2O; ENAMORADO
Los nervios de Hana no le permitieron dormir bien. Despertó por ratos y media horas antes que sonara la alarma, no pudo volver a dormir. Hasta había soñado con aquel pelinegro que la tenía de esa manera, por lo que sintió ganas de cancelarle, pero sabía que no era correcto, pues se había leído muy emocionado por verla y sabía que, en realidad, también deseaba volver a verlo, pero sus nervios la hacían actuar de otra manera.
En el desayuno sólo bebió un poco de café y comió la mitad de una tostada, porque no tenía nada de apetito y sentía su estómago revuelto. Jamás había sentido tantos nervios en su vida como la primera vez que vio a Jungkook, y ahora que iba a volver a verlo, deseaba que no le recordara nada vergonzoso, ni que hiciera algo así por no poder pensar con claridad.
Una vez en la tienda a pesar de tener la pequeña lista, a causa de sus nervios al recibir un mensaje de Jungkook, informándole que estaba esperándola donde quedaron, olvidó alguna que otra cosa por lo que debió volver sintiéndose avergonzada. Tomó las cinco bolsas y comenzó a caminar rápidamente.
Al hacer unas pocas cuadras llegando en donde quedaron en verse, vio un Mercedes-Benz negro que provocó que sus latidos se aceleraran.
Apresuró su paso cubriéndose su rostro con su cabello corto oscuro, deseando que no fuese él, pero pudo escuchar a esa persona bajarse del coche.
―¡Estoy aquí, Hana!
Al escuchar esa voz se detuvo sintiendo como el oxígeno abandonaba sus pulmones por un momento. Estaba paralizada.
―Déjame ayudarte, por favor ―escuchó sus pasos cruzar la calle y observó cómo sus manos tomaban las bolsas que ella tenía―. Por cierto, buenos días, Hana.
Sentía cómo buscaba su mirada, pero ella no era capaz de levantar a cabeza, sólo tragó en seco cerrando los ojos con fuerza y tratando de calmar sus nervios.
―Vamos a mi coche.
Lo escuchaba hablar tan animado, como si no sintiera nada de nervios y se conocieran de toda la vida, como si fueran amigos, por lo que se obligaba a actuar con normalidad porque se sentía estúpida y no quería pasar vergüenza.
Lo siguió a paso lento observando cómo él subía las bolsas en el asiento trasero, también observaba que iba vestido de negro, recordando cuando veía sus fotos no dejaba de admirarlo y halagar por lo bien que le quedaba. Tragó en seco escuchando que Jungkook le pedía que se subiera, lo cual hizo enrojecida aunque no se notaba porque llevaba mascarilla, y al escuchar el sonido de la puerta volvió a mirar hacia el frente.
Sentía su intensa mirada, lo que le hacía bajar la cabeza cubriéndose el rostro con el cabello.
―Puedes quitarte la mascarilla.
Jungkook notaba sus nervios, lo que le causaba ternura y quería quitar el cabello de su rostro, pero no lo hizo, al contrario se apretó las piernas reprimiendo su impulso para no incomodarla.
Al ver cómo ella quitaba su mascarilla oscura igual que la suya —que se había quitado al subir—, sonrió, pero ella seguía cubriéndose el rostro con su cabello.
―¿Dormiste bien?
No le gustaba ser el único que hablara, se sentía demasiado intenso, pero quería desaparecer la tensión de una vez, que ella hablara y mostrara el rostro, por lo que la única manera de conseguirlo era sacando algún tema de conversación.
«No, porque no he dejado de pensar en que iba a verte y te has metido hasta en mis sueños» pensó ella.
―Sí ―respondió sin más con voz débil.
Este presionó los labios asintiendo, frustrado al pensar que quizás no quería hablar con él, y ni siquiera quería verlo, pero la obligó de cierta manera.
Aún así, también pensaba en qué podía decir, algo que la hiciera hablar más, que la hiciera interesarse en conversar.
―¿Y... Y tú?
Al escucharla y notar cómo volteaba a verlo por unos pocos segundos, no pudo evitar sonreír, relajándose.
―¡Dormí bien! ―respondió y al notar que había sido muy evidente su emoción, bajó la cabeza sintiendo sus mejillas arder. Agradecía que ella no sea capaz de mirarlo porque sino lo vería de esa manera―. Bueno, puede que me haya dormido algo tarde.
―¿Por qué? ―lo miró por un momento con curiosidad, por lo que no dudó en admirar sus grandes ojos cafés con largas pestañas―. L-Lo siento, no tienes que decirme...
―Por la emoción ―explicó rápidamente y ella frunció el ceño―. Por la emoción de volver a verte, Hana.
Ella abrió sus ojos a la par por la sorpresa y volvió su mirada rápidamente hacia el frente, para luego bajarla sintiendo su rostro arder.
Realmente no podía creerse lo que había dicho, por lo que llegaba a pensar que quizás sólo estaba bromeando y se quedó mirando alguna película o algo por el estilo, pero detestaba que provocara tantas sensaciones en ella aunque supiera que no lo decía en serio.
―De todas maneras, me gusta saber que tú sí has dormido bien. Quizás eran los nervios de saber que iba a verte, creí que ahora también lo estaría, pero me siento muy cómodo contigo...―al notar que estaba hablando demasiado y que quizás podía llegar a incomodarla, resopló―. ¿Cuánto se supone que puedes tardar?
―¿U-Unos cuarenta minutos? Pero puedo tardar menos...
―¡No! Es decir, te lo pregunté para aprovechar ese tiempo ―al notar su mirada que le hacía saber que lo que había dicho podía malinterpretarse, abrió sus ojos a la par nervioso―. Aprovecharlo hablando, por supuesto. P-Para conocernos más y...
―Entendí ―aclaró soltando una carcajada y se cubrió la boca con la mano.
Jungkook al escuchar el sonido de su risa, una gran sonrisa se asomó en sus labios y sintió que era la melodía más linda que había escuchado en su vida. Quería volver a hacerla reír, porque podría pasarse horas, días, escuchándola, por lo que comenzaba a pensar qué más podría decir.
(...)
La tensión fue desapareciendo con los minutos, hasta volverse cómodo para ambos, aunque los nervios de Hana estaban presente, pero en menor medida permitiéndole hablar con más seguridad sin titubear o que su voz sonara débil.
Jungkook, al notar eso no podía evitar sentirse triunfante, preguntándose ahora cómo podía acercarse más a ella, aunque se preguntaba también si no era algo apresurado y eso haría que volviera a tensarse, o podía provocar que no quisiera verlo, pero es que recordaba las palabras de Seokjin que causaban su inseguridad respecto al exnovio de Hana.
―¿Te ha dolido? ―preguntó curiosa.
―¿Caer del cielo? ¿Estás tratando de coquetear conmigo, Hana? ―bromeó con una sonrisa seductora, y ella soltó una carcajada junto a él, sin poder creerse lo que había dicho.
―No. Tú estás haciéndolo, ¿crees que no me he dado cuenta?
En ese momento Jungkook dejó de reír, abriendo sus ojos a la par asustado por sus palabras. ¿Realmente se había dado cuenta y nunca se lo reprochó? Se preguntaba, pero luego también recordaba que tampoco es que pareciera corresponderle, por lo que sentía como su estómago se revolcaba.
―Oh, l-lo siento. No quería incomodarte ―habló rápidamente avergonzada―. Sé que eres incapaz de hacerlo, pero quería molestarte...
El pelinegro soltó una risotada mientras llevaba las manos a la nuca, hasta que soltó un suspiro de alivio, pues que no lo haya notado en realidad, le hacía sentir que, quizás, entonces, si lo notara si le correspondería.
Tenía algo de esperanzas.
―¿Cuál era tu pregunta?
―Si te ha dolido el piercing del labio.
―Oh, eso ―soltó una risilla―. Pues, la verdad es que no mucho.
―¿En serio? ―preguntó asombrada―. Hace dos años quería hacérmelo, pero la verdad es que soy muy miedosa.
―¿En verdad eres miedosa? Nunca me di cuenta ―Hana al notar como fingía estar sorprendido, se cruzó de brazos provocando que este riera―. Era broma. No te molestes ―aclaró tomando su mano.
En ese momento notó como ella se tensó, y sus nervios volvían a estar presentes, por lo que la soltó rápidamente aunque no era para nada lo que quería.
―Q-Quizás algún día me atreva a hacerme algún piercing ―mencionó en casi un murmuro jugando con el borde de su suéter intentando calmar sus nervios.
―Te quedaría demasiado bien, tienes lindos labios.
La fémina al escuchar eso comenzó a toser al atragantarse con su propia saliva, por lo que Jungkook se preocupó por ella, arrepintiéndose rápidamente por su comentario, pero es que ni siquiera lo pensó.
―Hana, ¿estás bien? ―preguntó preocupado sin saber qué hacer, sólo tomar su brazo―. ¡Dime algo! ¿Qué hago?
―E-Estoy bien. Estoy bien ―aseguró con algo de dificultad y volvió a toser―. Lo siento.
Su rostro ardía por la vergüenza, se sentía humillada por haberse atragantado con su propia saliva, pero no podía creerse que Jungkook le haya dicho que tenía lindos labios.
Empezaba a preguntarse si realmente creía todo los halagos que le hacía, o simplemente, los hacía para levantar su autoestima, aunque no sea lo que pensaba.
―¿Estás segura?
―Sí.
―¿Fue por lo que dije? ―preguntó tratando de reprimir la sonrisa.
Quería negarlo para no sentirse aún más avergonzada, pero escuchó sonar su celular por lo que lo sacó rápidamente del bolsillo de su suéter, sintiéndose agradecida con su madre, aunque a la vez sentía nervios porque por primera vez iba a mentirle y no era nada buena en eso.
―Lo siento. Es mi madre, debo contestar.
―Hazlo.
Comenzó a hablar con su madre mientras él se sentía algo nervioso al saber que se trataba de ella, pero también algo desanimado al escuchar que le había dicho que estaba cerca de su casa, lo que quería decir que era momento de despedirse y eso era lo que menos quería.
Deseaba pasar más tiempo con ella, seguir conociéndose, seguir haciéndola reír mientras su corazón brincaba de emoción.
La observaba detenidamente, encantado por cada gesto que hacía, como arrugaba su rostro o mordía su labio inferior con nerviosismo. Al bajar la mirada notó como seguía jugando con el borde de su suéter, lo que le hizo saber que estaba nerviosa, seguramente por sus mentiras.
No pudo evitar admirar sus uñas pintadas de lila que antes no había notado, por lo que sin pensar tomó su mano, observando el diseño que tenía en su dedo anular.
Siempre era demasiado curioso, por lo que se preguntaba si ella se los hacía.
Hana al sentir su tacto sintió como el oxígeno abandonaba sus pulmones por un momento y titubeó diciendo que estaba volviendo a su casa, por lo que Jungkook alzó la mirada conectándola con la suya.
En ese momento sentía perderse en sus ojos oscuros, sólo separaba sus rostros unos centímetros y confirmó rápidamente que era aún más atractivo en persona, como lo hizo la vez anterior aunque este llevara mascarilla.
Este al ver sus ojos cafés que lo observaban con nerviosismo, no pudo evitar sonreír, pues sabía que estaba admirándolo, como él lo hizo durante los minutos que habían estado juntos.
