Blackie volvió a llamar a Snyder. Era el más indicado para explicarle a Logan lo que estaba sucediendo y el porqué Rave debía quedarse a ayudar.

—Regresa al vídeo frente a la embajada de Wakanda, por favor —pidió Jean Phillipe después que lo vieran por tercera vez.

El hombre del otro lado hizo lo que indicaba, esta vez pasándolo a cámara lenta.

—¡Ahí! —el francés señaló algo en la muñeca del soldado de la imagen— ¿Pueden verlo? Es un inductor de imágenes, mucho mejor que una máscara o un disfraz.

—Lo preocupante es ¿cómo lo consiguió? No hay muchos de esos en el mercado.

—Taskmaster —Raven estaba de pie en la puerta del despacho, flanqueada por su hermana y Barnes.

Blackie hizo un gesto negativo.

—¿Qué ganaría Masters con esto? Asesinar inocentes nunca ha sido su estilo.

Wolverine se apartó de la pared donde había estado recostado, acercándose a los recién llegados. Esta vez fue Saori quien les hizo de escudo.

Bucky se sorprendió. Había estado hablando con ella mientras curaba sus heridas y esperaban a que Raven despertara, pero no pensó que hubiera creído su versión de los hechos, al menos hasta escucharla ahora.

—Logan, no. Este hombre es inocente. He estado viendo en su psique desde que llegamos y estoy totalmente segura de saber porqué mi hermana le ayuda incluso si eso la pone en nuestra contra. No ha estado atacándonos, sino defendiéndola. Hemos malinterpretado todo.

El aludido también pareció sorprenderse. Raven se adelantó y le sujetó una mano, no se atrevía a mirarlo a los ojos, aunque su voz era decidida.

—Esto es lo que va a pasar, viejo lobo, voy a seguir adelante, contigo o sin ti. Puedes ayudar o hacerte a un lado.

—¿Rave, tienes idea de dónde encontrar a Taskmaster? —preguntó el francés. Ella asintió— Entonces, EVA te llevará.

El mutante no pudo ocultar la mirada de desagrado a su compañero, sin embargo, se abstuvo de protestar.

—Te doy 24 horas, Revi. Haz lo que tengas que hacer en ese plazo. Luego te irás con nosotros, sin más escenas. Voy a ganarles tiempo con SHIELD y los Avengers, tratar que Stark no vaya a por la cabeza de ambos.

Ella volvió a asentir. Bucky entendió lo que la psíquica había intentado explicarle sobre la extraña relación de hermanos que tenían esos dos; él lo había confundido antes con miedo, cuando en realidad era respeto simple y puro.

—Yo también me quedaré, evitemos que suceda lo mismo de hace unos años —Saori dedicó una mirada cómplice a su hermana y ambas sonrieron.

Barnes sujetó a Raven de la cintura y le acarició el cabello.

—Gracias.

—Aún no, forastero, cuando esto termine.

—Rave... —Fantomex esperaba en la entrada. Al soldado no le gustó la forma en que la contemplaba.

—Voy contigo.

Ella negó.

—Eso no, forastero. Hay demasiada gente interesada en cazarte, hagamos bien las cosas. Por otro lado, ahora que Sao está aquí, puede ayudarte con tus recuerdos.

Intentó discutir, en vano, la situación avanzaría al ritmo que Raven marcara. Debía conformarse con ser un espectador más, le gustara o no.

La vio marcharse con Jean Phillipe y los celos le revolvieron el estómago. «¡Maldito francés estirado!» Apretó los puños e intentó calmarse.

—Tranquilo, a mi hermana también le desagrada un poco Le Pew. Esto es solo trabajo.

—¿Estás hurgando en mis pensamientos?

—Tampoco es que sea difícil saber lo que piensas ahora mismo —la pelirroja parecía divertida.

—¿Quién es Taskmaster?

—Otro merc. Un viejo amigo de Raven. No estés celoso, regresará cuando tenga la información. Además, detesta que un hombre intente controlarla.

Parpadeó consternado.

—Yo jamás...

La chica le restó importancia con un gesto de la mano, sonrió y lo tomó del brazo hasta sentarlo en el sofá.

—Vamos a concentrarnos en tu mente ahora. Olvida a la Dama sin Sombra por un rato. Relájate, esto no dolerá.

Las imágenes a su alrededor se difuminaron y Bucky se durmió, sin sueños esta vez.

