fourteen. he always come back
O14 | HE ALWAYS COME BACK
Un nuevo día comenzaba en la casa de los Satou. El sol se filtraba suavemente a través de las cortinas de la habitación de Kaori, iluminando la cama donde ella se desperezaba lentamente. Al abrir los ojos, notó el silencio que llenaba la casa. Sabía que estaría sola esa mañana: su padre estaba fuera patrullando, como parte de su trabajo como héroe, y su madre había salido temprano para ir a la agencia a resolver algunos asuntos.
Kaori se levantó con energía, lista para enfrentar el día. Después de todo, tenía clases en la UA y, con la finalización de los exámenes, sentía que podía volver a la normalidad.
Después de una ducha rápida, se vistió con su uniforme escolar, cuidando cada detalle de su apariencia. Se observó en el espejo, ajustándose el lazo y asegurándose de que su cabello estuviera perfectamente recogido.
Con su mochila al hombro, Kaori bajó las escaleras, se sirvió un desayuno ligero y salió de casa, cerrando la puerta tras de sí. El aire fresco de la mañana la despertó por completo mientras caminaba hacia la UA, el sol brillando en el cielo despejado.
Al entrar en el salón, Kaori se dio cuenta de que casi todos sus compañeros ya estaban allí. La clase estaba llena de murmuros y risas, y se podía sentir una vibrante energía en el aire. A medida que caminaba hacia su asiento, notó que sus amigos estaban en medio de una conversación animada.
La chica no lo dudo y se acercó a ellos con una sonrisa.
—¡Buenos dias! —saludó, desviando la atención hacia ella.
—¡Buenos días! —respondieron todos al unisono.
Kaori pudo notar como en el fondo del grupo se encontraban algunos de sus compañeros con la mirada decaída. Al no saber que había pasado, se acercó a Izuku y susurró:
—¿Qué sucede? ¿Por qué estan tan deprimidos?
—Reprobaron el examen, ¿recuerdas?
La chica entreabrió los labios ante su respuesta. Se había olvidado por completo que no todos sus compañeros habían aprobado. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo al respecto, Mina la interrumpió.
—Chicos... Espero escuchar sus historias sobre el campamento.
—¡Aún no es seguro! —Kaori exclamó en un intento de animarlos.
—¡Si! ¡Puede haber una sorpresa de último minuto!
—Espera, Midoriya —Sero lo detuvo—. Si lo dices en voz alta, lo arruinaras.
—Si reprobábamos los exámenes, faltaríamos al campamento —murmuró Kaminari, con la mirada perdida en el piso—. Y como no pasamos el examen práctico... ¡Si aún no lo entienden, son más tontos que los monos!
—Estas pasando demasiado tiempo con Bakugo —la pelirosada dijo entre risas. Había sido bastante ingenioso con ese insulto.
—Yo no sé qué pasara conmigo. Mi equipo aprobó por Mineta, pero yo dormí todo el tiempo —explicó Sero—. Como sea, no sabemos cómo califican.
—¡Si se sienten mal por nosotros, tráigannos algo!
El bullicio en el salón era cada vez más fuerte. Los gritos de los estudiantes, llenos de emociones mezcladas, llenaban cada rincón.
De repente, la puerta del salón se deslizó con un fuerte chirrido, y todos los gritos y bromas cesaron instantáneamente. Como si alguien hubiera apagado un interruptor, el salón quedó en completo silencio. Aizawa entró con su típica expresión seria y cansada. Todos los estudiantes rápidamente volvieron a sus asientos, tratando de parecer más atentos de lo que realmente estaban hace solo unos segundos.
—Cuando suene la campana, siéntense —pidió con seriedad—. Buenos días. Lamentablemente, algunos no aprobaron el examen final. En cuanto al campamento en el bosque... ¡Todos irán!
—¡Una sorpresa de ultimo minuto!
Rápidamente, los estudiantes que habían reprobado comenzaron a gritar con emoción, agradecidos de poder asistir al campamento junto a sus demás compañeros.
