fourty four. preparations for the festival
O44 | PREPARATIONS FOR THE FESTIVAL
Kaori terminó sus tareas de las clases extras mucho antes que los demás, lo que le dejó algo de tiempo libre. Pero en lugar de relajarse, decidió dirigirse de inmediato a los dormitorios con la esperanza de reunirse con sus amigos y unirse a los preparativos para el festival escolar. Caminaba a paso rápido, casi corriendo por los pasillos de la UA, mientras el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos cálidos.
Algunos estudiantes que la cruzaban en el camino la saludaban con entusiasmo. Aunque Kaori quería detenerse a conversar, su emoción la impulsaba a seguir adelante. Se limitaba a responder con una amplia sonrisa, mientras su mente estaba enfocada en llegar a tiempo.
Esperaba no llegar tarde. Sentía que sus piernas casi no podían mantener el ritmo que ella misma se imponía, pero no quería perderse ni un momento de la planificación.
Finalmente, tras unos minutos que le parecieron eternos, llegó al edificio de los dormitorios. Tomó un momento para recuperar el aliento frente a la puerta, pero la impaciencia ganó. Con una determinación casi teatral, abrió la puerta principal con fuerza, atrayendo las miradas de todos los presentes. La sala común estaba llena de sus compañeros, quienes se giraron hacia ella sorprendidos por el ruido.
—¿Llego tarde? —preguntó jadeando, llevándose una mano al pecho mientras intentaba regular su respiración.
—No, aún no comenzamos —respondió Kaminari con una sonrisa, relajando los hombros al verla.
Desde el otro lado de la sala, Shoto se levantó de su lugar y se acercó a ella con una expresión llena de diversión y curiosidad. Observó cómo su novia intentaba calmarse, con las mejillas ligeramente sonrojadas por el esfuerzo.
—¿Estás bien? Pareciera que corriste una maratón —comentó con una pequeña sonrisa.
—Solo quería llegar a tiempo para hacer los preparativos con ustedes —murmuró con voz entrecortada, dejando entrever su entusiasmo—. Es la mejor parte, ¿no crees?
Shoto asintió, mirándola con esa tranquilidad característica que siempre lograba calmarla.
Mientras hablaban, algunos de los demás comenzaron a acercarse, uniéndose poco a poco a la conversación. El ambiente se llenó de risas y bromas, hasta que la voz firme de Iida se alzó, llamando la atención de todos.
—¡Queda menos de un mes para el festival! —anunció, ajustándose las gafas con un gesto que dejaba claro lo serio que era para él—. Hay poco tiempo, así que debemos comenzar a organizarnos.
—Primero hay que escoger una canción, ¿no creen? —propuso Hagakure, alzando las manos como si estuviera dibujando ideas en el aire.
—Yo no sé mucho de música... —Ojiro murmuró con una ligera risa avergonzada—. Pero apoyaré lo que decidan.
—Yo igual —añadió Shoji con un tono neutro, aunque dispuesto a colaborar.
—Ya que es para los demás, creo que debería ser una canción que todos conozcan —Kaminari sugirió, siempre sonriente. Kaori asintió con entusiasmo.
—¡Una canción famosa sería perfecta! Algo que haga que todos se emocionen —la pelirosada añadió, dejando que su emoción se reflejara en sus palabras.
Jirou, quien hasta ese momento se había mantenido callada, finalmente intervino.
—Si agrupo todas las ideas que acaban de decir, el compás debe ser de cuatro por cuatro. Quizás algo de rock combinado con electrónica... Pero si quieren bailar, lo mejor sería algo más enfocado en la música electrónica.
Los demás la miraron en completo silencio, claramente confundidos por su explicación técnica. Kaori, sin embargo, sonrió con complicidad. Ella también tenía experiencia con la música, gracias a su afición por la guitarra eléctrica, y entendió perfectamente lo que la chica quería decir.
—Eso tiene sentido, Jirou —comentó, llamando la atención de todos—. Pero, si queremos algo que sea emocionante y fácil de seguir, tal vez podríamos agregar algo de pop rock. Es un estilo que puede adaptarse a lo que mencionaste y conectar con la mayoría.
Jirou alzó una ceja, claramente interesada.
—Tienes razón. Además, podríamos usar una estructura sencilla para las estrofas y el coro. Algo que no sea demasiado complicado, ya que no todos tienen experiencia tocando instrumentos.
Ambas comenzaron a intercambiar ideas y términos técnicos, discutiendo sobre tempos, acordes y estilos musicales. Los demás se limitaron a mirarlas, intercambiando miradas perplejas entre ellos.
