18.
Advertencias: hyunmin como pareja principal, alteración de edades, cositas lindas y fluff.
HyunJin enterró sus uñas en la espalda de SeungMin, arrancándole un gruñido bajo. Sin embargo, ignoró su queja, en especial cuando sintió la forma en que entraba en él.
—Alfa, oh...
SeungMin volvió a gruñir, sin dejar de mover sus caderas contra el cuerpo de HyunJin y viendo las expresiones de su rostro: las mejillas coloradas, su piel arrebolada, los ojos brillantes por las lágrimas y sus labios hinchados debido a los besos. Traía encima una expresión risueña, ida por el placer del anterior orgasmo y el que se estaba construyendo ahora.
Volviendo a gruñir, giró en la cama y dejó a HyunJin sobre él, sin salirse de su culo. HyunJin empezó a menear el culo, saltando ligeramente para así llegar al orgasmo, y SeungMin se enderezó, agarrándolo de las caderas.
—Seung, Seung...
El alfa sacó su lengua y lamió el pezón derecho de HyunJin, arrancándole un fuerte gemido por el placer. El omega siguió moviéndose, con la polla de SeungMin empalada en su agujero, y abrazó al alfa por el cuello. SeungMin ahora cerró sus labios alrededor del pezón, mordisqueando ligeramente, antes de comenzar a mamar.
HyunJin, como omega madre, todavía no dejaba de darle leche a Hwangkook, aunque ya en mucho menor medida que antes. Por eso mismo, SeungMin sintió el sabor de la leche dulce en su boca, lo que le puso más duro de lo que ya estaba, además de que HyunJin lubricó más. Mucho más.
—Dios, Alfa, por favor...
Chupó un poco más y le dio un azote en una de sus nalgas. HyunJin tembló en su regazo, gimiendo con suavidad, y se corrió entre ellos, ensuciando su vientre. El ano del omega se apretó alrededor de su polla, y SeungMin anudó ahí, soltándolo y dejándose caer en la cama.
—Eres un monstruo —jadeó HyunJin, recostándose contra el pecho del mayor—, igual de caprichoso que Nini...
—Probar tu leche fue el mejor descubrimiento de mi vida. —murmuró SeungMin, con la respiración acelerada.
—Fetichista.
SeungMin se rió suavemente, acariciándole los cabellos a HyunJin. Su celo había acabado durante la noche, pero eso no impidió que volvieran a follar en las siguientes horas. Y ahora, al despertar, no pudieron evitarlo y volvieron a hacerlo, insaciables y apasionados por estar juntos.
Acarició ahora la piel del omega, específicamente en su cuello, sobre su marca. Sobre la marca que le hizo.
HyunJin se enderezó un poco, observándole.
—Debería llamar a JiSung para que traiga a JeongIn —le dijo, luciendo un poco preocupado—. Ayer me dijo que se ha estado comportando muy mal.
—No —se quejó SeungMin, y HyunJin le dio un pequeño golpe en el hombro—, ese horrible bebé nos quitará tiempo.
—¿Horrible? —bufó HyunJin—. ¡Horrible es el ojo que te dejaré yo si vuelves a decirle a Nini así!
SeungMin se rió ante la amenaza de HyunJin, gimiendo en voz baja al sentirlo salir de su regazo. El omega también dejó salir un grito bajo, y sabía, sin necesidad de mirar, que era por el semen filtrándose por su entrada. Lo había llenado demasiado los últimos tres días.
Ese pensamiento casi lo puso duro otra vez. Sin embargo, sabía que HyunJin tenía razón, y ya pasaron demasiado tiempo lejos de JeongIn. Tenía claro que el pobre bebé debía estar en pánico por no encontrarse cerca de su familia.
—Hyune —llamó, y el omega lo miró. Extendió una sonrisa perezosa—, ¿Crees que con todo lo que me corrí en ti, te dejé ya preñado?
