forty five. a day full of surprises
O45 | A DAY FULL OF SURPRISES
El sábado amaneció despejado y lleno de posibilidades. Para Bakugo y Todoroki, este día era un respiro de su arduo entrenamiento para obtener la licencia de héroe, pero para Kaori y los demás, el descanso se transformó en algo completamente distinto: la práctica para el festival escolar.
Kaori estaba en el aula destinada a los ensayos, rodeada por los demás miembros de la banda. El aire estaba cargado de entusiasmo y algo de nerviosismo mientras todos preparaban sus instrumentos. A su lado, Jirou daba las últimas indicaciones, su semblante tranquilo pero enfocado.
—Muy bien, repasemos cómo vamos a dividirnos las tareas —comenzó la chica, mientras ajustaba su micrófono—. Momo estará en el teclado, Tokoyami con el bajo, Kaminari y Kaori en las guitarras eléctricas, y yo me encargaré de la voz principal.
—¿Tokoyami en el bajo? —Kaori preguntó, sorprendida.
—Se unió a último minuto, así que le cedí mi lugar en el bajo. Así puedo concentrarme solo en cantar.
—El bajo es un instrumento oscuro y enigmático —Tokoyami comentó—. Se alinea bien con mi estilo.
Kaminari, que estaba ajustando las cuerdas de su guitarra, dejó escapar una risa.
—Oscuro y enigmático, claro... ¿Pero sabes tocarlo?
Tokoyami lo miró con calma, sin inmutarse.
—El ritmo fluye naturalmente en mí.
La respuesta seria de Tokoyami hizo que las chicas intercambiaran una mirada divertida. Era imposible no reírse un poco del contraste entre su seriedad y la situación tan casual.
—Bueno, veamos cómo te va —dijo Jirou, entregándole el bajo.
Mientras Tokoyami comenzaba a probar el instrumento, Kaminari suspiró, mirando su guitarra con expresión de duda.
—Oye, Jirou... Esta melodía que nos diste... ¿Cómo se supone que toco esto? —se quejó, frunciendo el ceño mientras miraba la partitura como si estuviera escrita en otro idioma—. Esto parece física avanzada.
Kaori, que había estado afinando su guitarra, no pudo evitar soltar una risa.
—¿Física avanzada? Kaminari, es una escala básica.
—¡Fácil para ti decirlo! —el contrario replicó, exagerando su frustración y llevándose una mano al pecho dramáticamente—. Eres una prodigio de las guitarras, pero yo soy un humilde aprendiz.
—Un aprendiz que se la pasa haciendo bromas en vez de practicar —bromeó Jirou, cruzándose de brazos.
—¡Eso es un golpe bajo, Jirou! —exclamó Kaminari, llevándose una mano al corazón, fingiendo estar herido.
El grupo estalló en risas, incluido Tokoyami, aunque su risa era más bien un leve sonido gutural. Kaori, todavía riendo, se acercó a Kaminari con una expresión amable.
—Está bien, déjame ayudarte —murmuró, colocándose a su lado.
Kaminari la miró con ojos esperanzados, como si acabara de ser rescatado de un desastre inminente.
—¡Gracias, Kaori! Sabía que podía contar contigo.
—No cantes victoria tan rápido —respondió ella con una sonrisa juguetona—. Primero, mírame.
La chica tomó su guitarra y comenzó a tocar la melodía lentamente, asegurándose de que Kaminari pudiera seguir el movimiento de sus dedos.
—Ves, es como una conversación entre las cuerdas —explicó—. Solo necesitas recordar este patrón.
Kaminari observaba con atención, aunque su ceño fruncido delataba que todavía le costaba comprender.
—Entonces... ¿Esto va así? —preguntó, intentando imitarla, pero fallando en los primeros acordes.
Kaori reprimió una risa y negó con la cabeza.
—Casi. Aquí, cambia el ángulo de tus dedos y mantén la presión en esta cuerda.
Desde un rincón del aula, Bakugo observaba la escena con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
—¿Cuánto más vas a perder el tiempo con ese idiota? —gruñó de repente, su voz cortante como siempre.
Kaori levantó la mirada de la guitarra y parpadeó, un poco sorprendida.
—¿Qué? —preguntó, con una pequeña risa—. Kaminari solo necesita un poco de práctica, y ya casi lo tiene.
