la capitana Ericka había entrado a su vida de manera tan sorpresiva, tan solo con su encantadora y emblemática presentación logro dejar a Drac sobre sus rodillas por ella, sonriendo como un tonto con las mejillas ardiendo con su clásico color rosa y su corazón latiendo con una tremenda desesperación, tan solo tener la oportunidad de tenerla cerca suya lo dejo tan indefenso y tímido.

sin darse cuenta se había vuelto a enamorar y su corazón de lavadora parecía haber finalmente dejado de funcionar o mas bien de limpiar tanta ropa sucia.

ella era  una mujer tan preciosa, tan entusiasta, tan perversamente misteriosa y hermosa, con una coqueta voz, una bella cabellera blanca y esponjosa, cuyos ojos eran idénticos a los de él.

finalmente, es lo que necesitaba, el amor que tanto quería, tenían una química tan perfecta, él la entendía tan bien y ella lo entendía a él.

él la amaba tanto sin darse cuenta de su oscuro pasado.

las cosas no fueron como debían ser, pero pronto Ericka empezó a mostrar empatía y cariño hacia aquel conde, dándose cuenta de que todo lo que le habían dicho era falso, la había ayudado a olvidar su nombre y dejarse querer, lo que nunca nadie hizo con ella, Drac lo hizo y no quiso a nadie mas, empezó a verlo con diferentes ojos y sentimientos.

¿por que no yo?