Advertencias: hyunmin como pareja principal, alteración de edades, cositas lindas y fluff.

SeungMin le dio las gracias a la camarera cuando le sirvió el café que pidió, antes de voltearse hacia MinJeong, que le contemplaba en silencio.

—Te lo contó —habló ella, con su voz hosca—, te dijo lo que conversamos.

—Por supuesto —respondió SeungMin, revolviendo el café con la cuchara—, entre HyunJin y yo no hay secretos.

MinJeong soltó un resoplido, como si lo que acabara de decir no tuviera sentido alguno. SeungMin no cambió la expresión de su rostro, pues jamás dijo algo tan en serio. HyunJin y SeungMin tenían una relación seria y no se ocultaban las cosas.

—SeungMin, ¿Cómo no te das cuenta? —preguntó MinJeong, con evidente disgusto en toda su expresión—. Esa relación no tiene ningún futuro, HyunJin es un joven tonto que, con toda probabilidad, sólo te está utilizando para...

—No quiero seguir escuchando tu mierda —replicó SeungMin, molesto con lo que estaba oyendo—, sólo te cité para aclararte, MinJeong, que estás perdiendo tu tiempo. No pretendo terminar con HyunJin ante tu amenaza, e incluso si vas a acusarme con mis superiores y me despiden, tampoco lo haré —el alfa alzó su barbilla—. Bajo ningún término pretendo volver contigo, porque amo a HyunJin y no tengo intención de cambiarlo por nada del mundo.

MinJeong iba palideciendo con cada nueva palabra, demasiado sorprendida por lo que estaba escuchando, como si no pudiera creerlo. SeungMin no bajó la vista, sin sentir un poco de vergüenza por sus palabras, pues sólo dijo la verdad. No iba a permitir que lo separaran de HyunJin, y menos alguien que ya no era importante en su vida.

—SeungMin —habló MinJeong, tratando de suavizar su voz. El alfa bebió de su café—, sólo... Sólo escúchame, ¿Está bien? Sé que tú y yo podemos arreglar la relación que tuvimos y volver a intentarlo, he madurado mucho estos años y podría...

—MinJeong, detente —interrumpió SeungMin, sacudiendo su cabeza—. Lo que tuvimos ya se acabó y debes entenderlo. No me interesa volver contigo, en absoluto, porque ya no siento nada por ti —se forzó a relajar la expresión de su rostro—. Aun podemos ser amigos, ¿Está bien? Pero no te quiero como novia ni como futura esposa.

La mujer puso una expresión de lástima, y SeungMin sintió algo de compasión por ella, pues conocía a sus padres y sabía toda la presión que cargaba encima. Sin embargo, él no tenía tiempo para esos compromisos, además de que su corazón le pertenecía a HyunJin desde hacía mucho.

—¿No tengo ni siquiera una oportunidad? —preguntó MinJeong, triste.

—No —contestó el alfa, serio—, no importa lo que hagas. Puedes ir y acusarnos en la universidad, pero tampoco volveré contigo. Además —hizo un mohín—, es una vil estrategia, MinJeong. No tiene ningún sentido —volvió su atención al café, tragándoselo de golpe pues ya se encontraba tibio—. No sigas insistiendo, ¿Está bien? No quiero hacerte daño alguno, pero como sigas metiéndote en mi relación, no tendré más que intervenir. Adiós, MinJeong.

La omega murmuró una débil respuesta, decaída, pero SeungMin sólo se puso de pie y fue a pagar por el café. No le dirigió una mirada más en lo que salía del café, sacando su celular y marcando el número de HyunJin para saber dónde estaba.

—Minnieeeeeeeeeeeeee. —saludó el omega, con ese conocido tono alegre.

—Hey, bebé, ¿Ya has terminado con tus exámenes? —preguntó SeungMin, yendo hacia el auto.

—¡Sí! —se rió HyunJin—. Pero iremos a celebrar con unos amigos a un bar el término del año escolar, ¿No quieres venir?

—¿Un bar, con tus amigos? —SeungMin resopló—. No, gracias.

—¡Qué aburrido eres! —contestó HyunJin, pero no insistió—. ¿Puedes cuidar de JeongIn esta noche?

—Sí, claro —SeungMin lo pensó un instante—. ¿Qué tal si lo paso a buscar y cuando acabes tu celebración, vas a mi casa?

El omega se quedó unos segundos en silencio, como si lo estuviera analizando bien, y SeungMin le dio tu tiempo. HyunJin no era muy dado para salir a fiestas, pero sabía que era una ocasión especial, y es que ese día rindió su último examen. El año académico terminaría en dos semanas más, en los que recibirían sus resultados y sabrían si tendrían que tomar el examen de repetición en caso de que no hubieran pasado alguna clase.