Ella al ver como sus dientes delanteros se asomarse, dándole el aspecto de un tierno conejito ―algo que siempre deseó apreciar en persona―, no pudo evitar sonreír de regreso. Aún no podía creer que alguien pudiera ser tan tierno y lindo, lo que hizo que su débil corazón se acelerara.
―Estoy bien, tranquila. Nos vemos en cinco minutos, mamá ―dijo soltando una ligera risa nerviosa, para luego colgar mientras seguía sintiendo el tacto de Jungkook, que parecía ignorar que su mano estaba húmeda por los nervios, por lo que ella la quitó rápidamente pasándola por su jean, lo que le hizo reír silenciosamente―. Ya debo irme.
Al verla con la intención de bajarse, habló rápidamente haciendo que se detuviera y volteara a verlo.
―No llegaras en cinco minutos como has dicho si vas a caminar. Déjame llevarte.
―Pero no pueden verme llegar en este... gran coche ―murmuró incómoda.
―Como hicimos la primera vez te dejaré a dos cuadras y no aceptaré un no por respuesta.
Ella estaba algo sorprendida, pero no pensaba negarse, simplemente, aceptó asintiendo, lo que hizo que este soltara una risilla triunfante y encendiera el motor, para así comenzar a conducir recordando dónde la había dejado la anterior vez, aunque la pelinegra no dudó en indicarle.
Se sentía realmente maravillada y se convencía de que no estaba soñando al verlo concentrado en el camino, pero es que no podía creerse que estaba al lado del mismísimo Jeon Jungkook, en su coche.
Este sintió su mirada durante el corto camino y reprimió su sonrisa, aunque falló en el último segundo porque la ilusión comenzaba a crecer cada vez más, por lo que pensaba en tomar aún más la iniciativa, rogando que saliera bien.
Al bajar ―ambos con las mascarillas puestas―, él abrió la puerta de la parte trasera, pero al sentir como ella se acercó con la intención de abrir la puerta, volteó quedando en frente.
―¿Puedo pedirte algo?
―Debo apresurarme, aún me quedan dos cuadras por caminar y si me sigo tardando, va a sospechar...
―Respira ―ordenó riendo, y ella sintió sus mejillas arder, pero sus nervios eran demasiados al no saber cuál era su intención―. Entiendo, pero es algo rápido.
―Jungkook...
No la dejó seguir poniendo excusas, simplemente, la envolvió en sus brazos, sintiendo cómo se tensaba, pero cuando a los pocos segundos sintió también sus brazos temblorosos corresponderle, no pudo evitar sonreír y darse cuenta que tenía la estatura justa para escuchar los latidos acelerados de su corazón que eran provocados por ella.
A pesar de ser más alto por varios centímetros, escondió su rostro en su cabello y hueco del cuello, aunque llevara mascarilla podía aspirar el aroma a flores, deseando quedarse así.
―¿Puedo pedirte otro favor? ―preguntó tímido.
―S-Sí ―su voz salió débil.
―¿Puedes actualizar por mí?
Ambos rieron y ella se aferró más a él para saber que era real lo que estaba sucediendo, lo que hacía que el pelinegro también la estrechara más en sus brazos.
Estaba decidido a dejar la inseguridades que le había provocado las preguntas de Jin. Iba a tomarse el tiempo necesario para conquistarla, porque no quería apresurar las cosas y que salieran mal, pero sin dudas iba a conquistarla porque estaba perdidamente enamorado de Jung Hana.
¡Hola!
Volví mucho antes de lo que creí, pero quería agradecerles por los 1k seguidores por lo que decidí actualizar todas mis historias y a pesar de mi bloqueo, no podía actualizar las demás y no esta que recibe muchísimo apoyo. Me vi 949392 videos de JK, como escuché muchas veces sus canciones y covers, para así tratar de inspirarme
Funcionó y les traje este capítulo que me gustó demasiado escribir
Espero realmente que a ustedes también les haya gustado, no se olviden de votar y comentar, amores
¡Nos leemos pronto!
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