—"Casi lo tiene", mis narices —resopló el chico, moviendo la cabeza hacia un lado con impaciencia—. Si fuera yo, ya lo habría mandado a volar hace rato. No sé cómo tienes tanta paciencia con él.
Kaminari, que había escuchado el comentario, levantó las manos en señal de rendición, como si hubiera recibido un golpe directo.
—Oye, oye, tranquilo, Bakugo. No todos nacemos con tu nivel de perfección explosiva.
El contrario lo fulminó con la mirada, y Kaminari rápidamente fingió estar muy concentrado en su guitarra, tratando de evitar una confrontación.
—No es tan difícil ser paciente cuando alguien está intentando de verdad —la pelirosada respondió con un tono ligero, mirando de nuevo a Kaminari para corregir la posición de sus dedos—. Y bueno, si yo no lo ayudo, ¿quién lo hará?
—Nadie. Porque no lo merece —Bakugo continuó, aunque esta vez su voz tenía un matiz extraño.
Kaori alzó una ceja, intrigada, pero decidió no responder directamente. En el fondo, Bakugo sabía que ella era amable con todos, y aunque normalmente no le importaba que Kaori se preocupara por los demás, esta vez era diferente.
Verla tan atenta con Kaminari, incluso si era solo para algo tan simple como enseñarle una melodía, le molestaba más de lo que estaba dispuesto a admitir. No era lo mismo que verla con Todoroki; aunque eso también lo irritaba, al menos ya había aprendido a tragarse ese enojo. Pero con Kaminari, con ese idiota que no paraba de sonreírle, se le hacía insoportable.
—Si sigues atendiéndolo así, nunca va a aprender por su cuenta —dijo finalmente, con un tono más seco, casi como si quisiera convencerla de que dejara de prestarle atención al rubio.
Kaori notó el cambio en su voz y lo miró por un momento, un poco desconcertada. ¿Por qué estaba tan molesto? Pensó que tal vez solo era el típico Bakugo, siempre rápido para criticar, pero había algo más en su expresión, algo que no podía descifrar del todo.
—Bueno, entonces es un buen momento para que aprenda ahora, ¿no crees?
Bakugo bufo entre dientes. No insistió más, pero se quedó ahí, apoyado contra la pared, con los ojos fijos en ella.
Kaori volvió a centrarse en Kaminari, ajena al conflicto interno del chico. Ayudar a sus amigos siempre había sido algo que le hacía sentir bien, y ver al rubio finalmente tocar la melodía correctamente le sacó una sonrisa de satisfacción.
—¡Ahí está! —exclamó ella, aplaudiendo con fuerza—. ¡Lo lograste!
—¡Sabía que podía hacerlo! —Kaminari habló de la misma forma, con una gran sonrisa en el rostro. Luego se giró hacia Bakugo, alzando la guitarra en señal de victoria—. ¿Ves, Bakugo? ¡Con un poco de ayuda, hasta yo puedo hacerlo!
—Cierra la boca antes de que te la cierre yo —replicó Bakugo, aunque no se movió de su lugar.
Kaminari levantó las manos otra vez, riendo nerviosamente, pero Kaori solo negó con la cabeza, divertida.
—Está bien, chicos, volvamos al ensayo —Jirou intervino, con su típico tono práctico—. Ya desperdiciamos suficiente tiempo.
Mientras el grupo retomaba la práctica, Kaori se permitió una pequeña pausa para observarlos. Momo tocaba el teclado con una gracia casi etérea, mientras que Tokoyami parecía perderse en los graves del bajo. Jirou afinaba su micrófono, lista para comenzar a cantar, y Kaminari, aunque algo torpe, ponía todo su esfuerzo en cada acorde.
Kaori sonrió levemente. Sabía que estos momentos no durarían para siempre, pero mientras estuvieran juntos, harían que cada nota y cada risa valieran la pena. Y aunque todavía quedaba mucho por mejorar antes del festival, estaba segura de que, con este equipo, lograrían algo espectacular.
🪷❤️🔥🧸
El ensayo había sido largo y lleno de altibajos, pero las horas habían pasado rápido gracias a la energía y la compañía del grupo. Ahora todos disfrutaban de un merecido descanso
Kaori estaba sentada en uno de los sofás de la sala, disfrutando de un bowl de frutas frescas que Bakugo había preparado. El chico estaba junto a ella, cortando con precisión y rapidez más frutas para su propio bowl. Aunque no lo había dicho abiertamente, había preparado el de Kaori primero, como si fuera lo más natural del mundo.
