〖15〗
SeokJin despertó solo dentro de la tienda de acampar. Con la incógnita de dónde estaba su pareja, se vistió rápidamente, tomó su espada y salió del lugar, encontrándose con la fogata apagada y solo un pequeño rastro de humo proviniendo de la madera ahora quemada.
Con una leve intuición, caminó hasta el río mientras veía hacia sus costados de vez en cuando. Su preocupación se disipó cuando se encontró con la ropa de JungKook sobre el suelo pedregoso, y con el príncipe aparentemente tomando un baño dentro del río, tal cual se lo imaginó.
SeokJin sonrió. Tenía la total seguridad de que jamás se cansaría de admirar la increíble belleza que poseía Jeon JungKook, quien se encontraba dándole la espalda en ese momento mientras llevaba un poco de agua entre sus manos para lavar su rostro y luego pasarlas por su cabello ya húmedo, eso a SeokJin le dio una sensacional vista de sus hombros anchos, los músculos de sus brazos y su espalda, la curva de su cintura y los hoyuelos que se encontraban justo antes de la curva de su trasero cubierto por el nivel del agua.
El reino de JungKook, Gamvoria, era conocido como la región de agua, pues se caracterizaba por tener muchas fuentes, cascadas, lagos y ríos alrededor de todo el territorio. Sus habitantes disfrutaban de ese glorioso elemento natural, tanto que niños de tan solo tres años ya poseían la habilidad de nadar. Y lo cierto era que el príncipe lucía muy natural y perfecto en ella, tal como si realmente perteneciera allí.
—Deja de verme y entra al agua conmigo —dijo el pelinegro sin siquiera voltearse.
—¿Cómo supiste que era yo? Creí que había sido silencioso —preguntó mientras se iniciaba a quitar el calzado.
—Porque te conozco. Y el que esté tomando un poco de tiempo para mí, no significa que haya bajado la guardia —se giró hacia SeokJin. Esbozó una sonrisa al verlo entrando al agua y caminando hacia él—. Até mi espada a mi pierna.
—Tú, chico astuto —lo elogió. Lo sujetó de la cintura en cuanto se detuvo frente a él. Apreció su rostro y su pecho desnudo durante unos segundos, antes de volver a enfocarse en sus ojos—. Despertaste temprano —comentó.
—Bueno... después de que anoche dejaras tu semilla dentro de mí... —sintió sus mejillas calentarse y ese rubor provocó que SeokJin ampliara aún más su sonrisa—. Sentí que necesitaba limpiarme. No quería que JiMin ni YoonGi me vieran.
—No vuelvas a irte sin avisarme, me he preocupado cuando no te vi al despertar.
—Lo siento, quería dejarte descansar.
—Lo sé —dejó un beso sobre su frente—. Pero aún así, no vuelvas a alejarte así mientras estemos en este lugar.
—Está bien —sonrió únicamente elevando las comisuras de sus labios.
—Y... ¿cómo te sientes? ¿Te duele?
—Un poco, pero no es nada, estoy bien. Solo espero que nadie nos haya escuchado anoche o de lo contrario moriré de vergüenza.
—Curioso que te sientas avergonzado ahora, cuando fuiste tú el que me exigió que hiciéramos el amor —se burló.
—No lo digas como si después de eso el único beneficiado hubiera sido yo.
SeokJin emitió una baja risa. Sin embargo, ambos guardaron silencio cuando JiMin llegó donde ellos.
—Por favor, díganme que no está muy fría.
—Está perfecta —comentó JungKook.
El príncipe de Eraditia también se desvistió para poder entrar al agua. JungKook notó cómo SeokJin lo observaba de arriba a abajo mientras el rubio entraba al río y exhalaba con total satisfacción debido a la sensación.
—Vaya, esto se siente bien —comentó JiMin.
—Oye —JungKook frunció el ceño con lo atontado que parecía su pareja. Lo tomó del mentón para hacer que volviera a verlo a él—. Soy la única persona que puedes ver desnuda y desearla.
SeokJin sonrió de nuevo. Lo sujetó con más firmeza de la cintura, pegándolo a su cuerpo y provocando un roce entre sus pieles por debajo del agua.
—Sabes que solo te deseo a ti.
YoonGi no tardó mucho tiempo en unirse a ellos. Al igual que los otros tres, se despojó de sus prendas y entró al agua. JiMin desvió la mirada desde el momento en que supo que iba a desvestirse, SeokJin tuvo que tomar a JungKook del mentón para hacer que volviera a enfocarse en él y dejara de ver el cuerpo del rey de Distria.
—Tan mal que te cae y casi se te salen los ojos al verle.
Ambos se vieron a los ojos por unos segundos antes de estallar en risas. La situación les pareció extrañamente cómica, ninguno de los dos había visto a otra persona desnuda que no fuera entre ellos dos, y quizá eso fue lo que les hizo ceder ante esa reacción natural y humana de observar con curiosidad los cuerpos ajenos que se encontraban frente a ellos. Pero realmente no había deseo hacia ninguno y eso solo aseguraba aún más el amor que se tenían.
Importándole muy poco la presencia de los otros hombres, JungKook juntó sus labios con los de SeokJin, a la vez que lo abrazaba del cuello.
Sin dejar de ver a la pareja, JiMin retrocedió unos pasos hasta acercarse a YoonGi, quien se encontraba haciendo lo mismo aunque de forma más disimulada.
—¿Deberíamos decirles que anoche los escuchamos fornicar? —susurró YoonGi—. Porque no me apetece escucharlos de nuevo.
—Por supuesto que no —respondió el príncipe de Eraditia con una sonrisa traviesa—. Tienes algo con arruinarles el romance, ¿cierto?
—Porque no es momento para el romance.
JiMin se giró hacia él para verlo a los ojos, con un semblante más serio.
—Lo es si tomas en cuenta que no tenemos la completa seguridad de que saldremos con vida de aquí. Déjalos disfrutar. Ellos se aman, y cada minuto que tienen la oportunidad de estar juntos en este bosque, es como una bendición de los dioses. ¿O acaso tú no desearías aprovechar en estar con la persona que quieres ahora mismo?
Pese a que no respondió de ninguna manera, eso dejó a YoonGi pensando un poco. SeokJin y JungKook demostraban el amor que se tenían prácticamente con cualquier acción y con cada oración que se dirigían. JiMin estuvo a punto de quitarse la vida solo para estar con la persona que alguna vez amó. Mientras que él realmente no tenía a nadie, si era sincero, tampoco estaría dispuesto a dar su vida por salvar la de alguien más. Eso se suponía que era bueno dentro de los Prixodium, pero por alguna razón también lo sentía como algo triste. No quería ganar la corona, era consciente de que iba a morir de todas formas si el plan de SeokJin no funcionaba, pero ahora iniciaba a sentir como si su vida o su muerte no tuviera ningún sentido. JiMin, SeokJin y JungKook tenían más sueños y propósitos de los que él alguna vez tuvo.
Cuando JungKook se separó de su amante, cubrió su estómago con sus brazos e hizo una ligera mueca.
—Tengo hambre.
—Lo sé, yo igual —respondió SeokJin—. Aguanta un poco más, ¿sí? Tal vez encontramos algún animal en el camino que podamos cazar —inició a caminar hacia donde había dejado sus prendas—. Me iré vistiendo ya.
El príncipe de Krodia se detuvo donde estaban sus botas y, más importante aún, el diamante. Subió la mirada hacia YoonGi y JiMin; ellos aún no estaban enterados de nada. Eso le aliviaba, aunque al mismo tiempo iniciaba a pensar en qué explicación les daría una vez que tuvieran que confesarles la verdad.
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Capítulo corto solo para no dejar morir esta historia jajan't
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