir más feliz. Jongseong era muy atento con él y Sunito, iba a verlos cuando podía y lo mimaba un montón. Eso era lo mejor, sentirse tan amado.

KangJu no fue así, en ese noviazgo breve y doloroso. El alfa siempre dijo que no quería que los vieran en público, y cuando llegaban a estar juntos, sólo quería follar con él. Nunca se dio el tiempo de darle un abrazo o un beso cariñoso, sin doble intención.

Quizás eso era lo que más le gustaba de Jongseong. No lo presionaba en nada, siempre sus movimientos eran precavidos, como esperando la negativa. Ni siquiera había dado indicios de querer darle un beso, porque JungSu no sabía cuán preparado estaba para eso. ¿Y si besaba mal?

No quería decepcionar a Jongseong, por muy tonto que sonara.

—Estoy harto de hacer tu trabajo —se quejó JungSu, sintiendo los dedos de Jongseong acariciando su cintura.

—Te pasa por dejarlo a última hora —señaló Jongseong. JungSu infló sus mejillas.

Ti pisi pir dijirli i iltimi hiri —barboteó, indignado.

Jongseong soltó unas carcajadas contra el cuello de JungSu provocándole más cosquillas.

—Papá—gritó SuNoo, reventándoles su burbuja de risas—, ¡papá!

—Parece que quiere tu atención otra vez—se burló JungSu, poniéndose de pie para volver a su computadora.

Jongseong, sin poder evitarlo, le dio un apretón en el culo.

El omega chilló por la sorpresa, volteándose y dándole un golpe en el brazo, a lo que Jongseong volvió a reírse.

JungSu regresó a su trabajo, aunque con una sonrisa en los labios.

Sus compañeros parecieron olvidar brevemente lo ocurrido con Jongseong semanas atrás, porque no volvieron a molestarle. Aunque si le estaban haciendo la ley del hielo o algo así.

Menos Handong y Heeseung. Éste último era un chico alfa, muy guapo y atractivo. Muchos omegas morían por un poco de su atención.

Sorprendentemente, unos días atrás comenzó a acercársele poco a poco.

Handong y Heeseung eran amigos muy cercanos, y fue ella quien los acercó, especialmente cuando les asignaron un trabajo de a tres.

JungSu se llevó muy bien con él enseguida, además de que no parecía mirarlo feo por tener un hijo. Incluso, cuando los invitó a su departamento y conoció a Sunoo, jugó un ratito con él. Sunito no le hizo quite alguno, parecía muy feliz con esa atención recibida,

—Oye, ¿qué pusiste de conclusiones?—le preguntó Heeseung una vez llegó a clase, sentándose a su lado. Handong todavía no aparecía.

—Pura mierda—suspiró JungSu, sacando su informe—. Siento que repetía en todo momento lo que dije párrafos arriba. Odio estos trabajos.

—Voy a reprobar esta materia otra vez—se quejó Heeseung, que era un año mayor que ellos y no pasó la asignatura el año pasado.

—Pero mira el lado positivo—JungSu le acarició el hombro con una mirada comprensiva—. Como vamos, los dos lo vamos a reprobar.

Heeseung soltó una carcajada por la diversión y JungSu también se rió, sacudiendo su cabeza. El alfa era muy agradable.

—¿Qué es tan divertido, señor Wang?

JungSu se sobresaltó al escuchar la grave voz de Jongseong detrás de ellos llamándolo por su apellido, y se percató que todo el curso estaba en helado silencio. Heeseung cerró la boca.

—Uh... na-nada... —barboteó JungSu volteándose para ver a Jongseong bajando las escaleras, con el ceño ligeramente fruncido.

—No me gusta que interrumpan mis clases de esta forma, señor Wang dijo el alfa.

El omega ladeó la cabeza, un poco confundido por las palabras del mayor.

Vale, que ellos no demostraban la relación que tenían frente a otros, tenían un acuerdo previo que cumplir. Sin embargo, Jongseong tampoco le trató antes de esa manera.

—Pero...—JungSu miró la hora en su celular—, pero todavía quedan unos minutos para que comience la clase, profesor.

Jongseong pareció quedarse congelado un momento, antes de que el rubor golpeara sus mejillas con furia.