—Gracias otra vez por esto —habló la pelirosada, sonriendo mientras tomaba un pedazo de manzana con su tenedor.
—Tsk, deja de agradecer por todo. No es para tanto —respondió Bakugo, sin mirarla.
Kaori soltó una pequeña risa. El rubio siempre tenía esa manera brusca de ser amable, y aunque muchos no lo entendían, ella sí.
—Oye, Kats... —llamó.
—¿Qué? —dijo él, levantando la vista por un momento antes de volver a su tarea.
—Quería preguntarte... ¿Por qué fuiste tan grosero con Kaminari antes? —preguntó, su tono curioso pero directo—. Él solo estaba intentando aprender, y tú parecías tan... Molesto.
El chico se detuvo por un segundo, su cuchillo descansando contra la tabla de cortar. No respondió de inmediato, lo que hizo que Kaori lo mirara con más atención.
—¿Molesto? —repitió finalmente, con un tono que pretendía ser despreocupado pero que tenía un leve toque de irritación.
—Sí, molesto. Estabas más gruñón de lo habitual —Kaori bromeó, intentando aliviar la tensión—. Vamos, dime. ¿Te hizo algo Kaminari o qué?
Bakugo soltó un suspiro pesado y continuó cortando las frutas, evitando mirarla.
—Es un idiota. Eso es todo —murmuró finalmente.
—Eso no explica nada.
El contrario frunció el ceño, claramente incómodo. No iba a decirle la verdad, que verlo tan cerca de ella, aunque fuera por algo tan simple como aprender a tocar una melodía, le había puesto los nervios de punta. Tampoco iba a admitir que había tenido que contenerse para no arrastrar a Kaminari lejos de ella.
—No me gusta perder el tiempo —respondió finalmente, de manera evasiva—. Y él nos estaba haciendo perder el tiempo.
Kaori lo miró fijamente, tratando de leer más allá de sus palabras, pero antes de que pudiera insistir, un grito llamó su atención.
—¡Eri! —se escuchó a lo lejos, la voz inconfundible de Kirishima.
Al escucharlo, la chica se levantó de inmediato, dejando su bowl a un lado. Su corazón dio un pequeño salto de emoción y curiosidad. Caminó rápidamente hacia la puerta, seguida de Bakugo, que observaba en silencio, aunque sin mostrar mucho interés aparente.
Cuando llegó al pasillo, vio a Kirishima junto a Aizawa, y a su lado estaba Eri, rodeada de algunos de los estudiantes que habían sido seleccionados como bailarines para el festival. La pequeña parecía un poco cohibida, con los ojos grandes y curiosos mirando a todos a su alrededor.
—¡Eri! —exclamó Kaori, acercándose con una sonrisa radiante.
La niña, al verla, dejó de esconderse detrás de Aizawa y corrió hacia ella con pasos pequeños pero decididos.
—¡Kaori!
La pelirosada se arrodilló para quedar a su altura y le acarició suavemente la cabeza, notando cómo la niña comenzaba a relajarse.
—Me alegra tanto verte aquí, Eri. ¿Cómo estás? —le preguntó, manteniendo su tono amable y cálido.
—Estoy bien... —murmuró, con una tímida sonrisa que iluminó su rostro—. Hay mucha gente...
—Lo sé, pero no te preocupes. Todos aquí son amigos —dijo Kaori, mirando a los demás con una sonrisa para tranquilizarla—. Además, Izuku y Mirio están aquí, ¿verdad?
Eri asintió rápidamente, y justo en ese momento, los aludidos se acercaron al grupo.
—¡Kaori! —Mirio la saludó con su típica energía—. Justo le estaba diciendo a Eri que queríamos mostrarle un poco más de la escuela. Pensamos que sería bueno que conociera los lugares importantes.
—Sí, y también pensamos que sería genial si nos acompañaras —añadió Izuku, sonriendo con entusiasmo—. Eri siempre se siente más tranquila contigo cerca.
—¡Claro que sí! Me encantaría acompañarlos —la chica respondió sin dudar.
