6.1
En los remaches de estelas carcomidas por el fuego. Un gran infierno había sido desatado en el borde sureste del continente Nirrua.
El gran bosque ancestral, lleno de vida y riqueza natural, de intensos colores verdes e inmensos frutos. Se veía amenazado por un peligro ajeno a todo lo que se haya conocido en ese mundo.
De la gigantesca roca que cayó del cielo. Un torrente de humo ennegracia el aire, y lamentos insoportables desgarraban los oídos de quienes. Aturdidos, aun seguían cerca del lugar del impacto.
...Los que no fueron aplastados o consumidos por las intensas llamas propagantes. Encontraron un tétrico final a manos de las extensiones carnosas que se agitaban violentamente serpenteando en la tierra.
Abominables seres habían brotado de aquel meteorito. Y, tan ansiosos por el nuevo alimento que les ofrecia el planeta, devoraron a su antojo y formaron nuevas amalgamas de vida una vez que se fundieron con su presa.
Las esporas se esparcieron, y lucharon para adaptarse al nuevo mundo. En cuestión de horas, muchos de aquellos seres habían muerto carcomidos por las propias llamas, o devorados por sus propios hermanos.
Criaturas sin forma se retorcian como los tentáculos de un pulpo. Como venas vivientes de carne y piel. Como aberraciones de la naturaleza provenientes del cosmos.
Cuando el fuego se apago. El lamento de aquella raza cesó. La gran roca de la que habían venido tembló y se hizo polvo, y el bosque se cernio en un gran silencio.
La noche..fue inquietantemente pacífica.
Más nadie durmió. Bestias salvajes se mantuvieron alerta. Tribus y clanes montaron guardia.
Aquellos espantos de otro mundo causaron un gran desconcierto. Sus restos chamuscados aún apestaban el aire.
Cuerpos infectados se retorcian semi carbonizados, y colapsaban en una explosión de visceras licuadas con un engendro igual de destrozado brotando de ellos.
El escenario fue...macabro.
Pero lo fue aún más cuando se descubrió que aquellos seres no habían muerto tan pronto como llegaron en su accidentoso aterrizar.
Amalgamas de voz desgarradora se retorcian al fondo de las cavernas. Las bestias que vivían ahí. Fueron consumidas en un festín de carne grotesco. Y fue esa la primera señal de la perdición.
Nuevas plantas habían comenzado a crecer. Infectadas por una colonia de hongos desconocidos. Los animales enfermaban al beber el agua del río.
Y grupos enteros de salvajes hombres bestia y cazadores de los clanes desaparecían sin dejar rastro alguno.
El terror se esparció. Aquel fatídico día en el que la princesa del clan de la luna se interno demasiado en el lugar de origen de aquellas siniestras leyendas.
Solo para descubrir una colonia entera de tétricas criaturas parasitarias que luchaban entre sí con cuerpos infectados. Peleando por el poder de la colonia.
La princesa de las hadas podía sentirlo. Un gran mal se estaba gestando en las profundidades de aquellas tierras. Y era hora de levantar un ejército para enfrentarlo.
Lastimosamente..en cuanto se dispuso a retirarse de aquel aberrante lugar. Una masa de carne y nervios infectados la atrapó en el aire. La aberración la envolvió y retorcio para quebrarle los delicados huesos, y se interno dentro de cada orificio.
La hada aún estaba viva cuando su cerebro comenzó a lanzarle destellos de una vida que no era suya.
Cuando vio el horror del cosmos...Las incontables criaturas que se retorcian en el espacio. Y lo pequeños que eran en la existencia misma. La princesa hada se rompió y un nuevo ser tomó el control de su ser.
Sus recuerdos...sus anhelos...todo de ella pasó a ser absorbido, moldeado...y reformado.
La colonia de hongos continúo su lucha por el poder. Alzándose los unos contra los otros portando cuerpos insanos y deformes. Atroces y perversos. Horrendos y temibles.
Pero entre ellos...destacaba la pequeña figura destrozada de una hada, que se agitaba con un cuerpo marchito. Sus bellas alas se habían resquebrajado en cuanto una red de venas de sangre y pus la recorrieron. Formando así para ella un nuevo par de alas abominables.
Los ojos de la princesa veían con devoción el caos que se arremolinaba a su alrededor. El caldo primigenio de una nueva raza que había llegado para consumirlo todo.
Y..haciendo uso de todo el poder en su núcleo, se lanzó contra la primera criatura semejante a aquella estirpe blasfema.
Un gigantesco oso repugnante se agitó violentamente cuando algo atravesó su columna vertebral. Sintiendo como le destrozaban la carne infectada y le recorrían los órganos con una voracidad insaciable.
Su garganta se ensancho. Vomitando pus y sangre cuando una pequeña forma espantosa escalo hasta su cerebro, y devoró tanto a la masa cerebral enferma, como al parásito que la habitaba.
El cadáver del oso cayó al suelo, y fue levantado por un cíclope que lloraba un líquido nauseabundo. Cuando fue partido a la mitad.
Una nueva criatura emergió de la bestia repugnante. De la hada apenas y quedaban resquicios. Ahora era solo una amalgama retorcida y flotante, que disparo sus apéndices contra el cíclope.
Le reventó el ojo y forzó su cuerpo para entrar en el cráneo de la gigantesca criatura. Dentro encontró resistencia, pues un parásito asustado chillaba lanzando dentelladas desesperadas antes de ser consumido por aquella aberración superior.
El cíclope se mantuvo de pie. Siendo toda su biomasa consumida por aquella criatura. Cuando la aberración uye consumió el cuerpo de ña princesa hada se arto de comida. Blindo su exterior rechoncho con una capa quitinosa de textura vomitiva, y comenzó su metamorfosis.
Ondas de poder pulsaron en el aire. Y todos los engendros fueron destrozados por el choque de mana. Habían sobrevivido, si. Pero sus vasijas destrozadas fueron arrastradas por venas carnosas que llevaron todo el material a un capullo cada vez más enorme.
Los parásitos sintieron la voluntad de aquella entidad. Y se agitaron violentamente temblando por un terror primitivo. Muchos se lanzaron al capullo para ser absorbidos en reconocimiento de mera devoción. Otros, los más fuertes, se apartaron del lugar y huyeron en busca de nuevos cuerpos.
El centro de aquella batalla tétrica había quedado despejado. Y las áreas infectadas de alrededor se veían atraídas por la llamada bizarra de un nuevo líder para la colonia.
Solo tres vasijas se negaban a aceptar el llamado. Solo tres parásitos se negaban a inclinar la cabeza.
Eran supremos..lo mejor de lo mejor entre las masas disformes de repugnancia viviente. Y no permitirían que alguien más los gobernase.
Rugieron los tres retandose entre ellos. Con sus formas abominables agitandose violentamente y desafiando a quien quería dominarlos.
El remache grotesco que se nutria de la genética de la princesa hada y toda la biomasa que había consumido, se agitó y libero más ondas de poder. Mana puro distorsiono el ambiente, y en una explosión. Una nueva criatura había surgido.
Cuatro alfas se desafiaban con gran furia. Cuatro seres disformes hechos de pesadillas y colonias de hongos alienigenas que bullian dentro de sus cuerpos perfectos. Labrados cada uno bajo su propio desarrollo guerrero.
Su dominio sería calado en aquel combate. Y sus voluntades probadas para ver quien era digno de liderar. Y quienes serían consumidos por su osadía.
En su primitivo razonar. Surgieron de pronto sus consciencias indomables. Ladrando berridos incomprensibles que retumbaron por todo el bosque.
El resto de parásitos. Asustados por esta muestra de poder, se escondieron en las grietas y cuevas oscuras, ignorando a sus presas y aguardando a que uno solo se alzará por sobre aquellos cuatro alfas que se retaban.
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