015.
Kim Namjoon
Me envolví entre las sabanas, buscando una nueva postura para estar cómodo. En realidad no me apetecía nada levantarme, solo quería seguir durmiendo. No logré dormir en el vuelo, así que debía aprovechar.
Tengo que admitir que estas dos semanas en Busan me sirvieron mucho, logré distraerme lo suficiente, o eso creo. Agradezco que JungEun aceptara acompañarme, bueno, así viajar en coche sería a la vez agradable.
El hotel en donde me había hospedado, era relativamente cercano a todos los sitios que visité. Wonwoo me ofreció quedarme en la casa de su abuela, pero preferí que era mejor ir por mi cuenta.
Lo que sí hice, fue acompañarlo a dos reuniones que tuvo, lo que me beneficio sobremanera. Me encontré con un socio de mi padre, charlamos amenamente y logré enterarme de que hay una persona que está actuando en su nombre. Otra cosa que deberé averiguar. Por otro lado, este quiso ir conmigo a escalar una montaña, fue un gran viaje.
Librarme de mis pensamientos obsesivos que me llevaban a más preguntas sin respuestas, solo me empujaron a visitar un par de museos, templos, me presenté como parte de una asociación marítima, logré acabar un libro entero y tuve un paseo en yate. El único inconveniente fue cuándo se me ocurrió escribir después de un tiempo, y leerlo. Fue reflexivo darme cuenta qué todas esas palabras dóciles tenían un nombre y un apellido, todas me llevaban a la misma conclusión, todas a la misma persona.
Quité la sabana, ahora sentía calor. Decidí levantarme, tenía hambre.
Llegué hasta la cocina, buscando un vaso para tomar agua. Miré a Jungkook sentado en el desayunador, comiendo ramen. Me miró con la boca llena y solo alzó la mano.
—¿Cuántos hiciste?
—qres pqueque —Voltee para verle, tenía la boca aún llena de fideos— Tres paquetes, pero todos para mí. Hay más en el almacén.
Qué glotón que era. Me senté enfrente de él, viendo como disfrutaba su comida. Debería hacerme algo también. Aparte de los fideos, tenían un plato lleno de carne, que la ofreció para que cogiera.
>>> —Nam, ¿como fue todo?
Ayer no habíamos podido hablar nada, ya que llegué tarde del vuelo solo a dormir. Se supone que sabría lo que quería hacer al regresar, pero simplemente vuelvo al principio de todos, hasta más confuso.
—Tengo que hacer algo primero, antes de decirte la verdadera conclusión del viaje. —Tomé el agua que quedaba— Pero te aseguro que me siento jodido.
El lunes volvía a trabajar, pero al no tener mucho que hacer, prefiero ir a trabajar. Le marqué a JungEun para que pasara por mí, hoy iría en coche. Tenía muchas que hace estos días, de verdad que sí.
Llegué hasta donde estaba la rubia, recostada sobre la puerta y masticando un chicle como si fuese un chivo.
—Buenos días, Eun.
Alzó su vista al verme. Se adentró al coche y segundos después, hice lo mismo. Coloqué mi cinturón de seguridad y no le tuve que decir nada que supiera a donde nos dirigíamos.
Saqué mi móvil para buscar información sobre la empresa de mi padre, necesitaba estar al tanto de todo, ya que ese socio de Busan, me dejó con un sin fin de preguntas.
—Nam —La miré por el espejo retrovisor— Te mandaron un mensaje. Es de Kim SeoJoon
Menos esperaba que la usaran a ella.
—Habla.
—"Dile a ese bastardo que su viejo padre no puede soportar el dolor, que se ponga los pantalones como la próxima cabeza de la familia, que regrese. Mi corazón cada día está peor, antes de morir necesito verlo aquí." Te insultó más, pero creí que no era necesario.
Suspiré.
—¿Cuándo fue? ¿Fue él directamente?
—En realidad fue papá. Por parte de él, confirmó que el tío SeoJoon en verdad está mal.
Me quedé en silencio. No entiendo que querrá de mí, tiene a alguien moviéndose bajo su nombre. Además, le he dicho tantas veces que no aceptaré nada que venga de él. Lo único que necesito es que me devuelva mi cuenta bancaria, si no lo hacía por las buenas, estaba dispuesto a usar la fuente legal y plantarle una demanda. Estaba cansado de que pensara que podía manipularme.
—Se quedará esperando. JungEun —Volví a verla—, recuerda no decir nada, tú eres la única de confianza por ahora entre los Kim.
—Oh vamos, Nam. Como voy a traicionarte, fuiste el único que no me viste como un bicho raro por ser adoptaba.
Sonreí al recordar lo torpe que era y callada, que lo sigue siendo. La adoptaron cuándo tenía un año, la esposa de mi tío no podía tener hijos, así que tomaron una decisión, por más que nadie estuvo de acuerdo, solo mi padre y mi abuela.
Fue alguien que no se juntaba mucho con los demás, así que preferiría pasar tiempo conmigo, aunque también era por qué en ese tiempo estaba enamorada de Jungkook. Daba mucha gracia verla así.
El día estaba tan cálido, tan agradable. Ahora que lo pienso, tengo varios días desde que no la miro, ella podría ayudarme un poco con esta situación. Después del trabajo, pasaré a verla.
•
Toqué el timbre, esperando por unos largos minutos para ver a la mujer de ahora, cabello corto, salir.
Solíamos hablar mucho en mi instancia en Australia, era una gran amiga, pero me había prometido a mí mismo no regresar a esa casa. Sí, esperé volver a encontrármela en la calle u otro sitio, pero bueno.
Al darse cuenta de quién se trataba, apareció esa amplía y perfecta sonrisa que le caracterizaba, que contagiaba a seguirla.
—¡Joonie! No esperaba que vinieras.
—Hola Sooyoung.
Se abalanzó hacía mi, para darme un abrazo. Mi rostro se escondió entre su cuello, trayéndome millones de recuerdos. Hizo que entrara a su casa, y mientras lo hacía, pude ver su jardín perfecto que nunca cambió, y seguían las mismas flores que yo planté.
—Desde hace un mes que no nos vemos, ¿cómo has estado? Cuéntame todo, ese día nos quedamos cortos. —Me senté en el sofá, mientras que esta caminó hacia su cocina— ¿Quieres algo para beber? Tengo zumos.
—Un vaso con agua está bien —Cambiaron muchas cosas por aquí, pero por unos segundos pude ver esas escenas que compartíamos juntos. Volteé a verla, como venía hacia mí con dos vasos y más cosas—. Lamento no mandarte mensajes, estuve un poco liado.
—No tienes por qué disculparte. Cuéntame, ¿cómo va el trabajo?
Suspiré. Traté de contarle como ha ido todo, omitiendo un par de cosas. Puedo jurar que entre más hablaba, más sentía que eran esos años, cuándo nuestra confianza era mejor que cualquiera. Sus consejos eran, como siempre, los mejores. Me hacían reflexionar sobre tantas cosas.
—Y, ¿ya sabes que será?
Asintió contenta. Se levantó y a los segundos la vi regresar con una caja lila. Volvió a sentarse enfrente de mí y sacó un par de cosas.
—Es niño. No quería saberlo, pero dijeron que como cumplí los seis meses, debería saberlo. Estaba ansiosa por poder contarte.
Observé los diminutos zapatos en el interior de la caja, un par de ecografías, la prueba de embarazo y otras cosas que no sabía.
—¿Qué nombre le pondrás o es muy pronto?
No me respondió, simplemente se detuvo a guardar las cosas mientras negaba con la cabeza.
—Kyung Jun
—Es precioso.
Musité, dando una última mirada a la última ecografía de su bebé. Dejó todo a un lado y se acercó más a mí. Tomó mis manos entre las suyas, para luego regalarme una mirada tan dulce que se me había olvidado la razón por la que vine.
—Hay algo más, ¿cierto? Puedes decírmelo sin problema.
