29; FINAL
Advertencia: contenido +18, sé que hay algunas personas a las que no les gusta leer ésto, por lo que no quiero incomodarles así que pueden bajar hasta ver (...)
Jungkook la recostó lentamente posicionándose sobre ella, mientras seguía besándola con pasión y a la vez con dulzura. Hana pasó los brazos alrededor de su cuello, sintiendo como la mano de él llegó a su cintura, acariciando su piel desnuda, provocando que se estremeciera ante su tacto cálido, hasta que este decidió quitarle la camiseta.
Una vez que lo hizo, la observó con sus labios entreabiertos, sintiéndose embobado al verla con aquel sostén azul, pero al notar que parecía nerviosa y que tenía la intención de cubrirse, se quitó su camiseta, para así intentar que sus nervios disminuyeran.
Al darse cuenta que ahora ella no podía apartar la mirada de su cuerpo, sonrió arrogante, acercándose para volver a juntar sus labios.
Hana aunque estuviese temblorosa por los nervios al sentir como este acariciaba su muslo, pasó sus manos por sus abdominales sintiendo como este se estremecía.
No podía creer todo lo que le producía con aquellos besos, con sus caricias, se sentía perdida en él, hasta que sorpresivamente su mano se dirigió a su zona sensible, provocando que emitiera un sonido involuntario.
En ese momento, Jungkook se separó para poder observar su rostro, sintiéndose algo inseguro de lo que estaba haciendo.
—¿Estás bien? ¿Quieres que continúe?
—S-Sí, quiero que lo hagas —murmuró tímida desviando la mirada, pero este llevó la mano a su barbilla para que volviera a mirarlo, y desató el nudo de su pantalón, para luego bajarlo.
Una vez que lo tiró a un lado de la habitación, se quitó el suyo, sintiendo su intensa mirada al verlo con un bóxer oscuro que le permite notar su prominente erección.
Volvió a posicionarse sobre ella y juntó sus labios, hasta que sus besos bajaron a su cuello, mientras esta vez su mano bajaba hasta introducirse dentro de sus bragas, escuchando como suspiraba llevando las manos a su nuca.
Los sentidos de la fémina comenzaron a dispersarse ante los movimientos circulares de los dedos de Jungkook, y su cuerpo no podía esconderlo.
Él al sentir como su cuerpo respondía, se permitió avanzar introduciendo un dedo, escuchando como un jadeo escapaba de sus labios.
No pudo evitarlo y la observó como se encontraba con sus labios entreabiertos, su respiración pesada y los ojos cerrados, disfrutando de la sensación, hasta que sintió su intensa mirada, por lo que abrió los ojos.
Sus orbes oscuros que la miraban con intensidad, provocaron que se sonrojara y sus inseguridades empezaran a ganarle, por lo que habló.
—Espera, por favor —pidió llevando las manos a su pecho y él sin dudar obedeció quitando su mano.
—¿Qué sucede? ¿Hice algo mal? —al notar como ella cerraba los ojos y suspiraba como si no supiera lo que quería, acarició su mejilla suavemente—. Hey, mírame, Hana —murmuró con suavidad, llamando su atención y que lo mirara con timidez—. Está bien. No te sientas obligada, lo entiendo. Simplemente, podemos dormir juntos, o si te sientes más cómoda, iré al sofá...
—Jungkook...
—Todo está bien. En serio está bien, Hana —aseguró regalándole una sonrisa tranquilizadora—. ¿Quieres que me quede?
—Por favor —musitó tímida.
—Lo haré.
Cuando estaba decidido a recostarse a su lado, ella llevó las manos a su nuca juntando sus labios, lo cual le sorprendió de gran manera, pero no dudó en corresponderle.
Hana estaba realmente nerviosa al estar sintiendo a alguien más que no era a su exnovio, al cual estaba acostumbrada, lo que provocaba que por momentos sus inseguridades le ganaran, pero aún así quería seguir aunque cerraba los ojos con fuerza, tratando de mantener la calma y no dejarse ganar otra vez.
Jungkook deslizó su lengua sobre la suya, llevando su mano a su pierna y ella las pasó por su espalda apegándolo aún más, provocando fricción lo que hizo que ambos gimieran.
En ese momento la fémina se sentía arder y como un cosquilleo bajaba por su vientre, mientras todas las inseguridades desaparecían de una vez, y Jungkook volvía a presionarse.
Cuando se encontraron completamente desnudos, el pelinegro abrió el cajón de la mesa de noche para sacar un preservativo. Hana lo observó, tratando de controlar los latidos acelerados de su corazón que creía que llegaba a ser insano, pero no podía evitar estar así de nerviosa al pensar que realmente iba a suceder, que iba a entregarse a alguien más y se trataba de quien parecía querer instalarse en su corazón.
Una vez que Jungkook estuvo listo, se acercó a ella acariciando su cabello, mirándola con una sonrisa tranquilizadora, y ella asintió dándole el permiso de que lo hiciera.
—Te quiero, Hana —confesó sobre sus labios, mientras se introducía con algo de dificultad en su interior.
