seventeen. side by side
O17 | SIDE BY SIDE
Los chicos, ya con el plan en marcha, comenzaron a subir las escaleras con rapidez. Las botas resonaban contra el metal mientras el grupo ascendía en silencio, con la respiración pesada y la adrenalina fluyendo en sus venas.
Después de algunos minutos subiendo, el sonido agudo de una alarma resonó por el edificio, haciendo eco por todas partes.
—¡Nos detectaron! —exclamó Melissa, girándose para ver a los demás.
—¡Rápido, las puertas se están cerrando! —advirtió Iida.
Sin embargo, antes de que las puertas pudieran cerrarse por completo, Shoto reaccionó de inmediato. En un solo movimiento, liberó una ráfaga de hielo que se expandió hacia la puerta, congelando el mecanismo de cierre y deteniéndola justo antes de que se bloqueara.
—Vamos.
Debido a que todas las demás puestas estaban cerradas, los chicos se vieron forzados a entrar en una fábrica de plantas en el edificio, con invernaderos y laboratorios de biotecnología a su alrededor.
—¿Qué es este lugar?
—Una fábrica de plantas—respondió Melissa—. Aquí investigan como los dones influyen en las plantas
El grupo iba a continuar corriendo, sin embargo, se detuvieron abruptamente cuando Jirou levantó la mano en señal de alerta.
—¡Esperen! —exclamó—. El ascensor que está frente a nosotros está subiendo.
Rápidamente, todos voltearon hacia el ascensor al final del pasillo. Los números digitales indicaban los pisos que iban avanzando de manera constante
—¿Los villanos nos están siguiendo?
—¡Hay que escondernos!
Los chicos se agruparon rápidamente detrás de unos arbustos y plantas del invernadero, intentando no hacer el más mínimo ruido. El lugar estaba iluminado tenuemente por las luces del laboratorio, creando sombras largas que, por un momento, ofrecían el escondite perfecto. Sin embargo, sus corazones latían a mil por hora, conscientes de lo cerca que estaban de ser descubiertos.
Cuando el sonido del ascensor anunció su llegada, todos contuvieron la respiración. Las figuras de los villanos se movían lentamente por el pasillo, buscando cualquier rastro de los chicos.
—¡Los encontré, malditos niños! —rugió uno de los villanos.
Todos los estudiantes se tensaron. Kaori sintió que el corazón le daba un vuelco en el pecho, mientras miraba de reojo a Shoto, quien tenía el ceño ligeramente fruncido, pero sus ojos estaban fijos en los villanos, preparado para actuar si las cosas se complicaban.
Sin embargo, en lugar de atacar o reaccionar, los chicos mantuvieron su posición, esperando que el villano estuviera solo adivinando, y que no los había visto realmente. El silencio se hizo pesado, y por un momento, pareció que su plan funcionaría. Pero entonces, un ruido familiar rompió la tensión.
—¡¿Qué dijiste, maldito?! —gruñó una voz conocida, que resonó con furia por todo el lugar.
Era Bakugo.
Los ojos de todos los estudiantes se abrieron con incredulidad al reconocer a su compañero, quien ahora se encontraba justo frente a los villanos. Bakugo se había cruzado con ellos y, sin dudarlo ni un segundo, había decidido enfrentarlos.
—¿Qué están haciendo ustedes dos aquí?
—Eso es lo que deberíamos preguntar no...
—Déjame esto a mí, ¿está bien? —Kirishima se apresuró a intervenir, calmando la situación. Luego, se giró hacia los villanos con una sonrisa avergonzada—. Realmente nos perdimos. ¿Dónde debemos ir para llegar a la recepción?
—¡No mientan! —gritó el hombre, y sin previo aviso, levantó una mano, desatando una poderosa ráfaga de viento en dirección al dúo.
Kirishima se preparó para endurecer su cuerpo, pero no fue necesario. En el instante en que el villano lanzó el ataque, tanto Shoto como Kaori reaccionaron de forma sincronizada, sin haber dicho una palabra.
El bicolor fue el primero en actuar, levantando rápidamente su mano izquierda. Un torrente de hielo emergió de sus pies y se extendió con una velocidad asombrosa, creando una enorme pared de hielo frente a sus compañeros. En tan solo cuestión de segundos, el viento del villano chocó contra la barrera, dispersándose con un estruendo sordo mientras las partículas de aire helado se esparcían por el ambiente.
Pero Shoto no fue el único que actuó. En el mismo momento, Kaori, con un movimiento rápido, levantó sus manos hacia Kirishima y Bakugo. De la palma de sus manos surgieron destellos dorados, brillando como pequeños fragmentos de luz solar concentrada. La energía fluyó y se expandió, formando escudos translúcidos y cálidos a su alrededor, protegiendo a sus compañeros del ataque del villano.
—¡¿Chicos?! —el pelirrojo exclamó con sorpresa.
Antes de que alguno pudiera responder, los villanos comenzaban a cavar frenéticamente por la pared de hielo que Shoto había levantado, buscando romperla para llegar hasta los jóvenes héroes. Sus manos envolvían el aire en poderosas ráfagas, intentando destrozar la barrera
—Los detendremos aquí por un tiempo. ¡Ustedes busquen una ruta para llegar al último piso!
Sin dudarlo, el bicolor extendió su brazo y creó un pilar de hielo bajo sus compañeros, elevándolos rápidamente hacia un nivel superior.
—¡Todoroki!
—¿Qué hay de ti?
—Estaré justo detrás de ustedes cuando termine con esto. ¡Ahora vayan! —ordenó.
Los otros chicos asintieron, comprendiendo la gravedad de la situación, y comenzaron a correr tan pronto como el pilar los dejó en el nivel superior. Sabían que no había tiempo que perder.
Mientras el hielo de Shoto se disolvía a sus pies, Bakugo cruzó los brazos, lanzándole una mirada de advertencia al contrario.
—¡Oye, idiota mitad y mitad! ¿Por qué no te llevas a Kaori también? —dijo con brusquedad—. No debería quedarse aquí. ¡Esto es peligroso para ella, imbécil!
Shoto lo miró por un instante con una expresión seria, pero luego giró los ojos hacia Kaori, quien estaba preparada para lo que se venía. No había duda en su mirada, ni miedo. Ella también quería luchar.
—No —respondió el chico con determinación, volviendo a enfrentar al rubio—. Quiero pelear junto a ella. Y mientras yo esté aquí, nada le va a suceder.
El aire entre ambos jóvenes se volvió tenso, mientras Bakugo apretaba los dientes, claramente molesto con la respuesta de Todoroki.
—¡¿Qué dijiste, bastardo?! —gruñó, claramente irritado. Su mandíbula se tensaba, y las pequeñas explosiones en sus manos comenzaban a acumularse—. Si algo le pasa a Kaori, te juro que te voy a matar.
Shoto lo enfrentó sin inmutarse, manteniendo la calma. Sin embargo, antes de que pudiera responder, la voz de Kaori resonó por el lugar:
—Parecen niños pequeños —los interrumpió, mirándolo directamente a los ojos—. Puedo cuidar de mí misma, así que no se preocupen.
—Más te vale, entonces. No me hagas arrepentirme de confiar en ti —espetó Bakugo, antes de dar un paso al frente y prepararse para el enfrentamiento con los villanos.
Uno de los hombres, claramente cansado de la discusión entre los futuros héroes, se cruzó de brazos y soltó una carcajada burlona.
—¿Van a seguir discutiendo o ya podemos pelear? —espetó, una sonrisa de satisfacción en su rostro mientras provocaba al grupo.
Sin perder el ritmo, otro de los villanos dio un paso al frente y comenzó a transformarse. Su piel adquirió un tono púrpura, sus músculos se hincharon grotescamente hasta alcanzar proporciones colosales, convirtiéndose en un gigante morado. El suelo retumbó bajo su peso, y con un rugido, corrió directamente hacia los chicos, sus enormes manos extendidas como si quisiera aplastarlos de un solo golpe.
—¡Cuidado! —gritó Kirishima, recibiendo un golpe del villano, el cual hizo que saliera disparado hacia una pared lejana.
—¡Este es mío! —gritó Bakugo con fuerza, sus manos llenas de chispas explosivas mientras se lanzaba hacia el gigante.
Mientras tanto, Kaori observó la oportunidad perfecta. Con el gigante morado distrayendo a sus amigos, el hombre que controlaba el aire, estaba momentáneamente desprotegido. Sin perder un segundo, la chica corrió hacia él. Sabía que tenía que neutralizarlo antes de que pudiera desatar su poder y hacer que todo fuera mucho más complicado para el equipo.
El villano del aire la vio aproximarse y sonrió, levantando su mano para crear una ráfaga de viento poderosa, pero Kaori ya estaba preparada. Activó su poder, canalizando la energía del sol que había estado acumulando. Su cuerpo irradiaba calor, y en un instante, creó un escudo de luz solar para protegerse del ataque.
La ráfaga de viento chocó contra su escudo, pero no fue suficiente para detenerla. Kaori siguió avanzando, con el escudo de luz protegiéndola y su mirada fija en el villano.
—¡Vas a necesitar algo más que aire para detenerme!
Con un movimiento rápido, lanzó una onda de calor directo hacia el villano, desestabilizándolo y haciendo que tambaleara hacia atrás.
El villano intentó recuperar el control, agitando sus manos para lanzar otra ráfaga de viento, pero Kaori estaba mucho más cerca ahora. En un instante, creó un destello de luz que lo cegó, junto a una burbuja de calor lo suficientemente pequeña como para no lastimarlo gravemente, pero lo suficientemente intensa como para hacer que el villano jadease y sudara profundamente.
Mientras tanto, al otro lado del campo de batalla, Bakugo y Shoto seguían enfrentándose al gigante morado. El rubio lanzaba explosiones a su alrededor, intentando reducir su movilidad, mientras que el bicolor utilizaba su hielo para ralentizar sus movimientos, creando una combinación letal de fuego y hielo.
En medio del caos de la batalla, los chicos lograron retroceder, alejándose momentáneamente de los villanos. Con una sincronización casi perfecta, Bakugo, Shoto y Kaori se colocaron espalda con espalda, formando un círculo defensivo en el centro del invernadero.
El gigante morado se sacudía los restos de hielo que Shoto había creado para ralentizarlo, mientras que el villano del aire intentaba recuperarse del calor abrumador que Kaori le había hecho soportar. A pesar de todo, ambos seguían de pie, furiosos y listos para contraatacar.
—Ustedes no son niños normales, ¿verdad? —dijo el villano del aire, con una sonrisa burlona en su rostro.
—¿Quiénes son? —replicó su compañero.
—¡Como si fuéramos a decírselo, malditos villanos! —espetó Bakugo, con su habitual arrogancia.
En un abrir y cerrar de ojos, Kaori avanzó rápidamente, utilizando su agilidad para rodear a su oponente. Con cada paso, generaba calor en sus manos, listo para ser liberado. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, lanzó una ráfaga de energía solar que impactó de lleno en el abdomen del villano, haciéndolo tambalearse hacia atrás.
—¡Eso no fue nada! —gritó el villano, recuperándose con dificultad y creando una corriente de aire que lo empujó hacia ella, buscando aprovechar su sorpresa.
Sin embargo, Kaori ya había anticipado su movimiento. Con un salto, esquivó el ataque y aterrizó detrás de él. En un giro rápido, creó un escudo de luz a su alrededor, el cual absorbió el impacto de una nueva ráfaga de viento que el villano lanzó.
La chica se lanzó hacia el villano del aire, utilizando su poder para generar una ola de calor y luz. Se movió rápidamente, esquivando un ataque que intentaba golpearla con una ráfaga de viento. Con un giro elegante, concentró su energía solar y creó una esfera de luz que lo impactó de golpe.
El villano gritó y se desplomó, incapaz de resistir el golpe. Kaori, satisfecha, se dio la vuelta para ver cómo estaban sus amigos. Para su sorpresa, vio que Bakugo y Shoto ya habían terminado con el gigante morado.
El bicolor levantó una mano y creó una capa de hielo que aprisionó a ambos villanos en una estructura helada, asegurándose de que no pudieran escapar.
Con los villanos bajo control, los chicos se dirigieron rápidamente hacía Kirishima, quien se encontraba estampado contra la pared, recuperándose de la sorpresa del ataque.
—¿Kirishima, estás bien? —preguntó Kaori con preocupación, mientras se acercaba a él.
—No puedo moverme. Ayúdenme... —murmuró el aludido, con un tono de desesperación mientras trataba de liberar sus brazos del agujero.