En ese instante, Eri se acercó más a ella y le tomó suavemente la mano. Kaori sintió una calidez que le llenó el pecho, como si ese pequeño gesto fuera una muestra de confianza infinita.
—Bueno, entonces, ¡vamos a mostrarle a Eri todo lo que podamos!
Comenzaron a caminar por los pasillos de la UA. Eri miraba todo a su alrededor con los ojos bien abiertos, su curiosidad evidente mientras se aferraba con su otra mano a la chaqueta de Mirio. Kaori notó que, a pesar de su timidez, la niña parecía emocionada.
—Es fin de semana, pero todos viven en los dormitorios —explicó el mayor con una voz calmada y amable—. Por eso hay tanto movimiento. Todos se están preparando para el festival escolar.
Eri asintió tímidamente, observando cómo algunos estudiantes cargaban decoraciones o ensayaban en las áreas comunes. De repente, dos compañeros de clase de Mirio aparecieron al otro lado del pasillo, llevando un par de cajas que parecían pesadas.
—¡Es Togata! —exclamó uno de ellos con una sonrisa amplia, mientras el chico a su lado parecía completamente aturdido al ver al grupo.
—¿Es tu hija? —gritó el segundo, claramente en pánico—. ¡No me digas que por eso ya no vienes a la escuela!
Kaori no pudo evitar reír al escuchar eso, mientras Eri se escondía rápidamente detrás de Mirio, asustada por los extraños. El aludido, por su parte, se quedó inmóvil por un momento, su rostro adoptando una expresión completamente en blanco.
—¡Di algo! —exclamó Kaori entre risas, dándole un leve codazo a Mirio—. O todos pensarán que es verdad.
—¿Eh? ¡Claro que no es mi hija! —Mirio respondió finalmente, con una sonrisa nerviosa—. ¡Es solo una amiga muy especial!
—Ya, ya, tranquilo, era broma —dijo el primer chico, mientras se acercaba y les entregaba un panfleto—. Pero en serio, la conferencia de este año será increíble. Deberías venir.
—De acuerdo, ahí estaré —aseguró Mirio, recuperando su energía habitual mientras tomaba el panfleto.
Cuando los compañeros del chico se despidieron y siguieron su camino, el grupo continuó avanzando por el pasillo. Izuku y Kaori no tardaron en comenzar a burlarse de lo sucedido.
—"Es solo una amiga especial" —imitó la pelirosada, poniendo una voz exagerada mientras reía—. ¡Casi te creí, Mirio!
—Sí, seguro que todos te creen ahora —Izuku añadió con diversion.
—¡Vamos, chicos! No es tan grave —dijo Mirio, rascándose la nuca mientras sonreía avergonzado—. Además, Eri sabe la verdad, ¿verdad, pequeña?
La niña asintió levemente mientras mantenía su mirada baja, pero Kaori notó una pequeña sonrisa en sus labios. Parecía estar disfrutando del ambiente relajado.
De repente, una idea pareció iluminar a la pelirosada, quien dejó escapar una exclamación de emoción.
—¡Tengo una idea! —dijo, deteniéndose de golpe y girándose hacia los demás—. Deberíamos ir a ver a Nejire. Estoy segura de que a Eri le va a encantar verla.
—¿Nejire? —Izuku repitió, parpadeando—. Bueno, es verdad que tiene una energía que a todos les gusta.
—¡Eso suena perfecto! —agregó Mirio, mirando a la niña con una sonrisa—. ¿Qué dices, Eri? ¿Te gustaría ir a verla?
Eri levantó la mirada hacia Kaori, luego hacia Mirio, y finalmente asintió con un pequeño "sí".
—¡Entonces vamos! —la pelirosada habló, con entusiasmo mientras tomaba de la mano a Eri nuevamente.
Con el plan en marcha, el grupo se dirigió hacia los dormitorios de los estudiantes mayores, mientras Kaori no podía evitar sentirse feliz al ver cómo Eri comenzaba a sentirse más cómoda.
🪷❤️🔥🧸
Cuando llegaron al salón donde Nejire se encontraba preparándose para el concurso de belleza, la atmósfera cambió inmediatamente. La puerta se abrió con un leve chirrido, y Nejire, que estaba de pie frente a un espejo ajustándose el cabello, se giró hacia ellos sorprendida.
—¡Oh, oigan! —exclamó la chica, dejando lo que estaba haciendo y flotando hacia ellos con su característico entusiasmo—. ¿Cómo lograron traer a Eri aquí? ¡Qué bien! Me alegra tanto verla.
Kaori sonrió al ver la expresión de Eri. La pequeña tenía los ojos muy abiertos, brillando con admiración, y se llevó las manos a la boca, claramente asombrada por la presencia radiante de Nejire.
—Hola, Nejire —saludó Kaori con una sonrisa.
—¡Kaori! —la aludida respondió con igual entusiasmo, inclinándose hacia ella para abrazarla rápidamente—. Me alegra verte también.
Mientras las chicas intercambiaban saludos, Kaori no pudo evitar notar cómo Izuku, que hasta hacía unos segundos estaba relajado, se había tensado como si estuviera enfrentando un villano de alto nivel. Su rostro se había puesto de un rojo tan intenso que parecía a punto de explotar, y evitaba mirar directamente a Nejire, como si eso fuera una tarea imposible de realizar.
—¿Todo bien, Izuku? —la pelirosada preguntó, conteniendo una risa al ver su evidente nerviosismo.
—Sí, todo bien —respondió él rápidamente, mirando al suelo y rascándose la nuca—. Es solo que...
Nejire, con su energía habitual, no pareció darse cuenta de la incomodidad de Izuku y flotó a su alrededor, analizándolo con curiosidad.
—Pues tienes un don muy llamativo, igual que tu cara y tu pe...
—¡Personalidad! —interrumpió Mirio con una sonrisa amplia, tratando de salvar a Izuku del apuro.
Kaori no pudo contener más su risa y dejó escapar una carcajada, mientras Izuku parecía desear desaparecer en ese mismo momento.
—Es increíble que no ganaras el año pasado —continuó el peliverde, aún murmurando en un intento de desviar la atención de sí mismo.
—¡Sí! No lo entiendo —Nejire respondió, retrocediendo unos pasos y colocando un dedo en su barbilla, como si estuviera reflexionando profundamente sobre el asunto—. He perdido todos los años contra la misma chica, Bibimi Kenranzaki. Es la reina del certamen, de la clase 3-G de Apoyo.
—Es increíble...
Antes de que alguien pudiera decir algo más, la voz baja pero clara de Tamaki resonó en el salón, haciendo que todos se giraran hacia él.
—En el concurso de este año también participará Kendo porque ganó seguidores gracias a aquel comercial —habló—. Hado está emocionada, pero de solo pensar en actuar frente a tantas personas me duele el estómago.
Al decir esto, Tamaki se dejó caer dramáticamente al suelo, cubriéndose el rostro con ambas manos. Kaori rió al verlo y se acercó para ayudarlo a levantarse, colocando una mano en su hombro.
—Vamos, Tamaki, no es tan terrible —Kaori murmuró con una sonrisa alentadora.
El chico asintió débilmente, aún sin mirar a nadie, mientras Nejire retomaba la conversación con su entusiasmo habitual.
—Me inscribí la primera vez porque Yuyu me convenció de hacerlo. Me pareció divertido, y ahora quiero ganar —dijo la chica, cruzando los brazos y adoptando una pose decidida—. Bueno, ya que este es mi último año, tengo que hacerlo.
—Puedes lograrlo —Mirio la animó con confianza.
—Sí, y si no ganas, estoy segura de que hay algo muy mal con esta escuela —Kaori añadió con sinceridad. Honestamente, no entendía como aquella chica de la clase de apoyo había ganado dos veces seguidas.
—Bibimi también es bastante genial —admitió Nejire. Kaori levantó una ceja, claramente desconcertada por la respuesta.
—Eres demasiado humilde para tu propio bien...
🪷❤️🔥🧸
La sala de estar de la clase 1-A estaba animada, con cada estudiante ocupándose de su propio mundo. Algunos se dedicaban a jugar videojuegos, otros discutían detalles para el festival escolar, y un par estaban simplemente relajados en los sofás, disfrutando de la tranquilidad del fin de semana.
Kaori, sin embargo, estaba en un rincón más apartado, sentada junto a Shoto en la mesa del comedor. Había encontrado su lugar en el hombro de su novio, apoyando la cabeza con suavidad mientras la conversación y las risas de sus compañeros llenaban el espacio. Shoto, como siempre, mantenía una expresión serena, aunque su mirada se desviaba ocasionalmente hacia Kaori para asegurarse de que estuviera cómoda.
—¿Estás cansada? —preguntó el chico en voz baja, rompiendo el silencio entre ellos.
—No —respondió con un murmullo apenas audible, dejando escapar una leve sonrisa—. Pero tu presencia me calma.
Shoto parpadeó, procesando sus palabras. No respondió responder de inmediato, simplemente ajustó su posición que Kaori pudiera acomodarse mejor.
—Me alegra oír eso —dijo finalmente, con un tono suave.
La conversación entre ellos continuó con una calidez palpable. Hablaron de pequeñas cosas, desde los ensayos para el festival hasta cómo había sido la visita de Eri más temprano. Cada palabra que intercambiaban tenía un matiz de ternura, como si el mundo a su alrededor no existiera.
Kaori frotó sus manos juntas en un intento de calentarlas. La temperatura en el dormitorio no era particularmente baja, pero ella siempre había sido algo friolera.
—¿Tienes frío? —Shoto preguntó al notar su gesto.
Ella asintió ligeramente, pero antes de que pudiera decir algo más, sintió las manos de su novio buscar las suyas bajo la mesa. Con cuidado, colocó sus manos sobre su regazo, envolviéndolas con las suyas. El contraste entre el calor que él generaba y el frío que sentía Kaori la hizo sonreír.
—Gracias —murmuró, inclinándose un poco hacia él para dejar un beso suave en su mejilla.
El pequeño gesto no pasó desapercibido para Sero y Sato, que estaban sentados frente a ellos. Ambos se detuvieron en lo que hacían y compartieron una mirada traviesa antes de empezar a reírse.
—Vaya, vaya, ¡miren a estos dos! —bromeó Sero, apoyando un codo sobre la mesa.
—Sí, qué tiernos —Sato añadió con una sonrisa amplia, obviamente disfrutando de la oportunidad de molestarlos.
Kaori sintió el calor subir a sus mejillas. Inmediatamente, se escondió detrás de Shoto, usando su hombro como un escudo mientras murmuraba algo incomprensible.
—Dejen de molestarla —intervino el bicolor, con un tono que, aunque tenía un toque de diversión, dejaba claro que estaba defendiendo a su novia.
Los chicos levantaron las manos en un gesto de inocencia exagerada.
—¡Está bien, está bien! No diremos nada más —dijo Sero, todavía riéndose entre dientes.
Kaori asomó la cabeza ligeramente desde su escondite, mirando a su novio con gratitud antes de volver a acomodarse junto a él.
En ese momento, la voz de Momo resonó en la sala.
—¿Alguien quiere té? —preguntó mientras sostenía una bandeja.
Varios compañeros alzaron la mano, agradeciendo la oferta, pero Momo dirigió su mirada específicamente hacia Shoto.
—¿Todoroki, tú quieres? —murmuró con una sonrisa amable.
El chico negó con la cabeza casi de inmediato.
—No, gracias.
Sin embargo, tras un breve silencio, miró a Kaori, que estaba absorta observando las manos de ambos aún entrelazadas.
—¿Tú quieres té? —le susurró suavemente.
Kaori levantó la mirada, un poco sorprendida, y asintió con timidez.
—Sí, gracias.
Shoto se giró de nuevo hacia Momo, quien esperaba pacientemente.
—Cambié de opinión —habló con calma—. Yo también quiero.
Momo arqueó una ceja, claramente sorprendida por el cambio repentino, pero una sonrisa de emoción apareció en su rostro mientras asentía.
—¡Claro! Te preparare una taza —respondió con entusiasmo, comenzando a servirles té con movimientos precisos.
Kaori no pudo evitar reír suavemente, divertida por la manera en que Shoto había cambiado de parecer tan rápidamente.
—¿Qué? —preguntó él al notar su expresión.
—Nada, sólo que... Eres muy dulce a veces, aunque no lo admitas —la chica respondió, dándole un leve apretón a sus manos aún entrelazadas.
Shoto no respondió, pero el leve rubor que apareció en su rostro fue suficiente para hacer que Kaori sonriera aún más.
Cuando Momo volvió con las tazas de té, las colocó frente a ellos con cuidado.
—Aquí tienes. Espero que lo disfrutes —dijo con una sonrisa.
Kaori tomó su taza y dejó que el calor se extendiera por sus manos. Miró a Shoto por un momento, sintiéndose agradecida por tenerlo a su lado. En momentos como este, rodeada de sus amigos y con Shoto cuidándola de manera tan sutil pero significativa, se sentía en paz. Una sensación de pertenencia que atesoraba profundamente.
La chica tomó un sorbo pequeño y dejó escapar un suspiro satisfecho, mientras Shoto, a su lado, la observaba con su típica mirada tranquila, aunque sus ojos brillaban con una ternura que solo ella lograba percibir.
—Hoy vi a Eri —comentó Kaori, mientras colocaba la taza de té sobre la mesa.
—¿Ah, sí?
—Sí. Pasé un rato con ella, Mirio e Izuku. Quería que Eri conociera un poco más la UA y se sintiera más cómoda. Fue adorable verla tan curiosa por todo.
Shoto asintió, reconociendo el esfuerzo de su novia. Sabía cuánto significaba para ella ayudar a los demás, especialmente a los más pequeños.
—También fuimos a visitar a Nejire —la pelirosada continuó, con un brillo en los ojos al mencionar a su amiga—. Está preparándose para el concurso de belleza.
—¿Un concurso de belleza? —repitió Shoto, arqueando una ceja con curiosidad.
—Sí. Nejire participa todos los años, pero nunca ha ganado. Este es su último año en la UA, y está decidida a ganar esta vez —murmuró—. Ella realmente se lo merece. Es tan amable, talentosa y... Simplemente increíble.
Mientras Kaori hablaba, Shoto apenas escuchaba las palabras. No porque no le interesara lo que decía, sino porque su mente estaba ocupada con otro pensamiento. Observaba cómo sus ojos se iluminaban al hablar, cómo movía las manos ligeramente para enfatizar sus puntos, y cómo su cabello caía en suaves mechones alrededor de su rostro. Para él, Kaori era la definición misma de belleza, no solo por su apariencia, sino por su alma generosa y apasionada.
—Tú deberías participar en un concurso de belleza —dijo de repente, interrumpiendo sus pensamientos y, sin querer, también la conversación de Kaori.
Ella parpadeó, sorprendida, y lo miró con incredulidad.
—¿Yo? —cuestiono, señalándose a sí misma mientras una ligera risa nerviosa escapaba de sus labios—. No, no, eso no es para mí.
—Ganarías sin esfuerzo.
Kaori sintió que sus mejillas se encendían al escuchar sus palabras. Bajó la mirada hacia su taza de té, intentando ocultar el creciente rubor en su rostro.
—Es la verdad —insistió él, con ese tono sereno pero firme que siempre usaba cuando decía algo que realmente pensaba—. Eres hermosa, por dentro y por fuera.
Kaori sintió su corazón latir con fuerza en su pecho. Era raro que Shoto expresara sus pensamientos de manera tan abierta, y eso hacía que sus palabras fueran aún más impactantes.
—Bueno, gracias... Supongo —dijo finalmente, levantando la mirada para encontrarse con la suya. Una pequeña sonrisa tímida se formó en sus labios.
—Eres única, y eso es lo que te hace especial.
Shoto simplemente asintió, como si fuera lo más natural del mundo. Para él, no había nada más claro que la belleza y el valor de Kaori, y no necesitaba un concurso para demostrarlo.
JES'S NOTE !
shoto esta completamente enamorado de kaori, DE VERDAD LO PERDIMOS 🥹
había extrañado escribir a bakugo siendo un celosito total 🙈 odia que cualquier hombre se acerque a kaori, y eso que solo son amigos, así que imagínense lo posesivo y celoso que seria si estuvieran en una relación 😍 a mi me gustan de esos.
OK, pero hablando en serio, de verdad me da mucha risa bakugo, porque al principio él odiaba ver a shoto junto a kaori, pero ahora esta acostumbrado a verlos, aunque odia verla con cualquier otro hombre 🧍🏻♀️ es como si solo pudiera "compartirla" con shoto.
por cierto, recién vamos por la mitad de este fic, pero tenía una pregunta; ¿que tipo de extras les gustaría ver una ves que el fic termine? ya tengo varios escritos, pero aún no me decido por cuál publicar 😞
PD: ERI TE AMO 🩷 eres la niñita más linda y tierna del mundo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro