25; CRUEL
Los días pasaban y Hana no comprendía porqué Jungkook, simplemente, desapareció. Luego de ese beso no volvió a escribirle, por lo que ella decidió hacerlo, pero no contestó así que pensó por un buen tiempo si hacerlo de nuevo.
Volvió a escribirle sintiendo demasiados nervios e inseguridad, pero nuevamente no respondió a su mensaje, causando que se decepcionara.
Comenzó a pensar que quizás como las cosas seguían mejorando, él podía estar demasiado ocupado, pero cuando pasaron dos semanas esa idea fue reemplazada por otra y otra. Aún así, la idea que más creía era que quizás ya se aburrió de ella, y hasta se había arrepentido de ese beso por más que había sido pequeño.
Soltó un suspiro mientras miraba por la ventana, pensando en qué podía hacer. Pues, hasta creía que era mejor dejar esos pensamientos de lado y concentrarse en seguir su aburrida vida, porque ya no podía hacer más nada para que él le diera una explicación.
―¿En que piensas?
Al escuchar la voz de su hermanastro, se sobresaltó volviendo a la realidad, por más que ya sabía que estaba recostado en su cama, lanzando una bola de goma y luego atrapándola.
―E-En nada.
―¿En nada o en Jungkook?
En ese momento no pudo evitar abrir sus ojos a la par, volteando a ver cómo se sentaba en la cama con una gran sonrisa en su rostro, como si hubiera adivinado.
―¿Q-Qué? ¿De qué hablas?
―Oh, vamos. Creí que además de ser hermanastros, éramos mejores amigos ―mencionó haciendo una mueca de decepción―. Llevo dos semanas esperando que me cuentes lo que sucedió. ¿Cómo es que Jungkook y tú se ven? ¿Qué sentiste cuando se agarraron a los golpes por ti? ―preguntó emocionado―. ¡¿Sabes cuántas personas desearían estar en tu lugar?! ¡Hasta yo lo deseo! Mi vida es tan aburrida.
―¡No le digas de ésto a nadie! ―se acercó rápidamente, poniéndose en cuclillas frente a él―. Por favor, Félix.
―Tranquila. Soy una tumba ―aseguró reprimiendo una risa―. Pero cuéntame. ¿Cómo empezaron a hablar?
―Fue por la historia que sabes que escribo sobre él.
― Espera, ¿no te da vergüenza saber que ese tal Jungkook, lee sobre cómo fantaseas con él?
―¡Cállate! No me hagas pensar en eso ―se cubrió el rostro con las manos.
―Pues, yo en tu lugar no podría ni verlo al rostro...―al ver su mirada amenazante, suspiró― ¡Ya, está bien! Sólo decía ―se encogió de hombros―. ¿Están saliendo o algo así?
―¡Claro que no! S-Somos amigos.
―Si fuera tu amigo, Hyunjin no hubiera reaccionado así. No me mientas.
―Creo que lo somos o éramos ―suspiró desviando la mirada, sintiendo sus mejillas arder y un cosquilleo en su estómago al recordar la última vez que se vieron―. Me besó, luego decidió huir y no me habla desde entonces.
―¡¿Qué?! ¡¿Te das cuenta de lo que acabas de decir?! ―preguntó exaltado―. ¡Quiero ser tú!
―¿Te gusta Jungkook?
―No de esa forma, pero entiéndeme. Mi vida es demasiado aburrida, mientras que tú puedes decirle a cualquiera: a mí me besó el mismísimo Jeon Jungkook, ¿y a ti qué? ―rieron y ella golpeó su brazo―. Ya, ¿has intentado hablar con él?
― Le he escrito dos veces, pero me ignora. De todas maneras sabía que ésto pasaría.
―Qué idiota. Bueno, al menos te besó ―comentó encogiéndose de hombros.
―¡Félix, no me ayudas!
―Oh, ¿tenía que ayudarte? ―cuestionó alzando una ceja―. Como no fuiste capaz de contarme, no creí que ahora quisieras mi ayuda en ésto.
―Olvida eso. Dame algún consejo.
Este suspiró bajando la cabeza, apretando la bola de goma con sus manos mientras pensaba qué haría en el lugar de su hermanastra. Pues, a pesar de que se sentía algo indignado porque no le contó nada, quería ayudarla.
