Quedarse en la base fue una decisión tanto suya, como la de su amada,
Los nervios de Sera eran demasiado tensos, como para soltar su personalidad más peligrosa en situaciones llenas de presión.

Por lo tanto, se quedaría a dirigir a sus unidades..o como a ella le gustaba llamarlos, a sus hijos, para que lograran una mejor resistencia ante futuros ataques.

Ordenó una mejor estrategia defensiva, recomponiendo la formación en los muros, de los noventa colosales golems viajeros que le quedaban, todos cargaban cabinas donde los arqueros de Tiranid Natura podían disparar con plena comodidad, altura y precisión.

Esta vez no los tomarían por sorpresa, e incluso había colocado formaciones de Golems enraizados para repeler ataques aéreos, estos guerreros golem estaban perfectamente escondidos, a casi cincuenta metros del perímetro defensivo de los muros, se encargarían de capturar a todos los enemigos posibles, para así arrastrarlos al campo de tiro de sus compañeros reptiles.

Los paladines alce, acompañados de los golems guerreros serían su fuerza personal, y Morticia misma insistió en que ninguno solo se apartara de Sera para mantenerla bien protegida.

Los golems guardianes formaban filas cerradas, listos para lanzarse a la batalla, conformando aparte un pequeño equipo que serviría como piezas de mortero que los golems viajeros arrojarian contra sus enemigos.

Algunos golems enraizados decidieron sacrificarse así mismos para poder crear rústicas catapultas que disparaban troncos afilados a gran velocidad, equipos especiales de arqueros volantes dirigírian estas pieza de artillería, mientras la poderosa voz autoritaria de Zulu los mantenía en formación.

Todos estaban atentos, los golems no necesitaban descansar, así que caída la noche, ellos permanecerian alerta a cada segundo.

Sera se sintió orgullosa de lo que habían logrado en tan poco tiempo, pero en su interior lamentaba la perdida de tantos de sus guerreros durante el primer ataque.

Confiaba plenamente en su esposa, Morticia se encargaría de encontrar y eliminar a los siervos del retador del caos que amenazaba con destruirlo todo, asi que ella, permanecería ahí hasta la llegada de su amada.

.......................

Un estruendoso temblor en la tierra fue acompañado por los zumbidos en el aire y los rugidos salvajes.

Un gran enjambre de avispas monstruosas salió de entre el bosque, disparandose así mismas a toda velocidad contra los muros.

El bosque antiguo escupía a todo su ejército con un poderoso bramido lleno de odio, mientras los golems enraizados cumplían su labor y capturaban a todas las criaturas a su alcance.

Muchos enjambres iracundos dejaron de zumbar violentamente en cuanto fueron arrastrados hasta el punto de tiro de los arqueros, y los recibió una lluvia de flecha constante.

Una pequeña pausa de los lagartos dio pie para que pesados proyectiles fuesen lanzados contra la horda alada, siendo los golems viajeros quienes disparaban los pedazos de escombros escarvados de la cámara subterránea.

En estos gruesos proyectiles, muescas perfectamente talladas permitían que cientos de golems guardianes fuesen disparados en el aire, impulsados de tal forma que se soltaban y tardaban en caer más tiempo de lo que las brutales rocas lo hacían.

Los enjambres se vieron dispersos ante esta bienvenida, pero no cesaron su avance..muchas avispas caían luego de que varios golems guardianes cayeran sobre ellas y les arrancarán las alas o les despedazaran la cabeza.

Todo en una violenta refriega de la cual Sera era testigo..la emperatriz no paraba de preguntarse por el estado de su amada..se preocupaba por Morticia, con la duda cada vez más pesada de como fue posible que semejante ejército atacante no se topará primero con la incursión de su esposa.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos en cuanto los golems enraizados que capturaban a las avispas monstruosas comenzaron a ser destrozados bajo las pisotadas de una nueva horda de monstruos mucho más aterradores.

Al fin, unos cientos de enjambres llegaron hasta los golems viajeros, pero la.mayoria cayó ante los manotazos de los colosales guerreros y las flechas de sus jinetes.

Pero la llegada de esa nueva salvaje unidad lo complico todo, las lianas de los golems enraizados no fueron lo suficientemente resistentes para soportar las embestidas de los terrorcidos Oralech, y desaparecieron entre la polvareda que se alzo.

Estos pesados monstruos chocaron de lleno contra los pies de los gigantes rocosos y luego de hacerlos tambalearse, treparon por miles sobre estos.

Los arqueros se vieron abrumados, y pronto fueron consumidos mientras los colosos se resquebrajan ante esta nueva horda.

Los enjambres iracundos casi habían desaparecido por completo..pero un nuevo terror se alzo en los cielos.