JungSu sintió ganas de acercarse y darle un beso en uno de sus cachetes, pero tuvo la sensatez de mantenerse en su asiento. -

—¿Qué fue lo que hablamos en nuestra última clase?—gruñó Jongseong, dando por terminada esa conversación.

JungSu quiso hundirse en su asiento. Heeseung, a su lado, parecía querer desaparecer de allí.

Jongseong, mientras tanto, quería darse golpes contra la pared y además golpear al estudiante Lee por haberse sentado al lado de JungSu. Nunca pensó en sí como un tipo celoso o posesivo, pero al entrar al salón y ver a su omega tan cerca del alfa, ambos riéndose, sintió la molestia en su interior. Además del deseo de ir donde JungSu y gruñirle a ese otro estudiante.

Por eso mismo, no pensó bien sus palabras y actuó tan idiotamente. No pudo controlar bien sus celos y eso le provocó un gran desliz.

Mientras explicaba los contenidos de esa clase, vio a Heeseung inclinándose y susurrándole algo a JungSu. El omega le sonrió a ese alfa con un poco de timidez.

Oh no, Jongseong se sentía como un niño pequeño al que le estaban quitando su caramelo. Así debía sentirse SuNoo con JungSu, y ahora lo entendía mucho mejor.

—Señor Lee—dijo, quitándose los lentes que solía usar. Vio a ese alfa sobresaltarse, palideciendo—, hemos estado hablando sobre la estimulación temprana en los niños, ¿puede recordar la importancia de esta?

—Es... mmm... re-reconocer el potencial de cada niño y niña—barboteó Heeseung—, y así potenciar el desarrollo de ellos.

—¿Qué tipo de desarrollo? —continuó Jongseong, girándose a la pizarra y anotar la idea de Heeseung.

Si bien quería ponerlo nervioso, reconocería sus conocimientos.

—El... el cognitivo, lo... lo emocional...

—¿Y qué más?

—Lo social—intervino JungSu.

—Agradezco sus palabras, señor Wang, pero no le estoy preguntando a usted—replicó Jongseong, y JungSu calló— ¿Algo más, señor Lee?

-—Lo motriz—agregó Heeseung, pues revisó sus apuntes a tiempo.

—¿Y de qué forma se puede estimular tempranamente estas cosas?

—Me-mediante la repetición...

—¿Cuál es la importancia de los padres en esto?

Heeseung ya entró en pánico con tantas preguntas, su estómago dando vueltas porque eso parecía un interrogatorio al que le iban a poner una calificación. JungSu, a su lado, tenía el ceño fruncido ligeramente.

—Son ellos los... los encargados de llevar a cabo esto.

—¿Y?

—Y...—humedeció sus labios. El silencio en la habitación era abismal—, no... no lo re-recuerdo, profesor...

Jongseong suspiró, escribiendo algo en la pizarra. En palabras mayúsculas, se leía un VÍNCULO EMOCIONAL, antes de voltearse para hablar sobre eso.

—Se refuerza el vínculo padre e hijo—señaló, acomodando sus lentes otra vez―, los padres conocerán, mediante la estimulación, las necesidades, las inquietudes, los gustos...

Heeseung suspiró con alivio al notar que el interrogatorio acabó. JungSu seguía con las cejas arrugadas, siguiendo los movimientos de Jongseong a través del cuarto, como si tratara de descifrar algo.

Y pareció notarlo media hora después, cuando se inclinó hacia Heeseung, y Jongseong levantó la voz de lo que estaba hablaba.

El alfa estaba de tan mal humor que los despidió diez minutos antes, ordenándoles dejar sus informes sobre la mesa.

JungSu se despidió de Heeseung, esperando que todos sus compañeros dejaran los informes primero, y acercándose de los últimos. Jongseong empezó a guardar algunos en su maletín.

—Señor Wang—dijo Jongseong, llamando su atención—, acompáñeme a dejarlos a mi oficina, por favor.

—Está bien—asintió, juntando los últimos trabajos y cargándolos, siguiendo a Jongseong fuera de la sala.