—Nadie falló en el examen escrito. En el práctico, Kirishima, Kaminari, Ashido, Sato y Sero, reprobaron —Aizawa continuó, haciendo que este último estrellara su cabeza contra su mano, suspirando—. Nuestro lado se aseguró de dejar una forma de que los estudiantes ganaran mientras veíamos como se encargaban. Si no, muchos se habrían atascado antes de comenzar.
—Entonces, cuando dijo que nos aplastarían...
—Era para asustarlos. El campamento es para ganar fuerza. Los que fallaran la necesitaran aún más —admitió, sonriendo con orgullo—. Era una falsedad racional.
—¡Como nos engañaron dos veces, nuestra fe en ustedes caerá! —Iida exclamó, colocándose de pie.
—Sí, lo considerare. Pero no mentí sobre todo. Un fracaso es un fracaso —el hombre aseguró, mirando a sus alumnos con severidad—. Preparamos clases extras para ustedes. Será más duro que las clases de la escuela. Así que prepárense.
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Cuando terminaron las clases, los chicos se quedaron reunidos en el salón, hojeando el plan del campamento de verano que Aizawa había entregado al final de la jornada. Todos estaban emocionados al ver que el campamento duraría una semana entera y, al leer los detalles, se dieron cuenta de que necesitarían muchas cosas para estar preparados.
—¡Tendremos que comprar muchas cosas para esto! —exclamó Mina, mirando la lista de provisiones y artículos necesarios.
—Tengo que comprarme un traje de baño —murmuró Kaminari.
—¡Lentes de visión nocturna! —añadió Mineta.
—Como mañana descansamos y terminamos los exámenes, deberíamos ir todos juntos al centro comercial —sugirió Kaori, sonriendo con emoción—. Así podríamos ayudarnos a elegir las cosas y comprar lo necesario.
—¡Esa es una gran idea! —saltó Kaminari, apoyando su idea—. Será la primera vez que vamos juntos.
Los chicos comenzaron a emocionarse con la idea de ir juntos al centro comercial, planeando lo que comprarían y anticipando lo divertido que sería pasar el día comprando lo que necesitarían para el campamento. Todos aceptaron la propuesta rápidamente, organizándose para encontrarse al día siguiente.
—¡Oye, Bakugo! —Kirishima llamó al rubio, quien se encontraba caminando en dirección a la salida—. Deberías venir también.
—Como si hiciera algo tan molesto.
—¡Será divertido! —insistió la pelirosada. El chico se dio la vuelta con una mueca, para luego asentir con desinterés.
—¡Cállate, pelo de chicle! ¡Lo pensaré! —exclamó, chasqueando la lengua con frustración. Aun no entendía como es que aquella chica podía convencerlo de todo—. ¡Pero solo lo haré para que dejes de hablar!
Kaori lo miró con una sonrisa inocente, para luego dirigirse hacia Shoto, dándose cuenta de que se encontraba hablando con Izuku.
Kirishima observó con una ceja levantada la situación. No era la primera vez que veía a Bakugo actuar de esa manera cuando Kaori estaba involucrada, pero seguía sorprendiéndolo. Era como si el chico se volviera completamente sumiso en su presencia.
Kirishima cruzó los brazos, y se dirigió rápidamente hacia el rubio, siguiéndolo hasta el pasillo de la academia.
—Eh, Bakugo, —dijo con tono juguetón mientras caminaba hacia él—. Kaori puede convencerte de hacer cualquier cosa, ¿eh?
—¡Cállate, maldito cabello de erizo! —gritó Bakugo, claramente irritado. El chico desvió la mirada rápidamente, como si quisiera ocultar su reacción—. ¡No es nada de eso! No quiero escuchar sus malditos gritos todo el día. ¡Eso es todo!
Kirishima dejó escapar una carcajada. No importaba cuánto intentara disimularlo, su lenguaje corporal lo delataba.
—Claro, claro... Como digas. Pero ya sabes, te ves mucho más calmado cuando Kaori está cerca. Incluso te sonrojaste un poco. ¡Es muy varonil, Bakugo! —dijo, dándole un golpe amistoso en el hombro.
—¡Te voy a matar, maldito infeliz! —Bakugo exclamó, sintiendo como las chispas salían de sus manos.
Mientras tanto, Kaori estaba absorta en su conversación con Shoto e Izuku, completamente ajena a la escena que había causado entre Bakugo y Kirishima.
—¿Iras? —Kaori preguntó, colocándose a un lado del bicolor.
—No lo sé —dijo en respuesta—. Nunca me ha fascinado la idea de ir a un centro comercial.
—Vamos, Shoto, será divertido —dijo la pelirosada con un tono persuasivo—. Te prometo que no será tan malo.
El chico suspiró, pero una pequeña sonrisa asomó en su rostro. La idea de pasar más tiempo con Kaori era lo que realmente lo convencía.
—Está bien, iré —aceptó finalmente, intentando ocultar su interés.
—¡Sabía que aceptarías! —la chica exclamó alegremente, dándole un suave golpe en el hombro—. Será divertido, ya lo verás.
A pesar de su resistencia inicial, Shoto no pudo evitar sentirse intrigado por lo que ese día le podría deparar junto a ella.
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El día de ir al centro comercial llegó, y Kaori se despertó temprano, emocionada por pasar un tiempo con sus compañeros. La chica se alistó con esmero, eligiendo una falda de mezclilla que combinaba con una polera negra, sin olvidar ponerse sus zapatillas favoritas. El cabello lo dejó suelto, con una pequeña trenza a un lado, y después de un último vistazo al espejo, sonrió, satisfecha con su look.
Kaori bajó rápidamente las escaleras, casi saltando peldaños de dos en dos. Sabía que, si sus padres comenzaban a hacer demasiadas preguntas, Shoto terminaría esperando más tiempo del necesario afuera.
—¡Nos vemos, mamá, papá! —gritó mientras pasaba por la cocina.
—Espera, ¿a dónde vas tan temprano? —la voz de su madre se escuchó desde la sala.
—Voy a ir al centro comercial con Shoto y los demás —respondió, deteniéndose solo un segundo antes de abrir la puerta—. ¡No llego tarde!
Su padre, desde el fondo de la casa, asomó la cabeza por una de las puertas, claramente queriendo hacer más preguntas, pero antes de que pudieran retenerla, Kaori ya estaba afuera, cerrando la puerta detrás de ella. A lo lejos, podía ver a Shoto esperándola junto a la acera, con las manos en los bolsillos y una expresión tranquila, aunque algo inexpresiva.
—¡Hola, Shoto! —saludó con una sonrisa brillante cuando llegó junto a él.
—Hola —respondió el chico—. ¿Lista?
—Más que lista —dijo Kaori mientras ajustaba su bolso en el hombro.
Y sin decir nada más, empezaron a caminar hacia la estación de trenes que los llevaría al centro comercial. Al principio, el silencio entre ellos fue cómodo, ambos acostumbrados a la compañía del otro sin necesidad de llenar el aire con palabras. Pero a medida que caminaban, Kaori no pudo evitar observar a Shoto de reojo.
—Me alegra que hayas decidido venir —comentó la chica, rompiendo el silencio mientras caminaban por las calles vacías de la mañana.
Shoto giró la cabeza hacia ella, levantando una ceja ligeramente, como si no entendiera por qué hacía falta mencionarlo.
—No suelo hacer este tipo de cosas —admitió él después de un momento—. Pero suena bien ir al centro comercial contigo.
—¡Bueno, entonces intentaremos hacer que te lo pases bien! —dijo animada, tratando de no dejar que él notara el efecto que sus palabras habían tenido en ella—. Además, necesito que me ayudes a elegir algunas cosas. Confío en tu buen ojo.
—¿Ya tienes una lista de lo que necesitas comprar? —preguntó Shoto, ladeando su cabeza con confusión.
—Bueno... —empezó, fingiendo pensarlo—. Hice una lista mental, pero sabes que soy algo indecisa. Puede que termine buscando cosas que ni siquiera pensaba comprar.
—Eso no suena muy eficiente.
—Por eso estás tú aquí, para mantenerme centrada —respondió, riendo levemente.
Siguieron caminando, esta vez conversando más. Kaori le contaba sobre cómo se había despertado temprano de la emoción, y cómo había intentado escaparse de las preguntas de sus padres. Shoto, aunque no lo dijo, parecía ligeramente divertido con su historia, pues una pequeña curva se formó en la esquina de su boca, casi imperceptible para alguien que no lo conociera.
Cuando llegaron a la estación de trenes, tomaron el tren que los llevaría al centro comercial. El vagón estaba sorprendentemente vacío para esa hora del día, lo que les permitió encontrar asientos sin problemas. Kaori se sentó junto a la ventana, observando cómo la ciudad comenzaba a despertarse, mientras Shoto se sentaba a su lado, con los brazos cruzados.
Durante el trayecto, Kaori miró por la ventana, y luego volvió su atención a Shoto, quien estaba observando tranquilamente el paisaje.
—¿Sabes? —murmuró la chica, girándose hacia él—. Me gustaría que pasáramos más tiempo juntos hoy. Solo tú y yo, si es posible.
El bicolor la miró, con esa expresión pensativa que parecía analizar cada palabra. Era una indirecta suave, lo sabía, pero a su manera, quería que Shoto entendiera que disfrutaría su compañía más allá de lo que tenían que comprar.
—Me parece bien —respondió Shoto, con ese tono neutral, pero la forma en que sus ojos se suavizaron le dijo a Kaori que había captado el mensaje.
Mientras el tren avanzaba, Kaori se acomodó mejor en su asiento, disfrutando del viaje y de la compañía de Shoto, emocionada por el día que les esperaba juntos.
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Después de unos minutos más de trayecto en el tren, finalmente llegaron a la estación cercana al centro comercial. Kaori observó a través de la ventana cómo el bullicio de la ciudad se hacía cada vez más evidente. El centro comercial era enorme, con múltiples pisos y una gran variedad de tiendas, y solo imaginar lo que harían allí ya le ponía una sonrisa en el rostro.
Shoto y Kaori descendieron del tren, caminando juntos hacia la entrada principal del centro comercial. El aire fresco de la mañana ya empezaba a llenarse con el sonido de personas yendo y viniendo, y la chica no podía evitar sentir la energía del lugar.
—Me pregunto si ya llegaron los demás —murmuró, buscando a sus compañeros con la mirada.
No pasó mucho tiempo antes de que divisaran un pequeño grupo familiar reunido cerca de la fuente del centro comercial. Kirishima, con su cabello rojo brillante y su sonrisa siempre positiva, estaba hablando animadamente con Midoriya y Uraraka. Los demás estaban a su alrededor, conversando sobre temas triviales.
—¡Kaori, Todoroki! —gritó Kirishima con entusiasmo cuando los vio acercarse—. ¡Por aquí!
Kaori levantó la mano, saludando al grupo, mientras Shoto asintió ligeramente, manteniendo su típica actitud tranquila. Cuando se acercaron, Midoriya fue el primero en darles la bienvenida con una sonrisa.
—¡Qué bueno que llegaron! —dijo el peliverde.
—Este lugar es gigante —Uraraka musitó, mirando a sus alrededores con sorpresa.
—¡Con la mayor cantidad de tiendas, es el nuevo, genial y más avanzado, centro comercial Kiyashi! —Mina exclamó, extendiendo sus brazos con emoción.
Los chicos murmuraron con emoción. No podían esperar para comenzar a explorar aquel lugar.
—¿No son de la UA? —un hombre preguntó a lo lejos, apuntando en su dirección.
Los chicos intercambiaron miradas nerviosas cuando la atención de la multitud se centró en ellos. Algunas personas comenzaron a susurrar, mientras otras se acercaban para ver más de cerca a los jóvenes héroes en entrenamiento.
—Vaya, parece que somos un espectáculo ambulante —murmuró Kaori, rascándose levemente la nuca.
—Veo que aún recuerdan el festival deportivo —dijo de la misma forma Uraraka.
Iida llamó la atención de sus demás compañeros, evitando que se distrajeran. Fue solo cuestión de tiempo para que todos volvieran a hablar sobre las cosas que necesitaban comprar, ignorando a las personas que los observaban desde lejos.
—Todos buscan cosas diferentes. ¿Decidimos una hora para reunirnos? —sugirió Kirishima.
—¡Muy bien!
—¡Entonces reunámonos a las 3!
—¡De acuerdo!
De forma inmediata, Kaori y Shoto comenzaron a caminar juntos, alejándose del resto del grupo hacia una sección donde vendían artículos de campamento.
—¿Ya sabes qué vas a comprar? —preguntó la chica, observando los estantes llenos de mochilas, sacos de dormir y otros accesorios.
El bicolor se detuvo un momento, mirando pensativo los productos.
—Creo que necesito una linterna y algo de ropa para clima caluroso —respondió, pasando la mirada por las diferentes opciones.
—Yo debería buscar una mochila más ligera, la que tengo es demasiado grande.
Ambos comenzaron a revisar los productos, cada uno concentrado en lo que necesitaban. Luego de un par de minutos, ambos hicieron sus compras y caminaron hacia la caja para pagar.
Una vez que estuvieron listos, Kaori y Shoto caminaron hacia una tienda de ropa. La chica necesitaba pantalones y shorts para el campamento, y aunque el bicolor no parecía el tipo de persona que disfrutaría estar en una tienda de ropa, no puso ninguna objeción.
—Necesito algo cómodo para el campamento —dijo Kaori mientras entraban a la tienda, mirando los estantes llenos de ropa deportiva—. Algo que no sea muy pesado, pero que pueda soportar las caminatas.
Shoto la siguió en silencio, observando todo con su calma habitual. Aunque no lo decía, prestaba atención a cada detalle.
—¿Y qué piensas de estos? —preguntó Kaori, levantando un par de shorts deportivos oscuros.
El chico los miró con detenimiento, como si estuviera evaluando la funcionalidad de la prenda.
—Parecen adecuados para moverse con facilidad —comentó con seriedad—. Pero quizás deberías considerar también algo más largo, por si el clima cambia.
—Tienes razón —murmuró, buscando unos pantalones más largos en el estante—. Nunca sabes cuándo el clima va a cambiar de repente. Pero estos shorts son geniales para el día.
Shoto asintió, y siguieron revisando diferentes opciones. Cada vez que Kaori levantaba una prenda para mostrarla, el chico hacía un comentario meticuloso sobre su utilidad.
Finalmente, la chica encontró un par de pantalones ligeros pero resistentes, y algunos shorts de colores neutros que sabía que serían cómodos para las actividades en el campamento. Decidió probarse un par de conjuntos y le lanzó una mirada divertida a Shoto antes de entrar al probador.
Mientras se probaba la ropa, podía oír a Shoto caminando por la tienda, probablemente examinando más ropa. Cuando salió del probador, vestida con uno de los conjuntos de shorts, vio que el bicolor estaba sosteniendo una chaqueta ligera.
—¿Qué te parece? ¿Crees que me queda bien? —preguntó inocentemente, dando una vuelta rápida para que él pudiera ver mejor el conjunto.
Shoto, que hasta ese momento había mantenido su habitual calma, se quedó de repente inmóvil. Sus ojos recorrieron el conjunto con una mezcla de sorpresa y torpeza, sin saber bien cómo reaccionar. El conjunto le quedaba hermoso y resaltaba su cuerpo de una forma que nunca antes había visto.
Antes de que si quiera pudiera darse cuenta, su rostro se encontraba completamente sonrojado.
—Eh... Sí, te queda bien —respondió finalmente, su voz un poco más tensa de lo habitual. Apartó la mirada por un segundo, como si intentara procesar cómo había acabado en esa situación.
Kaori pareció no notar la incomodidad del contrario, ya que sonrió, satisfecha con su respuesta.
—¡Qué bien! —exclamó, contenta con la elección—. Y esa chaqueta, ¿es para ti?
—No, solo estaba viendo si sería útil para ti —respondió Shoto luego de carraspear su garganta, mostrándole la chaqueta—. Es ligera y resistente al agua. Podría ser útil si llueve.
—Gracias, la voy a llevar también.
Mientras esperaba, Shoto respiró hondo, intentando relajarse. A su alrededor, la tienda seguía con su bullicio normal, pero por alguna razón, la situación lo había dejado más nervioso de lo que esperaba.
Cuando Kaori salió de nuevo, vestida con su ropa habitual y sosteniendo sus compras, Shoto se sintió aliviado.
—Creo que hemos terminado aquí —dijo la pelirosada con una sonrisa—. Vamos a ver qué hacen los demás.
Shoto asintió, recuperando parte de su calma habitual, mientras ambos se dirigían a la salida de la tienda. Aunque no había sido más que una pregunta inocente, la situación lo había descolocado de una manera que no esperaba.
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Shoto y Kaori recibieron la llamada de Iida, la voz de su amigo sonaba tensa al decirles que debían volver al lugar acordado inmediatamente. Al parecer, Shigaraki había aparecido en el lugar y había amenazado a Izuku. Sin perder el tiempo, ambos se dirigieron rápidamente hacia donde estaban sus amigos.
Al llegar, pudieron notar como los héroes y la policía ya habían asegurado el área del incidente, y habían evacuado el lugar para evitar involucrar a los civiles. Izuku se encontraba a salvo, pero estaba claramente afectado.
—Deku... —murmuró Kaori, queriendo acercarse. Sin embargo, antes de que la chica pudiera decir algo, Shoto colocó su mano con suavidad sobre su brazo, indicándole que esperara.
Shoto parecía tranquilo por fuera, pero la contraria podía sentir la tensión en su silencio. Kaori insistió en acompañar a Izuku a la comisaría, pero los oficiales le dijeron que no era necesario y que lo mejor sería que regresara a su casa. Midoriya estaría bajo cuidado y protección, y no querían que más estudiantes estuvieran expuestos a posibles peligros.
—Te acompañaré a casa —el bicolor habló con suavidad, tratando de trasmitirle algo de tranquilidad.
Kaori lo miró, asintiendo lentamente. No podía evitar preocuparse por lo que acababa de suceder, pero agradecía que Shoto estuviera allí con ella.
Caminaron en silencio la mayor parte del trayecto hacia su casa, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Kaori mantenía sus brazos cruzados, mientras Shoto caminaba a su lado con las manos en los bolsillos. Sin embargo, cuando llegaron a la puerta de su casa, el chico finalmente rompió el silencio.
—Los héroes ya están al tanto de la situación. Atraparan a Shigaraki —dijo en un intento de consolarla, aunque su tono serio lo hacía sonar más distante de lo que pretendía.
Kaori suspiró y asintió, aunque la tensión en sus hombros no disminuía. Caminaban por las calles ya casi vacías, con el sol comenzando a ponerse en el horizonte, pintando el cielo de tonos naranjas y rosas.
—Gracias por acompañarme, Shoto. —la pelirosada murmuró, sonriendo levemente mientras lo miraba de reojo—. Me hace sentir más tranquila el tenerte cerca.
Shoto se ruborizó ligeramente ante el comentario. No estaba acostumbrado a los cumplidos ni a la cercanía emocional, y mucho menos de parte de alguien como Kaori, quien siempre irradiaba una calidez que él encontraba reconfortante pero difícil de manejar.
—No es nada... Solo quería asegurarme de que llegues bien —respondió con torpeza, apartando la mirada hacia el suelo, mientras su rubor aumentaba apenas un poco.
La chica lo notó y no pudo evitar sonreír más ampliamente, aunque no comentó nada al respecto. Cuando ambos llegaron a la puerta de la casa de Kaori, se detuvieron.
—Nos vemos pronto —habló, intentando sonar más animada.
—Nos vemos.
Cuando Kaori finalmente entro en su casa y la puerta se cerró, Shoto se quedó parado por un momento, intentando procesar lo que acababa de suceder. Después de unos segundos, se giró y comenzó a caminar de regreso, con una sensación cálida en su pecho que no lograba comprender del todo.
JES'S NOTE !
KIRISHIMA SABE COSAS 🤫 él es mi espíritu animal, porque de verdad es muy sapo, SE ENTERA DE TODO
ya sabemos quien es la que tiene el poder dentro de la relación 🫡 te amo kaori, traes a todos como perros
no puedo esperar para que vean a shoto siendo más coqueto con kaori, porque por ahora es demasiado tímido ;) aunque ( spoiler ) eso cambia una vez que se hacen pareja ☺️
yo amo la amistad de deku y kaori, los dos son unos solecitos que se merecen lo mejor del mundo 😞
nos vemos en em siguiente capitulo! 💓
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