Hana lo observaba ansiosa, esperando algún consejo, porque aunque no quisiera, la situación le desesperaba y le dolía, por más que sabía que era demasiado probable que pasara algo como eso.
Por momentos se reprochaba no haberse alejado como la gran parte de ella quería, ya que quizás en este momento ya hubiera superado todo eso, pero al contrario estaba decepcionada y dolida por su forma de actuar, pensando en qué pudo haber hecho mal.
―Yo que tú lo buscaría.
―Ya intenté y no responde.
―¿Dónde han ido?
―No, olvídalo. No haré eso ―negó repetidamente con la cabeza.
―Dije que yo haría eso, no que tú lo hicieras. Ese es mi consejo, tómalo o déjalo ―se levantó volviendo a jugar con la bola―. Iré a comer algo.
―Está bien.
―Por cierto, papá va a prestarme el auto porque quiere que vaya a comprar, ¿quieres acompañarme?
―Claro. Necesito salir de aquí un rato y distraerme.
(...)
Hana antes de subir al auto no dejaba de mirar hacia la casa de Hyunjin, pues necesitaba más que nada volver a hablar con él. Necesitaba explicarle la situación porque no soportaba la manera en la que pensaba de ella, a pesar de que la conocía hacía demasiado tiempo. Eso le hacía creer que realmente no la conocía, porque sino sabría que hubiera sido incapaz de estar con alguien más cuando eran novios.
Mientras Félix conducía, miró su casa hasta que desapareció de su vista, pensando que en ese momento que deseaba más que nada que todo volviera a ser como meses antes, cuando todo estaba más que bien, cuando estaba en sus brazos, riendo, conversando, amándose.
Ahora había alguien más que parecía querer instalarse por completo en sus pensamientos y querer hacer a un lado a Hyunjin, pero terminó provocando también un dolor en su pecho, y que se confundiera demasiado por su manera de desaparecer.
¿Acaso no merecía alguna explicación? ¿Acaso no pensó siquiera en cómo podía sentirse al desaparecer sin más?
―Espero que la lluvia empiece a caer cuando estemos en casa ―mencionó Félix, llamando su atención y encendió la radio―. ¿Piensas en Jungkook? Te entiendo, en tu lugar también lo haría ―cuando una canción comenzó a sonar, este quedó boquiabierto por la sorpresa y luego sonrió―. Oh, mira, el destino. Es una canción de BTS y está cantando tu Jungkook. Adoro esta canción.
Hana al escuchar Boy With Luv y como el rubio la tarareaba, mientras le daba pequeños golpecito al volante con sus dedos, moviendo la cabeza, no dudó en apagarla.
―¡Nunca sacas sus canciones, hasta nos torturas con ellas y ahora que están dando la que me gusta, apagas la radio! ―alzó la voz indignado.
La fémina se cruzó de brazos, sintiendo su corazón dar un vuelco. Nunca creyó que podría vivir algo así, que alguna vez pasaría que escuchar la voz de Jungkook le doliera, pero estaba pasando y un nudo se había formado en su garganta.
Félix cautelosamente volvió a encender la radio, sonriendo al escuchar la canción.
―Oh my my my, oh my my my...
Miró burlonamente a su hermanastra, pero al ver sus labios fruncidos y como bajaba la cabeza, no lo dudó un segundo para volver a apagar la radio.
―Oh, lo siento. Era una broma, no llores...
―Claro que no voy a llorar ―aclaró. Tomó una bocanada de aire y miró hacia la ventanilla, tratando de retener las lágrimas, por más que sentía sus ojos arder por eso.
―Dime dónde vive ese idiota y le daré su merecido ―habló entre dientes hasta que pensó un poco―. O puedes hablar con él. Claro.
―No puedo hacer eso. No quiero que piense mal de mí.
―¿Por buscarlo porque no ha sido capaz de darte una explicación? Eso sólo lo hace un idiota ―aseguró―. Mereces que te diga el porqué, no que te ignore. Búscalo y que enfrente la situación.
El rubio la obligó a decirle dónde vive, pero unas cuadras antes de llegar, estacionó mientras hacía una mueca y Hana lo miraba confundida.
―Bien. Tal vez tienes razón y no es una buena idea ―sonrió a medias―. Vamos a comprar, antes que papá me pregunte porqué estamos tardando tanto. La lista es larga.
Este sacó una hoja del bolsillo del suéter enseñándosela, pero ella suspiró.
―Le enviaré un mensaje para que sepa que estoy aquí. Quizás podría contestarme.
―¿Desde cuándo eres valiente?
―¡Félix!
―Hana, fue una tontería. En serio debemos ir a la tienda.
―Por favor, quédate conmigo.
―¡¿Estás loca?! ¡Si tengo a Jungkook frente a mí, estoy seguro que me desmayaré! Tú no me viste, ni me escuchaste cuando lo vi desde la ventana, pero grité.
―No ayudas...
―Tú búscalo, haz lo que quieras y yo iré a comprar. Trataré de apresurarme para que no nos agarre la lluvia, ¿está bien?
―Félix...
―Baja antes de que tu valentía desaparezca o ven conmigo y me lees la lista.
―Prefiero bajar y arrepentirme.
―Perfecto ―antes de que ella bajara, la tomó del brazo―. ¿Puedes pedirle un autógrafo de mi parte? Te daría una hoja, pero sólo tengo la de la lista para compra, y sería vergonzoso que me firme eso porque...
―¡Adiós, Félix!
―¡Juro que si vuelvo y lo veo, le haré firmar la lista!
Hana no podía seguir escuchándolo por un segundo más, por lo que cerró la puerta y comenzó a caminar.
Al escuchar el auto irse y darse cuenta que sólo había una persona caminando a unos metros, se abrazó a sí misma sintiendo cómo el frío la envolvía.
¿Estaba haciendo bien? Esa pregunta no escapaba de su cabeza, mientras caminaba a paso lento por su inseguridad. Recordaba cada momento que pasó con Jungkook, por lo que decidió sacar su celular para volver a escribirle.
¿Jungkook?
Comenzó a esperar dejando de caminar, pues aún le faltaba unas pocas cuadras y necesitaba que él contestara primero porque estaba arrepintiéndose.
Observaba como los minutos pasaban, sintiendo una presión en su pecho al pensar que quizás si vio su mensaje, pero estaba ignorándola.
Necesito hablar contigo.
¿Podrías contestarme?
Por favor.
Necesitaba volver el tiempo atrás y sacarlo de su cabeza, porque ya tenía más que suficiente con la decepción y dolor que le provocaba su exnovio con su manera de hablarle y actuar. No necesitaba para nada otra persona que hiciera lo mismo, mucho menos alguien que admiraba demasiado, y lo había visto tan imposible que pudiera saber de su existencia.
Eso hacía que el dolor fuese más profundo, porque quizás por su manera de ser tan tierno, tan dulce, como también tan sincero, no se esperó para nada que construyera un muro entre los dos como si nunca hubiera pasado nada y ella no tuviera sentimientos.
En eso escuchó un trueno que la hizo sobresaltar, como también arrepentirse por completo de haber decidido ser valiente, cuando sabía que no era la mejor decisión y que se arrepentiría luego. Volteó para comenzar a caminar y buscó el número de su hermanastro para llamarle.
Al no contestarle la desesperación crecía y volvió a intentarlo sintiendo como empezaba a lloviznar, por lo que soltó un chillido. Sin dudas quería romper en llanto por la rabia, y por sentirse una estúpida por haber creído que Jungkook le contestaría, que en ese momento podría estar hablando con él y abrazándolo.
La lluvia no tardó en intensificarse, por lo que no era capaz de intentar llamar nuevamente a Félix, así que estaba dispuesta a buscar un lugar donde pudiera cubrirse de la lluvia.
Cruzó la calle corriendo y abrazándose a sí misma, aferrándose a la chaqueta que llevaba, pero tropezó con la acera cayendo inmediatamente, soltando un quejido.
Sentía sus manos como también rodillas arder y un nudo formarse en su garganta. En ese momento ya no podía soportarlo más y quería llorar, hasta que vio unas zapatillas blancas.
Al no sentir más la lluvia caer sobre ella, temblorosa comenzó a levantar la cabeza observando un pantalón café y un suéter negro.
―¿Estás bien?
