||Narración normal||

Sans se sentó un momento cuidando sus movimientos para no despertar a su hermano, miro alrededor notando la bolsa que el esqueleto alto había traído, lleno de curiosidad decidió ver que llevaba dentro, se sintió sumamente feliz al ver que su querido Paps trajo algo para que comiese, sin hacer mucho ruido destapó el toper para mirar y luego comer aquellos curiosos tacos rellenos del espagueti que su hermano seguramente preparo con mucho esfuerzo, como siempre, al dar el primer bocado se sorprendió de lo bien que sabían preparados de esa manera aunque a su gusto le faltaban algo, lo cual no dudo en poner pues Papyrus lo conocía y por ello estaba también en la bolsa, la infaltable ketchup que el pequeño esqueleto adoraba beber. Después de una muy buena merienda de madrugada el esqueleto de baja estatura vio a su hermano dormir, se acomodó entre sus brazos nuevamente para verlo aun mas de cercas, claro no sin antes ponerse la bufanda que yacía en el suelo y que pertenecía a Papyrus, recordó los choques de dientes y su cráneo se pinto de azul, sentía remordimiento por ellos pero no por que se dieran sino porque le gustaba la idea de que pudieran darse mas adelante, que tal vez fuera despertado con uno cada mañana. Con esas ideas que cada vez se parecian mas a algo que harian un par de jovenes recien casados en vez de un par de hermanos, Sans decidió irse a dormir en ese momento.

Las horas transcurrieron de manera tranquila luego de que Sans volviese a quedarse dormido en brazos de su hermano en aquel campo de flores eco en el que ambos se encontraban, Papyrus fue el primero en despertar, no acostumbraba a dormir, tan solo dormitar mientras escuchaba a su hermano contarle su cuento favorito, pero como sea, al tratar de moverse no pudo pues su Sans le estaba abrazando con fuerza estando sobre él mientras hacia un par de muecas, tan pronto el esqueleto de mayor altura vio eso se apresuro a despertarlo, pues sabía de sobra que era una pesadilla lo que las provocaba, ¿que cómo lo sabía?, simple, siempre lo veía dormir y con el tiempo supo lo que significaba cada pequeña mueca que llegaba a hacer su hermano mayor, trato de despertarlo con sutileza pero no resultaba y por lo que veía aquel sueño que tuviese el esqueleto pequeño empeoraba.

¡¡¡Sans, despierta hermano, despiertaaa!!!-. En un intento desesperado Papyrus agito bruscamente a su hermano sosteniendole por los hombros pero sin llegar a apartarle de encima mientras le gritaba que despertase, aquello fue sumamente eficaz para despertar al esqueleto.- Oh menos mal que haz despertado Sans, el gran Papyrus se preocupo mucho por ti al ver que comenzabas a soñar cosas feas, por suerte para ti, logre despertarte antes de que sufrieras aun mas por ello, ¿Te encuentras bien?

...Eh... S-si, supongo que si estoy bien, gracias por despertame bro-. El esqueleto pequeño se sostuvo un momento la cabeza bostezaba a la par que se orientaba pues al ser despertado de forma brusca no estaba muy consiente del lugar en el que estaba.- Heh. Paps perdón por lo de ayer, seguro te preocupaste mucho porque no llegaba ¿verdad?

Si que lo hice huesos flojos, dieron mas de las dos de la mañana y tú no aparecias, te busque por todo Snowdin, incluso fui a preguntar a Grillby's, y sabes muy bien lo que pienso respecto a ese sitio, pero por buscarte eso era lo de menos, estaba asustado... bueno, no asustado, el gran Papyrus no es alguien que se asuste fácilmente... aunque tal vez por tratarse de ti, si l-lo estuve un poco... pero fue un verdadero alivio cuando te encontre, ya que estabas bien-. Un corto beso en la frente le fue dado a Sans por parte de su hermano que le sonrío de forma cariñosa.- Cuando salí de casa de paso te traje algo para que comieras, Berry y yo lo cocinamos juntos, espero te guste, también traje un bote de ketchup para que lo acompañases... eso sin duda demuestra lo mucho que el gran Papyrus te aprecia, aun cuando le haces preocupar en demasía, deberías agradecermelo siendo menos holgazan, pero antes debes comer lo que traje, quiero ver tu expresión mientras lo disfrutas.

Oh... heh heh... pues veras hermano, hace un rato yo desperté y me sentía tan esqueletico que en cuanto vi esa comida me la comí de una sola, pero puedo decirte que de vertebral era pastifica, tanto que de seguro no me quedaría en los huesos si la comiese seguido-. La molestia en la cara de Papyrus era clara, tantos juegos de palabras en una sola frase era algo que no le agradaba demasiado que digamos.- Heh heh heh, pero dejando de lado mis espagueticulares chistes, te agradezco el gesto, aun mas porque incluiste una botella de ketchup para que tuviera que beber mientras comía, gracias Paps.

Esta vez fue Papyrus quien recibio un beso en la frente acompañada de una tierna sonrisa de parte de Sans, el esqueleto alto no dudo en achuchar animadamente el cuerpo de su pequeño hermano mientras reía feliz, aquella risa después fue acompañada por la de su hermano. Luego de varios minutos Papyrus dejo de achuchar a Sans y se le quedo viendo, estaban algo agitados por tanta risa, sus rostros estaban cercas pues el esqueleto pequeño permaneció todo el tiempo sobre su hermano siendo apegado firmemente al cuerpo de este. Sans aun reía un poco y trataba de calmarse pero al sentir la mirada continua del esqueleto alto sobre él le hizo sentir extraño, aunque también se le quedo viendo un poco, curioso del porque la mirada fija en él.

Se que es raro que yo lo diga, pero me gusta verte reír y ser feliz Sansy... Además, mi bufanda te hace lucir bien, casi tan bien como yo luzco con ella, incluso más ¡Nye heh heh!-. Esas palabras sorprendieron al mencionado de sobre manera provocando que se azulara ligeramente mientras desviaba la mirada.- El gran Papyrus esta feliz de tenerte como su hermano, aun con todo esos malos defectos que tienes, aunque claro, tienes mas virtudes que defectos... pero no con ello digo que debes seguir teniendolos, la holgazenería deberías de no tenerla sí o sí, no es para nada buena.

Las palabras bonitas mezcladas con reproches que tenían cierto toque de dulzura siguieron hasta que Papyrus volvió a quedarsele viendo fijamente a un muy avergonzado Sans, que ya no sabía que hacer con lo que sentía en aquel momento, cuando iba a decir algo notó que el rostro de su hermano se acercaba cada vez mas hasta que un muy claro "clank" resonó, el esqueleto de mayor altura se había dejado llevar de más y le había dado un tierno beso de esqueletos al de menor estatura.

Oh... eh... lo siento Sans.. y-yo, bu-bueno-. Papyrus estaba nervioso buscando alguna excusa barata para explicar el porque de sus acciones, sin embargo un murmullo proveniente de su hermano le interrumpió.- Pe-perdón, ¿qué dijiste? No logre escucharte...

..D-da-dam-da-dame otro Papy...-. Sans prácticamente estaba muriendo de la vergüenza pero deseaba otro beso, su hermano algo dudoso accedió a darle otro choquesito de dientes.

Ambos esqueletos eran completamente naranjas y azules de sus respectivos rostros después del segundo choquesito de dientes, cada uno volteo a ver a otro lado conservando la posición en la que estaban, Sans sobre Papyrus, ambos sintiendose mal pero con ganas de seguir escuchando ese "clank".

¿Pu-puedo darte o-otro be-beso Sansy?-. Pregunto en un susurro el amante de los puzzles, que recibió por respuesta un muy débil "sí" de parte de su hermano.

Los besos continuaron hasta que ya no pedían por ellos, tan solo se los daban sin dar tiempo entre cada uno, eran constantes, como si trataran de satisfacer una gran necesidad de ellos, aun cuando trataron de detenerse, podían notar en la manera de mirarse que querían seguir con ello hasta que simplemente se cansasen. Pero llego un momento en el que todo comenzo a tornarse distinto, Papyrus había dejado de estar acostado, se sentó conservando a Sans en sus piernas, este no entendía el porque de ello pero tan solo aprovecho eso para poner sus manos sobre el pecho de su hermano, quien le sujeto la cadera con una mano mientras la otra le acariciaba la mejilla pasando con suavidad su pulgar por donde estaba la boca, aquello hizo que Sans diera un suspiro pues le gusto ese gesto por parte de Papyrus, pero ademas de ello, eso provocó que por inercia abriese un poco la boca y su magia materializara su lengua, una de color azul que brillaba ligeramente, el esqueleto de mayor altura se acerco para darle otro choquesito de diente pero esta vez tambien materializando su lengua, una de color naranja que al igual que la de su hermano emitia un brillo suave, sin saber bien como dar un beso de ese estilo, logró colar su lengua en la boca contraria para rozarla con suavidad con la del esqueleto menor. El contacto entre ambas lenguas hizo que Sans jadeara tanto de sorpresa como de leve placer, Papyrus por el sonido se alejo y comenzo a pedir disculpas de manera constante y tartamudeando, el hermano mayor estaba ya más consiente de que las cosas estaban yendo por un mal camino y que después de que ese momento pasara todo se tornaría incómodo pero si podía volver a sentir rozar su lengua con la de su hermano por lo menos una vez mas no estaría arrepentido del todo, por ello para detener las disculpas de Papyrus y seguir con los besos, tomo la iniciativa y le beso esta vez usando también su lengua.

Pero todo tiene un final y el de esos besos terminaba en ese momento pero de forma muy particular, mientras se daban un tercer beso usando sus lenguas escucharon quejidos provinientes de la sala anterior a la que estaban, Papyrus temiendo que alguien pudiese estar en problemas, detuvo el beso y quitó a Sans de sus piernas para ver que sucedía, el esqueleto pequeño le siguió también algo curioso por los quejido que se intensificaban entre mas se acercaban.

Por otra parte, desde hacía unas horas los esqueletos prevenientes de Underfell habían salido de la casa, pues Fell!Papyrus deseaba irse de ese mundo, Cherry le siguió mientras aguantaba los regaños e insultos que le eran dirigidos. Llegaron hasta Waterfall donde el Sans de Fell! se canso de los insultos de su hermano y le dijo varias cosas, entre ellas que prefería cien veces más el Papyrus de ese universo que al suyo, aquello no le hizo gracia a su hermano que tan pronto escucho aquello metio a su Sans a la primera sala que encontraron para hacerle ver su error, y que mejor que con una buena sesión de tortura seguido de sexo duro, aquel que le recordaba a Cherry porque aun después de varias humillaciones o insultos hacia su persona seguía junto a Papyrus, porque por mucho que quisiese negarlo le encantaba como lo hacían, pues durante el sexo recibía mimos que eran bien disimulados entre las fuertes embestidas y las vulgares obsenidades que se decían mutuamente, las cuales tan solo volvían mas placentero todo, claro que además de ello, Sans lo amaba y no podía abandonarle aun cuando lo tratase así, pues a su manera se demostraban cariño y si alguien trataba de hacerle daño su hermano estaría allí ya listo para matar a cualquiera que se quisiera pasar con él.