Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

twenty. summer camp

O2O | SUMMER CAMP

El día del campamento finalmente había llegado y Kaori se encontraba alineada con sus compañeros, prestando atención a las palabras de su profesor Aizawa. La atmósfera estaba cargada de emoción y expectativas, y ella sentía una mezcla de nerviosismo y entusiasmo. A medida que Eraser Head terminaba su discurso, la chica sintió que la adrenalina comenzaba a fluir en su cuerpo.

—La preparatoria UA terminó el primer semestre y empiezan las vacaciones. Pero los que quieren ser héroes no tendrán descanso —aseguró—. En este campamento de verano aspiraran a más por el plus ultra.

Una vez que Aizawa terminó de hablar, la chica se giró hacia Shoto, quien se encontraba a su lado. Justo en ese momento, de reojo, Kaori notó que Izuku se sonrojaba visiblemente mientras Uraraka se acercaba un poco más de lo habitual. La chica sonrió, animada, y el chico, claramente nervioso, intentaba encontrar las palabras adecuadas.

Kaori no pudo evitar sonreír ante la situación. Era demasiado tierno ver cómo sus amigos se comportaban entre sí, especialmente cuando se trataba de esos pequeños momentos de timidez y emoción.

—¿Estás lista para el campamento? —preguntó Shoto, interrumpiendo sus pensamientos.

—¡Estoy más que lista! —Kaori exclamó, su voz llena de entusiasmo—. Vamos a hacer tantas cosas increíbles: entrenamientos al aire libre, tal vez algunas pruebas de resistencia, y espero que tengamos tiempo para explorar el bosque. ¡Imagínate hacer una fogata y contar historias por la noche!

Mientras parloteaba, sus ojos brillaban de emoción. No se dio cuenta de que Aizawa la miraba de reojo, notando la cercanía entre ella y Shoto. Las sonrisas cómplices que compartían no pasaron desapercibidas para él; era un hombre observador y sabía que algo había cambiado entre ellos.

Justo en ese momento, Uraraka, Mina y Kaminari comenzaron a saltar de un lado de otro mientras reían, emocionados por el campamento. Kaori no lo dudo y se unió a ellos sin pensarlo dos veces, dejándose llevar por la alegría del momento.

La risa de Kaori resonaba en el aire, y Shoto, que observaba desde un lado, no pudo evitar sonreír ante la felicidad que emanaba. Era contagiosa, y pronto se encontró deseando unirse a ella en su entusiasmo.

Por otro lado, Iida se acercó rápidamente al autobús, listo para organizar a sus compañeros.

—¡Todos formen una fila y tomen asiento de manera ordenada! —ordenó con energía. Kaori no pudo evitar reír ante su entusiasmo mientras se dirigía al autobús.

Al entrar al autobús, buscó rápidamente un lugar junto a Shoto.

—¿Quieres escuchar música? —el bicolor preguntó, desviando su mirada hacia la chica.

—Claro.

Sin decir nada más, la pareja compartió un audífono, y con la música sonando suavemente, Kaori se recostó en el hombro de Shoto, sintiendo su calidez y el leve vaivén del vehículo. Miró por la ventana, dejando que el paisaje pasara rápidamente, disfrutando de la conexión que compartían.

Shoto, aunque algo nervioso por la nueva dinámica de su relación, recostó su cabeza sobre la de Kaori. Nunca había sido muy expresivo, pero cada vez que estaba cerca de ella, deseaba que supiera lo especial que era.

Desde la parte trasera del autobús, Bakugo observaba la escena con una mueca de desdén, su mirada fija en la pareja. La cercanía entre ellos le irritaba, y no podía evitar fruncir el ceño. No podía evitar preguntarse, ¿por qué una chica como Kaori había elegido estar con alguien como el idiota mitad y mitad?

Kirishima, que había notado la expresión de su amigo, decidió acercarse, intentando distraerlo de sus pensamientos negativos.

—Oye, Bakugo, ¿has visto la última serie de héroes que salió? —preguntó con un tono despreocupado, tratando de cambiar el tema.

Sin embargo, el chico apenas le prestó atención. Su mirada seguía en la pareja.

—¡No me hables de eso! —respondió, su tono lleno de frustración—. ¡No necesito distracciones!

Kirishima suspiró, entendiendo que su amigo estaba luchando con sus propios sentimientos. Intentó ser más sutil, viendo que Bakugo necesitaba tiempo para procesar lo que sentía.

—Tal vez deberías aprovechar el campamento para relajarte un poco...

Antes de que pudiera terminar lo que tenía para decir, el rubio lo interrumpió.

—¿Relajarme? ¡No me hables de relajación! —su voz resonó por el autobús, haciendo que algunos de sus compañeros voltearan a verlo con sorpresa—. ¡Eso es para inútiles!

Bakugo se cruzó de brazos, su atención completamente centrada en la pareja. Mientras tanto, Kaori y Shoto, ajenos a la tormenta emocional del rubio, continuaban disfrutando de su tiempo juntos, compartiendo un auricular y hablando sobre lo que les esperaba en el campamento.











































🪷❤️‍🔥🧸



































Las horas en el autobús parecieron pasar volando, llenas de risas y música. Finalmente, el vehículo se detuvo en medio de la nada, rodeado de un paisaje natural impresionante. Los estudiantes comenzaron a bajar, aliviados de poder estirarse un poco después de tanto tiempo sentado.

Kaori salió del autobús con rapidez, rascándose los ojos mientras el aire fresco le daba una nueva energía. La chica levanto los brazos por encima de la cabeza y dejo escapar un suspiro de satisfacción. A su lado, Kirishima también se estiraba, luciendo tan emocionado como siempre, mientras que Bakugo parecía más molesto por la interrupción.

—Por fin descansamos, ¿no? —dijo el pelirrojo, dirigiéndose hacia Kaori con una sonrisa amplia.

La chica asintió, pero su atención se desvió cuando Bakugo bufó con desdén.

—Pero, ¿esto cuenta como un área de descanso? —preguntó, mirando a su alrededor con una expresión de irritación.

—Vamos, Bakugo, es solo un descanso —intervino Kirishima, tratando de mantener el ambiente ligero—. ¡Podemos aprovechar para explorar un poco antes de llegar al campamento!

—¡Kirishima tiene razón! Tal vez podríamos jugar a algún juego o explorar un poco. Este lugar es hermoso —Kaori exclamó, girando en círculos para apreciar el paisaje que los rodeaba.

Bakugo lanzó un bufido, pero no pudo evitar que su expresión se suavizara al ver la emoción de la chica frente a él. Sin embargo, rápidamente se recuperó y volvió a su expresión habitual de desdén.

—No tengo tiempo para tonterías —replicó, cruzando los brazos.

—¡Vamos! Solo un poco de diversión no hará daño.

—Podemos tomar algunas fotos también —sugirió Kaori, sacando su teléfono y apuntando hacia el hermoso paisaje que los rodeaba—. ¡Vamos, Bakugo! ¡Sonríe para la cámara!

El aludido, claramente irritado, se cruzó de brazos de nuevo.

—¡No voy a sonreír!

Kirishima se rió y le dio una palmadita en la espalda.

—Solo una foto, Bakugo. ¡Por el equipo!

Sin embargo, antes de que pudieran continuar con su plan, la voz de Aizawa los interrumpió, llamando la atención de todos.

—No tiene caso parar sin razón.

—¿Y el baño? —Mineta preguntó, mirándolo con nerviosismo.

—¡Hola, Eraser! —una voz exclamó a sus espaldas.

Cuando los estudiantes se dieron la vuelta para saber de qué se trataba, vieron como los Wild Pussycats salían de un auto negro. Eran un grupo de héroes conocidos por su estilo único y habilidades sorprendentes.

Kaori se iluminó al verlos. Había oído hablar de ellos, pero nunca los había visto en persona.

—¡En la mira con miradas resplandecientes! ¡Afiladamente linda y gatuna! ¡Wild, Wild Pussycats!

—Las heroínas profesionales que estarán con nosotros, las Wild Pussycats —Aizawa los presentó, viendo las miradas confundidas de sus estudiantes.

