16. Eyes.
Hi~ Ya vamos a la mitad de esta dínamica, mierda, no pensé que llegaría tan lejos y que me gustaría tanto la trama porque estaba muy nerviosa considerando todo este rollo de sumisos y dominantes y que no se entendiera nada, me alegra mucho ver que sí. Lo unico que tengo que advertirles en este capítulo de cierre de arco es que recuerden la notita de ayer, Eiji está muy ambivalente con el tema y hay pensamientos ambivalentes porque es una persona y las personas tenemos dudas porque es lo humano y está bien. Así que dejen que procese esto, es fuerte para él y por eso tenemos ayuda de otras personas~ Mil gracias por leer.
¡Espero que les guste!
Hoy es el día dónde Aslan morirá.
Hoy saldrá de prisión.
—Entonces... —Eiji se encoge en una esquina de la biblioteca, se encuentra mirando un punto blanco con Ash al lado—. Ahora eres un dominante.
—Sí. —El lince frunce el entrecejo—. No. —Las arrugas surcan con profundidad su piel tersa y pálida, dándole un aspecto de estatua desgastada, como si hubiera llevado demasiado tiempo en un museo bajo una polvorienta lona—. Creo que puedo cambiar según la situación lo amerite, no es voluntario.
—Ah. —Eiji encoge sus zapatillas hacia su pecho—. Ya veo.
Un switch.
Ash es un switch.
Por el bajo porcentaje de personas que presentan dicha condición incluso llegó a creer que era mero mito urbano porque para Eiji la vida se encontró escrita desde el momento en que se manifestó, por ende, le es extraño que alguien tenga la posibilidad de fluctuar entre ambos géneros, de cierta forma le da envidia y se aborrece por guardar tan oscuros sentimientos, pero es humano, es válido que los tenga y más considerando lo mucho que Eiji ha sufrido por la falta de dominante, si Aslan permanece en aquel modo cree que el collar de Dino se inhabilitará (igual que su vínculo). Ash posee posibilidad de ser libre a diferencia de Eiji. Al ser un vínculo consensuado y haber aceptado el collar se encuentra atado para siempre. Sí, claro. Sing podría tener a más de un sumiso y sin embargo le es unidireccional esa regla. Si él intentara buscar a alguien más podría morir.
Vaya ironía.
Ash puede ser libre y elegir a quién le plazca, pero Eiji ya no puede aceptar a nadie.
Así que siente un poco de rabia al mirar la gargantilla en el lince, es ambivalente puesto que también le alegra que pueda ser libre de Dino Golzine. Mierda. Eiji todavía desconoce la totalidad de tan cruel historia que atañe a esos ojos verdes y por lo charlado con Griffin se imagina que no siempre fue así y ¿qué clase de amigo/pareja/compañero sería sino se alegrara de esto? Claro que le alivia que Aslan pueda cortar esas cadenas y volar. Solo que es mucho. Y más considerando que Eiji posee un paralelo a la homofobia internalizada pero con dominantes, a Sing le tomó años ganarse su confianza y pese a la lucha activa que lleva contra esto, recordándose que es Ash a su lado y Ash lo quiere, es historia completamente diferente a nivel corporal. Se está esforzando por esconder su terror.
Eiji le tiene miedo a los dominantes.
No puede negarlo más.
Tampoco puede hacer más vista gorda, vio a Aslan matar a sangre fría sin siquiera necesitar un arma, lo vio arrancarles la piel con sus dientes y usar sus garras, vio una bestia sangrienta en medio de una masacre y a veces olvida a propósito que si está en prisión es por algo. Igual que Yue: son niños pero no son solo niños.
—Tú y yo vivimos en mundos diferentes.
Le dijo una tarde.
Por mucho que Eiji haya querido convencerse a sí mismo de que no era de esa forma al no ser ajeno a la crueldad y estar expuesto en la prisión, es verdad y ahora más que nunca.
Ash es un dominante.
Pero no es su dominante.
—¿Me tienes miedo? —Ash deja escapar la pregunta como si fuera una afirmación, lo hace con pura frialdad en su voz, es como si estuvieran recubiertas de escarcha las vocales y las consonantes fueran a craquelarse dadas las grietas.
—No.