Al escuchar esa voz, un chillido escapó de sus labios, por lo que cubrió rápidamente su boca con las manos, observando cómo este sonreía tiernamente.
―Permíteme ayudarte...
Notó como tenía la intención de estirar su mano, pero negó con la cabeza rápidamente.
―N-No es necesario.
Se levantó rápidamente soltando un gemido de dolor mientras observaba como su pantalón se había manchado, por lo que sentía sus mejillas arder por la vergüenza y quería alejarse. Pero este rápidamente la cubrió con su paraguas y al ver su cabello rizado desordenado, también notó que llevaba una mascarilla negra, ya que antes no había sido capaz de verlo al rostro.
―¿Qué haces por aquí, Hana?
En ese momento abrió su boca para decir algo, pero sólo logró titubear sin formar una oración, por lo que bajó la cabeza empuñando las manos mientras cerraba los ojos con fuerza. Pues, nunca fue buena para mentir y en esa situación realmente necesitaba hacerlo, pero no lo logró.
―¿Sucede algo?
Notaba cómo este le hablaba suave y buscaba su mirada, por lo que sentía sus latidos acelerarse.
―N-Necesitaba... Necesitaba hablar con él, pero... decidí irme y la lluvia comenzó a caer.
―Hiciste bien ―al escucharlo no pudo evitar conectar sus miradas por primera vez―. Supongo que ambos sabían que ésto podía pasar, que en un momento ya no iban a volver a hablar.
―P-Pero no entiendo porqué...
―Quizás hizo mal en no darte alguna explicación, pero creo que lo mejor que puedes hacer...―apoyó la mano en su hombro, notando cómo lo miraba sorprendida― es no buscarlo y aceptarlo. Tienes que respetar su decisión, Hana.
―Pero ¿por qué no me lo dice él? ―cuestionó temblorosa.
―Vi el golpe, y si se lo hubiera visto alguien más, créeme que tendría demasiado problemas y no sólo él. Lo mejor es que dejen las cosas como están.
Al escucharlo sintió como su corazón daba un vuelco y su mirada se nublaba por las lágrimas, pero no quería llorar. Mucho menos frente a Taehyung, porque sabía que tenía toda la razón y tampoco quería que Hyunjin saliera afectado por su forma de actuar.
―Tienes razón. Lo siento.
―Realmente me gustó conocerte, Hana. Espero volver a verte, quizás en algún concierto ―confesó con una media sonrisa y ella lo notó por como sus ojos se volvían pequeños.
―También espero lo mismo ―murmuró tratando de sonreír, pero le salió más una mueca.
―Ten ―agarró su mano para que tomara el paraguas y ella lo miraba confundida, sintiéndose estremecer―. Estoy a tan sólo tres cuadras, y estoy seguro de que a ti te quedan más.
―P-Pero...
―No soy el patán de tu historia. Por cierto, si quieres agradecerme de una forma, podrías tomar en cuenta mi consejo sobre ese Taehyung ―soltó una risilla divertida―. Adiós, Hana.
Ella quería decir algo al respecto, pero lo vio apresurar su paso bajo la lluvia mientras su visión se nublaba, al punto que comenzaba a sentir como las lágrimas brotaban. No sabía porqué le dolía tanto el hecho de que Jungkook haya tomado la decisión de alejarse, pero quería llorar desconsoladamente en su habitación hasta sentir que se había desahogado por completo.
Luego de las palabras de Taehyung, estaba decidida a respetar su decisión, pero la manera de actuar de Jungkook, se le hacía realmente cruel porque había logrado romper aún más su corazón.
No quería volver a verlo, ya que no era para nada la persona que creyó. Se sentía decepcionada, no por el hecho de que quisiera alejarse porque eso lo esperaba, sino por el hecho haber construido un muro entre ambos, sin siquiera darle una explicación que sabía que se merecía, mucho más luego de aquel beso robado que seguía sin lograr entender el porqué.
Jungkook había decidido marcharse de su vida dejándola llenas de preguntas, de confusión y con los sentimientos dispersos.
¡Hola!
¿Se esperaban que Jungkook se alejara? ¿Qué opinan de lo que le dijo Taehyung?
Tardé en actualizar porque este capítulo me tiene muy insegura, pero bueno, decidí publicarlo de todas maneras JAJSKSK
Espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
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