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ix.

UN PITIDO CONSTANTE ERA LO ÚNICO QUE CECILY OYÓ DESPUÉS DEL CAÑONAZO QUE DABA COMIENZO A LOS JUEGOS DEL HAMBRE. No sentía sus piernas pero eso no evitó que corriera hacia delante lo más rápido posible para agarrar lo que pudiera antes de largarse de ahí con vida. No quiso mirar hacia los lados para evitar distraerse y agarró dos mochilas de un tamaño no muy grande, una para ella y otra para Brett. Seguramente ese fue el primer error que cometió puesto que un cuerpo se tiró sobre ella, seguramente queriendo lo que acababa de coger la rubia. Notó como este le agarraba el cuello intentando afixiarla y entre tanto movimiento se dio cuenta de que era el chico del Distrito 6. Trató de aclarar su mente para recordar lo que había aprendido días atrás y despúes de un par de intentos consiguió quitárselo de encima golpeándolo con la rodilla en sus partes nobles, una pena, pensó, pero aquí todo vale.

Volvió a ponerse en pie dándose cuenta rápidamente de la situación al notar los primeros cañones que indicaban la muerte de un tributo, y corrió de nuevo como alma que lleva el diablo hacia la dirección que había acordado con su compañero, siendo esta la entrada de una calle estrecha muy cercana a donde había estado él al salir de la lanzadera. Le pasó la mochila y se adentraron en la misteriosa Arena queriendo huír de allí lo antes posible. Los cañones todavía no dejaban de sonar, cuando parecía ser el último otro sonaba a los pocos minutos, se cruzaron con otra tributo pero ella no les hizo mucho caso queriendo escapar del resto ( y seguramente pensando que no la matarían ).

Una vez que Cecily consideró que estaban lo suficientemente alejados de la Cornucopia, puesto que las calles parecían ser rectas y cuadriculadas por lo que no podrían estar dando círculos, redujo su velocidad hasta pararse y el niño que la acompañaba también cesó su paso respirando hondo por el cansancio. A pesar de estar un poco mareada por el esfuerzo de correr durante casi media hora, observó a su alrededor fijándose en los edificios.

―No sé muy bien qué podemos hacer, la lluvia sigue y estamos empapados pero si nos metemos en algún edificio corremos el riesgo de que nos cacen los profesionales y no tengamos salida. Aunque me ha parecido ver algunos carteles de refilón mientras corríamos por lo que sugiero no meternos en ninguna casa ni tiendas de comida, serán los primeros lugares que miren.

―Está bien, si quieres podemos escondernos ahí. Es una tienda de botánica por lo que posiblemente encontremos algo que nos sea útil, ¡y las ventanas tienen persianas, perfecto!

―Claro, probaremos a abrir la puerta. Espero que no tengamos que forzarla ya que sería una desventaja si nos escondemos aquí. ¡Genial! Parece que, por una vez, la suerte sí está de nuestra parte.

La puerta se abrió sin problemas, haciendo sonar la campanilla que se encontraba sobre esta ( mentalmente Brett se anotó recordarla ) y la volvieron a cerrar detrás de ellos poniendo los cerrojos que portaba. Cada uno bajó la persiana de su respectiva ventana dejándo solamente pequeñas ranuras para que la luz entrara sin que los vieran desde fuera. Alejados de las ventanas se quitaron las chaquetas empapadas dejándolas colgadas para que se secaran un poco y se sentaron detrás de el largo mostrador frente a frente con la idea de descubrir el contenido de las mochilas. Las vaciaron y se dieron cuenta de que tenían los mismos elementos: una cantimplora metálica vacía, dos metros de cuerda, un pequeño recipiente con lo que parecía ser frutos secos y una manta térmica. Como era de esperarse no había ningún tipo de arma, ni siquiera una navaja, pero podrían apañárselas bien, al menos hasta que se les acabara la comida.

El problema que tenían en esos momentos era encontrar agua, curiosamente revolvieron todo lo que se encontraba entre las cuatro paredes pero no hallaron ninguna fuente de agua, ningún grifo, contenedor ni baño. Había una rendija en el techo por lo que la chica subió en sus hombros a su compañero y este tras unos minutos logró abrirla. Del orificio salieron unas escaleras de cuerda por lo que se dispusieron a escalar presentiendo que tal vez se podría tratar de un ático. 