Hana cerró los ojos con fuerza, tratando de ahogar un chillido de dolor que se convirtió en placer, mientras este gruñía en su oído. Dejó pequeños besos detrás de su oreja hasta llegar a su barbilla y luego a sus labios, buscando así que se relajara.
—¿Estás bien? —preguntó preocupado y ella asintió respirando con pesadez—. ¿Quieres que siga?
—Sí.
El sonrió sintiéndose preso del increíble amor que sentía por ella, por lo que la besó como nunca antes, comenzando un lento vaivén escuchándola gemir.
Las pequeñas manos de ella tiraban por momentos de su cabello, disfrutando cada vez más de la sensación, pero más que nada lo hacía Jungkook al estar haciendo el amor con la mujer que cada minuto parecía enamorarlo más.
En ese momento no le importaba saber que no sentía exactamente lo mismo, que estaba enamorada de alguien más, porque era él quien se encontraba allí, era su nombre el que gemía, y si se lo permitía, iba a enamorarla de la misma manera en la que lo estaba él.
(...)
Hana se despertó sin sentir los fuertes brazos de Jungkook rodearla, por lo que volteó rápidamente buscándolo con la mirada. Los recuerdos de la noche anterior se instalaron en su cabeza, provocando que sintiera sus mejillas arder y una sonrisa se dibujara en su rostro. Pues, luego se quedó abrazándola mientras conversaban conociéndose más, hasta que ella se durmió sin poder evitarlo porque estaba exhausta.
Jamás esperó sentirse tan cómoda en otros brazos, pero cuando estaba allí, sintiendo como por momentos dejaba besos y sus caricias lentas, pudo jurar como el dolor de su corazón desaparecía, como también que por primera vez realmente no quería huir, al contrario deseaba quedarse en sus brazos por una eternidad.
Una vez en el baño cuando ya estaba lista para salir, se miró en el espejo notando que no podía dejar de sonreír, a pesar de sentir nervios por volver a verlo. Observó sus ojos cafés grandes dándose cuenta que tenían un brillo especial, por lo que comenzaba a darse cuenta de lo que estaba sintiendo y pasó las manos por su rostro, reemplazando aquellas emociones por la frustración porque no lo creía correcto.
Temía salir del baño, encontrarse con él y que llegara a actuar completamente distinto a como lo había hecho horas atrás. Detestaba que las palabras de Hyunjin volvieran a su cabeza, porque sentía como una presión se instalaba en su pecho y quería llorar, pero trataba de convencerse que seguiría siendo el mismo, que debía dejar ese miedo de lado y enfrentar la situación.
Acomodó unos mechones de su cabello oscuro detrás de sus orejas y tomó una bocanada de aire, tratando de tener valentía para volver a verlo.
Al salir caminó a paso cauteloso por el pasillo, pasó por el living buscándolo con la mirada y decidió dirigirse a la cocina, escuchándolo tararear, lo que provocó que sintiera sus latidos acelerarse.
Jugando con la manga de su suéter —ya que antes de pasar al baño se había colocado su ropa—, entró a la cocina logrando llamar la atención de Jungkook, que dejaba una taza de café en la isla de la cocina donde estaba el desayuno preparado.
—Hey, justo estaba pensando en despertarte —mencionó con una sonrisa. En ese instante, Hana cerró los ojos por un momento, suspirando aliviada porque eso significaba que nada había cambiado. Seguía siendo el mismo Jungkook de antes—. Siéntate. Preparé el desayuno.
Tragó con dificultad y se dirigió a uno de los taburetes, observando el sándwich que estaba frente a ella, mientras que Jungkook dejaba un vaso de jugo de naranja, para luego acercarse más a ella provocando que se tensara.
—Buenos días, bonita —murmuró con una sonrisa, para luego dejar un pequeño beso sobre sus labios, sorprendiéndola por completo.
La fémina se daba cuenta que quizás algo sí cambió y no era que le disgustara, pero no sabía cómo actuar al respecto porque no se lo esperaba para nada. ¿Cómo es que sucedió? ¿Qué significaba su manera de actuar? ¿Por qué ya no parecían seguir siendo sólo amigos? Aquellas preguntas se repetían en su cabeza, pero luego volvió a recordar sus besos, cómo fue tan dulce y la hizo sentir cómoda en ese momento, lo que provocó que un cosquilleo se instalara en su estómago y bajara la cabeza, porque sentía sus mejillas arder.
—¿Dormiste bien? —preguntó el pelinegro, sentándose en el taburete de al frente.
—S-Sí —responde casi en un murmuro inaudible y carraspeó la garganta, tratando de que su voz saliera normal y sus nervios desaparecieran—. ¿Y tú?
—Nunca antes había dormido tan bien —confesó soltando una risilla, provocando que ella no pudiera evitar sonreír por la ternura que le causaba—. De todas maneras, desperté temprano y me quedé unos minutos más contigo, hasta que decidí preparar el desayuno.
—Oh, lo siento. Me gusta demasiado dormir, hasta podría hacerlo un día entero.
—Por mí está bien, pero necesito atención y más si se trata de ti.
Hana abrió los ojos a la par sin saber qué decir, mientras que este le daba un mordisco a su sándwich, como si lo que hubiera dicho no provocara nada en ella, y le hiciera pensar más al respecto sobre lo que estaba sucediendo entre ambos.
