Prologo
Advertencia: Hay contenido de los capítulos actuales del manga (222 y 223)
En la ciudad llovía.
A Senju no le gustaba. Decía que le resultaba desagradable la sensación de humedad tras permanecer mucho tiempo en el diluvio. Takemichi, un joven reconocido por lo absurdamente despistado que era, creyó en su excusa. No conocería la verdad que la joven ocultaba sino hasta el día siguiente de haberla conocido, lo que lo llevaría a sentirse inmensamente desconcertado.
Ultimamente, el agua se volvía más frecuente, principalmente en las noches y esa velada no fue exactamente la excepción.
Takemichi y Senju decidieron tener una salida amistosa que incluía un parque de atracciones. La joven de cabellos albinos considero gran idea ir vistiendo el uniforme de su pandilla: Brahman. No examinaron con total atención los riesgos y se fueron a pasar un grandioso momento.
Se pasaron parte de su cita charlando acerca de las pandillas y riéndose sobre cualquier tontería sin importar cuan absurda era. Senju pudo haber convertido ese momento en uno de sus recuerdos favoritos, sin importar sí llovía o no. Fue incapaz de hacerlo.
En un pestañeo, la ciudad se volvió absurdamente silenciosa. Hasta hace unos momentos, corrían despavoridos tras haber sentido sus vidas en peligro. Pero antes de que pudieran alcanzar a abandonar el lugar, Draken que recién llego a protegerlos, alcanza a pronuciar algo y, en un instante, cae al suelo.
Ambos jóvenes consideraron eso como algo anormal. ¿Por qué de repente Draken ya no parece en condiciones para continuar de pie? Takemichi y Senju se miraron uno al otro. Después a su amigo y, con ayuda de las farolas, lo notaron; su cuerpo estaba perforado. Había recibido tres disparos: dos en el pecho y uno cerca de las costillas del lado izquierdo.
Hanagaki se acerca al cuerpo tan rápido como sus piernas lo permiten. Analiza la situación; la sangre de Draken fluye a un ritmo alarmante. Se diluye en el agua y eso da un aspecto horrendo. El fuerte hedor solo hace que la cosas sean mucho peores. De cualquier modo, intenta mantenerse apacible, aún cuando su sentido común grita que esta vez no podrá burlar a la muerte. A sus espaldas escucha a Senju pedir una ambulancia; la joven suena tan histérica. Da el aspecto de pronto tener un ataque de ansiedad.
Draken la contempla de reojo. Quisiera advertir acerca de lo que habla, pero tiene problemas con su audición; los sonidos se distorsionan y pierden claridad. El ruido de la lluvia se transforma repentinamente en eco. Dura solo unos segundos; luego, el escándalo se muta en algo más lejano. Siente que esta siendo arrastrado a un tunel, porque, de pronto, ya no escucha nada. Esta muriendo más rápido de lo que prevé.
Takemichi es un ignorante de esos detalles relevantes. La lucha interna que tiene, acapara parte de su atención; su esperanza busca aferrarse de algo, pero su maldita razón no esta a favor suyo. Aún así, consola lo mejor que puede a su amigo; sonríe para disfrazar al pánico y la angustia. Articula que todo saldrá bien y las cosas van a mejorar. Asegura a su amigo un futuro, aunque ni siquiera lo cree posible.
Ryuguji, entre tanto, admira a su amigo; considera, con vagueza, habría sido fascinante oír su estruendosa voz por una ultima vez. Quizás eso hubiera hecho su despedida mucho mejor; habría podido tener un deceso sin demasiado remordimiento tras escucharlo lloriquear.
Sí, eso bastaría.
ㅡYa veo ㅡdice, tras largos segundos de silencioㅡ, estoy muriendo.
ㅡ Draken-kun ㅡpronuncia Takemichi con evidente dificultad. Su postura segura se desbarata en cuanto da rienda suelta al llanto.
Senju, quien aún se mantiene atrás, alcanza a oírlo y hace que ella también se desbarate.
Ryuguji, en cambio sonríe, una forma de consolar el alma rota de su compañero; le dice que nada de lo ocurrido es culpa de Takemichi. Sus acciones fueron en base a su voluntad y una deuda que había saldado; Hanagaki salvó su vida, era momento de devolverle el favor. No existía nada por lo que culparse.
Takemichi quiere refutar sus palabras, pero no tiene cómo hacerlo. Hay un nudo en su garganta causando que todo se vuelva más difícil, por lo que solo es capaz de decir el nombre de su amigo.
Su compañero lo contempla. No es tan difícil deducir cuan horrible debe de ser para el chico tener que cargar con una muerte más. Aún así, Draken quiere ser egoísta.
ㅡ¿Sabes? Cuando estaba en la escuela primaria... ㅡcontinúaㅡ perdí un montón de peleas.
ㅡ¿Qué? ¡¿Tú, Draken-kun?!.
ㅡMe metí con los chicos mayores, ya sabes... ㅡmurmuraㅡ. Después de perder, me quedé tirado en el suelo y mire al cielo como ahora ㅡle hubiera fascinado verlo con la misma claridad; sin embargo, omitió ese detalleㅡ; cuando miraba al cielo, todo lo demás se volvía irrelevante para mí. Encontraba paz.
ㅡYo... Entiendo cómo se siente eso ㅡTakemichi se limpia las lágrimas y los restos de ellas.
ㅡPero Mikey... ㅡguardo silencio abruptamente. Fue como sí sus recuerdos comenzaran a manifestarseㅡ nunca vió este cielo...
ㅡ¿Eh?.
ㅡEs una pena que nunca haya experimentado la derrota ㅡa pesar de la placidez con la que se expresaba, su arrepentimiento era visibleㅡ. Realmente, me agrada ese chico. La forma en que carga todo sobre sus hombros y, sin embargo, es capaz de soportar todo ㅡse detiene, esta vez, a causa de la sangre que expulsa por la boca. No es demasiado, pero no lo hace menos alarmanteㅡ. He estado con él a través de todo eso... Es por eso que... Desearía haber hecho algo para ayudarlo.
ㅡDraken-kun ㅡla voz de Takemichi sale en un susurro penoso. De nuevo, parece que se volverá uno con el llanto.
ㅡOye, Takemichi ㅡllama Draken; no hay paz, tan solo inquietud y dolor ㅡ¿Puedo pedirte algo patético?
ㅡ¡Claro! ㅡresponde sonando inútilmente seguro.
ㅡPor favor ㅡruega, mientras las lágrimas brotan con tanta amargura. Se toma unos segundos para tomar la valentía suficiente y expulsar las palabras que, de pronto, se vuelven difíciles de articularㅡ, cuida de Mikey.
ㅡ¡Por supuesto!ㅡ exclama con los trozos de una determinación que duramente sostiene.
Habría sido fascinante para Draken escuchar su respuesta. Quizás, eso podría incitar un poco de calma en él. Lastimosamente, su audición ya no era buena desde hacía rato. Takemichi desconocía tal detalle. Suponía que su antiguo vice capitán viviría.
A lo lejos, el ruido de la ambulancia suena como un eco espeluznante. Parece estar cerca. Para Takemichi, eso es un alivio.
Los paramédicos actúan en cuanto llegan al lugar de los hechos; suben a Draken a una camilla y lo ingresan al interior del vehículo. Takemichi los alcanza. Desesperado, grita el nombre de su antiguo vice capitán. Uno de los hombres le pide que aguarde atrás, pero el rubio no lo escucha; insiste y vuelve a llamar, esperando que el chico reaccione a su voz.
Senju, quien hasta el momento se había quedado atrás, contemplando lo acontecido, observa a su amigo con notable aire trágico. Tiene rastros que indican un reciente llanto.
Ryuguji, entre tanta desdicha, pierde la noción de absolutamente todo. A lo lejos escucha una voz que, poco a poco, se vuelve conocida. La realidad catastrófica se transforma en recuerdos de varios ayeres. Escucha el sonido de un par de motos ir por las calles desiertas y apenas iluminadas. Los chicos en los vehículos no son más que sus amigos de aspecto juvenil envidiables. Portan con orgullo el uniforme de lo que fue su antigua pandilla. Exclaman su próximo destino y se felicitan, por lo que se cree, es el año nuevo.
Cuánta libertad.
En tanto que manejan, hablan de los combates que tuvo cada uno; critican con fiereza a los líderes y pandillas enemigas. El momento pasa a ser vergonzoso con halagos desmedidos, lo que causa el desagrado de unos cuantos. Aún así, con los tropiezos, se vuelve una memoria grata.
Manjiro, antiguo capitán de la Tokyo Manji, es ajeno a lo que ocurre atrás. Está más ensimismado en el camino. Draken experimenta un sentimiento de admiración al verlo, mientras que Mitsuya discute su porte solitario.
Minutos después, acuden a su destino: la playa. El lugar les ofrece una fría bienvenida. Charlan sobre eso y su mejor solución es comprar un par de bebidas calientes; Chifuyu y Hakkai se encargan de ello, entretanto el resto corre por los alrededores del sitio, por sugerencia de Draken.
A lo lejos, esta Mikey, a quien se acerca y al que le pregunta qué sucede. Manjiro le responde alzando su mano hacia el sol que sale y decirle, con una sonrisa tan llena de emoción: ㅡ El mundo será nuestro ㅡ
Draken sonríe junto a él al tan solo escucharlo y le responde, con tanta seguridad: ㅡ ¡Por supuesto! Este año, conquistaremos todo el país ㅡ
Luego de eso, todo se vuelve un destello de sucesos del pasado, de Touman, por lo que Ryuguji ríe amargamente.
ㅡ Mis últimos recuerdos son sobre Touman, ¿eh? ㅡ Las lagrimas de Draken están cayendo. Hay una débil sonrisa en su rostro. Su segunda familia, su hogar, lo acompaña hasta el final y se alegra por ello.
El dolor desaparece. El ruido de la ambulancia llegar es tan difuso que apenas lo puede alcanzar a escuchar, sin embargo, no le da ninguna esperanza. Su vida ha llegado a su fin.
ㅡ Estoy en camino, Emma... ㅡ Murmura, antes de que sus ojos se cierren en un adiós definitivo.
Luego, acabaría teniendo un reencuentro con ella, porque es quien lo recibe. Lleva las mismas ropas que la ultima vez que la vio con vida. Su dulce sonrisa esta ahí y su mano se extiende y toma la suya. Es calido, como siempre solía hacerlo. Aunque esta vez, tal vez tenga la oportunidad de decirle lo mucho que lo amo y lo tanto que lo siente, porque ahora está a su lado.
Takemichi, ahogado en un llanto imparable, acerca su mano a la de Draken siendo recibido una frialdad que le hace temblar. Escucha los pasos de alguien acercarse desde atrás, pero no mira de quién se trata. Nada de eso importa ahora.
Los paramédicos, mientras tanto, hacen su trabajo; se acercan al cuerpo y lo alejan de Hanagaki, lo que ocasiona que la mano de Draken sea alejada de la suya y eso hace que los sentimientos de desliz y compunción sean mucho más fuertes. Intenta, por encima de ello, pensar en nuevas formas de salvar a Draken, de regresar en el tiempo y evitar su muerte. Cree, que solo así, la luz llegara para Mikey, así como un futuro feliz para él. Por tanto, debe hacer algo, restaurar lo que hizo. Tiene que hacerlo.
Busca entre tantas posibilidades, pero, lamentablemente, no llega a nada. Su cordura se esta acabando y solo puede llegar a una conclusión.
ㅡ Tal vez yo debería morir... ㅡ Murmura, abriendo sus ojos de una forma tan lamentable. Ya no hay brillo en ellos. Las lagrimas no son capaces de hacerlos resplandecer, porque Takemichi ha tocado un punto muy difícil.
Senju, que pareció escucharlo, se acerca hasta él y se arrodilla para estar a su altura. Intenta hacer que entre en razón, diciendo que nada de lo que había pasado era su culpa y que Draken estaría bien, él no moriría.
Desafortunadamente, Takemichi no la escucha. Esta bajo un trance, en la caída de su abismo, ya que solo murmuraba que su muerte era la mejor opción posible.
La albina se entristece más por tan solo escucharlo, pero no puede dejarlo solo así. Limpia las lagrimas que aún caen e insiste; le asegura un buen futuro, para todos, que no podrán cumplir, con la esperanza de que Takemichi reaccione.
Tristemente, para Hanagaki, el todo se vuelve nada. Sus pensamientos lo atacan y, en un instante, sus sentidos comienzan a fallar hasta el punto en que ya nada es distinguible.
Eso es extraño e incluso aterrador. Hanagaki se toma su momento para mirar a su alrededor y darse cuenta que ya no estaba en el lugar de antes. Su locación había cambiado. Ya no llovía y tampoco hacía frío. Esa sensación se vio reemplazada por la calidez de una mano que se posaba en su rostro.
ㅡ Draken te lo dijo, no eres el culpable de esto ㅡ Fueron las palabras que soltó aquella presencia desconocida. Su voz era masculina y su rostro no era algo que pudo ser capaz de visualizar, sino hasta después, logrando notar el rojo intenso de unos ojos que apuntaban hacia él.
ㅡ ¿Quien... ㅡ
ㅡ ¿Te encuentras mejor? ㅡ Interrumpio el ser frente a él, limpiando los restos de lagrimas del rubio e ignorando su inquietud.
Takemichi se tenso bajo el tacto de las yemas de los dedos del albino. Estaba desconcertado y confundido, aunado a sus emociones anteriores, lo que hacia que todo en él fuera un caos en su totalidad.
Inseguro, respondió un "si" que apenas pudo escuchar el individuo frente a él.
El otro, por su parte, alejo la mano del rostro de Hanagaki y le sonrió, calidamente ㅡ Perfecto ㅡ Dio media vuelta y miro lo que parecía ser una sala.
Hanagaki, imitó las acciones del albino. Se dio la oportunidad de mirar el lugar por segunda vez y lo extenso que este era ㅡ ¿Una sala de cine? ㅡ Pregunto, sin poder comprender cómo había llegado ahí.
ㅡ Si, este será el lugar en el que el caos sucumbira ㅡ Dijo, con notoria diversión el albino ㅡ El lugar en el que todos conoceran su futuro ㅡ Miro de reojo al rubio, notando la tensión en su cuerpo y la sorpresa que retorcía su rostro cansado.
ㅡ ¿E... El futuro? ㅡ Pregunto el rubio, bajo la convicción de creer que había escuchado mal ㅡ ¿D... De que futuro hablamos? ㅡ Sonrio, incomodamente y con notorio nerviosismo.
El albino giro su rostro y miro al rubio, a quien le sonrió de forma irónica ㅡ Cada uno de los futuros que solo tú has sido capaz de cambiar ㅡ Acerco su mano al mentón de Hanagaki, centrándose en el pánico que ahora reflejaba ㅡ Es momento de que vean su futuro siendo reescrito una y otra vez ㅡ Y con esas palabras, termino por alejarse de Takemichi, dejando que procesará esa información.
El albino camino por la sala, esperando que todo estuviera en orden. Después, se acerco a uno de los asientos y tomo la mascara que llevaría con él por las próximas horas. Una tradición que, personalmente, detestaba, pero era parte de lo que debía hacer.
ㅡ ¿Sabes sobre los viajes del tiempo? ㅡ Pregunto el rubio, inconscientemente. El caos en su interior seguía y solo caía más en el.
ㅡ Si, su pasado y futuro, los viajes en el tiempo, sus pensamientos e incluso tus propios pensamientos ㅡ Respondió, sin titubeos, bajo la atenta mirada de Hanagaki ㅡ Tu vida escrita en un libro que nadie más que yo podría leer ㅡ
_¿Un libro?_
La expresión de Takemichi fue un circo que el albino disfruto, mientras que para el rubio todo era intranquilo. El hecho de que alguien ajeno a sus amigos conociera su travesía, resultaba extraño, confuso y vergonzoso. Sus logros y sus derrotas, sus momentos más miseros habían sido vistos por alguien más, era algo que nunca pudo haber imaginado, pero un hecho aún más imposible era que todos conocerían eso que no pudo contarles a todos. Lo verían y sabrían su realidad como viajero del tiempo. Eso lo inquietaba, lo ponía en un estado de nerviosismo que parecía ir hacia la ansiedad. No quería que eso pasará, porque todos sabrían de sus muertes y que él no pudo evitarlas, ninguna de ellas.
ㅡ Yo... ㅡ Intento negarse a esta mala idea, pero las palabras no salieron por mucho que lo intento. Eso le generaba una crisis.
El albino se dio cuenta de ello, así como también de su negación. Lo comprendió, por ello, se acerco hasta él y con suavidad, le hablo ㅡ Los nuevos acontecimientos generan nuevas oportunidades ㅡ Dijo, atrayendo la atención de Hanagaki ㅡ Tendrás una nueva oportunidad, Takemichi; salvarlos a todos puede ser posible ㅡ Aclaro.
El rubio con esas palabras hizo que sus ojos recobraran un poco de vida. Un brillo de esperanza.
ㅡ ¿Eh? ¿En serio? ㅡ Cuestiono, mirándolo. Su voz ya no sonaba tan opaca.
El albino asintió y con su mano señalo la pantalla ㅡ Pero el riesgo esta en ti. Tú decides ㅡ
Hanagaki lo miro a él y después a la pantalla. Era un riesgo muy grande, mayor a cualquier otro, pero obtendría una oportunidad significativa; sería capaz de salvarlos a todos, incluido Mikey, les daría un futuro feliz. Tendría una nueva oportunidad. Todos vivirían, él haría eso posible. Lo cumpliría, así como también no defraudaría la palabra de Emma, de Baji de Draken.
Pensarlo y verlo de esa forma hacía que los ojos de Takemichi brillaran cada vez más, recobrando la vida que hubo en ellos alguna vez.
Si, ¡Puedo hacerlo!
Se dijo a sí mismo. Lo haría por todos sus amigos, no importaba qué.
El albino al notar ello, sonrió ㅡ Vamos la primera fila ㅡ Se coloco su mascara y camino cuesta abajo, guiando a Takemichi.
Hanagaki lo siguió en silencio. Pensaba profundamente en su decisión. Estaba nervioso, sin embargo, no afectaba su decisión, porque su querer por salvar a todos era más fuerte que nada. Por otra parte, debía decir que estaba asustado. No tenia una idea clara sobre lo que pasaría a partir de ahora, pero algo era seguro, volvería a verlos a todos. No estaba listo para eso, sin embargo, sonríe, ya que verá a sus amigos.
ㅡ Toma asiento ㅡ Le pide el albino al llegar a la primera fila. Le señala el tercer asiento, mismo que toma Hanagaki, mientras tanto, él se queda de pie.
El silencio llega a la sala. El albino mira todo por ultima vez. Su expresión esta llena de una extraña diversión por lo que sucederá a continuación. Sin esperar más, su mano se alza a la altura de su cabeza. Sus dedos danzan en un ligero movimiento que ocasiona un chasquido que genera un eco en la sala, rompiendo toda tranquilidad.
Solo son suficientes algunos segundos para que las pandillas hicieran su aparición, todas con un asiento asignado y con una distancia adecuada para evitar conflictos.
Rápidamente, la confusion llena el lugar, otros con molestia, se preguntan donde se encuentran. Algunos más, estaban en alerta ante cualquier movimiento extraño. Sin embargo, antes de que alguien decidiera alzar la voz y cuestionar, un nuevo chasquido hace eco y con ello, la pantalla frente a ellos se enciende.
ㅡ La reciente disputa entre la pandilla Tokyo Manji ha cobrado la víctima de inocentes ㅡ Anuncia el noticiero, mientras que de fondo se presenta la imagen de un camión que había estampado contra una agencia.
Todos escuchan y miran la pantalla e instantáneamente, la tensión llega a la sala junto a un mar de reacciones; nadie cree en lo que ve y escucha, sobre todo, Touman. Ellos se llevan el mayor peso, preguntándose cómo habían llegado a ese punto, involucrando inocentes en sus asuntos. Quieren creer que se trata de una broma de mal gusto y están a punto de ir en contra de quien haya organizado esto, mas se ven interrumpidos.
ㅡ El futuro yace frente a ustedes ㅡ Hablo el albino, con el brillo de sus iris que miraban expectantes la confusion y molestia en Touman ㅡ Una larga noche nos espera y frente a ustedes, el caos en el que se encuentran aparecera ㅡ Dio media vuelta y camino hacia la primera fila ㅡ Sean bienvenidos ㅡ
Ustedes con la esperanza de que Draken sobreviva y yo matandolo, no ayuda en nada
Espero que hayan disfrutado del capitulo y haya sido de su agrado
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