-𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏-
-𝒟ℯ 𝓇ℯℊ𝓇ℯ𝓈ℴ 𝒶 ℋℴℊ𝓌𝒶𝓇𝓉𝓈-
Durante su primer año en Hogwarts en donde para su sorpresa quedó en la casa Ravenclaw, Lea tuvo la oportunidad de hacer nuevos amigos, entre ellos estaban : Luna Lovegood, Ginny Weasley y Rolf Scamander, todos de su edad.
Cuando el sombrero seleccionador la eligió para Ravenclaw, su hermana mayor, Pansy sorpresivamente la dejó de lado. Ellas tenían una gran relación de hermanas que terminó en su llegada a Hogwarts.
Su familia no se tomó muy bien la noticia, querían que quedara en slytherin, aunque no le dieron tanta importancia.
Desde ese día ella dejo de ser importante para su familia, solo la trataban como a un miembro invisible.
Ahora estaba empezando a empacar para su tercer año en Hogwarts, tenía mucho tiempo libre cosa que no era muy agradable. En sus vacaciones se dedicó a leer libros, libros de todo tipo. Estuvo escribiéndoles a sus amigos y se sintió muy feliz de que finalmente empezara su regreso a Hogwarts.
Estando en el andén 9¾ se despidió brevemente de sus padres y cruzó el muro.
Al entrar al tren ella y su hermana se separaron sin dirigirse ni una sola palabra, cada una busco a sus amigos.
Lea buscó un compartimento que estuviera vacío, al encontrarlo se metió y empezó a acomodar su baúl que no fue una tarea fácil. Cuando por fin logro acomodarlo soltó un suspiro y se sentó.
Tomó un libro sobre Pociones avanzadas y comenzó a leerlo. En su anterior año no le había ido muy bien en pociones y por supuesto no iba a dejar que eso se repitiera. Estuvo unos minutos leyendo hasta que un ruido que indicaba qué alguien entraba al compartimento la sacó de su lectura. Sonrió al darse cuenta de que era Luna Lovegood.
—¡Luna! ¡Que bueno es verte otra vez! —Saludó Lea muy alegremente.
—Hola Lea —Saludó con una sonrisa mientras entraba junto con un baúl no muy grande. Lo acomodo y se sentó en frente de ella.
—¿Qué tal tus vacaciones? —Preguntó mientras cerraba su libro y lo colocaba en sus muslos.
—Increíbles, investigue mucho sobre los animales todo este tiempo —Respondió con una sonrisa.
—Me alegra escuchar eso...recuerdo muy bien lo emocionada que estabas por aprender sobre ellos el año pasado.
—¿Que hay de ti?...¿Hiciste algo interesante estas vacaciones? —Preguntó Luna.
—Lo mismo de siempre...Ser ignorada completamente por mi familia —Respondió restándole importancia.
—Lo lamentó...
—No te disculpes, después de todo no es tu culpa. Ahora cuéntame sobre lo que aprendiste.
—Bueno...Algo extraño me ha pasado estas vacaciones.
—¿Algo extraño?
—Si, algunas de mis pertenencias desaparecieron, estoy empezando a pensar mi casa esta repleta de Nargles —dijo mientras miraba hacia la ventana.
Lea río un poco. A algunas personas les parecía que las creencias de Luna eran extrañas y eso ocasionaba que la gente llegará a tratarla mal. Pero para Lea no era un problema. Ella pensaba que era increíble la imaginación que su amiga podría llegar a tener. Admiraba mucho lo poco que le importaba la opinión de los demás.
—Esa es una gran teoría Luna. Si algo desaparece en mi casa ya tendré a quién culpar —dijo Lea con una sonrisa.
Estuvieron un rato charlando hasta que no encontraron mas temas de conversación. Estuvieron en silencio unos minutos, pero no fue un silencio incómodo, sino mas bien uno agradable.
De repente Luna saco una revista de su baúl y empezó a leerlo mientras estaba al revés.
—¿Qué lees? —Preguntó Lea después de unos minutos.
—Oh, es una revista llamada el Quisquilloso. Habla sobre criaturas mágicas —explicó—, Yo estoy segura de que estás criaturas existe muy feliz en algún lado.
—También lo pienso —dijo—. Aunque es algo curioso leer los libros al revés.
—Suelo pensar que es más interesante leer así —Opinó —, podrías encontrar mensajes secretos.
Lea volvió a reír un poco.
—Definitivamente lo intentaré —Dijo haciendo que su amiga sonriera y luego volviera a su lectura.
Cada vez que Luna estaba cerca Lea estaba feliz. Pues su amiga era de esas personas que transmitían tranquilidad y alegría, al menos para ella. Definitivamente Luna era especial para Lea, y Luna pensaba lo mismo de ella. Desde su primer año llegaron a coincidir muy bien, y aunque algunos estudiantes se expresaban mal de Luna, nunca fue un impedimento para Lea ser su amiga, pues ella tenía distintos pensamientos sobre ella.
Estuvieron leyendo sus libros o charlando sobre algunas teorías de Luna que Lea encontraba interesantes. Y cuándo paso la bruja del carrito, Lea compró dos empanadas de calabaza y le obsequió una a Luna quién le agradeció alegremente.
Cuando estaban a punto de llegar empezaron a cambiarse y ponerse su uniforme. Por fin el expreso de Hogwarts aminoró la marcha hasta detenerse en la estación de Hogsmeade, que estaba completamente oscura. Cuando se abrieron las puertas del tren, se oyó el retumbar de un trueno.
Las dos chicas salieron del tren bajo el aguacero con la cabeza inclinada y los ojos casi cerrados. La lluvia caía entonces tan rápida y abundantemente que era como si les estuvieran vaciando sobre la cabeza un cubo tras otro de agua helada.
Avanzaban muy despacio por el oscuro andén con el resto del alumnado. Cien carruajes sin caballo los esperaban a la salida de la estación. Lea y Luna subieron agradecidos a uno de ellos, la puerta se cerró con un golpe seco y un momento después, con una fuerte sacudida, la larga procesión de carruajes traqueteaba por el camino que llevaba al castillo de Hogwarts.
Primer capítulo.
Espero les guste, es algo corto pero iré tratando de hacerlos mas largos.
Poco a poco Lea empezará a relacionarse con Draco, pero por ahora solo se hablará sobre sus actuales amigos.
Att: R
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