Además, estaba el hecho de que ya no tendrían que andarse ocultando. Ahora se venía el breve período de vacaciones, y después el siguiente año universitario, y no deberían darle explicaciones a nadie.

—Está bien, ¡Me parece genial! —contestó HyunJin—. Eres el mejor, SeungMin, ¡Te adoro!

—Yo también te adoro, precioso.

Ambos se despidieron y SeungMin no tardó en dirigirse al departamento de HyunJin, donde sabía que Somi estaría cuidando de JeongIn. Al encontrarse con la niñera, le explicó que él cuidaría del bebé el resto del día, así que podía marcharse, y le pagó las horas trabajadas.

—¡Papa! —gritó JeongIn, contento. Estaba sentado en el suelo, jugando con una Barbie.

—¿Feliz de verme, cachorrito? —suspiró SeungMin, comenzando a agarrar los juguetes para guardarlos—. Qué irresponsable madre tienes, ¿No lo crees? Nos deja abandonados y tristes.

JeongIn se rió cuando SeungMin lo tomó en brazos, chillando por la emoción. El alfa le sonrió antes de arroparlo para salir. Guardó todo lo necesario, aunque no eran tantas cosas que llevar, pues JeongIn ya tenía ropas y juguetes en su departamento. Incluso, una mamadera propia que SeungMin le compró, y algo de comida en el refrigerador. SeungMin jamás se vio siendo un padre, sin embargo, no se arrepentía ni un poco de haber adoptado a In.

Quince minutos después, estaba acomodando a JeongIn en la silla del auto y partiendo a su departamento. Le puso una película al bebé mientras le daba de comer, y después los dos se quedaron viendo Toy Story en la televisión.

A eso de las nueve, JeongIn cayó dormido y lo fue a dejar al cuarto de huéspedes, que usaban como habitación del bebé cuando HyunJin iba a quedarse allí. Le envió un mensaje preguntándole a su novio si estaba todo bien, recibiendo una respuesta por audio del chico gritando que sí y con música de fondo.

Suspiró, algo relajado igual de que HyunJin pudiera aprovechar su juventud también. Era evidente que debido al embarazo de JeongIn tuvo que saltar varias etapas de su vida, y apenas salía a divertirse, así que SeungMin no tenía problema alguno en que se divirtiera de esa forma.

No sabía si HyunJin volvería pronto, así que decidió irse a la cama y prender la televisión, mientras aprovechaba de revisar los exámenes finales de todos los cursos a los que les hacía clases. Cuando dieron las once y media, se aburrió y se puso a ver una película. A mitad de ella, se quedó dormido.

Sin embargo, despertó sobresaltado en un momento, con su celular sonando. Pensó primero que era una llamada, pero se dio cuenta, al agarrarlo, que sólo eran muchos mensajes seguidos.

Hyune

Seung

Amor

SeungMinnnnnnnnn

SeeeeeeeeeeeeeeeeeeungMin

SEEEEEEEEEUNGMIN

Crep q esooi vorrsho

Seeeeeeeeeeeung

TTTTTTTTTTTTTTTTTT

Vem a buscatne

X faabor

Leyó una y otra vez los mensajes, antes de decidir marcar el número de teléfono de su novio, algo preocupado.

—Hyune —dijo, aliviado de que le hubiera contestado.

—SeungMin —gimoteó HyunJin al otro lado, con la música sin dejar de retumbar—, me siento mareado, hace mucho no tomaba tanto...

—Bebé, ¿Dónde estás?

HyunJin recitó el nombre del bar apenas, soltando unas carcajadas mientras regañaba a una amiga, al parecer.

—Voy por ti.

—Siiiiiiiiiií, te necesitooooooooooooooo. —barboteó HyunJin, y SeungMin le cortó, exasperado.

Era la primera vez que escuchaba a HyunJin tan borracho. A veces, cuando ellos pasaban la noche juntos, solían tomar y beber alcohol para relajarse, pero el omega sabía bien cual era su límite. Le dijo a SeungMin que no tenía mucha resistencia con las bebidas alcohólicas, por lo mismo, no le gustaba emborracharse. Sin embargo, sólo con oírlo, sabía que estaba borracho como una cuba.

Agarró una chaqueta y fue a ver a JeongIn, percatándose que estaba profundamente dormido, con su zorrito a su lado. No creía que fuera a despertarse pronto.

Salió con rapidez de su departamento, yendo hacia el auto y subiendo, partiendo enseguida al lugar que le dijo HyunJin, teniendo que buscar el nombre en Google Maps para ubicarse. Era un reconocido club nocturno, por lo que no fue una sorpresa el llegar y encontrarlo todavía con gente fuera, esperando a entrar.

En realidad, lo que le sorprendió (o enfureció) fue que, al bajarse, vio a HyunJin fuera. Y discutía con otra persona, que lo agarraba por la cintura mientras el omega se retorcía.

Cuando se acercó más, SeungMin se dio cuenta de que era JinYoung.

—Vamos, HyunJin, déjame follarte —escuchó que le decía ese idiota—, tu culo de puta debe quererlo, vamos...

—¡No, que me sueltes! —gritó HyunJin, tropezando.

—No seas así, estoy seguro de que los dos...

—Te ha dicho que lo sueltes —gruñó SeungMin, empujando a JinYoung y agarrando a HyunJin—. Si lo vuelves a tocar, te romperé la nariz, ¿Me has oído, imbécil?

—¡SeungMin! —dijo el omega, contento de que estuviera allí—. Vamos, hace frío, vámonos, amor...

El mayor le dio otro gruñido a JinYoung, pegando a HyunJin más contra él, que no protestó ni un poco. El otro alfa sonrió con inocencia, levantando sus manos en un gesto burdo de tranquilidad.

—No pasa nada, ¿Qué tal si lo follamos los dos? —preguntó JinYoung, riéndose—. HyunJin es toda una puta en la cama, ¿No lo crees? Yo no quería correrme dentro de él, pero esta perra estaba ansiosa por ser llenada con semen, no imaginas como...

SeungMin soltó a HyunJin y se lanzó a golpear a JinYoung. Su puño se estrelló contra la nariz de ese imbécil, oyéndose un horrible crack en señal de que algo se rompió, pero a SeungMin le importaba una mierda. Ignoró el grito de HyunJin, agarrando a un aturdido JinYoung de su camisa y dándole otro golpe en la mejilla.

—¡Me has oído, cretino! —le gritó, soltándolo cuando vio que varias personas se acercaban a ellos—. ¡No te quiero cerca de HyunJin nunca más!

El omega le agarró del brazo y SeungMin tiró de él, llevándolo al auto. El chico parecía estar aguantando la risa por lo recién ocurrido, como si no pudiera creer que SeungMin acabara de golpear a su exnovio. Por Dios, era lo que siempre quiso hacer, pero nunca se atrevió.

—No sé qué es tan gracioso. —barboteó SeungMin, abriendo la puerta del copiloto y entrando a HyunJin.

—¡Todo! —el omega estalló en carcajadas—. ¡Su cara, SeungMin, fue increíble!

SeungMin le miró con reprobación, aunque al final terminó por sonreír también. Era la primera vez que golpeaba a otra persona de esa forma, y es que ese idiota realmente le sacó de quicio con sus palabras. El sólo recuerdo era suficiente para hacerlo volver a darle otro golpe, pero decidió que no era lo mejor. Dejó a JeongIn solo, ya era momento de volver.

Encendió el auto y se marchó de allí, con el chico en un extraño silencio.

—¿La pasaste bien? —preguntó SeungMin, deteniéndose ante un semáforo.

—Uh, sí —suspiró HyunJin—, eh... SeungMin...

—¿Qué pasa, bebé?

—Me puso muy caliente verte así.

Por un instante, pensó que se quebró el cuello cuando se giró a ver a HyunJin con brusquedad.

El omega se encontraba con una mano en su entrepierna, frotándose superficialmente. Tuvo que volver su vista al frente cuando el semáforo dio verde.

—Tienes que estar bromeando, HyunJin...

—No... —se rió el menor—. Por favor, estoy tan feliz.

—¿Fue porque golpeé a JinYoung? —masculló el alfa.

—¡Sí! ¡Y porque los exámenes acabaron! —de forma repentina, la mano de HyunJin fue ahora a la entrepierna de SeungMin—. Déjame chupártela, por favor, por favor...

—No puedes ser tan caliente. —exclamó SeungMin.

—¿Es una prueba? —HyunJin entornó los ojos—. Tú sabes... Tal vez JinYoung no mentía —bajó su voz—. Tal vez soy toda una puta en la cama, y eso me gusta, SeungMin...

Esas palabras tuvieron que haberlo enfurecido, pero por el contrario, lo excitaron. Lo excitaron de una iracunda manera, el pensar en HyunJin con otro hombre, y soltó un nuevo gruñido que hizo jadear al omega.

—Detente —suplicó HyunJin—, déjame chupártela aquí, en el auto, por favor. Profesor, se ve tan sexy...

SeungMin obedeció, encendiendo las luces de emergencia y estacionándose, aprovechando que la calle se veía vacía. HyunJin se quitó el cinturón y SeungMin tiró el asiento hacia atrás. El omega se acomodó con rapidez, su mano abriéndole el pantalón al alfa y bajándole la ropa interior.