Jungkook desde que había despertado aún abrazándola, no quiso despegarse de su lado. Quería seguir de esa manera, sintiendo la respiración de ella chocar contra su cuello, mientras lo abrazaba por la cintura. Estaba realmente cómodo, por lo que no quería salir de aquel pequeño mundo que tanto adoraba, para tener que volver a la realidad y quizás hablar de una vez.
Pero una vez que tomó la decisión de levantarse, mientras cepillaba sus dientes le escribió a su amigo. La única persona que sabía sobre Hana y que lo apoyaba.
Le contó sobre el beso que fue correspondido, claro que se ahorró lo que sucedió después, aunque con decirle que seguía durmiendo y que estaba demasiado feliz, su amigo pudo deducirlo. Este no dejó de bromear al respecto, como también decirle que estaba muy feliz por él, lo que hizo a Jungkook sonreír tiernamente.
Adoraba sentirse tan apoyado por el mayor, por lo que deseaba que los demás pudieran entenderlo así de bien y darle su apoyo.
Ahora se sentía completamente seguro para confesar sus sentimientos antes de llevarla nuevamente a su casa, pero pensaba si era necesario, porque con todo lo que sucedió sentía que lo había dejado más que claro. De todas maneras, lo haría porque ahora que la tenía en frente por momentos creía que ella no lo entendía, ya que notaba como se perdía en en pensamientos o actuaba distinto a como pensó que lo haría, como si no se sintiera segura.
(...)
Jungkook estaba confirmando que lo que había dicho sobre poder dormir todo el día, era cierto. Pues, se encontraban viendo otra película cuando ella volvió a dormirse en sus brazos, y terminó recostándola en el sofá. Eso lo hizo sonreír porque ahora verla dormir, se estaba convirtiendo en una de las cosas que más le gustaba hacer. Para él se veía tan frágil e inocente que quería estrecharla en sus brazos y no dejarla ir nunca, para así asegurarse de que estuviera bien siempre.
Quitó un mechón de cabello de su rostro para así poder admirarla mejor, mientras soltaba una risilla al ver sus mejillas regordetas y sus labios rosados que parecían más esponjosos.
No sabía en qué momento comenzó a enamorarse, pero, simplemente, un día ella se instaló en sus pensamientos, sus sonrisas se volvieron más reales y sus días más brillantes, a pesar de que antes estaba realmente exhausto, como también angustiado por la cuarentena que lo desesperaba cada día más.
Ahora sentía que quería que formara parte de sus planes, dedicarle de su tiempo, hablar sobre sus sueños donde empezaba a encajar. Sentía que la necesitaba.
Tomó su celular y sin dudarlo más comenzó a tomarle fotos, mientras sonreía como un niño haciendo travesuras, hasta que abrió los ojos a la par por el susto al ver como ella los abría, frunciendo el ceño.
—¿Qué haces?
—N-Nada —este volvió a sentarse a su lado tratando de no sonreír al ver las fotos, mientras que ella refregaba los ojos, para luego mirarlo molesta—. ¿Qué sucede?
—¿Estabas tomándome fotos?
—¡Claro que no!
—Permíteme —Hana le arrebató el celular de las manos, abriendo los ojos a la par al ver sus fotos durmiendo, por lo que sintió su rostro arder de vergüenza—. ¡Jungkook!
—¡No las borres! —le quitó el celular llevándolo a su pecho—. Te ves demasiado tierna durmiendo. No pude resistirme.
—Tú te ves tierno, yo no.
—¿Es en serio? Me has visto dormir con la boca abierta y me escuchaste roncar.
—Pero te ves tierno de todas maneras. Esas fotos mías no son nada lindas y no me gusta que las tengas —aclaró cruzándose de brazos.
—Entonces, ¿por qué no nos tomamos una juntos?
Hana lo miró sorprendida, pues jamás creyó que este sería capaz de proponérselo, y a pesar de todo a ella nunca se le pasó la idea de pedirle que se tomaran una, porque era incapaz de pensar con claridad cuando lo tenía al lado.
—¿Lo dices en serio?
—Claro.
—Pero borraras las que salgo dormida, ¿cierto? —este asintió rápidamente, reprimiendo la risa porque claramente no lo haría. Hasta deseaba ponerla de fondo de pantalla, pero no lo haría porque sus amigos sabrían de ella y aún no creía que fuese el momento. Necesitaba pensarlo más y tener la suficiente valentía para enfrentar la situación—. Oh, pero acabo de despertar. Debo verme mal.
—Hana, sólo dormiste unos diez minutos y te ves preciosa como siempre. No tienes que preocuparte por eso.
La fémina bajó la cabeza por un momento sintiendo sus mejillas arder y acomodó su cabello, como también su flequillo.
—Está bien.
—¿Me prestas tu celular?
—¿Mi celular?
—Claro. Para que las tengas y puedas verlas cada vez que me extrañes.
Hana sintió su corazón brincar y sonrió tímida, porque eso significaba que realmente confiaba en ella.
Cuando se colocó para las fotos, creyó que sólo sería una, dos, o hasta tres, pero Jungkook pareció querer más.
Fue realmente divertido, por momentos reían por sus poses, hasta el pelinegro en una mordió su mejilla provocando que chillara por la sorpresa y que ambos largaran una carcajada luego.
Sin dudas ambos tenían una foto favorita, y para Hana no simplemente sería esa, porque luego Jungkook se tomó una solo, haciendo un corazón.
—Yo que tú la pondría de fondo de pantalla —sonríe arrogante, mientras ella no podía dejar de ver la foto porque había quedado embobada.
—Quizás lo haga —comentó sorprendiéndolo.
—¿En serio? —la miró ilusionado tratando de reprimir la sonrisa.
—Sí, ¿por qué no?
Jungkook sentía su corazón brincar de emoción, y sin dudarlo más, llevó la mano a su mejilla para besarla.
Sus labios se fusionaban en un beso suave y tierno, en el cual este se tomaba el tiempo de disfrutar cada sensación, de saborear sus labios como tanto estuvo anhelando, y no lo hacía porque temía asustarla con la intensidad de sus sentimientos. Pero es que lo enamorado que estaba antes, no se comparaba a nada con lo que profundamente enamorado que se encontraba desde la noche anterior, donde decidió dejar su miedo de lado y arriesgarse.
Ella estaba abriendo su corazón de una forma que no se esperó jamás que pudiera suceder, aunque siempre lo deseó. Siempre deseó poder conocer a alguien que pudiera lograrlo, pero Hana estaba superando todo. Estaba yendo más allá de eso, porque Jungkook por momentos creía estar soñando despierto, y ahora se sentía como un atardecer que esperaba ser admirado sólo por Hana.
El pelinegro sentía como pasaba la pequeña mano por su nuca, por lo que sonrió en medio del beso y apoyó la frente en la suya, pensando en cuánto adora sus labios, sus besos.
—¿Jungkook?
Este no dijo nada y volvió a juntar sus labios. Los movía sobre los suyos para ser correspondido, pero ella puso las manos en su pecho, separándolo unos centímetros.
—Espera...
—¿Qué sucede? —preguntó desconcertado con la intención de volver a besarla al rozar sus narices, pero la fémina se alejó.
—Quiero que hablemos, Jungkook.
—Ya, está bien —juntó sus labios por última vez en un pequeño beso, y la observó preocupado al notar que parecía angustiada. Eso hizo que decidiera ignorar su celular que vibraba en el bolsillo de su pantalón, ya que creía que lo que ella tenía que hablar era muchísimo más importante—. Hey, ¿qué sucede? ¿Hice algo mal? —acarició su mejilla y la pelinegra negó con la cabeza sin ser capaz de mirarlo—. ¿Qué sucede? Dime.
Hana suspiró sin saber cómo hacer para decirle lo que estaba pasándole, porque si bien estaba disfrutando de sus besos, de su forma de hablarle y hacerle sentir que provocaban estragos en su interior, pero sabía bien el peligro que significaba enamorarse de Jeon Jungkook.
Pues, no lo conocía demasiado y lo poco eran demasiados opuestos. Tenían vidas completamente distintas y estar con él era arriesgarse a que millones de fans supieran eso, y la parte tóxica la atacara sin dudar. Además que no lograba comprender qué era lo que pasaba por la cabeza de él, qué era lo que sentía.
Estaba completamente confundida y no quería enamorarse para que luego rompiera su corazón. No quería que al volver a ver algo de él su corazón doliera, porque no iba a poder evitarlo por más que borrara sus fotos, ya que al ser famoso siempre se encontraría algo y pensar en eso le daba terror.
—Hana, me estás preocupando, ¿puedes decirme algo? —pidió acunando su rostro con ambas manos.
—¿Qué significa ésto?
—¿Qué? —frunció el ceño mirándola confundido.
—¿Por qué haces ésto? ¿Por qué querías que pasara lo de anoche? ¿Por qué me besas? ¿Por qué eres tan dulce conmigo? —interrogó mirándolo por un momento, notando la sorpresa en su mirada y cómo bajaba las manos, para luego mirar hacia el frente como si no supiera qué decir. En ese momento la fémina sintió su corazón encogerse y cómo el miedo se volvía parte de ella, mientras un nudo se formaba en su garganta porque sabía que todas sus ilusiones empezaban a romperse—. ¿Sabes? Olvídalo...
—Nunca antes me había pasado algo como ésto —habló llamando su atención—. No quiero que creas que ésto es algo común en mí, porque no lo es. Es la primera vez que me doy la oportunidad de...
Unos toques en la puerta los hizo sobresaltar, y este sacó rápidamente el celular del bolsillo de su pantalón, dándose cuenta que tenía cinco llamadas perdidas de Jin, como también mensajes de él.
—¡Jungkook, abre la puerta!
Al escuchar esa voz que podría reconocer a kilómetros de distancia, sintió sus latidos acelerarse por el miedo, porque se trataba de Kim Namjoon, el cual por su tono de voz parecía estar molesto.
Volteó a ver a Hana, la cual tenía los ojos abiertos a la par y parecía querer chillar, por lo que cubrió rápidamente su boca colocándose sobre ella.
—No digas ni una palabra, por favor.
—¡Sé que estás ahí! ¡Abre!
—¡Jungkook, por favor, hazlo!
Al escuchar la voz de Jimin, y murmullos, volvió a sentarse confirmando que ya sabían todo acerca de Hana, por lo que no le quedaba más que enfrentar la situación.
Volteó a verla como tenía la respiración pesada y parecía aterrorizada por la situación, por lo que tomó su mano llamando su atención.
—Ve a la habitación, ¿sí?
—J-Jungkook...
—Tú sólo ve —ordenó tomando su rostro entre sus manos—. Yo me encargaré de lo que sea que sucede.
—Pero ¿es por mí? ¿A ellos no les agrada que esté aquí?
—Tranquila, no es eso. Todo va a estar bien.
—¡Jungkook, abre de una vez!
Los toques en la puerta lo ponían aún más nervioso, por lo que cerró los ojos por un momento, tratando así de mantener la calma y habla.
—Ve, bonita —dejó un pequeño beso sobre sus labios.
Al verla levantarse hizo lo mismo, tratando de ignorar los murmullos que podían escucharse detrás de la puerta. Tomó una bocanada de aire acercándose y cuando creyó que Hana ya debía estar encerrada en su habitación, la abrió.
Namjoon quiso entrar, pero él no se lo permitió y salió cerrando la puerta detrás de él.
—No me digas que es cierto —escuchó murmurar a Jimin, pero se concentró en ver a Taehyung y Seokjin, que parecía frustrado como también demasiado molesto.
—Está allí, ¿cierto? —preguntó Namjoon.
—¿D-De qué hablas?
—Hana, ¿así se llamaba? —miró a Taehyung, el cual no era capaz de mirarlo y asintió—. ¿Hana está allí, Jungkook?
—No sé de qué hablas, así...
—Lo sé todo. Ya no finjas.
En ese momento el pelinegro sintió su sangre hervir por la rabia. Miró a Seokjin que suspiraba y volteó a ver a Taehyung, que seguía cabizbajo.
—¿Te atreviste a contarle todo, Taehyung? —intentó acercarse, pero Seokjin se puso frente a él.
—Hey, cálmate.
—¡Se lo ha dicho, Jin!
—Lo sé, y yo también estoy molesto por eso.
—¿Por qué nunca dijiste nada? —volvió a hablar el líder.
—Ni siquiera a mí, Jungkook —murmuró dolido, Jimin.
—No puedo creerlo, Taehyung. No sólo eres egoísta, sino...
—Ya basta —interrumpió molesto el más alto—. No metas a Taehyung en ésto. El que quiere hablar contigo soy yo. ¿Por qué nunca dijiste nada y te atreviste a traerla aquí?
—¡Porque no me hubieran entendido!
—No grites. Cálmate —intervino el mayor.
—No puedo hacerlo...
—Siempre te he entendido —recalcó Jimin.
—¿Acaso en ésto también lo hubieras hecho, cuando Taehyung no pudo hacerlo? Él único ha sido Jin.
—Claro que lo hizo y no sé cómo se han salvado de un caos —espetó molesto, Namjoon—. Aún no logro comprender cómo siendo el mayor y con lo que pasó cuando la siguieron en Instagram, no reaccionaron y seguiste apoyándolo en algo así, Seokjin.
—No ha pasado nada luego de ese error, y se lo han olvidado demasiado rápido. Sólo fue una tontería.
—¿Y también sería una tontería si alguien los fotografiara juntos? ¿También sería una tontería el acoso que ella recibiría? Porque no sería nada comparado al que recibió cuando la siguió en Instagram —aclaró alzando una ceja—. Es obvio que ustedes no han pensado con claridad las cosas.
—Estoy enamorado —expresó en un murmuro casi inaudible, bajando la mirada.
—¿Cuánto llevas de conocerla?
—Sólo unos meses, pero...
—¿Unos meses? ¿Acaso unos meses son suficientes para que tires por la borda años de carrera, Jungkook?
—No es así. Eso no pasaría...
—¿Eso no pasaría? Gracias a que la siguieron en Instagram ahora miles de fans conocen su rostro, ¿qué crees que pasaría si la fotografiaran contigo? ¿Qué pensarían de ti? —preguntó exaltado—. Y no sólo de ti, de todos nosotros.
Jungkook sentía un gran nudo formarse en su garganta y sus ojos arder por las lágrimas acumuladas, por lo que miró suplicante a Jimin, buscando de alguna forma que alguien —además de Seokjin—, lo apoyara, porque no quería creer que hizo mal en enamorarse.
—No puedes olvidar que Hana es sólo una fan.
—Jimin...—dijo con un hilo de voz.
—Lo siento, pero tampoco apoyo ésto, Jungkook.
El pelinegro se sentía dolido, y desesperado por el hecho de que ninguno de ellos lo apoyara en esa situación. Hana realmente le hacía bien y feliz, le creaba demasiadas ilusiones haciéndole sentir como un adolescente, y quería seguir así, manteniéndola a su lado. Anhelaba que fuese parte de sus planes, pero empezaba a creer que ellos tenían razón sobre el riesgo que era seguir con eso.
Suspiró y se sentó en el suelo apoyando su espalda en la pared, cubriéndose el rostro con las manos, mientras que aunque no lo quisiera, las lágrimas brotaban.
—Tienes que entenderlo, Jungkook —habló acercándose, Taehyung.
—¡Tú cállate! No eres más que un egoísta y un traidor —escupió furioso.
—Taehyung, es mejor que no hables y te largues —opinó Seokjin.
—No le hables así, Jungkook. ¿Acaso te ha cambiado?
—¡No es así, Namjoon! No he cambiado en lo absoluto, pero me traicionó al contarles —explicó desesperado—. Yo quería decírselos cuando estuviera seguro y sintiera que iban a apoyarme.
—Ésto tiene que acabar.
—¿Qué? —bajó las manos mirándolo entre sorprendido y asustado.
—¿Acaso vas a dejar tu sueño por esa razón?
—C-Claro que no, pero... pero tampoco puedo...
—¿Has pensado acaso en lo que ella viviría si ésto se sabe? ¿Lo hablaron?
—Namjoon, no es justo.
—Ya basta. Ha tenido suficiente —intervino Seokjin.
—Tiene que entenderlo así como tú, Jin. Hay cosas que no son nada justas, pero tenemos que aprender a vivir con eso...
—Yo seguiré con Misuk les guste o no.
—¿Hablas en serio?
—Tienen que calmarse, ¿sí? —Jimin se acercó—. Quizás luego podamos hablarlo con más tranquilidad, cuando Yoongi y Hoseok también estén aquí.
—¡¿Por qué no pueden entenderlo?! —cuestionó exaltado, Jungkook.
—Sólo estamos tratando de protegerte. Sabes que si algo así sucede, principalmente contigo, te lastimaría demasiado —aseguró Jimin, sentándose a su lado—. No queremos verte sufrir, Jungkookie.
—Jin...
—¡No dejaré que interfieran en lo que tengo con ella! Y tú, Jungkook, tampoco deberías —aconsejó frustrado—. Soy adulto, tengo derecho a enamorarme y Jungkook también lo tiene, por esa maldita razón lo he apoyado, porque sé que de nosotros es a quién más lo atacarían —explicó molesto—. Estoy cansado de tener que pensar constantemente en eso, así que no permitiré que esa parte tan tóxica me quite la oportunidad de estar con quien quiero —tomó una bocanada de aire para hablar más tranquilo—. De todas maneras, haré lo posible para que no lo sepan y mantenerlo en secreto.
Todos allí se encontraban sorprendidos por sus palabras, principalmente Namjoon, porque creyó que esta vez entendería a lo que se enfrentaría si seguía con eso. Jungkook lo miraba con sus ojos cristalinos mientras limpiaba sus mejillas que seguían húmedas.
Seokjin lo miró ilusionado con que siguiera pensando como él, pero este negó con la cabeza.
—Tienes mi apoyo, pero lamento que eso no sea lo suficiente para ti, Jungkook.
El pelinegro al verlo alejarse ahogó un sollozo, mientras sentía como el más bajo acariciaba su cabello, tratando de darle palabras de aliento, pero eso no era suficiente para él.
No lo era porque comenzaba a pensar que todo lo que hizo para estar con Hana, sólo había sido arriesgarla a que recibiera un gran acoso, que era demasiado probable que no sería capaz de soportar.
—Jungkook, espero que entiendas todo lo que te hemos dicho y no pienses que somos egoístas —mencionó con suavidad, Namjoon, colocándose en cuclillas frente a él—. Sabemos que aunque trates de demostrar que eres fuerte, no lo soportarías. No podrán protegerse lo suficiente y no sólo es esa parte del fandom, va más allá de eso, ¿entiendes?
Jungkook lo había escuchado con atención, sintiendo como su corazón daba un vuelco. Presionó los labios dejando las lágrimas brotar, tratando de reprimir los sollozos.
—No es justo, Namjoon —sollozó cubriéndose el rostro con las manos.
—Lo sé. Lo sabemos muy bien —suspiró acariciando su cabello.
—En serio lo lamento, Jungkook —mencionó acercándose, Taehyung—. Temía que algo peor pudiera pasar y decidí hablar con Namjoon, pero jamás quise traicionarte o ser egoísta contigo.
—Vamos a estar aquí para ti, ¿sí? —aseguró Jimin.
—¿Puedo hablar con ella? —al escuchar la pregunta de Namjoon, levantó su cabeza y negó—. Jungkook...
—No. Yo lo haré en cuánto piense mejor las cosas.
—Pediré que la lleven a donde vive.
—¡No! Déjame encargarme de todo. Puedo hacerlo.
—Piensa bien las cosas, por favor.
—Tranquilo —Jimin volvió a acariciar su cabello por un momento y se levantó.
—Aún estás a tiempo de tomar una buena decisión —dijo antes de irse el líder, junto a Jimin que lo miró con una media sonrisa tranquilizadora.
—Espero que puedas perdonarme. Sé que no hice las cosas bien, pero en serio sólo buscaba proteger a ambos —aseguró Taehyung, sintiendo la intensa mirada de Jungkook, que no era capaz de sostener.
Este decidió ignorarlo porque no podía pensar con claridad, por lo que se levantó y entró dando un portazo, para luego dirigirse al sofá. Se sentó con sus piernas abiertas y se inclinó hacia adelante bajando la cabeza, ahogando un sollozo, mientras tiraba de su cabello, sin ser capaz de pensar con claridad por más que lo intentaba.
Pues, sabía que tenían razón todos ellos, pero se sentía desesperado al no saber qué era lo correcto.
Por una parte sabía que debería seguir los consejos de Jin, pero por otra sabía que Hana no podría soportar lo que se vendría si llegaran a saberlo.
No sabía cuánto tiempo había pasado perdido en sus pensamientos cuando las lágrimas dejaron de brotar, pero se mantenía mirando el suelo, hasta que escuchó unos pasos que por más que llamaron su atención haciéndole volver a la realidad, y mantuvo su mirada baja.
—¿J-Jungkook...?
—Te llevaré a casa, Hana —suspiró mientras se dirigía al baño sin ser capaz de mirarla.
(...)
Jungkook conducía en completo silencio, con sus facciones endurecidas y por momentos apretando el volante, hasta que notaba como sus nudillos de volvían blancos.
Lo que habló con sus amigos se repetía en su cabeza una y otra vez torturándolo, mientras pensaba si Hana no había llegado a escuchar un poco de la conversación, pues sabía que en algunos momentos elevaron el tono de voz, por lo que era muy probable, y el hecho de que ella no dijera nada al respecto lo enloquecía.
Mientras tanto Hana estaba sentada a su lado jugando con el borde de su suéter, para así calmar sus nervios. De un momento a otro la felicidad que sentía de estar con él, fue disminuyendo cuando empezó a sentir que sus sentimientos iban convirtiéndose en otros que lograban asustarla, pero luego todo fue un caos y recordaba algunos gritos que no logró entender, aunque si supo que estaban discutiendo.
Se sentía una molestia para Jungkook, y temía que este pensara igual, que se arrepintiera de todo lo sucedido, porque ella no lo hacía hasta hace unas horas atrás, cuando se sentía en un cuento de hadas con él, porque era todo tan irreal.
—¿J-Jungkook...? —volteó a verlo insegura mientras él pasaba una de su mano por su nuca, tirando de su corto cabello. El verlo tan ansioso con sus ojos enrojecidos e hinchados, hizo que su corazón se encogiera y quisiera envolverlo en sus brazos, pero temía que este la quisiera lo más lejos posible.
—No volveremos a vernos, Hana.
Al escuchar eso sintió como la sangre abandonaba su cuerpo y el oxígeno sus pulmones por un momento. Lo que más temía parecía haberse hecho realidad, y no sabía qué decir al respecto, porque también un nudo se había formado en su garganta a causa de la gran decepción.
—¿Q-Qué?
—Es lo mejor para los dos.
—¿Por qué?
—Jamás debí escribirte, pedirte ser amigos, ni mucho menos pedirte que nos veamos —habló endureciendo las facciones sin apartar la vista del camino.
—¿P-Por qué no eres sincero conmigo, Jungkook? —preguntó con voz temblorosa.
—No puedo —respondió con voz débil.
—Me usaste, ¿no es así?
—Por favor, borra todas las fotos conmigo.
—Jungkook...—su voz sonó más aguda a causa del llanto y este presionó los labios, repitiéndose que era lo mejor, para así no romper en llanto.
—Borra las fotos, Hana.
La fémina sacó bruscamente su celular que estaba en el bolsillo del suéter y comenzó a borrar las fotos, mientras respiraba pesadamente y las lágrimas brotaban, por lo que trataba de ahogar el sollozo que quería escapar de sus labios.
—¡Hecho! Ya las eliminé. No tienes que preocuparte, porque tampoco pensaba publicarlas para que sepan la clase de persona que es Jeon Jungkook —espetó sintiendo cómo la rabia y el dolor se apoderaban de ella por su forma de hablarle—. No quiero que terminen decepcionándose como lo he hecho yo.
—Hana...
—Frena aquí.
—Pero...
—¡Hazlo!
Este se sobresaltó por su grito y se hizo a un costado para estacionar, aunque se le dificultaba un poco porque su visión era nublada a causa de las lágrimas.
No podía creerse que por un momento creyó que era mejor que ella pensara lo peor de él, para así no tener que decir sus sentimientos, no tener que decir toda la verdad. Y ahora no soportaba el hecho de que lo odiara. Eso le rompía por completo el corazón.
—Hana, escúchame...—pidió volteando a verla arrepentido, tratando de tomar su brazo, pero ella lo apartó.
—¡Olvídalo! No es todo tu culpa de todas maneras, porque tú ya habías tomado la decisión de alejarte, pero supongo que ese estúpido beso no fue suficiente para ti. No te había aburrido lo suficiente, querías conseguir algo más, y ahora que pudiste te he aburrido por completo —aseguró riendo amarga, limpiando sus lágrimas—. Sabía que lo harías, que en algún momento me pedirías ésto, pero como estúpida me permití sentir algo más por ti —este la miró sorprendido, sintiendo cómo su corazón daba un vuelco porque había deseado más que nada escuchar eso, pero ahora hacerlo mientras decidía dejarla ir, era realmente doloroso y preferiría jamás haberlo escuchado—. Estoy completamente arrepentida de haber aceptado verte, de todo lo que pasó entre nosotros. Espero jamás tener que verte el rostro otra vez, Jeon Jungkook.
Bajó del coche, mientras él intentaba detenerla tomándola del brazo, sintiéndose desesperado porque quería que lo escuchara, pero falló.
—¡Hana, lo siento! —cuando la puerta se cerró con demasiada fuerza este se sobresaltó y la observó caminar, rompiendo en llanto—. Oh, Dios, ¡lo siento tanto! No era cierto. No lo era —negó repetidamente con la cabeza, sollozando mientras se cubría el rostro con las manos—. Lo siento.
Cada momento con ella, desde sus conversaciones por Wattpad, hasta las veces que se vieron, los abrazos, las risas compartidas, los sonrojos, los besos, el tenerla en sus brazos, el verla dormir, se repetía en su cabeza haciéndole sollozar desconsoladamente.
Comenzaba a cuestionarse su decisión, porque una pequeña parte de él creía que podían llegar a tener un futuro juntos y nada deseaba más que eso.
Pero, ¿sería capaz de soportar el acoso si llegara a saberse de ellos? ¿Sería capaz de soportar el hecho que por su carrera no se verían tanto? ¿Sería capaz de soportar la distancia algunas veces? Porque si él pensaba en ella, sería capaz de soportarlo todo, y buscaría protegerla. Estaría dispuesto a lo que sea con tal de tenerla a su lado, porque aquel amor le invadió el alma.
(...)
Hana caminaba mientras sollozos desconsolados escapaban de sus labios porque se sentía rota otra vez, pero ahora de peor manera. No entendía cómo había podido equivocarse tanto con Jungkook, se sentía usada y a la vez demasiado confundida.
Se arrepentía de gran manera por haber cedido a que se vieran, por no haberle hecho caso a Hyunjin, que terminó teniendo razón respecto a él.
Cuando vio su casa a lo lejos, apresuró el paso limpiando sus lágrimas y tratando de ahogar los sollozos, pero al ver a Hyunjin salir de la suya, estos aumentaron. Sin dudar, corrió hacia a él, aferrándose como si su vida dependiese de eso, provocando que este soltara un quejido.
—Hey, ¿qué sucede? —preguntó preocupado—. ¿Qué sucedió, Hana? ¿Te hicieron algo? Háblame, por favor.
—Soy una estúpida. No quiero volver a saber de él.
—Tranquila. Estoy aquí para ti —murmuró con suavidad, correspondiendo a su abrazo.
A pesar de que sentía curiosidad por saber qué pudo suceder, prefirió no preguntar porque la veía tan afectada que provocaba que su corazón se encogiera, aunque le dolía saber que volvió a verlo, decidió dejar eso de lado y concentrarse en tratar de calmarla.
Hana se aferraba a Hyunjin, sintiendo como el dolor de a poco se iba porque realmente necesitaba aquel abrazo. Ese abrazo que sólo podía darle él que calmaba su dolor, porque el rubio siempre había sido quien le daba la verdadera paz, ya sea sólo con una mirada, con una sonrisa o con aquel abrazo.
Pero sin saberlo a lo lejos se encontraba Jungkook, observándolos con la respiración agitada, por haber corrido desesperado con la intención de explicarle toda la situación. Estaba decidido a que supiera de sus sentimientos, para saber si era correspondido y decidía correr el riesgo, o la dejaba ir.
Esta vez no era el miedo, sus temores que lo controlaban los culpables que le arrebataban la oportunidad de amar y ser amado, sino que iba más allá de eso. Era el hecho de que el corazón de Hana le pertenecía a alguien más. A su primer amor.
Los observaba con sus ojos cristalinos, sintiendo como su corazón se rompía en mil pedazos. Tenía su ánimo destruido, sus sueños en los que ella formaba parte destruidos, y se sentía temblar, mientras su garganta estaba seca y las lágrimas empezaban a brotar otra vez, pero aún así cerró los ojos, tomando una bocanada de aire y tratando de mantener la calma.
Hana había tocado su corazón de una manera especial, tanto así que sentía que la necesitaba, pero no podía ser egoísta con ella por más que le doliera saber que amaba a alguien más.
Estaba tan profundamente enamorado que en ese momento la observaba por última vez, sintiendo sus lágrimas aún caer y volteó para comenzar a caminar hacia su coche, porque aquel amor que sentía no era para nada egoísta.
Quería que fuese feliz con la persona que ella amaba en realidad, aunque eso implicara que él debía dejarla ir y su propio corazón se hiciera pedazos.
¡Hola!
Perdón por haberme tardado un poco en traerles el capítulo final, aún falta el epílogo que lo voy a publicar pronto
¿Qué opinan del capítulo final? Quiero leer sus comentarios
Capítulo dedicado a aletorrescharles, gracias por el apoyo, cielito ♡
Espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar así les traigo más rápido el epílogo
¡Nos leemos pronto!
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