26. Slither.
Dejo corriendo este capítulo porque en mi unidad tuvieron una emergencia y ya vi que saldré muy tarde del hospital, este capítulo está dedicado a un soldado caído, no es raro que los lectores no terminen de leer las dinamicas, pero me da penita cuando les escribo un capítulo y queda no más. Al menos pensé a esa persona porque ama la ship y me dio cuerda, así que en su corazón la sentira. Gracias por el apoyo, a todos los que han llegado acá a pesar de todo, mil gracias.
Shorter está sano y salvo.
Usaron la droga correcta.
Mierda.
Si bien, el propio Yut-Lung llegó a cuestionarse si el plan era una buena idea, ¿acaso había una opción diferente? En el mejor escenario todos huían intactos de la mansión de Golzine, en el peor escenario Dino los violaba a él y a Eiji juntos y Shorter terminaba jodido por la droga. Y no es que sea frío, pero desde una dulce edad ha tenido que aprender a pensar rápido al estar repleto de abusivos, ha tenido que activarse en modo supervivencia e irónicamente el único objetivo de su supervivencia era matar a todos sus hermanos y hacerlos pagar por la muerte de su madre. Claro, eso ha cambiado, sospecha que por eso mismo le fue tan...duro ver a sus ¿amigos? Pasar por lo que pasaron en ese cuarto. Todo comenzó cuando Hua-Lung se enteró de que estaba viviendo con Shorter y le pidió amenazarlo para que Shorter traicionara a Ash y entregara a Eiji. Obviamente se negó. Eiji es su amigo y Wong es algo complicado. De todas maneras lo arrastraron con Dino como castigo.
—Tendrás que servirle al monsieur en todo lo que te pida, ese es mi comando.
Claro que el hijo de puta lo dejó a merced de un pedófilo.
Ja.
Y por mucho que se trate de convencer a sí mismo de su actuación a veces brotan estímulos ínfimos, realmente pequeños, como la canción favorita de su madre siendo tarareada por un niño, Eiji siendo desinteresado y dulce con él, Ash riendo con su hermano y recordándole lo que perdió o Shorter sin razón aparente y eso le cae cual balde de agua fría, le recuerdan quién genuinamente fue y su propia debilidad sin importar cuánto trate de encubrirla ¿a quién engaña? Estaba jodidamente aterrado de que Shorter no reaccionara y el Banana Fish le hubiera podrido el cerebro.
¡Es que ese gorila con micropene es...!
Bueno.
Dulce.
Cálido.
«Porque me importas y me duele» esa fue la primera vez que alguien lloró de impotencia por lo mal que Yut-Lung la había pasado y le dio peso al horror que todavía no puede darle en relación a ser un juguete de sus hermanos. Mierda. El cabeza de melón se las arregló para meterse duro. Y si lo perdía.
—¿Cuándo estará bien? —Afortunadamente no fue el caso y sumando la investigación que comenzó con Max y culminó en su experticia en química crearon el antídoto, bendito sea su intelecto superior.
—No estoy seguro. —Ash examina a su mejor amigo descansar en la camilla, han estado escondidos en una pocilga en Downtown desde entonces—. Pero tú mismo lo viste, está mejor.
—Lo sé. —Ash se muerde el labio, Eiji está a su lado apretándole la mano y Yue siente una punzada de envidia que se obliga a cortar—. Pero Griff tardó mucho en reaccionar.
—Nosotros hicimos este antídoto juntos.
—Es que me da miedo que hayas metido la pata. —Okey, si Yut-Lung no fuera tan encantador habría volcado una bandeja con implementos médicos sobre la cara del lince, pero es buena gente y no va a rebajarse a ese nivel (además, Eiji lo mira con sus ojos de gacela y lo pone blando)—. Eres un niño.
—Lo dice el anciano con más de veinte años.
—¡¿Anciano?!
—¡Mira! Tienes arrugas y todo, tanta lectura de viejos finalmente te volvió uno, algo así como Dorian Gray pero a la inversa, qué caso más feo eres.
—¡Hijo de puta! —Ash grita listo para darle una paliza.
—Yue. —Pero Eiji interrumpe y es casi hilarante cómo un conejito doma a las bestias de Nueva York.
—¿Qué pasa, cariño? —La mirada cobriza del aludido se pasea de un extremo del laboratorio a otro, pende de los brillantes implementos médicos hacia la pacífica risita de Wong inmerso entre sueños.
