thirty. rescue everyone with a smile
O3O | RESCUE EVERYONE WITH A SMILE
Los minutos habían pasado lentamente en la sala de espera, donde los estudiantes de la UA se habían reunido después de la primera prueba del examen de licencia provisional. Todos los de la clase 1-A habían aprobado con éxito.
Kaori, con el corazón aún acelerado por la tensión de la prueba, hablaba en voz baja con Shoto, quien mantenía su expresión serena.
—Lo hiciste bien —murmuró el bicolor, mirándola de reojo mientras ambos se relajaban tras la intensa batalla.
—Gracias... Aunque creo que fue pura suerte —respondió Kaori, dejando escapar una sonrisa nerviosa.
En ese momento, la voz del instructor resonó en la sala, captando la atención de todos.
—Los 100 estudiantes que aprobaron la primera prueba deben ver esto.
De repente, una televisión colgada en una de las paredes se encendió, mostrando una transmisión en vivo del campo donde habían estado minutos atrás. Kaori frunció el ceño, tratando de entender por qué les estaban mostrando esa escena.
El campo de entrenamiento, que hacía poco había sido escenario de la primera prueba, ahora estaba completamente tranquilo. Pero, de un momento a otro, explosiones comenzaron a detonar en diferentes partes del terreno. El sonido retumbó a través de los altavoces, y los chicos se sobresaltaron, sorprendidos por lo que estaban viendo.
—¿Qué está pasando? —preguntó Uraraka con confusión, mientras sus ojos se enfocaban en la pantalla.
—La próxima prueba será la última. Todos harán ejercicios de rescate como transeúntes en toda esta enorme zona de desastre —el instructor explicó de forma perezosa, mirando a los estudiantes con aparente desinterés—. Asumiremos que los que pasaron la prueba ya tienen su licencia provisional, y probaremos lo bien que pueden ejecutar un procedimiento de rescate.
Los estudiantes intercambiaron miradas, procesando lo que acababan de escuchar. Kaori, en particular, no pudo evitar que sus ojos comenzaran a brillar de emoción. Rescatar personas con una sonrisa en el rostro era algo con lo que siempre había soñado, una de las razones por las que quería ser heroína. Ahora tendría la oportunidad de demostrar lo que podía hacer.
Los chicos se quedaron en silencio, observando con atención la pantalla, donde las explosiones continuaban mostrando la magnitud de la destrucción. De repente, Shoji, rompió el silencio, haciendo que todos volvieran sus miradas hacia él.
—Hay gente ahí —dijo, con un tono firme pero preocupado.
—¿Ancianos y niños? —preguntó Sato, frunciendo el ceño con sorpresa.
—¡Eso es peligroso! ¿Qué están haciendo ahí? —añadió Mineta, su voz demostrando el nerviosismo que sentía.
—Son personas entrenadas para ser víctimas profesionales y son muy solicitados. ¡Help Us Company! —exclamó el instructor, alzando la voz para responder a la confusión de los estudiantes—. La gente de HUC se ha vestido como víctimas heridas y esperan en la zona de desastres. Ahora, ustedes saldrán a rescatarlos a todos.
El ambiente se tensó por un momento, pero cuando Kaori asintió con determinación, la tensión en el aire pareció disiparse. Ella ya estaba completamente lista, el entusiasmo por la prueba llenaba su corazón. Esta era su oportunidad de brillar.
—Además, calificaremos sus rescates con un sistema de puntos. Y si sus puntos superan la marca mínima al final, aprobarán el examen —continuó el instructor—. Empezaremos en 10 minutos, así que usen el baño, preparen lo que necesiten y asegúrense de estar listos.
Cuando el anuncio terminó, Kaori dio la vuelta con la intención de buscar algo de comida. Sin embargo, antes de dar siquiera un paso, se detuvo al ver que Shoto estaba justo detrás de ella, sosteniendo una bandeja llena de sus cosas favoritas. Su corazón dio un pequeño salto al verlo.
—Gracias —la chica murmuró, su voz llena de gratitud mientras sonreía ampliamente, incapaz de ocultar el afecto que sentía en ese momento.
Era un gesto simple, pero lleno de significado. No era solo la comida, era el hecho de que él había pensado en ella sin que se lo pidiera, como si conociera cada pequeño detalle de lo que necesitaba sin necesidad de palabras.
Kaori se inclinó hacia él, dejando un suave beso en su mejilla, sintiendo cómo el calor de su piel contrastaba con el aire fresco de la sala. Shoto no reaccionó mucho, solo un leve parpadeo y una suave relajación en su expresión que ella conocía demasiado bien. Era su manera de decir que le gustaba cuando ella hacía eso, aunque nunca lo dijera en voz alta.
—No tenías que hacerlo —dijo, sosteniendo su mirada por un instante, disfrutando de la paz que sentía cada vez que estaba cerca de él—. Pero lo aprecio muchísimo.
Shoto inclinó ligeramente la cabeza, sin dejar de observarla, su voz salió como un susurro cuando respondió:
—Me gusta hacer cosas por ti.
La sonrisa de Kaori se ensancho, sintiendo una pequeña chispa de felicidad en su pecho. Era uno de esos momentos que, aunque no parecía trascendental, significaba todo para ella.
Después de unos segundos Kaori giró la cabeza, buscando a sus amigos. No se les hizo muy difícil encontrarlos, ya que eran bastante ruidosos. En una esquina, Bakugo se encontraba gritándole algo a Kirishima, mientras que este reía con fuerza.
—Vamos a ver a los chicos —dijo ella, elevando la cabeza para mirar a su novio directamente a los ojos.
Shoto, como siempre, asintió sin dudar, dispuesto a ir a donde ella quisiera. Aunque no le encantaba la idea de pasar tiempo con Bakugo, principalmente porque era bastante obvio para él que el rubio tenía sentimientos por su Kaori, no era de los que la apartarían de sus amigos. Aunque el ceño ligeramente fruncido en su rostro indicaba que no estaba completamente cómodo con la situación.
—Vamos —murmuró Shoto, acompañándola mientras caminaban hacia donde estaban Bakugo y Kirishima.
Cuando llegaron, Kaori levantó una mano en señal de saludo, llamando la atención de los contrarios.
—¡Hey, chicos! —exclamó con su usual energía.
Bakugo levantó una ceja al verla, cruzando los brazos sobre su pecho de forma defensiva, como solía hacer. Sus ojos se movieron rápidamente hacia Shoto, como si lo evaluara de nuevo en silencio, antes de devolverse a Kaori.
—¿Qué quieres ahora, pelo de chicle? —gruñó.
Por el contrario, Kirishima sonrió ampliamente al ver a sus compañeros y les hizo un gesto para que se acercaran más.
—¡Kaori! ¡Todoroki! Qué bueno que vinieron —habló con emoción—. ¿Cómo se sienten para el examen?
—Un poco nerviosa, pero emocionada —la pelirosada respondió con sinceridad, mientras sus ojos se movían entre los dos chicos. Luego añadió—. Es mi primera vez en una prueba de rescate a esta escala, y quiero hacerlo bien.
Bakugo bufó, rodando los ojos. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo al respecto los estudiantes de Shiketsu aparecieron en su campo de visión. Caminaban hacia ellos con una seguridad que captó la atención de todos.
—Tú eres Bakugo, ¿no? —preguntó uno de los estudiantes, dirigiéndose al rubio con una voz calmada. Kaori no pudo evitar mirarlo con sorpresa, intrigada por la cantidad inusual de pelo que tenía.
—Sí —respondió el aludido con su habitual brevedad.
—Shishikura, el tipo de los ojos pequeños. ¿Lo viste? —insistió el chico, sin apartar su mirada.
—Sí, lo noqueé.
—Eso me imaginé —murmuró el chico, como si estuviera hablando para sí mismo—. Seguro fue bastante grosero. Tiene la mala costumbre de imponer sus valores en los demás. Supongo que no pudo resistirse al tratarse de alguien tan conocido como tú. Quisiera que pudiéramos llevarnos bien. Me disculpo en su nombre.
Kaori se forzó a darle una sonrisa, pero en su interior no confiaba en sus palabras. Había algo en la actitud del chico que no cuadraba con el tono de su disculpa. Sus ojos no reflejaban la misma amabilidad que intentaba proyectar.
—Eso es todo —dijo el chico, como si la conversación ya estuviera terminada.
Sin embargo, antes de que pudieran alejarse, la voz firme de Shoto los detuvo. Kaori lo miró con confusión, sin entender del todo la situación.
—Oye, tú, el del cabello corto —llamó el bicolor, haciendo que Inasa se detuviera en seco y se diera vuelta para enfrentarlo—. ¿Te hice algo?
Inasa lo miró con una sonrisa irónica en el rostro.
—Vaya, discúlpame si te incomodé, hijo de Endeavor —respondió con sarcasmo. Su voz estaba llena de desprecio—. Pero la verdad es que los odio a todos ustedes. Veo que no has cambiado nada desde entonces. Tus ojos son iguales a los de tu padre.
Kaori, al escuchar esas palabras, apretó la mano de Shoto con suavidad. Sabía lo mucho que su novio odiaba ser comparado con su padre, a quien detestaba profundamente. Su mirada se dirigió a Inasa, preguntándose si se conocían desde antes y qué podría haber provocado ese desagrado hacia el bicolor.
—Yoarashi, ¿qué sucede? —preguntó el chico de Shiketsu, notando la tensión en el ambiente.
—¡No pasa nada, señor! —exclamó Inasa, apretando los dientes antes de dar media vuelta y correr hacia su compañero.
Cuando se fueron, Kaori se giró hacia Shoto, con la preocupación reflejada en su rostro.
—¿Lo conocías de antes? —le preguntó en voz baja, buscando entender la razón de aquel enfrentamiento.
Antes de que Shoto pudiera responder, el sonido de una campana resonó en todo el lugar, anunciando que los diez minutos de descanso habían llegado a su fin. La sala de espera comenzó a abrirse nuevamente, y la voz del instructor llenó el espacio con una seriedad palpable.
—Hubo un ataque terrorista por parte de los villanos en toda la ciudad de "Lo Que Sea". Los edificios se están derrumbando y hay muchos heridos —informó, con un tono que dejaba claro el peso de la situación—. Debido a las vías dañadas, el primer grupo de rescatistas tuvo un retraso. Hasta que ellos lleguen a la escena, los héroes en el área deben realizar los rescates. Salven tantas vidas como les sea posible. Así que... ¡Empiecen!
Kaori sintió cómo la adrenalina se acumulaba en su interior, el deseo de ayudar fluyendo por cada fibra de su ser. Sabía que todos se amontonarían al salir, así que, sin pensarlo dos veces, se impulsó con su energía solar, elevándose por los aires con gran agilidad. La visión del caos desde las alturas la motivó aún más.
Salvar a las personas era la mayor obsesión de todos los héroes, y Kaori se sentía preparada para dar lo mejor de sí misma. Miró a su alrededor, observando los edificios en ruinas y el humo que se alzaba hacia el cielo, ella estaba segura de que haría todo lo posible para rescatar a quienes estuvieran atrapados.
La clase 1-A se dirigió rápidamente hacia la zona urbana más cercana, conscientes de que debían trabajar en equipo si querían cumplir con la misión.
—¡Chicos, tengan cuidado con los escombros! —Kaori gritó, viendo que todo a su alrededor era demasiado débil.
De repente, Izuku se detuvo en seco, su mirada fija en un edificio derrumbado.
—Midoriya, ¿qué sucede? —preguntó Iida, confundido ante su actuar.
—¡Escucho a un niño!
Al escucharlo, el grupo se movilizó rápidamente hacia aquel lugar. Sus corazones comenzaron a latir con más fuerza cuando los llantos de un niño llegaron a sus oídos. Cuando llegaron, encontraron a un chico de aproximadamente ocho años, ensangrentado y cubierto de polvo.
—¡Es mi abuelo, está atrapado! —exclamó el niño, su voz cargada de desesperación.
Kaori se sorprendió por la actuación del pequeño; si no se les hubiera avisado de antemano sobre los actores profesionales, probablemente habría creído que se trataba de un accidente real. Izuku corrió hacia él, con la preocupación reflejada en su rostro.
—¡Qué terrible! ¿Dónde? —preguntó, con la voz entrecortada por la urgencia.
De repente, el niño dejó de llorar, levantó la cabeza y miró a Izuku con una mueca.
—¿Qué dijiste? ¡Menos puntos! —gritó, como si lo estuviera regañando.
Kaori soltó una risa al ver la expresión de desconcierto en el rostro de Izuku. Se acercó al niño, pero se detuvo al escuchar lo que decía.
—Escuchen. Lo primero que deben hacer es ver si debo caminar. ¡Y mi respiración es irregular! ¡También tengo sangre en la cabeza! ¡Todo héroe con licencia debe saber evaluar la situación de la víctima al instante! —declaró con seriedad, como si estuviera dando una clase.
Izuku se quedó en silencio por unos segundos, pero después sonrió ampliamente, como si hubiera captado el mensaje.
—¡Todo estará bien! —exclamó con seguridad, tratando de infundirle confianza.
El niño continuó llorando, pero su expresión se suavizó al ver que los jóvenes sabían qué hacer.
—¡No te preocupes, lo vamos a salvar! —exclamó, tomando al niño entre sus brazos. Luego, se giró hacia sus amigos—. Lo llevaré al área de primeros auxilios. ¡Chicos, adelántense!
Al escuchar las palabras de Izuku, todos comenzaron a correr en distintas direcciones, cada uno tratando de cumplir su misión.
Mientras Kaori corría, algo llamó su atención. Mirando hacia arriba, vio una familia atrapada en el techo de un edificio cercano. Había fuego a su alrededor, y todos parecían heridos y asustados. El edificio, con su estructura tambaleándose, parecía que estaba a punto de desmoronarse con el más mínimo movimiento en falso. Un escalofrío recorrió la espalda de Kaori al imaginar las posibles consecuencias de un colapso.
Kaori se detuvo un momento, cerrando los ojos para calmar su mente agitada. Recordó las lecciones de rescate que habían recibido en la UA, donde los profesores enfatizaban la importancia de evaluar la situación antes de actuar. Tenía que ser estratégica.
Sabía que, si iba volando hacia ellos, podría causar un derrumbe accidental. Así que necesitaba pensar en otra forma de llegar hasta ellos. Luego de un tiempo, vio que una parte del edificio era más estable, aunque la mayoría del fuego había comenzado a consumirlo. También notó que los miembros de la familia, un padre, una madre y dos niños, estaban pegados a la esquina del techo, desesperados, pero tratando de mantener la calma.
Con determinación, Kaori se concentró en su energía y proyectó un escudo brillante hacia el fuego, creando una barrera entre ellos y las llamas. Mientras el fuego se contenía, se acercó cuidadosamente al borde del edificio, tomando nota de cada pequeño temblor en la estructura.
—¡Hola! —gritó con una voz fuerte y clara, tratando de transmitirles confianza—. ¡Soy Kaori! Estoy aquí para ayudarles.
Los ojos de la familia se iluminaron al ver la luz que la rodeaba. La madre, con el rostro sucio y lleno de heridas, asintió, tratando de controlar su miedo.
—¡Estamos atrapados! ¡No sabemos qué hacer! —exclamó, sus palabras entrecortadas por el llanto de sus hijos.
Kaori se acercó un poco más, evaluando la situación. Al ver que el padre intentaba sostener a uno de los niños, sintió una punzada de dolor en su corazón.
—Primero, necesito que todos se mantengan juntos —les dijo, intentando mantener la calma. Sabía que si lograba transmitirles confianza, podrían seguir sus indicaciones—. Voy a buscar una forma de sacarlos de aquí, pero necesito que respiren hondo. Todo va a estar bien, se los prometo.
Mientras Kaori hablaba, miraba a sus alrededores, analizando la estructura del edificio nuevamente. Finalmente decidió que la mejor forma de ayudarles sería hacer que todos se sujetaran de ella.
—Voy a sacar primero a los niños. ¡Tomen mi mano! —les indicó, extendiendo su brazo hacia ellos.
Los niños, al ver la luz que emanaba de su mano, corrieron hacia ella, aferrándose con fuerza. Mientras tanto, Kaori usó su energía solar para levantar a ambos con suavidad, asegurándose de que se sintieran seguros.
—¡Todo estará bien! ¡Solo confíen en mí! —les aseguró, comenzando a volar hacia el suelo.
Al llegar al suelo, con los niños a salvo, regresó rápidamente por los padres. El hombre de familia la miraba con una mezcla de temor y admiración.
—¡Ahora ustedes! —les dijo, extendiendo su mano de nuevo—. ¡Agárrense fuerte!
La familia se sujetó de ella, y con una última concentración de energía, Kaori se elevó nuevamente, aterrizando suavemente en la tierra firme.
Una vez que los había dejado a salvo, se agachó para revisar sus heridas. Sus corazones estaban todavía acelerados, pero la madre sonreía a través de las lágrimas.
—¿Están bien? —preguntó Kaori, con una expresión de preocupación genuina.
—Estamos bien... Gracias a ti —la madre respondió.
Kaori sonrió, sintiendo un inmenso alivio al ver que todos estaban a salvo. La familia la miraba con admiración y alegría, dándose cuenta de que, a pesar del peligro, había logrado rescatarles con éxito. Los actores, al notar su desempeño, intercambiaron miradas de satisfacción. Sabían que Kaori no solo había cumplido con su tarea, sino que lo había hecho de una manera excepcional.
—¡Eres una heroína! —exclamó uno de los niños, su carita llena de asombro.
Kaori se sintió feliz, después de todo, rescatar a personas en peligro era su verdadera pasión.
Con la familia a salvo, Kaori decidió llevarlos a la zona de primeros auxilios. Los pequeños estaban temerosos, pero Kaori se aseguraba de mantener una sonrisa en su rostro mientras los envolvía en una burbuja de energía solar, sintiendo cómo la luz brillaba a su alrededor. La energía que los rodeaba era cálida y reconfortante, y ella se sintió más confiada al ver la calma que comenzaba a reflejarse en los rostros de la familia.
—Voy a llevarlos rápidamente —les dijo con suavidad—. Agárrense fuerte. ¡Todo va a estar bien!
Mientras se elevaba del suelo, la familia dejó escapar pequeños gritos de sorpresa, pero pronto se sintieron seguros en sus brazos, confiando en su capacidad para llevarlos a un lugar seguro.
Mientras volaba, Kaori observó el caos a su alrededor. Los estudiantes de las demás escuelas corrían en todas direcciones, ayudando a las personas atrapadas y buscando formas de controlar la situación. Kaori sabía que tenía que hacer más que solo rescatar a esa familia. Quería ser útil para todos, así que, mientras se desplazaba por el aire, empezó a mover los escombros de su camino con su energía solar, creando un pasillo seguro para los demás héroes.
Los demás estudiantes la miraron con asombro y agradecimiento, y algunos la saludaron mientras continuaban su trabajo. Sabía que no solo estaba ayudando a la familia, sino que también estaba facilitando el rescate de otras personas.
Al aterrizar en la zona de primeros auxilios, la burbuja de energía solar se disipó suavemente, y la familia se encontró en medio de un grupo de estudiantes dispuestos a ayudar. Kaori se sintió satisfecha al ver cómo todos se movían rápidamente para atender las heridas.
De repente, unas explosiones resonaron como un eco de caos en la zona de primeros auxilios. La pared se desmoronó con una fuerza devastadora, y entre el polvo y los escombros apareció el héroe Gang Orca. Instintivamente, Kaori extendió sus manos, utilizando su energía solar para crear una barrera que detuviera los escombros que caían, protegiendo a los heridos que aún se encontraban allí.
—Ha ocurrido un ataque de los terroristas —la voz del instructor resonó en sus oídos.
Gang Orca caminaba con seguridad hacia los estudiantes, mientras los observaba con una mirada penetrante.
—Rescatar y pelear. ¿Pueden hacer todo al mismo tiempo?
—Aparecieron villanos y comenzaron con su persecución. aspirantes a héroes, deben continuar con sus esfuerzos de rescate, mientras detienen a los villanos —el instructor volvió a hablar, haciendo que los estudiantes se tensaran.
Kaori se sintió repentinamente nerviosa al escucharlo. Sabía que no sería fácil, incluso para un héroe experimentado, pero no podía permitir que el miedo la detuviera.
Gang Orca no perdió el tiempo y avanzó con paso firme, su figura imponente se hacía más clara entre el polvo y el caos.
—Ahora, ¿qué harán? ¿Pelear o proteger? ¿Ayudar o escapar? ¿Qué harán, héroes? —habló. Sus palabras estaban llenas de provocación.
Kaori sintió el desafío resonar en su interior, y aunque una parte de ella se preguntaba si realmente podrían hacer ambas cosas, se negó a dejar que la duda la dominara.
La chica se colocó en posición de pelea, lista para enfrentarse a Gang Orca y los villanos, pero antes de que pudiera lanzarse a la acción, Shindo apareció frente a ella, decidido a detenerlos por su cuenta.
—¡Llévenlos a un lugar seguro! —exclamó Shindo mientras corría hacia los villanos con una determinación feroz.
—¡Shindo! —Kaori lo llamó, sabiendo que no podría enfrentarse solo a Gang Orca y sus secuaces.
—¡Atrás! ¡Aléjenlos tanto como puedan! —el chico gritó antes de utilizar su don, haciendo temblar el suelo bajo los villanos y desestabilizándolos temporalmente.
Kaori dudó un segundo. Sabía que era crucial ayudar a los heridos, pero dejar a Shindo solo contra Gang Orca le generaba inquietud. Sin embargo, finalmente se giró, confiando en que podría llevar a los heridos a un lugar seguro, mientras Shindo intentaba detenerlos.
La batalla avanzaba rápidamente, y aunque Shindo utilizaba su don para tambalear a los villanos, Gang Orca se movía con impresionante velocidad. Con un rugido ensordecedor, lanzó su ataque ultrasónico, paralizando a Shindo de inmediato.
—¿Dejaron a uno solo para detenernos? —dijo Gang Orca con una voz llena de burla—. Veo que nos subestiman.
En ese momento, una pared de hielo apareció de repente, lanzada por Shoto Todoroki en dirección a Gang Orca. Sin embargo, el héroe villano rompió el hielo con otro ataque ultrasónico.
Kaori aprovechó la distracción. Utilizó su energía solar para crear un escudo alrededor de Shindo y lo llevó con ella, protegiéndolo de más ataques. Sabía que en ese estado, Shindo ya no sería de mucha ayuda en la pelea.
—¿Están evacuando? —la voz de Ojiro resonó en la distancia mientras corría hacia sus compañeros—. ¡Ayudaremos!
Shoto, mientras tanto, no cedía. Continuaba atacando, logrando congelar a varios de los secuaces, pero Gang Orca bloqueaba cada uno de sus ataques con una facilidad que frustraba al bicolor.
—¡Esto no es suficiente! —Gang Orca exclamó con un aire de superioridad.
—Digno del número 10 —bufó el bicolor, consciente de que no estaba logrando hacer mucho daño.
Kaori continuaba su labor de rescate, rodeando a los heridos más graves con sus escudos de energía solar y moviéndolos rápidamente a zonas seguras. Sabía que no podían perder tiempo, pero no podía evitar observar de reojo cómo Inasa Yoarashi, con una corriente de viento impresionante, rompía el hielo de Shoto y empujaba a los villanos hacia atrás.
—¡¿Prepararon un ataque de villanos?! —Inasa exclamó, entusiasmado por el desafío. Cuando sus ojos se cruzaron con los de Shoto, su cuerpo se tensó de forma inmediata.
—¡Kaori! —Izuku llamó a la chica, atrayendo su atención—. Deberías quedarte aquí. Usa tus escudos para evacuar a tanta gente como puedas, pero tu poder de gran alcance es muy útil aquí. Apoya a Shoto y a Inasa.
Kaori asintió, confiando en el juicio del peliverde. Después de envolver a unos cuantos más con sus escudos de energía, corrió hacia la batalla, decidida a apoyar en la pelea contra Gang Orca.
Desde lejos, los empleados de la Comisión de Seguridad Pública observaban atentamente la situación. Los estudiantes estaban haciendo un excelente trabajo. Priorizaron los primeros auxilios, algo fundamental en cualquier operación de rescate. Además, Kaori, Yoarashi e incluso Shoto eran clave por sus dones de gran alcance.
Shoto no se gira a ver a Inasa cuando dice:
—¿Por qué no vas a ayudar a evacuar a las víctimas? Tu don sería bastante útil. Yo me encargaré de esto.
Kaori lo miró, levantando una ceja, extrañada por su actitud. No entendía por qué estaba siendo tan brusco. Sin embargo, Inasa parecía no haber escuchado, ya que creó una corriente de viento en el mismo instante en que Shoto y Kaori atacaron con fuego, lo que disipó el ataque combinado.
—¿A quién le apuntan? —preguntó uno de los villanos, confundido al ver cómo el ataque se desintegraba.
La tensión entre Shoto e Inasa se hacía más palpable con cada segundo que pasaba. Inasa, visiblemente molesto, gritó:
—¿Por qué usas tu fuego? ¡El calor eleva mi viento!
—Porque mi hielo fue inútil contra él. ¿Estás haciendo esto a propósito? —habló de la misma forma. La actitud del chico lo irritaba—. ¡Fue tu viento lo que dispersó mis llamas!
—¡Lo hiciste para quitarme la gloria! —Inasa exclamó, claramente frustrado.
—¿Qué? ¿Por qué rayos haría eso?
Kaori los miraba incrédula. No podía creer que estuvieran discutiendo en medio de una situación tan crítica. Los dos estaban dejando que sus egos interfirieran, y eso afectaba el desempeño de todos, poniéndolos en peligro. La molestia comenzó a crecer en su pecho.
Gang Orca parecía tener el mismo pensamiento, pues suspiró con evidente frustración. Mientras tanto, la batalla continuaba, y tanto Shoto como Inasa lanzaron otro ataque al unísono. Como era de esperarse, el viento de Inasa desvió las llamas de Shoto. Esta vez, sin embargo, el fuego fue directo hacia Kaori.
La chica, con reflejos rápidos, esquivó el ataque justo a tiempo, pero no pudo evitar sentirse aún más molesta.
—¡¿Qué demonios están haciendo?! —exclamó con furia—. ¡Concéntrense!
Sus palabras resonaron, no solo con frustración, sino con la preocupación genuina de alguien que entendía el peligro al que se estaban exponiendo. Kaori sabía que su desempeño en el examen estaba en peligro.
En ese momento, algo pareció cambiar en Shoto. Al escuchar las palabras de Kaori y en medio del caos de la batalla, su mente recordó de golpe la razón por la que Inasa lo odiaba tanto. Finalmente, recordó de dónde lo conocía: de las pruebas para ingresar a la UA.
¿Por qué no lo recordó antes? Era molesto y ruidoso. Aunque en realidad, no lo había visto. Solo quería rechazar a su padre y no podía pensar en nada más. Hizo todo lo que pudo para ignorar quien era. La herencia que tanto detestaba seguía interfiriendo con su vida.
—¡Dejen de discutir! —gritó Kaori nuevamente, esta vez con mayor fuerza—. ¡Esto no se trata de ustedes dos! ¡Hay personas que necesitan nuestra ayuda!
Gang orca aprovechó aquel momento de distracción de los chicos y ataco a Inasa con su ataque ultrasónico. Kaori voló a toda velocidad hacia Inasa cuando vio cómo su don se apagaba y el chico caía al suelo, incapaz de mantenerse en el aire. Apenas logró atraparlo antes de que impactara con el suelo.
En ese mismo instante, Shoto se distrajo, viendo cómo Kaori y Inasa descendían. Fue el momento perfecto para que Gang Orca lo atrapara por el cuello con su enorme mano.
—Cosechas lo que siembras —dijo el héroe, antes de usar su ataque ultrasónico directo en Shoto, paralizándolo completamente.
Los secuaces de Gang Orca aprovecharon para correr hacia los civiles que los estudiantes estaban evacuando, dejando a su jefe lidiando con los chicos ya debilitados. Kaori, aún en el aire, vio cómo Shindo, quien todavía estaba dentro de su escudo protector, comenzaba a moverse lentamente. Se apresuró hacia él.
—¿Estás bien? —preguntó con preocupación mientras retiraba el escudo.
Shindo asintió levemente, para luego usar su don, haciendo que los secuaces de Gang Orca perdieran el equilibrio.
—Creí que ya no podías moverte por el ataque —Kaori murmuró con sorpresa.
—Bueno, aún estoy un poco entumecido, pero puedo moverme —respondió Shindo, respirando pesadamente—. Solo fueron ondas de sonido. Mi cerebro está acostumbrado a recibir impactos de mi propio don, así que puedo soportarlo un poco más. ¡Planeaba usar esto para atacarlo por sorpresa! ¡Pero, por culpa de esos imbéciles de primer año...!
Kaori lo miró con una mueca, sorprendida por su carácter. No podía evitar pensar en que el chico le recordaba un poco a Bakugo.
—Detuve a todos los secuaces —continuó Shindo—. ¡Ve y neutralízalos rápido!
Sin perder tiempo, Kaori corrió hacia los secuaces que quedaban, quienes estaban intentando avanzar hacia los civiles. Con una explosión de energía solar, lanzó un rayo cegador que los detuvo en seco, dejando a varios de ellos desorientados. Aprovechando el momento, usó su fuego solar para barrer el área, evitando que alguno de ellos se acercara a los civiles evacuados.
Mientras seguía luchando, Kaori no pudo evitar desviar la mirada hacia Shoto. A pesar de todo lo que había sucedido minutos atrás, lo vio trabajando en equipo con Inasa, aunque ambos aún parecían distantes. Juntos, habían encerrado a Gang Orca en un espiral de fuego y viento, una técnica que requería de ambos para mantenerlo contenido. Kaori sonrió con orgullo al ver que Shoto estaba usando ambos lados de su don, el fuego y el hielo, algo en lo que había estado trabajando arduamente. Sabía lo difícil que había sido para él aceptar ese poder en su totalidad.
De repente, Ojiro e Izuku aparecieron a su lado.
—¡Kaori! —exclamó Ojiro, golpeando a uno de los villanos que se acercaba.
—¡Ya evacuamos a todos los heridos! —dijo Izuku mientras lanzaba un golpe con su poder. La chica sonrió con alivio—. Los refuerzos llegarán pronto.
—¡Entonces acabemos con ellos! —Kaori respondió con determinación.
El trío luchó con sincronía, usando sus dones para neutralizar rápidamente a los secuaces restantes. Izuku y Ojiro lograban mantener el control del campo de batalla mientras Kaori continuaba apoyando con su energía solar y escudos.
Cuando los demás estudiantes llegaron al lugar, listos para apoyar y deshacerse rápidamente de los secuaces, Kaori no perdió tiempo. En cuanto vio que Gang Orca se liberaba de la prisión de fuego y viento que Shoto e Inasa habían creado, corrió directamente hacia él. Su puño se envolvió en una mezcla de fuego y energía solar, brillando con intensidad. Con toda la fuerza que pudo reunir, golpeó a Gang Orca, logrando empujarlo varios metros hacia atrás.
Shoto, sorprendido al ver a Kaori de nuevo en acción, no pudo evitar admirarla. Siempre encontraba una forma de mantenerse en la pelea, sin importar cuán difícil fuera la situación. Sin embargo, el momento no duró mucho. Gang Orca, con su velocidad impresionante, reaccionó de inmediato, agarrando a Kaori por las piernas y lanzándola lejos, como si su ataque no hubiera sido más que una molestia.
Kaori rodó por el suelo, pero se levantó rápidamente, sin perder el impulso. Sabía que no podía rendirse. Volvió a correr hacia Gang Orca, decidida a continuar la lucha, sus ojos ardiendo con determinación. Pero justo cuando estaba a punto de lanzar otro ataque, el sonido de una alarma resonó por todo el campo de batalla.
—Justo en este momento, todas las víctimas del desastre ya se encuentran fuera de peligro —el instructor habló —. Quizás parezca arbitrario, pero con esto terminaron todos los procedimientos del examen.
—Lo hizo muy bien, jovencita Satou —Gang Orca dijo con una leve sonrisa, mirándola con aprobacion.
Kaori imitó su acción, sintiendo como sus ojos brillaban con intensidad.
—Calcularemos los puntos y anunciaremos los resultados por aquí. Buen trabajo.
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El día del examen de las licencias provisionales había llegado a su fin. Kaori y Shoto caminaban juntos hacia las afueras del lugar, sus manos entrelazadas mientras él llevaba los maletines de ambos. Kaori no podía evitar sentirse orgullosa de sí misma; había pasado el examen con un puntaje excepcional y ahora tenía su licencia provisional. El hecho de que podría actuar en momentos de crisis como una heroína oficial la emocionaba, pero también le hacía sentir el peso de la responsabilidad que eso conllevaba.
Por otro lado, Shoto no había tenido la misma suerte. Había reprobado, pero, en el fondo, lo esperaba. No estaba decepcionado, solo más decidido. Tenía una segunda oportunidad: después de pasar un curso especial de tres meses y aprobar un examen individual, también podría obtener su licencia provisional.
Ahora, Kaori se encontraba en su habitación, preparándose para dormir después de los sucesos del día. Estaba completamente agotada.
Cuando la chica estuvo a punto de cerrar los ojos, unos golpes en su puerta llamaron su atención. En un principio había pensado que se trataba de su novio, por lo que Kaori no pudo ocultar su sorpresa cuando vio a Bakugo en la puerta de su habitación, cubierto de rasguños. No era común que él apareciera de esa manera, y mucho menos con esa actitud.
—¿Bakugo? ¿Qué...? —comenzó a preguntar, pero él la interrumpió rápidamente.
—Necesitaba hablar con alguien —respondió de manera brusca, pero su tono de voz era diferente a lo habitual.
Kaori supo al instante que algo no estaba bien. Sin decir más, lo hizo pasar, y ambos se sentaron frente a frente en su cama. El silencio llenó la habitación, un silencio inusual entre ellos. Kaori no lo forzó a hablar, pero tampoco dejó de observarlo con preocupación.
Bakugo aprovechó ese silencio para observar la habitación. Era un espacio que reflejaba perfectamente a Kaori: había colores rosados por todos lados, fotos enmarcadas con recuerdos felices, algunas pinturas y pequeñas decoraciones que le daban un toque personal. Era acogedora.
Finalmente, fue Kaori quien rompió el silencio, aunque de manera suave.
—¿Qué pasó, Bakugo? —preguntó, en un tono reconfortante para el rubio.
La habitación estaba envuelta en una atmósfera tranquila y cálida, pero el ambiente entre Kaori y Bakugo estaba cargado de emociones turbulentas. La luz suave de la lámpara se proyectaba sobre ellos, pero el peso de las palabras no dichas parecía ahogar todo el espacio.
—¿Por qué terminé persiguiendo a alguien que siempre estuvo detrás de mí? —Bakugo soltó finalmente, su voz baja pero cargada de una rabia contenida. Sus ojos brillaban con un conflicto interno que Kaori nunca había visto en él—. ¿Por qué un inútil como Deku se hizo fuerte y llamó la atención de All Might y no yo?
Las palabras del chico golpearon con fuerza en el pecho de la chica. Ella había visto cómo Bakugo luchaba constantemente por ser el mejor, cómo ponía todo su ser en cada batalla, en cada desafío. Pero detrás de esa fachada de arrogancia y furia, ahora se asomaba una herida mucho más profunda.
—¿Por qué lo escogió a él? ¿Por qué no a mí? ¿Por qué...? —la voz de Bakugo se quebró, un sonido tan extraño para alguien que parecía estar hecho de pura determinación y orgullo.
Kaori se quedó en silencio, sin saber qué decir de inmediato. Sabía, al escuchar esas palabras, que Bakugo se había enterado del secreto que All Might y Deku habían estado guardando por tanto tiempo. No podía imaginar cómo lo había descubierto, pero era evidente que esa revelación lo estaba destrozando por dentro.
Bakugo levantó la cabeza, sus ojos encontrándose con los de Kaori, y en ese instante ella vio como estos estaban llenos de lágrimas de frustración, de impotencia.
—¿Por qué tuve que ser yo la razón del fin de All Might? —dijo Bakugo, con la voz temblando—. ¡Si hubiera sido más fuerte, y los villanos no me hubieran secuestrado, nada de eso habría pasado!
Kaori sintió cómo sus propios ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. Ver a su amigo en ese estado, tan destrozado, era algo que no había esperado. Bakugo siempre había sido fuerte, pero ahora, frente a ella, estaba una versión del rubio que se culpaba, que se sentía responsable de algo que nunca había estado en sus manos.
—Bakugo... —su voz fue un susurro tembloroso mientras trataba de contener sus propias emociones. No quería llorar frente a él, pero el dolor que sentía por su amigo eran demasiado grandes para ignorarlos—. No fue tu culpa. No lo fue.
Bakugo apretó los puños con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. Sus labios temblaron antes de soltar una risa amarga, llena de autodesprecio.
—¿Cómo no va a ser mi culpa? ¡Fui yo quien fue secuestrado! ¡Fui yo quien hizo que All Might tuviera que usar su poder por última vez! ¡Si hubiera sido más fuerte... Si no hubiera sido tan débil él todavía estaría aquí!
Cada palabra que salía de su boca estaba impregnada de dolor, de una furia dirigida hacia sí mismo. Kaori entendía perfectamente ese sentimiento. Ella también había cargado con una culpa similar, atormentándose por errores que, en realidad, no eran suyos.
—Yo lo entiendo... —dijo Kaori, su voz temblando mientras las palabras salían de lo más profundo de su ser—. Entiendo lo que es sentirse culpable, sentir que podrías haber hecho más, que si hubieras sido diferente... Todo habría salido bien. Yo también me he sentido así. No sabes cuánto me he castigado por lo que pasó con mi don... —sus palabras comenzaron a quebrarse, recordando las noches en las que su poder de sombras despertaba, haciéndola sentir como si fuera un peligro para todos a su alrededor.
Bakugo la miró fijamente, sorprendido al escuchar esas palabras. Kaori siempre había sido alguien que sonreía sin importar que, alguien que, a pesar de las dificultades, siempre seguía adelante. Nunca se había imaginado que ella también cargara con un peso similar al suyo.
—No estás solo en esto, Katsuki —continuó Kaori—. Tú no eres responsable de lo que pasó con All Might. Y aunque ahora no lo veas, eres increíblemente fuerte, más de lo que crees. Solo... No te castigues por algo que no estuvo en tus manos.
El silencio que siguió a sus palabras fue denso, pero esta vez, no era incómodo.
—Siempre he sido el mejor, Kaori —dijo finalmente, su voz más baja—. Siempre he estado por delante, pero ahora siento que estoy quedándome atrás. Y eso me enfurece. ¡No soporto sentirme así!
—No se trata de quién va más rápido o más lejos. Cada uno de nosotros tiene su propio camino, su propio tiempo para llegar donde necesitamos estar. Y tú, Katsuki, llegarás muy lejos. Lo sé —dijo con una sonrisa suave, sus lágrimas aún brillando en su rostro, pero sin dejar de mirar a su amigo con confianza—. Solo... Date la oportunidad de fallar de vez en cuando. Eso también te hará más fuerte.
Bakugo la miró un largo rato antes de asentir lentamente. No estaba acostumbrado a abrirse así, ni mucho menos a admitir sus miedos. Pero en ese momento, junto a Kaori, se permitió un respiro, una pequeña pausa en la interminable batalla que llevaba dentro.
—Gracias... Pelo de chicle —murmuró, poniéndose de pie con un movimiento brusco, como si tratara de volver a su habitual forma de ser. Pero Kaori supo que esas palabras eran sinceras, incluso si le costaba admitirlo.
—De nada —respondió ella, despidiéndolo con una sonrisa, sabiendo que había logrado lo que Bakugo necesitaba en ese momento: ser escuchado.
JES'S NOTE !
HOLAAA <3 espero que este capítulo les haya gustado :)
me encanta ver como la amistad de bakugo y kaori ha progresado 😞 en un principio se odiaban y bakugo no podía estar más de cinco minutos sin insultarla, pero ahora son besties ! y kaori es la única persona con la que él puede ser honesto respecto a sus sentimiento 🥺 LOS ADORO
el momento que cree entre bakugo y kaori era mucho más tierno al principio, pero después después me acordé de que kaoro esta con shoto y que ellos solo son amigos 😀 yo quede tiesa, porque de verdad me había quedado muy linda esa escena ( ahora quiero terminar de escribir el fic con bakugo 😥 )
en el capítulo no lo especifique porque ya esta demasiado largo ( 6500 palabras ), pero kaori quedo de las primeras en la actividad de rescate 🥳 mi niña es sequisima en eso, además de que es lo que más le apasiona ! así que se lucio completamente 🫶🏻
GRACIAS POR LEERME <3 luv u
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