el alfa se movía rápido entre las personas a su alrededor.

la mayoría de personas posaban su mirada en él. podía ser por la forma en que estaba maniobrando con dos botellas de champaña y un maletín a las diez de la mañana o puede ser por el simple hecho de que es hermoso.

es un alfa hermoso y él lo sabe.

claro que lo sabe.

lo sabe desde que tiene doce años y se presentó como un alfa. justo en ese momento todo el mundo cambió.

todo cambio.

las personas lo veían como un alfa fuerte y con un aroma intenso a romero y lavanda. las personas ahora lo veían como un alfa alto, con un rostro angelical y rizos hermosos.

todo cambio.

los omegas y betas luchaban por su atención. las personas le daban cumplidos todo el tiempo.

además de que a la hora de cuando perdió su virginidad a los 16 años, el alfa se dio cuenta del poder que tenía en sus manos.

él era un casanova.

con un omega o beta nuevo cada noche.

con alguien que rogaba por él.

y eso le agradaba.

llevando esa rutina desde los 16 años. claro que con protección y chequeos.

—tenemos que celebrar. —entró a la pequeña cafetería.

el omega frente a él tenía una bandeja en sus manos con deliciosos  muffins calientes y dos humeantes tés de arándano.

el omega de ojos azules lo vio con diversión y entregó el par de muffins a las dos omegas de edad avanzada.

ambas le ofrecieron una sonrisa y louis regreso a su lugar detrás del adorable mostrador que harry mismo le había ayudado a construir.

louis lo vio con esa hermosa mirada azulada que solo tiene él. lo vio con atención y comenzó a preparar la taza de café habitual del alfa.

louis ha sido su mejor amigo desde que nacieron, incluso puede decir que antes de nacer ya estaban destinados a ser mejores amigos. sus madres eran mejores amigas, entonces por subsecuencia ellos eran mejores amigos.

siendo complicado cuando él omega se presento.

con el alfa dándose cuenta que no solo podía ser su mejor amigo.

pero aún así no podía simplemente decirle y que el omega lo rechazara, después que este le dejara de hablar.

no podía perder a louis.

así que no hay nada mejor que esconder y enterrar ese sentimiento.

con el tiempo el sentimiento simplemente... se convirtió en un sentimiento que podía evitar.

y el sexo lo podía conseguir en cualquier lugar.

pero louis.

louis seguía siendo su louis.

sus noches de chocolate caliente, sus noches de abrazos dulces y sus noches de hablar sin parar, con lágrimas y carcajadas sin parar.

ese era su louis.

y siempre lo sería.

o eso esperaba.

—¿champaña? ¿a las diez de la mañana? —el omega lo vio con escepticismo. —¿qué es lo que celebramos?

harry puso las botellas frente a él y comenzó a abrirlas.

bajo los hombros y bufo.

—realmente solo tengo que probarlas porque mi padre se casará otra vez y me ha pedido escoger las botellas. —louis jadeó con sorpresa y lo vio con preocupación.

—¡¿otra vez?! —el omega lo vio con una ceja levantada. —¡acabamos de ir a su boda el verano pasado! se enamora por temporada tu padre.

harry rió y terminó de abrir la botella con una pequeña explosión que hizo que ambas viejitas adorables saltaran y dieran una risa tierna.

louis le dio dos tazas para que vertiera la bebida alcohólica.

—lo bueno es que te pagará por el pastel y tu y yo disfrutaremos de la pista de baile. —sirvió el champán con cuidado.

louis rió y negó.

—¡no iré a otra boda de tu padre como tú acompañante!

harry lo vio con indignación.

—¡¿por qué?! —el alfa le acercó la bebida y louis hizo esa cosa adorable con su nariz cuando un aroma no le agrada.

odia el aroma a bebidas alcohólicas.

harry sonrió hacia louis con cariño.

—por qué cada vez son más deprimentes. —el omega suspiró. —omegas jóvenes que se follan a tu padre por dinero y coquetean contigo en la boda cuando creen que estas solo.

harry hizo una mueca y sintió un escalofrío subir por su columna vertebral.

—odie esa boda en el caribe. —louis rió ante el comentario de harry.

—yo también, —vio que dos omegas entraron a la cafetería y se acercaban a pedir. —por eso creo que deberías llevar a uno de los tantos omegas con los que te acuestas.

harry negó rotundamente.

ambas omegas al llegar a la caja registradora le dieron una sonrisa coqueta a harry que con un guiño las hizo sonrojar.

louis bajo la mirada y les entregó ambos muffins de moras azules que pidieron las omegas.

al terminar la transacción se dio cuenta que una de ellas había escrito en uno de los cartoncillos para el café su número y se lo entregó al alfa.

el alfa le guiñó un ojo.

louis levantó una de sus cejas y señaló el cartoncillo.

—una excelente candidata para acompañarte a la boda. —le ofreció una sonrisa pequeña. —incluso sería perfecta para ser la esposa número ocho de tu padre.

harry negó.

—las bodas solo son divertidas si tú eres mi acompañante. —dio un sorbo a la champán.

las mejillas de louis se calentaron.

le gustaban sus mejillas sonrojadas.

lo hacen ver más hermoso de lo que ya es.

—eres insoportable... —rió.

sabia que iría a la boda con él.

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