No sabía por donde empezar.
—Tiene que ver con Yuju, la chica del club —Soltó mis manos— Regresé para buscarla, y vaya que la encontré. Me estoy volviendo loco porque eso no es todo. Volví a besarla, y la última vez que nos vimos, yo... estuve a punto de tener sexo con ella.
Podía continuar, pero me fui deteniendo poco a poco al ver lo incómoda que parecía estar. Dejó de verme, supongo que eso le seguirá molestando.
—Yo, esperaba que sería otra chica, no de nuevo esa.
—Pero no pude evitarlo...
—Namjoon, esa chica es tu pasado, así como lo soy yo. No vuelvas atrás, solo acabarás lastimado.
Cuándo regresé de Australia la primera vez, ahí la conocí a ella. Era la mujer más hermosa que pude haber conocido, estaba tremendamente loco. Confundí la admiración por el amor que sentía, no podía alejarme ni un segundo de ella, hasta que se mudó a Jeju y por coincidencia la seguí, ya que Jungkook se había mudado.
Sooyoung era la mujer con la que quería estar por el resto de mi vida, pero yo solo era un muchacho que alzaba alto, que según ella era demasiado joven para saber lo que quería.
Y justo llegué a ese club gracias a Taehyung, miré a la morena de antifaz. Era jodidamente absurdo el hecho de que me olvidé de Sooyoung al estar junto a mi morena, eso parecía bueno para que la posible separación no doliera, pero solo me envolví más.
—Lo sé, pero a ella le debía una disculpa por irme así nada más.
—¿Te disculpaste? —Asentí— Pues ya está. Cuándo nos encontramos en la calle hace semanas, ese día que saliste corriendo prometiendo que me llamarías, pero debías alcanzar a alguien... ¿Era esa chica? ¿Yuju?
Fruncí mi entrecejo.
—No. Esa chica era otra, de quien quería hablarte principalmente. —Su mirada volvió a ser más cálida— Yuna, es maestra en la escuela de cerámica de Suni. Fue una coincidencia por qué nos conocimos en la biblioteca, y no pude dejar de encontrarme con ella. Llegué al punto que creí que me estaba volviendo loco al ver cualquier cosa que tuviese que ver con el arte y pensar que a ella le interesaría. Viajé a Busan para relajarme y reflexionar, pero salí más confuso.
Bajé la mirada, para ver mis manos.
>>> —Me siento tan enfadado por olvidar la textura de su piel contra la mía, siento que si no hablamos al menos un día a la semana, podría explotar por tantas cosas que desearía decir. Quisiera simplemente meter las manos a mis bolsillos y quedarme viendola hablar de las cosas que ama con tanta pasión, teniendo la seguridad de que cuándo acabe podré besarla por lo hermosa que es.
Confesé, alzando la cabeza mientras miraba a Sooyoung, sorprendido por mis propias palabras, haciéndome recordar que lo que escribí en Busan era aún más reveladoras.
—Oh... —Sonrió leve, atrapando mis manos de nuevo— Escúchame Joonie, deja a Yuju en el pasado. Lo siento mucho, pero ella solo es alguien que sigue trabajando en un burdel después de tantos años. Concéntrate en tu futuro, escoge a la que hace que tus palabras sabias se conviertan en el poema más enternecedor de todos. Indaga más en tus sentimientos, esos por Yuna. Escoge ahora.
Se acercó más, tomó mi rostro entre sus dos manos, haciendo que la mirara directamente a sus ojos. Había olvidado lo hermosa que era.
>>> —Olvida por un momento todo lo de tu padre, sé que te hizo daño, pero por alguna razón te sentiste bien por tanto tiempo afuera. No venías para algo que tuviese que ver con amor, este tipo de amor, pero puedes intentarlo. Acercate a ella, abre tú corazón una vez más.
Pero no era necesario que abriera mi corazón. Digo, no puedo tomarme esto en serio cuándo ni siquiera sé lo que siente Yuna. No quiero atreverme a hacer más, para salir rechazado y huir, como un cobarde, afrontando una nueva decepción. Simplemente, quería volver para recuperar lo mío y limpiar mi nombre, pero esto se me salía de las manos.
Después de unos minutos charlando un poco y cambiando de conversación, decimos salir a ver su jardín. En verdad estaba tan ordenado y cuidado, me gustaban los detalles.
Mañana por la noche iría al club, tengo que hablar con Yuju. Tengo que alejarme de ella, por más cosas que hiciéramos, tomaría aquello como un lío de faldas como solían llamarle. Necesitaba enfocarme en lo importante, en mi padre y en Yuna. Verla sería el punto clave para dejar todo atrás.
—¿Ves los gladiolos al lado de los claveles que me regalaste? —Asentí— Me las regaló él. Además de otras flores, plantó un pequeño árbol de limones.
Dejando de lado todo nuestro pasado, podía estar seguro de que ella estaba feliz. En algún punto de mi vida, me dolió tanto cuándo me gritó que no era suficiente para mí, que ella lo que quería era una relación aún más seria que solo sexo y yo también, pero no funcionó.
Supongo que así es la vida, no hay más. Es difícil encontrar a alguien y que lo que sientes dure hasta siempre, por qué "siempre" es una gran palabra que abarca todo una vida.
•
No creí que hoy habría tanta gente, bueno, era viernes, así que sería lo normal. Crucé todas aquellas personas que disfrutaban del espectáculo. Las luces cambiaban con fuerza, así que fue difícil llegar hasta el otro lado, para llegar a la parte trasera.
Wang, quien venía a mi lado, me ayudó un poco. Abrió la gran puerta, dejándome pasar. Estar en esta sala siempre sería mejor para mí. Era más reservado, y según Wonwoo, se ganaba casi o más que la otra parte.
Tenía planeado llegar a la barra y buscar a Yuju, pero no logré en cuanto miré a Solar acercarse a mí con prisa.
—Namjoon, que bueno que llegas. —Acepté su abrazo— Hace una hora más o menos llegó un hombre. Le hice varias preguntas, hasta Wang casi lo echa, hasta que dijo que te buscaba.
—¿A mí?
Me sentía confuso, no tenía ni idea de quién podría tratarse. Seguí a Solar quién mencionó que podría llevarme. Mientras caminaba hacia las escaleras, giré mi cabeza para buscarla desde aquí, y ahí estaba, en la barra. Ojalá poder verla más de cerca.
Llegamos hasta la zona de la mesa, solo para sentir mi sangre hervir al verlo ahí, con una copa de vino en la mano y la otra ocupada acariciando la pierna de una empleada.
Estúpido Jooheon.
Suspiré y miré a Solar, para decirle que todo estaba bien, al igual que Wang, pero este simplemente se quedó en una esquina. Le di una patada a la mesa, para llamar su atención, ya que parecía estar tan inmerso en su plática. La chica al verme se levantó, pidiendo disculpas.
Metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón, esperando a que hablara, pero simplemente se cruzó de piernas, bebiendo todo lo que había en su copa. Justo ahí, viendo su traje y lo decente que se veía, tuve la leve sospecha de que era él quien estaba usando el nombre de mi padre para actuar.
—Habla de una vez por todas, y vete.
Musité, sin ningún gesto.
—Estás, tan amargado hermanito mío. Venga ya, siéntate un rato, disfrutemos de la siguiente canción que cantará alguna linda camarera. —Tragué saliva, reteniendo las ganas de tomarlo de su estúpida camisa y echarlo fuera. — Oh, vamos, no me mires así. Solo quería pasar un rato contigo, compartiendo. Pero si quieres que te lo diga. Nuestro padre quiere verte, y siente que los mensajes no te llegan.
Levantó su cuerpo, para venir hacia mí. Colocó su mano sobre mi hombro, teniendo una sonrisa en su rostro.
>>> —Papá tenía razón. Es increible la forma en la que echas a perder tu vida. Sabemos que hace 7 meses viniste a Corea, no le dijiste a nadie. ¿No se te hace raro que esa mujer que fuiste a visitar ayer tiene 6 meses de embarazo?
Tomé el cuello de su camisa, con tanta fuerza que podría salir sangre en mis palmas.
—Así que estás mandadito para espiarme.
Con sus manos, trató de hacer que lo soltara, pero, en cambio, usé las dos manos para agarrarlo y acercarlo a mí, casi dejando que se pusiera de puntillas.
—Si me haces algo, papá te joderá bien.
—¿Acaso solo tienes papi en la boca? Deberías buscarte tu propia vida, y dejar de entrometerte en la vida ajena. No soy estúpido para no saber que eres tú, quién usa el nombre de él para actuar y hacer idioteces.
Wang se acercó un poco más a la escena, sin involucrarse. Tenerlo así, solo me hizo recordar las diferentes veces en las que nos peleamos y decidió dejarse pegar cuándo me provocaba, solo para que su tonta madre le pusiera quejas a mi padre y me dieran fuertes palizas.
—No es mi culpa que nuestro padre quiera que yo haga cosas que tú te niegas. No creas que vengo aquí por gusto, me manda él. —Lo solté, casi empujándolo. Ordenó su traje, para luego apoyar su cuerpo en la mesa. — Entonces, ¿ese bebé que viene en camino, es tuyo? Por qué si no es tuyo, hay que poner en su lugar a esa perra.
Volví a acercarme a él con ganas de romperle la boca.
—Escúchame muy bien hijo de puta, como me entere de que tú o alguien que tenga que ver con los Kim, se acercan a ella u otras personas, te vas a arrepentir toda tu asquerosa vida.
Alzó sus manos, considerándose gracioso.
—Yo ya hice mi trabajo. No querrás que el próximo en venir sea él, no hagas que arriesgue su salud. —Se puso completamente de pie— Regresa a casa hermano, has estado mucho tiempo evadiendo tus responsabilidades.
Dispuesto a irse, siguió por el pasillo en camino a las escaleras. Ahí me di cuenta de que todos habían escuchado la conversación por lo fuerte que habíamos hablado. Hasta pude ver a Yuju justo al inicio de las escaleras, donde justo iba Jooheon, pero solo pasó a su lado sin hacer nada.
Esta no se movía, tan solo miraba a Wang, para luego verme a mí. No esperé que lo que traía en las manos era para esta mesa, pero debía aprovechar el momento. Observé sus movimientos, desde acercarse, dejar dos copas en la mesa y la botella en el cubo con hielo que había a un costado. Fui hasta ella, poniéndome en medio para que no se fuera.
—¿Aceptas tomar una copa conmigo? —Frunció sus labios, sin ni siquiera verme— Yuju, necesito hablar contigo. Al menos acepta sentarme un momento.
Sin decirme nada, dejó la bandeja sobre la mesa y se sentó. Hice lo mismo, sentándome justo enfrente.
—No creo que tengamos algo de que hablar. Hicimos algo que rompía las reglas, por eso podrían despedirme, así que sería mejor que no volvamos a hacer eso, que ni siquiera me bese, no me busque.
Traté de tomar su mano por encima de la mesa, pero la quitó, para esconderla. Me sentía sumamente culpable. Había olvidado que había reglas, aún más estrictas. Esta situación era similar a cuándo ocurrió eso con Yuna, pero es con ella con quien debería intentar algo.
—No puedo decirte que lo siento, por qué era algo que los decidimos hacer, pero tienes razón. Estábamos volviendo a hacer lo mismo que cuándo nos conocimos por primera vez, ahora es diferente. Cliente y empleada, como debe ser.
Hicimos contacto visual y mi corazón dio giros al recordarme de Yuna. Se levantó, y antes de irse, hizo una reverencia hacia mí. Estábamos de acuerdo en algo, al menos. Quería hacer esto antes de cometer alguna locura.
Yuju sería parte de mi pasado, como debería ser. No debía interesarme más que quisiera. Sooyoung tenía razón.
.
—Herbst
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