—No era una pregunta. —Entonces el lince alza el mentón para mirarlo y Eiji retrocede por instinto, porque su cuerpo recuerda demasiado bien lo que pasa si mira a un dominante sin permiso y aunque debería sentirse más seguro con el collar que Sing le ha dado—. Me tienes miedo, Eiji. —No lo hace.
—Yo no...
—No has dejado de tiritar desde que lo descubriste, ni siquiera puedes mirarme. —El sumiso suaviza su expresión al detectar semejante fragilidad, es el mismo Ash de siempre, se recuerda, sería incluso hipócrita cambiar su relación dada esta nueva condición. Porque amar a alguien implica tanto malos como buenos momentos y no puede salir corriendo ante la primera adversidad—. Te doy asco.
—Ash. —Pero su mano sigue tiritando cuando intenta entrelazar sus dedos con los del lince.
Huye. Huye. Huye.
«Es un dominante peligroso» suena la voz intrusiva en su cabeza.
Sálvate.
—No sé cómo volver a cambiar, lo siento. —Se le encoge el corazón pensar que Ash preferiría definir su género secundario por él—. Estoy intentando volver a ser el de antes, pero creo que el interruptor se rompió y ya no puedo cambiar, no puedo volver a ser el de antes y dejar... —Las disculpas mueren en la garganta de aquel vil depredador—. No me odies, por favor.
—No te odio. —Nunca podría odiarte.
—No te culparía si me odiaras.
Estoy enamorado de ti, ¿cómo podría odiarte?
Te amo.
Pero las palabras no salen y no porque sus sentimientos hayan cambiado con el descubrimiento, sin embargo, es complicado el tema de un trauma y su reminiscencia. Nunca permitió que su naturaleza de sumiso lo controlara o delimitara e incluso en el equipo de pértiga o al hacerse un lugar entre los mejores policías, jamás se permitió subestimar, esa fue su razón para separarse de Ibe. Aun así, yace una voz en su cabeza que le recuerda constantemente lo que es igual que un balde de agua fría, solo que el balde de agua fría queda impregnado en su piel y empieza a bullir espontáneamente, hiriendo su carne, derritiéndole hasta los huesos. No le tiene miedo a Aslan. Pero su cuerpo está aterrorizado por los dominantes igual que un conejito frente a las fauces ensangrentadas de un lince.
—Entiendo si esto cambia las cosas entre nosotros dos. —Dice inexpresivo, levantándose de su lado para dirigirse a la salida de la biblioteca—. Debes sentirte como si estuvieras con tu agresor ¿verdad?
—No.
—No era una pregunta real. —Sonríe con tristeza—. Y fallaste de todas maneras.
—Ash.
—Eres un terrible mentiroso, onii-chan. —Musita el apodo con tristeza—. Gracias por toda la ayuda que me has dado hasta ahora, nunca nadie me ayudó sin esperar nada a cambio y creo que eso hizo que fuera tan fácil amarte.
—¿Por qué lo haces sonar como si esto fuera una despedida?
—Porque lo es.
Sa-yo-na-ra.
Ash se va.
Eiji queda a solas en la biblioteca y quiere llorar.
Es frustrante, es malditamente frustrante no poder elegir.
Nadie entiende lo duro que es que el cuerpo reaccione de una manera que no quieres, cuando recién llegó a Nueva York solía sufrir ataques de pánico por los dominantes en el abuso ejercido incluso en sus primeros trabajos. El cerebro arroja una señal de auxilio que se ve intensificada por la hiperalerta y ni el cerebro ni el cuerpo te preguntan si quieres reaccionar de esa forma. No. Esto huye del control voluntario, esto es supervivencia, aun así...a Eiji le dolió mucho no poder abrazar a Aslan y rechazarlo dada su nueva naturaleza, no solo es por el hecho de ser dominante, no, sino que verlo llevar a cabo una masacre frente a sus propios ojos, tener que aceptar que Ash es un asesino. Es duro. Eiji necesita tiempo más que nada. No cree que su amor incondicional haya flaqueado puesto que lo ama, carajo, lo ama más de lo que es racional. Pero nadie puede pedirle que no esté en shock por lo visto, sentido y vivido. Tal vez necesita que su cuerpo, corazón y mente regresen en sintonía. Tal vez no.
Cualquiera que sea la respuesta, hoy fingirán la muerte de Ash para sacarlo de prisión y apenas cruce el umbral ya no tendrán nada que ver.
