4.1
Sector este del imperio Ignis...
Las tierras volcánicas causaban por supuesto, un clima cálido y espeso para los pulmones..una densa neblina de cenizas se extendía desde lo más bajo de la montaña volcánica, hasta la mera cima como si estuviese apelmasada a los senderos y caminos estrechos.
Una patrulla de guerreros kobolds seguían el rastro de una de las muchas familias desaparecidas. El reporte de las extrañas muertes..o más bien desapariciones, pues no se encontraban los cuerpos de las susodichas víctimas, había llegado hasta Jaspera, la consejera del emperador Rakkar Faris.
Ignis no era tierra para cobardes ni debiluchos, sus ambientes crueles y costumbres guerreras creaban solo a los hombres y mujeres más aptos, y por entre todas las razas, los descendientes de los dragones eran quienes se alzaban como la raza superior.
Su emperador poseía la capacidad de transformarse en uno, aunque fuese por muy poco tiempo..Rakkar era el último de su linaje, ya no había más miembros en su familia, dado que todos se habían matado entre sí para obtener el poder y gobernar Ignis.
El se alzo por sobre sus hermanos. Victorioso y manchado por la sangre de sus seres queridos..nunca lo hubiese logrado si no hubiese contado con el apoyo de dos grandes guerreras. Una era la amiga de su infancia, una esclava orca que termino convirtiendo en su jefa de guerra. Y a Jaspera, una linaje de dragón bastante inteligente y que dirigía los asuntos del imperio con sensatez.
El emperador de imponente porte dragonico podía estar tranquilo y mantenerse enfocado en la dirección de su nuevo imperio. Rakkar planeaba terminar de curar los destrozos y rivalidades forjadas durante la Era salvaje en la que su padre era el emperador..las marcas de aquel pasado aun lo hacían ver a sus hermanos en la neblina de la mañana.
Y estos remordimientos lo ayudaban a recordar quien era actualmente.
........
Cuando una aldea de "linajes de dragón" reporto las misteriosas desapariciones de sus canteros, recolectores y alquimistas, gente humilde y trabajadora que vivían de los recursos que extraian de la montaña, Jaspera, la consejera del emperador, decidida a investigar estos extraños sucesos cuyos datos recolectados la intrigaban tanto, contacto a Brutirda, la jefa de guerra de la raza de los orcos, para pedir un buen escuadrón con las capacidades necesarias para la exploración, tanto guerreros fuertes. Orcos y linajes de dragón..como los pequeños y feroces Kobold serían necesarios en esta misión..
Brutirda, por supuesto, la apoyo con un escuadrón mixto con los mejores exploradores y rastreadores que pudo reunir en tan poco tiempo. Jaspera no podría supervisar más este caso, y por ello, asigno a algunos guerreros de la elite dragonoid para que asistieran a sus camaradas.
La zona volcanica, no era un problema en sí para la raza de los dragonoids. Los linaje de dragón extraian recursos valiosos de la montaña, tales como roca negra, acero cenizo, carbón y hierbas cristalizadas con minerales preciosos.
Los alquimistas conseguían parte de sus ingredientes vitales ahí, pues las plantas solían absorber sus nutrientes del poder mismo de la montaña. Hierbas, raíces y flores eran todos ungidos por el poder místico y las propiedades de estas tierras.
..La montaña era tan bien aprovechada..como lo era ahora temida.
Decenas de desapariciones, incluidas varias incursiones civiles para descubrir que era lo que estaba pasando. Eran señal de alerta para cualquier criatura o cosa que se ocultara en las cuevas y toscas construcciones desoladas.
Era bien sabido que antaño, durante la conquista de los pueblos salvajes de los orcos, un gran jefe de guerra piel verde había organizado a toda su hueste maldita y corrupta para erigir un altar en alguna cueva de la montaña volcánica, obteniendo así un poder aterrador que le dio pelea al padre de Rakkar cuando este aún era un niño.
Se contaba que el deteriorado estado mental del orco se debía a que había contactado con fuerzas sobrenaturales más halla de su comprensión.. y que, para que un guerrero orco tan sanguinario como lo era el, aullara desesperado al ver la muerte tan cerca, significaba que el precio que hiba a pagar por aquel poder..era demasiado alto.
Quizás un pequeño número de sus seguidores aún estaba con vida y se habían hecho pasar por esclavos o se ocultaron en algún lugar de la inmensa montaña..nadie lo sabría nunca, hasta que surgiera un asunto como aquel.
Tales historias, eran un inconveniente para la expedición que registraba la montaña. Pues eran las numerosas patrullas Kobolds, (raza menor que asemejaba a sus primos de alta estirpe dragonoid), los que más murmuraban sobre sus compañeros orcos.
Decían que estos se hallaban muy relajados con la situación, y que no mostraban temor alguno a las ocasionales explosiones de vapor y magma..como si supieran que este lugar los protegía con su influencia maldita.
Por supuesto. Algunos de los guerreros orcos..si no más bien la mayoría de los que lograron escuchar tales rumores y acusaciones tan graves, se habían mostrado realmente furiosos por semejantes palabras. Y enalteciendo su lealtad por el gran emperador Rakkar, juraron por sus vidas no ser traidores si no más bien, guerreros devotos.
Los lideres de cada grupo de expedición. En su mayoría sargentos dragonoids linaje de dragón, debían aplacar tales alborotos y mantener las filas.
Así, durante días, descubriendo antiguos emplazamientos de cientos de años quizás más..por el momento, las categorías de vigilancia que se limitaban a dejar para el final era las grutas naturales y cuevas excavadas para la extracción de recursos.
Querían marcar primero cada rincón de la montaña, y luego comenzar una búsqueda más profunda. Dado que por cada sección. En total más de cien guerreros y trescientos ágiles exploradores en grupos pequeños, estarían tan separados los unos de los otros..,(y aue temian a los rumores.. no a sus compañeros orcos), querían estar lo más comunicados posible.
Ukshar, un orco de piel curtida por las cicatrices e impetuosa barriga cervecera, miro con cautela sobre la compañía enviada a la misión de Jaspera.
Era la tercera reunión de campaña esa semana, y el líder de su grupo, un dragonoid joven de renombre noble, noto su preocupante mirada.
-Ukshar, ¿hay algo que te impida beberte nuestros barriles de cerveza para el mes en una noche?-.
Bromeo el joven linaje de dragón mientras el guerrero piel verde parecía reír entre dientes. Pero se contuvo y volteó su mirada hacia su líder.
-Muchacho-.
Lo llamo con uno de los apodos mas ligeros que se le ponía a todos los soldados de mayor rango que literalmente tenían ese cargo por la influencia de su familia pero que no eran pesados ni insoportables a la hora de dirigirse a los demás.
-Poco hay en estas tierras que me intranquilice mas..que ver que faltan dos grupos entre nosotros-.
Era verdad. El joven dragonoid entorno los ojos a las partidas de expedición, y noto que uno de los grupos importantes dirigido por uno de sus primos no estaba ahí.
Ukshar tenía también un sobrino, y en esos momentos, su grupo de rastreadores se hallaba ausente.
Algunos líderes y soldados parecieron notar esto, y el ambiente generalmente alegre de las reuniones se torno más frío e inquietante.
Apenas se transmitió aquel mensaje, los kobolds, por lo general burlones y caoticos. Permanecieron quietos y callados.
.......
-No es posible..creí que tomaron una ruta ya conocida-.
Dijo un sargento linaje de dragón mientras recorría con su garra el mapa sobre la mesa del cuartel improvisado.
Los jefes de partida. exploradores expertos, y veteranos, se reunían en torno a el. Todos líderes de sus grupos y que conocían bien a los dos camaradas que habían desaparecido junto a sus grupos enteros.
-Cada uno contaba con el mismo número de soldados y rastreadores..contando a los rastreadores orcos..nos da un total de veintiocho desaparecidos-.
Calculo Mimakshar. Un Kobold de avanzada edad que estaba ahí tanto para llevar el registro de los mapeados asi como contabilizar las raciones.
Ahora, el pequeño anciano trataba de posicionar las posibles rutas donde era probable que habían desaparecido aquellos guerreros.
Urlik. Líder de Ukshar, una decena de Kobolds y un par más de orcos, se hallaba recargado con los puños sobre la mesa.
Claramente estresado por tener que ser uno de los que ayudará a marcar cada ruta de los más treinta grupos.. a lo largo de la semana y con las actualizaciones de ese día.
Por la marcacion demográfica y lógica del terreno. Ambos grupos desaparecidos debieron haberse cruzado en el viaje de regreso por una ruta en la que ningun otra expedición debió haber pasado más que al principio de la partida.
El punto marcado tenía varios garabatos que señalaban anotaciones aleatorias sobre distintos tipos de animales misteriosos merodeando entre la densa neblina de cenizas, voces ajenas al grupo de rastreadores, e incluso agujeros que aparecian y desaparecian en inclinaciones rocosas.
Ese era uno de tantas zonas marcadas como inquietantes. Pero también, a juzgar por muchos de los reportes, estaba cerca de los senderos que recorrían la mayoría de canteros y alquimistas desaparecidos.
El viejo Kobold soltó una pequeña risa nerviosa, y rodeo el área con una tiza.
-Jejee..entonces enconcontramos el nido de la gallina de los huevos de oro..me pregunto si nuestra gallina no será un monstruo aberrante, y los huevos..cientos de huesos secos-.
Miro de reojo a los lideres de cada grupo, y asintió a la par que esperaba a los primeros voluntarios.
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