3, jenn brown
if the world was ending, jp saxe
Jenn y yo nos habíamos conocido en la cafetería donde yo trabajaba, me pareció una chica linda así que le pedí su número.
—Hey, perdona que te moleste pero podríamos, si tu quieres, intercambiar números —fui testigo de cómo sus mejillas se sonrojaron, fue tan tierno
—Oh claro —ella rió nerviosa mientras me dictaba su número y yo lo anotaba en mi libreta de pedidos—, ese sería mi número...
—Bea, bueno Beatriz, pero nadie me dice así —reí—. Ten bonito día, Jenn
—¿Cómo sabes...?
—Me lo diste al pedir la orden —reí nuevamente y ella se sonrojó, de nuevo, me alejé de su mesa dejándola tomar su café tranquila, para el final del día le escribí por primera vez.
B: Hola, soy Bea la chica del café
J: Te recuerdo ¿cómo estás? ¿ya saliste del trabajo?
B: Sí, acabo de llegar a mi piso, estaba apunto de cocinar algo pero decidí escribirte
J: ¿Qué cocinarás?
B: Estaba pensando en algo sencillo, quizás ensalada con alguna proteína, creo que tengo pollo en la refrigeradora
Al pasar de los días, en nuestros tiempos libres hacíamos llamada y después de unas semanas la invité a salir, al encontrarnos me di cuenta que en realidad era una chica dulce y tan agradable con la que conversar.
—¿En qué carrera estás? —pregunté curiosa mientras tomaba algunos sorbos de mi gaseosa
—Filología —respondió
—Vamos a áreas completamente distintas por lo que veo —reí
—¿Qué estudias?
—Gastronomía —respondí
—¿Alguna vez cocinarías para mí? —reí ante la pregunta
—Cuándo usted desee señorita Brown —aseguré
—Muchas gracias, chef Ronan —reímos nuevamente
Después de otro par de semanas, en las que salíamos juntas seguidamente me di cuenta, Jenn me había gustado desde el día que estuvo como diez minutos pensando qué café pedir, pero me había enamorado en aquel mes donde salimos, donde me contaba su vida, donde me mostró sus dibujos, donde ella se mostró en todo su esplendor.
—¿Jenn? —llamé su atención
—¿Sí?
—Tengo algo que decirte... ¿te podrías sentar? —ella frunció el ceño pero no preguntó nada y se sentó
Nos encontrábamos en mi piso, ella estaba viendo mis libros. Suspiré, mirando sus ojos, particularmente no me atraían los ojos comunes, pero sus ojos eran tan... profundos, de una manera que podría verlos todo el día.
—¿Qué pasó, Bea? —su voz me devolvió a mi tarea
—Sabes que nos conocemos hace bueno... no mucho —reí cortamente—, pero hace tiempo vengo pensando en esto, y cada vez me lo confirmo, más —tomé una respiración grande antes de hablar—. Me gustas.
—Bea... —escuché cómo susurró
—Sé que no compartimos sentimientos, y está bien, sé que no me correspondes y está bien —mis ojos se volvieron borrosos a causa de las lágrimas—. Sé que tu sabes que no estamos hechas para la otra, pero no perderemos esta conexión ¿cierto?
—Claro que sí, Bea, te quiero pero no de esa manera, no sentirás rencor si te digo que estoy saliendo con alguien ¿cierto?
Sonreí para mis adentros, con dolor
—Te lo repito, sabemos que no estamos hechas para la otra, pero no hay razón para decir adiós, porque aunque el mundo se este acabando yo iría por ti, te apoyaría en todo —la miré, mis lágrimas resbalando por mis mejillas
Ella apoyó su frente en la mía, mi respiración estaba desnivelada.
—Bea... —su voz sonó más pacífica que antes
—¿Con quién estás saliendo?
—Jack... el chico del piso —lo sabía, había ido a tomar una que otra vez café juntos, veía cómo la miraba, tal como yo lo hacía en secreto
—¿Ya te pidió que fueras su novia? —me atreví a preguntar, era masoquista pero debía saberlo
Ella asintió lentamente, y todo lo que había dentro de mi se quebró, poco a poco, y me di cuenta en aquel instante que aunque ella rompiera mi corazón en mil y un pedazos no podía irme, ni quería hacerlo, ella era aquella parte agradable de mis días en la cafetería.
—¿Bea? —caí en cuenta que nuevamente me había encerrado en mis pensamientos—, ¿por qué?
—¿Por qué?
—¿Por qué te gusto? —reí agriamente a su pregunta
—Porque eres espontánea, eres creativa, eres simple, e interesante sin intentarlo, no es incómodo estar contigo, me divierto contigo, me sacas de esa nube en la que pasaba todos los días antes de conocerte, por eso y mil razones más
—Simplemente soy la chica que conociste en el café, indecisa y avergonzada —antes de que terminara la interrumpí
—Son tus cualidades, y me gustan, eres perfecta por dentro y por fuera —dejé un beso en su frente.
Nota de la Autora: Quise hacer algo soft después del anterior one shot, así que aquí tienen, un amor imposible </3
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