—¿Eres idiota? Solo tienes que desactivar tu don —dijo Bakugo. El pelirrojo detuvo sus movimientos, mirando con incredulidad a su compañero.
Kirishima frunció el ceño, dándose cuenta de lo obvio solo después de que Bakugo lo mencionara. Con rapidez, desactivó su don y el agujero en la pared se cerró, permitiéndole liberarse de la trampa que su propio poder había creado.
—Vaya, eso me sorprendió.
—Me alegro de que estés ileso —dijo Shoto.
—¡Si, tu también! —Kirishima exclamó, sonriendo levemente.
Mientras los chicos hablaban, Bakugo se dio la vuelta, evitando ver a su amigo a los ojos.
—Gracias...
—¿Qué diablos? ¡Tú no eres así! —se burló Kirishima, restándole importancia a la situación—. ¡No te preocupes!
—¡No me preocupo! —el rubio gritó, dándose la vuelta para darle una mala mirada.
Kaori, observando la interacción entre los dos amigos, no pudo evitar reírse. Bakugo y Kirishima eran muy buenos amigos.
—Bien. Hay que ir tras Midoriya y los demás —Shoto habló con seriedad, comenzando a correr hacia la salida, siendo seguido rápidamente por los demas.
—¡No me des ordenes! —Bakugo gruñó.
La caminata de los chicos se vio abruptamente interrumpida cuando un ejército de robots apareció frente a ellos, bloqueando su camino hacia la salida.
Shoto y Bakugo se movieron con rapidez, colocándose frente a la chica al mismo tiempo. La sincronización no fue planeada, pero ambos tenían un objetivo claro: proteger a Kaori.
Kirishima y Bakugo se encargaron de los robots con una combinación de explosiones y golpes. Bakugo lanzó explosiones que destrozaron a varios de los robots más cercanos, sus explosiones resonaban en el pasillo. Kirishima, con su cuerpo endurecido, se abalanzó sobre los robots, haciendo que sus puños reducieran a escombros a cualquier cosa que tocaba.
Mientras tanto, Kaori se movía con fluidez. Sus manos se extendían y las llamas surgían, creando columnas de fuego que arrasaban con los robots que se acercaban demasiado. Los robots ardían y se desmoronaban bajo la intensidad de su don, dejándola libre para moverse y atacar con más precisión.
Shoto, por su parte, usaba su habilidad para controlar el hielo de manera estratégica. Creó paredes de hielo que bloqueaban los movimientos de los robots, inmovilizándolos. Las estructuras de hielo se extendían y se expandían, formando una barrera efectiva que mantenía a los robots a raya.
Cuando finalmente el último robot fue destruido, los chicos tomaron un momento para recuperar el aliento. El pasillo estaba cubierto de escombros y fragmentos metálicos.
—¿Todos están bien? —preguntó Kaori, mirando a cada uno de sus compañeros.
—Sí, todos bien —respondió Kirishima, sacudiéndose el polvo de su traje.
Con rapidez, continuaron subiendo hasta el último piso de la torre. Sabían que el tiempo era esencial y que cada segundo contaba. La escalera parecía interminable, pero su determinación y el deseo de salvar a los demás los mantenían en marcha, sin dejar que el cansancio los detuviera.
Cuando llegaron al último piso, el grupo se encontró con un ejército de robots se acercaba rápidamente a Uraraka, quien estaba sola y vulnerable. Los robots eran numerosos y se movían con una precisión inquietante, sus luces rojas parpadeando a medida que avanzaban hacia ella.
Sin dudarlo, Bakugo saltó hacia adelante con una velocidad impresionante. En un segundo, generó una explosión que hizo que los robots más cercanos fueron lanzados por los aires, desintegrándose en fragmentos metálicos. El suelo tembló por el impacto, y el calor de la explosión iluminó el área circundante.
Shoto no se quedó atrás, y con su mano derecha creó una pared de hielo que inmovilizó a los enemigos en su lugar.
—¡Lamentamos la demora! —exclamó Kaori, acercándose rápidamente a Uraraka con una mirada de preocupación—. ¿Estás bien?
—Sí, estoy bien —se apresuró a responder, aún un poco agitada—. Deku y Melissa se dirigen al piso superior ahora mismo.
Kaori y Shoto levantaron la vista, y allí, justo en el cielo, vieron a Deku y Melissa flotando gracias al poder de la castaña.