•Mosquitos de mana ★1

El cielo se oscurecio, y Sera temió una nueva lluvia de la escencia de ese ser..pero en realidad, la vista que obtuvo fue resultado de la plaga de esos insectos voladores que descendieron sobre su ejército con una velocidad mortífera.

Atravesaron la roca de sus golems guardianes como si no estuviesen hechos más que de papel, y sus subditos se desplomaron desprovistos de toda escencia de vida mientras las barrigas hinchadas de los mosquitos brillaban por la intensidad abundante del mana en ellos.

Los alces paladines lanzaron una estocada, frenando de golpe una línea de terrorcidos antes de redoblar fuerzas y hacerlos retroceder, los monstruos ya estaban muertos, pero servían como una barrera para impedir el avance de las demás bestias de la horda, y les proporcionaban mayor cobertura.

Los mosquitos parecieron ignorar a estos soldados de elite, pero a quienes no perdonaron, fueron a sus golems guerreros, quienes se sacudieron en un vano intento de aplastar a la infinidad de nubarrones gigantescos que les arrebataban la escencia pura que las daba vida.

Sus cuerpos, cayeron como títeres a los que les habían cortado los hilos, y al fin, Sera comprendió la magnitud del ejército que los estaba atacando..esta vez, los números eran mucho mayores..cientos de miles tan son con los chupadores de mana.

Las bestias pesadas arreciaban los destrozos, y, aunque en el cielo ya no volaba ninguna criatura negra con amarillo, la batalla estaba igual de perdida.

De entre un grupo de terrorcidos, salto la ejecutora, la guardaespaldas personal de Morticia, que había sido dejada atrás para garantizar la seguridad de la esposa de su ama.

Había estado luchando con gran destreza, ejecutando a cada monstruo sin titubear, su filosa guadaña surcaba el aire y partía huesos y carne por igual desparramando los sesos de sus objetivos.

Detrás de ella, Zulu partía extremidades e incapacitaba a sus oponentes, un nubarron de mosquitos se arremolinaron alrededor de el, pero Sera fue más rápida y envolvió el área con una intensa ráfaga de calor ardiente que ahuyento a los mosquitos.

Desactivo su habilidad al instante, pues la ejecutora se prendió en llamas y se retorcio en agonía, Sera ensancho los ojos, arrepentida por ese arrebato negligente solo por salvar a uno de sus subditos.

La culpa la invadió.

Y le ordenó a Zulu que llevara a la guerrera a un lugar seguro, mientras tanto, su séquito de alces paladines la rodearon y escoltaron hacia la entrada bloqueada que llevaba a la capital.

Debían retirarse mientras aún podían..
la batalla estaba perdida.

¡¡Pero Sera no podía huir!!.

Morticia aun estaba en el bosque, no podía abandonarla, como pudo, le hizo creer a los suyos que escapaba con ellos, creando un pequeño golem vela como ella mientras se escabuia.

Esquivo estocadas de mosquitos y las fuertes pisadas de los terrorcidos, incluso sintió como la tierra debajo de ella se sacudía, como si alguna vena terrestre se hinchara y palpitara ansiosa por atraparla.

Pero cuando cualquier cosa que hubiese podido estar a punto de alcanzarla saco a medias sus fauces, el poderoso puño de Zulu la sepultó en la tierra levantando una enorme cortina de tierra.

-¡¡A sus ordenes mi emperatriz, nunca la abandonaré!!-.
La ejecutora y el resto del ejército de sus imperios habían evacuado con súbitas bajas, pero el general golem se abrió paso hasta su señora.
-¡¡La llevare con la señora Morticia aunque sea lo último que haga!!-.
Dijo con convicción mientras que con un brazo envolvía a Sera y con el otro soltaba poderosos manotazos y destrozaba a todos los que se interpusieran en su camino.

La emperatriz Sera cerro los ojos, asustada por los bramidos intensos de esas criaturas, podía escuchar como Zulu insultaba a todos los monstruos, disculpándose con ella por su falta de educación, intensificando su esfuerzo intentando llegar al bosque,  de donde también eran esperados por mas bestias e insectos gigantes..hasta que una extraña sensación en el aire la hizo sentirse observada.

-......-.
El tiempo pareció ralentizarse, cuando Zulu fue levantado en el aire de súbito y desapareció en las gruesas nubes oscuras..

Sera cayo de bruces, agitada por ver a su golem más preciado ser raptado de la nada.

La lluvia comenzó descender sobre ella como una inclemente ráfaga de una presencia..estaba aquí.

Fue todo lo que ella podía sentir.

Antes de que el miedo la hiciese cerrar los ojos..se había quedado sola..ante cualquier destino que le aguardase.

A merced de esa presencia.