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Tony sintió una presencia al instante de cerrar la puerta del apartamento. Estuvo a segundos de desenfundar las armas, pero el destello rojizo de la sombra sentada en la ventana le indicó quién era. Sonrió, apagando el inductor de imágenes. No lo necesitaba, no con ella.

—¿Quieres un trago?

—Ya me serví —le mostró el vaso de whisky— Espero que no te importe.

Encendió una lámpara de pie en la esquina de la habitación y se detuvo para observar a su invitada. Un cosquilleo familiar le recorrió el cuerpo, verla siempre le provocaba aquella sensación irreal.

—Supe que eres la nueva abogada del Soldado de Invierno. Creía que te gustaba cazar a las presas, no protegerlas.

Raven se acercó despacio, sonreía, aunque sus ojos eran pura seriedad.

—No juegues conmigo, Master. Tú sabes por qué estoy aquí.

Él alzó las manos en señal de rendición. Se quitó la chaqueta, se sentó en el diván e hizo señas para que lo imitara.

—Voy a ser sincero contigo, princesa: me ofrecieron mucho dinero por Barnes, vivo de preferencia aunque daba igual. Me pareció un buen trato hasta saber que estabas metida en esto. Supongo que tengo demasiada ética profesional como para traicionarte... O estoy demasiado enamorado.

Raven lo miró fijamente. Para cualquier otra persona, su costumbre de jamás quitarse la máscara llegaría a ser incómoda, pero a ella no le importaba, podía ver a través de sus ojos. El tiempo juntos le había enseñado a desentrañar los misterios de aquel hombre.

—Quien lo hizo tenía un inductor de imágenes como el tuyo. Explícame eso.

Tasky se encogió de hombros.

—Se han vendido algunos en el mercado negro, incluso Deadpool tiene uno. ¿Por qué no pensaste en él?

—Wade está en Alaska y este fue un trabajo preciso, bien planeado. Me cuesta decirlo, pero lo suyo son chapuzas. Tú eres un profesional.

—Hombre equivocado, princesa. Ya te dije que jamás haría algo que te pusiera en riesgo.

—¿Quién te contrató, Tony? ¿HYDRA?

Master se puso en pie, encendió el ordenador, buscó entre los archivos encriptados, le dio imprimir a uno de ellos y pasó la hoja a la chica.

—Esta es la lista de los que han comprado un inductor en el último mes. ¿Alguno te es familiar?

—Crossbone —con solo una mirada había saltado el nombre.

Tony lo pensó un poco.

—Yo también vi el vídeo, no es tu soldado. Tienes el mismo problema que con Wilson: demasiado chapuza. Bones es fuerza, no cerebro.

Aprovechó la oportunidad para sentarse junto a Rave con la excusa de analizar el listado. Se quedaron en silencio un rato, pensativos.

Taskmaster le acarició la mejilla un segundo hasta verla sonreír.

—Fue alguien del gobierno...

—¿Qué? —lo miró sorprendida.

—La respuesta a tu pregunta de antes: ¿quién me había contratado? Fue alguien cercano a Fury.

—¿Cómo lo sabes?

—Es parte de mi trabajo, saber ciertas cosas de mis empleadores. Hay topos en SHIELD, Revi, eso no es nuevo. Una razón más para que te hagas a un lado y olvides una pelea que no es tuya.

Ella se apartó con brusquedad.

«Solo intenta protegerte, como Wolvie», pensó y esto la hizo enojar.

El último hombre que intentó protegerla de todos y de sí misma también llevaba máscara. Ella confiaba en él, aunque eso no le había impedido que la traicionara.

Si deseaba pelear esta batalla, no iba a existir dios que se lo impidiera. Lo hacía por Barnes, por el Soldado de Invierno, por el hombre que antes había sido, del que Steve le había hablado antes que se decidiera a ayudarle a escapar de la torre Stark.

—Gracias por la ayuda, Tony.

—Maldito y suertudo Barnes —suspiró— De acuerdo, como quieras. Solo intenta que no te maten, princesa —la abrazó con fuerza, después le acarició el cabello.

—No es tan fácil hacerlo.

—Siempre hay una primera vez, intenta que no llegue.

—Algo tarde para ese consejo, Tasky.

Lo besó en la mejilla, muy cerca de donde estaría su boca si no llevara la máscara. Sonrió como una niña, todo su rostro se iluminó por un segundo. A Master el corazón se le aceleró como nunca.

Recogió la chaqueta que antes él dejara sobre el sofá. Rebuscó en los bolsillos hasta dar con las llaves del auto. Volvió a sonreírle mientras se las mostraba y se marchó dejando la puerta entreabierta.