—¿Recordará algo de lo sucedido?
—¿Eh? —Ash y él intercambian una mirada liada ante la reticencia que tiene Eiji—. ¿Recordar?
—¿Recordará algo de lo sucedido? —Entonces el sumiso pregunta y es acá cuando todos entienden la magnitud del trauma que Okumura debe haber sufrido, no solo lo convirtieron en fuente de miedo para Shorter, sino que su propio amigo intentó asesinarlo—. ¿Desde el secuestro? —Oh, Eiji.
—Lo sabremos cuando despierte, ahora su consciencia está fluctuante, responde cada vez de mejor manera a las preguntas y está más orientado...pero falta.
—Ya veo. —Eiji agacha la cabeza, nervioso—. ¿Creen que él me siga odiando? —Se les hace mierda el corazón con la pregunta del japonés, una perfectamente factible y comprensible, aun así, es cruel.
—No, amor. —Ash presiona un tierno beso en su mejilla—. Claro que no.
—Vale. —Eiji se abraza a sí mismo—. Qué alivio. —Es un terrible mentiroso y hasta su olor lo delata.
—¿A dónde vas? —Aslan luce despechado al verlo retroceder, tiene un instinto protector en relación al sumiso que ha sido obvio del inicio, ese es el problema con Aquiles, no ve cómo Patroclo lo afecta.
—Iré a ayudar a Griffin arriba. —Eiji evita el contacto visual a toda costa—. Debe necesitar ayuda en la cocina.
—Sí. —Ash traga duro—. Ve.
Eiji se va.
Quedan a solas frente a un Shorter inconsciente, Yue está sentado en la camilla (porque su presencia calma al dominante) Ash le arroja una mirada repleta de vulnerabilidad y transparencia, Yut-Lung la sostiene sin saber qué responder. Recuerda cuándo solía idealizar a esta bestia, Ash le dio esperanza de que un sumiso podía rebelarse contra su creador con collar y todo, era salvaje e indomable. Ahora parece tan...patético. No. Esa no es la palabra. Humano, sí. Esa es.
Ash Lynx se ve realmente humano.
No sabía que también eras vulnerable. Eres increíblemente fuerte cuando te atacan a ti, pero cuando atacan a tus seres queridos eres realmente débil. Algún día, eso te matará.
—Dime la verdad. —Entonces le exige con una presencia imponente que solo un depredador sería capaz de infundir en los demás—. ¿Shorter quedará con secuelas? ¿Recordará lo de...?
—¿Eiji? —Asiente—. Por mucho que desee responder tendremos que esperar a que despierte para podérselo preguntar a él mismo, todavía no soy adivino, Lynx. —El nombrado luce cabreado.
—¿Qué pasa si el efecto no se ha ido del todo y quiere matar a Eiji todavía? —Hay temor escurriendo en la voz de Aslan y eso suaviza la mirada estoica del sumiso.
—Dijiste que a tu hermano también lo drogaron.
—Sí, pero... —Su lengua se seca—. Nunca le dieron un objetivo fijo. —Yut-Lung sabe suficiente sobre mecanismos cerebrales y lo fácil que es inducirlos a la hipnosis para justificar su preocupación.
—Encontraremos la manera. —Entonces le promete y es sincero—. No dejaremos que les pase nada a Shorter y a Eiji.
—¿Por qué te importan? —Aslan le arroja una mirada filosa, probablemente cuestione sus métodos, lo deduce desde el primer switch en dónde arriesgó a Eiji, eh ahí otra diferencia entre ellos dos: Ash nunca arriesgaría a sus seres amados para ganar, en cambio, Yut-Lung hace lo que sea necesario con tal de minimizar las pérdidas y se expone—. Lo comprendo de Eiji porque es tu "amigo". —Que tire comillas al aire es un puto fastidio—. Pero ¿por qué Shorter?
—Te lo dije. —Yut-Lung cruza una de sus piernas sobre la otra, la camilla cruje, el aire apesta a cosas médicas y Shorter—. Es mi pareja destinada.
—¿Cómo puedes saberlo?
—¿Cómo puedes tú no saberlo? —Hace alusión a Eiji y no es sutil—. Lo tienes justo enfrente, Lynx.
—Él está atado con Sing.
—Deja de ser un cobarde y ten las pelotas para lidiar con eso ¿quieres? —Yue es áspero y confronta sin temor a las represalias—. Ni siquiera concibes lo importante que es para Eiji su amistad con Sing, no viste lo cercanos que son o cómo se protegen, Eiji lo ama. Pero no lo ama como te ama a ti y está dispuesto a arriesgarlo todo con tal de quedarse a tu lado, ¿acaso no le debes la misma devoción?
—¿Tienes que ser siempre tan venenoso? —Bufa ya que sabe que tiene razón, Yut-Lung ama tenerla.
—Claro que sí, es la única forma de hacerte entrar en razón, eres un cabeza de... —¿Cómo dijo Eiji?—. Holden, cabeza de Holden.
—¡Hey!
—Te duele porque es verdad. —Tararea y aunque Ash tirita por la humillación consigue relajarse.
—¿Qué hago con el collar entonces? —El sumiso lanza un largo y sarcástico «ja» al aire.
—Te las arreglaste para controlar a un dominante drogado usando solo un comando. —Hace real lo que todos han estado evitando mencionar—. Creo que puedes arreglártelas.
—Pero...
—Te lo dije ¿verdad? Puede que te termine gustando demasiado ejercerle dolor a los demás, y sino aprendes a controlarlo podrías terminar lastimando a Eiji de verdad, esa idea me llena de miedo.
—No quiero eso.
—No creo que se trate simplemente de voluntad. —El dominante gimotea, tirándose el cabello hacia atrás, sacando a relucir el jade que todavía pende en su oreja junto al collar—. Pero realmente deseo que aprendas a controlarlo y acabes haciendo mierda a Dino. —Aslan parpadea, aunque impresiona casi hiperalerta con el halago no tarda en relajarse y suavizar la mirada, demostrándole confianza.
—Y luego a tu clan. —Promete—. Vamos a hacer mierda también a tu clan.
—Lo merecen, me vendieron al cerdo. —Shorter se queja entre sueños—. Yo me hago cargo, parece que le calma que me quede cerca no más.
—Hacen una bonita pareja dispareja. —Ash les sonríe encaminándose hacia la puerta—. Claro, para una víbora venenosa.
—Lo mismo digo, gato mugriento.
Se permite a sí mismo descansar de su máscara de sarcasmo única y exclusivamente cuando lo dejan a solas con Shorter en el cuarto, no cree que sus defensas sean tan diferentes a las de Lynx, de hecho la única diferencia radica en que Ash tiene cierta libertad para ser cruel y luego excusarse en el PTSD, pero si Yut-Lung hiciera lo mismo sería considerado un histérico. No los culpa, es fácil sintonizar con toda la fragilidad que un depredador herido trae mientras que él es un egocéntrico al que le importa un carajo la moralidad, es cazar o ser cazado en este mundo. Por esto contrató a Blanca y aun si falló al idealizar nuevamente a quién no debía no se arrepiente de protegerse a sí mismo. Mientras piensa en esto pasea sus dedos por los cabellos bebés de Shorter, sin la tintura son negros y ásperos y debe admitirse que le sorprende la desenvoltura con la que trata a Wong, casi sin defensas. ¿Será por ser una pareja destinada?
Lo ha sospechado desde que lo vio entrar a la celda y no sucumbir ante sus encantos, desde que aun si manipulaba dominantes sentía rechazo por el aroma dados los traumas familiares (muchas gracias hermanos de mierda), pero algo en su varonil hedor lo atraía constantemente, desde que se escuchó a sí mismo reír como no reía de niño, desde que se halló celoso por sus flirteos con otros reos, desde que cuestionó cómo sería Shorter afuera (sospecha que confirmó gracias al Banana Fish).
Pero hey, si existe algo lo bastante poderoso para vencer a una droga hipnótica es el poder del amor.
Ugh.
Ash y Eiji definitivamente le están pegando lo gay y rosa.
Qué asco.
Tendrá que despiojarse después.
—Yue. —Que Shorter despierte tan abruptamente lo toma por sorpresa, estas últimas semanas han sido un ciclo de fluctuaciones entre conciencia y confusión que parecen un cuadro de delirium, por ende, no está listo para confrontarlo y mucho menos ser descubierto acariciándolo—. ¿Dónde están los hombres de Golzine? Nos tendieron una trampa.
—Ya salimos. —Procura ser calmo y no bombardearlo con mucha información—. Estamos a salvo.
—¿Todos? —El sumiso asiente, queriendo mover su mano de los cabellos pinchudos del dominante, no teniendo las pelotas para hacerlo, tocarlo se siente bien, es tan natural—. ¿Incluso tú?
