-¡Te eh dicho la verdad!-.
Un Kobold gruño mientras intentaba hacer creíble su historia del como rescato a los únicos supervivientes del grupo enviado a investigar la desaparición de otros dos grupos de expedición.

El pequeño reptil chillaba histérico, pero su compañero de mayor rango, un explorador de hocico partido por una cicatriz, solo se reía de el.

-Si si..¿y que le paso al resto?, hasta donde yo sabía, era un buen número de nuestros hermanos kobolds y un fuerte contingente de pieles verdes..Urlik era el único linaje de dragón, si..pero eso aun deja a los otros desaparecidos-.

-...¿Que?, se lo de los otros, pero ya te dije que yo rescate a esos dos-.

-Jee-.
El Kobold veterano solo esbozo una mueca burlona y nego con la cabeza.
-Pues vete a decirselos, porque a lo que a mi respecta, aparecieron aquí por la madrugada tirados en los limites de la entrada-.

-¡¡Solo me fui por medio minuto, medio minuto para tomar agua!!-.

........

En una carpa médica, Mimakshar estudiaba a los inconscientes supervivientes de la partida de rastreo.

La misión a la que los habían enviado resultó ser mucho más seria de lo que parecía.

Restos de un olor ácido manaba de ellos, su sudor, era mucho más potente que el de una manada de bestias de carga, y, a juzgar por el estado de sus cuerpos, habían pasado muchos días sin comer.

-Y se fueron solo ayer-.
El anciano Kobold gruño y anoto estos datos en una tableta de granito. La envolvió con una tela blanca y la puso en una cesta.
~Nuestros superiores saben más de lo que quisieron contarnos~.

No lo había querido pensar..pero ahora, uniendo cada siniestro punto de aquel rompecabezas podía ver la verdadera magnitud del asunto.

La montaña albergaba un poder antiguo y corrupto que nunca había desaparecido, y ellos, eran sólo la carnada para comprobar si estaba despierto.

~Pero en lo que a mi respecta..tampoco es como si quisiera irme sin descubrir que extraña y antigua entidad reside en la montaña~.
Sonrió con malicia, y siguió moliendo las hierbas curativas que usaría para esos dos.

..........

-¿Quien dices que eras tu?-.
Pregunto uno de los kobolds puestos de guardia en la carpa médica, algunos de sus compañeros, (ocupados jugando a las cartas Mushen, un juego de números con monstruos de diferente puntuación), se volvían a mirarlos de vez en cuando y se quejaban cuando uno de ellos hacia trampa robando cartas de más de la baraja o escondiendo la carta monstruo de su rival cuando este no estaba mirando.

-Soy Erial, !un orgulloso guerrero mitad linaje de dragón e hijo de alta cuna de nuestra orgullosa raza Kobold!-.
Aquel que se había hecho con el mérito de "traer" a los dos guerreros alzaba el pecho con gran orgullo para así hacerse de buena fama.

Pero el guardia, esbozando una sonrisa fugaz y negando con la cabeza, simplemente volvió a preguntar.

-No, ya enserió..¿quien eres?, el gran Mimakshar ordenó que nadie entrará aquí salvo eruditos y líderes de grupo..y que yo sepa, los únicos kobolds que son líderes de grupos de exploración están fuera en estos momentos...y no son crías como tu-.

-¡¿Cría?!, ¡¡Eres un idiota!!, mis escamas se endurecieron hace unas pocas estaciones, si..¡pero ya soy un adulto!-.

-Si si si..lo que tu digas cría de iguana-.
Se burló el guardia y el resto de sus compañeros soltaron agudas risotadas.

Erial refunfuño, y como pudo, rodeo al guardia y se interno en la carpa médica. Quería llevarse un buen reconocimiento a como diera lugar, pues nadie podía robarle el mérito de haber salvado a un jefe de grupo linaje de dragón y a un guerrero orco barrigón.

~Esos dos pesaban lo suyo..y me salen con que yo no los traje..¡anda que esos si son huevos!, decirle eso a Erial, ¡el mitad dragonoid!~.
Refunfuñaba con la cabeza caliente mientras buscaba furtivamente a los dos que salvo.

Un Kobold anciano se hallaba sentado, meditando adormecido sobre sus estudios mientras se movía ligeramente arrullado en su mecedora, y el joven Kobold pasó de el para plantarse directamente frente al propio Urlik.

-¡¡Oye tu!!, ¡¡Despierta ya y diles que yo los traje aquí!!-.
Lo sarandeo ruidosamente y el alboroto despertó de golpe a Mimakshar, el anciano dio un salto por el susto y casi se cayo de espaldas con todo y su mecedora.

Los guardias de fuera entraron súbitamente, y se disculparon con el anciano antes de mirar con enojo al intruso, por su culpa hiban a recibir una buena reprimenda.

-¿Ehgk?-.
Gesticulo el anciano medio dormido, se froto los ojos y bostezo ligeramente molesto, al fin, se percató de la escena frebre a el, y frunció el rostro con una mueca molesta mientras tomaba su bastón y se acercaba a Erial.

-Anciano Mimakshar, soy Erial, ¡Un orgulloso ¡!-.
Quiso presentarse, pero lo callaron literalmente de golpe con un buen coscorron y un golpe en el pie con la base del baston.

-¡A callar!, pedazo de estiércol,¡¿Que mierdas haces aquí?!-.

-Señor, eso es lo que-.
El guardia quiso excusarse, pero la mirada severa del veterano lo hizo callar por temor a agravar de más la situación.

-Es que..es que-.
Por fin había perdido su valentía, perdido en los nervios, la coraza orgullosa y presumida del muchacho se había roto, sus ansias por reconocimiento se habían desmoronado en un instante, y ahora agachaba la cabeza con mucha vergüenza.
-Pues yo...solo quería-.

-Ya déjenlo-.
Pidió la cansada y lastimera voz rasposa de Urlik, quien despertó al fin.

Sus ojos apagados y mirada cansada serian mortecinos, si no fuera por la débil sonrisa gentil que le dedicaba al muchacho Kobold.

-Tiene todo el derecho de estar aquí, pues sin el nunca habríamos vuelto al campamento-.