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🐺 EXTRA 🐑

─ Yoongi me duelen mis piecitos ─ murmura con un mohín el omega gestante quien se mantenía acostado sobre la gran cama tamaño matrimonial que ambos compartían. El nombrado sonríe deshaciéndose de sus zapatos y uniéndose a la cama para mimar a su consentido omega.

─ ¿Quieres que tu alfa te haga un masaje, amor? ─ se coloca con cuidado a la altura de los pequeños pies.

Jimin sonríe gustoso y asiente energéticamente acomodándose mejor para que el pálido pueda consentirlo tal y como a él le gusta. Yoongi no hace esperar a su bebé e inmediatamente toma su piecito comenzando a dar suaves caricias, desde planta hasta los dedos, siendo cuidadoso de no ser brusco y lastimarlo.

Observa a su amada pareja cerrar los ojos y comenzar a ronronear como un tierno gatito, mientras su pequeña mano acaricia su abultado vientre de seis meses y medio donde su copito de nieve (como Jimin lo apodo) se está formando.

En todo este tiempo Jimin se volvió una bolita sensible que lo único que exige es atención en todo momento, haciendo su berrinche cuando no obtiene lo que quiere y rompiendo a llorar como el cachorro sensible que es. También se volvió un omega muy intenso en el área sexual, queriendo recibir el nudo del alfa casi todas las noches y como negarlo cuando el mayor también disfruta hacerlo suspirar, temblar, gritar y retorcerse de puro placer.

La primavera había llegado junto con la completa madurez del omega oveja, quien se había entregado por amor al alfa que una vez le tendió la mano y cuido tanto de él; ahora le había dado una verdadera familia y un cálido lugar el cual puede llamar hogar.

La cabaña también cambió mucho, pues Yoongi se encargó de mejorarla para sus dos bebés. Ahora ya no era solo él, antes no se preocupaba por cosas tan simples como el aspecto de su casa; pero la situación cambió en su totalidad y quería que su familia recibiera lo mejor.

Por eso aprovechando los primeros meses de embarazo de su hermosa pareja levantó un muro de madera sólida alrededor de la cabaña a la cual también le cambió el techo y piso remodelando las habitaciones, quitando el polvo almacenado de años y desechando los muebles viejos reemplazandolos por unos nuevos. Sembró un hermoso jardín en la parte delantera y viendo que era un área cercana a la cocina colocó una mesa con su juego de sillas, donde podían desayunar al aire libre.
A los árboles cercanos les cortó algunas ramas pues los consideraba un peligro; sin embargo solo fue lo necesario y aún así siempre le ofrecían la suficiente sombra.

Y aún no acababa, tenía tantas cosas en mente; pero consideraba que el embarazo de su cachorro ya estaba bastante avanzado y lo mejor era pausar sus proyectos para un futuro, pues lo que más deseaba era estar para su omega en los meses más difíciles.

Aún así en pocos meses Yoongi logró lo que en años jamás había considerado hacer; pero esta vez valía la pena.

─ Alfa quiero besitos ─ murmuró después de un rato de recibir masajes en sus piecitos.

El mayor no respondió, pero sus movimientos dieron la respuesta positiva que Jimin esperaba.

Con mucho cuidado el pálido se colocó a la altura de Jimin, el omega inmediatamente buscó la calidez que su cuerpo le ofrecía, recostando su cabeza en su firme pecho y apretando su camisa con sus puñitos porque no quería dejarlo ir nunca. Yoongi beso la cabellera blanca de su bebé mientras acariciaba sus afelpadas orejitas; el aroma de los duraznos venía combinado con el de la leche, recordando que su cachorro estaba ahí y que pronto podrían cargarlo en sus brazos y darle todo el amor que con el pasar de los meses se iba acumulando.

Yoongi se sentía tan feliz, agradecido y sobretodo completo, Jimin era eso que no sabía que necesitaba.

─ Hyung, hay algo que tengo que confesarte ─ mencionó levantando el rostro buscando la mirada de su alfa, amaba que aquellos ojos azules lo miraran como si fuera lo más valioso, lo hacía sentir especial y amado.

─ Dime, cachorro ─ a pesar de ser su omega y estar esperando un hijo de él, para Yoongi seguía siendo su bebé, por ello él apodo cariñoso él cual Jimin amaba escuchar y en ocasiones también lo ponía sensible.

─ Hoy mientras estabas en el pueblo la partera vino a revisarme ─ Yoongi había buscado a una omega experta en este ámbito, quería que cuando su pequeño llegará al mundo lo hiciera en las mejores condiciones y con la ayuda de alguien con el suficiente conocimiento. Se trataba de una omega mayor, casi rozando la tercera edad, al ser un cambia forma cisne no presentaba ningún peligro y eso bastó para que Yoongi la eligiera.

─ ¿Qué dijo amor? ─ estaba atento, quería saber que tal andaba su cachorro.

─ Mi embarazo avanza con normalidad, mencionó que a partir del séptimo mes debía pasar más tiempo en reposo y comer sumamente saludable ─ comenzó a compartir las palabras que la omega había dicho ─; también que sus visitas serán más seguidas.

─ Me parece perfecto ─ Yoongi no tenía ningún problema, lo que sea por la seguridad y bienestar de sus dos bebés.

─ Pero no es lo único que me dijo ─ aquello llamó la atención del alfa, quien noto un brillo diferente en los ojitos de su pareja; mas la sonrisa emocionada que formaron sus rechonchos labios le hizo sentir que las bendiciones por parte de su omega continuaban ─. ¡Son dos! ─ su voz demostró toda la felicidad que su corazón sentía.

Yoongi quedó atónito por leves segundos mientras su mente procesaba lo anteriormente revelado.

Dos cachorros, dos tiernos y dulces corderos o lobos corriendo de aquí para allá dejando huellas de sus diminutos pies por doquier; dos hermosos cachorros productos de un amor que seguía creciendo cada día más, dos personitas las cuales se sumarían a su tesoro más valioso.

Yoongi no pudo contener las lágrimas porque aquella imagen fue hermosa, sus sentimientos se desbordaron como cascadas, corriendo con libertad como las cristalinas aguas.

Jimin sonrió y besó sus labios temblorosos con inmenso cariño y amor. En realidad él ya lo presentía, su omega le hacía sentir que no sólo se trataba de un cachorrito y al ver el tamaño de su vientre, (más grande de lo normal para los meses que tiene), la partera se lo confirmó después de hacerle otras observaciones a parte de esa.

Yoongi correspondió el beso, tomando sus rechonchas mejillas con absoluta delicadeza, como si se tratara de la flor más delicada de todas.

─ Gracias por llegar a mi vida, te amo demasiado Jimin ─ llevó su gran mano a su vientre durito y ahí repartió múltiples caricias, para que su alegría y felicidad también le fuera transmitida a sus bebés, ahora eran tres bebés los que se encargaría de cuidar y proteger ─, los amo a los tres ─ agregó ronroneando con gusto.

Y la felicidad que sintió el omega al escuchar aquellas palabras se pudo sentir con fuerza en sus feromonas, así como también el inmenso amor que sentía hacía su alfa, a quien en un principio le temió; pero ese temor se desvaneció en cuestión de días transformándose en el amor más puro y sincero de todos.

Yoongi jamás se cansará de agradecer a la diosa Luna por haberlo guiado hacía su mayor tesoro aquella noche de invierno, cuando sin buscarlo sus mismos pasos lo llevaron donde el pequeño ser que traería la calidez que tanto él y su alfa necesitaban.








Fin.




Gracias por leer hasta el final, espero les haya gustado ❤

Nos seguiremos leyendo en mis otros fics, l@s quiero.

Añioo.

04/01/22.

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