09.
I'm a desperate man who longs to stop the aching
I'm a desperate man who longs to find someone
Who can show me there is joy left for the taking
Who can show me there's a song left to be sung
If only time
Could somehow turn the page
🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼
(Slash and Myles Kennedy)
Saori estaba sentada en la habitación de Raven, ojeando distraída un viejo ejemplar de Johnny cogió su fusil. Ella misma se lo había regalado unos años atrás y le alegró saber que aún lo conservaba. Dos toques en la puerta la sacaron de sus cavilaciones.
—Adelante.
—¿Sabes dónde está Rave? Necesito hablar con ella —la actitud de Bucky intentaba transmitir un no la estoy acosando. Y su mirada no paraba de gritar la extraño.
A la chica se le hizo un nudo en la garganta. Obviamente sabía dónde estaba la otra, así como sabía que su querida hermana había regresado con los sentimientos revueltos después de la visita a su excompañero. Optó por decirle y dejar que ellos resolvieran sus situaciones.
—Está en el domo —La miró extrañado. A veces olvidaba que, a pesar de haberse aclimatado bien, el soldado no pertenecía a Helvete— Al final de este pasillo hay una puerta, está oculta tras un anaquel. Tira de él, las escaleras te llevarán al domo.
Una vez arriba a James le sorprendió la vista: el cielo tachonado de estrellas podía divisarse con toda claridad a través de una cúpula de cristal que impedía a los satélites o aviones de rastreo encontrar el sitio. Ella estaba sentada en medio de la terraza, las piernas pegadas al pecho, el mentón sobre las rodillas, la mirada perdida en el horizonte. Se acercó despacio, deteniéndose a unos pasos.
—¿Estás así por el plazo que dio Wolverine o por algo que no me has dicho?
—¡Se nos acaba el tiempo! Sé que Logan va a cumplir su palabra y ahora lo único que podemos hacer es esperar —estaba frustrada.
—Tú también vas a cumplir la tuya.
—No voy a dejarte solo, forastero. No es así como hago las cosas.
Bucky se sentó a su lado, pasó un brazo sobre sus hombros e intentó sonar menos preocupado de lo que en realidad estaba.
—No sería la primera vez que sobrevivo solo.
—¡Ya! Y dime ¿qué tal te fue con eso antes? —Raven se echó a reír. Sin previo aviso lo besó en la mejilla; fue un gesto espontáneo que obligó a ambos a sonreír sorprendidos.
Él se dejó llevar por el torbellino de emociones que sentía desde que la había conocido. La atrajo, cerrando el espacio que había entre ambos. Pegó su frente a la de ella y la besó, con ternura, con pasión, aferrándose a ese corto instante que quizás no regresara.
Cuando se apartó ambos jadeaban. Revi tenía las mejillas encendidas y los ojos brillantes. Se acercó otra vez, sus miradas conectadas. La tumbó con delicadeza en el suelo, dejando que sus manos la recorrieran. Acarició la cicatriz que le surcaba el cuello con la yema de los dedos y luego con los labios. Raven gimió, arqueando la espalda, pegándose cada vez más a su cuerpo. Volvió a mirarla, ahora parecía tan frágil y hermosa, como una adolescente en su primera noche.
—¿Puedo? —James tenía la voz entrecortada. Aún le sostenía la mirada.
—Debes —susurró atrayéndole otra vez para besarlo.
Se recorrieron con ferocidad, devorándose, reconociendo cada rincón uno del otro, moviéndose como un solo ser al compás de los latidos desbocados de sus corazones. Al final se quedaron tumbados, abrazándose. Él la aferró con fuerza y dejó que el sueño lo venciera.
Raven lo observaba dormir mientras le acariciaba el cabello. Era tan tierno.
«El viejo B tiene razón, a veces parece un cachorro perdido.»
Sonrió, apretujándose junto a su pecho. Al diablo Logan y su plazo, SHIELD, HYDRA y el resto de la humanidad. Por ese instante no deseaba nada más que quedarse allí, con él. Ni siquiera su extraña venganza era importante ahora.
Se mantuvo quieta, escuchando en su interior, pero la Bestia tampoco parecía tener nada que decir. Cerró los ojos, aun sonriendo.
«Nada de pesadillas esta vez, para ninguno.», pensó antes de dormirse.
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Castle cumplió su palabra: a medianoche los llamó para darles noticias. Los cuatro estaban sentados en el despacho de Blackie, atentos al teléfono. Saori no había podido evitar sentirse feliz al comprobar las miradas de complicidad entre su hermana y el soldado.
«Rompe el círculo, pequeño cuervo, déjate llevar.». Rogaba viéndoles.
—Les he enviado un vídeo con toda la información que necesitan —Frank parecía satisfecho— Considera mi deuda como saldada, viejo.
Blackie reprodujo el archivo. Un aterrado y golpeado Batroc permanecía sentado en una silla frente a la cámara, las manos atadas a la espalda, el suelo a su alrededor con salpicaduras de sangre fresca.
—Cuéntales lo que me dijiste —la voz de Punisher fuera de escena.
—Yo... Yo... ¡Por favor no me hagas más daño! —el otro se acercó y le abofeteó con fuerza. El francés gimoteó— Klaw me pagó un millón por lo de la embajada. Su plan era que todos se centraran en el Soldado de Invierno. Él y otro tipo están viajando a Siberia a buscar un arma... ¡Juro que ya no sé nada más!
Barnes saltó al escuchar el nombre: Siberia. No tenía ningún recuerdo agradable de aquel lugar, aunque había algo aún peor.
—Están buscando a los otros soldados —murmuró apretando los dientes.
—¿De qué hablas?
—Hay otros como yo, no soy el único Winter Soldier. HYDRA usó soldados de élite para el proyecto... Eran voluntarios —todos le miraban, sorprendidos.
—¿No se te ocurrió mencionar eso antes, novato?
—No pensé que fuese...
—Tienen que mostrarle esto a Steve Rogers —la pelirroja copió el vídeo a un pendrive y lo entregó a su hermana— Yo voy a encargarme de un par de cosas.
Buck negó con gesto enérgico, nervioso a su pesar.
—¡NO! Nada de meter a Steve en esto, ni a nadie más.
—La situación te supera, novato. No podemos arreglarlo sin ayuda o ¿qué piensas hacer, agitar una varita mágica y pedirle al hada madrina que lo resuelva?
—¡Vete al infierno, Black! —estaba molesto, no podía dejar de abrir y cerrar los puños. En segundos todo se había complicado como para saber que ellos tenían razón, aunque no quisiera aceptarlo.
Raven lo apartó hasta una esquina de la habitación. Volvía a ser la guerrera de ojos fríos, ya no había rastro de la chica dulce con la que hiciera el amor.
—Estas son las opciones, soldado —cortante como hielo— Vienes conmigo a hablar con Rogers o te apartas. Tú elijes.
Bucky bajó los ojos, se encogió de hombros con resignación e hizo un gesto afirmativo.
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Condujo todo el camino hasta el apartamento de Steve intentando mentalizarse para el encuentro. Después de la pelea en la torre Stark no habían vuelto a verse y no estaba seguro de qué decirle a su viejo amigo.
Entraron al edificio por el aparcamiento. Raven se aseguró que las sombras los mantuviesen alejados de cualquier posible cámara o guardia de seguridad.
Al llegar a la puerta él se paralizó. Si Rogers no les creía y decidía avisar a Fury, estarían en problemas aún mayores.
«No. El Steve que conocí no haría eso», pensó. Y acto seguido, «El Steve que conocí puede haber cambiado. Yo lo hice, mucho, más de lo que quisiera.»
Las dudas lo estaban enloqueciendo, hasta que ella le tomó de la mano. Un gesto simple que le devolvió la calma.
Llamaron al timbre, unos minutos después un adormecido Capitán América los contemplaba sorprendido. Abrazó a Bucky con fuerza, como si llevara años sin verle, como hubiera querido abrazarle el día que lo reconoció en el puente.
—¿Qué están...? ¿Qué...?
—Necesitamos mostrarte algo, Cap —Rave asumió el control de la situación. La ponía incómoda arruinarles el reencuentro, pero el tiempo apremiaba.
Rogers los hizo pasar, dio un último vistazo al desolado pasillo y cerró la puerta.
》》》
—Entonces ¿quién es esta otra persona que está trabajando con Klaw? —habían visto el vídeo con la confesión de Batroc dos veces seguidas. A Steve no le agradaban los métodos del Punisher, aunque se abstuvo de comentarlo. Le bastaba que la información sirviera para liberar a su amigo de las falsas acusaciones.
—Todavía no lo sabemos. Mi hermana y Snyder, nuestro nerd de la informática, se han quedado intentando averiguarlo.
—Esto de los otros Winter Soldiers... ¿Alguna idea de cómo lo paramos, de cómo evitar que los despierten? —Rave le había puesto al corriente también de eso, pues el soldado no parecía dispuesto a hablar.
Ella negó, se puso en pie y comenzó a dar cortos paseos por la pequeña sala.
James seguía en el sofá, hosco, mirando al vacío, los brazos cruzados sobre el pecho.
La chica paseó la mirada entre ambos hombres. —Humanos, son todos un estorbo— refunfuñó la Bestia en su interior.
—Voy a darles un minuto a solas para que arreglen sus diferencias o lo que deban hacer —empezaba a enfurecerse— Vamos contra reloj en más de un aspecto. Cooperen.
Se marchó dando un sonoro portazo al entrar en la habitación más cercana.
Diez minutos después Bucky entró a buscarla, estaba sentada en el alféizar de la ventana. La imagen le puso nostálgico.
—Steve le enviará la evidencia a Fury. Lo ha programado para que llegue en la mañana, para entonces ya estaremos en Siberia... al menos eso espero.
—Sé que esto no es agradable para ti, forastero, pero no llueven las malditas alternativas. Somos nosotros o nadie.
Él asintió y le sujetó las manos por un instante. Rogers les habló desde la sala.
—Hora de irnos. Ya he avisado a Sam y nos estará esperando.
—¿Falcon? Al diablo, ¿por qué no? Mientras más seamos, más reiremos —comentó con sarcasmo la mercenaria.
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Playlist:
➡️ Canción The One You Love Is Gone / Intérprete Slash and Myles Kennedy
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