HyunJin enrojeció y agarró la almohada, golpeándolo con ella.
—¿Y a ti qué te pasa? —le gritó, avergonzado—. ¡Perdiste toda vergüenza, Kim SeungMin!
El alfa se rió, viéndolo rezongar y partir al baño para darse una ducha.
Una hora después, limpios y con el desayuno ya tomado, apareció JiSung, llevando a JeongIn en el coche. El bebé venía dormitando, pero el sueño pareció desaparecer al darse cuenta donde estaba.
—¡MAMÁ! —gritó, escandaloso y desesperado, y HyunJin no tardó en ir a recogerlo—. Mamá... —barboteó, y comenzó a llorar.
—Ay, te extrañó —dijo Han, dejando el bolso con las cosas del bebé en el suelo—. Bueno, ¡Me marcho!
Sin embargo, SeungMin cerró la puerta y puso la llave. JiSung palideció.
—Lo siento —le dijo el alfa—, pero tú tienes una información que consideramos muy valiosa, JiSung.
—Sí —HyunJin puso una voz grave, con JeongIn colgado de su cuello como un mono y dejándole la playera llena de baba—, ¿Desde cuándo estás saliendo con Seo ChangBin y por qué recién nos venimos enterando ahora?
JiSung consideró la posibilidad de correr y lanzarse por el balcón.
Diez minutos después, los tres estaban sentados en los sillones. JeongIn se encontraba jugando en el suelo, entre las piernas de SeungMin, luciendo muy feliz de ser el centro de atención. Al menos, eso creía. Pobre iluso.
—Vale, um, Hyung —tartamudeó JiSung, con las mejillas coloradas—, no es que hubiera querido contártelo, es que... Es que...
—Sí, sé que no querías hacerte ilusiones, Sung —dijo HyunJin, calmado y un poco herido—, pero es tu destinado, es algo muy serio, ¿Por qué no contarlo?
—Porque ChangBin puede ser mi destinado —se defendió el omega—, pero eso no significa que quiera estar conmigo. Tú sabes como son los alfas cuando se enteran de que soy infértil.
—ChangBin no es cualquier alfa. —saltó SeungMin en defensa de su amigo.
—¿Y qué iba a saber eso yo cuando pasó todo? —contestó Sung, y HyunJin le dio un poco la razón en eso.
Él sabía lo mucho que sufría JiSung respecto a ese tema. Cuando se enteró, estuvo deprimido más de un año, con psicólogo y acompañamiento. Además, se acercó mucho a Christopher, lo que terminó influyendo en tener esa corta relación de novios. El problema es que JiSung no sólo se deprimió por su incapacidad de concebir, sino también por pensar que eso lo volvería indeseable y poco atractivo para conocer a alguien.
Y, en parte, era así. En el colegio, antes de que medio mundo se enterara, JiSung era cortejado por muchos alfas. Pero cuando la noticia se esparció, todos rehuyeron de él, como si tuviera una enfermedad contagiosa. Eso le hirió mucho en el ego al omega, que si bien no era una persona egocéntrica, si le bajó bastante el autoestima.
Por eso mismo, tenía una opinión bastante despectiva con la mayoría de alfas. HyunJin le dijo varias veces que siempre espantaba a los alfas que le hablaban al contarles su problema de sopetón, pero JiSung replicaba que así tenía, al menos, un filtro.
—No salimos enseguida —rezongó JiSung—, es decir, intercambiamos números y nos mensajeábamos constantemente. Me decía que MinHo preguntaba mucho por mí.
—Pero mira, hasta ese mocoso se lo tenía callado, jamás dijo algo. —bufó SeungMin.
JiSung sonrió un poco, luciendo algo más relajado.
—ChangBin me pidió salir como a inicios de noviembre —confesó JiSung—, y le conté sobre mi infertilidad. Dijo que no le importaba, pues por algo el destino nos juntó.