—¡Tenemos que vencer a todos esos robots! —dijo Kaori con determinación.
Mientras la chica se preparaba para lanzarse nuevamente a la pelea, Shoto notó un viento repentino que comenzaba a soplar. Giró la cabeza y vio cómo Melissa y Deku se alejaban en el aire, aprovechando la inercia del viento.
—¡Bakugo! —exclamó el bicolor, corriendo en su dirección mientras se sacaba el blazer de su traje—. ¡Rompe una hélice y haz que apunte en dirección a Midoriya!
—¡Te dije que no me des ordenes!
Con un bufido de frustración, Bakugo se lanzó hacia la hélice más cercana, concentrando su energía explosiva. Con un estruendo, la hélice se rompió, apuntando en la dirección correcta.
Kaori, mientras tanto, se concentraba en la pelea contra los robots, usando ataques combinados de fuego y luz para derribar a los enemigos que se acercaban. Cada golpe que daba era preciso y efectivo, iluminando el campo de batalla con llamas brillantes.
Shoto, viendo que Bakugo había cumplido con su parte, usó su izquierda para generar fuego, creando aire caliente que impulsaba la hélice en dirección a Izuku. El resultado fue inmediato; la hélice giró con fuerza, enviando un potente chorro de aire que elevó aún más a Deku y Melissa.
Aprovechando el impulso, Deku logró romper la pared que daba hacia la sala de control. La entrada se abrió, y ambos jóvenes desaparecieron de la vista de sus compañeros.
Mientras tanto, Kaori se enfocaba nuevamente en la pelea. A su alrededor, los robots continuaban avanzando, pero no se rendiría.
—¡No podemos detenernos! —gritó Kaori, empujando sus límites—. ¡Vamos, sigamos luchando!
Bakugo, Shoto y Kirishima se unieron a ella, formando un frente sólido. La determinación brillaba en sus ojos mientras enfrentaban a los robots, cada uno utilizando sus habilidades únicas para avanzar.
Después de unos segundos de batalla, los robots dejaron de aparecer uno tras otro, sus luces parpadearon antes de apagarse por completo. Kaori, aún con el corazón latiendo a mil por hora, miró a su alrededor y se dio cuenta de que la amenaza había desaparecido.
Al notar que Melissa había restaurado el sistema de seguridad, Kaori se dejó caer en el suelo, sentándose para recuperar el aliento perdido tras la pelea. Miró hacia arriba y vio a Shoto acercarse a ella.
—¿Estás bien? —preguntó, su rostro serio pero con una preocupación visible en sus ojos.
—Sí, solo necesito un momento —respondió, sonriendo a pesar de su fatiga. La cercanía de Shoto siempre le daba una sensación de calma—. Te ves muy guapo usando tu lado izquierdo, ¿sabes?
Shoto, un poco sorprendido por el cumplido, sintió que sus mejillas se sonrojaban. No sabía cómo responder, así que simplemente se quedó allí, observándola con ternura.
—Gracias —musitó al final, sintiendo que su corazón se aceleraba—. No te lo dije antes, pero tu también te ves hermosa. Ese vestido te queda increíble.
Kaori rió suavemente, disfrutando de la conexión entre ambos. Se sentía afortunada de tener a alguien como él a su lado en situaciones tan caóticas.
Bakugo, desde un rincón, interrumpió el momento con su característico grito:
—¡Dejen de coquetear y concéntrense! ¡Tenemos que seguir subiendo!
Kaori y Shoto, sin prestar mucha atención al rubio, compartieron una sonrisa cómplice.
—¿Puedes caminar? —el bicolor preguntó, notando que la chica se había cansado un poco tras la pelea.
—Sí, no te preocupes por mí —respondió ella, con una sonrisa tranquilizadora—. Estoy lista para seguir.
Ambos se pusieron de pie y, al hacerlo, la energía entre ellos se revitalizó. Sin más palabras, comenzaron a correr junto a sus amigos, subiendo las escaleras a toda prisa.
Finalmente, los chicos llegaron al último piso, y ahí se encontraron con All Might, quien estaba en medio de una feroz pelea contra un villano imponente. La escena era desesperante. All Might, el símbolo de la paz, parecía más débil de lo habitual. Su respiración era entrecortada y sus movimientos no tenían la misma fuerza de antes.
Kaori sintió un nudo en el estómago al reconocer la razón detrás de su debilidad. Su tiempo se estaba acabando. No podía permitir que su héroe cayera.
Rápidamente, todos se lanzaron al ataque. Bakugo generó explosiones, creando distracciones ruidosas que hicieron que el villano se volteara.
Mientras tanto, Kaori concentró su energía, generando llamas que danzaban a su alrededor. Corrió hacia All Might, decidida a darle el apoyo que necesitaba.
Shoto, junto a ella, creó un escudo de hielo para proteger a sus compañeros de los ataques del villano, permitiendo que Kaori se concentrara en sus llamas. La combinación de sus poderes creó un espectáculo asombroso: fuego y hielo bailando juntos, uniendo fuerzas en una lucha por la victoria.
Los estudiantes, cada uno dando lo mejor de sí, comenzaron a trabajar como un equipo perfecto. A pesar de la desesperación, había un brillo de esperanza. La lucha se tornaba más intensa, pero no estaban solos. Se sentían invencibles juntos.
—¡Con mis estudiantes tan motivados, no puedo estancarme por un estúpido limite! —All Might exclamó—. ¡Necesito sobrepasar mis limite e ir mas allá! ¡Plus ultra!
Los chicos observaban, llenos de admiración y preocupación, mientras All Might luchaba con todas sus fuerzas. Aunque la batalla parecía un juego de fuerzas desiguales.
De repente, una esfera de metal se cerró sobre All Might, aprisionándolo. El corazón de Kaori se detuvo por un instante, pero su instinto se activó rápidamente. Sin pensarlo, levantó una barrera de energía brillante que envolvió al símbolo de la paz, protegiéndolo del impacto total.
—¡Izuku! —gritó, notando cómo su amigo se preparaba para saltar hacia el héroe.
Concentrándose, la chica creó un escudo adicional alrededor de el peliverde, asegurándose de que pudiera ayudar a All Might sin ser herido. Verlos a ambos pelear codo a codo era algo que la llenaba de orgullo. Se sentía emocionada al observar cómo luchaban juntos, perfectamente coordinados, como si fueran una sola fuerza.
Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, no solo por la tensión del momento, sino por la profunda admiración que sentía por Izuku. Sabía que estaba destinado a ser un gran héroe, uno que inspiraría a otros. Era una gran persona, y ver cómo se alzaba junto a All Might, dando lo mejor de sí, la llenaba de alegría.
La batalla se intensificó, con cada golpe resonando en sus corazones. La combinación de la fuerza de All Might y la determinación de Izuku creaba una energía única.
Después de unos minutos de lucha, todo llegó a un final explosivo. Un destello cegador iluminó el cielo, y el estruendo de la victoria resonó por todo I-Island. El villano fue derrotado, y el campo de batalla se llenó de un silencio inquebrantable.
Kaori se permitió sollozar un poco, pero era de felicidad. Se sintió inmensamente agradecida de ser parte de este grupo, y de luchar junto a amigos, quienes se convertían en héroes dentro de unos años. Ella sabía que, juntos, podían lograr cualquier cosa.
Después de unos momentos de silencio, los chicos estallaron en vítores y gritos de emoción.
—¡Lo hicieron! —exclamó Kirishima, levantando los puños en señal de victoria.
El ambiente se llenó de risas y gritos de alegría, cada uno de ellos sintiéndose más unido que nunca. Habían enfrentado el peligro juntos y habían salido victoriosos.
Kaori no pudo evitar sentirse abrumada por el cariño y la camaradería que compartían. Habían luchado codo a codo, y cada uno había contribuido de una manera única.
Sabía que su viaje como héroes apenas comenzaba, y estaba emocionada por lo que el futuro les depararía.
JES'S NOTE !
FIN DEL PRIMER ARCO ! 🙍🏻♀️ pero no de preocupen, que ya tengo capítulos escritos hasta el arco número 3 ( me obsesione )
bakugo y shoto peleando por kaori es mi cosa favorita en este mundo 🙈 VIVO POR EL DRAMA
tengo que admitir que cuando vi a deku pelear junto a all might me emocione mucho 😭 les juro que yo soy como una mamá orgullosa cuando se trata de él, lo adoro tantooo
GRACIAS POR LEERME <3 luv u
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro