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1O.

Advertencias: hyunmin como pareja principal, alteración de edades, cositas lindas y fluff.

HyunJin miró con un puchero la nota de su prueba. Un setenta. Aprobó, pero casi con el mínimo y, al parecer, al resto de sus compañeros no les fue mejor por las caras en sus rostros.

—Estoy decepcionado —dijo SeungMin, llamando la atención del curso—, pensé que sus calificaciones estarían mejores a estas alturas, considerando que es la primera calificación de este segundo semestre.

HyunJin suspiró y dobló su examen. El primer semestre lo pasó con notas más bajas a las de ahora y, si bien ahora tuvo una leve mejoría, eso no le aliviaba demasiado. Al menos, en los trabajos prácticos le iba un poco mejor.

BoMin, a su lado, parecía aliviado con su sesenta y cinco.

—En el primer semestre salí con sesenta. —le confesó en voz baja.

A DaHyun le fue un poco mejor, con un setenta y cinco como calificación. HyunJin pensó que fue ella la nota más alta, hasta que escuchó la irritante risa de YooRim.

A ver, vale, HyunJin no odiaba a YooRim, sólo que no la pasaba. La chica era una de las estudiantes que sacaba mejores calificaciones en todo el curso, lo que la hacía tener una actitud algo altiva y creída con el resto. HyunJin admitía que ella estudiaba mucho y se merecía dichas notas, pero eso no quitaba que la encontrara pesada y antipática. Además, últimamente parecía estar muy atenta con SeungMin.

—A pesar de todo, estoy muy feliz con mi nota. —dijo YooRim, en voz alta. HyunJin alcanzó a ver el noventa en la esquina de su examen.

SeungMin enarcó una ceja, indiferente.

—Espero que les vaya mejor en el siguiente examen, que será en a finales de diciembre —le ignoró SeungMin—, y que pongan más esfuerzos en sus trabajos prácticos. Haremos dos más antes de terminar el año. Pueden retirarse.

HyunJin pensó en agarrar sus cosas y marcharse de allí rápido, junto con el resto de sus compañeros, pero se quedó congelado al ver a YooRim bajando las escaleras hacia SeungMin.

Apretó sus dientes, tratando de contener su enojo. BoMin y DaHyun se despidieron de él al ser la última clase del día, y HyunJin les murmuró una respuesta.

—¡Muchas gracias por mi calificación, profesor Kim! —dijo YooRim, sonriendo encantadoramente. La omega incluso tuvo el descaro de echar su cabello hacia atrás, mostrando su cuello.

—Es la nota que merece. —respondió SeungMin, guardando sus cosas.

—Me esforcé demasiado por tenerla. —continuó YooRim.

HyunJin comenzó a guardar sus cosas en el bolso, aunque no le quitaba el ojo de encima a la escena. Sabía que la omega le estaba coqueteando a SeungMin, era muy evidente con esa sonrisita zalamera y mostrando su cuello. Esa zorra...

El chico quería darse golpes contra la mesa. ¡Eso no estaba bien, no debía pensar ese tipo de cosas!

—Me esforzaré el doble para obtener la máxima calificación en el siguiente examen —continuó YooRim—. ¡Me gustaría hacerlo sentir orgulloso de algún estudiante!

Estaba bien, HyunJin no tuvo que pensar en la chica como una zorra. Su error. Pero todavía quería agarrarle el cabello y tirárselo por coquetear con su hombre.

Vaya, HyunJin era un desastre celoso. SeungMin se reiría de él todo el día si lo veía pensando ese tipo de cosas.

—Debe sacar buenas calificaciones por usted, no por otros. —le dijo SeungMin, cerrando su maletín.

HyunJin no vio la expresión de YooRim, pero quería comenzar a reír. Por Dios, era malvado.

Cerró su bolso, colgándoselo del hombro y se dirigió a la salida, sin querer mirar a SeungMin para que no viera su expresión. Muy probablemente su cara mostraba los celos que bullían en su interior. Ya quería que fuera más tarde para juntarse con SeungMin y darle muchos besos en la carita preciosa que tenía.

Qué vergüenza.

Unas horas después estaba tomando el pedido de una pareja en la cafetería. A Chris le tocó otra vez estar en la caja, pero aprovechando que no había nadie, estaba en el celular hablando con su novio, Felix.

—¡Te lo digo, hermoso, el pollo frito es delicioso!

A veces esa pareja hablaba cosas muy raras.

Fue a la cocina, viendo a RyuJin y MinJu preparar la comida que servían allí. La cafetería era pequeña y casi nunca se llenaba por completo, así que no necesitaban de mucha gente. WonYoung estaba atendiendo otra mesa.

—Dos trozos de kuchen de frambuesa, un café cortado y un té de limón. —les dijo, y RyuJin le levantó el dedo pulgar.

HyunJin les sonrió, aliviado de que no llegó ninguna otra mesa que atender.

—Pensé que traerías a Nini. —dijo MinJu, sacando un nuevo kuchen del refrigerador para partirlo.

—No me dio el tiempo —suspiró HyunJin, llenando su bandeja con un pedido que debía llevar—. Además, JeongIn ha estado muy berrinchudo. No me ha dejado en paz y no quiero que haga un escándalo aquí porque no lo tomo en cuenta.

—Está creciendo. —suspiró RyuJin.

HyunJin se rió, saliendo con un pedido y llevándolo a la mesa. Su mente, mientras, iba pensando en su pequeño cachorrito, que lloriqueaba por su atención a cada momento. Incluso, cuando estaban solos, quería que estuvieran siempre juntos y hasta le seguía al baño. Con toda probabilidad, cuando llegara al departamento, el bebé le estaría esperando frente a la puerta con esos ojos grandes que ponía.

Al mismo tiempo, ya estaba aprendiendo a caminar. En ocasiones lo veía ponerse de pie y sujetarse del sofá, caminando hacia él, pero apoyado de algo. De sólo pensarlo podía llorar por la emoción, viendo a su precioso cachorrito crecer.

Lo mejor era tener a alguien que estuviera con él. SeungMin se pasaba casi todas las tardes a su casa, a cenar con ellos, y los fines de semanas estaba todo el día a su lado. HyunJin quería invitarlo a dormir al departamento, para así evitar esos largos viajes agotadores, aunque pensaba si no sería demasiado rápido. Era ya mitades de noviembre y llevaban saliendo casi dos meses.

Las siguientes horas siguieron pasando, hasta que dieron las nueve de la noche, y el local estaba casi vacío. Fue en ese momento en el que apareció SeungMin. HyunJin le dijo varias veces que no era necesario que fuera a buscarlo, pero el alfa siempre insistía en que era mejor para los dos. Uno, para cuidar a HyunJin, y dos, para no preocupar a SeungMin.

Ahora, su emoción fue mucho mayor al verlo llegar con unas bolsas que tenían unas cajitas dentro, que olían deliciosamente bien.

—Supuse que estarías cansado. —le dijo SeungMin, sonriéndole.

—Yo si lo estoy —dijo Chris, antes de que HyunJin pudiera responder—. ¡Espero que hayas traído comida suficiente para todos!

HyunJin levantó su pie y le dio una patada suave en el culo al chico, frunciendo el ceño.

—Deja de acosar a mi novio. —le dijo, enfadado.

—¡¿Entonces ya son novios?! —siguió molestando Chris, gritándolo a los cuatro vientos—. ¡Ojalá tener una boda pronto!

El Coreano volvió a darle un golpe, oyendo la risa suave de SeungMin. Pudo sentir sus propias mejillas coloradas ante las palabras de su amigo.

—No lo tomes en cuenta —le dijo, recogiendo unos platos—, Christopher es un idiota.

—¡Y te estoy escuchando! —saltó Christopher. Aunque, antes de recibir un golpe, añadió—. Bah, márchate, Hyune. Ya estamos cerrando.

—No debería...

—Si no te vas, le hablaré a SeungMin de un fabuloso lugar en el que comprar el anillo de compromiso.

HyunJin se marchó corriendo hacia el camerino, recogiendo sus cosas. Aprovechando que el omega no estaba, SeungMin terminó por preguntarle del lugar a Chris, que se lo dio con gusto.

Diez minutos después se despidió de sus amigos, siguiendo a SeungMin hacia su auto. Una vez subieron no pudo contenerlo más y se inclinó a darle un beso al alfa, sintiendo a su omega suspirar por el gusto. Llevaba todo el día desesperado por recibir un beso, por pequeño que fuera.

Sin embargo, no se contentó con uno, dándole besos más seguidos al alfa, hasta que los vidrios comenzaron a empañarse. Fue SeungMin el que tuvo que detenerlo, regañándolo en voz suave.

—Comamos primero —le susurró el alfa—, luego, en casa, seguimos.

A regañadientes se alejó, deseando llegar pronto al departamento.

Somi los saludó una vez aparecieron, saliendo de la cocina. JeongIn estaba sentado en el suelo, mirando a la puerta.

¡Mama, mama, mamaaaaaaaaaaaa! —chilló con desesperación una vez HyunJin apareció.

El omega no tardó en agarrarlo en brazos, el bebé abrazándolo por el cuello. SeungMin le pellizcó una mejilla al niño, antes de pagarle a Somi lo correspondiente al día. La chica se llevaba bien con el adulto, y no hacía preguntas incómodas acerca de ellos.

Como HyunJin tenía en brazos a su cachorrito, SeungMin se encargó de servir la comida una vez Somi se marchó. JeongIn ya recibió su última comida, según dijo Somi, así que HyunJin sabía que era su hora de dormir. El bebé no parecía muy emocionado por irse a la cama.

—Te tengo descuidado, ¿No, precioso? —suspiró HyunJin, sentado en la mesa y acariciándole las mejillas—. Mamá ha estado muy ocupado. Además, ¡Papá se la pasa poniéndole malas calificaciones a tu mamá!

¡Buuuuuuuuuuuuuu! —JeongIn golpeó la mesa con sus manitos.

—¿Quieres que te regañe por tu nota? —SeungMin lo miró con una ceja enarcada—. Porque estoy tentado de ponerte en mi regazo y darte unos buenos azotes.

Las mejillas de HyunJin se pintaron de rojo ante la perspectiva, pero trató de no tomarle una importancia sexual a esas palabras. Al menos, no lo suficiente.

—No estudié demasiado —admitió HyunJin—, tú y el profesor Jun pusieron el examen el mismo día, ¡Y Jun mandó a leer muchas cosas!

—Pobre de mi bebé. —se burló SeungMin.

—Además, no soy muy inteligente —se defendió HyunJin, desanimado—. No importa cuánto estudie, nunca logro una calificación perfecta como YooRim.

—No digas eso —regañó SeungMin—, eres una persona muy inteligente, Jinnie. Que te vaya mal en algunas cosas o te cuesten más no significa que seas tonto. Las personas tenemos distintos tipos de inteligencia y eso no te desmerita.

—Pero...

—YooRim tiene buena memoria e inteligencia fotográfica —continuó SeungMin—, pero de inteligencia emocional, muy poca. Eso no la hace tonta o algo así, y tampoco te hace tonto que te sean difíciles muchas cosas. Una calificación no dice nada de ti —el alfa lo agarró de la barbilla—. Si fuera por mí, les haría otro tipo de evaluación, con más retroalimentación y de tipo formativa, pero la universidad no me lo permite. Ahora, cambia esa cara, precioso.

Las palabras de SeungMin lo animaron un poco más, porque le sonrió con debilidad, sintiendo ganas de llorar por sus ánimos. Lo de la calificación si le deprimió un poco, y más al compararse con YooRim, pero le aliviaba que SeungMin no pensara que era tonto o malo en clases.

Terminaron de comer cerca de las diez y media de la noche. JeongIn estaba que se caía del sueño, así que HyunJin lo llevó a su cunita a dormir. No tardó mucho en irse al mundo de los sueñitos, por lo que el omega le dejó la lamparita de zorrito encendida y la puerta entreabierta.

A esa hora, por lo normal, SeungMin decía que era mejor irse. Ahora, estaba sentado en el sofá, viendo algo en su celular, y HyunJin decidió sentarse en sus piernas. El mayor no tardó en olvidar el aparato, abrazándolo por la cintura. Pronto, comenzaron a besarse con dulzura.

A HyunJin le gustaban mucho los besos que se daban, le hacían sentir muchas mariposas en el estómago, y también como un adolescente. De alguna forma, le gustaba sentirse así a pesar de todo, porque debido al embarazado de joven, tuvo que olvidarse de esas cosas para centrarse en su bebé. Era bonito tener a alguien a su lado y poder besarlo de esa forma.

—Te quiero —le susurró HyunJin, separándose segundos después—, te quiero tanto...

SeungMin le gruñó en afirmación, volviendo a besarlo, y HyunJin realmente se sentía flotar en su nube. Más cuando percibió los dedos fríos del alfa deslizándose bajo su ropa, acariciando su cintura y quedándose allí. El toque envió escalofríos, pero también placer, y se rió por las cosquillas que le hacía.

—También te quiero —le dijo SeungMin. El mayor tenía los labios hinchados y las mejillas coloradas, y HyunJin sabía que también lucía así—, que bonito eres, bebé...

Soltó más risas suaves, los besos deslizándose por su mandíbula y prosiguiendo por su cuello. Cuando SeungMin le besó encima de su glándula de feromonas, no lo pudo controlar bien y terminó gimiendo en voz baja, pero no quería que el alfa se detuviera.

SeungMin siguió besándolo en su piel, haciendo que fuera un desastre en segundos. Todo su omega temblaba y lloriqueaba en clara señal de necesidad, y HyunJin no sentía ni un poco de miedo.

—Hyune... —suspiró el alfa, diez minutos después—. Deberíamos dejarlo hasta aquí.

—No —protestó HyunJin—, no, me gusta cuando me besas.

—A mí igual me gusta —admitió SeungMin—, pero si seguimos así, no podré detenerme después. No quiero... Esto...

HyunJin sabía a qué se refería. Podía sentir, incluso, la entrepierna dura del alfa contra su culo. A pesar del deseo, de la lascivia, del cariño entre ambos, sabía que SeungMin tenía razón. Además, él tampoco estaba muy seguro de eso. Si bien lo deseaba mucho, una parte de él temía que todo volviera a repetirse como años atrás. Que SeungMin sólo buscara una cosa de él y luego le dejara.

Con los ánimos bajos, se quitó de encima y sentó en el sofá. Miró la hora: las once de la noche.

—¿Tienes clase temprano mañana? —preguntó el omega, haciendo un puchero.

—No —le dijo SeungMin, con el cabello algo despeinado—, mi primera clase es a las diez.

HyunJin le agarró la mano.

—¿Quieres quedarte a dormir conmigo? —le preguntó, su tono tímido.

—Jinnie...

—Sólo dormir —dijo el menor—, nada más. Mañana, nos despertamos temprano y tomamos desayuno juntos, y luego vas a cambiarte. Por fiiiis, SeungMin...

Pudo ver la duda en los ojos del alfa un instante, pero trató de poner la carita que ponía JeongIn cuando quería algo. No sabía si le estaba saliendo exactamente igual, aunque no perdía nada con intentarlo.

Finalmente, luego de unos minutos, el mayor suspiró.

—Está bien, Hyune —le dijo SeungMin—, todo por ti, mi precioso bebé.

El chico gritó por la emoción, lanzándose a darle un abrazo con fuerza.

Media hora después estaban acostándose en la cama de HyunJin. El alfa usaba un pijama de HyunJin, que le quedaba un poco gracioso al ser algo más delgado y bajo. Para el omega, se veía muy adorable y quería comérselo a besos.

Sin embargo, sólo lo abrazó por el pecho y se acurrucó contra él, suspirando por la felicidad. Tal vez su celo estaba cerca y por eso estaba actuando como un cachorrito, pero no le importaba. No si SeungMin estaba con él.

SeungMin le acarició el cabello, antes de darle un beso en la frente. El omega volvió a suspirar, cerrando sus ojos, y pensando que ese sería su nuevo lugar favorito en el mundo. 

¡Gracias por leer!


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