*La historia inicia un año después de el final pacifista.*

Un año transcurrió desde que la barrera que mantenía cautivos en el subsuelo a los monstruos fue destruida, un año de cambios muy significativos tanto para los humanos como aquellos que habitaban abajo, el acoplarse fue difícil pero se logró, gracias a su embajador, Frisk, monstruos y humanos poco a poco pudieron llevarse bien, dejando de lado el miedo y desconfianza que hubo los primeros meses, aunque no todo era de color rosa, hubo y sigue habiendo algunos problemas entre ambas especies, pero nada que una buena charla, como Toriel había enseñado al pequeño Frisk, no resolviera, se establecieron nuevas leyes que daban protección tanto a humanos como a monstruos, leyes que debían respetarse para que no hubiera conflictos que acabaran en una guerra como antaño. La vida de los monstruos mas cercanos al humano que los liberó también cambio, un ejemplo seria Undyne y Alphys, quienes habían formalizado su, para nada secreta, relación, ambas decidieron irse a vivir a Japón un tiempo, pues lo que apasionaba a la científica, el anime, procedía de allí y para Undyne el mimarla era algo que hacia con mucha determinación. Por otra parte el rey, Asgore, trato de volver a enamorar a su amada Toriel, eso aun no parecía tener éxito, o tal vez sí, aquello solo lo sabia la ex-reina, por el momento tan solo tenían salidas casuales y casi siempre estaba Frisk presente, aunque al rey eso no le molestaba pues le tenía un gran cariño al pequeño al igual que este a él. Por último se podría decir que la vida que mas cambios pudo tener fue la de los hermanos esqueleto, ellos, aun si parecía que se habían distanciado, ya que Papyrus había comprado una humilde casa cerca del Mt. Ebott además de que había entrado a trabajar como policía en la ciudad y Sans siguió viviendo en Snowdin conservando su trabajo como centinela en el bosque y su puesto de hot dogs, ellos nunca dejaban de verse, había un punto de encuentro al cual acudían cada noche para platicarse que tal su día, aquel lugar era Waterfall, la única zona que estaba completamente abandonada en el subsuelo, nadie se había quedado a vivir ahí, mas que nada por que hubo puentes importantes que habían sido destruidos por las lanzas de cierta ex-líder de la guardia real, pero al lugar en el que se veían tan solo sabían como llegar ellos y esos puentes no eran necesarios, por lo tanto no había problema.

||Narra Sans||

Por fin, después de que finalizo mi turno de centinela en el bosque de Snowdin, donde ahora solo cuidaba a los visitantes que iban a conocer el subsuelo, me fui a donde me encontraría con Papyrus como todos los días, como iba un par de minutos tarde use uno de mis atajos para llegar, por extraño que pareciera él no estaba allí, aquello no me gusto, conocía muy bien a mi bro y el no era de los que se retrasaran, siempre era puntual, quise esperar unos minutos antes de llamarle y así lo hice, sin embargo nunca me respondió, al décimo intento que haría entro una llamada de Tori, tan pronto logre escuchar "Papyrus" y "herido" me teletransporte a donde vivía él para de ahí ir al hospital corriendo mientras seguía la llamada en curso, Toriel me dijo que aquello sucedió porque quiso evitar un robo por su cuenta en una tienda de conveniencia después de que salio del trabajo, los asaltantes habían tomado de rehén al cajero y amenazaban con hacerle daño, sin embargo mi hermano trato primero en dialogar, no era lo suyo hacer daño pero aquellos humanos no eran buenos ni siquiera un poco y no dudaron en atacarlo, por suerte antes de que sus PS llegaran a cero llegaron sus compañeros de trabajo y lograron arrestar a los malos. Llegue al hospital hecho una furia a decir verdad, tal vez mi hermano ya los había perdonado pero yo no, era seguro que les haría pasar un muy mal rato por lo que le hicieron, en recepción rápidamente di los datos necesarios para que supieran a quien iba a visitar, en la puerta de la habitación donde estaba mi hermano se encontraban el niño, Toriel y el rey Asgore, trataron de decirme algo pero yo solo quería ver que mi querido hermano estuviese bien, por lo que los ignore y entre rápido, al verle sentado en la cama viendo hacia la ventana completamente bien, con tan solo unos vendajes suspire aliviado, él se giro a verme en cuanto escucho abrirse la puerta

Nyeh he he, hermano, no creí que llegarías tan rápido, pero no te preocupes, yo, Papyrus, me encuentro de maravilla, tan solo fue un par de raspones, nada que yo no pueda soportar-. Fue lo que dijo mientras sonreía confiado, yo tan solo corrí a abrazarlo, después me separe de él mientras le tomaba de los hombros.

¡¿Qué estabas pensando cuando decidiste intervenir en un asalto cuando no estabas en tus horarios de trabajo y sin el equipo necesario para defenderte?!- Estaba molesto con su manera tan descuidada de hacer las cosas, pudo haber muerto y el no parecía preocupado por ello.- ¡¿Acaso crees que eres inmortal?! No puedes estar arriesgándote de esa manera, ¡¿Puedes pensar como me sentiría si te perdiese?! ¡Eres la única familia que tengo, no estés dándome estos sustos Papyrus!

Wowie, tranquilo Sans, de verdad estoy bien, ya me han atendido, además de que el doctor dijo que no había ningún peligro para mi, tan solo debía descansar un poco y después podía volver a mis labores como oficial... Además esos humanos seguramente se sintieron amenazados por la gran e intimidante presencia del gran Papyrus y por eso se pusieron a la defensiva-. A veces creo que el es demasiado ingenuo e inocente, nunca me agrado el trabajo que eligió, pero era tan feliz el día que dijo que lo aceptaron que no pude decirle que no lo hiciera.

¡Pero ese no es el punto bro, debiste pedir ayuda antes de meterte o mínimo los hubieras inmovilizado con los huesos de magia azul, mínimo así no te hubieran hecho daño hasta que llegaran tus compañeros!-. Quería que entendiera que no debió arriesgarse, no quería volver a verle con una herida en alguno de sus huesos.

Sans, conoces la ley, cero magia en el mundo humano, pude haber estado en problemas si lo hacia, ya no tengas esa expresión de preocupación, yo estoy bien... ... ... El gran Papyrus es un hueso duro de roer nyeh heh heh...-. En ese momento supe que él no quería que siguiera preocupado y llamándole la atención, pues llego al punto de hacer una broma y eso era bastante raro si no fuera porque sabia que dejaría la seriedad de lado, no pude evitarlo y al final reí.

Bueno hermanito, heh, para la próxima por si acalcio me llamas para echarte una mano-. Fue lo que dije mientras safaba uno de mis brazos y lo sacudía frente a él, río por un momento y luego fingió molestarse por mis bromas, aproveche el momento y seguí contándole un par más.- Heh... De acuerdo jeje uno mas y ya, toc toc!-. Antes de que pudiera seguirme el juego entro una enfermera a avisar que la hora de visitas había finalizado, Paps parecía aliviado por ello, al parecer ya se había cansado de mis Sanstasticos chistes, él se quedaría un día mas para observación y mañana por la tarde sería dado de alta, salí de la habitación no sin antes prometerle que los días de descanso que tuviera estaría a mi cuidado en la casa de Snowdin, no se negó a ello y se despidió de mi con una gran sonrisa.

Una vez afuera me disculpe con Tori, el niño y Asgore por mi actitud al llegar, mas ellos comprendieron el porque y me disculparon e incluso me dijeron que podía quedarme con ellos hasta que pudiera llevarme a Paps a casa.

Para el día siguiente durante la tarde, después de escuchar las indicaciones del doctor pude llevarme a mi bro a la casa en Snowdin, lo hice usando uno de mis atajos y evitarle un esfuerzo innecesario, pero olvide algo importante, la casa estaba hecha un desorden total, pues desde que Papyrus se fue no me preocupaba mucho el limpiar y solo lo hacia cuando el iba de visita, por lo que al entrar lo primero que escuche fue un regaño de su parte.

¡Huesos flojos, explícame que es este desorden, te he dicho que mantengas limpio constantemente!-. Su molestia era clara, pero tan solo reí, provocando aun mas su enojo, con mi magia recogí todo en una bola y lo metí a mi habitación.

Listo, todo limpio y reluciente bro, ahora tu descansa en el sofá y yo me encargaré de cuidarte como es debido, tú dejáselo todo a Sansy-. Su mirada era​ de desconfianza total, suspiro y se sentó en el sofá, pero de pronto se levanto y me mostró que debajo de él saco uno de mis calcetines, vi que le dio un tic en el ojo y antes de que gritara a los cuatro vientos mi nombre corrí para ponerme a salvo en la cocina.

Bueno y aquí llega la autora Hina con una nueva historia (Se que tengo pendiente la actualización de otros fic pero esta pareja esta consumiéndome y necesitaba hacerles un fic rápido) en fin espero y les guste, cualquier critica es bien recibida, en todo caso nos leemos después los quiere...
La autora Hina <3
Por cierto los dibujos tanto de portada como para próximos capítulos son hechos por mi :3