Ya no será necesario verse.
—Te ves cómo la mierda. —Por supuesto Yut-Lung es sincero antes que nada—. Descubriste que tu noviecito puede ser un dominante.
—¿Lo sabías? —Eiji abre los ojos de golpe, siente un mordisco de traición apuñalarlo en el estómago.
—Sí. —Yut-Lung se percata de la seriedad del tema y baja la cabeza—. Desde que pasó lo de Garvey y tuvo su primer switch frente a los demás.
—¡¿Desde ahí?! —Trata de controlar la exaltación en su tono—. ¿Por qué no sabía nada? Estuve ahí.
—Porque tú estabas demasiado...
—¿Sometido al instinto? —Evanstine le dio una serie de comandos, aquello es todo lo que recuerda.
—Sí. —El más joven traga con dificultad—. Para darte cuenta y por mucho que hubiera querido decir la verdad, no me correspondía hablar por Ash.
—Lo entiendo. —Y realmente lo hace—. Pero aun así...
Me siento perdido.
Se deja caer sobre la cama de Yut-Lung, Shorter no está dentro del cuarto, probablemente esté junto al lince de Nueva York afinando el resto del escape, la pandilla estaba eufórica bajo la última reunión dado el cambio de planes, definitivamente los anima más tener una muerte falsa a un motín, supone que era demasiado complicado tenerlo justo debajo de las narices de Evanstine (y más considerando su relación con Dino Golzine), fue un plan ingenuo, más ingenuo que el propio Eiji.
O quizás más que ingenuo, irracional.
¿Irracional?
Sí, Eiji fue irracional.
Eiji siempre supo lo irracional que era quedarse a su lado considerando la gigantesca grieta y apreció eso apenas Evanstine lo arrestó y marcó una brecha imposible de cerrar que Ash reforzó al inicio de su relación, tratándolo como si fuera inocente con la voz burlona, dejando claro las diferencias sobre que había un «tú» y un «yo» separados. Y aun así, le advirtió sobre el peligro de Dino. Aun así ofreció su vida con tal de mantenerlo a salvo. Aun así, le salvó la vida a pesar de ser desconocidos. Y le indicó que podría volar aunque ya no volaba. Y luego le confió una misión con Shorter. Y le dio una estúpida nalgada y se rio mientras lo llamaba "sweetie" solo para cambiarlo a "onii-chan". Aun así, fue sincero sobre Cape Cod y Griffin. Fue frágil. Y lo dejó tocarlo. Y hablaron de tener un collar como si se tratara de una propuesta de matrimonio. Y a pesar de esta irracionalidad...Ash le permitió amarlo.
Y Eiji lo amó de regreso.
—¿Alguna vez has podido sentirte en comodidad con un dominante? —Entonces le pregunta porque aprecia lo mal que la ha pasado y que si tiene a toda la prisión sometida a sus pies es un simple acto.
—¿Por voluntad propia?
—Sí, no por supervivencia. —Yue entrecierra la mirada, clava su atención en un punto fijo de la celda aunque no está mirando nada en realidad, frunce la boca en lo que impresiona un puchero y remece las piernas delatando su ansiedad. Eiji no sabe para qué pregunta si anticipa esa respuesta—. ¿Pasó?
—No. —El sumiso le sonríe con tristeza, sentándose a su lado en la litera—. El dolor queda marcado demasiado fuerte en nuestros cuerpos como para olvidarlo, dolor bueno o malo.
—¿No debería gustarnos eso? Así como a los dominantes les gusta ser crueles.
—¿Sing es cruel contigo?
—No. —Ni siquiera vacila—. Pero él parece ser la única excepción.
—¿Qué hay de Ash? —Piensa en sus mechones de sol, sus ojitos verdes y sus risas indignadas cuando se burlaba de sus novelas terriblemente malas, piensa en el niño de la fotografía que Griff le mostró, piensa en el niño que aparece en las películas que Evanstine presumió en el cuartel y quiere sollozar.
—No sé.
—¿Ash es cruel? —Piensa en la sangre que escurría sobre las manos, piensa en Aslan desgarrándolos a pesar de suplicarle piedad, piensa en cómo usó un comando, en lo mucho que le recordó (lo quiera o no) a Evanstine y todos los que han abusado de su poder para dejarlo indefenso, piensa en sonrisas crueles, miradas indiferentes y sed de más matanzas—. ¿Qué viste?
—Algo que no debería haber visto. —Si bien, Eiji nunca se sintió especialmente amado por su familia, tampoco tuvo que enfrentarse a esto y ver a la persona que ama matar a sangre fría como todos los rumores decían que lo haría se siente como una patada en el corazón—. Algo que duele.
—Lo viste matar. —Vuelve a concluir.
—Es que Yue... —Los ojos de Eiji arden—. Parecía disfrutarlo mientras lo hacía, me siento confundido sobre cuál Ash es real y cuál no o si los dos son reales, es duro integrar esos lados tan diferentes.
—Es porque Ash siempre te muestra lo mejor de él mismo.
—¡Pero no quiero conocer solo lo mejor de él mismo! —No puede detener las lágrimas—. Debe ser muy duro mostrarle a alguien solo lo mejor de ti, yo quiero conocerlo todo.
—¿Pero?
—Mi cuerpo. —Gruñe con rabia—. Mi cuerpo lo rechaza.
—Mierda. —El más joven se muerde la boca—. Eso puede pasar.
—¡No quiero que pase!
—Eiji. —Entonces deja caer una mano encima de su hombro—. No es algo que puedas controlar.
—No puedo controlar nada. —Gimotea y se siente miserable por esto, por estar tan separado entre su cuerpo y su mente y se odia por alejarlo de sus deseos, Ash no es peligroso y nunca le haría daño, sí, ¡lo entiende! ¿Por qué su cerebro es tan jodidamente tonto para no entenderlo entonces? Quiere darse cabezazos contra la pared, quiere gritar, quiere llorar, quiere golpear, quiere golpearse, quiere hacerlo todo al mismo tiempo y no hacer nada—. No es justo.
—Lo sé, cariño. —Yue presiona un beso sobre sus cabellos antes de acurrucarlo a su lado—. Créeme, sé que no es justo. —Susurra—. Pero es lo que nos tocó.
Confórmate.
No puedes hacer nada.
Lo más doloroso de la declaración es la verdad que esconde, existen cosas que no se pueden cambiar por mucho que se anhelen, así como Eiji no puede cambiar su nacionalidad, su familia, sus pérdidas, su altura o su pasado mismo, hay otras cosas que tampoco puede cambiar como su segundo género, no por desear dejar de ser un sumiso pasará, no por desear que desaparezca la discriminación o sus malos tratos lo hará. Pero ¿acaso por eso no eligió ser policía? Porque aun si hay cosas que escapan totalmente de su control, hay algunas que no. Solo que es un poco mierdoso pensarlo y mucho más considerando el vínculo que estableció con Ash, se sintió engañado, no por que fuera un switch sino que todos lo sabían menos él y si hubiera sido el caso inverso...se sintió de poca confianza, una carga.
—¿Sabes qué ocurre con los traumas? —Yue lo intenta sacar de su cabeza soltando aquella pregunta un tanto errática—. Aunque la mente a veces olvida y se adapta, el cuerpo no siempre lo hace, no a la misma velocidad al menos. —El más joven tiene la mirada clavada en una poza de su celda, incluso con ese horrendo mono naranja luce despampanante y es un brillo imposible de extinguir.
—Nunca sufrí de algo como un trauma. —Entonces libera—. No como tú. —No como Ash.
—Eiji. —Su nombre escapa con una impávida seriedad, el sumiso alza el mentón para mirarlo directo a los ojos y es una frialdad tan grande la que transmite que prácticamente siente su alma recubierta de escarcha o tal vez, solo sea el gélido colándose por la ventana—. Evanstine te torturó.
—Estás exagerando. —Ríe pero a Yue no le hace nada de gracia.
—Te torturó. —Pone en palabras eso que no puede poner todavía—. Abusó del poder y tu confianza para hacer lo que quisiera contigo, ¿cómo eso no va a ser traumático?
—Él no... —No puede ser tan débil para llorar por esto—. No me tocó.
—¿Y eso? —Entonces Yut-Lung entrelaza sus dedos para mostrarle la cicatriz que pende en su palma y de repente, el recuerdo de estar desnudo, humillado y deshumanizado en su oficina lo azota fuerte y más fuerte de lo que desearía—. Sino te tocó, ¿qué es esto?
—Me disciplinó.
—¿Te disciplinó?
—Es mi jefe. —Eiji agacha la cabeza e intenta tragarse su mentira—. Es su trabajo.
—No. —Yue no duda en hacerle saber lo mal que estuvo la situación—. Te obligó a hacer cosas que no querías y luego te obligó a buscar un dominante para que te dejara en paz.
—Yo le pedí a Sing un collar. —Se excusa y no sabe por qué defiende al villano de su historia.
—¿Le hubieras pedido a Sing un collar si esto no hubiera pasado? —La gargantilla le aprieta, muerde como si tuviera estacas del otro lado y sus cuerdas vocales sangraran—. ¿Lo habrías elegido?
—Yo...
—¿Habrías elegido a algún dominante?
No.
Yo no quería un compañero.
Yo no quería perder mi libertad así.
—Eiji, la has pasado muy mal. —Es extraño que alguien valide su dolor porque bueno...comúnmente es Eiji quien tiende a validar a los demás y a esconder lo más feo de sí mismo. Se resiente por todavía no poder estar con Ash, pero sabe que si fuera otra persona, que si fuera una mujer violada a la que le es imposible estar cerca de su pareja hombre, un niño golpeado que le teme a los adultos o incluso un perrito pateado que no confía más en los humanos, no los culparía. Pero se culpa—. Sé que duele verlo, pero no por ignorarlo desaparecerá.
—No sé, Yue. —Le cuesta pasar saliva, de repente se ha vuelto demasiado consciente de la realidad que lo rodea y el mundo luce más descolorido de lo que deseó—. Me siento mal por rechazar a Ash.
—Ponte en el lado contrario.
—¿Eh?
—Ponte en el lado contrario. —Entonces repite.
—¿Cómo? —Eiji no lo entiende.
—¿Qué pasaría si de repente tú fueras un dominante y Ash un sumiso? El mismo Ash que fue atado contra su voluntad por Dino Golzine, el mismo Ash que fue obligado a matar y fue vendido y abusado y despojado de su humanidad solo por ser un sumiso bajo los comandos de dominantes. —Y no sabe que lo horroriza de todo esto: que Yue no esté inventando y Aslan realmente haya pasado por todo eso o la poca empatía que tiene consigo mismo—. Si Ash no se pudiera acercar a ti, un Ash que toda su vida han abusado y pisoteado de diferentes maneras, ese Ash que odia a los dominantes por todo lo que lo hicieron pasar, ¿acaso lo culparías?
—No.
—¿Qué harías?
—Le daría tiempo. —La respuesta le escapa natural—. Le daría tiempo para confiar y acostumbrarse.
—¿Entonces por qué? —Yue le retira un mechón detrás de la oreja—. ¿Por qué te odias a ti mismo?, ¿por qué eres tan cruel contigo mismo y no te permites tener pensamientos "malos"? —Yue le lanza comillas al aire con la última palabra—. Te sentiste herido y traicionado y enojado, está bien.
—¿Realmente lo está?
—Cariño. —El sumiso lo toma de los hombros para entablar contacto visual—. No puedes normalizar algo que sabes que no es normal, por mucho que intentes portarte bien y ser un chico bueno sé que en el fondo presientes que hay algo mal, te prometo que esa sensación solo se hará más grande con el paso del tiempo, mientras más lo ignores más se pudrirá dentro tuyo y más roto todo será, pienso que está bien tener esa clase de ambivalencias, a veces son necesarias.
—¿Entonces qué hago? No quiero lastimar a Ash, estoy enamorado de él. —Sus puños trepidan ante sus rodillas, se pregunta si así se sentirá Ash en relación a su propio cuerpo, si también lo rechazará, se pregunta si así se sentirá una persona en recuperación por abuso sexual que intenta retomar sexo y caricias consensuadas pero su cuerpo físicamente lo rechaza—. No es justo para él.
—¿Pero es justo para ti que no te escuches y te lastimes?
—Obvio.
—¡Eiji!
—¡Auch!—De repente, le ha pegado sobre la frente usando dos dedos como si fueran una catapulta.
—Sé sincero con Ash y explícale.
—Lo lastimaré.
—Lo lastimarás aún más si no tienes las pelotas para ser sincero, si tuviste las pelotas para quedarte a su lado ten las pelotas para quedarte cuando las cosas van mal.
—¡Pero...!
—Cuando van mal para ti, no para él. —Se calla. No puede refutar eso. Es imposible—. No es factible vivir disociado de tu propia historia a largo plazo, tarde o temprano tendrás que conectarte y admitir lo mucho que las cosas te han dolido y afectado y dejar de poner esa sonrisa amable todo el tiempo. No eres un ángel, no tienes que serlo.
—¿Y luego qué? —Pregunta resignado y rendido—. ¿Qué hago ahí?
—Es simple. —Eiji alza una ceja, intrigado—. Matas a todo tu clan.
—¡Yue! —Le pega en el hombro—. No te lo estás tomando en serio.
—Me lo estoy tomando tan en serio. —Por su sonrisa sabe que miente y pretendió aliviar la tensión.
—Gracias. —El japonés se acurruca a su lado en la litera—. Me encargaré de sacarte pronto.
—Más te vale. —Pero no demasiado pronto para que no sospechen de una alianza con Ash, lo tienen planificado con sumo cuidado—. Eiji.
—¿Sí?
—Tampoco te sientas culpable si te llega a gustar Lynx como dominante, el tipejo es corriente como un gato callejero y tiene una boca asquerosamente sucia, pero si él te gusta creo que está bien.
—¿Crees que me sentiré culpable por Sing?
—Sí. —No impresiona genuino—. Pero eres Eiji Okumura, te sientes culpable por existir. —Eh acá la repercusión de una crianza invalidante y llena de micro-traumas.
—Idiota. —Bufa, recostándose contra el hombro del sumiso.
—Me amas.
—Puedes ser un idiota y puedo amarte, no es excluyente. —Se ríe y piensa que Ash también se reiría si lo escucha decir algo así, probablemente lo animaría y lo llamaría onii-chan. Quiere estar ahí.
—Y tú puedes amar a un idiota dominante y seguir siendo un sumiso fuerte, tampoco es excluyente.
Sabelotodo.
Pero tiene razón.
¿Qué es un trauma de todas maneras?, ¿qué debe ser lo suficientemente fuerte para que lo afecte?, ¿quién tiene derecho a decidir eso además de él? Sí, ha tenido confrontamientos duros con la casta dominante y Aslan al ser un sumiso creó un ambiente de seguridad y entendimiento, lo incitó a creer que a pesar de ser de mundos diferentes podían comprenderse en ciertos puntos comunes y aunque Aslan no ha cambiado ni tampoco lo ha hecho su amor (porque de nuevo, amar a alguien no significa sentirse bien todo el tiempo y acoger solo las emociones positivas puesto que eso es idealización) sí necesita acostumbrarse y conocer esta nueva dinámica entre ellos dos. Puede ser bueno. Puede que Ash sea el primer dominante que su cuerpo aprenda a querer. O puede que no. Da igual acá y ahora.
Lo único que sabe es que quiere ir con Ash.
—Eiji. —Y el rubio luce atónito al encontrárselo antes de iniciar con su plan maestro, lo está mirando con esos ojos verdes y grandes de los que Griffin tanto le habló—. ¿Qué haces acá? No deberías.
—¿Podemos...? —Eiji alza una ceja, los chicos de la pandilla se han colado dentro y no sabe de dónde diablos han sacado un cadáver para ejecutar esta operación ni quiere saberlo—. ¿Podemos hablar?
—El jefe está en problemas con su novio. —Entonces Bones balbucea.
—Uhh. —Y el resto de los chicos se les une.
—Cállense. —Amenaza—. O perderán más que los dientes.
—Ay, ya se puso de malhumor.
—Típico del jefe cuando está abstinente de Eiji. —Los muchachos resoplan—. Debe tener las pelotas azules de tanto tiempo separados, creo que aguantó toda una hora sin babearle encima.
—¡Cállense! —Ordena y obedecen pero no por el comando—. Vámonos por allá, Griff nos trajo café.
Sino porque es Aslan.
Sigue siendo Ash.
El rincón que Jenkins les consiguió para realizar esta operación es un caos, el rumor de que Ash Lynx saldrá bajo fianza hoy se encuentra esparcido por doquier y eso los tendrá a todos atentos al camión que supuestamente lo trasladará y se estrellará en una explosión mientras el verdadero Ash se halla cómodamente sentado con Griffin. Siendo franco Eiji cree que es una locura, la clase de locuras que pasan en las películas de acción, pero no le sorprende que sean tan dramáticos considerando a Dino Golzine y su enfermiza obsesión por poseerlo. Son medidas desesperadas para tiempos desesperados.
—¿Viniste a despedirte? —Se lo pregunta repleto de congoja, están cerca del estacionamiento pero no es motivo de exaltación, Evanstine tuvo que confiar de mala gana en Charlie y Jenkins, eso les da una ventaja—. Porque pensé que ya habíamos hecho eso.
—Ash. —Eiji llena sus pulmones de aire, recuerda la conversación que tuvo con Yut-Lung y sabe que debe sacarlo—. Lo siento, no quería que... —Sus manos todavía tiemblan, todo su cuerpo trepida al aún no estar acostumbrado a la presencia más dominante de Aslan y desconocerlo—. Lo siento.
—Sí. —El lince se abraza a sí mismo—. Yo también. —Todavía viste su mono naranja y sin embargo, se ha quitado el collar de Golzine. Supone que debe haberse quedado estancado como dominante.
—Necesito tiempo.
—Te daré bastante tiempo yéndome lejos.
—Necesito tiempo para acostumbrarme a ti otra vez. —Entonces le aclara y se fuerza para sostener sus manos, ayuda en cierta medida a recordarse que es Ash y que nada ha cambiado, que esos ojos, los ojos más verdes del mundo, ojos de un verde jade, de un verde Aslan, siguen mirándolo tal como antes de cambiar—. Pero es algo que quiero hacer si me das la oportunidad.
—¿Por qué? —El rubio luce genuinamente confundido—. Sé el rechazo que sientes por todo lo que te han hecho, no tiene sentido.
—Porque te quiero. —Lo suelta tragándose su te amo, no lo dirá aún y menos con el cadáver de ese desconocido tan cerca, supone que es el cuerpo que realmente quemarán junto al auto y de pronto, esa brecha se hace inmensa otra vez, pero Eiji no lo suelta—. Y quiero estar ahí para ti.
—Eiji. —Los dedos de Ash se crispan como si estuviera esforzándose para no tocarlo más—. Todavía no entiendo bien cómo...no quiero lastimarte, no quiero soltar un comando por accidente o a veces cuando estoy contigo me siento posesivo, realmente posesivo y eso no me gusta.
—Recién te estás acostumbrando.
—¡Tú también! —Eleva la voz un par de tonos—. Deja de pensar en mí por una vez y piensa en ti.
—Eso... —El sumiso se muerde el labio—. Eso es algo extraño para formular.
—Sí bueno, tú eres extraño por estar acá.
—No me habría perdonado faltar, me preocupo mucho por ti ¿sabes?
—No deberías.
—No puedes decirme qué hacer. —La atmósfera se aligera—. E incluso si pudieras. —Los dos miran el tema encriptado de conversación—. No creo que sería tan malo, te lo dije, te querría sin importar lo que fueras y aunque mi cuerpo está en una sintonía diferente todavía, sigo acá, ¿eso no cuenta?
—Eiji...
—Así que déjame estar a tu lado como lo prometimos, Ash. —Lo llama despacio, atreviéndose para estirar una de sus manos y acomodarle un mechón dorado detrás de la oreja, lo siente relajarse ante sus caricias y puede jurar que incluso ronronea, es lindo, es Ash—. No lo he arriesgado todo para no quedarme a ver el final ¿verdad? —Las manos del lince trepidan en el aire, quiere tocarlo, no hacerlo parece estarlo físicamente quemando, se pregunta si lo habrá elegido como pareja, ríe en semejante ingenuidad.
—Tienes razón. —Finalmente sentencia—. Este es solo el comienzo y dijiste para siempre ¿no?
—Para siempre. —Repite.
¿Pero cuánto tiempo es para siempre de verdad?
Mañana se nos abre un nuevo arco y con un capítulo bien potente y especial en relación a Ash, es uno de mis favoritos, es muy reparatorio e intenso, pero vamos por parte. Por ahora lo importante es que salimos de prisión y estamos a salvo por el momento, pero las cosas se ponen intensas again, me conocen. Mil gracias por leer.
¡See ya!
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