Se encontraron con que era una especie de invernadero con cristaleras grandes así que se agacharon ante una señal que hizo Cecily y avanzaron sobre sus rodillas y manos en silencio ( no sabían quién podría estar cerca, cualquiera podría verles ). Comenzaron a observar lo que había y Brett encontró herramientas de cuidado agrario así que agarró una hoz y un cuchillo pequeño que parecía haber servido para cortar tallos de plantas. Le pasó ambas cosas a la otra tributo pero esta solamente cogió la hoz para que él tuviera un arma con la que protegerse.

Había algunas plantas que reconocieron al instante como comestibles pero como de otras no estaban seguros, y viendo que había una con bayas venenosas, decidieron agarrar solamente las que ambos identificaron como comestibles y un par de las venenosas a parte para poder usarlas en algún momento si fuera necesario. 

―Ahí hay un charco de agua porque el cristal del techo está roto en esa esquina, y si... ¿recuerdas la tercera clase que tuvimos de supervivencia?

Cecily paró unos instantes en seco para pensar, y entonces comprendió a lo que el muchacho se estaba refiriendo. Gracias a la constante humedad que había en el lugar habían crecido algunas plantas que de normal solo aparecían en lagos o ríos, incluyendo plantas purificadoras.

―Sí, y con ese contenedor vacío podemos recolectar el agua de la lluvia y después purificarla. Eres brillante, Brett.

El menor se sonrojó no acostumbrado a los elogios y ambos se pusieron manos a la obra para dejar todo listo y así poder descansar. Regresaron a la planta baja de la tienda y dejaron medio cerrada la rendija por si hiciera falta hacer una huída rápida de ahí. La mayor decidió hacer la primera guardia para que Brett descansara asegurando que cuando ella sintiera la necesidad de dormir le avisaría. Y a pesar de no ser de noche todavía, el muchacho se acostó en el suelo con una manta térmica encima, detrás del mostrador, mientras que Cecily enganchó una silla que estaba tirada por el suelo para trabar la puerta.

Iba a ser una noche larga, de eso estaban seguros. Escondida pero con buenas vistas a las ventanas y puertas, la rubia se sentó en el suelo con hoz en mano y las mochilas recogidas al lado por si acaso. Hizo una lista de los acontecimientos que habían sucedido desde que su nombre salió en la cosecha hasta ese momento, pasando desde la desgarradora despedida de su familia, las preparaciones y el inicio de los Juegos. Todavía recordaba el rostro del tributo del que se defendió y no pudo evitar volver a pensar si estaría muerto o no. También reflexionó sobre qué estarían diciendo los mentores de su distrito en esos momentos, ¿estarían orgullosos?, ¿preocupados? ¿Ya tendrían algún patrocinador dispuesto a ayudarles?

Y por último se preguntó qué pensarían sus familiares de ella, ¿su hermanito pequeño la vería con los mismos ojos en televisión después de atacar a otros niños incluso si eso fuera para volver a casa? ¿Sus padres, abuela e incluso hermano mayor creerían en ella?

¿Ella podría sobrevivir los Juegos del Hambre?





Como habéis podido ver, la Arena que he elegido es una ciudad deshabitada a simple vista normal pero en los próximos episodios veremos que no es así (aunque tampoco es tan tan intensa como en los 76° Juegos del Hambre / sinsajo parte 2). Ya tengo claro cómo se van a desarrollar los acontecimientos y los giros que habrá por lo que tengo ganas de que lo leáis.

Cecily y Brett son el dúo de supervivencia perfecto, y adoro su dinámica. Quiero aclarar que a ella le recuerda mucho a su hermano y por eso quiere protegerlo y a él le recuerda a su madre, alguien protector. Pero también estamos en los Juegos del Hambre y aquí las buenas voluntades acaban desapareciendo tarde o temprano, debido al constante conflicto de qué es lo correcto, cómo sobrevivo...

Tenía este capítulo a medias desde hacía unas semanas pero finalmente lo he conseguido terminar, espero que lo hayáis disfrutado ( dentro de lo que cabe XD ).

Por ahora no ha habido mucha interacción con el resto de tributos pero tranquilos, la cosa va a cambiar con el desarrollo de los Juegos.

¡Hasta el próximo capítulo! ❤️

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