—¡Un equipo de cuatro personas que hizo su propia agencia! ¡Son veteranas especializadas en rescate en las montañas! —exclamó Izuku con los ojos brillando gracias a la emoción—. ¡Este año será el duodécimo que...!

Antes de que el peliverde pudiera completar su frase, la garra de una de las heroínas fue a parar en su rostro.

—¡Tengo 18 de corazón!

—Saluden —ordenó el profesor a cargo.

—¡Mucho gusto! —dijeron todos al unísono.

Kaori pudo notar cómo detrás de los Wild Pussycats había un niño pequeño. Su mirada distante y su postura encorvada revelaban que no quería estar allí.

—¿Quién es ese chico? —preguntó en un susurro, dirigiendo su atención a Shoto.

Él la miró, frunciendo ligeramente el ceño mientras trataba de identificar al niño.

—Debe ser su hijo.

La chica asintió lentamente. La verdad es que tenía sentido.

—Toda esta tierra es nuestra. Ustedes se quedarán al pie de aquella montaña —anunció la líder del grupo, señalando a lo lejos con un dedo firme, su tono dejaba claro que no había lugar para dudas.

Kaori miró hacia donde apuntaba, sus ojos se ensancharon al notar lo lejos que estaba la montaña. La distancia parecía abrumadora.

—¡Qué lejos! —exclamó Kaminari.

—¿Eh? ¿Y por qué paramos aquí? —Sato preguntó.

A medida que los estudiantes empezaban a entender lo que las heroínas planeaban, la ansiedad se apoderó de ellos. La idea de estar lejos del autobús y enfrentarse a un campamento en medio de la nada no era precisamente lo que habían imaginado para su primera experiencia.

—Ahora son las 9:30 AM. Si se apresuran, tal vez lleguen a las doce... —informó la líder con una sonrisa casi burlona.

—¡Corramos! —gritó Mineta, comenzando a moverse.

—¡Al autobús! ¡Rápido! —Mina agregó, mientras todos comenzaban a correr hacia atrás, tratando de alejarse del desafío.

Sin embargo, las heroínas parecían indiferentes al pánico que se cernía sobre los estudiantes, ya que continuaron con su conversación animadamente.

—Los gatitos que no lleguen a las 12:30 no almorzarán —advirtió Mandalay, con un tono juguetón pero serio.

Con un movimiento de su mano, Pixie Bob utilizó su don de flujo de tierra, haciendo que el suelo temblara ligeramente. En un instante, los estudiantes se vieron obligados a bajar un barranco, sintiendo como la adrenalina comenzaba a correr por sus venas.

Kaori, sintiendo cómo el corazón le latía aceleradamente, miró hacia abajo. La caída era abrupta, y aunque había un pequeño cosquilleo de emoción en su estómago, también había una gran dosis de miedo. La idea de deslizarse por la pendiente le hizo recordar momentos en los que había estado en situaciones similares, pero nunca de esta magnitud.

—¡Es propiedad privada, así que pueden usar sus dones! ¡Tienen tres horas! —exclamó Mandalay, su voz resonando en el aire—. ¡Lleguen con sus propios pies! ¡Después de pasar por el bosque de las bestias!

Kaori intercambió miradas nerviosas con sus amigos, una mezcla de emoción y temor surgiendo entre ellos. Sabía que este campamento sería un desafío, pero no esperaban que comenzara tan rápido.

—¿Bosque de las bestias? —Izuku cuestionó con nerviosismo.

—¡Suena a nombre de Dragon Quest!

—La UA siempre hace cosas como esta...

Luego de unos minutos, los chicos decidieron dejar de quejarse, conscientes de que no tenían más opción que avanzar si querían llegar a tiempo. El grupo comenzó a caminar, aunque con cierta cautela, pues sabían que el bosque frente a ellos no era un lugar para tomar a la ligera.

—Tengo que ir al baño... —murmuró Mineta con nerviosismo, y sin esperar la aprobación de los demás, se adelantó rápidamente al grupo, desapareciendo entre los árboles.

—¡Oye, espera! —gritó Kaminari, intentando detenerlo, pero el chico ya se había internado en el espeso bosque.

De repente, un estruendo se escuchó en la distancia, seguido de un grito de Mineta.

Sin dudarlo, Deku corrió hacia dónde había provenido el sonido, con los demás siguiéndolo de cerca. Al llegar, vieron a Mineta completamente paralizado, frente a una criatura enorme y aterradora que rugía con furia. Era una bestia salvaje del bosque, mucho más grande y amenazante de lo que cualquier uno de ellos había imaginado.

—¡Mineta, muévete! —gritó Kaori, pero el chico estaba congelado por el miedo, incapaz de reaccionar.

La criatura levantó una de sus enormes garras, lista para atacar al chico. Sin embargo, en ese instante, Izuku reaccionó rápidamente. Utilizando su don "One For All", saltó hacia Mineta con una velocidad increíble, logrando sacarlo justo antes de que la garra de la bestia cayera sobre él.

En medio de la confusión, Kaori notó que Koda intentaba usar su don para controlar al monstruo, levantando una mano temblorosa hacia él. Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, nada parecía suceder. La bestia no se detenía, ni siquiera parecía reaccionar ante el intento de Koda.

En ese momento, Kaori recordó lo que Pixie Bob había mencionado antes: el bosque era su terreno, y como héroes, podían usar sus dones con libertad en esta área. No le costó demasiado entender que la criatura no era un simple animal salvaje, sino una creación del don de Pixie Bob, formada a partir de la tierra misma.

La chica no lo dudo y se lanzó a toda velocidad hacia la bestia, siendo seguida de cerca por Bakugo y Todoroki, cada uno preparado para usar su poder en perfecta sincronía. La criatura, hecha de tierra y rocas, rugía mientras avanzaba hacia ellos a grandes pasos.

Shoto extendió su brazo derecho. Y en tan solo cuestión de segundos, una oleada de hielo envolvió las piernas de la bestia, paralizándola momentáneamente. La criatura trató de romper el hielo, pero el frío se extendió rápido, endureciendo la tierra en sus extremidades.

Por otro lado, Bakugo se lanzó hacia el costado de la criatura. Con un gran estruendo, utilizó sus explosiones para destrozar uno de los brazos de la bestia, haciéndola tambalearse.

Kaori, aprovechando la apertura, canalizó el poder del sol en su puño. Su mano brillaba con una intensa luz dorada, llena de energía solar concentrada. Con un salto ágil, la chica aterrizó cerca de la criatura y lanzó un golpe directo al otro brazo de la bestia. El impacto fue tan fuerte que el brazo de tierra se desmoronó en pedazos, dejando a la criatura completamente indefensa.

Deku, que había estado esperando su momento, se impulsó hacia arriba con "One For All", saltando hacia la cabeza de la bestia. El chico lanzó un golpe devastador directamente en su cráneo. El impacto resonó por todo el bosque, y la cabeza de la criatura explotó en mil pedazos de tierra y roca.

El cuerpo de la bestia cayó inerte al suelo, desmoronándose lentamente hasta convertirse en un simple montón de escombros.

—¡Lo vencieron en un instante! —Sato exclamó con sorpresa, acercándose a sus compañeros con una sonrisa.

—¡Son geniales! —Sero dijo de la misma forma.

—¡Aun no! —gruño Bakugo, viendo como a lo lejos, se acercaban mas criaturas.

—¿Cuántos más hay? —se quejó Kaminari.

—¿Qué hacemos? ¿Huimos? —Mina preguntó.

—¡Ni de broma! —Sato se apresuró a exclamar, colocándose en posición de batalla—. Si no llegamos a la hora acordada nos quedaremos sin almorzar.

—Entonces, no hay más opción que tomar la ruta más corta —Yaomomo habló con determinación, mirando a cada uno de sus compañeros—. Pelear.

—¡Adelante, clase 1-A!

El grito de Iida resonó entre los árboles como una señal de alerta, movilizando a toda la clase 1-A de forma inmediata. El terreno irregular del bosque, cubierto de maleza y rocas, se volvía más peligroso con las criaturas creadas por el don de Pixie Bob acechando desde las sombras.

Kaori sintió cómo su adrenalina aumentaba mientras se preparaba para la batalla. La claridad en su mente le permitió observar el caos con una visión estratégica. Sabía que no podían depender solo de la fuerza bruta; necesitaban un plan.

Alrededor de ella, el equipo se formaba. Jirou y Shoji usaban sus dones para escuchar los movimientos más sutiles. Tokoyami invocaba a Dark Shadow, su poderosa criatura oscura que se movía como una sombra etérea entre los árboles. La fuerza combinada de todos ellos creaba una sinfonía de habilidades.

Shoto, de un rápido movimiento, levantó una pared de hielo frente a ellos, cortando el paso a una de las enormes bestias. La criatura se tambaleó, sorprendida, antes de que Bakugo, con su típica agresividad explosiva, saltara sobre ella, lanzando una ráfaga de explosiones que destrozaron su torso por completo.

La bestia cayó con un estruendo, pero no había tiempo para celebraciones. Otra criatura se acercaba desde el norte, y esta vez era aún más grande. A lo lejos, Mineta gritaba en pánico mientras intentaba lanzar sus bolas pegajosas hacia una tercera bestia que se movía con agilidad entre los árboles.

El bosque parecía vibrar con vida propia, con las criaturas emergiendo desde todas partes, el suelo temblando bajo sus pasos. El calor del combate llenaba el aire, mezclado con el sudor de los estudiantes y el olor de la tierra removida.

A medida que las bestias creadas por el don de Pixie Bob caían más rápidamente de lo esperado, Kaori notó que no eran tan difíciles de vencer como había pensado en un principio. El grupo se manejaba con eficiencia, y las criaturas, aunque impresionantes, no parecían ofrecer el desafío que ella buscaba.

Aprovechando que su equipo estaba bien coordinado y que tenían la situación bajo control, Kaori decidió alejarse un poco del grupo. Era una oportunidad perfecta para probar algo que había estado practicando en secreto con su padre. Llevaba meses perfeccionando esta nueva técnica, pero aún no la había usado en combate real. Las enseñanzas de su padre resonaban en su mente: controlar la energía solar era más que solo destellos y fuego.

Con pasos rápidos pero sigilosos, se apartó unos metros hacia una zona más despejada del bosque. Cerró los ojos un momento, sintiendo el calor del sol en su piel y dejando que la energía fluyera a través de su cuerpo.

Sin dudarlo más, extendió los brazos hacia el cielo, invocando la energía solar. Su don respondía de inmediato, la luz comenzaba a condensarse en sus manos, pero esta vez no sería un simple ataque de ráfagas o llamas. Kaori estaba practicando algo más avanzado, algo que requería precisión y control absoluto. La técnica que su padre le había enseñado consistía en canalizar la energía del sol en una forma pura y controlada, transformando su poder en una explosión devastadora.

Una esfera de luz comenzó a formarse en sus manos, llena de calor y poder. Kaori podía sentir la fuerza de la energía intentando desbordarse, pero con cada respiración profunda, mantenía el control. Esta era la clave de la técnica: no dejar que el poder la consumiera.

Con un movimiento firme, lanzó la esfera de luz hacia el cielo. Por un instante, el tiempo pareció detenerse mientras el ataque volaba hacia arriba, iluminando el bosque con una luz cegadora. Cuando alcanzó cierta altura, Kaori cerró sus puños, y la esfera explotó en una lluvia de rayos de luz, que descendieron como meteoros incandescentes.

Los rayos de luz cayeron sobre las criaturas que aún quedaban, eliminándolas con precisión quirúrgica, sin causar daños colaterales. Cada rayo golpeó su objetivo con fuerza, disolviendo a las bestias en un estallido de energía pura. Los árboles y el suelo no sufrieron ni un rasguño, lo que demostró el increíble control que había logrado.

Kaori exhaló con fuerza, sintiendo una oleada de satisfacción recorrerla. La técnica había sido un éxito, y lo más importante, había logrado mantener el control. Miró hacia el cielo, donde los últimos vestigios de su ataque aún brillaban como estrellas fugaces.

Justo entonces, escuchó unos pasos detrás de ella. Se giró para encontrarse con Shoto, quien la miraba con una mezcla de asombro y admiración.

—¿Qué fue eso? —preguntó él, con los ojos entrecerrados, aún procesando lo que acababa de presenciar.

La chica sonrió, un poco avergonzada, pero también orgullosa de su nuevo ataque.

—Es algo que he estado practicando con mi padre —respondió—. Quería probarlo en un escenario real... Y parece que funcionó.

Shoto asintió, su habitual expresión tranquila, pero Kaori pudo notar la chispa de emoción en sus ojos.

—Lo hiciste bien —dijo, acercándose un poco más—. Realmente impresionante.

Kaori sintió un ligero rubor en sus mejillas al escuchar el cumplido, pero antes de que pudiera responder, un rugido resonó en la distancia, recordándoles que la batalla aún no había terminado por completo. Sonriendo entre sí, ambos corrieron de vuelta hacia el grupo, listos para continuar luchando, con la certeza de que juntos eran imparables.











































🪷❤️‍🔥🧸



































El sol comenzaba a hundirse lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos anaranjados y rosados. Después de varias horas de batalla, los estudiantes de la clase 1-A caminaban con pasos pesados y lentos, el cansancio evidente en sus cuerpos. Cada músculo dolía, y las respiraciones eran profundas, tratando de recuperar el aliento tras enfrentarse a una cantidad de bestias mucho mayor de la que habían anticipado. Las peleas constantes, el uso prolongado de sus dones, y el esfuerzo mental y físico comenzaban a pasar factura.

Kaori, entre ellos, sentía especialmente el peso del día. Había usado su don más de lo que acostumbraba, canalizando la energía solar hasta el límite de su resistencia. Aunque había logrado controlar sus ataques, ahora pagaba el precio. El sol había dejado de estar directamente sobre ellos, y con su descenso, su poder también se debilitaba.

A medida que caminaba, sus compañeros notaron algo inusual en su rostro. Sus ojos, normalmente de un color vibrante, ahora tenían pequeñas grietas doradas alrededor de las pupilas. Parecían como si la luz del sol hubiera quedado atrapada en ellos, una señal clara de que Kaori había forzado su habilidad al máximo.

—Kaori, tus ojos... —murmuró Shoto, caminando a su lado. Era consciente del esfuerzo que ella había puesto durante las batallas, pero también sabía que excederse podía ser peligroso.

Kaori se llevó una mano al rostro, tocando suavemente la piel alrededor de sus ojos. Sabía lo que significaba. Las grietas doradas eran una señal de que había absorbido más energía solar de lo normal y que su cuerpo estaba tratando de adaptarse, pero también le advertían que estaba llegando a su límite.

—Estoy bien —respondió con una sonrisa cansada, aunque agradecida por la preocupación de su novio—. Solo necesito descansar un poco.

Shoto asintió, aunque no apartó su mirada de ella, como si quisiera asegurarse de que realmente estuviera bien.

—Nunca pensé que habría tantas bestias... —dijo Kirishima, estirando los brazos por encima de su cabeza, su voz mostrando la fatiga que compartían todos.

—Ni yo —respondió Deku—. Pensé que llegaría un punto donde terminarían, pero parecía que siempre aparecían más.

Kaori asintió, escuchando las conversaciones a su alrededor. Sabía que todos estaban agotados, pero también podía sentir el orgullo en sus voces. Habían trabajado en equipo, enfrentado obstáculos mayores de lo esperado y, aun así, seguían avanzando.

—Aún queda un largo camino —dijo Iida, quien, a pesar del cansancio, mantenía su tono formal y determinado—. Pero si seguimos trabajando como lo hemos hecho hasta ahora, llegaremos sin problemas.

Shoto notó como su novia cerraba los ojos cada cierto tiempo, haciéndole saber que el sobrepasar sus límites si le había afacetado. Sin decir nada, tomó su mano en un gesto silencioso de apoyo. Kaori le sonrió, agradecida por su presencia y por el simple gesto de contacto.

Pixie-bob observó al grupo con una mezcla de sorpresa y orgullo, llevándose las manos a las caderas mientras sonreía.

—La verdad, pensé que tardarían más —exclamó, alzando la voz para que todos la escucharan. Sus ojos se posaron en cada uno de ellos, pero se detuvieron especialmente en un grupo—. No tuvieron tantos problemas con mis bestias de tierra como pensé. Sobre todo, ustedes cinco de ahí —dijo, señalando a Shoto, Iida, Deku, Bakugo y Kaori—. ¿Pudieron actuar sin dudar por su experiencia?

Los chicos compartieron una breve mirada entre sí, pero no alcanzaron a responder nada, ya que la heroína se acercó a ellos con gran rapidez.

—¡Quiero verlos en tres años! ¡Los pido para mi!

Kaori sonrió, pero no pudo evitar sentirse un poco incómoda por el comentario tan entusiasta de la heroína. Bajó la mirada un momento, soltando una pequeña risa, mientras trataba de no parecer demasiado afectada. A su lado, Deku también se reía, aunque sus ojos se desviaron hacia otro lado, alejándose un poco del grupo.

—Ehm... ¿Quién es el niño que siempre está con ustedes? —preguntó Deku, girándose hacia Pixie-bob y señalando sutilmente hacia atrás.

Todos miraron en la dirección en la que él apuntaba. Detrás de las Wild Pussycats estaba un niño pequeño, de aspecto serio y distante. Parecía completamente desinteresado en todo lo que estaba ocurriendo, como si preferiría estar en cualquier otro lugar antes que allí. Su mirada desafiante y su postura cerrada hicieron que varios de los estudiantes intercambiaran miradas curiosas.

Kaori, que había notado al niño desde el principio, frunció el ceño ligeramente. Había algo en su actitud que le generaba curiosidad, como si hubiera un motivo más profundo detrás de su comportamiento tan frío.

—Ah, es el hijo de mi primo —respondió Mandalay, sin perder su tono animado—. Vamos, Kota, salúdalos. Estarás con ellos una semana.

El niño se mantuvo en su lugar, sin molestarse en saludar o interactuar con el grupo. Mientras el resto de la clase observaba al niño con curiosidad, Izuku decidió acercarse para presentarse.

—Hola, soy Izuku Midoriya, un placer conocerte, Kota —dijo con una sonrisa amable mientras extendía su mano, esperando romper el hielo con el pequeño.

Sin embargo, antes de que pudiera siquiera reaccionar, Kota estiro su puño rápidamente y, con una precisión brutal, le dio un golpe directo a la parte baja de Izuku. El golpe lo tomó completamente por sorpresa, haciéndolo doblarse en el acto mientras una mezcla de dolor aparecía en su rostro.

—¡Midoriya! —gritó Iida, corriendo hacia él con preocupación mientras los demás lo observaban en shock.

Kota, por otro lado, no mostró ninguna señal de arrepentimiento. Con una expresión endurecida, simplemente se giró y comenzó a caminar lejos del grupo, ignorando por completo el revuelo que había causado.

—¡¿Cómo le haces eso a su escroto?! —el delegado exclamó con sorpresa.

—No pretendo pasar mi tiempo con tipos que quieren ser héroes —él se limitó a responder.

Bakugo, que había estado observando la escena con una mezcla de diversión y desprecio, sonrió de lado al escuchar las palabras del niño. Para él, era como un eco de su propia actitud, y no pudo evitar sentirse satisfecho con el comentario.

—Mocoso.

—Se parece bastante a ti —Kaori musito en un tono juguetón.

—¿Que? ¡Para nada! —gritó rápidamente.

—Basta de hablar —la voz del profesor Aizawa resonó por el lugar, haciendo que todos dirigieran su vista hacia el—. Saquen sus cosas del autobús. Lleven todo a sus cuartos y cenaran en la cafetería. Luego se bañarán y dormirán. Empezaremos de verdad mañana.



























































































JES'S NOTE !

primer capitulo de shoto y kaori siendo pareja ! los adoro, son todo lo que está bien en este mundo 🩷

BAKUGO ES DEMASIADO CELOSO, ni siquiera se molesta en tratar de disimular que odia ver a shoto cerca de kaori 🤷🏻‍♀️ kirishima ya se dio cuenta, así que se viene dramaaa

aquí les dejo una foto de kaori intentando el ataque que estuvo practicando con su papito <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro