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24; ENFRENTAMIENTO

Hana soltó rápidamente la mano de su acompañante, sintiendo como su corazón golpeaba con fuerza contra su pecho. Aquel encuentro inesperado era realmente incómodo para los tres.
Sentía temor por lo que pudiera llegar a pensar, pero a la vez una sonrisa quería dibujarse en su rostro por la alegría de verlo luego de tanto, por lo que deseaba abrazarlo.

Jungkook miró su mano y luego a ambos, más que nada a Hyunjin, que no quitaba su mirada de la pelinegra.
No sabía qué sentir más que decepción, por como ella no dudó en soltar su mano y al darse cuenta que cuando estaba presente el rubio, él no significaba nada.
Sabía que no debería sentirse así, pero no podía evitarlo, porque deseaba más que nada que esos sentimientos no fueran por Hyunjin, sino que los tuviera por él.

Empezaba a preguntarse qué era lo que tenía que él no. Lo observaba de pies a cabeza, pensando en que quizás este podía que tuviera un mejor cabello, hasta un mejor rostro. Le gustaría poder decir que no se le hacía nada atractivo, pero no podía negar que si lo es.
En realidad, eso no le importaba tanto, aunque si lograba causarle inseguridades, pero lo que más inseguridad le provocaba era recordar la forma en la que habló de él en el pasado. Lo atento, lo dulce, la manera en la que siempre buscaba hacerla sentir bien, hacerla reír, animarla y, ahora también al saber que era su vecino, sentía una presión en su pecho que desaparecía toda su ilusión.

―Decías que no había alguien más, Hana ―mencionó causando que ella observara al pelinegro avergonzada por la situación, como también con miedo de lo que pudieran pensar ambos de ella―. Él es quién logró confundirte, ¿cierto?

―Basta. No es momento para ésto ―trató de sonar calmada acercándose a él.

―¿No es el momento? Pues, yo pienso que es el momento perfecto ―volteó para tratar de ver el rostro de Jungkook, pero este bajó la cabeza pensando en que lo mejor sería irse, pero no quería dejarla sola en esa situación―. ¿Quién rayos eres tú?

Hyunjin intentó acercarse a él, pero Hana no dudó en intervenir poniéndose en frente, apoyando una de las manos en su pecho.

―No hagas ésto. Estás confundiendo las cosas ―aseguró mirándolo desesperada―. Ahora que al fin podemos vernos, escúchame.

―No me toques, Hana ―quitó su mano rápidamente. Volvió su mirada a Jungkook, que trataba de mantener la calma aunque detestaba la manera en la que le hablaba―. ¿Y tú por qué no dices nada, eh? ―pasó por al lado de la pelinegra que intentó tomarlo del brazo, pero este se acercó a él dándole un pequeño empujón con una de las manos―. ¿Por qué rayos sigues aquí? ¿Quién eres? ¿Por qué te metiste en nuestra relación?

―Hyunjin, ¡basta!

―¡¿Quién carajos eres?!

Jungkook podía notar sus celos, su rabia y lo entendía perfectamente, por lo que no era capaz de enfrentarlo y es que tampoco había pasado por una situación así antes, por lo que sentía su corazón latir con fuerza, provocado por los nervios y temor.

―¡¿Eres idiota o qué?!

El rubio intentó quitar su sombrero pesquero para poder verlo mejor, pero Jungkook quitó su mano bruscamente enfureciéndolo aún más.
Hyunjin sabía que este podía vencerlo fácilmente, porque a pesar de su vestimenta podía notar que era de cuerpo fornido, pero en ese momento no le importaba ya que su rabia era tanta que estaba cegado.
Tanto así que empuñó la mano golpeándolo en el rostro, provocando que cayera al suelo y que la fémina soltara un chillido por el susto.

Un quejido escapó de sus labios, por el dolor que sentía luego de haberlo golpeado, por lo que sacudió su mano, mientras que era empujado por Hana, que no dudó en acercarse a Jungkook.
Este al verlo sin el sombrero de pesquero que cayó a un costado, abrió los ojos a la par, sin poder creérselo.

La fémina se puso en cuclillas quitándole la mascarilla, mirándolo sumamente preocupada, mientras él cubría su ojo con una de sus manos, gimiendo de dolor.

―¿E-Estás bien? ―acunó su rostro y este asintió haciendo una mueca por el punzante dolor.

―¿Qué carajos?

