Infierno con Piel de Paraíso (TIENE UNA PARTE +20)
Warning: Contenido no apto para adolescentes y quizás tampoco para jóvenes. Contenido sexual... no consentido.
Warning 2: Un fanfic... me ha roto... mi corazón está quebrado, mi mente perturbado, ¿y mi plan? Distorsionado.
Muchos planes de esta historia... han cambiado.
No conocerán piedad... mi razón se ha quebrado al igual que mi sanidad mental...
¿Recuerdan el primer aviso? Se ha intensificado... mucho...
¿Recuerdan mis anteriores fics? Esos... Son solo una gota de ácido... comparado al mar de crueldad que les espera...
Esto no se hace por morbo, pero por una trauma que me ha destrozado a tal punto que extrañaran a Gege en su momento más cruel. Estoy... triste...
Les daré el aviso de cuando sucederá por medio de grandes espacios y en esta letra, pero si deciden leerlo... es culpa suya por no haber escuchado la advertencia. Habrá partes crueles en esta historia en las que no se tendrá aviso pero no son graves, así que, si no eres lo suficientemente cruel como para leerlo, sáltate este capítulo.
Pov: Normal.
2 meses más tarde.
El Oberon salió del Immaterium en un sistema solar de pocos planetas.
En el mando de la nave, Maki había suspirado con molestia y amargura. Normalmente debido a su percepción muy sobrehumana, desearía llegar lo más rápido posible, pero en este caso, desearía haberse extraviado.
El viaje disforme tomó mucho más tiempo de lo planeado debido a que el Oberon de Maki comenzaba, por primera vez, a recibir algunos ataques demoníacos, aunque fueron rechazados por las numerosas torretas defensivas y por los poderosos escudos del vacío de la nave.
Sin embargo, también era porque Maki se hallaba desde un lugar muy lejano al sistema solar del príncipe Luthanor cuando fue llamada.
—Justo cuando deseo que el viaje sea muy largo, no sucede.— Pensó Maki mientras perezosamente tocaba los controles de comunicación, sin abrir un canal todavía.
De repente, un crucero acorazado viajaba a su posición, acercándose aunque manteniendo la distancia.
—Identifícate.— La voz casual pero elegante de Luthanor se hizo escuchar.
—Señora capitana Maki.— La voz de Maki ocultaba un muy discreto veneno, veneno que muy pocos notarían si no la conocieran.
—Perdón por las molestias, pero hacía meses que no escuchaba tu voz.— Comentó Luthanor, complacido con la apariencia de Maki. —Pero dejando a un lado las formalidades, la esperaré en mi nave. Por favor ve al comedor y espera... inmediatamente.— Dijo Luthanor para luego cortar la comunicación.
Maki miró a Boris, este asintió e inmediatamente la teletransportó a las coordenadas de la nave de Luthanor.
Al ser teletransportada, encontró varios mercenarios xenos y guardias imperiales comiendo muy separados. Estos la voltearon a ver, los xenos en su mayoría bastante aburridos o simplemente indiferentes, mientras que los guardias imperiales quedaron seducidos por su mirada dorada y cuerpo.
Maki solo miró al frente con una cara de piedra, ignorando todas las miradas. No está de humor para ser educada. Esperó por varios minutos mientras se marchaban los tripulantes, pero luego, unos silenciosos pasos resonaron ruidosamente en los oídos sobrehumanos de la mujer, causando que volteara hacia atrás.
—Creí que ya te habías ido.— Dijo Maki, ocultando su sorpresa, pero también saludando educadamente.
—Tal parece que las cadenas del destino nos ha unido de nuevo, Mon'keigh.— El eldar devolvió el saludo aunque con mucho menor obviedad. —Supongo que mi "brillante" capitán te agrada tanto como una bestia del Enemigo.— Comentó el eldar, todavía en su altivez.
Maki reconoció al eldar. Es el mismo eldar, el primero con quien habló. Maki pensó que nunca lo volvería a ver, debido al obvio disgusto y relación de negocios del eldar con el capitán. Es un mercenario, no un tripulante y mucho menos un leal. Tal parece que el eldar todavía necesita ofrecer sus servicios.
—¿Por qué sigues aquí? ¿Andas en bancarrota?— Preguntó Maki, con una mirada más relajada.
—Digamos que las necesidades azotan a cualquiera.— El eldar respondió, tratando de ser lo más comprensible posible.
Maki notó una preocupación muy discreta del eldar en sus ojos y lenguaje corporal, pero podía ver en su alma que estaba en realidad muy asustado y preocupado, rozando con la locura.
—Todavía no entiendo por completo como los eldar pueden vivir tan estresados y encima controlarse a sí mismos ocultando sus emociones.— Pensó con admiración Maki, pero también sospechosa.
—¿Sabes?— Preguntó el eldar sin esperar mucho una respuesta, todavía mirando sus propias palabras para que pudieran ser comprendidas, algo que Maki apreció aunque se sintió como tonta al notarlo. —Escuché los susurros de tus victorias contra múltiples enemigos, sobretodo contra los drukhari. ¿Son realidades o supersticiones?— Preguntó el eldar, curioso.
Maki observó que aunque su alma todavía rozaba con la locura del miedo, mostraba una sincera leve felicidad, indicando curiosidad.
—Son realidades, aunque desearía nunca haberme tenido que enfrentar a tus primos oscuros.— Dijo con honestidad Maki, ocultando su leve remordimiento por las pérdidas y también su miedo por Druhai.
El eldar la estudiaba con la mirada. Para los humanos hubiera sido solo una rápida reacción, pero en realidad el eldar la estaba analizando.
—Cuando te vi por primera vez, eras una pequeña Mon'keigh muy curiosa.— Paró de decir el eldar, dándole la oportunidad de hablar a Maki.
—¿Y ahora? ¿Qué me dice tu sabiduría de mi?— Preguntó Maki, bastante cordial y curiosa.
El eldar alzó una ceja. La estudió con la mirada muy profundamente.
—Una respetuosa y no tan ciega Mon'keigh.— Dijo el eldar, volviendo a su anterior mirada, todavía manteniendo su arrogancia.
—Supongo que viniendo de un eldar es casi vender dignidad.— Dijo Maki con una leve sonrisa, todavía mirándolo con una muy discreta sospecha.
—No realmente. Es solo un alago, un alago tan leve como unas hojas tocando la calma viva de un mar de autocomplacencia.— El eldar habló con cierta arrogancia, tratando de ser humilde.
—¿Siempre son tan descriptivos los de tu especie con cada cosa? ¿O es su manera más agradable de ser más entendibles?— Preguntó Maki, bastante curiosa.
—Es la manera menos desagradable para nosotros comunicarnos con tu... especie. Pero tal parece que el Mon'keigh no aprecia el esfuerzo y en cambio se irritan por nosotros no tener su corta capacidad de... entendimiento.— Dijo con arrogancia, y una leve molestia.
Maki suspiró. Realmente los eldar se creen por encima de todo, pero no los puede culpar del todo. Los eldar tienden a tener una manera de pensar y comunicarse más complejo debido a su superior inteligencia, mentalidad y longevidad, aunque irónicamente los vuelven más necios ante otras ideas sin siquiera considerar su veracidad. Es normal que les resulte frustrante tener que buscar maneras más simples de explicarle a alguien de mucho menor comprensión.
Recuerda una conversación entre una vidente y un marine espacial en su vida pasada. Lo único que tenía que decirle la vidente al marine era que un objeto contenía a un gran demonio, pero solo pudo explicar que tenía una llave (De hecho, se veía que hasta eso le costó mucho trabajo simplificar). Era tan frustrante e imposible para la eldar explicarle que tuvo que decirle que fuera a preguntarle a alguien que también sepa, siendo un inquisidor, para que le pudiera explicar.
—¿Te vas a ir en algún momento?— Preguntó Maki, esperando no tener que recibir más arrogancia de parte del eldar.
—Lo que el yugo del destino ordene...— Dijo el eldar, vagamente pero explicando lo suficiente.
—¿No has pensado... desafiar al destino?— Cuestionó Maki.
El eldar la miró fijamente.
—Nadie puede controlar al destino, ni siquiera mi raza, nunca lo olvides.— Una leve molestia y hostilidad fueron percibidos por Maki de parte del Aeldari.
—Bueno, ¿al menos has pensado en cómo tomar rumbo del destino?— Preguntó Maki.
La ira del alma del longevo se redujo a una de confusión y... curiosidad.
—¿Tomar rumbo?— Preguntó de forma retórica el eldar, mirando al suelo. —¿Supongo que te refieres a cómo y cuándo tomar mi destino?— Preguntó el Aeldari, observándola, solo para recibir confirmación con tan solo ver sus ojos. —A decir verdad... ¿quizás? ¿Solo que sin tenerlo en mente?— Cuestionó el Aeldari, curioso con esta pregunta.
De repente, Luthanor vino, con un par de Arbites a sus lados. Este observó al eldar, solo para luego saborear a Maki una vez más, causándole disgusto a esta misma además de miedo.
—Tan hermosa... no creí que cuando creciera realmente pueda competir con Vasti y quizás superarla.— Pensó Luthanor, dándose un banquete visual con el cuerpo de Maki.
Sus piernas, su lenguaje corporal, sus ojos, sus pechos, su peinado, su pelo, su retaguardia y su altura... todo era delicioso a los ojos del príncipe, encima, ella se consiguió un renombre con pocos o ningún igual.
—Yo me tengo que ir a meditar sobre el destino. Tu pregunta me ha generado muchas dudas e incertidumbres. Cualquiera con poco conocimiento o demasiadas tormentas en la mente está condenado al destino de la derrota. Quizás no todo el tiempo los Mon'keigh son Mon'keigh...— Dijo el eldar, para luego despedirse y dejar a Maki con Luthanor.
Maki tuvo la tentación de estirar un brazo a su dirección, pero no lo hizo. Odiaba a Luthanor y quería estar acompañada aunque sea de un atractivo alienígena engreído.
—Ahhhh, eldar. Siempre tratando de verse tan misteriosos y tan... únicos. Es muy agobiante, ¿no lo crees? ¿Señorita Maki?— Preguntó Luthanor con una sonrisa casual.
Maki quería irse de ahí, pero no podía por el método bruto. Eso peligraría a su tripulación y a sí misma.
—Quitando de lado los xeno, ¿quizás deberíamos hablar sobre tu regreso y... meta?— Preguntó el príncipe todavía en su sonrisa casual.
Maki retrocedió levemente de forma instintiva, pero Luthanor se acercó... lentamente. El miedo invadía el corazón de Maki, y sin más aviso de antemano, una mano se infiltró dentro de su lujosa ropa... aplastando con avidez el suave pero duro pecho derecho de esta.
Maki se apartó inmediatamente, pero Luthanor la arrinconó en la pared, poniendo un brazo a su lado. Rápidamente, Luthanor acercó su cara al cuello de Maki y dio una profunda inhalada a su piel.
—Ahhhhh... no sabes cuantas veces tuve que posponer mis sentimientos para evitar cualquier locura. Literalmente no podía soportar ver a otra mujer sin que tú estuvieras cerca...— El príncipe dijo antes de dar una mordida en el cuello.
Pero sus dientes no pudieron aplastar la piel... era como si estuviera mordiendo metal suave y con pelo apenas movible. Le dolió... pero lo excitó enormemente.
Maki lo empuja en reacción no con ira, ni tristeza ni confusión... sino más que nada... miedo...
El príncipe chocó violentamente contra un muro... pero ya tenía un campo de fuerza psíquica protegiéndolo, pero eso no evitó que la pared contra la cual chocó se abollara.
—Una mutante...— Dijo Luthanor con una gran sonrisa cruel.
Maki había realizado que sólo había empeorado la situación...
El príncipe se levantó, se "limpió" la ropa con simples palmadas sobre su ropa, quitando el polvo, luego sonrió calmado.
—Bueno, de todos modos, sabes muy bien que no puedes resistirte. ¿O no te importará si haya un nuevo banquete para nosotros?— Preguntó Luthanor sin cambiar su expresión.
Maki abrió los ojos, un intenso enojo y miedo se intensificaron en su alma. Entendió exactamente a lo que se refería Luthanor... por lo que bajó la cabeza obedientemente.
—Buena perra...— Luthanor acarició la cabeza de Maki, como si fuera un dueño hacia un perro... —Tráete a tus amigos más cercanos, ellos no se querrán perder la fiesta. Pero si noto que intentas decirles algo de esto...— La agarró de la oreja, reforzando sus dedos con poder psíquico, jalándola hacia él para luego susurrarle. —Sé por el holo psíquico quienes son tus amigos más cercanos... y cómo mantenerte encadenada a mi...— Dijo Luthanor con frialdad.
Luthanor luego soltó a Maki, ella se agarró su oreja con dolor, solo para luego mirar al suelo con tristeza e impotencia.
Tiempo después.
Maki estaba acompañada de Amalia, Lodius y Zaccai, caminando entre los lujosos caminos del palacio. Boris y Brenda se quedaron en la nave. Pero... aunque Maki por fuera mostraba una perfecta tranquilidad, Amalia y Lodius podían ver la incomodidad y miedo en los ojos de Maki.
Abrieron las puertas un par de guardias de la nobleza con un empujón constante, revelando una hermoso y espacioso comedor. Había hasta un adorno en el techo lleno de joyas muy brillantes, aparte de que todo parece ser oro.
Zaccai quedó impresionado como un niño viendo a Santa Claus. Lodius quedó un poco impresionado, aunque todavía estaba mirando a Maki. Amalia parpadeó mirando los alrededores, es demasiado brillante y amarillo para su gusto.
Los nobles miraron a Maki, completamente hipnotizados por su belleza y vestuario, sobretodo por sus ojos, pero luego la reconocieron como la dragona imperialis, la heroína de todo un sector entero.
—Sí... y es todo gracias a mi. Ella no hubiera conseguido una nave y mucho menos la experiencia de no ser por mi. ¿La recuerdan cómo era en su fase de criada?— Preguntó Luthanor a los nobles, infligiéndoles curiosidad. —Ahora mírenla... toda una mujer.— Dijo Luthanor satisfecho.
Todos los nobles saborearon su apariencia... salvo algunos que prefirieron saborear a los otros 3, sobretodo a Lodius... hasta que este mismo los miró con intenciones hostiles, asustándolos por la frialdad del hombre atractivo de muy avanzada edad.
Amalia se asustó ante esas miradas, y se movió lentamente hacia Lodius para ponerse detrás de él. Maki estaba disgustada y un poco asustada por las miradas... ¿y Zaccai? Ni siquiera es consciente de su propio atractivo, por lo que malinterpretó las miradas que iban hacia él con inocente curiosidad.
—Damas y caballeros... les presentaré los unos a los otros...— Luthanor dijo con bastante felicidad.
Luthanor presentó a todos los nobles presentes durante 5 minutos, luego fue a presentar a Maki y su trío de amigos.
—Maki, la Dragona Imperialis, ya la conocen.— Dijo Luthanor para luego irse hacia Lodius. —Teniente Lodius, hay rumores de que golpeó un eldar oscuro experimentado hasta matarlo a mano limpia. Y también de tener un trasero perfecto.— Comentó Luthanor, sacando una mala mirada de Lodius...
—Amalia, una simple adepta sororita. Bonita, para los estándares de sus hermanas de batalla. Escuché que fue capturada por los eldar oscuros antes.— Dijo Luthanor sin darle mucha importancia a la mujer albina, la cual esta lo miró con cierto miedo.
—Y... ¿quién demonios eres tú?— Preguntó Luthanor al comisario, con una ceja levantada.
—Comisario y una especie de comodoro para Maki, Zaccai Aurora. Un gusto su majestad.— Zaccai se inclinó con educación a Luthanor.
—Ah... al menos tienes educación. Quizás hay algo que solo la señorita Maki puede ver en ti.— Dijo Luthanor sin la menor importancia, ignorándolo, causando que Zaccai se cuestione si hizo algo malo.
—Ustedes pueden comer, pero hay algo que la señorita Maki y yo debemos discutir.— Dijo Luthanor, mirando fijamente a Maki.
Maki mantuvo bajo control su cuerpo, pero sus ojos se habían afilado del miedo. Podía ver el alma del príncipe teniendo un repentino aumento de lujuria... y una leve marca maligna.
Maki caminó lentamente hacia Luthanor, este mismo le rodeó el cuello con un brazo, mientras ambos caminaban lentamente. Amalia miró a Maki preocupada, mientras que Lodius miraba al príncipe con desconfianza, aunque Zaccai estaba nervioso.
En otro lugar.
Habían llegado al cuarto del príncipe. El lugar seguía siendo igual de lujoso y espacioso como siempre... pero Maki temblaba de miedo. El príncipe volteó a verla con una sonrisa mayor y habló.
—Es maleducado que estás en mi cuarto sabiendo tu propósito y no seas la primera en mostrarlo todo...— El príncipe habló con cierta frialdad.
¡ALERTA! ¡SEXO NO CONSENTIDO Y ORGÍAS DETECTADOS! Daré un aviso igual a esta pero con más espacio para que puedas saltarte esta parte. Abusado si lo sigues leyendo...
*Latido*
*Latido*
Maki escuchaba el propio poder de su corazón reduciéndose. Sintió gotas muy calientes caer de sus ojos mientras su cuerpo temblaba en agonía, al punto que inconscientemente, negó con la cabeza y retrocedió.
—¿Me estás retando, animal?— Preguntó Luthanor con frialdad. —Quizás... deberíamos tener a alguien más en el menú...—
*Latido*
*Latido*
*Latido*
*Latido*
*Latido*
El corazón de Maki comenzó a later a tal velocidad y fuerza, que incluso Luthanor lo escuchaba. Maki se puso de rodillas... temblando.
Lentamente, metió sus dedos en su ropa, lentamente... revelando su ropa interior.
—Continúa...— Ordenó el príncipe, mirando su cuerpo con deseo.
Maki, con la mandíbula y las manos temblando, se dejó caer el sujetador, revelando montículos de carne con una punta cada una. Maki iba continuando lentamente pero... observó con aún más terror como el pene del príncipe se endureció, revelando un gran pico en su pantalón.
Sabía exactamente lo que iba pasar, pero ver como conforme pasaba el tiempo, más y más esa polla estaría cerca de penetrar su vagina... la asustaba... y generaba gotas saladas.
Tras ver la mirada amenazante pero lujuriosa del príncipe bajó la cabeza, metiendo sus dedos pulgares en sus bragas y finalmente revelando una vagina algo peluda.
Su miedo y tristeza aumentó al ver al príncipe levantarse, y acercar su dedo lentamente a la peluda amiga de Maki, tocando el pelo de esta. Pero luego, cortó rápidamente con sus poderes psíquicos la parte peluda, dejándola lampiña en esa parte.
Luego de eso, se quitó la ropa sin paciencia. Maki observó el enorme pene grotesco del príncipe, uno casi tan largo como 3 manos. Maki seguía derramando más lágrimas, asustándose y respirando con más descontrol.
—Abre las piernas... animal...— Dijo el príncipe con una sonrisa deseosa.
Maki comenzó a gemir de tristeza... estaba a punto de sollozar en voz alta... pero el miedo la estaba dominando. Finalmente obedeció, y el príncipe insertó el pene en el coño de Maki, empujando con sus caderas con toda su fuerza reforzada de poder psíquico.
—¡AHHHHHH!—
Maki comenzó a gemir de dolor y tristeza.
—¡Chilla, chilla por mi, maldita animal, sabes muy bien que lo disfrutas!— Gritó Luthanor, completamente excitado por la mirada de dolor de Maki.
Maki lloraba... cada impulso que recibía le dolía... y más por su sentido sobrehumano del tacto. Sentía su alma recibiendo parte del alma de Luthanor con horror. Sentía palpitando el pene del príncipe dentro de ella... y sintiendo poco después una gran torrente caliente quemando su vagina...
—Hgh... hgh...— Con la garganta, apenas gemía Maki, sintiendo mareos... y un gran dolor en su coño...
Finalmente... acabó...
...
—Todavía no he terminado contigo...— Dijo Luthanor, todavía su alma ardiendo de lujuria y crueldad, sonriendo sádicamente como un cerdo la mirada asustada y adolorida de Maki...
Después de varios minutos, el príncipe no había terminado.
—Ahhhh... ahhhh... ahhh...— Maki no dejaba de gemir de tristeza y dolor... mientras el príncipe penetraba su ano, corriéndose en ella por cuarta vez.
—Eres aburrida... al poco rato me divierto y empiezas a llorar...— Dijo Luthanor, apenas disfrutando de las lágrimas que todavía seguían en la cara de Maki.
Luthanor se levanta, con su miembro calmado, todavía vomitando un poco el blanco semen, mientras Maki tenía semen por su trasero y vagina, todavía con lágrimas en sus ojos.
Los ojos de Maki estaban muy rojos, mientras sus pupilas miraban hacia arriba, pidiendo a la nada que ya se termine, pero Luthanor la arrastró, todavía ambos desnudos.
Luego de eso, llegaron a un lugar muy oscuro con apenas luz morada que lo ilumine. Maki apenas tuvo la fuerza de voluntad de mirar hacia arriba.
—Gar'shrak, tal como lo habíamos acordado... la señorita Maki está aquí.— Dijo Luthanor con una gran sonrisa.
De repente, Maki escuchó pasos pesados... pero cuidadosos. Un humano normal apenas escucharía pero Maki podría escucharlos claramente. Se esforzó en ver a la figura... pero muy pronto... se arrepintió de haber hecho eso.
—No... por favor... no...— Maki comenzó a suplicar, siendo presa del pánico total.
La figura tenía un pene todavía más grueso y largo que el del príncipe. Una teta y un pecho masculino adornaban su pecho. Una larga cola diabólica giraba con discreta emoción, un par de cuernos adornaban su cabeza mientras gozaba de una altura de 6 metros. Estaba obviamente completamente desnudo.
Era nada más ni nada menos... que un guardián de los secretos... un demonio muy poderoso de Slaanesh...
—Ahhhh... puedo oler y oír su dulce miedo... su hermosa alma perfecta e inigualable se quiebra poco a poco... y mi señor está complacido y fortalecido con su dolor... pero sería mejor si se nos uniera...— Dijo el gran monstruo, mirando con deseo a Maki, pero luego, toma su barbilla con la punta de sus garras.