—¡Qué romántico! —dijo HyunJin, parpadeando con ilusión antes de mirar a SeungMin—. A ver, ¿Por qué no eres como ChangBin?
—Porque cuando te digo algo bonito, enseguida te pones cachondo. —replicó el alfa.
—No sé de qué hablas.
—Tampoco estaba tan seguro al inicio —siguió JiSung—, pero ChangBin, con el tiempo, ha... Ha demostrado que va muy en serio —se puso colorado—. Me ha propuesto ser novios a inicios de febrero.
HyunJin no tardó en ir a felicitarlo, dándole un abrazo con mucha emoción y pensando en cuánto se merecía su amigo eso. Sabía que el omega no quería demostrarlo demasiado, pero se veía demasiado entusiasmado y contento con poder tener una relación seria con un alfa que le quisiera.
—No quiero que le digas a Chris, no todavía —le pidió JiSung una vez se separaron—. Tú sabes cómo va a ponerse, Hyune.
Como todo un alfa sobreprotector.
Si bien Christopher impulsó a HyunJin a salir con SeungMin, eso no evitó que también estuviera encima de él durante las primeras semanas. Siempre le preguntaba cómo le trataba SeungMin, si era bueno y amable, y en especial, si no se propasaba con él. Chris parecía listo para ir donde el otro alfa a golpearlo si es que le hacía daño a HyunJin.
Y con JiSung puede que fuera peor. Lo protegía mucho más a él gracias a la lista de corazones rotos que llevaba, maldiciendo a cualquier alfa que lo rechazara por su infertilidad. Con toda probabilidad, hasta querría tener una seria conversación con ChangBin para aclararle varias cosas.
—¿Y qué piensas hacer? —dijo SeungMin, preocupado—. No puedes ocultárselo por siempre.
—¡Papa! —chilló JeongIn.
SeungMin sonrió y lo tomó en brazos. El bebé se rió, contento. La imagen calentó el corazoncito de HyunJin.
—Se lo contaré poco a poco. —insistió Sung.
—No creas que eso te ayudará —señaló HyunJin—, se lo presentes ahora o en un año más, pegará el grito al cielo y actuará como don alfa posesivo y salvaje.
JiSung hizo un puchero, sabiendo que su mejor amigo tenía razón. Christopher era todo un caso que tratar.
Unos minutos más tarde, el omega les dijo que debía irse, pues quedó en ir a comer con ChangBin a su casa.
—No te lo dije —se despidió JiSung de HyunJin, aprovechando que SeungMin se fue a atender al bebé—, ¡Pero felicitaciones por tu marca!
HyunJin se ruborizó.
—Gracias —le dijo, contento—, ¿No se ve bonita?
JiSung le sonrió con fuerza, dándole un abrazo.
—Te mereces toda la felicidad del mundo, Jin.
Pronto, la pareja volvió a quedar a solas, con JeongIn jugando otra vez en el suelo. HyunJin no tardó en acurrucarse contra SeungMin, mientras el alfa encendía la televisión para que vieran algo.
—Minnie... —le dijo.
—¿Sí, amor?
Se enderezó y le dio un beso suave en la boca.
—Te amo. —contestó.
—Yo te amo más. —le aseguró SeungMin.
—¡O te amo mah! —gritó JeongIn, golpeando su peluchito de zorrito contra el suelo.
Grave error: la cabeza se soltó y voló. JeongIn gritó antes de romper en desconsolado llanto.
***
HyunJin supo que estaba en problemas cuando, el día lunes, despertó con una llamada en su celular.
—¿Hola? ¿Sí? —murmuró, con la voz ronca por el sueño. SeungMin, a su lado, se removió entre suaves quejidos.
—Buenos días, ¿Estoy hablando con Hwang HyunJin? —saludó una voz masculina que HyunJin apenas reconoció.
—Sí, con él —dijo, enderezándose—. ¿Con quién hablo?