La polla de SeungMin ya estaba un poco dura, pero para HyunJin era perfecto, y abrió la boca para metérsela en ella. Los dedos del mayor se enrollaron en su cabello, gimiendo roncamente mientras los labios de HyunJin le chupaban la polla como todo un experto.

—Mierda, Hyune... —jadeó, sintiendo cómo se la llevaba más profundo, con el glande empujando en su garganta—. Bebé, eres tan bueno...

HyunJin podía sentir la saliva escurriendo de su boca y manchando su mano, que se movía junto a sus labios. No sabía si era la borrachera o el haber visto a SeungMin así, o quizás las dos cosas, pero estaba demasiado caliente y quería demasiado sentir un poco de alivio. Por un breve momento, pensó en insistirle a SeungMin que se lo follara, pero luego decidió que todavía podía esperar unas semanitas más. No tenía por qué adelantarse tanto.

Así que una mamada estaría bien. Con lo excitado que se encontraba, él ya estaba duro con el hecho de tener una verga en la boca. No necesitaba más para correrse.

Bajo esa situación, poco duró SeungMin: terminó eyaculando en la boca del omega, que lo recibió todo para no ensuciar los asientos o el manubrio. Se atragantó un instante, pero forzó a quedarse allí, tragándose el semen sin protesta alguna.

Una vez el orgasmo de SeungMin acabó, HyunJin se enderezó, con rastros de esperma en sus labios. El alfa gruñó y lo besó, importándole poco probarse a sí mismo, y el menor soltó un gemido de placer cuando SeungMin empezó a masturbarle por encima del pantalón. Unos pocos toques y HyunJin terminaría corriéndose dentro de su ropa, temblando y mareado.

—Apenas lleguemos —masculló SeungMin—, te irás a dormir, HyunJin, ¿Entendido?

—Sí, profesor Kim. —gimió HyunJin, antes de darle otro beso lascivo en la boca.

Cinco minutos después, SeungMin estaba volviendo a conducir y HyunJin no podía borrar la sonrisita de su cara.

***

Durante los siguientes días, el omega estuvo recibiendo sus notas finales, aprobando todas sus clases. De las seis materias que tenía, tres las aprobó con sobre un 80, otras dos sobre un 70 y la última con un 62, a punto de reprobarla. La clase de SeungMin la aprobó con un 77, pues los prácticos le ayudaron a subir su promedio.

HyunJin no podía con su felicidad, alegre de que el año académico hubiera terminado tan bien para él. Era un alivio, en especial, porque pudo hacerlo a pesar de tener que ocupar parte de su tiempo libre en el trabajo, y además cuidando de un bebé. El próximo semestre iba a iniciar, por otro lado, su primera práctica y no cabía en su emoción, ¡Se moría por ir a los jardines infantiles e interactuar con más niños pequeños!

El último día de clases que tuvo como tal, decidió ir a ver a SeungMin para preguntarle si le esperaba para irse juntos. Tenía muchas ganas de celebrar el haber aprobado sus clases, e incluso tenía pensado en hacer una pequeña fiesta con sus amigos. Le diría a JiSung que ya presentara a su nuevo pretendiente, ¡Todavía no quería decirles quien era! Ya era momento de que hablara, no podía llevarse ese secreto a la tumba.

Tocó la puerta de la oficina de SeungMin, esperando unos segundos en los que no obtuvo respuesta alguna. Frunció el ceño, algo atónito por eso, pues habló con SeungMin quince minutos atrás para decirle que iba. El alfa se escuchaba algo cansado y dijo que con toda probabilidad se iba a enfermar, pero que se encontraba en su oficina para que fuera a verlo. ¿Acaso salió de emergencia?

Tocó otra vez.

—¿SeungMin? —preguntó, aprovechando que no había ningún profesor allí.

Unos segundos pasaron, y de pronto un olor se filtró a través de la puerta. Feromonas.

Pero no de omega. Feromonas de alfa. Intensas, duras, envolviéndolo y haciendo que su omega temblara.

Sin pensarlo demasiado, decidió abrir la puerta.

SeungMin estaba con la cabeza apoyada en el escritorio, jadeando con fuerza. Por un instante, HyunJin pensó que se desmayó o algo por el estilo, pero las feromonas volvieron a golpearlo, aturdiéndolo un segundo.

No se dio cuenta de que él también liberó feromonas hasta que SeungMin gimió en voz baja, apenas enderezándose.

El mayor levantó su vista y le miró con ojos afiebrados.

—Omega. —gruñó, y HyunJin jadeó.

Oh, por Dios. SeungMin estaba en celo.

¡Gracias por leer!