5.
Advertencias: hyunmin como pareja principal, alteración de edades, cositas lindas y fluff.
HyunJin observó el mensaje que SeungMin le envió segundos atrás, diciéndole que en media hora pasaría a buscarlo, y tomó en brazos a JeongIn.
El pequeño bebé berreó en señal de felicidad, saliendo de la pequeña tina de plástico transportable que HyunJin le tenía para bañarlo. HyunJin lo envolvió en su toalla, secándole el cabello y oyéndolo reír. El omega también se rió, haciendo vibrar sus labios y presionándolos contra el estómago de su cachorrito, y Nini rió con más fuerza.
―Ahora si estás feliz ―suspiró HyunJin, alejándose y secándolo por completo―, ¿No? Sólo quieres ver a mi profesor.
―¡Baba! ―gritó JeongIn, emocionado.
―Bueno, ¿Y cuándo me llamarás a mí? ―bufó el omega.
―¡Babi! ―añadió el bebé, sin dejar de sonreír.
HyunJin también sonrió ampliamente, poniéndole los pañales y luego los calzoncillos y calcetines. Ese día no iba a hacer tanto frío, así que optó por una camisa blanca y encima, un enterito de zorrito, que JiSung le regaló, pero le quedaba algo grande. Al pequeño no le interesaba, le gustaba mucho usar esa prenda, en especial porque las mangas de las muñecas cubrían sus manos.
―Te llevaré, a pesar de que es mi cita ―recalcó HyunJin, apuntando al bebé. Nini lo miró con esos ojos enormes―, así que más te vale que te portes bien, pequeño zorro.
―¡Prrrrr! ―balbuceó el bebé, elevando sus manitos y tocando las mejillas de su mamá. HyunJin sólo se rió.
―Si me haces un berrinche, prometo no darte más leche. ―amenazó, y JeongIn frunció el ceño.
HyunJin le pellizcó la nariz, tomándolo en brazos y dejándolo en el suelo. El bebé inmediatamente empezó a gatear hacia sus juguetes, por lo que el omega no tardó ordenar las cosas de JeongIn en su bolsillo. Pañales, muda de ropa, su chupete, algunos juguetes con los que entretenerse, además del canguro que siempre llevaba para todas partes. Ya era parte de él.
Se sobresaltó cuando la puerta del departamento fue tocada, notando que no estaba un poco listo para salir, y sus nervios se atenazaron en su estómago.
Tomando aire, fue a abrir la puerta y observó a SeungMin frente a él, sin el típico traje al que ya se había acostumbrado. Ahora sólo llevaba unos pantalones oscuros, una camisa blanca y una chaqueta de cuero. Santo Dios.
Sintió el color pintando sus mejillas.
―¡Pro-Profesor! ―tartamudeó HyunJin.
―SeungMin ―corrigió el adulto, sonriendo levemente―. ¿Cómo estás, Hyune?
El apodo le puso más nervioso enseguida, pero trató de controlarse para no soltar feromonas y llamar la atención del hombre. Se supone que era una cita de amigos, ¿No?
―Todavía no estoy listo ―barboteó HyunJin―, ¡Pero pase! ―se hizo a un lado, invitándole a su pequeño apartamento―. ¿No le molesta esperarme unos minutos?
―No te preocupes ―SeungMin no dejaba de sonreír―. Puedo cuidar al pequeño Nini si tú quieres.
―¡Baba! ―gritó JeongIn, feliz, y dejó sus juguetes de lado para gatear hacia SeungMin.
HyunJin vaciló un momento, pero terminó aceptando al ver lo cómodo que estaba el bebé con el alfa, así que corrió a su cuarto para cambiarse de ropa. No sabía qué escoger realmente, HyunJin solía inclinarse por prendas brillantes y que incluso no combinaban, pero su omega estaba tan inquieto, empujándole a vestirse bien ahora. Terminó eligiendo unos pantalones rasgados en las rodillas, una playera negra y una chaqueta verde. Ordenó su desordenado cabello rubio en una media cola lo más rápido que pudo e incluso se aplicó un poco de brillo labial, sintiéndose algo ridículo por lo que estaba haciendo. Salió muy veloz de la habitación para no arrepentirse.
Vio a SeungMin sentado en el sofá, con JeongIn acomodado sobre sus rodillas y chupando la cabeza del peluche de zorrito. El alfa lo balanceaba levemente, arrancándole unas fuertes carcajadas de felicidad, y por un instante, HyunJin deseó que SeungMin fuera el padre de Nini. Deseó que su pequeño cachorrito tuviera un papá que le cuidara, le protegiera y amara.
Reprimió ese deseo tan pronto SeungMin lo miró.
―Te ves hermoso. ―le alabó el alfa.
Dios, ¿Cómo se supone que iba a controlar sus feromonas cuando SeungMin le decía esas cosas?
Trató de reírse, pero sólo salió una risita nerviosa. Se forzó a controlarse una vez más, agarrando el bolso con las cosas de JeongIn.
―¿Vamos a ir? ―preguntó HyunJin, para cambiar de tema.
―Sí, claro. ―SeungMin se puso de pie, agarrando al bebé y presionándolo contra su pecho, entregándole el chupete que el pequeño recibió con sus labios.
―Uh, ¿Profesor?
―SeungMin. ―insistió el adulto.
―SeungMin ―repitió, avergonzado―, ¿No prefiere que yo lleve a mi bebé? Sé que JeongIn a veces...
―No te preocupes ―le interrumpió SeungMin, serio―, puedo cargarlo yo, HyunJin.
Su tono de voz le decía claramente que no tratara de replicarle, así que HyunJin sólo permaneció en silencio, agarrando las llaves de su casa y siguiéndole.
―¿Quieres ir a algún lugar en especial? ―preguntó SeungMin mientras bajaban las escaleras.
―No lo pensé ―dijo HyunJin, caminando a su lado―. ¿Qué tal si vamos al parque y luego a comer algo? A Nini le gustan los columpios.
―Al parque, entonces ―salieron del edificio y HyunJin vio el auto de SeungMin―. ¿No has pensado en comprarle una silla para bebés a JeongIn?
―No uso auto ―respondió el omega―, no tengo dinero para comprarme uno, así que no.
―Mmm... ―SeungMin no respondió, sólo puso una expresión pensativa, y le abrió la puerta del vehículo al menor.
HyunJin no tardó en acomodarse en el asiento, olisqueando las feromonas de SeungMin. El auto estaba inundado en ellas. El alfa le entregó a JeongIn, que hizo sonar el chupetito, y luego dio vuelta al vehículo, sentándose en el lugar del piloto. Pronto, estaban ya en las calles de la ciudad y HyunJin le empezó a preguntar sobre cómo le fue en la semana. SeungMin empezó a hablar.
El omega no podía evitarlo, pero la voz de SeungMin era realmente atractiva y provocaba que su interior temblara. Tenía una forma tan seria de explicar las cosas, haciendo gestos vagos, pero manteniendo la vista en el camino, que no pudo evitar admirarlo por lo bien que se veía. HyunJin nunca vio un alfa tan guapo como él hasta ese momento. Mierda, le provocaba muchas cosas, ¿Era eso posible? A una parte suya le daban ganas de abrazarlo y acurrucarse contra él.
Desvió la vista cuando SeungMin se estacionó cerca del parque, volteándose a mirarlo. No quería que el alfa lo captara admirándolo, que vergüenza.
Ambos salieron del auto, caminando hacia el lugar con una leve conversación superficial. El parque, afortunadamente, no estaba tan lleno en ese momento, así que caminaron hacia los columpios.
―¿Puedo preguntarte algo personal, HyunJin? ―preguntó SeungMin, de forma repentina.
―Sí, lo que quiera. ―le dijo el omega, acomodando al pequeño JeongIn en el columpio cuna. El bebé berreó, feliz, cuando SeungMin lo empezó a mecer.
―¿Qué ocurrió con el padre de Nini? ―dijo SeungMin, observando al bebé.
HyunJin se abrazó a sí mismo, mirando al pequeño bebé balanceándose en el columpio. SeungMin levantó la vista.
―Me dejó ―respondió HyunJin, brutal e impecable. SeungMin no hizo gesto alguno―. Éramos... Éramos novios, supuestamente, pero sólo quería acostarse conmigo. Yo fui un idiota, pensaba que él me quería, cuando no era así. Una vez que tuvo lo que quiso, sólo... Sólo me dejó. Y cuando se enteró de que estaba preñado, lo desconoció por completo.
JeongIn no dejaba de balancearse en el columpio, lento pero seguro, y SeungMin se puso de pie, sin alejarse del pequeño, aunque quedando a la altura del omega.
―¿Pensaste en abortarlo?
―Claro ―HyunJin sonrió, algo sorprendido de que SeungMin le hubiera preguntado eso, y en que en el tono usado no percibiera asco o desprecio―, pero... Pero supongo que no soy tan valiente para eso. Me aferré a Nini porque era lo único que podía hacer en ese momento.
―Fue valiente ―le dijo SeungMin―, si lo hubieras abortado, habría sido una decisión valiente también.
HyunJin sintió sus mejillas rojas por el halago, bajando la vista. JeongIn le miraba, sentado en el pequeño columpio, sin moverse.
―No diga esas cosas. ―le dijo HyunJin, tímido.
―Es la verdad ―replicó SeungMin―, y ese alfa, fue un idiota.
―JeongIn no lo conoce ―comentó HyunJin―, nunca lo ha visto en su vida, y no me interesa que lo haga. Mi bebé y yo estamos bien sin ese imbécil.
SeungMin esbozó una pequeña sonrisa, sin dejar de observarlo, y por un breve instante, hubo un extraño silencio cómplice entre ellos. HyunJin no entendía de dónde salió, pero realmente hablar con él alfa era muy cómodo para él. Sentía que el hombre le comprendía y no le juzgaba por nada.
―¡Baba! ―gritó JeongIn de pronto, exigente de atención.
HyunJin se sobresaltó y SeungMin pestañeó, bajando la vista. Por los movimientos del bebé, parecía que se quería salir de allí, así que el alfa no dudó en tomarlo en brazos.
―Ah, quieres toda nuestra atención, ¿No es así? ―preguntó SeungMin, y el bebé hizo unos ruiditos que sonaban mucho a una afirmación―. Bien, ¿Vamos a comer, HyunJin?
El muchacho asintió con la cabeza, un poco tímido, y le siguió sin dudarlo un poco.
Cerca del parque había un local de comida rápida, al que decidieron entrar y pedir algo. SeungMin era partidario de invitarlo comer a un lugar más decente, pero HyunJin le dijo que no era necesario, por lo que terminaron allí. Ambos pidieron unas papas fritas con hamburguesa y bebida, comenzando a comer.
―No le importa si le doy de comer a JeongIn, ¿Cierto? ―preguntó HyunJin, cuando él niño comenzó a ponerse inquieto―. Si le incomoda...
―Es un proceso natural, Hyun ―le dijo SeungMin―, no te preocupes por eso. Y, por favor, tutéame.
El omega sintió las comisuras de sus labios estirarse hacia arriba, acomodando al bebé en su regazo. Las manos de JeongIn parecieron moverse con desespero cuando HyunJin se levantó la playera, mostrando uno de sus pechos, pero le detuvo antes de que pudiera comenzar a comer.
―Me muerdes el pezón y no te daré nada de comida. ―le advirtió, cariñoso, antes de que los labios del bebé se cerraran alrededor.
―¿Cuándo piensas dejarle de dar pecho? ―preguntó SeungMin, mirándole.
HyunJin notó sus ojos medio oscuros puestos en él, pero trató de ignorarlo, sabiendo que se iba a poner nervioso. En su lugar, se fijó en sus papas fritas.
―En unos meses más ―le respondió el omega―, JeongIn está empezando a comer otras cosas, pero todavía no demasiadas.
―Creo que es un acto muy bonito ―le dijo SeungMin de pronto―, que le des leche a tu bebé todavía, de esa forma.
―Muchos alfas encuentran que es horrible ―comentó HyunJin, encogiéndose de hombros―. Me ha pasado que a veces me piden que me cubra o vaya al baño, ¡Es tan molesto!
―Algunos se excitan ―soltó de pronto el alfa, y HyunJin se sobresaltó. Las mejillas pálidas de SeungMin se cubrieron de escarlata―. ¡Lo siento! No quise... Oh Dios... Perdóname...
HyunJin no alcanzó a decir cualquier cosa, porque en ese momento alguien más habló.
―¿SeungMin?
El omega no se volteó, limpiándole la barbilla a JeongIn. El pequeño bebé ya se veía mucho más satisfecho.
―¡ChangBin! ―el hombre pareció aliviado de la interrupción―. ¿Cómo estás?
―Sorprendido de verte aquí ―un hombre, que parecía de la misma edad que SeungMin, saludó al alfa. De su mano iba un niño pequeño, que parecía tener unos cinco años―. ¿Y tú?
―Bien, bien ―SeungMin apuntó al omega―. Él es HyunJin...
El muchacho estuvo a punto de decir que era su estudiante, pero retrocedió a último momento, porque no conocía bien a ese otro alfa. No quería que fueran con chismes a la universidad.
―Hola ―saludó, un poco tímido―, soy HyunJin y él es mi cachorrito, JeongIn. ―añadió, enderezando al bebé en sus brazos y bajándose la camisa.
―¡Qué bonito! ―alabó ChangBin―. Él es mi hijo, MinHo.
―Hola. ―saludó el pequeño de ojitos afilados, avergonzado.
ChangBin se volteó hacia SeungMin para platicarle de algo, y HyunJin vio al pequeño MinHo acercarse, apoyando sus manos en la mesita.
―¿Quieres una papa frita? ―le ofreció HyunJin, sonriéndole.
―Está bien ―aceptó MinHo―. Qué lindo es. ―añadió, apuntando a Nini, que le miraba desde su lugar.
―¿Tú crees? ―bromeó HyunJin, acercándole sus papas fritas para que comiera―. Yo lo encuentro muy feo.
―¡Buuuuuuuuu! ―pataleó JeongIn.
MinHo se rió.
―Hola, bebé. ―saludó el pequeñito.
―Se llama JeongIn, pero le puedes decir Nini. ―animó HyunJin.
―¡Nini! ―gritó MinHo, entusiasmado―. ¡Yo soy MinHo, pelo puedes decime Lino!
―¡Aaaaaaaaaaaaaaah! ―JeongIn saltó sobre las piernas de HyunJin, entusiasmado.
―Parece que MinHo hizo un amigo. ―comentó SeungMin.
―MinHo, vamos, hay que irnos ―dijo ChangBin, sonriendo y agarrándole la mano al niño. El pequeño hizo un puchero―. Quizás otro día puedas jugar con JeongIn.
―¿Puedo? ―preguntó MinHo, mirando a HyunJin.
―¡Claro! ―le dijo el omega.
―¡Adiós, Nini! ―se despidió MinHo. ChangBin también se despidió de los tres.
―¡Jijiji! ―se rió JeongIn.
HyunJin le besó la coronilla de la cabeza a su pequeño cachorro, aspirando su olorcito a bebé que tanto le gustaba, antes de voltearse hacia SeungMin.
―¿ChangBin es un amigo? ―preguntó.
―Un viejo amigo, hace clases en la universidad también, pero en Medicina ―respondió SeungMin―, MinHo es su hijo, pero es padre viudo. Su omega falleció tres años atrás.
―Qué triste ―suspiró HyunJin, apenado―, MinHonie es un cachorrito tan bonito ―frunció el ceño levemente―. ¿ChangBin no dirá nada de... Uh... Nuestra salida?
―¿Ah? ―SeungMin lo observó―. ¿Tiene algo de malo esto?
El muchacho mordió su labio inferior. De alguna forma, a pesar de la complicidad entre los dos, se sentía un poco perseguido. ¿Y qué tal si algún compañero los veía? HyunJin no quería que la gente malinterpretara todo eso, con lo bien que se lo estaba pasando. Además, no estaba haciendo nada malo, ¿O sí?
―No lo sé ―murmuró HyunJin, apenado―. Es decir... Usted es mi profesor y yo sólo su estudiante ―hizo un gesto―, y esto se puede malinterpretar...
―HyunJin ―suspiró SeungMin―, yo no bromeaba cuando te dije que realmente estaba interesado en ti.
El omega no contestó enseguida, tratando de encontrar las palabras correctas para decir en ese instante. No quería arruinarlo por esa impulsividad que a veces le inundaba. Sentía que incluso JeongIn estaba pendiente de lo que fuera a decir.
―Yo también lo estoy ―admitió HyunJin, observando la expresión más suave del alfa―, pero no sé si esto es correcto. Usted es mayor que yo, tiene más experiencia, y... Y no quiero que las cosas vuelvan a repetirse.
SeungMin no bajó la vista un poco, se la sostuvo sin duda alguna, y HyunJin quiso, por un instante, dejarse devorar por esos ojos tan oscuros y bonitos.
―Te demostraré que no tengo esas intenciones ―aseguró SeungMin―, te demostraré que incluso puedo ser un buen papá para Nini.
Una parte de HyunJin realmente tenía una fuerte necesidad de que eso fuera cierto. El problema es que no sabía si era una parte enorme o pequeña.
Dios, estaba jodido.
¡Gracias por leer!
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