—Lamento interrumpir su mañana, señor Hwang —dijo el hombre—, pero está hablando con Ahn NaeSang, director de carrera de educación preescolar —añadió, y HyunJin sintió ahora las alarmas disparándose en su cabeza—. Necesito que venga a la facultad de educación, pues debo conversar de un tema con usted.
—Oh... —HyunJin miró a SeungMin, que pareció sentir las emociones del omega, porque le miró—, sí, sí, eh...
—¿Puede hoy, a las doce del día, en mi oficina?
—Claro, no hay problema.
—Bien, muchas gracias. Nos vemos, señor Hwang.
—Nos vemos...
HyunJin cortó la llamada y el pánico estalló en su estómago. Sabía, sin necesidad de pensarlo demasiado, el motivo por el que le estaban llamando, y a su mente apareció el día en que estalló el celo de SeungMin. En medio de la universidad, con él siguiéndole, y gruñéndole, además, a YooRim cuando se les acercó.
Ay, Dios, ya toda la facultad debía estar al tanto de lo ocurrido.
—¿Hyun? —preguntó SeungMin, pero no pudo decir nada, porque de pronto, el celular del alfa comenzó a sonar. Le echó una mirada al número—. Es NaeSang.
Mierda. Santa y jodida mierda.
HyunJin se hundió en la cama, tratando de que el pánico no lo inundara por completo. No, no debía dejarse dominar por él, tal vez...
SeungMin se aclaró la garganta.
—Buenos días, doctor Ahn —saludó SeungMin con voz grave—. Estoy bien, gracias —una pequeña pausa—. No, no me encuentro en la facultad, pero pretendía ir en una hora más a subir unas calificaciones —otra pausa—. Claro, no tengo problema en ir a verlo después. Sí, está bien, me parece perfecto. Bueno, nos vemos.
SeungMin cortó. Hubo una pequeña pausa entre ellos.
—Quiere que nos reunamos a las doce en su oficina. —le dijo.
—Me lo imaginé —masculló HyunJin, cubriendo su rostro—. SeungMin, ¿Crees que...?
—Debe saberlo, claro —contestó SeungMin—, mucha gente nos vio salir ese día, Hyune. No habrá dado una buena imagen.
HyunJin lo sabía. Y menos mal ChangBin fue a ayudarlos, porque de lo contrario, habrían follado en la oficina de SeungMin y eso hubiera sido un escándalo peor.
Frotó sus ojos.
—Oye, tranquilo —le dijo SeungMin, probablemente sintiendo sus emociones a través del nuevo enlace que compartían—, no pasará nada malo, bebé...
—Pero... —barboteó HyunJin, atemorizado—, ¿Y si nos echan, Minnie? Tú perderás tu trabajo...
—No pasa nada —le aseguró SeungMin, dándole un suave beso—. No hay en ninguna parte del reglamento que las relaciones entre profesor y estudiante estén prohibidas. Es decir, éticamente no están bien vistas, pero no hay una cláusula que lo prohíba.
Eso no tranquilizó demasiado a HyunJin, pero sabía que SeungMin no podía hacer mucho para eso. Tenía, además, algo de miedo de que le expulsaran de la universidad por eso, a pesar de que se dijo sólo días atrás que no le importaba. Es decir, claro que mintió un poco, pero no se arrepentía de tener la marca de SeungMin. Solamente que ahora tenía susto por lo que fuera a ocurrir, y era normal.
Corrieron a bañarse y tomar desayuno. Decidieron llegar por separado a la universidad para evitar más habladurías, y HyunJin aprovechó el espacio que les quedaba antes de esa reunión para ir a su propio departamento y cambiar a JeongIn de ropa. Iba a ir con el bebé, ya que no tenía con quien dejarlo, pues supuestamente ahora estaba de vacaciones por haberlo aprobado todo y ya le había dicho a Somi que no necesitaría su ayuda por esos días.
Aunque también lo pensó bien. Era muy probable que a JeongIn no se le ocurriera nada mejor que pedir la atención de SeungMin una vez estuviera allí, y eso los dejaría en más vergüenza. Sin embargo, a esas alturas, ¿Importaba? Ellos no iban a mentir y ocultar su relación, sumado al hecho de que HyunJin tenía una marca de por medio.
Llevó a JeongIn en su canguro, tomando el bus cuando ya estaba próximo a la hora. El bebé parecía feliz por salir, sin lucir un poco afligido por el estado de ánimo de su mamá, y de alguna forma, sirvió para tranquilizarlo también.
Llegó casi a la hora a la oficina del director de carrera. Le había visto sólo un par de veces en lo que llevaba del año académico, sin relacionarse demasiado con él.
Tocó la puerta y fue abierta unos segundos después.
—Hola, profesor Ahn —barboteó, haciendo una pequeña inclinación—, um, espero que no le moleste que haya venido con mi hijo, no tenía a nadie con quién dejarlo...
—Buenas tardes, señor Hwang —saludó el hombre, que tenía el cabello negro y largo, amarrado en una coleta baja, y una recortada y elegante barba—. Tranquilo, no se preocupe, pase.
Entró a la oficina, yéndose a sentar tras el escritorio. Era un poco más grande que la oficina de SeungMin, pero se encontraba en el mismo piso.
Unos segundos después de haberse sentado, la puerta fue tocada otra vez. No se giró, pero sabía, sin necesidad de ver, que era SeungMin.
—Buenas tardes, NaeSang —habló el alfa con la voz grave—, lamento llegar unos minutos tarde, unos estudiantes aparecieron a última hora para reclamar por unas calificaciones.
—Tranquilo, SeungMin —contestó el beta—, vamos, pase. Lo estábamos esperando.
HyunJin llamó la atención de con un pequeño juguete que le llevó y sirvió para distraer a su cachorro. SeungMin se sentó a su lado.
—Buenas tardes, profesor Kim. —le saludó, y su voz tembló.
—No quiero hacer de esto más largo —habló NaeSang, yendo a sentarse a su silla—, y supongo que ustedes deben saber por qué están aquí, ¿Cierto?
—Puedo imaginármelo. —respondió SeungMin. HyunJin sólo asintió con la cabeza.
—He recibido... Algunos comentarios de estudiantes sobre que ustedes dos comparten una relación sexual. —dijo el beta con tono pausado.
HyunJin se sobresaltó ante esas palabras. SeungMin frunció el ceño con fuerza, luciendo irritado y molesto.
No pudo evitarlo, y el omega se sintió herido por eso. Por el hecho de que estuvieran comentando eso, dando a entender implícitamente que ellos follaban sólo para que HyunJin pasara el curso.
—Y me gustaría saber si eso es cierto.
—Claro que es una mentira —gruñó SeungMin, y HyunJin se tensó—, mi relación con HyunJin nunca ha sido algo sexual.
El omega parpadeó. NaeSang se vio desconcertado por un momento.
—¿SeungMin...? —preguntó el beta.
—HyunJin y yo estamos en una relación seria —explicó el alfa—, y si quieres que te sea sincero, el sexo es lo de menos entre nosotros.
HyunJin sintió como el color pintó su rostro, y sin poder evitarlo, le dio un golpe en la pierna a SeungMin. El mayor le miró de reojo.
—¿Hablas en serio, SeungMin? —balbuceó NaeSang, incrédulo—. ¿Qué demonios? ¡Eso es gravísimo!
—Claro que no lo es —replicó SeungMin con seriedad—. Esta relación que mantengo con HyunJin no ha influido en sus calificaciones, si es eso lo que tanto te preocupa. Es más, puedo decirte que HyunJin apenas se destaca en mi clase.
—¡Oye! —habló HyunJin, ofendido.
SeungMin no le tomó en cuenta, más concentrado en enfrentar al director de carrera.
—¡No es sólo eso! —contestó NaeSang—. ¡Es un estudiante mucho menor que tú y no nos deja bien parados! Se llevan más de diez años, SeungMin.
—Insisto: esta relación no influye en nuestro trato en la universidad —gruñó SeungMin—. Jamás le he dado alguna señal de preferencia ni le he beneficiado con sus calificaciones. En el aula, nos comportamos como profesor y estudiante.
—¿Y en tu oficina? —objetó el beta—. Mira que varios los vieron salir junto la semana anterior, cuando entraste en celo, SeungMin.
—HyunJin fue a hablar conmigo acerca de su última calificación y me pilló por sorpresa —mintió SeungMin, y el omega calló—, pero no ha pasado nada más. Por otro lado —añadió—, la universidad no lo prohíbe en su reglamento.
—¡Claro que no! —NaeSang se veía bastante enojado—. Pero eso no quita que esté mal, ¡Por Dios, SeungMin! ¿Cómo se te ocurre involucrarte con tu estudiante?
—Ya no lo es más —SeungMin se puso de pie, molesto también—, HyunJin sólo tuvo una clase conmigo y la aprobó, pero ya no le haré más clases en lo que queda de la carrera. Sabes bien que este es el único ramo en que le hago clases a los estudiantes de preescolar.
HyunJin no sabía a dónde mirar exactamente, sintiendo a su omega temblar por la situación en la que se vio envuelto. Incluso JeongIn parecía desconcertado, dejando el juguete de lado y con la boca entreabierta.
—¡Podrían echarte si el decano, o peor, el rector, se enteran! —exclamó NaeSang—. ¡Y a HyunJin expulsarlo!
—¡Pues si me echan, asegúrense de pagarme el finiquito por despido injustificado! —saltó SeungMin.
JeongIn rompió a llorar.
HyunJin se puso de pie, comenzando a consolarlo. El llanto pareció bastar para que los otros dos se callaran y decidieran retomar la compostura, sentándose en sus asientos.
—Lo siento —farfulló HyunJin, meciendo al bebé—, él, Uh... No está acostumbrado a los gritos...
—Pásamelo, Jin. —pidió SeungMin.
El omega titubeó, pero decidió obedecer, porque sabía que a JeongIn, últimamente, le estaba gustando mucho que SeungMin fuera quien le consolara. HyunJin sospechaba que se debía a que JeongIn se presentaría como omega. No se sabía de qué raza eran los niños hasta los tres años aproximadamente, cuando se les hacía un examen de sangre, pero existían algunas señales para identificarlos antes.
El bebé se arrebujó en brazos de SeungMin, hundiendo su cabeza en el cuello del alfa, hipando.
—Vamos, vamos, Nini —dijo el mayor, consolándolo—, no pasa nada malo, papá está contigo...
—Baba... —lloriqueó el bebé, incapaz de pronunciar bien por las lágrimas.
NaeSang frotó su frente, agotado por la situación.
—SeungMin, necesito que me entiendas —dijo, ahora con la voz más suave—, esto es problemático. Sé que la universidad no lo prohíbe abiertamente, pero...
—Pero nada —replicó SeungMin, antes de suspirar—. Mira, ¿Qué es lo que te preocupa? HyunJin y yo ya no nos veremos más dentro de clases y mantendremos una postura muy distante en la universidad. Y si piensas que pasó de curso por la relación que tengo con él, puedo entregarte sus exámenes para que los revises y lo califiques tú.
—Se-Señor Ahn —barboteó HyunJin, llamando la atención del director—, yo... Yo sé que no se enteró de la mejor forma, pero no... Pero no me acerqué al profesor Kim con dobles intenciones o algo así. Lo que quiero decirle es que... es que realmente le quiero y... Y si es mejor expulsarme para solucionar esto, no voy a reclamar...
—HyunJin... —comenzó a decir SeungMin.