—¿De qué están hablando? —susurró Kaminari, inclinándose hacia Mina, quien simplemente se encogió de hombros, divertida.
La conversación entre Jirou y Kaori continuó hasta que la pelinegra hizo una pregunta crucial.
—¿Alguno de ustedes sabe tocar el bajo o la batería? —preguntó, recorriendo a todos con la mirada.
El silencio que siguió fue suficiente respuesta.
—Lo imaginé... —suspiró, llevándose una mano a la frente—. La batería es crucial en cualquier banda. Y aunque yo toque la guitarra, enseñar a un novato y practicar mi parte sería demasiado en tan poco tiempo.
Kaori abrió los ojos de repente, como si una idea hubiera iluminado su mente. Sin decir nada, comenzó a buscar con la mirada por toda la sala hasta que localizó a Bakugo, quien estaba sentado en una esquina con los brazos cruzados. Una sonrisa divertida apareció en su rostro.
—Bakugo, ¿no dijiste que te obligaron a tomar clases de música cuando eras niño? —habló con un tono casual pero malicioso.
El rubio la miró con el ceño fruncido, claramente desconfiado.
—¿Qué? ¿En serio? —Mina preguntó, emocionada.
—¿Bakugo, y si tocas la batería? —sugirió Sero con una sonrisa traviesa.
—¡Ni lo sueñen, idiotas! —espetó Bakugo, girándose de inmediato como si quisiera acabar con la conversación.
Kaori compartió una mirada cómplice con Kaminari, y ambos comenzaron a actuar.
—Oh, lo entiendo... —la pelirosada murmuró, fingiendo desilusión—. Tal vez es demasiado difícil para ti.
—Tiene sentido —añadió Kaminari, esforzándose por no reír.
Tal solo esas palabras bastaron para que el chico reaccionara. Bakugo se había dado la vuelta tan rápido que casi derriba su silla.
—¡Eso no tiene nada que ver! —gruñó, su orgullo claramente herido. Sin decir una palabra más, se levantó y subió las escaleras hacia su habitación.
Unos minutos después, bajó con una batería portátil y la instaló en la sala común. Todos observaron en silencio mientras ajustaba cada parte con precisión. Cuando terminó, tomó las baquetas y comenzó a tocar. Los ritmos y golpes que produjo fueron tan precisos y poderosos que dejó a todos boquiabiertos.
Segundos después, dejó las baquetas sobre el tambor con un movimiento que parecía lleno de desafío, mirando al grupo con una expresión que exigía reconocimiento.
—¿Y bien? —preguntó el rubio, cruzándose de brazos y esbozando una sonrisa de superioridad.
Por un momento, el silencio se apoderó de la sala. Jirou, quien siempre mantenía una actitud tranquila, estaba boquiabierta. Sus manos se alzaron lentamente hacia su boca, como si necesitara contener el asombro que amenazaba con desbordarse.
—Es... Genial... —logró murmurar finalmente, todavía sin poder apartar los ojos de la batería.
Kaori no pudo evitar soltar una risa al ver los brillos de emoción en los ojos de la chica. Bakugo realmente sabía cómo dejar a todos sin palabras, incluso a aquellos que lo conocían bien.
—Es increíblemente talentoso —dijo Kaminari.
—¡Entonces está decidido! —la pelirosada exclamó, dando un fuerte aplauso al aire, acompañándolo con una gran sonrisa—. Katsuki será el baterista de la banda.
El aludido, sin embargo, no parecía compartir el entusiasmo colectivo. Frunció el ceño y se puso de pie con desgano, bufando con visible irritación.
—No pienso hacer el ridículo junto a ustedes en un escenario.
—¡Bakugo, por favor! —Jirou rogó, casi corriendo detrás de él mientras el rubio intentaba alejarse. Su tono se volvió más suave, casi suplicante—. Quiero decir... Si tú eres el baterista, todo va a salir bien.
El rubio se giró bruscamente, lanzandole una mirada intensa a la chica y al resto del grupo.
—¡Nada saldrá bien! —gritó con frustración, sorprendiendo a todos. Sus compañeros lo miraron con ojos abiertos, confundidos por la intensidad de su reacción.
—¿De qué hablas? —Kaori cuestionó en un murmullo, inclinando ligeramente la cabeza mientras lo observaba con atención.
Bakugo la miró directamente, y por un instante, la chica sintió como si sus palabras estuvieran dirigidas únicamente a ella.
—¡No van a aceptar algo así de la gente que odian!
—Oye, no tienes que decirlo de esa manera —intervino Hagakure, tratando de calmar la situación.
—¡Solo lo digo como realmente es! —el contrario respondió con firmeza.
—Tiene razón —Iida murmuró, haciendo que la atención se dirigiera hacia él—. Quizás no hemos considerado el impacto que esto tendrá en las demás clases.
—No estabas cuando lo decidimos, así que no te quejes ahora —habló Shoto con seriedad.
El comentario dejó a todos perplejos. Había pasado bastante tiempo desde la última vez que vieron al bicolor ser tan directo y frio, pero parecía ser que Bakugo siempre lograba despertar ese lado de él.
—¿Eso no les molesta? ¡Nosotros no pedimos que esos villanos vinieran a atacarnos! ¿Por qué tenemos que considerar cómo se sienten ellos? —continuó el rubio, ignorando las palabras de su compañero—. Si hacen esto para animarlos, deténganse ahora. ¡Hay que golpearlos! ¡No vinimos a hacer amigos, vinimos aquí a pelear! ¡Los mataremos a todos con nuestra música!
El aire en la sala pareció congelarse. Nadie supo cómo reaccionar ante su arrebato, pero sus palabras, cargadas de rabia y convicción, resonaron profundamente en todos. Bakugo no veía la música como una distracción ni como un simple espectáculo. Para él, era una forma de demostrar lo que valían como héroes en entrenamiento.
Finalmente, Kaminari rompió el silencio con una risa nerviosa.
—¡Tu lógica es aterradora, pero lo harás!
—¡Bakugo! —gritaron todos al unísono, corriendo hacia él con una mezcla de entusiasmo y aprobación. El rubio intentó resistirse, pero el tumulto de emociones y energía lo rodeó por completo.
Kaori, mientras tanto, permaneció un poco apartada, observando la escena con una sonrisa llena de cariño. Fue inevitable que sus pensamientos no viajaran al pasado, específicamente a aquel campamento donde ambos habían sido secuestrados. Sabía que Bakugo había estado cargando con ese peso desde entonces, aunque rara vez lo admitiera.
De repente, un par de brazos se cerraron con entusiasmo alrededor de sus hombros, sacándola de sus pensamientos.
—¿No es genial, Kaori? —exclamó Mina, con una sonrisa que iluminaba todo el lugar.
—¡Sí! ¡Daremos el mejor concierto de todos!
Y aunque Bakugo fingiera fastidio mientras todos celebraban, Kaori notó cómo una pequeña sonrisa curvaba sus labios. Sabía que, en el fondo, él también estaba listo para enfrentarse al mundo de la única manera que sabía: con fuerza, pasión y determinación.
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Las horas transcurrían lentamente en el salón común de la Clase 1-A. Kaori estaba sentada cómodamente en uno de los sofás, con las piernas cruzadas y una taza de chocolate caliente entre sus manos. A su lado, Shoto descansaba con los ojos entrecerrados, su semblante reflejando el evidente cansancio acumulado de días intensos. Los demás seguían ajustando detalles del concierto, haciendo que sus voces llenaran el espacio con entusiasmo.
Shoto abrió los ojos brevemente y tomó un sorbo del chocolate que su novia había preparado para él. Cerró los ojos de nuevo, dejando escapar un suspiro satisfecho.
—Esto está delicioso, Kaori —murmuró con una voz tranquila, casi somnolienta—. Nunca había probado un chocolate caliente tan bueno.
—Me alegra que te guste —respondió la chica con una sonrisa, mirándolo con ternura—. Es una receta especial que mi madre me enseñó. Tiene un par de trucos secretos para hacerlo más dulce y cremoso.
Shoto ladeó ligeramente la cabeza hacia ella, dejando que sus heterocromáticos ojos se enfocaran en su rostro.
—Podrías abrir un café con esta receta —bromeó.
—Tal vez en un futuro. Por ahora, tendré que conformarme con preparártelo cuando lo necesites.
El silencio entre ellos fue cómodo por un momento, pero Kaori no pudo ignorar el aspecto agotado de su novio. Sus hombros estaban ligeramente caídos, y su respiración era tan tranquila que casi parecía a punto de quedarse dormido.
—Shoto, deberías ir a descansar —le sugirió con suavidad, inclinándose un poco hacia él—. No tienes que estar aquí si estás tan cansado.
Él negó con la cabeza, con un movimiento lento pero firme.
—Estoy bien. Quiero estar aquí contigo y los demás.
—Eres muy terco, ¿lo sabías? —Kaori comentó con un leve tono de reproche—. No puedes dar lo mejor de ti si no duermes lo suficiente.
—Tampoco podría dar lo mejor de mí si me pierdo momentos como este —dijo, su voz casi un susurro—. Además, tu chocolate caliente vale la pena el desvelo.
Kaori estaba a punto de seguir insistiendo cuando otra voz interrumpió su conversación.
—Oye, Jirou —Momo la llamó desde el otro lado del salón—. Como parte de mi educación, aprendí a tocar el piano cuando era niña. ¿Crees que eso sirva de algo?
—¡Tocarás el teclado, Yaomomo! —Mina exclamó, acercándose a su amiga con una energía contagiosa.
Kaori cerró los ojos por un momento, dejando que el sabor del chocolate caliente inundara su boca mientras las voces de sus amigos llenaban el ambiente.
—¿Los demás estarán en el equipo de baile? —preguntó Ojiro, trayéndola de vuelta a la conversación.
—¿Eso será suficiente para emocionar a todos? —Iida se cuestionó, llevándose una mano a la barbilla.
—En el video que les mostré...
—¡Hay que añadir efectos! —exclamó Mina antes de que Shoto pudiera terminar, adelantándose con su entusiasmo característico. El chico asintió—. Los efectos especiales no pueden faltar.
—Hagámoslo como si fuera un desfile gigantesco —Hagakure añadió con la misma emoción.
—¡Tengo una idea! —la chica continúo hablando, dirigiendo la atención hacia ella—. Uraraka hará flotar a Todoroki y Kirishima. Luego, Kirishima romperá el hielo de Todoroki poco a poco. Aoyama será una bola de espejos, y con su láser parecerá que llueve polvo de estrellas. ¡Ustedes serán el equipo nevado!
—¡Será como una hielera! —añadió Mineta con una risa tonta.
—¿Seré una bola de espejos? —murmuró Aoyama, y aunque al principio parecía escéptico, su expresión cambió a una sonrisa brillante—. ¡No está mal!
Kaori rió ante la idea y asintió con entusiasmo.
—¡Es una buena idea! El gimnasio se verá espectacular.
En ese momento, los chicos de las clases extras aparecieron en la puerta, sus rostros reflejando el cansancio de una jornada intensa.
—Hola —dijeron al unísono, arrastrando las palabras.
—Perdón la demora —murmuró Izuku con una pequeña sonrisa.
—Por fin recuperamos todas las clases perdidas —suspiró Uraraka, dejándose caer en una silla cercana—. Ya podemos ayudar.
Jirou rápidamente se acercó al grupo para ponerlos al día sobre los planes del concierto. Mientras tanto, Kaori y Shoto retomaron su conversación.
—¿Qué harás tú en el concierto? —preguntó Shoto, su voz tranquila mientras giraba la cabeza para mirarla.
Kaori se encogió de hombros ligeramente.
—Aún no lo sé. Pensé en tocar algún instrumento, pero también me gustaría bailar.
Shoto arqueó una ceja, curioso.
—¿Bailar?
Kaori asintió, con una sonrisa pensativa.
—Sí. Creo que sería divertido. Aunque... También me gusta la idea de estar en el escenario tocando algo. ¿Qué opinas?
Shoto tomó un sorbo más de su chocolate antes de responder.
—Creo que hagas lo que hagas, será perfecto. Eres increíble en todo lo que intentas.
Kaori sintió que su corazón se aceleraba de nuevo, y el calor en su pecho se mezcló con el del chocolate caliente.
—No exageres...
—No lo hago.
El ambiente relajado que había llenado el lugar se rompió de repente cuando los gritos de Mineta resonaron, como un estruendo inesperado en medio de la charla tranquila de los presentes.
—¡Ignoraron por completo el grito de nuestras almas! —vociferó Mineta, agitándose de un lado a otro—. ¡Demuestra qué tan buena eres, ingrata!
Jirou, que hasta entonces estaba ocupada afinando algunos detalles con sus auriculares, levantó la vista con evidente incomodidad. Su rostro comenzaba a tornarse de un rojo intenso.
—Yo también quiero oírte cantar —añadió Kirishima, esta vez con su tono amable y una amplia sonrisa—. ¡Adelante, Jirou!
Kaori, distraída por la repentina interrupción, dirigió su mirada hacia la chica de los auriculares. Jirou suspiró, claramente luchando contra la timidez que la embargaba. Tomó una respiración profunda, casi como si estuviera reuniendo toda la valentía que tenía, y finalmente asintió.
Cuando comenzó a cantar, su voz fluyó como una corriente suave pero poderosa, llena de matices y emociones. La melodía llenó cada rincón del salón, dejando a todos congelados en sus lugares, incapaces de apartar la mirada. Kaori sintió un escalofrío recorrerle la espalda al escuchar la claridad y fuerza de la voz de su compañera.
Cuando la canción terminó, todos se levantaron de inmediato, aplaudiendo y celebrando con entusiasmo. Jirou, completamente sonrojada, se encogió en su lugar, visiblemente incómoda ante tanta atención.
—¡Mis oídos están felices! —Sato exclamó, riendo con alegría.
—¡Bien! Esta decisión es unánime, chicos —añadió Iida, levantando una mano con su característico gesto de autoridad—. ¡Jirou será la vocalista!
—Listo, asunto resuelto —murmuró la aludida, tratando de desviar el foco de atención hacia otro tema—. Ahora necesitamos a dos guitarristas.
—¡Yo quiero! —gritó Kaminari, levantando la mano con una sonrisa radiante—. ¡Será genial aprender!
—No importa si quieres —Bakugo dijo con seriedad, cruzándose de brazos—. ¿Lo vas a hacer bien?
Kaminari no lo dudo y asintió con energía.
—¡Claro, por supuesto! Denme un momento.
Sin decir nada más, el chico salió corriendo hacia su habitación, dejando a todos mirando en su dirección con curiosidad. Minutos después, regresó con su guitarra eléctrica en las manos, mostrándola con orgullo.
—El guitarrista es la estrella del show —declaró antes de comenzar a tocar.
Los acordes llenaron el salón, demostrando una habilidad inesperada en el rubio. Kaori abrió los ojos con asombro, completamente impresionada.
—¡Tocas genial, Kaminari! —exclamó, sonriendo ampliamente.
El aludido se sonrojó levemente ante el halago, rascándose la nuca con torpeza.
—Gracias...
—No sabía que podías tocar tan bien —Jirou dijo , cruzando los brazos mientras lo observaba con aprobación—. Ahora solo nos falta uno.
Kaori levantó la mano tímidamente, llamando la atención de todos.
—Yo puedo hacerlo —habló, con una mezcla de confianza y algo de nerviosismo—. Hace tiempo que no toco, pero creo que aún sé cómo hacerlo.
—La memoria muscular no se va —intervino Bakugo, mirándola de reojo, como si evaluara la seriedad de su afirmación.
—¡Genial! —exclamó Jirou, mostrando una sonrisa leve pero genuina.
Kaminari, siempre con su carácter juguetón, se acercó a Kaori con una sonrisa traviesa, extendiéndole su guitarra.
—Toca algo para nosotros.
Kaori tomó la guitarra con cuidado, como si sostuviera algo valioso. Cerró los ojos por un momento, dejando que sus dedos recordaran las cuerdas y los acordes que alguna vez fueron parte de su rutina. Después de unos segundos, comenzó a tocar.
La melodía que emergió de sus manos fue cautivadora, llena de emociones que parecían fluir directamente desde su corazón. La técnica y el sentimiento en cada nota dejaron a todos boquiabiertos. Shoto, que había estado observándola en silencio desde el sofá, no pudo evitar hablar.
—Eres increíble —dijo, con un tono de admiración genuina que provocó que Kaori sintiera un calor inesperado en el pecho.
Kaminari, quien apenas podía cerrar la boca del asombro, se sonrojó antes de soltar una carcajada nerviosa.
—¿Hay algo que no puedas hacer, Kaori? —bromeó, aunque su tono delataba que hablaba en serio.
Kaori bajó la guitarra lentamente, sus mejillas teñidas de un rojo intenso.
—No es para tanto —respondió en voz baja, evitando las miradas de los demás mientras una pequeña sonrisa adornaba sus labios.
El salón estalló en una mezcla de aplausos y palabras de apoyo. Mientras devolvía la guitarra a Kaminari, se giró hacia Jirou, lista para seguir contribuyendo.
—Bueno, parece que tenemos a los guitarristas —dijo, sonriendo ampliamente.
—Y con talento de sobra —añadió la chica, con un brillo especial en los ojos.
JES'S NOTE !
kaori es multifacetica 😁 HACE DE TODO ( yo a eso le llamo, la magia de ser la protagonista )
cuando kaori esta en cualquier lugar, shoto es literalmente el audio de "blablabla proper name place name backstory stuff 😍" Y YO VIVO POR ESO, me encantan las relaciones en donde ella cae primero, pero él cae mal fuerte.
en un principio yo tenia pensando que kaori fuera la mejor amiga de kirishima, pero me desvíe un poco y ahora es la mejor amiga de deku, bakugo y kaminari aibdiqbxid 😭 SIEMPRE CAMBIO TODO A ÚLTIMO MOMENTO.
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