—Maki... si te unes... el sufrimiento al dolor que tienes será reemplazado con placer. Podrás sentir muchas cosas nuevas... nuevas experiencias... sobretodo con tu sensibilidad al tacto inigualable... e incluso podrás encontrarte con todos los "xenos" que quieras y unirse en una hermosa y perfecta orgía.— Decía el demonio.
Maki lo miraba con miedo, pero aunque su expresión no cambió, sintió confusión ante eso...
—Sí Maki... sé muy bien lo inconforme que estás con humanos. Sé lo mucho que deseas tener una relación con xenos... sobretodo con Aeldari. Eso siempre nos gustó eso de ti... tu deseo de ser penetrada y dominada por un alienígena humanoide. Si te unes... tendrás todos los xenos que quieras... y todo lo que tu corazón desea... será cumplido.— Había dicho el demonio con sumo deseo y una elegancia muy alta.
Maki lo miró todavía con miedo... iba a aceptar por puro miedo... pero...
—Huí...— Terminó de decir. —Fui tan cobarde... tan asustado... tan... inútil, que no pude dar mi vida privilegiada al emperador por las vidas de esos hombres y mujeres.— Zaccai no terminó de hablar y siguió hablando con auto desprecio. —Yo creía estúpidamente que ser "buen chico", seguir las leyes del emperador y hacerle caso a mi madre me iba volver un orgullo para el emperador, pero eso es tan solo una prueba de mi debilidad y estupidez.— Apretó sus bíceps con ira, y mucho pesar.
No puede... ¿Qué sería de su familia si se transformara en un monstruo? ¿Qué quedaría de ella para que la sigan amando?
—N-no...— Maki había dicho... con toda la fuerza de voluntad que le quedaba.
—Una pena... les hubieras agradado mucho a las daemonette...— Dijo el guardián de los secretos con decepción... solo para luego reemplazarlo con una sonrisa retorcida llena de deseo.
A una velocidad inhumana, Maki esquivó un inhumano movimiento rápido del demonio tratando de huir... pero el demonio sonreía, siendo capaz de ver un poco su velocidad... y agarró una de sus piernas.
—¡NO! ¡NO!— Gritaba Maki, aterrorizada por la larga experiencia y reflejos del demonio, pero a una velocidad rápida, le arrancó un ojo con una mano.
El demonio había percibido el movimiento, pero no alcanzó a reaccionar a pesar de su larga experiencia y velocidad por la muy superior velocidad de Maki, pero su agarre superaba incluso la gran fuerza física de Maki.
—Tu velocidad es digno de ser alabado como tu cuerpo... pero tu fuerza no supera mucho a la de un marine espacial primaris.— Dijo el demonio con sadismo, complaciéndose del dolor que le infligió Maki. —Luthanor... te doy la oportunidad de observar...— Dijo el demonio con sadismo.
Luthanor agarró su propio miembro con una sonrisa enferma y cerda. Maki se movía violentamente, gritando histéricamente, con lágrimas de terror saliendo de sus ojos. El demonio lentamente preparaba su pene, completamente duro... y metió la cabeza del miembro por el trasero de Maki.
—¡AHHHHHHHHAAA!— Maki gritó de dolor, su voz se quebraba por el grito que dio.
Luthanor se jalaba apretando con su mano el miembro, disfrutando del sufrimiento de Maki y ver cómo la gigantesca polla del demonio la penetraba al punto de hacerla sangrar, con una gran sonrisa lujuriosa.
—¡ZACCAI! ¡LODIUS! ¡AMALIA! ¡ZACCAI! ¡AYÚDENME! ¡ZACCAI!— Maki a sollozos gritaba por ayuda... ayuda que nunca será escuchada.., ni atendida.
El demonio se corrió en Maki. El semen era demasiado que incluso cayó del ano de Maki. El demonio la soltó haciéndola caer en el suelo.
Maki no podía moverse... estaba en el suelo... sus ojos estaban rojos... pero susurraba...
—Zaccai... Amalia... Lodius... Zaccai... Zaccai... Lodius... no me dejen... Zaccai...— Seguía suplicando Maki... con su alma dañada al igual que parte de su voluntad...
—¿Los trajiste?— Preguntó el demonio, todavía no satisfecho.
Luthanor todavía no se había corrido. También estaba hambriento e insatisfecho.
—Sí...— Después de algunos varios segundos de decir eso, unos puercos peludos sin ojos y sin nariz salieron caminando... chillando de dolor...
Maki observó a los animales... y solo pudo derramar más lágrimas mientras sus ojos se abrían lentamente del horror.
—No más... no más... por favor...— Suplicaba Maki, débilmente...
—Los animales siempre cogen a otros animales...— Dijo Luthanor, para luego darle una patada a los puercos, causando que chillaran y se acercaran a Maki.
—¡NO!— Alcanzó a gritar a sollozos Maki, tratando de arrastrarse lejos de los animales.
Luthanor se jalaba nuevamente su pene... y esta vez... soltó semen... completamente complacido con el sufrimiento de Maki... mientras tanto él como el demonio reían a carcajadas.
Escena acabada.
Minutos después.
Maki, desnuda, era cargada por un par de guardias de la nobleza hacia un lugar lleno de jaulas y prisioneros. Abrieron una celda, y la arrojaron como un saco de papas, para luego cerrarlo.
—Ayúdenla...— Una voz ronca, melancólica y distorsionada habló dentro de la celda.
Unas figuras la levantaron, pero al hacerlo, Maki vomitó un montón de líquido espeso, caliente y blanco de su garganta y boca, con su boca apestando enormemente... con todavía parte del liquido blanco infestando su boca y garganta.
—¡Kah!!! ¡Kah!!! ¡HAAAAAGGGGGHHH!— Maki tosió, con mucha dificultad, para luego respirar hondo como si se hubiera ahogado en el agua y apenas recibe aire.
Las figuras la dejaron por unos momentos para que recupere aire. Después, una voz masculina, ronca y triste comenzó a hablar.
—Eres la tercera Mon'keigh que vino aquí... ¿eres la nueva pareja de Luthanor?— Preguntó una figura.
Maki volteó a verlos lentamente, solo para sorprenderse al ver que todos y cada uno de los prisioneros son... Aeldari.
El hombre quien le hablaba a Maki es un eldar musculoso, muy atractivo, pero tenía varios cicatrices en todo su cuerpo... sobretodo porque, al igual que todos, está desnudo.
Maki se estaba asustando al darse cuenta de la desnudez de tanto mujeres como hombres Aeldari a su alrededor, pero el Aeldari abrió una palma en señal de calma.
—Tranquila... nosotros también le tenemos miedo...— Dijo el hombre con calma, luego se acercó a ella lentamente, solo para sentarse, mirándola a los ojos.
Maki observó sus almas...
Las poderosas almas de los Aeldari estaban hechas añicos... habían varios ecos de una mezcla de tristeza y dolor... pero ninguna pizca de enojo en dichas almas...
—Es ella...— Una mujer Aeldari, desnuda, había dicho con una muerta sorpresa.
El masculino eldar miró con más profundidad a Maki al escuchar eso... luego suspiró para finalmente preguntar:
—¿Te has encontrado con el mismo Aeldari que te encontraste hace 5 años?—
Maki lo pensó... sus memorias estaban siendo azotadas por lo que le hicieron el príncipe Luthanor, los cerdos y el demonio, pero respondió.
—Si... lo hice hoy hace... ¿Un día? ¿Una semana?— Preguntó Maki, débilmente.
El eldar masculino torció la mirada en una llena de tristeza, enojo y... ¿desesperación?
—Estúpido y necio Farain... terminará como nosotros...— Dijo el hombre para luego suspirar.
Maki tenía miedo de preguntar... pero la desconfianza y miedo a lo desconocido la dominaron y preguntó.
—¿Porque no me tratan como a una ser menor?— Cuestionó Maki, bastante asustada.
—¿Te refieres a cómo tratamos a los Mon'keigh como animales?— Preguntó una mujer eldar con un rostro triste. —Nosotros ya dejamos de hacerlo... desde que ese demonio en piel Mon'keigh nos rompió...— Decía la mujer para luego continuar. —Nos enseñó... que no somos más que animales... animales de diferentes capacidades...— Decía con voz ronca, mientras miraba a otra celda.
Maki siguió su mirada... y vio con sorpresa y horror un marine espacial de los devoradores de mundos llorando en agonía y sufrimiento. ¿Incluso un marine espacial tan violento quedó tan roto como ellos?
—Para los nobles Mon'keigh, todos somos animales, objetos de diversión, alimentos, desechables. Y tú... eres su favorita.— Dijo finalmente el eldar masculino.
Maki miró al suelo, lágrimas comenzaban a generarse... no quería aceptar eso...
—Entre más rápido lo aceptes... te dolerá menos.— Aconsejó un eldar más joven.
En otro lugar, afuera en la noche.
Lodius caminaba afuera en la noche. La hermosa luna asomaba hacia el numeroso y hermoso pasto... pero Lodius no...
Lodius miraba los alrededores y caminaba con desconfianza. Podía verlo... esos mismos ojos... algo apestaba en la nobleza y solo Maki lo sabe... pero es más que obvio que nunca hablará al respecto incluso si quisiera.
De repente, se detuvo, y volteó a ver hacia atrás... solo para ver con horror una figura grande.
—Ahhhh... Lodius... mi pequeño juguete... hace mucho tiempo que no te veía... y sigues siendo tan hermoso como el día en que te fuiste. Realmente mi señor te tiene en muy alta estima.— Un enorme y alto demonio habló con una voz serena y maliciosa, caminando lentamente.
Lodius inmediatamente apuntó con su lasgun y disparó. El demonio aunque no puede esquivar por reflejo los disparos de lasgun, podía ver el muy lento movimiento de Lodius dirigirse hacia él y el dedo en el gatillo apretándolo a cámara lenta, por lo que predijo el disparo y lo esquivó.
Lodius siguió disparando, pero el demonio se dejó impactar por los disparos, no resultando en nada más que pequeños humos apareciendo en su cuerpo, no recibiendo daño. El demonio se lamió las cuencas bocales con una larga y grotesca lengua muy complacido.
—¿Cuando aprenderás que ese pequeño juguete tuyo no puede hacerme nada? Sigues siendo igual de terco que hace décadas...— El demonio saboreaba la apariencia de Lodius, teniendo unos recuerdos felices... aunque el sentimiento no es compartido.
—Maldita alimaña, ¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Vienes a cogerte con un árbol o con una piedra?!— Lodius, quien normalmente controla sus emociones, gritó en total ira bastante molesto y asqueado.
—Contigo a diferencia, fueron experiencias de poca diversión y duración.— El demonio no se sintió ofendido por el insulto, en cambio, caminó alrededor del teniente. — Recuerdo cuando eras apenas un niño... un pobre e inocente niño que perdió a su madre mientras lo abrazaba... eso fue delicioso... pero más delicioso tus gritos y tu delicioso trasero...— Decía el demonio, recordando con melancolía.
Lodius sintió una creciente ira y dolor al seguir escuchando, pero el demonio siguió.
—Tu trasero estaba tan cerca de la perfección que no pude evitar perfeccionarlo antes del acto. Ahhhhh... como llorabas como una mujer en parto mientras probaba tu trasero. Pero más cuando en la segunda captura, les gritabas a tus soldados que huyeran... solo para que te desobedecieran, permitiéndote escapar...— Seguía saboreando el dolor de Lodius.
—¿Por qué no estás haciendo nada? ¿Acaso eres un puto niño ilusionado con su poder?— Preguntó Lodius, cansado de oír más.
—No lo sé... ¿deberíamos preguntarle a Maki de cuánto he crecido?— Preguntó al aire con una sonrisa cruel.
Lodius abrió los ojos en shock, pero ese shock rápidamente se transformó en total ira.
—¡AHHHHHHH!— Gritó enojado Lodius cargando con la bayoneta, pero un leve coletazo de parte del demonio fue suficiente para dejarlo en el suelo.
—Cálmate mi perrito. No pienso divertirme con tus aburridos compañeros, de todos modos, la perra más grande requiere de su gruesa y larga correa. Puedes intentar decírselos a los demás, pero ella no les dijo nada porque patéticamente se está sacrificando por ustedes. Si les dices a los demás... Maki tendrá el mismo sentimiento que tú... como cuando tus hombres te desobedecieron... solo que esta vez será completamente en vano.— Amenazó el demonio para luego irse caminando con una gran sonrisa cruel.
Lodius se levantó... miró con odio al demonio... pero apareció una gran tristeza en su rostro... y se marchó, pero no sin antes que el demonio comentara por lo bajo.
—¿Sabes? Maki tiene los mismos ojos que su hermana menor... muy a pesar de sus diferencias.— Comentó el demonio para luego irse... tocándose con su cola de forma discreta un dedo.
—Debe de haber alguna de salvarla... debe...— Pensaba Lodius con tristeza... ignorando el comentario del demonio.
Debería agradecerle a la trauma, ahora ya sé cómo mejorar la historia aún más. Por cierto, si han leído hasta aquí, ya se habrán dado cuenta de una sutil referencia.
Así es, es la hermana de esta reencarnada Maki: Mai reencarnada.
Tengo una idea y es hacer una historia paralela que se trate de Mai reencarnada como una tecno sacerdotisa, si recuerdan bien, en el mundo forja hay 2 elecciones por persona (más no voluntaria): Obrero y tecno sacerdote.
¿Ustedes que piensan?
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