—Haremos algo —habló NaeSang, interrumpiendo al alfa—, no estoy aprobando su relación, pero resolver esto es complicado para mí, pues es la primera vez que me enfrento a esta situación.
HyunJin puso una expresión atenta y SeungMin asintió, acariciándole el cabello al bebé en sus brazos. JeongIn se veía ya más calmado y relajado, aunque estaba chupando su manito.
—El año académico está casi terminado como tal —dijo NaeSang, rascando su nuca—, y, por lo que sé, HyunJin ha pasado todas sus clases. Los siguientes años, ustedes deberán mantener una relación de profesor-estudiante como tal, es decir, nada de verse a escondidas en tu oficina, SeungMin —el alfa rodó los ojos—, o de que otros estudiantes los vean juntos.
HyunJin asintió con fuerza, sabiendo que debería acatar lo que le fueran a decir. A pesar de todo, no quería que lo expulsaran de la universidad.
—Señor Hwang —continuó NaeSang—, usted tendrá prohibido totalmente tomar alguna clase electiva o complementaria con el profesor Kim, y cuando sea el momento de preparar su tesis, tampoco podrá hacerla con él ni podrá formar parte de la comisión que revise su trabajo final, ¿Está entendido?
—Claro, profesor Ahn. —se apresuró en decir HyunJin.
—Por último, si algún profesor viene y me comenta que tú, SeungMin —apuntó al alfa—, estás hablando con ellos para pasar de curso a HyunJin, o yo mismo lo veo con mis propios ojos, no dudaré en llevar tu caso a decanato, ¿Lo tienes claro?
—Por supuesto, NaeSang. —dijo SeungMin.
—Bien —el beta volvió a frotar sus ojos—. Fuera de la universidad, ustedes pueden hacer lo que deseen, pero no quiero que más estudiantes me vengan con estos rumores y a reclamar que el profesor Kim está ayudando a un estudiante a pasar sus materias. Apenas escuche algo así, iré a hablar con mis superiores.
HyunJin asintió con la cabeza con fuerza. SeungMin sólo hizo un pequeño gesto de aceptación todavía viéndose algo contrariado, pero manteniéndose a raya.
—Con todo esto claro, pueden retirarse —HyunJin se puso de pie—. Salga usted primero, señor Hwang. No quiero que los vean salir juntos tampoco.
—Sí, no se preocupe —SeungMin le entregó a JeongIn, acomodándolo en sus brazos—. Muchas gracias, director Ahn.
—Nos estamos viendo —NaeSang fue a abrirle la puerta—. Lamento los gritos, no quería asustar a su cachorrito.
HyunJin volvió a darle las gracias, despidiéndose y apresurándose en salir. Para su propia fortuna, no se encontró con ninguno de sus compañeros, y cuando iba ya caminando por el campus hacia la salida, su celular sonó en señal de un mensaje.
Seung:
¿Almorzamos juntos, cariño?
Necesito verte y hacerte mimitos.
No pudo evitarlo, y sonrió ante lo escrito. A pesar de la situación estresante que acababa de vivir, no podía evitar sentir el alivio inundarlo.
Hyune:
¡Igual quiero verte!
¿Te parece si nos vemos en tu departamento y preparo el almuerzo?
Luego podríamos hacernos mimitos y algo más...
Creo que lo sabes, pero...
Te ves muy caliente cuando te enojas, Minnie 🥺
Seung:
Eres imposible 😡😡😡
Cachondo 😡😡😡
😡
Se rió con suavidad, con el alma volviendo a su cuerpo. Sabía que debería irse con cuidado ahora, sin embargo, las cosas no acabaron tan mal como pensaba, y eso le hacía sentir algo feliz.
Al menos, se quitó una gran preocupación de encima. Ahora, sólo iba a disfrutar del pequeño triunfo que tuvo con el hombre que amaba.
¡Gracias por leer!
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