era el cumpleaños numero 40 (4 años humanos) de su pequeña hijita y se había asegurado de que todo estuviese perfecto, una gótica fiesta infantil se había dado en el salón del hotel, con miles de monstruos aplaudiendo y celebrando para la hija del conde Drácula.

ya habían roto la piñata y ahora la cumpleañera comía de su pastel gritón junto con los demás monstruos infantes, tan solo verla ahi,protegida,sana y salva y con una sonrisa en su linda carita le traía tanta calidez a su destruido corazón.

sentía que se había reparado solo por un momento, así podrían seguir arrojando las cosas sucias y dolorosas otra vez su corazón de lavadora.

los zapatos sucios eran sus recuerdos, la ropa sucia eran todos esos sentimientos que aun le dolían.

-Martha...-suspiraba entre suaves sollozos.-si tan solo estuvieses aquí, podrías ver a tu preciosa hijita,a nuestra Mavis y como ha crecido a ser la vampirita mas linda de todas.

en otra mesa, con sus amigos alcohólicos la fiesta nunca terminaba, aunque el fuese el único sobrio en la mesa, su copa aun seguía llena, de verdad que no tenia ni ganas de estar ahí pero si eso le bastaba para poder despejar su cabeza, seria lo mejor, Wayne ya había caído rendido en el suelo, Griffin se encontraba diciendo cuantas estupideces se le ocurrieran mientras sostenía su copa en lo mas alto y Murray no dejaba de reír y servirse mas licor cada que su copa se encontraba vacía, el que aun tenia fuerza para controlar su ebriedad era Frankenstein ,quien soltaba sonoras carcajadas cada que veía el espectáculo entre los tres

-¡Santa no me quiere, porque yo le he pedido regalos y no me trae ni madres!.-Gritaba un borracho Griffin sobre la mesa, llorando de manera exagerada mientras se abalanzaba de lado a lado.

-¿no querrás decir que el Krampus no te quiere?.-Murray expreso con un ligero hipo mientras llenaba su vaso hasta el tope nuevamente.

-¡shhhhhhhh,cashate imbecil!.-Griffin lo golpeo torpemente.

-perate perate carnal,no debemos peliar.-Murray levanto sus manos en señal del paz.

-ay no puede ser...-Frank nego entre risas mientras llevaba su mano a su boca para tapar sus carajadas y rápidamente volteo a ver al conde.- ¿estos dos estan locos, verdad?...

Pero nadie respondió. Cuando se dio completamente la vuelta para encontrarse con él, lo vio fijado en la ventaba, mirando atreves de esta, algo en la mente del gigante le estaba dando una idea de lo que estaba pasándole.

-¿Drac?.-pregunto Frank, tratando de escucharse comprensivo, pero en retorno solo recibió silencio.

al asomarse para tener una mejor vista, pudo presenciar como algo corría por las mejillas del vampiro.

eran lagrimas.

estaba intoxicado por la cerveza,pero aun estaba consiente y sabia perfectamente lo que le pasaba, despues de todo, tras lo que paso, el fue de los pocos que se quedaron a su lado para acompañarlo en aquel duelo tan fatídico.

entonces, Frankenstein puso una de sus manos sobre el hombro de Drac para poder darle consuelo en forma de palmaditas, pero con ese simple tacto,  el vampiro de ojos azules se estremeció y rompió a llorar dejándose caer sobre la mesa, no le importo si su amigo lo abrazaba en ese preciso momento.

era lo que mas necesitaba.