Cuatro años después....

Judá esquiva con facilidad la espada de Augusto, la esgrima resultó ser uno de sus pasatiempos favoritos acompañada de otras destrezas y es muy hábil en ellas

-Eso es todo-se burla

-Oh ya te crees mucho-intenta tocarlo Augusto sin ningún resultado

Judá logra hacer que suelte la espada, ahora tiene la de él en el cuello de Augusto quién respira frenéticamente debido a todo el ejercicio que habían echo

-Te vencí de nuevo-baja la espada-eres cada vez más malo-avanza acomodando su espada

-Oh tú eres cada vez más bueno-se excusa-serias un excelente soldado

Judá suelta una pequeña risa

-Yo no podría ser uno-se sienta- sería la deshonra de mi gente y mi familia

-Yo no lo veo así-hace lo mismo que él-te daría respeto y ganarias bastante bien

-Me tendría miedo, no es lo mismo que el respeto-se frota las manos-ese es el problema con los romanos, confunden el respeto con el miedo

-Claro que si, la única manera en que te respetarán es si les influyen miedo de otro modo no funciona

-No-se queda pensando-¿Has visto al nazareno?lo respetan y no le temen

-Caifas le teme

-Porque amenaza su poder-lo observa-sabe que si sigue así tendrá muchos seguidores y el Sanedrín quedaría sin poder alguno

-¿Lo estás justificando?-sorprendido lo mira

Judá frunce el ceño

-Dicen que es un mesías

-¿Y tú les creés?-se burla-todos lo son-lanza una roca

-Una vez lo escuché, nunca había oído a nadie hablar así dejo callado a cada sacerdote que le preguntaba, me confunde

-Bueno, tú dices que él es respetado pero mucha gente lo aborrece

-A los romanos también, los celotas han matado a muchos de ellos, ¿Esa es la clase de respeto que quieres?, Serías respetado por los romanos pero los judíos te odiarian

-No me importa

-Es tu gente, ¿No te importa ser odiado por tu gente?

-No

Judá mueve la cabeza desaprobatoriamente, él sabe que Augusto prefiere mil veces a los romanos a pesar de que los judíos también son su pueblo, su padre le ha metido algo de odio por ellos

-Bien-se levanta-me voy

-¿Pensaras mi ofrecimiento?-le agarra el brazo

-Tal vez, de todas maneras no creo poder hacerlo, soy un judío

-¿Y?, Papá es el centurión y te ayudará a entrar además no pareces judío

-Por fuera pero por dentro soy más judío que todos

-Eso se quita no te apures, una vez que conozcas el poder y la gloria te olvidarás de ello

-Que fácil no-se recarga en un árbol

-No dejare que te vayas hasta que me prometas que los reconcideraras-le pone la espada en la garganta

-Bien-la aparta bruscamente

Augusto sonríe, recoge su espada y se va primero que Judá quién observa hacia el Golgota donde hay gente de su pueblo crucificada, delirando a punto de morir sufriendo mientras los soldados se burlan de ellos y los insultan

-Como podría yo estar ahí-dice para sí mismo

Levanta su espada y se retira. Llega a casa y encuentra a su hermana acomodando un vestido

-¿Mucho trabajo?

Hasada da un pequeño saltito

-Me asustas-vuelve su mirada al vestido-un poco es para Miriam, ya se va a casar

-Que bueno

-No te pongas triste habrás otras mujeres

-Creo que fui yo quien la dejó-se sienta-no tengo porqué estar triste

-Segun yo ella te dejo porque no te quisiste comprometer

-Como haya sido, no me siento mal sino todo lo contrario, me alegra que haya encontrado un hombre que..

-No le teme al compromiso-lo interrumpe

-Yo no le temo, simplemente creo que no es momento de casarme-se queda un momento en silencio-¿Qué hay de ti?

-No tengo un pretendiente

-Lamento que Augusto no haya aceptado

Hadasa lo mira de mala manera, hace poco su madre se la ofreció en matrimonio y él la desprecio por ello no se han podido hablar,desde entonces ella tiene vergüenza

-Nisiquiera me lo consultaron, solo les importaba casarme con él por su posición social y su dinero, no les importo si yo lo amaba o no

-Eso te molesta-ella ladra la cabeza-¿Me refiero a que no te haya amado?

-No-baja la mirada-Desde que compraron las tierras y nuestra situación económica mejoro-se dirige hacia su hermano-han olvidado de dónde vinimos y solo buscan congraciar con gente de dinero

Judá se quedó callado, no podía replicar nada puesto que ella tenía razón, sus padres se habían vuelto altaneros y presumidos.

-Me ofreció ser soldado-solto derrepente

-¿Aceptaste?-contesto sería

-No

- Temía que dijeras que sí

-Me pidió pensarlo, aún nose qué hacer

-Mirame-se planto delante del él-estarias dispuesto a matar a tu propia gente, a arrestarlos y crucificarlos porque si es así te dejare de hablar para siempre-replico molesta

-No estoy diciendo que voy a aceptar

-¡Ni tampoco que no lo harás!

-Hey, no me hables así que sigo siendo mayor que tú

-¿Qué tienen?-se acercó Booz-o tampoco es de mi incumbencia

-Callate-lo regaño Judá

-Esto si te incumbe-Hadasa se puso entre los dos- Tú hermano está pensando en convertirse en un soldado romano

Booz lo miro desconcertado

-¡Qué!-se puso frente a él-no te conté lo que ví de niño, ¡Estás pensando ser uno de ellos, un asesinó!

Judá miraba divertido a ambos hermanos

-Estas cambiando totalmente lo que dije-se dirigió a Hadasa-nunca dije que lo sería y estoy bastante seguro que no lo seré, ustedes de exaltan luego luego

Booz sonrió aliviado y abrazo a su hermano quién le gana por casi una cabeza

- Sabía que no me fallarías-le sonríe

El día estuvo tranquilo, cuando su padre llegó Hadasa feliz le contó la noticia sobre Judá, ella quería que él se sintiera orgulloso de él tanto como lo estaba ella.

Su padre se dirigió a la habitación de Judá

-¿Podemos hablar?-asomo la cabeza

-Claro-sorprendido le abrió la puerta para que entrara completamente

-Supe que te ofrecieron ser soldado-se paseo por el cuarto

-Así es

-Mmmm y también supe que rechazaste eso

-Sí

-¿Porque?- Judá resultó sorprendido por aquella pregunta

-Bueno no quiero traicionar a nuestra gente, además mis hermanos me odiarian

-¿Porque no me lo consultaste?

Las respuestas de su padre cada vez lo confundían más

-Bueno, creo que soy lo suficientemente grande como para tomar mis decisiones y además nunca te he consultado nada

-Porque no eran cosas con importancia-se queja, en realidad Judá nunca había consultado absolutamente nada de lo que hacía con nadie y mucho menos con su padre, su comunicación no era la mejor precisamente

-Nunca te he pedido permiso ni opinión en ninguna de mis propuestas-se defiende-nunca te ha importado-susurra casi con los labios inmóviles

-¿Perdón?-continua-¿Me lo estás echando en cara?

-No-se excusa

-La última vez que te pedí hacer algo lo echaste a perder, destruirte la poco confianza que comenzaba a tenerte

-¡Tenía sólo cuatro años, dime qué niño de esa edad tenía tantas responsabilidades como las que me diste!

-¿Me estás culpando?

-No fue culpa de nadie-baja la mirada

-¡Fue tuya!-lo señala molestó-¡Tú serás un soldado!-solto derrepente apuntandolo

Judá lo miró confuso y deshorientado, no podía creer lo que estaba escuchando, los ojos de su padre lo miraban como una cobra mira un inocente conejo, era tenebroso nunca se le había visto así

-¡Me oíste!-le repite furioso

-¡No voy a hacer lo que tú quieres, estás loco, me odiaran!

-Nos dará el reconocimiento que durante tanto tiempo emos buscado

- Tú eres quien lo busca-se dirigió a la puerta-no voy a hacer algo que no quiero solo para aumentar tu ego

-Entonces supongo que quieres que diga la verdad- Judá se detiene en seco y respira agitadmente-¿Qué crees que pensara Booz de ti?, Te odiaria por ser un asesino

-No fue mi culpa

-Veamos que piensa él, veamos si él piensa como tú

Su padre avanza a la salida amenazante y si escrúpulo alguno, sabe que la debilidad de Judá sobretodo es su hermano, el lo crío prácticamente y lo cuido como a nadie, ponerlo en su contra sería lo peor que alguien podría hacerle

-Espera-su padre hace una pequeña sonrisa victoriosa y se regresa hasta quedar frente a Judá-lo haré-dice con todo el dolor de su corazón

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Holaaaaa este es el siguiente capítulo jeje espero que les haya gustado, estoy intentado hacerlos largos pero no tanto para que se entretengan un rato díganme qué les pareció, que opinan, ¿Les está gustando?