Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Recogida

Milenio ??, año ???. 13 años después de la reencarnación.

Pov: Gabriela, bautizada como Maki.

No tengo ni idea de cuánto tiempo ha pasado desde que ese ser me ha dicho como será mi vida. La verdad ya ni me molesto en pensar en eso. Hace mucho que ya había llorado por mi familia de mi vida pasada, al punto que ya dejé de darle importancia.

Aunque sabía de la vida laboriosa de la población de cada mundo forja al igual que su venenoso e infectado ambiente, una cosa es saber de eso y otra muy diferente conocerlo, sobretodo experimentarlo.

Había mucha radiación por varios lados, o bueno, en donde trabajo hay demasiado, al punto que los gases tóxicos y el líquido venenoso que se vierte en el suelo son un lugar muy agradable en comparación a lo antes mencionado.

Todos, a excepción mía, usaban implantes cibernéticos no solo para poder sobrevivir a estos gases, sino también para poder cumplir la jornada mínima que exigen esos monjes cibernéticos, es decir, los tecno sacerdotes.

Hace años, cuando era apenas una niña aprendiendo a caminar, me habían hecho estudios, obviamente para determinar si soy buena candidata como tecno sacerdote o simplemente una mano de obra más. Ya saben que pasó después.

El trabajo no fue... difícil, la verdad. Digo, ciertamente es infernal para un humano, pero yo no me sentía cansada en lo más mínimo, excepto cuando intentaba esconder mis capacidades lo mayor posible. Es una ventaja que sea muy difícil llamar la atención de los tecno sacerdotes, sobretodo porque no les importa en lo absoluto lo que ocurra con sacos de carne, a excepción de la revisión de resultados de jornada diaria.

Aunque, mi vida no fue tan sencilla. El olor me estaba matando horrible. Imagina ser capaz de oler a detalle un pedazo de metal, ser capaz de ver a detalle la estructura corporal humana, ser capaz de ver sus emociones (alma) y oír hasta el más mínimo latido desde metros de distancia, estando acostumbrado a sentidos muy inferiores.

Bueno, digamos que tener un sentido del oído y olfato muy superiores se ha convertido en una maldición para mi al estar trabajando en un lugar muy tóxico llena de radiación. No muté ni sucumbí ante la radiación, quizás por lo extremadamente poderoso que es mi cuerpo.

Eventualmente me acostumbré al insoportable ruido de múltiples personas trabajando al mismo tiempo y al insoportable olor contaminado de este lugar. Al final, todo es cuestión de tiempo para acostumbrarse sin importar lo difícil que sea, al menos de que tenga adaptación sobrehumana, cosa que lo dudo mucho.

A decir verdad, me siento tan sola y tan fuera de lugar aquí. Nadie habla, es como si estuvieran muertos por dentro. Todavía no entiendo como es que los demonios no han ido por mi, al menos que allá fuera, en el espacio, ocurrieron varias incursiones del caos repelidas de las que no puedo darme cuenta.

Esta vida es tan solo... muy aburrida e insufrible. No tengo ni idea de cómo salir de aquí con mis propias capacidades sin que me condenen a ser una servidora.

Pov: Normal.

En el mundo forja, en otro lugar.

—¿Cuando estará listo mi crucero acorazado?— Preguntó un hombre musculoso muy elegante, vestido de ropas rojas con bordes dorados de alto valor, con algunas partes cibernéticas sin ser muy intrusivas. Su voz tenía bastantes modales aunque ocultaba cierta molestia y arrogancia.

—Si no tenemos varios trabajadores fallando en su servicio al Omnissiah. Aproximadamente serán un mes, con una semana, 2 días y 3 horas.— Respondió una voz robótica de un tecno sacerdote sin muchos implantes cibernéticos.

El hombre suspiró con molestia. Eso era mucho tiempo. Él conoció muchos tipos de mundos, pero esta es la primera vez que conoce un mundo forja. Su única opinión al respecto es que es el peor mundo que ha visto, incluso más que un mundo de la muerte.

—Muy bien, háganlo, saldré a explorar.— Dijo el hombre, queriendo perder tanto tiempo como sea posible, o en otras palabras, evitar la aburrida y larga espera.

—Espera príncipe Luthanor, su débil carne no podrá resistir los gases tóxicos y mucho menos la radiación del planeta. Las probabilidades de su muerte son un 100%.— Explicó fríamente y robótica mente el tecno sacerdote.

—Oh, que lastima. Pero qué amable de tu parte. Si tan solo fuera un psíquico con permisos imperiales...— Dijo con sarcasmo para luego activar un campo de fuerza alrededor de su cuerpo, para luego mirar directamente a los ojos del sacerdote. —Guíame, no quiero perderme en este putrefacto mundo. Solo exploraré hasta que el crucero acorazado esté listo, de mientras, me explicaras porque no tenían ya un crucero acorazado listo.— Dijo con una molestia arrogante.

Durante días, el dúo estuvo explorando el mundo forja, y todo se veía... igual. El príncipe no dejaba de maldecir en su mente este mundo tan asqueroso y aburrido. Apenas puede entretenerse estando en constante movimiento, tratando de ver algo diferente, y este sentimiento solo aumentó debido a que el tecno sacerdote no hablaba mucho, o siquiera de cosas interesantes.

—Si no fuera porque necesito ese crucero acorazado...— Se dijo a sí mismo bastante molesto, pero luego, se detuvo al ver algo que lo sorprendió. —¿Quién es ella?— Preguntó al tecno sacerdote.

Entre todos los rostros muertos, cibernéticos y podridos, destacaba una adolescente. Una adolescente que no fue tocada por ninguna máquina, una trabajadora con la piel apenas sucia por sus trabajos diarios, una chica en desarrollo cuyo rostro no se ha podrido.

—Es una simple trabajadora que da su débil carne al servicio del Omnissiah. Aunque ella ya debería haber mostrado síntomas desde hace mucho tiempo...— Sospechó el tecno sacerdote al notar que ella se veía demasiado bien para el ambiente del planeta.

El príncipe se acercó a ella. Su campo de fuerza lo protegía de los gases tóxicos y de la radiación. La chica lo miró por breves segundos solo para tener un rostro confundido, y volver al trabajo.

—Tecno sacerdote, ¿cuanto por esta chica?— Preguntó, causando que la chica lo volteara a ver.

—Puedes llevártela si quieres, pero primero, quisiera investigarla un poco.— Dijo el tecno sacerdote con una tenebrosa curiosidad.

—Hazlo, pero pase lo que pase, la quiero en una pieza, viva y sin modificaciones cibernéticas. Me la llevaré a mi planeta en cuanto terminen de construir mi acorazado.— Dijo el príncipe, mirando a la chica.

Semanas después.

Pov: Maki.

La verdad no esperaba que un noble estuviera aquí, un príncipe sobre todo. Y mucho menos que el tecno sacerdote no tuviera ni idea de cómo soy muy resistente a la radiación a pesar de que me hizo varias pruebas.

El tecno sacerdote hubiera seguido con sus estudios de no ser porque el príncipe ya recibió... lo que sea que le hayan prometido. Me llevó a la nave no sin antes desinfectarme de toda radiación, toxicidad y suciedad que azotaban mi cuerpo, además de deshacerse de mi ropa infectada, dándome en su lugar algunas de sus ropas de repuesto. No puedo mentir, son muy cómodas, o quizás lo sean solo para mi considerando que siempre llevé la misma ropa sin bañarme.

A decir verdad, es muy cómodo y aliviador sentir mi cuerpo limpio por primera vez en toda esta vida de mierda. Dios, hasta me siento mucho mejor sin todos los excrementos del mundo forja, aunque admito que me siento muy incómoda sin el sudor empapando todo mi cuerpo todo el tiempo al esforzarme constantemente en no mostrar mis verdaderas capacidades físicas en el enfermizo trabajo.

Al llegar a su nave, me quedé en completo shock por la inmensa y nueva nave. Es simplemente gigantesca. También había un chorro de gente ahí dentro, desde guardias imperiales hasta incluso mercenarios xeno. Lo último me dejó en claro que el príncipe, encima de ser un psíquico poderoso, es un rogue trader.

—Impresionante, ¿no?— Preguntó divertido el príncipe. —Todavía no has visto nada.— Añadió mientras miraba con una sonrisa al frente.

La nave tras unos minutos comenzó a moverse. Me encontraba en una cabina que me asignó el príncipe, a lado de un Aeldari marginado, sintiéndome muy asustada al recordar sobre los demonios.

—¿Asustada?— Preguntó una voz no humana, pero con un leve tono arrogante.

Voltee a ver al origen de la voz.

Es el eldar. Está portando una armadura oscura, similar al de los vengadores implacables, pero porta una máscara negra sin emociones con puntos rojos como visores. Es bastante alto, calculo que mide entre 2 metros y 2.10 metros. Su brillante cabello azabache de cola de caballo se mostraba colgado en su hombro derecho.

—Supongo que para una primitiva Mon'keigh es aterrador estar en un lugar del que no tienes ni idea que existía.— Habló de forma condescendiente, con un ligero menosprecio.

Me enojé un poco, en serio, esta es la tercera vez que me encuentro con una persona muy arrogante. Pero la verdad solo respiré hondo, sabiendo que peleando con sobretodo un eldar no me haría ningún bien.

—Te oyes muy diferente, ¿tienes algún dispositivo que modifica tu voz?— Pregunté, aprovechando que vengo del mundo forja, fingiendo ignorancia.

—Jajajaja, no, es mi voz normal. No soy un Mon'keigh, soy un Aeldari.— Dijo el eldar con arrogancia silenciosa para luego mirarme a los ojos. —O en lo que respecta a tu... especie, soy un xeno, un no "humano".— Dijo entre comillas lo último, como si la humanidad no merece siquiera ese nombre.

Por mucho que me molesta su actitud, la verdad me resultaba fascinante. Digo, ¡estoy hablando con un puto elfo espacial que tiene más de 200 años de edad! ¿Cómo no podría ser emocionante?

—¿En qué son diferentes a nosotros?— Pregunté, nuevamente fingiendo ignorancia. Por alguna razón, el eldar me dirigió una mirada más profunda, con su alma brillando de alivio.

—Eres una Mon'keigh bastante curiosa, quizás no merecías estar en ese putrefacto mundo. Que infortunio de vida.— La verdad me sentí bastante bien después de oír eso, muy a pesar de que su tono arrogante todavía seguía infestando su voz. —¿Estás preguntando por mi aspecto físico, anatomía, o psicología?— Preguntó, bastante curioso, con su alma brillando de pequeñas expectativas.

—Todo... en general.— De repente, el viaje disforme comenzó y me asusté mucho, al punto que no ocultaba mis respiros apresurados. El eldar ladeó la cabeza, con su alma brillando de diversión.

—No te asustes Mon'keigh. Las emociones tienden a matarte más rápido que la espada, o incluso, la bala del enemigo.— El eldar habló con calma, pero podría jurar de que el eldar se refería a la caída de los eldar con lo poco que me dijo. —Mientras tanto, relájate y siéntate. Hay muchas diferencias entre nuestras especies, normalmente no perdería mi tiempo con una Mon'keigh, pero dado a que estaremos aquí por un tiempo y que tu mente no se resiste ante al aprendizaje, atenderé tu necesidad actual.— Habló cordialmente el eldar, todavía con ese tono arrogante.

Después de unas semanas, esto... es ridículo.

Ese ser me había dicho que mi alma sería un faro delicioso y conveniente para las fuerzas disformes, pero ningún asalto demoniaco ocurrió. Algo no andaba bien. Dudo mucho que Tzeentech tenga bastante interés en mi como para intentar estropear los intentos de los demás dioses. De Slaanesh... podría esperármelo, si es que quiere que mi alma llegue a su punto más "perfecto y delicioso", aunque eso es todavía debatible. De Khorne puede que espere a que crezca hasta que tenga la mayor cantidad de sangre posible, exprimirme como un limón toda mi sangre, y luego comerse mi alma.

De hecho... solo Nurgle no tiene ninguna teoría de razón por la cual haya decidido dejarme en paz por el momento. ¿Quizás quiera esperar a que madure lo suficiente para luego azotarme con las plagas más terribles y probar mi resistencia, o crear nuevas plagas? Lo dudo mucho, considerando que Isha ya está ocupando ese departamento.

De hecho, ahora que lo pienso, hay 2 dioses con buenas probabilidades de que no me dejaran morir ahora. Solo Tzeentech y sobretodo Nurgle no tienen razones para hacer eso. Quizás se están peleando aún más entre ellos. Eso o simplemente el ser que me condenó aquí es un cabrón bromista o se aburrió de mi y canceló mi baliza. Espero y quiero lo último.

Habíamos salido del viaje disforme, para mi gran alivio.

El eldar me había explicado de las diferencias de nuestras razas. Muchas ya las sabía, aunque quería saber la intensidad de sus emociones sobrehumanos, pero él me dijo que no sabe cuanta diferencia específica hay. Bueno, no me sorprende, dudo mucho que se molesten en estudiar la intensidad de las emociones humanas sabiendo que son menos intensas que las de ellos.

Debo de admitir que cuando me enseñó sus ojos me asusté. De día parece simplemente como el clásico alíen calvo y desnudo de ojos grandes en cuanto a la apariencia de sus ojos solo que no tan grandes, pero velos de noche y créeme que te va a asustar mucho. La verdad ver sus ojos me dio muchas ganas de ver crías eldar, se verían muy tiernos.

Caminé fuera de mi cabina. Dormir aquí es mucho mejor que en el mundo forja. Caminé hacia otras partes de la nave mientras avanzaba lentamente, hasta que ví por las ventanas un planeta más verde que azul... un... paraíso.

Sentí una mano en mi hombro izquierdo y volteé a mirar el dueño de la mano, siendo el príncipe.

—Bienvenida a mi mundo. Ahora sabrás la gran diferencia entre un mundo forja... y un mundo paraíso.— Dijo el hombre con una sonrisa.

No tengo nada más que decir. Solo que aquí hay un meme.

Toji en Jujutsu Kaisen:

Toji en Warhammer 40,000 en un mundo imperial estándar:

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro