Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

twenty four. how far can you go?

O24 | HOW FAR CAN YOU GO?

El dolor atravesaba el cuerpo de Kaori como un rayo implacable. Cada descarga eléctrica que el doctor le aplicaba la hacía retorcerse en la camilla, los gritos se escapaban de sus labios sin que pudiera controlarlos. La sensación de quemazón en sus músculos y huesos era insoportable, como si cada célula estuviera al borde de colapsar. Sentía cómo su cuerpo entero ardía y temblaba, incapaz de defenderse, de escapar.

—Vamos, Kaori... Aguanta un poco más. ¿No quieres ser una verdadera heroína? —la voz del doctor resonaba en la habitación con una calma perturbadora, como si estuviera realizando un simple experimento científico y no torturando a una persona.

La chica intentó enfocarse en algo, en cualquier cosa que la alejara de la agonía. Cerró los ojos con fuerza, buscando en su mente un refugio. Y ahí estaban ellos, sus amigos, su familia, su novio. ¿Qué estarían haciendo ellos ahora? ¿Estarían preocupados por ella, buscando alguna forma de encontrarla?

Otra descarga la sacudió, su cuerpo se arqueó violentamente en la camilla, pero no pudo evitar que una imagen aterradora atravesara su mente: sus padres, inconscientes o peor, por culpa de All For One.

—¡Basta! —gritó Kaori, entre jadeos, tratando de contener las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. El dolor no era lo único que la destrozaba, era el miedo. El miedo a no volver a ver a su familia, a Shoto, a sus amigos.

—Interesante... Tu resistencia es mayor de lo que esperaba —Garaki murmuró.

El doctor ajustó los controles de la máquina, aumentando ligeramente la intensidad de las descargas. El cuerpo de Kaori tembló en respuesta, y su respiración se volvió aún más errática.

—Lo curioso de todo esto es que no solo es tu poder lo que te convierte en un objetivo —el hombre dijo con una voz gélida, casi disfrutando de la tortura—. Claro, tu don es valioso, pero también hay otra razón por la que estás aquí, una más personal.

La chica intentó procesar lo que él decía, aunque cada palabra resonaba como un eco lejano entre el dolor. ¿Una razón personal? ¿A qué se refería?

—Dabi ha hablado mucho de ti. Parece tener una obsesión particular contigo —Garaki se rió entre dientes—. Es curioso, ¿no? Alguien tan centrado en sus propias motivaciones, tan determinado por el odio y el rencor, aún tiene tiempo para pensar en ti. ¿Te has preguntado alguna vez por qué?

El nombre de "Dabi" envió un escalofrío por la espalda de Kaori, más fuerte que cualquier descarga eléctrica que había sentido hasta ahora. Recordaba sus encuentros con él. La forma en que sus llamas oscuras parecían querer destruir todo a su alrededor, pero también la forma en la que su mirada se le hacía conocida.

El doctor continuó, viendo el impacto que sus palabras tenían en ella.

—Dabi siempre ha sido un tipo problemático. Y no es solo que odie a los héroes, es que odia a ciertos héroes de manera muy particular. Y tú, Kaori, has logrado ponerte en el centro de su ira —el hombre la miró con intensidad, como si estuviera revelando un secreto antiguo—. Tal vez porque, al verte, le recuerdas a alguien. Tal vez porque tu relación con cierto héroe le molesta más de lo que puedas imaginar. O tal vez... —hizo una pausa, inclinándose hacia ella—. Simplemente porque representas todo lo que él ha perdido.

Garaki sonrió al ver que Kaori estaba procesando lo que había dicho.

—Todo se aclarará eventualmente. Pero lo que sí puedo decirte es que el odio de Dabi hacia ti no es casualidad. Tiene raíces profundas. Y aunque no lo parezca, esa es otra de las razones por las que All For One te quiere. Porque si logra controlar tu poder, será una manera más de hundir a aquellos que odia. Al mundo entero que los admira.

Kaori cerró los ojos, luchando contra el dolor y la información que acababa de recibir. Garaki dio unos pasos hacia la pantalla que mostraba los patrones de energía de la chica y sonrió.

—Pero por mucho que odien, no podrán negarse a esto —señaló las cifras en la pantalla—. Tu cuerpo es único, Kaori. Su resistencia es impresionante, tanto a las descargas eléctricas como a la manifestación de luz. Un poder tan delicado que solo alguien como tú podría soportar. All For One está fascinado por la idea de poder controlarlos.

—No dejaré que lo logre.

El doctor soltó una carcajada ante sus palabras.

—Oh, lo sé, pequeña. Esa es precisamente la parte divertida. Porque cuanto más luchas, más interesante te vuelves para él. Pero no te preocupes... No será tu decisión por mucho más tiempo.















































🪷❤️‍🔥🧸







































Mientras tanto, de vuelta en el bar, Bakugo había recobrado la conciencia. Despertó de manera abrupta, su cuerpo rígido por la incomodidad de haber estado atado y su mente aún difusa. Sin embargo, lo primero que notó fue la ausencia de cierta chica pelirosada a su lado.

—¡¿Dónde demonios está Kaori?! —gritó con una mezcla de furia y frustración, intentando liberarse de las ataduras que lo mantenían en su lugar—. ¡Malditos bastardos, si le hacen algo, los haré volar en mil pedazos!

Sus palabras resonaron con fuerza en el espacio casi desierto del bar. Los villanos, dispersos por la habitación, lo miraron con indiferencia o una leve sonrisa burlona. Nadie parecía tomarse en serio las amenazas del explosivo joven, lo cual solo aumento aún más su enojo.

—Cálmate, niño —murmuró Shigaraki desde su silla, sin siquiera molestarse en girar hacia Bakugo—. Todo a su tiempo.

—¡No me digas qué hacer, maldito! —gritó—. ¡Devuélvanla ahora mismo! ¡Si algo le pasa, van a arrepentirse por el resto de sus miserables vidas!

Toga, que estaba jugando con su cuchillo cerca de la barra, dejó escapar una risita al ver el espectáculo del rubio. Le divertía ver cómo su temperamento ardía sin control.

—Tan lindo cuando te pones así de violento —dijo con voz melosa.

—¡Cierra la boca, maldita psicópata! —rugió Bakugo.

—No es prudente actuar con tanta imprudencia, joven Bakugo —dijo Kurogiri con su tono calmado, pero firme—. La situación está bajo control. Nadie te hará daño si decides colaborar.

El menor lo fulminó con la mirada, sintiendo como su cuerpo entero temblaba de la ira contenida.

—¿Colaborar? —espetó, su voz llena de desprecio—. ¡Voy a colaborar contigo cuando me veas muerto!

Shigaraki finalmente se levantó de su asiento, caminando lentamente hacia Bakugo con una expresión seria. Sus ojos no mostraban rastro alguno de emoción.

—Deberías prestar más atención a lo que te rodea, Bakugo —dijo con voz baja pero amenazante—. Si sigues actuando como un niño malcriado, te aseguro que las cosas no terminarán bien para ninguno de ustedes.

Bakugo lo miró con el entrecejo fruncido, pero no podía dejar de pensar en Kaori. Las preguntas lo devoraban por dentro, pero su instinto le decía que actuar sin pensar no le devolvería a su amiga. Estaba atrapado, rodeado por enemigos, y sabía que si quería salir de allí con vida, y con Kaori, necesitaba planear mejor sus movimientos.

—Devuélvanla. O les juro que lo van a pagar.

Shigaraki simplemente sonrió con su sonrisa torcida y fría.

—Eso está por verse.















































🪷❤️‍🔥🧸







































Kaori yacía atada en una camilla de metal, cubierta apenas por una delgada sábana blanca. El frío era intenso, tanto que su cuerpo temblaba involuntariamente, su piel casi pálida debido a la baja temperatura que impregnaba la habitación. Todo el lugar estaba congelado, el aire cargado con un frío cortante que parecía extenderse desde las paredes hasta su propia carne.

A pesar de estar inconsciente, Kaori podía escuchar vagamente las voces a su alrededor. Su mente flotaba entre el letargo y la conciencia, atrapada en un estado de semiinconsciencia. Las palabras llegaban a ella como ecos distantes, pero claramente distinguía dos voces: la de Dabi, con su tono áspero y carente de emoción, y la del doctor, que sonaba metódica y precisa, casi científica.

—¿Cuánto tiempo crees que aguantará? —preguntó Dabi, sin un rastro de preocupación en su tono, como si la situación de Kaori no le importara en lo absoluto.

—Su resistencia es notable —Garaki respondió, examinando unos monitores que registraban los signos vitales de la chica—. A pesar del frío extremo, su cuerpo sigue luchando por mantener el calor. El factor de regeneración que posee parece estar intentando compensar, pero el congelamiento está ralentizando su capacidad de curación. Sin embargo, si seguimos con este proceso, eventualmente la someteremos.

Dabi observó a Kaori desde la distancia, su rostro impasible. Había una ligera curiosidad en su mirada, pero nada más. A pesar de haber compartido tiempo con ella cuando eran pequeños, no sentía ni una pizca de compasión.

—Me sorprende que una chica como ella pueda manejar tanto poder solar —comentó Dabi—. Aunque supongo que su debilidad ante el frío es bastante evidente.

—Todos los poderes tienen limitaciones —dijo el doctor con calma, ajustando los parámetros de la máquina que emitía una suave luz azulada sobre Kaori—. Lo fascinante de esta joven es la combinación de habilidades que posee. Si logramos entender mejor cómo funciona su poder, podríamos encontrar la forma de replicarlo o, incluso, utilizarlo para nuestros propios fines.

Kaori, aún atrapada en su estado de semiinconsciencia, sintió una oleada de pánico atravesar su mente. Intentó moverse, pero su cuerpo apenas reaccionaba, su piel estaba entumecida por el frío. Su energía estaba debilitada por las bajas temperaturas que la rodeaban.

—Deberíamos apresurarnos —Dabi añadió, cruzando los brazos—. Shigaraki no quiere que esto se alargue demasiado.

—Tranquilo —respondió el doctor, sin apartar la vista de sus instrumentos—. Solo necesitamos un poco más de tiempo para estabilizar sus funciones vitales y podremos proceder al siguiente paso.

El dolor la golpeaba con cada descarga de energía que pasaba por su cuerpo. Era insoportable, pero Kaori no quería rendirse. La situación empeoro aún más cuando, entre la bruma de la inconsciencia, vio una figura que le resultaba dolorosamente familiar. Su visión borrosa apenas podía enfocar, pero en cuanto escuchó su voz, todo en su interior se tensó.

—¿No te parece interesante que, después de tanto tiempo, terminemos así, Kaori? —dijo una voz masculina desde las sombras. La chica abrió los ojos de golpe, su corazón acelerándose al reconocer aquel tono.

Kaneki, su antiguo mejor amigo, aquel a quien había considerado como un hermano, estaba de pie frente a ella. El tiempo había pasado, pero su mirada era inconfundible. Su cabello, una vez alborotado, ahora era más oscuro y sus ojos, que antes transmitían calidez, ahora estaban llenos de una frialdad gélida.

—Kaneki... —susurró Kaori con incredulidad, su mente procesando la escena mientras intentaba ignorar el dolor que la envolvía.

—¿Esperabas que fuera alguien más? —respondió él con una sonrisa torcida—. Es curioso cómo los caminos de la vida nos llevan a lugares tan diferentes, ¿no crees?

El vacío que Kaneki había dejado en su vida reapareció de golpe, trayendo consigo una avalancha de recuerdos dolorosos. Kaori nunca había entendido por qué su mejor amigo había desaparecido de su vida de manera tan abrupta. Y ahora, verlo como parte de la liga de los villanos la llenaba de confusión.

—¿Por qué...? —logró articular, sintiendo como su voz se quebraba—. ¿Qué te hicieron?

—¿Qué me hicieron? —repitió, burlón—. No es lo que me hicieron, Kaori. Es lo que la vida me mostró. Aprendí a ver las sombras en su verdadero esplendor. Y ahora, al igual que tú, puedo controlarlas. Aunque parece que tú sigues negándote a dejarlas salir, ¿no?

La mención de su poder oscuro la sacudió aún más. Kaori lo sabía: Su conexión con las sombras era peligrosa, y es por eso que nunca había intentado invocarlas o ver si había manifestado el don de su madre. Pero Kaneki parecía haber abrazado ese lado oscuro, dejándose envolver por él.

—Esto no es lo que eras —dijo con esfuerzo, mientras intentaba moverse de la camilla.

—Oh, Kaori... —Kaneki se acercó a ella, observándola desde arriba con una sonrisa cruel—. Siempre has sido tan ingenua. Pensé que, tal vez, aprenderías. Pero veo que sigues siendo la misma niña temerosa.

—Interesante reunión —comentó Dabi, sin interés real—. ¿Entonces es por esto que Shigaraki quería que Kaneki estuviera presente?

Garaki, que seguía ajustando las máquinas, miró la escena con curiosidad, aunque su enfoque seguía siendo mantener el control sobre Kaori.

—Es una conexión emocional que podría ser útil —murmuró el doctor—. Las emociones siempre son un detonante poderoso.

Mientras la chica luchaba contra el dolor físico y emocional que estaba sintiendo, algo dentro de ella comenzó a despertar. Un profundo instinto de supervivencia comenzó a formarse, y con cada segundo que pasaba, Kaori sentía que su energía solar intentaba resistir la frialdad que la apresaba. Fue entonces cuando notó que algo extraño sucedía a su alrededor.

Una masa espesa de color negro comenzó a formarse, envolviendo la camilla donde estaba atada. Las sombras danzaban alrededor de ella como si tuvieran vida propia, creciendo en respuesta a su angustia y dolor. Era como si las sombras intentaran protegerla de los cables y tubos que la mantenían prisionera. El miedo se apoderó de ella al instante.

—¿Qué es esto? —se preguntó. Su voz temblando ligeramente.

Dabi y el doctor intercambiaron miradas de sorpresa. La situación no era lo que esperaban. El doctor frunció el ceño, preocupado por el fenómeno que estaba sucediendo.

—No esperaba esto —murmuró Garaki, ajustando frenéticamente los controles en su consola—. Está despertando... ¡El poder de las sombras!

—¿Eso es lo que querían? —preguntó Dabi, con un tono más tenso que de costumbre.

Las sombras que la rodeaban comenzaron a crecer en intensidad, envolviendo su cuerpo en un manto oscuro. Kaori sintió que su corazón latía con fuerza mientras el frío de la habitación se enfrentaba al calor que comenzaba a emanar de ella. En ese instante, algo profundo dentro de ella despertó, y su conexión con el poder de las sombras, que siempre había estado latente, empezó a manifestarse.

Con un grito ahogado, su cuerpo comenzó a levitar, despegándose de la camilla. Las sombras se arremolinaron a su alrededor como serpientes danzantes, moviéndose al ritmo de su angustia. Eran como guardianes oscuros, dispuestos a protegerla de la tortura que estaba sufriendo. Kaori cerró los ojos con fuerza, intentando concentrarse, intentando encontrar la paz en medio del caos.

—Siempre supe que esto estaba dentro de ti —Kaneki dijo, acercándose lentamente a ella—. Lo hemos estado esperando por tanto tiempo.

Garaki, emocionado, observaba la escena con interés. Las sombras alrededor de Kaori se volvían más densas, más oscuras, como si respondieran no solo a su miedo, sino también a la influencia de Kaneki.

—Esto es lo que siempre quisimos —murmuró el doctor, sonriendo con satisfacción—. El despertar completo de su poder. Las sombras finalmente la están reclamando.

Las sombras, alimentadas por el dolor de la chica, comenzaron a tomar forma, creando figuras etéreas que parecían querer luchar contra las ataduras que la mantenían cautiva. Sin embargo, el sistema del laboratorio no estaba diseñado para permitir que la energía de Kaori se manifestara de esta manera. A medida que su cuerpo convulsionaba en el aire, un intenso dolor recorrió su ser, como si cada fibra de su existencia estuviera siendo desgarrada.

De repente, la conexión se cortó. Las sombras se disiparon en un estallido, como si una lámpara se apagara abruptamente, dejando solo un eco de lo que había sido. Kaori cayó de nuevo sobre la camilla, el golpe resonando en el laboratorio como un trueno sordo. El frío del metal contra su piel la hizo estremecer, y el dolor la invadió una vez más, robándole el aliento.

La oscuridad la envolvió nuevamente, y esta vez, no solo era física. Un manto de desesperación la cubría mientras se sentía más débil que antes. Se sentía atrapada, sola y, por un instante, perdida.

Kaori sintió cómo las emociones negativas la abrumaban, cada una más intensa que la anterior. La desesperación, la angustia y el miedo se entrelazaban en su mente, creando un torbellino que la mantenía atrapada. Era como si esas sombras que habían surgido antes estuvieran alimentando sus peores pensamientos, llevándola a un abismo del cual no podía escapar.

El dolor se volvió insoportable. Cada fibra de su ser gritaba por ayuda, por un respiro, pero estaba atrapada en la camilla, completamente vulnerable.

Kaori, agotada, apenas podía mantener los ojos abiertos. Kaneki, le sonreía desde la penumbra, satisfecho con lo que había visto.

—No eres solo luz, Kaori —susurró el chico—. Eres oscuridad también, y la oscuridad es más fuerte cuando la aceptas.
















































🪷❤️‍🔥🧸







































Shoto se sentía incapaz de encontrar las palabras correctas. A lo largo de su vida, había sido enseñado a suprimir sus emociones, a controlar cada aspecto de sí mismo. Pero ahora, sentado frente a su madre, sentía cómo una presión constante lo ahogaba, una culpa que no lograba expresar en su totalidad.

El chico miraba el suelo, apretando los puños sobre sus rodillas, mientras su mente repetía las imágenes de Kaori siendo llevada por los villanos. Su madre lo observaba con calma, pero Shoto no podía soportar su propio silencio.

—Shoto... —Rei habló con suavidad, su voz cargada de amor y preocupación—. Puedo ver que algo te está molestando. Si necesitas hablar, estoy aquí para escucharte.

El aludido levantó la mirada hacia su madre, y por un momento, solo la observó en silencio. Sus labios se entreabrieron, pero las palabras no salían. Sentía que si hablaba, si realmente le decía lo que pasaba por su mente, se rompería. Y Shoto Todoroki no podía permitirse quebrarse, no cuando Kaori estaba en peligro.

Pero finalmente, sin poder contenerlo más, empezó a hablar, su voz baja y tensa.

—Me siento... Me siento como un fracaso —su tono era distante al principio, casi vacilante, como si todavía dudara en admitirlo—. No puedo dejar de pensar en Kaori. En cómo la dejé atrás, en manos de esos villanos. Yo estaba allí, justo al lado de ella, pero no fui lo suficientemente rápido... No fui lo suficientemente fuerte.

Rei permaneció en silencio, dejando que su hijo se expresara, sabiendo lo difícil que era para él abrirse de esa manera. Shoto continuó, sus ojos brillando con una mezcla de rabia y frustración.

—La vi ahí, con ellos, sufriendo, y todo lo que hice fue mirar. No pude hacer nada. No fui capaz de protegerla —el bicolor apretó los puños con más fuerza, sus nudillos volviéndose blancos mientras intentaba controlar la marea de emociones que amenazaba con desbordarse.

Sus ojos permanecían secos, pero una capa brillante comenzó a formarse sobre ellos. No eran lágrimas que derramaría, no quería ceder a ese nivel de vulnerabilidad, pero el hecho de que estuvieran ahí, al borde de escapar, era algo que nunca había mostrado. Rei lo observó con preocupación. Nunca antes había visto a su hijo en ese estado. Shoto siempre había sido tan contenido, tan estoico. Y ahora, verlo así, con los ojos llenos de una tristeza y una frustración que intentaba ocultar, la aterrorizó.

Se dio cuenta de lo profundo que Kaori había calado en el corazón de su hijo.

—Shoto —susurró Rei, sorprendida, sintiendo un nudo en su garganta al ver cuánto sufría su hijo—. No tienes que cargar con esto solo. Kaori es importante para ti, lo sé... Y ella sabe cuánto te importa. Pero no puedes odiarte por algo que no podías controlar.

Shoto mantuvo la vista baja, sus hombros tensos, mientras sus pensamientos seguían consumidos por la culpa. Sabía que su madre tenía razón, pero no podía evitar sentirse responsable. Todo lo que había aprendido, todo el entrenamiento que había soportado, se sentía inútil en este momento. Había fallado en el único momento en que más importaba.

—Si yo hubiera sido más fuerte... Si hubiera sido más rápido, ella no estaría en peligro ahora —las palabras salieron de su boca con amargura, pero en su voz también había un matiz de dolor—. No me importa lo que tenga que hacer, voy a traerla de vuelta. No puedo fallarle otra vez.

Rei apretó suavemente la mano de su hijo, buscando reconfortarlo. Sabía que nada de lo que dijera podría aliviar por completo el peso que él sentía, pero aún así, debía intentarlo.

—Shoto, estás haciendo lo mejor que puedes. Y eso es todo lo que puedes hacer. Kaori confía en ti, y también deberías confiar en ti mismo —le habló con firmeza, esperando que sus palabras pudieran atravesar esa barrera de autoexigencia que él siempre había mantenido.

Shoto levantó la cabeza lentamente, encontrándose con la mirada de su madre. No dijo nada, pero el brillo en sus ojos se intensificó. No iba a llorar, se negaba a hacerlo, pero el hecho de que las lágrimas estuvieran tan cerca lo sorprendió. Se sentía vulnerable, expuesto de una manera que no había experimentado antes. Y sabía por qué. Kaori.

Ella significaba más para él de lo que había estado dispuesto a admitir, incluso para sí mismo. La idea de perderla, de no poder salvarla, lo aterrorizaba de una manera que ninguna otra batalla había logrado.

Rei notó el cambio en su hijo, la intensidad en sus ojos, y entendió en ese momento cuánto le importaba Kaori. No era simplemente una novia o una amiga. Ella era alguien por quien él estaba dispuesto a dar todo de sí mismo.

Rei no pudo evitar sentir un pequeño temor por su hijo. El amor podía ser una fuerza increíble, pero también podía ser devastador cuando no se manejaba con cuidado.

—Vas a traerla de vuelta, Shoto —la mujer dijo con una sonrisa suave, tratando de infundirle confianza—. No lo dudo ni por un segundo.

Shoto asintió ligeramente, aún luchando por contener el remolino de emociones dentro de él. No sabía cómo sería el futuro, pero lo único que tenía claro en ese momento era que haría lo que fuera necesario para salvar a Kaori.



























































































JES'S NOTE !

por si no se dieron cuenta, me encanta crearles traumas a mis personajes 😁 kaneki no estaba pensando como un personaje que afectara negativamente en la vida de kaori, pero cuando me di cuenta de que todo estaba yendo muy feliz y tranquilo, me vi en la obligación de meter algo de drama 🤏🏻 un fic mio no es un fic mio sin un personaje traumado.

ya no soporto que me torturen tanto a la niña 😭 pero voy a fingir demencia y esperar pacientemente a que esta temporada se termine, porque kaori la va a sufrir mucho.

me encanta saber que shoto siempre abre su corazón cuando se trata de kaori 😞 mi niña está afectando demasiado en su vida y de buena forma, aunque ella no lo sepa.

por cierto, tienen alguna idea de quien podría ser kaneki? los leo !!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro