4.
Advertencias: hyunmin como pareja principal, alteración de edades, cositas lindas y fluff.
JeongIn estaba enojado.
HyunJin suspiró, arreglando su mochila con los cuadernos que iba a necesitar ese día, y se volteó hacia su cachorro, que fruncía el ceño mientras mordía el peluche de zorro, enfurecido.
―¿Te pasa algo? ―le regañó, mirando la hora. Todavía le quedaban varios minutos―. ¡Te has portado toda la semana muy mal con Somi, JeongIn! ¡Me has estado mordiendo el pezón todos los días!
El bebé dejó de mirarlo, pero siguió mordiendo el peluche, lleno de babas por todas partes. El día anterior quiso alimentar a su cachorro con leche materna –de vez en cuando lo hacía, Nini todavía mamaba sin problema alguno–, pero el niño reaccionaba con enojo cada vez que trataba de acomodarlo en sus brazos, hasta el punto de morderle el pezón.
Y para variar, se dedicó a hacerle muchos berrinches a Somi, según le contó la niñera. No quería comer, no quería jugar, no quería mirar televisión, se ponía a llorar por todo. Ni ella ni HyunJin sabían qué le pasaba al bebé.
―Somi no quiere verte ―mintió, porque la chica pidió permiso, otra vez, para faltar―, ¡Y voy a tener que llevarte a mis clases!
Pero contrario a lo que esperaba, JeongIn volvió a mirarlo. HyunJin casi podía ver unas orejas de zorrito levantadas sobre el cabello de su cachorro.
―Baba. ―tartamudeó JeongIn.
El omega arrugó los labios ante las palabras de su hijo. El pequeño todavía no decía su primera palabra ni tampoco aprendía a caminar. HyunJin no estaba especialmente preocupado por ello, porque sabía que cada niño crecía de forma distinta.
―JeongIn ―dijo con poca paciencia―, ¿Quieres ir conmigo? ¿De eso se trata todo?
Nini golpeó el peluche babeado contra el suelo, riéndose ruidosamente. HyunJin hizo un ruido de exasperación, pero fue a su cuarto para preparar el bolso del cachorro. Ese día tenía su clase con el profesor Kim, y siendo sincero, el omega no estaba muy seguro de lo que iba a ocurrir. No cuando todavía no le daba una respuesta sobre el tema de la cita.
HyunJin tenía muchas dudas respecto a eso. En primer lugar, estaba el hecho de que SeungMin era su profesor, quien le hacía clases, y eso quizás podría traerle algunos problemas en la universidad, con superiores o sus mismos compañeros.
Pero más importante, HyunJin no sabía si podía confiar en él. Luego de su exnovio y padre de JeongIn, él no estaba seguro de poder relacionarse así con otra persona, con otro alfa. ¿Y qué tal si SeungMin sólo quería acostarse con él por capricho, pensando que HyunJin debía ser un fácil?
Trató de no darle muchas vueltas al asunto, volviendo al comedor y viendo a Nini sentado en el suelo, observándole con curiosidad. Al estar en otoño, le buscó su gorrito de zorrito, aprovechando de entregarle su chupete limpio, y procedió a ponerse el canguro, acomodando al pequeño cachorro contra su pecho. Metió los cuadernos dentro del bolso que llevaría, junto al resto de cosas de JeongIn, y salió del departamento.
Mientras iba al paradero para tomar el bus, olisqueó a su pequeño bebé: ya no olía a SeungMin, ni un poquito. El olor se evaporó días atrás, mismos días que Nini pareció tomar una actitud hosca con medio mundo. JiSung incluso los fue a ver el martes por la tarde, pero JeongIn se portó horrible, botando la papilla y haciendo un berrinche en el suelo.
―Estás encantado, ¿No, cachorrito? ―preguntó HyunJin en voz baja, pellizcándole la mejilla a su hijo.
JeongIn hizo sonar el chupete, tan feliz de ir contra el pecho de su mamá, y HyunJin quiso no tomarle importancia a ese asunto.
HyunJin no necesitaba un alfa ni nada por el estilo. Él pudo sacar a JeongIn adelante sin ayuda alguna, arreglándoselas como pudiera, tratando de ignorar ese dolorcito en su corazón por no tener a nadie que le acompañara. En especial los días después del parto, cuando no tenía idea alguna de qué hacer.
Minutos después llegó a la universidad, bajándose y caminando hacia la Facultad. Ese día había despertado bastante cansado, con todos los berrinches de JeongIn, se sumaba el hecho de que ahora el cachorrito no quería dormir en su cuarto, y se despertaba a mitad de la noche a llorar. HyunJin no tenía más remedio que llevarlo a su cama, sólo así parecía calmarse, y apenas pudo estudiar algo durante esos días. Incluso ayer se quedó dormido en una clase, luego de que el profesor apagara la luz para dedicarse a pasar las diapositivas de su presentación.
Saludó a sus compañeros una vez llegó a la sala, que se le quedaron mirando por traer a JeongIn otra vez.
―Mi niñera ha tenido varios problemas. ―trató de excusarse.
―Es un bebé muy lindo ―dijo DaHyun, sonriéndole a Nini antes de hacerle un arrullo―. Es un cachorrito tan bonito.
HyunJin le sonrió de vuelta, algo aliviado de que ella estuviera allí. DaHyun era con la que mejor se llevaba de todo el curso, con la beta solía hacer los trabajos grupales y se sentaba a su lado. El omega no era muy bueno para hacer amigos, él tenía claro lo que hablaban algunas personas a sus espaldas por ser un omega madre tan joven. Muchos no querían juntarse con él para hacer trabajos porque creían que era irresponsable y sólo se debía preocupar de su cachorro.
Fue a sentarse otra vez a la orilla en caso de alguna emergencia, sacando a Nini del canguro y acomodándolo sobre sus piernas. A los pocos segundos, pudo sentir la presencia del profesor aparecer. Todos corrieron a sus puestos.
―¿Oh? ―fue lo primero que dijo el hombre, bajando las escaleras―. ¿Volvemos a tener la presencia de un invitado?
JeongIn se giró al escuchar la voz de SeungMin, sorprendiendo a HyunJin, y sonrió sin soltar el chupete, sus manitos pequeñas golpeando la mesa en señal de emoción.
―Hola, bebé Nini ―saludó SeungMin, deteniéndose a su lado. Se inclinó y le estiró la mejilla al cachorro. El pequeño hizo sonar el chupete con felicidad―. Buenos días, señor Hwang.
La voz grave del profesor envió un escalofrío por el cuello de HyunJin, que tragó saliva antes de sonreír temblorosamente, como si no sintiera temblar sus piernas.
―Hola, profesor Kim. ―dijo, su voz como un hilo.
Los ojos oscurecidos de SeungMin le miraron con algo de interés, pero no hizo otro gesto, sólo pasó de largo en dirección a la pizarra. Todos sus compañeros fingieron no haber estado pendiente de lo que acababa de ocurrir.
―Bueno, ¿Alguien podría decirme en qué quedamos la clase pasada? ―comentó el hombre, dejando sus cosas sobre la mesa del profesor.
―Estábamos hablando sobre el condicionamiento y los aprendizajes. ―dijo un estudiante más adelante.
SeungMin sonrió levemente, poniéndose los lentes sobre sus ojos y agarrando el marcador de pizarra.
―Hemos debatido ―comenzó a decir SeungMin, y el silencio se instaló allí enseguida―, acerca de la necesidad de un aprendizaje hacia niños pequeños que sea significativo, entendiendo que es la educación primaria de ellos la primera y la más importante para seguir desarrollándose positivamente. Pensemos en el crecimiento de un árbol, sin raíces no va a crecer, pasa lo mismo con la educación, sin la educación pre-escolar no podríamos...
HyunJin trató de concentrarse en la clase, anotando lo más posible en su cuaderno mientras trataba de sostener a JeongIn, aunque media hora después, notó que el bebé estaba siguiendo el movimiento de SeungMin a pesar de la oscuridad en el cuarto. Quiso llamar su atención, pero no logró demasiado. Incluso, a veces el profesor caminaba por las escaleras y Nini extendía sus manos, en señal de querer ser tomado en brazos.
Pero SeungMin, o no se daba cuenta, o le estaba ignorando.
HyunJin no iba a reprochárselo, ¿Cómo podría hacerlo? El bebé era suyo, no del alfa. El menor realmente no entendía el comportamiento de su cachorro.
―El aprendizaje significativo sería el más importante, por supuesto, pero eso no quita que debamos ignorar el memorístico o el repetitivo ―continuó SeungMin, anotando algunas cosas en la pizarra―, debemos motivar que los niños...
HyunJin bajó la vista hacia su cachorrito al verlo removerse sobre sus piernas, sus ojos tan abiertos, sin dejar de observar a SeungMin.
―Nini... ―le susurró, queriendo que se volteara hacia él.
Y lo miró en primera fila.
JeongIn escupió el chupete y rompió a llorar.
―¡JeongIn! ―gritó, sorprendido.
Pudo escuchar a SeungMin interrumpiéndose a sí mismo gracias al llanto descontrolado del bebé, todos mirándolo. Sus compañeros más cercanos lo observaron con odio mal disimulado y HyunJin quiso hundirse en su asiento, porque JeongIn aumentó su llanto, sus manitos golpeando la mesa.
Santo Dios, ¿Su cachorro estaba soltando lágrimas de cocodrilo? ¡Ese llanto jamás se lo había escuchado!
Vio a SeungMin caminar hacia él y el calor hizo aparición en sus mejillas porque JeongIn extendió sus bracitos al profesor.
―¡Baba! ―lloró Nini, sonando tan lastimero y desesperado.
―¿Qué pasa, cachorrito? ―HyunJin le hizo un gesto a SeungMin para que tomara al bebé sin problema alguno, y el profesor lo llevó a su pecho. Casi de inmediato, el llanto desapareció―. ¿Dónde dejaste tu chupete?
HyunJin recogió el chupete, tirado sobre la mesa de clases, y se lo tendió al profesor, que lo agarró sin problema. Al llevarlo a la boca de JeongIn, el bebé lo recibió sin dificultad, pero se le pegó casi al cuello.
―Lo siento, profesor. ―murmuró HyunJin, avergonzado.
―No ocurre nada ―SeungMin hizo un gesto despreocupado―, tal vez pueda usar a Nini de ejemplo.
HyunJin quiso encontrarlo gracioso, pero estaba muy apenado con el comportamiento de su bebé, por actuar así de la nada. Es que, ¿Qué pretendía con todo eso?
―Muchas veces, en nuestra posición de adultos, creemos que los bebés y los niños pequeños no son inteligentes, pero es un error enorme pensar de esa forma ―dijo SeungMin, volviendo a la pizarra―. Tener una actitud adulto-centrista demuestra nuestras carencias para poder interactuar con niños pequeños.
SeungMin le sonrió a JeongIn, que se veía tan feliz en sus brazos. HyunJin luego regañaría como nunca a su bebé.
―Pero los niños son increíbles y muy inteligentes ―continuó el profesor―, ellos suelen desarrollar primero la inteligencia memorística o repetitiva, y es ahí donde nosotros debemos motivarlos y estar a su alrededor para que la desarrollen bien. Por ejemplo, me di cuenta de que JeongIn hace algo cuando quiere que lo tomen en cuenta.
HyunJin ahora prestó más atención a las palabras del adulto, viendo cómo dejaba a JeongIn sobre la mesa, sentado. El bebé peleó porque no quería soltarlo, pero al final, el alfa ganó. SeungMin lo acomodó y retrocedió unos pasos.
El niño berreó y extendió sus manitos. SeungMin no se acercó.
JeongIn escupió el chupete, que cayó al suelo, y rompió a llorar otra vez.
SeungMin se rió, acercándose y tomándolo en brazos, así que el llanto desapareció. Luego se inclinó a recoger el chupete, pero lo dejó sobre la mesa.
HyunJin estaba criando un monstruo.
―JeongIn se dio cuenta, mediante la repetición, que si hace esas cosas va a conseguir lo que quiere. ¿A qué les recuerda esto?
―Pavlov. ―dijo HyunJin, automático.
SeungMin le sonrió, con JeongIn en brazos.
―Nunca subestimen a un niño en crecimiento. ―dijo SeungMin, volcándose otra vez a la clase.
Una vez acabó, HyunJin suspiró, guardando sus cosas. Cuando terminó, se acercó hacia el profesor con una expresión de pena.
―Lo siento mucho ―se disculpó―, JeongIn ha estado algo caótico estos días.
―Es normal en niños ―dijo SeungMin, sin importarle mucho―. No debes ser así con tu mamá, Nini, ¿Pasa algo?
―Bubu. ―balbuceó JeongIn, agarrándole una mejilla a SeungMin. Él alfa volvió a reírse.
―Yo... Um... ―HyunJin se giró para ver si no había estudiantes que pudieran estar escuchando a hurtadillas―. Cre-Creo que usted le... Le cae bien, profesor.
―¿Es así? ―SeungMin le pellizcó la nariz―. Tú también me agradas, Nini ―el alfa se volteó a mirarlo―. ¿Has pensado en lo que te propuse, HyunJin?
―No sé si sea buena idea ―dijo HyunJin, agarrando a JeongIn cuando SeungMin se lo entregó―, es decir, profesor... U-Usted es un adulto y yo... Y la universidad...
―¿Te incomoda? ―SeungMin le sonrió con resignación―. Si quieres, no hablemos más de eso, Hyunnie.
―Es que... Mmm...
―Puedo darte más tiempo para que lo pienses ―ofreció SeungMin, comenzando a ordenar sus cosas―, no te preocupes por eso. Realmente estoy interesado en ti y JeongIn, mucho. O... podríamos salir, como amigos. ―se apresuró a aclarar.
HyunJin lo pensó un instante, tratando de poner en una tabla los pros y los contras.
A ver, para comenzar: SeungMin era guapo, inteligente y se veía que todo un caballero elegante. JeongIn parecía adorarlo. HyunJin podía decir que se sentía algo atraído por él –en el sentido más inocente de la palabra.
¿Y las cosas malas? SeungMin podía sólo quererle para un momento de diversión. Era mayor que él y era su profesor. Estaba seguro de que a la gente de la universidad no le haría gracia que ellos salieran. Hasta podría jugarle en contra para sacar su título.
―¿No es muy arriesgado? ―preguntó, receloso.
SeungMin cerró su maletín.
―Somos amigos, ¿No es así? ―dijo el profesor, sonriendo irónicamente―. ¿Qué te parece salir con JeongIn, los tres? Si eso te hace sentir más protegido, no hay problema alguno, además que me gusta estar con el pequeño Nini.
Al ver que JeongIn parecía tan feliz con SeungMin, HyunJin decidió confiar en el juicio de su pequeño.
―No hay problema ―dijo entonces, llamando la atención del profesor―, podemos... Podemos tener una cita de amigos. ―añadió con vergüenza.
Pero eso pareció suficiente para el alfa, que sonrió ampliamente, mostrando sus dientes.
HyunJin llegó a la conclusión, ese día, de que SeungMin era muy bonito.
de vdd a veces no captan como amo esta historia, uwu
¡Gracias por leer!
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