—Incluso yo. —Su mirada se suaviza con ternura y odia que sea así, no obstante, da igual ya que en estos lapsus de recuperación tendrá lagunas inconsistentes de memoria, por ende es poco probable que recuerde esta charla, así que puede permitirse sacarse la máscara. Solo un poco más, piensa.
—Tu collar sigue ahí. —Entonces apenas jadea e intenta levantarse, el sumiso lo detiene.
—Estás malherido y no te hace bien moverte de manera abrupta.
—T-Tu collar. —Lo apunta y atrapa entre sus yemas—. No estás bien si sigues bajo su influencia.
—Es lo de menos. —Ríe.
—No. —Pero a Wong no le hace gracia—. ¿Qué pasó? —Entonces sabe que aun si olvida esta charla no tiene el corazón para seguirle mintiendo o escamoteando, menos cuando no tiene anteojos sobre la nariz, Yut-Lung odia que no los traiga, a lo largo de su vida ha tenido la desgracia de ver un sinfín de hombres a los ojos—. Yue... —Nunca ha visto una mirada tan insondable como la de Shorter, esta le pone los pelos de punta y le deja el corazón sangrando con agonía.
—Te inyectaron con Banana Fish.
—¿Qué? —Yut-Lung debe sostenerlo de los hombros contra la camilla para evitar que se caiga.
—Te inyectaron con el primer prototipo de Banana Fish, por eso pudimos traerte de regreso, Golzine se confió demasiado. —La perplejidad en sus ojos rasgados abre paso a una aceptación inescrutable.
—Tú... —Shorter traga duro, congelando su mano en el collar, Yut-Lung puede saborear la candidez de su aliento aun con la distancia, están demasiado cerca, debería alejarse, pero su mano está sobre su collar y se pregunta cómo sería si Shorter fuera su dueño—. Tú tuviste que ver.
—Tengo que ver en todo esto, claro que sí. —Sin embargo, el dominante no se toma con gracia esa sonrisa voraz, aun débil y postrado en cama el chino se inclina para tomar a Yut-Lung por la espalda y acercarlo hacia su pecho, están tan pegados que el más joven apenas puede respirar.
—Hueles a otro hombre. —Entonces le musita en la oreja, el sumiso no puede evitar que un delicioso escalofrío atraviese su columna vertebral—. Hueles a otro dominante.
Entonces castígame.
Tómame.
Márcame.
Diablos, su sumiso interior está fuera de control.
—Lo odio. —¿Qué harás al respecto? Hazme de tu propiedad, hazme suplicar hasta que no dé más.
—No creo que tengas derecho a odiarlo. —Trata de establecer un muro con sus manos al apoyarlas contra el fornido y desnudo pecho del moreno, quiere marcar un "tú" y "yo" separados, pero falla y no entiende porqué falla si lleva una vida afinándolo—. Le pertenezco a alguien más. —Usa un tono ligero y juguetón para quitarle el peso y enmascarar el horror de ser violentado por su propia familia.
—¿A quién buscas hacerle daño diciéndome esto? —Arrebátame de sus brazos, hazme tu sumiso.
—No entiendo. —Pero no me ames.
—¿Buscas dañarme a mí o a ti? —Jamás me ames porque no regresaré arrastrándome a ti.
—Yo no...
—Porque te ves malditamente herido cuando lo dices y eso es lo que me duele. —Wong desliza sus dedos debajo del mentón del sumiso, estableciendo contacto visual, mostrándole esos ojos y punza.
—Basta. —Lucha en vano—. No sé qué ideas extrañas tengas de lo que está pasando entre nosotros pero este coqueteo ya se volvió aburrido. —No obstante, el dominante lo ha envuelto en su fornido, desnudo y cálido pecho, quema.
—Es gracioso que estés tan acostumbrado a coquetear y a seducir a los demás para tu conveniencia, pero cuando alguien realmente muestre interés genuino en ti te asustes tanto.
—¡Yo no me asusto! —Chilla indignado.
—Estás temblando.
—¿Me estás llamando cobarde?
—Yue. —Shorter le apoya un dedo sobre los labios—. Basta, no funcionará conmigo. —Y de repente, no tiene idea de cómo más reaccionar, se queda totalmente en blanco y odia eso, se siente pequeño, ínfimo y patético, como si lo estuvieran observando sin maquillaje por primera vez y analizaran cada uno de sus defectos con lupa, como si finalmente alguien pudiera ver lo feo que es en realidad.
—No quiero tener esta conversación contigo.
—Yue... —El nombrado se muerde la boca y retiene el escozor en su corazón.
—Basta. —Suplica—. Por favor.
Y durante lo que impresiona una eternidad ninguno se mueve ni dice algo más, es la primera vez en que Yut-Lung siente que carece de control y odia eso, es un maniático de control ¿hola? Se ve incluso en sus trastornos mentales y su clúster de personalidad, sin control Yut-Lung se desarma, el control o la leve noción de que puede anticipar y manipular a los otros a su antojo aún bajo las humillaciones de su clan lo ha mantenido con vida, sino tiene control no puede mantenerse vivo, no poseía control cuando mataron a su mamá y por eso acabó muerta, pero ahora...es diferente. Puede protegerse si tiene control, siempre que lo tenga. Pero no existe absolutamente nada que pueda controlar acerca de cómo su mente, su cuerpo y corazón se paralizan ante Shorter. Y lo odia. Lo aborrece. Le enferma.
¡Sí! Odia lo que este maldito dominante con piropos grotescos, actitud de niño explorador y sentido de moda vomitivo generan en él, lo aborrece, ojalá se aburra y lo deje en paz una puta vez. ¡Lo odia!
Mentira.
Tiene miedo.
Está tan asustado que no puede hacer más que encogerse contra el abrazo de Shorter ya que aceptar a más personas implica ceder el control y eso da miedo, suficiente tenía con Eiji y aun así no lograba controlar o proteger del todo lo que ocurría con Evanstine. Una pareja destinada revuelve sus tripas.
—Todavía no recuerdo del todo lo que ocurrió luego de que nos secuestraran los guardias de Golzine pero a juzgar por cómo estás actuando creo que fue grave. —El dominante lo rodea entre sus fuertes brazos, inclinándose más cerca y es duro ser protegido de esta manera—. No te abrumaré con tantas preguntas ni te presionaré para hablar de tu clan, pero creo que tenemos la confianza para al menos charlar con sinceridad.
—Shorter.
—Por favor, sé sincero conmigo y cuéntame. —Y finalmente puede confrontarlo con la interrogante que tanto lo atormenta, es su oportunidad y la aprovecha—. ¿Qué te tiene nervioso?
—¡Tú!
—¿Yo? —Asiente.
—¿Qué quieres? —Yue deja escapar la pregunta en un suspiro, Shorter se sorprende de lo frágil que su imponente tono puede escapar y lo embelesa la dualidad—. ¿Por qué no me dejas en paz? Tuviste problemas por recibirme en tu casa, es tonto que te arriesgues así por un desconocido, no entiendo.
—¿Tan poco me consideras para ser un desconocido? —Shorter ríe con tristeza.
—¡Por favor! No te hagas el despechado.
—¡Estoy despechado! Dices cosas crueles.
—Ja, como si realmente te importara.
—¡Me importa de verdad! —El sumiso tensa los puños y le pone un freno a la conversación.
—Si quieres acostarte conmigo no es necesario que hagas tanto rodeo ¿sabes? —De repente, Wong se pone rojo por el comentario y le resulta indignante, fue este imbécil quién le jugueteó y coqueteó en la celda, ¿con qué cara siente vergüenza ahora?—. ¿No quieres? —Es obvia la ofensa.
—Si quiero, claro que quiero tener sexo contigo.
—Entonces efectivamente me ves como eso. —Escupe.
—¡No! ¡No es eso!
—¿Entonces no te quieres acostar conmigo? —Shorter grita de frustración y Yut-Lung debe morder su boca para no soltar una grosera carcajada, es divertido tomarle el pelo (poco, pero existente).
—Me estás haciendo rabiar a propósito. —Concluye.
—Bravo, quedaron neuronas vivas debajo del tinte. —El sumiso le aplaude con sarcasmo.
—Me gustas mucho, Yue. —Entonces Shorter lo suelta de golpe y eso...—. Me gustas de verdad.
—Yo no... —Ni siquiera puede moverse, se ha quedado congelado ante esa intensa mirada, no puede pararse, sus piernas están temblando y su cuerpo se siente como gelatina al ser sostenido entre tan macizos brazos, Shorter le da una sensación de solidez que nunca ha experimentado—. ¿Por qué te gusto? —Y eh acá lo que se oculta bajo la fachada del narcisismo: autodesprecio.
—Porque eres maravilloso. —El sumiso bufa, desarmado, es todo, al carajo las defensas, ha quedado expuesto como una masa blanda, patética y temblorosa, bah—. No me mires así, lo eres.
—Ajá. —Es lo que todos dicen para endulzar cuando quieren sexo.
—Eres maravilloso. —Insiste.
—Sí claro.
—Sí.
—¿Cómo? —Entonces Wong entrecierra la mirada antes de soltar:
—Eres malcriado, tienes problemas de ira, pareces caprichoso y te gusta que el mundo actúe como si todos estuvieran por debajo de tus pies, eres cruel y venenoso y un poco sañoso y tiendes a hacer menos el esfuerzo de los otros, además, tienes problemas graves con el alcohol.
Alto. Alto. Alto. Yut-Lung puede tolerar muchas cosas despectivas en relación a su personalidad pero ¿problemas de alcohol? ¿graves problemas de alcohol? ¡Ja! Si solo toma una maldita copa de vino.
—Además tienes una extraña obsesión con el skincare.
—¡¿Ah sí?! Pues yo no ando sacándote en cara tu estúpida personalidad de perrito faldero con Lynx, ni tus horribles habilidades culinarias ni tu dudosa higiene corporal, ni lo lindo que te ves cuando te lavas recién el cabello y se esponja, ni lo cool que te hacen ver tus piercings, ni lo protector que eres con todos esos niños en Chinatown ni lo mucho que te esfuerzas por cuidar a tu hermana y a quienes amas y me cuidas a mí aun sino valgo la pena ni... —Mierda. Mierda. Se le salieron los pensamientos.
—Yue.
—No es como que yo piense algo de eso, claro. —Brama—. Pero si lo pensara. —Shorter le permite acomodarse en la camilla, quedan frente a frente y el aire está demasiado caliente—. Si fueras como te describí y resultaras ser alguien maravilloso me costaría entender por qué te gustaría un desastre así de autodestructivo con "problemas de alcohol". —Y resalta las comillas.
—Porque no me dejaste terminar. —El dominante esboza una mirada malditamente cariñosa y esto es todo—. Eres todo lo que dije y más. Tienes un lado protector con las personas que amas inclusive si eso significa sacrificarte a ti mismo, eres compasivo y te odias por eso, eres fuerte, eres resiliente, no te dejas pasar a llevar, eres precioso y no solo porque eres la persona más caliente que he visto en mi puta vida, eres precioso también porque eres frágil e inteligente.
—No soy frágil, no me romperé.
—Bien. —Shorter le acaricia detrás de la oreja y el sumiso se traga un jadeo—. No quiero romperte, quiero cuidarte, ¿me puedes dejar hacerlo?
—No sé. —El más joven baja la mirada—. Soy difícil de amar.
—Puede ser. —Su frente termina aterrizando contra la del chino, Yue lo siente inhalar y exhalar bajo sus labios y el sabor es adictivo—. Pero tengo paciencia.
—Eres un idiota.
—Un idiota que crees que es genial. —El sumiso bufa, un largo mechón de cabello salta a su cara.
—Cuando dices que soy inteligente. —Empieza—. ¿Soy más inteligente que Ash?
—Definitivamente, la persona más inteligente que existe.
—Ahora solo me estás halagando porque quieres un beso.
—Probablemente. —Yut-Lung alza una ceja, indignado—. ¿Qué? No tiene que ser con lengua.
—¡Serás patán! —Shorter lo estrecha con dureza hacia sus caderas.
—Pero te encanta.
—Sí. —El más joven sonríe, enredando sus brazos alrededor del dominante—. Para mi desgracia me encantas.
—¿Qué tanto? —Ronronea—. ¿Qué tanto te encanto?
—Ven y averígualo.
—Joder.
Shorter no duda en saltarle encima y besarlo.
Es un beso hambriento sin duda, la urgencia se transmite en cada roce entre sus labios, hay lenguas, dientes y bocas moviéndose furiosamente, Yut-Lung no desglosa si dicho apremio es por finalmente haberse permitido sincerar, si es porque Shorter se encuentra lúcido, por el sentimiento mutuo o el horror del que acaban de escapar, tal vez es por todo lo anterior, no es relevante para que se fundan en este beso, los suaves jadeos de Yut-Lung se pierden en una tierna caricia mientras Wong procura satisfacer su deseo por ser dominado y mostrarle quién manda en ese vaivén. Lo muerde, logra tirar de su labio inferior solo para profundizar aún más, siente a Yut-Lung derretirse en ese toque, lo sabe por la manera en que aprieta su espalda y tirita deseoso por más y mierda, sino estuviera en camilla se lo haría.
Se dedican a devorarse con una pasión animal hasta que sus bocas duelen de lo hinchadas que están, Shorter aprovecha de estrechar y tocar cada centímetro expuesto del cuerpo del más joven y joder, es mucho más erótico y etéreo de lo que alguna vez soñó, además, hay una llama de protección que arde cada vez que sus dedos por accidente se pasean en el collar. Si la manera de deshacer el vínculo es matando a todo el clan Lee no le importa. Definitivamente mataría por Yut-Lung.
Es su sumiso.
—Cuando seas libre de esta cosa. —Entonces Shorter apenas jadea al separarse, deben separarse o no se podrá detener a él mismo y ni siquiera entiende del todo lo que pasó en la mansión de Golzine, tendrán tiempo para hacer esto después—. Cuando mate a todo tu clan...
—¿Quieres ser mi dominante? —Le pregunta arrastrando la voz con sensualidad, los tibios labios de Yue se pasean alrededor de su cuello hasta presionar su manzana de Adán, mierda, él es su perdición y ya lo sabe, ahora comprende a lo que se refería Ash—. ¿Es eso?
—Sí pero solo si tú me eliges. —Los movimientos del sumiso se congelan, Yut-Lung eleva el rostro y hay una chispa peligrosa estallando en sus ojos amatistas, es misterioso y malditamente cautivador.
—¿Y si nunca te escojo? —Hay una frialdad impresionante en su mirada juguetona—. ¿Y si no quiero volver a tener un dominante jamás?
—Entonces está bien. —Le asegura y algo cambia en el ambiente—. Te seguiré queriendo.
—Pero...
—No necesitas pertenecerme para que te quiera.
Se calla.
Mierda, esto es un desastre.
Y hablando de desastres, cuando va arriba Lynx luce totalmente desesperado al no tener las palabras correctas para reconfortar a Eiji quien se ha vuelto un ovillo deprimido en el sillón, sus jades atrapan a la distancia hasta la última fibra de su atención, vaya que debe estar verdaderamente desesperado el gato mugriento para pedirle ayuda. Ja. Qué satisfacción. Pero bueno, hay cosas que incluso si son pareja destinada no podrán charlar, cosas de besties. Y de todas formas, sería patológico cargar así a una pareja. Las personas no podemos simplemente depender de alguien y así como Lynx tiene a la pandilla, a Shorter y a los viejos, Eiji lo tiene a él (y a Sing pero es complicado).
—Hey. —Se tira a su lado en el sillón, los chicos se encuentran inmersos en su propio mundo dándole una sensación de privacidad al rincón—. Shorter habló conmigo.
—¡¿En serio?! —Eiji no puede disimular su emoción, eso le encoge el corazón, cuando se conocieron resuena haber pensado que el policía podía evocar dos reacciones a su alrededor: hacía que la gente lo quisiera proteger (como Ash) o hacía que las personas quisieran acabar con él y destrozarlo. Para su desgracia Yut-Lung pensó ser la última y el tiro le acabó saliendo por la culata—. ¿Cómo está?
—Mejor. —Es blando con Eiji, de una manera totalmente distinta a Shorter, pero aun así... es ¿débil? Con ambos. No. Esa no es la palabra. Es frágil—. Tiene más energía. —La sensación de la hambrienta boca de Shorter devorando la suya hace que le ardan hasta las orejas.
—Alto. —Y claro que Okumura lo lee con facilidad—. ¿Acaso lo besaste?
—¿Qué? —Finge demencia—. ¡Claro que no! ¿Quién querría besar a ese patán?
—Tienes la boca hinchada, Yue.
—Comí mucho picante.
—No te gusta el picante.
—Era vino con picante. —¡Ah! Pero el hijo de puta sí le cree eso solo porque todos se empeñan para decirle que tiene un problema con el alcohol, puff, es obvio que no saben de la buena vida.
—No tiene nada de malo que te guste ¿sabes?
—¿El vino picante?
—Shorter. —Eiji gruñe y Yue carcajea.
—Nunca podría gustarme.
—Shorter es un buen chico, Yue. —Entonces Eiji apoya su mano sobre su rodilla—. Mereces que una buena persona te ame.
—Y-Yo... —Y de repente se siente sentimental y expuesto y blando—. ¡Eiji! ¡Deja de hacer eso! Vine para consolarte, no para ser consolado. —El japonés se ríe entre dientes y es irritante.
—Perdón, perdón, es la costumbre.
—Odio esa naturaleza bondadosa tuya, ¿no te cansas de ser bueno todo el tiempo? —Eiji se recuesta a su lado en el sillón, sus hombros se tocan y sus rodillas se encogen hacia la orilla de terciopelo, sin duda el escondrijo es un basurero pero al menos están seguros.
—No soy bueno todo el tiempo. —Entonces confiesa y se acomoda sobre el hombro del chino, esa es una muestra de confianza muda, va bien—. No con Shorter o con Sing.
—Eiji...
—Me da miedo que Shorter me empiece a evitar, sé que un síntoma del estrés post traumático tiene que ver con la evitación y bueno, yo fui lo que usaron de estímulo, tiene todas las razones del mundo para querer evitar un recuerdo tan doloroso como yo, lo sé, de verdad lo entiendo.
—Hey. —Yut-Lung no vacila en pasar un brazo protector tras los hombros del japonés.
—Pero es mi amigo y me duele que las cosas hayan sido así. —El más joven presiona besos sobre la coronilla de su cabeza, consiguiendo que se relaje progresivamente con sus toques, y este es el tema con ser como Eiji y andar con el corazón desnudo en la manga ¿no? Nunca sabes a quién se lo prestas y si tiene intenciones de devolverlo completo—. Quiero que recupere su memoria y a la vez espero que nunca lo haga, soy una horrible persona por desear eso.
—No eres una horrible persona.
—¡Sí! Y ni siquiera he podido hablar bien con Sing porque estoy asustado de lo que pueda pasar, yo aun lo necesito y no lo digo solo porque mi cuerpo físicamente se halla vuelto dependiente, pero es mi amigo y me importa y odio que las cosas se hayan puesto raras.
—Oh, Eiji. —Yut-Lung tampoco tiene palabras de confort o consuelo—. Tienes razón, Shorter tal vez te quiera evitar porque es probable que le traigas malas memorias y si charlas con Sing seguramente te cortará porque se le nota que está enamorado, puedes perderlos a ambos y eso debe ser duro.
—No ayudas. —Gimotea.
—¡No estaba intentando ayudar! —Lo refuta.
—¿Entonces?
—Solo quiero que veas que no eres una mala persona por estarlo pasando mal. —Intenta acomodar sus pensamientos igual que un rompecabezas—. Te preocupas por el corazón de Sing y por cómo el idiota de Shorter se sentirá al verte, pero no te preocupas por tu propio corazón ni por cómo sentirás cuando veas a Shorter otra vez.
—Yo... —El japonés frunce el entrecejo con resignación—. Yo no...
—¿Ellos te resultan malas personas por eso?
—No. —Suspira.
—¿Entonces por qué tú automáticamente pasas a ser una mala persona? Eiji, es esperable que estés confundido y te sientas mal, Shorter casi te mata, Dino podría habernos...debiste estar muy asustado y yo no fui reconfortante, perdón, entré en modo supervivencia y me desesperé, tú no acostumbras a esa clase de cosas a diferencia de Ash y yo, debí ser más protector.
—No. —El moreno lo detiene—. Me sentí a salvo contigo a pesar de todo.
—Eiji.
—Al parecer yo no soy el único poco compasivo consigo mismo, ¿no crees? —Ambos ríen, dejándose caer contra la espalda del sillón, subiendo sus piernas hacia los bordes felpudos, mirando Downtown a través de una ventana empañada y opaca—. Deja de tratarte a ti mismo como si fueras una víbora que se arrastra una y otra vez sobre su piel rota, deja de esconderte detrás de eso, permítete aceptar que vales la pena para ti mismo y que has cambiado, Yue, has renacido.
—Es duro. —Gimotea.
—Lo sé. —Eiji suspira—. Es duro, pero no eres una serpiente por tener un collar de escamas.
—Y tú no eres el sumiso de nadie por tener el collar de un dominante.
El capítulo de mañana tambien es super relax, nos vamos violento el fin de semana porque no le queda nada a este fic, de hecho, el capítulo final es lo más largo que he escrito en la vida, incluyendo los OS, por ende, no tiene epilogo esta cosa, aunque aún falta edición y varios detalles gruesos que afinar. Nos vamos con todo.
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