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6.4

Los cuatro alfas permanecieron en silencio por unos segundos...evaluando a sus oponentes.

Valorando la riqueza en biomasa que obtendrían de derrotar a aquellos que se atrevían a retar su dominio por sobre los demás parásitos.

-¡¡¡YO SOY URRGOTH!!!-.
Bramo el coloso mientras daba varios pasos hacia el frente e imponía su voluntad por sobre el resto de alfas.
Su gran tamaño y menuda capa de hongos infestados le conferian un aspecto aterrador.

Pero ninguno de sus rivales sentía miedo..solo hambre y codicia.

Incluso Zhapheryn, quien fuese a ser una elfa orgullosa y veladora de la belleza del bosque. Se contentaba con su actual forma y abrazaba el caos que había carcomido su mente.

No paraba de mirar a la alfa amalgama que irradiaba una fuerte energía disforme, y le sonreía como una niña que miraba a quien más admiraba en el mundo.

Su comportamiento se debía a la locura que había carcomido su mente, por la presión y el estrés de su metamorfosis. Sobreponerse al parásito que la muto, implicaba no sólo ganar el control de aquel cuerpo parasitado. Si no también, una nueva identidad.

Sentía las ansias de dominar. De imponer su fuerza y someter a los demás alfas. Y estos la veían como una amenaza por aquella muestra de comportamientos.

El alfa cuyo cuerpo estaba adornado por los ropajes tribales de los Ornsha que devoró dio un paso al frente.
Desafiando a Urrgoth mientras se erguia sacando pecho.

-Lokmooth...-.
Se agitó mientras revelaba su nombre. Todos los parásitos tenían uno, pero solo los más fuertes lograban descubrirlo.

El chaman plagado podía sentir como aquel cúmulo de parásitos en realidad era una colonia entera de mentes plagadas. Cientos y cientos de enfermizas aberraciones que por pura suerte habían encontrado un gran cuerpo para habitar.

Así que no se sentía intimidado. Lokmooth podría ser solo uno, pero contaba con un gran poder que lo respaldaba.

Zhapheryn lo observó con recelo, mientras sentía la magia bullendo de aquel ser...Magia tribal..contaminada y cargada de puro poder.

Lo siguiente que se supo, era que ei coloso había descargado un manotazo sobre Lokmooth.

Para el ogro infectado, los demás alfas eran simples insectos que destrozaria sin problema alguno.

Y mientras el chaman plagado hacia lo posible por retener la gigantesca extremidad que intentaba volverlo papilla. Zhapheryn se escabullo y llegó hasta la amalgama retorcida que había consumido a una princesa hada.

La alfa se tenso y desplegó sus majestuosas alas aberrantes mientras una onda de poder amenazó con desestabilizar el cuerpo de la elfa infectada.

La Portadora de muerte tenso sus brazos espada, y un brillo runico recorrió su pecho mientras era potenciada por su antigua arma. La elfa había decidido decorar su espada de runas elficas, pues el poder y la energía que está emitia, la ayudaba a calmar las ansias psicoticas que la embargaban, y así podía mantenerse consciente de lo que hacía.

Zhapheryn no mostró hostilidad contra la hada. Al contrario, de manera inmediata, se inclinó ante ella.

-Campeona del caos-.
La elfa sonrió de manera demencial, al reconocer a aquella destructora elegida por el destino.

La princesa hada convertida en una amalgama alada, retorcio su cuerpo y extendió un hilanento fungico hasta Zhapheryn, quien la reconocía como su ama.

-Entiendes tu función en el imperio que le ofrezco a los mortales...felicidades. ahora eres parte de algo hermoso-.
La hada aberrante se elevo en el cielo, contemplando como Lokmooth y Urrgoth luchaban sin descanso, y les hablo.
-¡¡¡YO SOY OPIS ROZE...INCLINENSE O MUERAN!!!-.

Y ante la aparente falta de respeto que le demostraban aquellos alfas al ignorarla. Emitió un gruñido de ira y se lanzó al combate.

Zhapheryn la siguió de cerca, dispuesta a luchar por su nueva ama.

Había visto el hermoso caos del que provenia aquella entidad..y se maravillaba del mensaje que portaba para el mundo...para todas las naciones...y criaturas.

Muerte era todo lo que traía. Pues en cuanto la hada infectada choco contra la espalda de Urrgoth, lo elevo por los cielos con giros demenciales, chocando una y otra vez contra el solido cuerpo fungico elevandolo cada vez mas, hasta que desaparecieron despejando las nubes envueltos por energía supersonica mientras no paraban de girar y elevarse.

Perdidas sus figuras por la distancia. Lokmooth esquivo por poco un corte atroz. El chaman plagado se había distraído al ver como esa pequeña aberración se llevaba a su colosal rival. Y se agito divertido por esto.

Con facilidad, desvio un tajo de la elfa y le acerto un puñetazo en el centro del abdomen, carraspeo un par de palabras, y la elfa salió disparada contra un árbol chamuscado, mientras de su vientre salía una espesa humareda.

-No puedes hacer nada contra mi poder-.
Lokmooth se agitó, haciendo temblar las ebras capilares y plumiferas que conformaban su cuerpo, mientras se reía de la alfa espadachín.

Zhapheryn solo atino a gruñir, antes de levantarse y comenzar a lanzar tajo tras tajo, mientras el chaman la esquivaba semi danzando y devolviendo golpes imbuidos en magia.

-Esto es divertido...¡¡Tener un cuerpo es tan divertido!!-.
Grazno el chaman y atrapó el cuello de la elfa. Admiro por unos segundos la deformada cara psicótica de su rival, y la arrojó al aire como una muñeca de trapo, antes de saltar el mismo y comenzar a elevarla a punta de golpes.

Por cada dos puñetazos, le inyectaba un rodillazo. Alternando con giros brutales para ganar fuerza y seguir elevándose.

Lokmooth disfrutaba con aquella pelea. Hasta que el cielo se oscureció, y de él una colosal figura comenzó a descender a gran velocidad.

Urrgoth hiba de vuelta. Cayendo al suelo con una violencia estrepitosa, mientras el chaman plagado y la elfa se quitaban de la zona de aterrizaje.

Todo el bosque se estremeció, y Opis observó su obra de arte.

Del colosal ogro sólo quedaban sus restos machacados y semi congelados, las gruesas extremidades del coloso estaban reventadas por una fuerte presión, y la hada pulsaba su poder en ondas destructoras que le arrancaban grandes trozos fungicos.

Lokmooth aprovecho esto para envolver a Zhapheryn en un torbellino de fuego fatuo que rápidamente adquirió una consistencia humosa. Y la guerrera elfa perdió casi todo su cuerpo consumido por las llamas sobrenaturales. A los pocos segundos, un horrido torrente de flores emergió de sus restos carcomidos. Y sólo fue capaz de ver como el chaman plagado danzaba plácidamente en dirección a Opis.

La hada, al percatarse del peligro, no dudo en lanzar una maraña de tentáculos de pus dorada, que envolvieron a Lokmooth y lo contorsionaron intentado romperle los huesos. Pero el alfa solo soltó una gran carcajada, mientras agitaba sus manos con gestos contorsionados, creando dos remolinos de fuego que salieron disparados contra ella.

Estos surcaron el aire, y recorrieron la distancia que los separaba de su objetivo en poco tiempo. Rugiendo con fuerza mientras arrazaban con los resquicios del bosque.

Opis creo un domo de energía, pero este flaqueo perdiendo su brillo mientras las llamas Ornsha quemaban todo a su alrededor y creaban un campo vivo de hermosas flores.

Contrastando con su habilidad, el fuego y la naturaleza se mezclaban de una forma bella, y el artífice de esta magia se acercaba cada vez más a su presa.

El giganton plagado no parecía poder moverse luego de que le arrancasen tantos trozos de carne infectada. Y la espadachín ahora era abono para las plantas. Lokmooth no tenía un rostro. La maraña de ebras parasitadas cubría los resquicios de una cabeza carcomida por la infección. Pero a pesar de esto, temblaba con júbilo mientras ansiaba incarle el diente a tan magnífico espécimen cargado de poder.

En cuanto absorbiera a todos esos parásitos, conseguiría alzarse como el líder perfecto para la raza conquistadora que había llegado al planeta.

Deformando su cabeza, consiguió crear unas enormes fauses rampantes que gruñian como un feroz animal, salivando una sustancia negruzca y más apestosa que la sangre podrida. Mientras se atrevia a abrazar el domo donde se protegía Opis.

-¿Puedes sentirlo?...Serán uno solo conmigo mismo-.

-No...-.
Le contesto la alfa que había absorbido a una princesa hada.
-Solo tu seras uno conmigo misma-.

-¡!-.
Y de manera repentina. Varios tentáculos escaparon del domo de energía, y atravezaron el cuerpo de Lokmooth.

A pesar de que este seguía generando llamas intensas. Los tentáculos repugnantes se regeneraban a un ritmo increíble mientras se clavaban una y otra vez en cada extremidad del alfa.

Comenzando a comprimirlo para internarlo en el agujero del domo y devorarlo de poco en poco.

Lokmooth aullo de dolor, y se agito demencialmente desesperado por no querer morir.

No sabía que es lo que le estaba pasando. Dentro de el bullia un gran poder. Y aún así, era incapaz de seguirlo utilizando.

Como si desde el momento en que Opis clavara sus tentáculos en el, le hubiese bloqueado la fuente de magia y se alimentará de esta misma mientras a él lo privaba de ella.

Lokmooth soltó un grito desgarrador antes de que su consciencia comenzará a tintinear. Suplico clemencia y le imploro a la entidad que lo consumía. Que lo perdonase y lo aceptase como un siervo.

Pero la hada infectada tenía otros planes. Y decidió usar al chaman plagado como motor para su nueva transformación.

Absorbió hasta la última molécula del parasito y su cuerpo retorcido. Y tembló de extasis al sentir el poder.

Una nueva forma había surgido, y de aquel domo envuelto en llamas surgió una nueva criatura.

Una emperatriz definitiva para esa marea de muerte y plagas.

"Opis Roze".

[ La espora lunar ].

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