Hola mis bonitos lectores, estoy muerta, siempre los viernes y sabados con tantas horas sostenidas de clases acabo como con media neurona agonizante, aun no acabo pero ya me ando quedando media dormida así que mejor subirlo ahora. El capítulo de hoy viene con una pequeña advertencia, como les he explicado varias veces a lo largo de la historia, Ash ni siquiera ha iniciado un proceso de sanación, estamos a full con los sintomas y los conflictos y por ende, este es el capítulo más defensivo que tiene, se pide esa consideración al momento de leer. No man, los sintomas no son voluntarios, deseables o para llamar la atención, claro que se pueden cambiar pero mi punto es, no todo es 100% controlable y más por una persona que aun no tiene las herramientas, ojito, aun. Eso.
¡Mil gracias por leer!
Siempre admiró a Griffin.
A diferencia del carácter de Aslan el de Griffin era amable, empático y templado por exceso, ninguna vez lo escuchó alzarle la voz a papá por muy cabreado que estuviera, porque para Jim descubrir que su heredero no solo era un sumiso, sino que se negaba a unirse a un dominante fue un cruel castigo, eso lo llevaba a desquitarse constantemente con Griffin y cuando Griffin no estaba en la casa (puesto que trabajaba a tiempo completo para cuidar de su hermanito menor) en el propio Aslan. Mandarlo a la guerra destruyó al infante, luego se enteró de que consumió mierda en Irak y francamente Aslan no lo culpa, una persona amable no sobrevive en un ambiente hostil de guerra, pero claro, Griffin escamoteaba todo esto en las cartas dada la edad de Ash y ese afán de fingir que estaba bien aunque por dentro se estuviera muriendo. Lo usaron como un conejillo de prueba. Banana fish. Banana fish.
Banana fish.
No más Aslan, ni ningún otro apodo cariñoso que podría haberle puesto. Dos palabras: Banana Fish.
Y de repente no era más el hermano mayor que le leía cuentos a la hora de dormir, ya no le cocinaba ni lo ayudaba a limpiarse las heridas cuando se caía entre las rocas por jugar dónde no debía. Ahora era Ash quién debía cuidarlo, quién debía trabajar tiempo completo para protegerlo o al menos esto hizo hasta que sanó a causa del tratamiento. Y antes de que Griffin despertara completamente Aslan ya se había ido, se desvaneció como las cenizas.
Su papá le dijo que había muerto, seguramente así lo creyó aunque tampoco se molestó en buscarlo.
Y Aslan cree que realmente murió ese día.
De hecho hubo un funeral simbólico en Cape Cod dónde Griffin se despidió y lo dejó ir dentro de un elegante ataúd de madera, Ash no se quedó toda la ceremonia, no fue casi nadie en realidad, no fue su padre y no fue nadie además de Griffin y Jennifer, siendo honesto fue miserable.
«Aslan Jade Callenreese, amado hermano».
Fue lo que su tumba tenía escrita.
Griffin lo enterró, lo dejó ir.
Por ende, Griffin debería haber pasado la maldita página sobre la muerte de su hermanito, Aslan no tendría que estar acá, frente a frente en un cuarto privado que Eiji les consiguió a escondidas con el objetivo de que puedan charlar mejor. ¿Para qué? Le dejó más que claro que no es su hermano, aun si le transmitió un mensaje a través del policía dónde le dijo que...«no importa el tiempo que pase, no dejaré de buscarlo y que sin importar eso que él haya podido pasar durante estos años tampoco dejaré de amarlo». Ja. Es demasiado ingenuo. Obvio dice eso porque no lo conoce pero lo conocerá.
—¿Qué diablos quieres? —Se asegura que sus ojos quemen con traición e incomodidad, no será esa causa por la que Griffin se quede estancado en el pasado si ya lo ha enterrado—. Si querías conversar con el vejete de tu novio podrías haberlo traído a él a esta habitación.
—¿No te agrada Max? —Hay algo en sus ojos azules que le recuerda demasiado a una parte que ha querido olvidar todos estos años y se desgastó en un estudio de pornografía infantil.
Clic. Clic. Clic.
Se rieron como hienas mientras los violaban a todos.
Naciste para esto, pones una expresión maravillosa cuando lloras.
Clic.
—¿Acaso importa si me llevo bien con el vejete o no? —Griffin juguetea con las manos sobre la mesa visiblemente incómodo y es perfecto, necesita incomodarlo aún más.
—Me gustaría que te llevaras bien con él.
—No puede importarme menos a quién te estés jodiendo.
—Aslan.
—O a quién te jode a ti en realidad, eres un sumiso, ¿verdad? —Su sonrisa es una navaja clavada en el corazón de su hermano y lo detesta, pero si se comprometió a seguir adelante con su acto necesita asegurarse de ejecutarlo de maravilla—. Yo también te entiendo, los sumisos somos unas putas.
—¡Aslan! —Griffin se levanta con los dedos crispados contra la mesa de metal.
—Es Ash. —Lo corrige—. No Aslan, Aslan se escucha como nombre de un crío bueno religioso o algo así, ¿te parezco eso?
—No. —Griffin se encoge aún más en la silla, su mirada rueda rápido cuando los ojos de Ash chocan contra los suyos—. No pareces eso.
—Perfecto. —Ash escupe y tiene que clavarse las uñas encima de los hombros para no correr al otro extremo para consolar a su hermano porque carajo, su voz, es tal como la memoraba y aún recuerda haber tenido una faceta amante de los juguetes y los libros dónde lo obligaba a imitar el tono de los personajes y Griffin era el mejor Holden que podría pedir, pero no pensará en esto—. ¿Qué quieres?
—Hablar contigo. —No pensará en lo mucho que extraña que Griffin lo acune entre sus brazos, que le diga que todo irá bien mientras intentan no congelarse en el suelo de la cabaña por falta de calor.
—¿De verdad te gusté tanto? —No pensará en cómo Griff cortaba su cabello con un tazón antes de ir a la escuela porque no había dinero para estilista o dejaba la mitad de sus porciones para que Ash pudiera comer y crecer bien o llegaba del trabajo agotado a jugar y a escucharlo como nunca lo hizo su papá. O incluso en navidades y cumpleaños se disculpaba por no tener dinero suficiente.
—No es eso.
—¿Entonces qué es? ¿Quieres contratar mis servicios? —Lo siento Aslan, eres un niño muy bueno y te amo, pero este año tampoco habrá cena navideña ni santa pasará, pero al menos estamos juntos.
No llorará.
No llorará.
No llorará.
—No sabía que eras un torcido. —Quiere salir de su cabeza pero en su cabeza vive Griffin con ambas manos hechas mierda de tanto trabajar extendiéndole un papel brillante de regalo y aun así dándole una sonrisa lánguida de disculpa porque "no es un regalo bonito y te mereces más". No. Aslan nunca quiso más, lo único que quería era tener bien a su hermano—. A tu novio le encantará.
—Asl...Ash.
—Podríamos invitarlo a unirse si se anima después de todo es para lo que sirvo, estoy seguro de que has escuchado acerca de mi reputación, eres amigo de Charlie y Jenkins ¿verdad?
—No tienes que ponerte a la defensiva conmigo. —Le pide usando ese tono que usó cuando fue día de las mamás y Aslan no tuvo una mamá que llevar a la escuela así que llevó a Griff. Y después en el día del padre cuando Jim estaba demasiado borracho y no quería su tarjeta, también llevó a Griffin.
—No lo sé. —Siempre ha sido Griffin—. Usualmente cuando los hombres mayores me solicitan cosas es porque quieren algo a cambio. —En vez de atormentarse prefiere relamerse los dedos para poder horrorizarlo—. Dicen que mi lengua es como terciopelo ¿sabes?
—Yo no... —A juzgar por la manera en que Griffin agacha la cabeza cree que ha funcionado, es todo.
—Así es.
—Lo siento.
—No tienes nada que sentir, es el tipo de vida que elegí.
Mentira.
Pero apuesto que era un dolor de culo criarme y estás mucho más contento ahora, ya déjame ir Griff.
Déjame muerto.
Pero los recuerdos de Griffin son demasiado vívidos y reales y más teniéndolo enfrente. Aunque Ash nunca llegó a saber cómo sería una familia "ideal" cree que su hermano encarnó aquel amor familiar del que aún no se siente merecedor y duda hacerlo, fue la mano bondadosa que lo acunó y así cómo Ash nunca habría podido conocer a Eiji sino hubiera llegado Shorter antes, Ash nunca habría podido abrirse ante nadie sin Griffin. Su héroe. La persona que lo hizo Aslan no Ash. De repente tirita encima del asiento de metal, las paredes del cuarto parecen respirar en una sensación de pura claustrofobia, porque quiere abrazar a su hermano y confesárselo todo, quiere rendirse y permitirse acunar, no lo hará, hacerlo implicaría haberse permitido seguir fantaseando con Eiji o una vida feliz. Viene de un mundo peligroso gracias a Dino y no involucrará inocentes en esto.
—¿Por qué viniste a hablar conmigo? —Entonces repite con la voz pastosa y las manos entrelazadas, extraña la calidez de Eiji y su aroma, eso siempre impresiona calmarlo sin embargo, su aroma perdió su esencia al empaparse con el de Sing y supone que eventualmente tomará su mano así que...
—Por la fianza. —Lo libera, los ojos de Griffin se encuentran arremolinados de nostalgia—. Max me habló un poco del caso y de lo que conversaste con su abogado. —Una pérdida de tiempo.
—No estoy convencido de querer salir de esa manera. —Pero Eiji se lo pidió—. Tarde o temprano él sabrá encontrarme.
—Dino Golzine. —Eh, al parecer su hermano ha estado ocupado.
—Así que el viejo chismoso te contó. —Bufa—. Sí, Dino Golzine.
—¿Y si pudieras falsificar tu muerte y eso te diera algo de tiempo? —Ash parpadea procesando esas palabras con suma lentitud, permite que se derritan en su lengua, más, dejan una bola de angustia.
—No te involucres en este mundo, no te incumbe.
—Serví en Irak y creo que ese tal Dino Golzine tuvo que ver con cómo salí. —Griffin usando pañales, conectado a una sonda para comer, tirado en un hospital de veteranos en un estado vegetal con su hermanito teniendo que masajearle las extremidades para que no se deterioraran—. Fui afortunado porque mi novio me disparó cuando enloquecí y no lo recuerdo, pero sé que le disparé a mis amigos.
—¿Qué? —Si bien, Ash sabía de los disparos en sus piernas que casi lo dejan parapléjico desconocía quién fue el autor—. ¿Él te disparó? —Y de pronto su voz se suaviza más de lo que querría.
—Sí.
—Eso es traición.
—No, él salvó mi vida. —Claro que Griffin lo contradice si siempre ha sido terco—. Estoy agradecido.
Max te disparó en las putas piernas, casi te deja postrado en una silla de ruedas.
Y tú estás agradecido.
Ja.
—De todas maneras, no tengo interés en lo que Dino trabaja, solo quiero matarlo. —Intenta hacerle lo mismo que hace con todos los demás, le arroja sus traumas a la cara deseando que se espante lo suficiente como para olvidar el tema—. Así que incluso si finjo mi muerte o salgó bajo fianza o hago un jodido motín tú no pintas nada en esto, no soy tu hermano muerto.
—Ash. —Y se nota que Griffin hace un esfuerzo sobrehumano para no desmoronarse, lo sabe por el tono que usa, casi como si tirara de sus cuerdas vocales para obligarlas a funcionar, el tono de: debo-trabajar-horas-extras-perdón, deberías-meterte-a-la-liga-de-béisbol. El mismo tono que usaba para mentirle, porque en lugar de decirle a Aslan que su papá lo había golpeado decía que se "caía", Aslan pasó la mitad de su vida creyendo que Griff era torpe nada más, no que sufría de violencia por parte de papá. Perdóname por no darme cuenta—. Necesitas un lugar dónde esconderte.
—Iré a casa de Eiji. —Que vive con Sing y tiene un collar—. Con Shorter. —Se corrige.
—¿Shorter?
—Sí, Shorter es una grandiosa opción, me ha acogido antes.
—Los hombres de Golzine lo tienen vigilado.
—Entonces me quedaré en un motel barato.
—Ambos sabemos que es una terrible idea. —Entonces la cólera burbujea a más no poder entre sus entrañas y Aslan debe levantarse frente a la mesa de metal para gruñirle y confrontarlo.
—¡¿Por qué te importa?! —No quiero que te importe, déjame, déjame morirme en paz.
—Porque incluso sino eres Aslan. —La voz de Griffin escapa con un tono triste y azulado, puede ver su aliento transparentarse en una niebla fantasma en la claustrofobia del cuarto—. Te he conocido, no puedo fingir que me das igual, no puedo dejarte tirado ahí.
—¡¿Por qué?! —Gruñe—. ¡¿Por qué te recuerdo demasiado a tu hermanito inocentón?!
—Tal vez. —Griffin sonríe con pena—. Pero más que nada, me recuerdas demasiado a mí.
—¿Qué?
—Sí. —Ash cae rendido en el asiento.
—¿Cómo es posible? ¿Cómo podría recordarte a ti? —El mayor frunce su ceño e intenta ordenarse.
—A mí perdido en medio de una guerra tomando las decisiones equivocadas porque estaba tan solo que apenas podía... —Traga duro—. Me recuerdas a mí, Ash Lynx.
Silencio.
No puede responder nada.
Ni siquiera tiene lógica puesto que inclusive si Griffin hubiera caído en su peor etapa al verse tentado por las drogas sigue siendo mejor que Ash en muchos sentidos, tenía casi trece años cuando se puso a leer sobre la crianza infantil para poder darle los mejores cuidados a su hermanito aun si ni siquiera su padre se tomó esas molestias y ¿para qué hablar de su madre drogadicta? No llegó ni a ser adulta, su mente y su cuerpo ya se hallaban demasiado maltratados por la droga y falleció poco después de darlo a luz y a pesar de todo, nunca sintió que la necesitara porque tenía a Griffin. Simplemente Ash no concibe la posibilidad de que sean remotamente similares.
—Quiero ayudarte a fingir tu muerte y luego darte un refugio, el abogado de Max nos ayudará para que montemos un telón sobre que saldrás bajo fianza, de esa manera despistaremos a Dino Golzine.
¿Dino Golzine?
¿Griffin involucrado con la mafia?
Ja. Ja. Ja. Qué risa.
—¿Crees que esto es un juego?
—No. —Griffin no vacila—. No estoy jugando, hablo en serio. Es un buen plan y lo sabes, ¿qué dices?
—No. —Ash se levanta de la mesa, no quiere seguir más con esta conversación, no es justo que esos fantasmas del pasado salten de sus tumbas para atormentarlo—. No quiero pagar el precio que más tarde me cobrarás por tu amabilidad.
—¡No quiero nada a cambio de mi ayuda! Solo quiero ayudar.
—Mentira. —Escupe—. Siempre hay un precio que pagar, así que no me intentes engañar con toda esa falsa consideración porque no funcionará.
—No siempre hay un precio. —Griffin lo estudia con ojos grandes, brillantes y curiosos y mierda, no quiere los recuerdos que está despertando, debe salir pronto de la habitación.
—Siempre lo hay.
—¿Sí? —Griffin luce ligeramente exaltado al verlo dirigirse hacia la puerta—. ¿Cuál es el precio que estás pagando por la amabilidad de Eiji entonces?
—¿A qué te refieres? —Sus pies no responden a sus propios comandos apenas escucha ese nombre, porque Eiji, carajo, nada tiene sentido con Eiji ¿verdad?
—He notado la manera en que lo miras. —Mierda, lo último que necesitaba—. Y también la manera en que él te mira de regreso.
—No es de tu incumbencia.
—Solo quiero entender, dices que siempre tienes que pagar un precio y Eiji no debe ser la excepción.
—¡Él no la...!
«Aunque el mundo entero esté en tu contra, yo siempre estaré a tu lado».
¿Por qué?
No tiene sentido que me prometas eso.
Mira a dónde me llevó.
Estoy tan roto.
«Tal vez a ti te cueste amarte, pero a mí me lo dejas muy sencillo».
—Tú y Max no son una pareja destinada. —Es lo que suelta en su lugar, quedándose congelado ante el umbral de la puerta con su mono naranja demasiado duro mientras el corazón le sangra—. ¿Cómo es eso posible? Tú deberías estar con un dominante, no con alguien sin género segundario.
—Porque Max me ama y yo lo amo. —Responde como si fuera lo más evidente del mundo y no toda una blasfemia para sus castas, pero Griffin es un sumiso sin collar y también debe...pasarla muy mal.
—¿Nunca has necesitado de uno? —Cuando Ash apunta a su propia gargantilla algo en la mirada de su hermano mayor se rompe y Aslan quiere vomitar por semejante ternura, no la necesita y si insiste tanto en que Griffin lo deje ir es porque en el fondo sabe que nunca volverá a ser ese Aslan, le aterra decepcionarlo—. Los cuerpos de los sumisos exigen un dominante, las personas pueden ser crueles.
—Nos las hemos arreglado bien hasta ahora. —El mayor tararea, extiende su mano con timidez ante la mesa de metal y Ash no entiende hasta que un brillo dorado capta su atención.
—Un anillo.
—Un collar no lo es todo, chico.
—Pero... —De pronto, Ash cae sentado otra vez sobre la silla—. No tiene sentido, deben molestarte.
—Me seguirían molestando incluso si tuviera un collar, pero aprendí a defenderme creo. —Se olvida de que Griffin también estuvo en la marina y Ash lloró cuando se lo explicó, aun así se lo explicó con calma, diciéndole que alistarse sería una buena idea por el trabajo estable, el dinero e incluso abriría la posibilidad de que ambos fueran a la universidad. Ja. Qué broma más jodida—. Ash.
Ash.
No Aslan.
Debería estar contento de que finalmente lo llame así, pero solo duele y duele demasiado.
—Solo piénsalo. —El nombrado asiente, mirando como las palmas de Griff se acercan hacia las suyas y de repente quiere vomitar. No me toques. No me toques. No me toques, por favor—. Promételo.
—¿Por qué te importa? —Entonces vuelve a insistir pero su hermano a este punto le da una sonrisa triste, esas sonrisas tan tristes que son capaces de ir rompiendo corazones por lo tristes que son.
—Realmente debiste tener una vida muy dura. —Quiere defenderse y sacar garras y dientes porque no conoce nada más, sin embargo, las lágrimas empañan su visión y el mundo se desmorona cuando finalmente sus manos se encuentran con las de su hermano, es todo. No da más—. Lo siento mucho, desearía que nunca hubieras tenido que pasar por eso, yo no...
—Griff.
—Perdóname.
—No fue tu culpa.
—¡Claro que lo fue, yo...! —Griffin está llorando desconsolado al otro lado de la silla y aquí es donde Ash cae en la cuenta de algo que ha sido sumamente evidente pero estaba aterrado para mirarlo:
Griffin se culpa por lo sucedido en Cape Cod.
Mierda.
Claro que lo hace, Griff es esa clase de persona, se lo imagina entrando frenético a la cabaña apenas le dieron el alta médica solo para que Jim le cuente con una frialdad tajante de cuchillo lo que ocurrió sobre Barba Azul y que Aslan posiblemente esté muerto porque nunca volvió. Se lo imagina llorando en su cuarto, abrazando sus libros y desmoronándose, odiándose a sí mismo por no haber regresado antes, por haberse drogado, por no haber hecho más, se habría odiado por haberlo dejado con papá, por darle ese voto de confianza que obviamente no merecía. Pero joder. Griff cuidó a Aslan, lo cuidó, a pesar de todo lo protegió. No fue su culpa. Ash ya no busca más culpables ni se tortura al no poseer razones para que haya ocurrido. Eso no quiere decir que Griffin no lo haga. Y así como Ash teme ser odiado por su hermano...seguramente Griffin cree que Ash lo odia lo suficiente para fingir su muerte.
—Lo siento. —Griffin llora desconsolado y hay muchas cosas que quiere decirle en estos momentos, quiere sanar su relación y no obstante, la voz no le sale. No está listo. No aún—. Debí cuidarte mejor.
—Griffin.
—Así que al menos... —El mayor se limpia las lágrimas con el antebrazo, dejando manchado todo su chaleco de franela—. Al menos déjame tener esto y piénsalo, déjame ayudarte ahora.
—Sí. —No lucha más.
—Gracias.
Aslan se da vueltas listo para salir y regresar a prisión, le quedan pocos días dentro si pretende seguir con su plan con Dino y lo sabe, no hay tiempo para perder con cursilerías y mucho menos sollozando por los fantasmas de su pasado. Lo que fue, ya fue. Es irreparable.
«Aslan Jade Callenreese, perdido».
Pero Griffin...
Nunca se rindió. Nunca se permitió convencer de que estaba muerto. Nunca lo dejó de amar. Carajo.
—Griffin. —Pero entonces se permite dejar escapar ese pensamiento bajito, su mirada se encuentra clavada en el piso de baldosas mugrientas mientras la luz ambarina lo empapa—. Tu hermano menor seguramente te adoraba.
—¿Qué?
—Aslan. —Dice el nombre en voz alta—. Aslan seguramente te adoraba más que a cualquier persona en el mundo, debiste ser su héroe, si estuviera vivo probablemente seguirías siendo su héroe a pesar de todo. Él nunca te culparía por lo sucedido, así que no cargues con esa culpa.
—Ash.
—Puede ser muy pesada y solitaria.
Se va.
Se arrastra hacia la celda con su cara impasiblemente dura que habla solamente de crueldad y dolor.
Llega hasta su litera.
Llora.
Llora. Llora. Llora.
No puede dejar de llorar.
—G-Griff...
Ash se encoge entre las sábanas, las usa para construir un refugio igual que cuando era un niño pero Griff se aseguraba de entrar a su pieza con suavidad, de sostener un gran tazón de chocolate caliente (porque él preparaba el mejor) y de reconfortarlo con sus toques gentiles y sus consuelos, escuchaba sus problemas y nunca lo hacía sentir pequeño por tenerlos, al contrario, era el primero en darles la importancia que Jim decía que no se merecía. Y no sabe, pero verlo hoy. Hablar con él. Saber que lo ha reconocido y además ansía ayudarlo a pesar de conocer su pasado...es demasiado. Por un motivo que todavía no puede comprender Ash parece atraer a personas que son mucho más buenas que él y Griffin se encuentra incluido en esto.
Lo reconoció. Realmente lo hizo.
Y lo llamó.
Y lo tocó.
Y lo sigue buscando a pesar de que estaría mejor muerto y él se odia, porque una parte de su corazón se encuentra rebosante de alegría que no merece, verlo otra vez siendo el hermano que su memoria tanto intentó olvidar es duro. Se esforzó en recordar lo malo para dejarlo ir. Sus ojos azules, vidriosos y huecos en el hospital de veteranos. Los balbuceos. El cuerpo inmóvil. La frialdad de su piel. El pitido del electrocardiograma. Banana Fish. Y se dijo a sí mismo que de todas formas ni siquiera lo conoció de verdad al ser demasiado joven y que probablemente lo tenía idealizado. No. Hoy lo confirmó. No idealizó a su hermano. Griffin siempre fue Griffin. Y eso lastima al pequeño Aslan.
—Chico. —Y lo último que necesita es que Lobo lo vea frágil y más considerando su última pelea, ya está cabreado con tener que fingir que no quiere nada de vuelta—. ¿Estás bien?
—¿Acaso te importa? —Deja escapar una risa amarga y sarcástica, por el cansancio no tuvo energía suficiente para trepar hacia su cama así que ha quedado sobre la de Lobo.
—Claro que me importa. —Mentira. Mentira. Mentira. Es demasiado bueno para ser verdad.
—Ya corta tu mierda. —Ash lo confronta, apoyando ambas suelas con brusquedad encima del suelo, está cansado de luchar, ya no quiere más, el vínculo de Eiji con Sing y ver a Griff le pasaron la cuenta.
—No entiendo.
—Claro que lo entiendes. —Entonces le arroja una sonrisa seductoramente falsa, las mismas que su dueño tanto adoraba, arroja el cuello hacia atrás para mostrarle el collar, es deseable y lo sabe y por muy bueno e incluso paternal que haya sido Max...es un hombre. Y los hombres tienen necesidades.
—¿Ash?
—Has jugado bastante bien con todo este teatrito de que te importo pero ya puedes detenerte, no soy una puta tan costosa, si realmente es lo que deseas puedes tenerme. —Max luce absolutamente horrorizado por el comentario, sus ojos se han llenado de pánico y eso es raro, los hombres no miran así cuando da esta clase de discursos, sino que se vuelven crueles e incluso insensibles.
—Aslan yo... —El mayor se repasa una mano sobre la cara, intentando acomodar sus pensamientos y él odia que haya usado ese nombre—. No quiero eso de ti, eres un niño. Mierda, tienes con suerte unos veinte años ¿cómo podría...?
—He hecho mucho más siendo mucho más pequeño. —Entonces gruñe, el corazón le duele ante la mirada descorazonada que Max le entrega, como si genuinamente amara a Aslan pero no es sexual, lo que es imposible ¿verdad? Porque todos los hombres se le acercan para eso, Dino se lo dijo, nació para chupar penes, es su talento y Max no será una maldita excepción—. Adelante, puedes tenerme.
—¿Te das cuenta de que eso está mal? —Pero Max se limita a sentarse a su lado en la cama, coloca una mano protectora sobre su hombro pero no lo abraza—. Los adultos no te deben pedir eso, nadie puede pedírtelo sin tu consentimiento, ¿lo entiendes? —¿Qué diablos?
—No me hables como si fuera un niño. —Gruñe.
—Eres un niño, seas el hermanito de Griff o no, eres un niño.
—Yo no...
—No tienes que preocuparte de eso conmigo, te lo prometo. —¿Qué vale la promesa de un hombre de todas maneras? Le han prometido muchas cosas a lo largo de su vida.
—Yo te lo pedí. —Afirma—. Yo te lo estoy pidiendo.
—No lo hiciste. —Max suspira, suavizando su mirada—. Estás asustado, no entiendes el motivo por el que te trato como te trato. —La respuesta de Lobo hace que se congele en la cama, traga duro.
—Lo siento.
—No estoy enfadado. —El agarre de Max sube un poco más hacia sus hombros pero no lo asquea y al contrario, quiere que lo toque más porque de nuevo, no es lujuria o malicia lo que hay acá, no es lo mismo que Eiji o Shorter sin duda alguna, esto...le recuerda a Griffin en cierta medida—. Creo que lograste vivir tanto tiempo en circunstancias inhumanas porque puedes ser como un animal salvaje, pero eso no quiere decir que es todo lo que eres.
—¿Entonces qué...? —Los ojos otra vez le arden y de repente, se siente como si fuera muy pequeñito ante el abrazo de Max y se imagina lo bueno que habría sido tenerlo de papá. Max no solo le habría creído lo que pasó con el entrenador Wilson, sino que lo hubiera protegido y apoyado y amado y tal vez, ayudado a sanar si eso existe. Max habría sido un papá malditamente genial y es duro de digerir.
—Te pasas llamándome a mí y a los otros "viejos" a pesar de que tenemos nuestras personalidades propias, no sé, desde que te conozco actuaste como si fuera un anciano, creo que fue inevitable que nos volviéramos como padre e hijo. —Padre e hijo. Max se siente igual—. Aunque todavía soy joven y a veces actuó como si me molestara tener un hijo tan arrogante en el fondo lo disfruto y me siento muy orgulloso de ti.
—¿De un asesino? —Ríe.
—De un niño que tuvo que hacerse adulto demasiado temprano y aun así, superó la adversidad. —Max le da una sonrisa cálida mientras Ash llora y llora y no puede dejar de llorar, se permite abrazar contra el hombro del anciano y ser consolado por sus palmadas gentiles en la espalda—. Eso es todo lo que quiero presumir de ti, me siento orgulloso.
—¿Aún sino puedo decirle a Griffin la verdad?
—Aun si nunca estás listo para contársela. —Él se aferra al mono naranja de Max—. Estoy orgulloso.
CHAN, se nos viene la muerte fingida y mañana un problema fundamental para el resto de la trama en relación a ash y eiji ¿creyeron que podían bajar la guardia? Pues no, cuando salgamos de prisión recien estamos partiendo con todo, así que preparense, eso sí, vamos mejorando en los sintomas y la desesperanza, este fue el pick. Mil gracias por leer.
¡See ya!
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