Al escuchar la voz del rubio ambos voltearon a verlo asustados, por lo que Jungkook no dudó en tomar su sombrero para colocárselo.
Temía lo que pudiera suceder ahora que sabía que se trataba de él, así que se reprochó mentalmente por haberle insistido a Hana en acompañarla, porque si no fuese por eso, hubiera evitado aquel enfrentamiento y que supiera que es Jeon Jungkook.

―No digas nada, por favor ―pidió temerosa.

―¡¿Por qué rayos te ves con él?! ¡¿Qué carajos es ésto?!

―Hyunjin...

―¡¿Qué quieres de ella?! ―se acercó amenazante tomándolo de la chaqueta― ¡¿Haces ésto con todas tus fans?!

―¡Claro que no!

―¡Eres un asco!

Jungkook quería defenderse, pero Hana alejó rápidamente al rubio, para impedir que volviera a golpearlo y que la situación se tornara aún peor. Agradecía que sus padres que no estuvieran allí, porque ya hubieran escuchado los gritos e intervenido.
El pelinegro llevó las manos a su nuca, soltando un suspiro de frustración deseando huir.

―¡¿Por qué estás con él?! ¡¿No te das cuenta lo que quiere conseguir?! ¡Sólo te está utilizando!

―¡¿De qué hablas?! Sólo somos amigos, Hyunjin...

―¡No sigas mintiéndome!

―Solamente tú...

―¿Sabes qué? ¡Cuando consiga lo que quiere no digas que no te lo advertí! ―apuntó antes de comenzar a caminar hacia la entrada de su casa, pero volteó a ver al pelinegro―. Eres un asco de persona, Jeon Jungkook. No puedo creer que en algún momento llegué a admirarte.

Este al escuchar sus palabras sintió una presión en su pecho y bajó la cabeza, pues aunque no lo conociera para nada, eso llegaba a afectarle y comprendía que llegara a pensar así de él.
Quería poder explicarle, pero de todas maneras sabía que hizo mal en haber querido seguir el plan de Jin, para así enamorar a Hana.

Al escuchar el sonido de la puerta no pudo evitar sobresaltarse, pensaba que lo mejor era irse, pero al ver a la fémina abrazándose a sí misma a punto de romper en llanto, no dudó en acercarse.

―Lo siento, Hana ―murmuró apenado, queriendo quitar el impulso de su cabeza de abrazarla, porque temía que ahora lo odiara por haber provocado aquella pelea.

―No es tu culpa. Es mía.

―Claro que no ―suspiró―. Lo mejor es que me vaya...

―Espera ―lo tomó de la muñeca impidiéndolo.

Cuando levantó un poco su sombrero pesquero abrió sus ojos a la par por la sorpresa, observando los suyos chocolates que lo miraban con atención.

―No creo que puedas volver con un golpe.

―Oh, mierda. No me digas que se nota demasiado ―pidió cubriéndose el ojo con la mano.

―La verdad es que sí, pero puedo ayudarte con eso.

―¿En serio? ¿Cómo? ―preguntó ilusionado.

―Tendrás que venir conmigo.

La fémina comenzó a caminar hacia el costado de su casa enseñándole el árbol, por lo que este lo miró boquiabierto.

―No me digas que...

― Lo he hecho algunas veces, porque me enseñó...―suspiró y sacudió la cabeza―. Como sea, tienes que hacer lo mismo que yo, ¿sí?

―P-Pero... ¿No es peligroso?

―¿Tienes miedo, Jeon Jungkook?

―No. Pero por algo existen las escaleras...

―Tienes miedo ―confirmó riendo y este la miró molesto―. Podríamos hacerlo de la manera fácil, pero creo que ya hemos tenido suficiente con que nos hayan descubierto Taehyung y Hyunjin, ¿no crees?

―Odio decirlo ahora, pero tienes razón.

―De todas maneras por ahí se baja, por aquí se sube ―ríe señalando el enrejado de madera que lo cubría por partes algunas plantas.

―Oh, deberías haber empezado por ésto.

―No creí que fueras miedoso.

―¡Que no lo soy!

Ella siseó llevando el dedo a los labios, por lo que este suspiró.

―Félix no sé cómo no escuchó nuestros gritos antes, pero ahora va a escucharte a ti que no te animas a trepar un árbol.

―¿Acaso quieres enfadarme? ―alzó una ceja mientras se acercaba, por lo que ella tragó con dificultad negando la cabeza. Se le hacía realmente intimidante, cuando hasta hacía unos segundos disfrutaba molestarlo―. Parecías empeñada en hacerlo.

―Ya cállate. Vamos ―ordenó frustrada, comenzando a trepar el enrejado de madera blanca.

―Tienes que volver a ser más dulce conmigo, Jung Hana ―lo escuchó murmurar, por lo que reprimió la risa.

Al entrar y ver a las manos de Jungkook en el borde de la ventana, no dudó en ayudarlo, lo cual este agradeció en un murmuro, observando con atención su habitación. Las paredes eran blancas, donde tenía algún que otro cuadro y fotografía con su familia.
Se acercó a un mueble donde tenía más y no pudo evitar sonreír al verla de pequeña. Sus mejillas eran regordetas y al igual que ahora llevaba flequillo, con su cabello en dos pequeñas coletas, lo que se le hizo realmente tierno.

―¿Cuántos años tenías aquí?

―Seis, creo.

―Tierna ―musitó observando las demás fotografías sin borrar la sonrisa, hasta que vio una donde salía abrazada a Hyunjin frente a un lago, ella riendo mientras él besaba su mejilla.

Hana al ver la misma fotografía sintió su corazón dar un vuelco, mientras Jungkook dejaba la fotografía en el lugar, para luego carraspear la garganta llamando su atención.

―¿Cómo vas a ayudarme con ésto? ―preguntó señalando su ojo.

―Oh, con maquillaje, aunque no lo parezca soy buena.

―¿En serio? ¿Por qué nunca te maquillas? ―arrugó levemente la frente.

―¿Tan mal me veo?

― ¡Claro que no! Te ves hermosa siempre ―al ver como abrió los ojos a la par por la sorpresa, sintió su rostro enrojecer―. Lo siento. Lo siento.

―Oye, no es malo admitir mi belleza ―trató de bromear, aunque se sentía temblar por los nervios.

―Lo sé, es que no quería ponerte nerviosa.

― Pues, creo que él único nervioso eres tú, porque es la segunda vez en el día que logro hacerte poner como un tomate.

Jungkook no pudo evitar sorprenderse y la miró desconcertado.

―Espera, ¿en qué momento se invirtieron los papeles?

―No lo sé, pero lo prefiero así. Siéntate.

Este decidió obedecerla, pero antes al pasar por un espejo se miró por un instante e hizo una mueca al notar que tenía razón. Su ojo estaba enrojecido y no tardaría en aparecer un hematoma, por lo que no podía volver así, porque descubrirían lo de Hana, y aún tenía demasiado miedo.
Al sentarse en la cama observó a su alrededor con curiosidad mientras sonreía, pues le gustaba su habitación, y al ver a Hana acercándose con un estuche con maquillaje, tomó una bocanada de aire tratando de mantener la calma.

―De verdad lamento todo ésto.

―Pues, creo que fue más mi culpa.

―Es mi exnovio, así que es mía. Lo lamento.

―¿Bromeas? ¡Fue genial!

―¿Qué?

―Hana, por primera vez experimenté lo que suelen pasar todos alguna vez, pero yo no puedo ―explicó algo tímido―. Me sentí como esos chicos en los dramas y películas. Así que supongo que en vez de disculparte, yo debería agradecerte por hacerme sentir como alguien... normal. No lo sé.

―Vaya, eso fue... inesperado. Creí que luego me reprocharías porque Hyunjin ha arruinado tu rostro.

―¿Crees que ésto lo ha arruinado? ―preguntó sorprendido señalando el golpe y soltó una risotada―. Hasta debe hacerme más atractivo.

―Es cierto ―Hana al reaccionar a lo que dijo, sintió sus latidos acelerarse mientras que él sonreía sonrojado―. Olvídalo. Cubriré el golpe.

Cuando se puso en cuclillas frente a él acercándose, trató de respirar normal y cubrir el hematoma tranquilamente, pero por momentos sentía la mirada de Jungkook, lo cual lograba que fuese menos cuidadosa y este soltara algún que otro quejido, por lo que se disculpaba.
Hasta que fragmentos de lo sucedido llegaron a su cabeza, provocando que la presión a su pecho volviera, como también el nudo en la garganta, porque la forma de actuar del rubio le dolía de gran manera. Al verlo lo que más deseaba era volver a estar en sus brazos, poder sentir los latidos tranquilos de su corazón que la llenaban de paz, poder volver a sentir sus besos, volver a escucharle decirle cuánto la amaba y lo feliz que le hacía, pero ahora no quedaba más que dolor entre ellos y eso la destrozaba.

―¿Hana? ―al escuchar su dulce voz, reaccionó a que terminó y su visión estaba nublada por las lágrimas, por lo que bajó la cabeza―. ¿Qué sucede? ¿Hice algo mal?

―No. Tú no.

―¿Es por Hyunjin? ―levantó su barbilla con delicadeza para que lo mirara.

―Olvídalo.

―Puedes confiar en mí. Es lo que más quiero que hagas.

Por más que recordaba las palabras del rubio respecto a Jungkook, cuando observaba sus ojos oscuros donde se reflejaban la brillantez de su alma y su ser, que le decían a gritos que era alguien sincero y que no debía tener miedo, no podía evitar confiar plenamente en él.

―Sí, es por él.

Aunque intentó mantenerse fuerte, su voz se rompió y las lágrimas no tardaron mucho en brotar, lo que provocó que el corazón del pelinegro diese un vuelco. No sabía si le dolía más verla así, o saber que aún sus sentimientos por Hyunjin seguían igual de intensos, pero aún así, no dudó en envolverla con sus brazos.
En ese momento ella se aferró a su cuerpo, sollozando, porque durante el tiempo que lloró por su exnovio, lo hizo sola y necesitó el apoyo de alguien, que buscó en su mejor amiga, pero ella sólo le hablaba sobre Jin.

―Todo va a estar bien, Hana ―aseguró suavemente.

Estar en medio de sus brazos y sentir el aroma embriagador a su colonia, le hacía sentir paz, sentirse en calma, por lo que en un momento dejó de sollozar sorbiendo su nariz, pero sin separarse de él.

―No te soltaré hasta que tú me lo digas, así que si quieres seguir llorando, puedes hacerlo, ¿sí? ―murmuró acariciando su cabello.

―Lo siento...

―Ya deja de disculparte.

―Ahora siento vergüenza.

―No tienes que sentir vergüenza conmigo, si quieres hasta puedo llorar...

―¡No! ―exclamó separándose rápidamente riendo.

Jungkook al ver sus ojos enrojecidos y algo hinchados por haber llorado unos minutos, sintió una punzada en su pecho, pero aún así tomó su rostro entre sus manos, limpiando las lágrimas con los pulgares. Notaba como ella lo miraba avergonzada y sus mejillas se enrojecían, por lo que le regaló una sonrisa tranquilizadora.

Aunque ya no habían más lágrimas que limpiar seguía acariciando su mejilla, observando detenidamente cada centímetro de su rostro, sintiéndose encantado por ella. En ese momento confirmó que por la chica anterior no sintió siquiera la mitad de lo que sentía por Jung Hana, lo cual hizo que sus latidos se aceleraran porque el impulso volvió y con más intensidad al notar en sus ojos cafés que también parecía perdida en él.

Comenzó a bajar la mirada sus esponjosos labios rosados y algo húmedos, sintiendo como su respiración se volvía pesada, pero aún así se acercó al punto que sus respiraciones se mezclaron y sus narices se rozaban. Le emocionaba tenerla así de cerca, sentir su nariz sobre la suya, pero trataba de controlar sus latidos, y sin más, juntó sus labios.

Fue un beso pequeño e inocente, quizás hasta robado podría decirse, porque cuando se separó y vio sus ojos abiertos a la par, reaccionó a lo que había hecho.

―¡Lo siento! ¡Lo siento!

Se levantó rápidamente tomando el sombrero pesquero, mientras que Hana seguía de cuclillas en el suelo, observando como se dirigía a la ventana.
En ese momento se sentía paralizada, con un circo en su estómago, pero al escuchar un golpe y un quejido, no dudó en levantarse rápidamente preocupada.

Al acercarse a la ventana y ver como Jungkook se levantaba del suelo acomodando su sombrero, se dio cuenta que había intentado bajar por el enrejado, por lo que terminó cayéndose, lo cual le preocupó de gran manera. Hasta que vio como corría, o mejor dicho, intentaba correr, ya que lo hacía cojeando, mientras acomodaba su sombrero.

¿Qué rayos había sido eso? ¿Realmente Jungkook la había besado? Aquellas preguntas se repetían en su cabeza, mientras volvía a aparecer un circo en su estómago y se estremecía, acariciando sus labios, recordando cómo fue sentir sus labios sobre los de ella, aunque fueron escasos segundos.


¡Hola!

AL FIN HUBO BESO, ÁMENME

¿Qué creen que pase ahora que Jungkook se atrevió a besarla?

Espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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