El alfa iba unos pasos delante de él, con los labios arrugados en señal de enojo. JungSu sonrió de lado, sin dejar de ir detrás de él, y pensó que lo mejor no sería decir algo. Sin embargo, no pudo contenerlo demasiado. Cuando se dio cuenta de que no había nadie cerca de ellos, abrió la boca.

—Celoso.

Pudo ver a Jongseong crispándose ante sus palabras y soltó una carcajada por la diversión. Especialmente cuando vio el rubor invadiendo el rostro de Jongseong, ya no por el enojo, sino por la vergüenza.

—No sé de qué hablas—gruñó Jongseong. JungSu volvió a reírse.

—Celoso—dijo, un poco más fuerte, y el color aumentó en la pálida piel de Jongseong.

—Basta, Susu—bufó el alfa—, eso es...

Jongseong buscó la llave de su oficina, abriéndola con una mueca de disgusto. ¿Tan transparente era acaso? ¿O es que JungSu ya le conocía muy bien? Dejó su bolso sobre la mesa y JungSu hizo lo mismo con los trabajos que cargaba.

Sin pensarlo dos veces, el omega fue donde Jongseong y lo abrazó por el cuello, sin dejar de sonreír con un poco de diversión. El alfa quería hacer una rabieta por eso.

—No debes estar celoso—comenzó a decir JungSu, llamando su atención—, yo te quiero a ti.

—Mmm—murmuró Jongseong, abrazando a JungSu por la cintura—, ese alfa es atractivo.

—No tanto como tú—replicó el omega—, y Heeseung es un amigo—le miró con seriedad ahora—. Jongseong, de verdad, ¡actuaste muy mal allí!

El alfa se sintió como un cachorrito siendo regañado, hasta podía ver como si unas orejas invisibles se aplastaran contra su cabello por la vergüenza. JungSu tenía algo de razón, centró su molestia contra Heeseung, cuando ellos no habían hecho nada malo.

—No lo controlé—se quejó, apenado—, es que cuando te veo, quiero tomarte en brazos y estar contigo.

Ahora el rubor golpeó a JungSu en sus mejillas por sus palabras. Sonrió, observando los bonitos ojos de Jongseong y el omega decidió que ya era momento de dar otro paso.

—Te quiero—le dijo.

Jongseong le iba a responder que él igual le quería, sin embargo. de pronto no pudo hacerlo porque JungSu apoyó sus labios sobre los suyos en un beso dulce y lento, ambas bocas conectando bien.

No lo pensó dos veces y le devolvió el beso, gruñendo por el placer al sentir el cuerpo del menor contra el suyo. Las feromonas de JungSu se extendieron alrededor de ellos con rapidez, y de pronto, el omega gimió en el beso, especialmente cuando el agarre de Jongseong se afianzó.

El alfa se dio cuenta de que no podía parar. No, ahora que probó los labios del omega, tan dulces y adictivos, supo que no lo iba a poder soltar jamás. Jongseong quería besarlo más y más y más veces, hasta cansarse—lo que nunca iba a pasar, honestamente—.

Se alejó en busca de aire, observando brevemente los labios hinchados de JungSu, su expresión colorada, los nervios brillando en sus ojos. Por dios, Jongseong no lo resistió y volvió a besarlo.

—Jong—gimoteó el omega, segundos después.

—Otro más—pidió Jongseong y JungSu no pudo responder porque el mayor volvió a besarlo.

Estuvieron así varios minutos largos, sólo compartiendo risas y besos y más risas, las feromonas extendiéndose entre ellos con suavidad.

—Ya, ya—reclamó JungSu, diez minutos después—, tengo que irme, Seonggie...

—No—protestó Jongseong.

—Sí, tú tienes otra clase ahora—JungSu trató de mantenerse firme, pero cedió al ver la mirada de cachorrillo de Jongseong—. ¿Vas a cenar a mi casa en la tarde?

Jongseong sonrió ampliamente.

—¿Y me darás más besos?—preguntó, dándole ahora un piquito. JungSu se rió.

—Los que quieras, mi alfa—respondió con coquetería, y Jongseong no lo resistió: le dio un apretón en el culo.

Valió la pena, se dijo segundos después y con su brazo doliendo por el golpe que recibió. Claro que valió la pena.

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