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5.4

Al transitar los enormes pasillos adaptados para el viaje de los habitantes de Kaori. El rey sintió una extraña punzada de inquietud en su interior.

A medida que tomaban los caminos que conducían a las profundidas, el eco en la oscuridad taladraba sus nervios y por momentos parecía que un ejército de fantasmas se abalanzaria sobre ellos.

Todos los bloques de guerra de la incursión estaban perfectamente formados para seguirlo como una sola columna.
El y sus hombres hiban a la cabecilla. Y mientras la marcha seguía, algunos asesinos le daban sus informes a el y a su guardian.

Al parecer, el bloque del rey había sido el único que sufrió bajas considerables. En los demás bloques, se reportaban desaparecidos y muertos por accidentes. Los bordes de las terrazas eran algo inestables  y tan solo un par de casos aislados se produjeron en cuanto soldados cayeran colina abajo y se perdieran en la niebla. La mayoría logró subir, pero de los otros no quedo señal alguna.

La niña guía ponía especial atención ante estos relatos, y convino con su papel para darle algunas palabras a sus captores.

-Kaori no es tierra de débiles..mami dijo que las bestias que rondan en la niebla son mucho peores que sus animalitos. Que aquí se forjan verdaderos supervivientes, pues hay una guerra contra la propia naturaleza...quizás, un demonio los haya encontrado-.

-¿A qué rayos te refieres niña?-.
Illirya adopto un tono indiferente. Aunque por dentro le molestaba escuchar relatos de una niña que intentaba asustarlos.

-Hace mucho tiempo..antes de que mis abuelitos nacieran, hubo una gran guerra contra los demonios, estos fueron expulsados de vuelta a su reino, pero dejaron atrás a sus mascotas...monstruos terribles...depredadores infernales que son la representación misma de la masacre-.

-Tonterías y mitos..tonterías y mitos-.
Repitió el joven rey mientras negaba con la cabeza. Ordenó dar un giro, y con un ademán de la niña, descendieron por un pasaje iluminado por farolas runicas.

-Los Sabuesos Raghoullsz no son tonterías..quizás sean leyendas entre los monstruos salvajes, pero realmente existen..andan a cuatro patas poderosas, con pezuñas que desgarran el metal y hocicos que muelen armaduras. Colmillos que trituran la carne y los huesos con facilidad. Y un cuerpo bovino lleno de músculos. Son del tamaño de Sabuesos..pero eso es lo que los hace peligrosos. Mami una vez vio a uno mientras me llevaba al pueblo de mis abuelitos, yo solo vi su cola, pero se que era un sabueso Raghoull..cazan como si disfrutaran aterrorizar a sus presas..pero eso, ya deberían de saberlo tus soldados, ¿no?-.

Illirya volteó a mirar a su guardian. Este se encogió de hombros, y el rey terminó riendo.

-Tus tierras son demasiado grandes..mis hombres debieron perderse, algun día volverán a su hogar, si no es que nos dan alcance-.

-Lo único que les dará alcance será la muerte..rey Illirya-.
Advirtió la niña. Lo que le ganó una fuerte bofetada.

-¡Es suficiente!, eh tolerado tus insolencias durante todo el viaje. Así que limítate a guiarnos-.

La niña apretó los dientes con odio. Ya no les tenía miedo, pero tampoco quería decir que se arriesgaría a ser castigada. Así que durante horas, se limitó a cumplir con su tarea.

El cansancio y el sueño la invadió, y el rey decidió que era hora de montar un campamento. Las enormes cavernas y redes de túneles servían perfectamente para montar refugios que albergarán a millares, y según algunos datos de la niña sobre aquel lugar. A muchos más, pues esos eran pasajes que llevaban al oeste y al este de Kaori, rodeando las fronteras de la capital a gran profundidad de la tierra.

Bastarían un par de días entre las tinieblas para salir de nuevo a la superficie. Solo que Illirya debería decidir que ruta le convendría más.

Sus oficiales de menor rango, los asesinos en su bloque, ya estaban cartografeando los túneles y cámaras que se encontraban. Teniendo especial cuidado en marcar las más seguras para sus futuras incursiones.

El rey Illirya se planteo ambas opciones..a según las historias y lo que le confirmaba la niña. Para llegar a la isla palacio de la capital y así erradicar al nuevo emperador de Kaori. Primero debía viajar hasta el norte e internarse en el gran río del caos. Para ello, también era primordial tanto atravezar el territorio del oeste o el este y así llegar hasta el norte. También existía la opción de rodear todo Kaori. Pero eso si que tomaría mucho más tiempo.

Meses de organizar batallones y preparar suministros. La incursión que el lideraba, tenía la ventaja de invadir asentamientos locales y así abastecerse sin problema alguno con los recursos de los nativos.

Así pues. Y como quería conquistar aquellas tierras con poder y gloria.
Se decidió a por los túneles del oeste. Sus tropas marcharon con orgullo y con la cabeza en alto.

Los soldados portadores de luz enfilaban mientras sostenían sus antorchas con ojos filosos mientras escudriñaban la oscuridad.

De vez en cuando, las tropas del rey divisiban marcas extrañas en las paredes rocosas, así como olores nauseabundos.

El ruido del viento atravesando los antiguos respiraderos labrados hacia milenios producían un ruido ensordecedor. Casi como el rugido perpetuo de una bestia monstruosa.

No fue hasta que uno de los asesinos intentase transmitir un mensaje a las tropas de la retaguardia, cuando se percataron de la desaparición de una línea de portadores de luz.

Los soldados parecían haberse quedado muy atrás. Sus antorchas fulguraban a la distancia, con denotados metros de diferencia. Cuando se le notificó al rey y este ordenara que se parase el avance para esperarlos.

Se le hizo extraño que ninguna luz se moviera hacia ellos...para cuando uno de los asesinos más veloces retrocedió hasta los soldados rezagados, una mancha oscura se abalanzo sobre el y lo hizo desaparecer.

Tan sigilosa como veloz, la oscuridad lo engullo y del asesino no quedo ni un murmullo. Los guerreros de Illirya, espantados ante esta visión, desenvainaron todos sus armas y cerraron filas.

El pasaje quedó totalmente bloqueado por una pared de relucientes espadas y un nuevo contingente de portadores de luz que atenazaban sus antorchas en las puntas de sus lanzas negras.

Un silencio sepulcral se hizo en todo el túnel, y el rey frunció el ceño mientras estudiaba la oscuridad.

Una a una las antorchas dejadas atrás por sus dueños fueron apagandose. Como si algo las extinguiese poco a poco.

Lentas pero pesadas pisadas amenazantes se escucharon. El debil rasgar de algo friccionando contra el suelo, y el murmullo arreciante del viento le erizaron la nuca a las líneas de la retaguardia que se apelotonaban en una pared estrujada.

Varios intentaban retroceder, pero los compañeros a sus espaldas se los impedían. Illirya ya ni siquiera podía ver ni oír nada por el alboroto de sus guerreros, y los reprendió de tal modo que los propios capitanes de bloque. Los guardianes de Illiryan, se vieron obligados a soltar una sarta de amenazas que retumbaron por toda la cueva mientras obligan a los soldados a avanzar con las armas en mano.

Las lanzas antorcha se agitaron en el aire, y sus ondas de luz fogosa tililaron mientras abrían la oscuridad.

Revelando parte de un hocico monstruoso lleno de colmillos apretujados entre que chorreaban sangre fresca..sangre humana.

Tan fugaz como apareció. La criatura se volvió a sumergir en la oscuridad, y cuando varios soldados intentaron herirlo lanzando sus lanzas negras contra el abismo que se alzaba ante ellos, las antorchas atadas a las armas surcaron el aire y se estrellaron en el suelo para iluminar un pasaje vacío.

Marcas de pisadas ensangrentadas eran la única prueba de que aquella visión había sido real.

Pero de ahí en fuera, los asustados guerreros se vieron obligados a avanzar.
Más, aquellos portadores de luz que se habían quedado sin sus antorchas.

Corrieron pues a recuperar sus armas antes de que el fuego se apagase, ante la atenta mirada de sus compañeros que los veían con un miedo expectante.

Cuando se creía que el monstruo saltaría de entre la oscuridad para destripar a alguno de los portadores de luz. Una marea de gritos desgarradores retumbaron muy lejos de la retaguardia.

Illirya alzo la mirada. Consternado por el repentino ajetreo en su ejército, y puso una expresión grave en cuanto se le informó que una manada de monstruos infernales habían atacado a las primeras líneas del túnel...su propio escuadrón.

Con toda la atención centrada en la retaguardia, los bloques que hiban en cabeza dejaron de vigilar el frente, y las temibles bestias de las que tanto les habían advertido, llegaron para reclamar a sus presas.

-¿Porque gritan tanto?-.
Dijo la niña con una calma desdeñosa. A ojos del rey, aquella chiquilla se había convertido en una guía arpía. Tan pequeña como burlona, la niña sabía disfrutar de las dificultades de sus captores.
-¿No decían que los monstruos no existían?-.

El joven rey nunca podría confirmarlo..pero aquella niña inocente y patética. En realidad los había conducido a una serie de trampas que lo escarmentarian por su atrevimiento de pisar Kaori.

















.........

Para los que se les olvide la apariencia de los Sabuesos Raghoullsz..

Recuerden que estas imágenes no son mías. Y los créditos quedan para sus respectivos autores. Yo solo las tomo de pinterest como referencia. Y puedes revisar cualquier apariencia de emperador, oficial especial o unidad en más fichas de personaje. Esto porque de arco en arco de trama, pasa mucho tiempo, y entiendo que aveces se te olviden ciertos aspectos.

También a comentar que si quieres ignorar las imágenes para moldear los personajes a tu imaginación, no pasa nada, a veces yo hago eso, pues me ah pasado que no tengo la imagen de algún protagonista de algún libro hasta muy avanzada su historia, y resulta que el prota que imagine en mi mente era muy diferente del diseño que el autor reveló después...XDXDXD.

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