ni en sus sueños más perfectos estaban comparados con la realidad de despertar junto a louis.

sus ojos cerrados con calma, con su boquita entre abierta dejando ir pequeños suspiros, sus pestañas reposando con cuidado en sus pómulos y las pecas en su rostro iluminadas por el sol de la mañana.

con cuidado el alfa acarició su cintura desnuda debajo de las sábanas.

lo atrajo a su pecho y el omega ronroneó haciéndolo escucharse tan adorable.

mierda, como adoraba a este omega.

esperaba despertar todos los días a su lado.

—buenos días, hazz... —el omega susurro desde su pecho depositando un beso en este.

harry sonrió y acarició su trasero y cintura con cuidado.

—buenos días, morita. —susurró el alfa.

louis se estiró con cuidado y se puso a su lado, acariciando sus rizos y admirando la bella mirada del alfa.

—¿cómo es posible que te veas tan bien recién levantado? —el alfa rió.

louis bajo los hombros.

—es un súper poder. —el omega susurró y acarició nuevamente los rizos del alfa hasta que este tomó su mano y la besó.

louis lo vio con una sonrisa que poco a poco fue bajando.

—harry... todo lo que dije anoche es cierto. —el omega hablo con suavidad. —no entiendo como no lo note antes... eres tú.

el alfa negó y tomó sus manos.

—yo tampoco estaba mintiendo, louis... —el alfa susurró. —te quiero a ti, quiero un futuro contigo.

louis sonrió y beso sus labios.

—lávate los dientes para poder hacerlo de nuevo.

el alfa con rapidez se levantó de la cama.

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el tiempo pasó y ambos formalizaron su relación.

estaban en su primer mes como novios y sus citas eran perfectas.

salían a comer, al parque y muchas veces había noches de películas con leo entre ellos hablando animadamente con su mejor amigo, harry.

a veces louis se sentía traicionado por su hermanito al preferir a su novio antes que a él.

que bien se sentía decir que harry era su novio.

el tiempo pasaba rápidamente y la pareja se sentía cada vez más enamorada.

con sus noches llenas de caricias y besos, acurrucados en el hogareño hogar de louis y compartiendo botellas de vino.

sus vidas se fueron uniendo lentamente hasta que harry se mudó al apartamento de louis.

disfrutando de las mañanas junto al omega, de compartir una vida, una cocina en la cual bailaban cuando horneaban y los días con leo corriendo de un lado a otro.

adoptaron un gato de hecho.

se llama sally y sus patas afelpadas despertaban a louis por las mañanas.

harry no comprende como es que no había hecho esto antes.

como es que no había aceptado antes que su corazón llamaba a louis.

que sus vidas estaban destinadas a estar juntas.

que pasó tanto tiempo ignorando este sentimiento que sus besos eran desesperados por querer estar junto a louis el mayor tiempo posible.

sus manos adoraban estar en las caderas del omega que lo abrazaba con fuerza por las mañanas.

sus noches eran llenas de pasión o llenas de juegos o conversaciones absurdas entre ellos.

ellos siempre serán mejores amigos.

eso le encanta a harry.

—conseguí el segundo local. —louis hablaba emocionado abrazando al alfa con sus piernas entrelazadas en su cintura.

harry abrazó al omega y giró con este en sus brazos.

—¡eso es excelente, amor! —el alfa habló fuerte. —estoy tan orgulloso de ti.

el omega se había esforzado tanto en conseguir ese local.

las cosas pintaban para bien para ellos y sabía que las cosas seguirían igual o mejor.

adoraba llegar del trabajo a la cafetería de louis para llevarlo a casa.

adoraba pasar por leo a la escuela y de paso comprarle flores a louis.

adoraba comprar cajas de pizza para las noches de películas o juegos de mesa.

adoraba salir a cenar con louis y demostrarle al mundo que tenía el omega más hermoso y perfecto del mundo.

adoraba saber que nadie más tenía a su omega.

adoraba saber que bradley sabía que louis era su omega, especialmente cuando lo vio casi follandolo en ese antro hace unos cuantos meses.

el tiempo pasaba y ahora ya habían cumplido cinco meses de relación.

en que el omega era su luz y su sueño.

en que harry era más que su mejor amigo.

en que louis le daba mimos en la mañana y lo ayudaba a resolver sus problemas con su padre.

en que harry lo veía con amor todas las mañanas y le ayudaba con su tarea en su curso de finanzas.

en que louis sentía el apoyo del alfa en su vida.

esa noche estaban recostados, con el alfa acariciando la espalda desnuda del omega que hacía esos pequeños ruiditos que demostraban que estaba durmiendo.

el alfa contaba los lunares en su espalda y acariciaba la curva de su cintura.

recordaba que el omega esa mañana le había enviado té de frutos rojos y pay de manzana a su oficina.

y como él recibió a su omega con una gran cena de su restaurante de comida china favorita.

—te amo, louis. —susurró el alfa, practicando para decírselo mañana.

louis sonrió al escuchar eso.

—yo también, harry. —el omega susurró, sonriendo al escuchar la risa de harry.

el alfa sonrió y volteó al omega que lo besó con suavidad.

—no puedo esperar a pasar el resto de mi vida contigo. —susurró harry.

—eres lo que quiero todos los días hasta el resto de mi vida, harry. —el omega se acurrucó en su pecho. —te pediría matrimonio ahora si tuviera una argolla. —rió el omega.

harry acomodó a louis en su pecho.

esa era una gran idea.

mañana iría a buscar la mejor argolla para su omega.

fin...

10/10

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